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Capítulo 6: No me olvides
Tom estaba pensando que era importante sumarse al servicio, hacer algo por el país y no
quedarse en su casa sabiendo que otros están muriendo por el
- ¿No estarás pensando en ir? ¿Verdad? –dijo Isabella preocupada–
- Todos están yendo y están dando sus vidas por el país, tengo que ir –dijo Tom–
- No, no tienes que ir, ¿A qué vas a ir a morir? –dijo Isabella enojada–
Empezó a llover, Tom se quedó callado y Isabela comenzó a llorar, las gotas de agua caían
al piso y todo estaba en silencio hasta que Tom dijo:
- ¿A qué te refieres? ¿No crees que vuelva?
- No es eso, solo… no quiero perderte. Te amo Tom y no quiero vivir con el miedo de que
algo te vaya a pasar, tu hijo te necesita, yo te necesito, no sé qué haría sin ti –dijo Isabela
llorando mientras estaba sentada en una silla–
- Si no vuelvo se feliz, cuida de mi hijo y vive tu vida –dijo Tom–
- Si no vuelves no voy a ser feliz –agrego Isabella–
- ¿Por qué no? Ya vivimos lo mejor, tenemos un hijo y formamos algo muy hermoso, sé
que, aunque me vaya, jamás morirá nuestro amor. Te prometo que si no vuelvo te buscare
en la otra vida y nos abrazaremos tan fuerte, que vas a querer llorar –dijo Tom–
- No quiero perderte –dijo Isabella entre lágrimas–
- No me perderás, mientras me recuerdes, seguiré vivo, seguiré a tu lado, solo… no me
olvides –agrego Tom–
Isabella comenzó a llorar, estaba triste, pero era la decisión de Tom y si él quería ir, iría,
aunque estaría su familia esperando su regreso. Isabella no podía parar de pensar en la
decisión de Tom, le parecía un suicidio ir a la guerra, pero en parte serviría de algo para que
termine aquel suceso que ha dejado devastada a millones de familias.
Tom se iría después de navidad y año nuevo, pasarían unos últimos momentos antes de que
Tom se fuera, parecían felices, pero ambos tenían un mal presentimiento, la búsqueda del
quedar satisfecho creyendo que ayudaría en algo hizo que Tom no cambiara de opinión, a
pesar de arriesgar todo aquello que había tomado tanto tiempo formar, no sentía que si
moría o algo parecido se arrepentiría de lo que hizo, pues estaba feliz con todo lo que hizo,
haber amado y vivido una hermosa relación con una hermosa mujer y haber tenido un hijo
el cual cuidaría vivo o muerto…
Es cinco de enero, Tom se va a la guerra, antes de irse tuvo un momento a solas con Isabela
como para despedirse
- Ya es el momento –dijo Tom suspirando–
- Si, como desearía poder hacer que cambies de opinión –dijo Isabella mientras empezaban
a salir lágrimas de sus ojos–
- No llores, te aseguro que regresare, y si no lo hago cuando nos veamos te buscare, pero no
te vayas de aquí sin ver a nuestro hijo crecer y formar su familia… si no regreso saluda a
mi nuera y a mi nieto por mí, ¿está bien? –dijo Tom mientras abrazaba a Isabella– No me
olvides, ¿ok?
- Jamás lo haría, te amo, Tom
Tom beso a Isabella y se fue, se montó al bus y al sentarse comenzó a llorar, el que estaba
al lado le dijo:
- Tranquilo, confía que vas a volver y puede que tengas suerte
- No lloro por eso, lloro de felicidad, me siento feliz porque si muero, no voy a perder
nada… ni me va a hacer falta hacer algo, ya hice lo que tenía que hacer –dijo Tom–
Tom llego a aquel lugar donde seria entrenado para ir a la guerra, pasaron los días, Tom era
ágil, rápido y astuto, parecía que podría sobrevivir y regresar a salvo a casa.