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Análisis del libro: Ana Karenina de Liev N.

Tolstói
Contiene spoilers, se recomienda haber leído el libro previamente.

Intenciones bajo la lupa

Los contextos sociales, económicos y en general históricos de cada país, se suelen revelar
en las obras de literatura escritas en cada momento. Los autores crecen en condiciones
específicas de una época y, la mayoría lo de muestran en sus obras. Por ejemplo, Rusia en
1825 y hasta 1855, cuando Nicolás I estaba en el poder, se caracterizó por ser un país en el
que se pretendía mantener los valores tradicionales y continuar dándole el poder y
monopolio a la nobleza, a diferencia de otros países de Europa que buscaban desarrollar
políticas liberales, y este tipo de condiciones fueron plasmadas en los libros de autores
contemporáneos, como la clásica novela Ana Karenina de León Tolstói.

Dentro de una familia de la antigua nobleza en 1828, en Tula (165 km al sur de Moscú)
nació Liev Nikoláievich Tolstói, hoy en día uno de los escritores más conocidos de su país
por obras como: La muerte de Iván Illich, Los cosacos, Guerra y paz y Ana Karenina.
Tolstói comenzó su carrera en la década de 1850, y aun siendo joven, fue reconocido por su
estilo correcto frente a la los valores de la monarquía y la alta sociedad rusa. Sin embargo,
su ascendente carrera tuvo un periodo de estancamiento y fue criticado debido a los
cambios en lo considerado políticamente correcto, cuando Alejandro II remplazó a Nicolás
I en el poder, y trajo consigo la abolición de la servidumbre.
Algunas pruebas de la relación entre lo escrito por Tolstói y su vida se percibe en un ensayo
autobiográfico: Primeros recuerdos y Recuerdos, en el que divide su vida en cuatro
periodos relevantes. En el tercer periodo, durante el cual escribió Ana Karenina (1877)
decía: “-los dieciocho años que trascurrieron desde que me casé hasta mis despertar espiritual-
podría considerarme moral, desde el punto de vista de la opinión pública, ya que observé una vida
familiar ordenada, sin entregarme a ningún vicio censurable. Sin embargo, mis intereses se
reducían a las egoístas preocupaciones de la familia, a aumentar mi fortuna, a obtener éxitos
literarios y a toda clase de satisfacciones” 1 Cita que da a entender la intención del autor por
agradar al público, no incomodar con críticas y hacer dinero, lo cual es importante en la
búsqueda de las verdaderas intenciones del autor con la novela Ana Karenina.
En ese ensayo autobiográfico se revelan, además, similitudes de la vida personal del autor
con personajes y eventos de la novela en análisis, como por ejemplo: Nicolai, el hermano
mayor del personaje Levin en Ana Karenina, tiene problemas con la bebida y el cigarrillo,
y termina su vida viviendo con una prostituta, al igual que Mitenka, hermano un año mayor
que Tolstói. Además, tanto el personaje como el verdadero hermano mueren de una
tuberculosis, causada por este tipo de vida descrito.

1
Primeros recuerdos y Recuerdos, introducción.
En cuanto al libro, la historia narra la vida de Ana Karenina, Levin, sus familiares y
amigos. Toda la narración y lo que rodea a estos dos personajes se ve determinado por las
dinámicas de la clase alta de Rusia, lo que deja ver dos posibles caras de interpretación. En
el lado cara, el más superficial, el libro se suele entender como una crítica a los valores
ortodoxos, clasistas, machistas e hipócritas de la sociedad rusa, los cuales discriminan a
Ana por haberse enamorado después de casada y haber seguido ese sentimiento para
juntarse con el conde Vronsky. Ana a medida que afirma su romance, se ve cada vez más
segregada de los grupos y de los eventos sociales. A pesar de su belleza, Ana no es
determinada por sus antiguas amistades, no la invitan a los eventos y, uno de los peores
castigos es que le prohíben ver a su hijo Sergei. Las circunstancias son crueles solo con
ella, porque a Vronsky no se le juzga ni rechaza a pesar de ser él, quien sedujo a Ana,
sabiendo que era una mujer casada. El registro de estas conductas de la época, permiten
hacer las reflexiones con la perspectiva del 2019, y se da la oportunidad de cambiar y
conocernos en nuestros errores. Además, toda esta mísera situación es el producto de la
rebelión de un mujer y personaje principal ante lo tradicionalmente aceptado, iniciativa de
sublevación resaltable en la literatura.
Sin embargo, todo lo anterior se ve opacado cuando se mira el lado sello. Pues la valentía
