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Torres Alfonso 1993 BOLÍVAR Y LA EDUCACIÓN POPULAR
Torres Alfonso 1993 BOLÍVAR Y LA EDUCACIÓN POPULAR
Hemos oído hablar de Simón Bolívar en estos días en que se cumplen dos siglos
de su nacimiento. Sin embargo, si le preguntamos a cualquier persona quién es
este personaje, seguramente nos responderá “El padre de la Patria”, “El Libertador
de nuestras naciones” o, cuando mucho, “Un militar venezolano que nos liberó de
la dominación española”.
“Hay hombres que necesitan estar solos y bien retirados de todo para poder
pensar y meditar; yo pensaba, meditaba y reflexionaba en medio de la sociedad,
de los placeres y el ruido”1.
Las primeras décadas del siglo XIX están marcadas por la crisis del imperialismo
español2. Las reformas que implementaron los Borbones para salvar la situación
eran tardías, y agudizaron las tensiones sociales dentro de las colonias que
generaron los movimientos emancipadores que sacudieron el continente.
La aristocracia criolla, que sólo deseaba el poder político sin variar la composición
social, miraba con desconfianza y temor la participación de los sectores populares
(indios, negros, mulatos, zambos y mestizos); sin embargo, no podían prescindir
de esta valiosa fuerza militar que garantizaría el triunfo sobre los peninsulares. En
fin, los criollos “estaban atrapados entre el gobierno imperial y las masas
populares”4.
UN PROYECTO POPULAR
“No habrá pues más esclavos en Venezuela que quienes quieran serlo. Todos los
que prefieran la libertad al reposo, tomarán las armas para sostener sus derechos
sagrados y serán ciudadanos.”6
Estas palabras adquieren una mayor radicalidad, cuando son dichas en una
sociedad como era la sociedad colonial, donde mulatos e indios son considerados
como seres inferiores.
Fue su contacto directo durante la Campaña Libertadora con esas gentes sencillas
que soportaron el peso de la guerra, lo que lo convirtió en el pensador americano
más sobresaliente y radical de la época.
UN PROYECTO LATINOAMERICANO
“Y deseo más que otro alguno ver formarse en América, la más grande nación del
mundo, menos por su extensión y riqueza, que por su libertad y gloria.” 9
Este deseo integracionista no nacía como una romántica utopía, era una real
necesidad frente a las potencias europeas, organizadas en la Santa Alianza, y
frente al naciente imperialismo norteamericano, que el Libertador ya vislumbra
como el mayor de los peligros:
Por lo tanto, era urgente para las jóvenes naciones recién independizadas,
combatir el analfabetismo que cubría a la inmensa mayoría de la población y que
se había convertido en factor favorable a la dominación política e ideológica de
los americanos. El Libertador lo explica tajantemente en su discurso de
Angustura:
Como vemos, para Bolívar la ignorancia era una barrera cultural que obstaculizaba
la construcción repúblicas libres. Esta idea la reafirma en diversas ocasiones:
“La educación popular debe ser cuidado del Congreso. Moral y luces son los
polos de una república, moral y luces son nuestras primeras necesidades.” 17
EDUCACIÓN PRIMARIA
Si quería ver este futuro realizado, había que comenzar cuanto antes; ya en
Angostura Bolívar proponía al Congreso la creación de “una Cámara de Educación
encargada de la instrucción de los niños desde su nacimiento hasta los 12 años
cumplidos”.20
LANCASTER
Por eso, Bolívar aceptó con gusto la propuesta que le hiciera el pedagogo inglés
José Lancaster, de aplicar su novedoso método de enseñanza mutua. El método
lancasteriano -ideado inicialmente para Andrés Bel-, estaba basado en los
principios de autodisciplina y de ayuda mutua, hacía posible que un solo maestro
dirigiera el aprendizaje de 1.000 alumnos, ya que los más adelantados
comunicaban lo aprendido a sus otros compañeros.
Al ver el Libertador que ese método parecía ser el único capaz de promover pronta
y eficazmente la educación popular, trajo al educador inglés a nuestro continente y
promovió la creación de escuelas de enseñanza mutua y de normales para
capacitar maestros en toda la república.
Esta actitud progresista de Bolívar no fue bien recibida por la élite criolla, la cual
repetidas veces buscó la forma de acabar con las escuelas ya establecidas21.
Para mantener este proyecto Bolívar llegó a destinar sus propios dineros para su
sostenimiento22.
“La educación de los niños debe ser siempre adecuada a su edad, inclinaciones,
genio y temperamento”29, en la que reine un ambiente de compañerismo, donde
los niños puedan “auxiliarse, y compartir comodidades e incomodidades,
corregirse y estar unidos”30.
EL EDUCADOR POPULAR
El Libertador, que tuvo la fortuna de tener como maestros a Don Andrés Bello y a
Don Simón Rodríguez (Róbinson), valora a quienes escogen como profesión la
docencia al considerar que ellos “se consagran al objeto más noble que puede
tener un hombre: enseñar a sus semejantes”33.
“Los que llaman maestros de escuela, aquellos hombres comunes que armados
de azote, de un ceño tétrico y de una declamación perpetua, ofrecen más bien la
imagen de Plutón (o demonio), que la de un filósofo benigno.”37
Pero, ¿Cuáles son las cualidades que, para Bolívar, debe tener un Educador
Popular?
Este debe ser “no un sabio, pero sí un hombre distinguido por su educación,
pureza de sus costumbres, por la naturalidad de sus modales, jovial, accesible,
que se encuentra con mucho que imitar y poco que corregir”38.
“Un hombre de genio, que conozca el corazón humano y dirija con arte; un
sistema sencillo y un método claro y natural son los medios eficaces por donde la
escuela puede hacer, en pocos días, extraordinarios y brillantes progresos.”39
OBRAS
Pero no basta con aumentar la cantidad, hay que procurar que sus características
respondan a los objetivos del Libertador:
Estas obras efectuó Bolívar a favor de la educación popular; una vez lograda la
independencia convirtió varios conventos en escuelas públicas en Bogotá (1819) y
Cúcuta (1820).
“El Libertador expidió un decreto para que recogiesen los niños pobres de ambos
sexos... no en casas de misericordia a hilar por cuenta del Estado, no en
conventos a rogar a Dios por sus bienhechores; no en cárceles, a purgar la
miseria o los vicios de sus padres; no en hospicios a pasar sus primeros años
aprendiendo a servir como criados fieles y esposas inocentes...”45
Las niñas se acogían “en casas cómodas y aseadas” donde “dirigidas por buenos
maestros” aprendían oficios prácticos. “Se daba ocupación a los padres de los
9
niños” y tanto estos como sus hijos “gozaban de libertad” para abandonar el
establecimiento cuando quiera.
Para complementar su medida decretó que, para dotar a los pueblos indígenas de
escuela, se tomasen tierras de los resguardos.
Con enojo, encuentra Bolívar que “el gobierno, presidido por Santander, ha
despojado a las comunidades indígenas de sus resguardos, y ha confinado a sus
miembros en terrenos estériles y de menor extensión... so pretexto de instalar la
propuesta escolar”47.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Una tarea que debemos asumir los educadores populares es investigar su obra y
la de otros grandes pensadores latinoamericanos (Mariátegui, Martí, el Che
Guevara) para encontrar lo vigente de su pensamiento.
Sus revolucionarias ideas frente a la educación del pueblo son de gran vigencia
para quienes trabajan hoy en este proyecto. Tanto en su época como en la
actualidad, se oponen a los intereses de las oligarquías. Esto, en vez de
desanimarnos, debe impulsarnos a continuar la tarea trazada por Bolívar,
alentados por sus palabras:
“Por ardua que parezca esta empresa, no deben detenernos los obstáculos, otros
infinitamente mayores hemos superado, y nada parece imposible para hombres
que lo han sacrificado todo para conseguir la libertad.”
10
CITAS
1
Citado por Indalecio Liévano Aguirre, Bolívar, Edit. Oveja Negra, Bogotá, 1981, p. 92.
2
Los interesados en profundizar sobre la situación de América en este período, los remito al libro Las
Revoluciones en Hispanoamérica 1806-1826, de John Lynch. Editorial Ariel.
3
La burocracia del gobierno colonial era nombrada desde España. La intervención de los criollos en tal
gobierno, se reducía da los cabildos.
4
Lynch, John. Op. cit., p.30.
5
Octubre 17 de 1817. Obras Completas del Libertador Simón Bolívar, recapitulación de Vicente Lecuna.
Editorial Nuevo Horizonte, Bogotá.
6
Pastrana, Eduardo, “Bolívar y Martí en la Revolución americana”, Revista Teorema No.11, julio-agosto
1977.
7
Si el lector está interesado en profundizar en el pensamiento latinoamericanista del Libertador lo remito a las
obras del historiador cubano Francisco Pividal.
8
Proclama a la División Urdaneta (1814), Obras Completas, tomo III.
9
Carta de Jamaica en Escritos Políticos de Simón Bolívar, Edit. Alianza.
10
Proclama a los habitantes del río de la Plata, junio 12 de 1812, Obras Completas.
11
Carta a Patricio Cambell, Guayaquil 5 de agosto de 129, Obras Completas.
12
Discurso de angostura en Escritos Políticos de Simón bolívar.
13
Gutiérrez, Alberto S.J. “El pensamiento educativo el Libertador Simón Bolívar” en la Revista de la
Asociación Colombiana de Universidades, No.17 junio 1981.
14
Angostura, 15 de febrero de 1819.
15
Carta a su hermana María Antonia, Lima 25 de abril de 1825.
16
Bogotá, septiembre 17 de 1819.
17
Angostura.
18
Valencia, Albeiro, “Pensamiento político-educativo del Libertador” en Revista de la ASCUN¸ No.17, junio
1981.
19
Ibidem.
20
Angostura.
21
Rojas, armando. Ideas educativas de Simón Bolívar, Plaza y Janés editores, Barcelona, 1972, p.54.
22
Ibidem, p.55.
23
Gómez, Max, “Bolívar en la historia: el educador y el patriota” en Revista ASCUN, p. 40.
24
Rojas, Armando, op.cit., p.169.
25
Ibidem, p.71.
26
Valencia, Albeiro, o.p cit., P.79.
27
Rojas, armando, op.cit., p.176.
28
Ibidem, p.172.
29
Ibidem, p.172.
30
Ibidem, p.178.
11
31
Ibidem, p.172.
32
Ibidem, p.172.
33
Ibidem, p.175.
34
Ibidem, p.171.
35
Ibidem, p.181.
36
Ibidem, p.175.
37
Ibidem, p.175.
38
Ibidem, p.176.
39
Ibidem, p.179.
40
Pabón Núñez, Lucio, El pensamiento político del Libertador, Bogotá, Imprenta Nacional, 1955, p.189.
41
Rojas, Armando, op .cit.
42
Ibidem.
43
Ibidem.
44
Según el General O’Learly.
45
Rojas, Armando, op. Cit., p.181.
46
Valencia, Albeiro, op. Cit., p.85.
47
Ibidem, p.85.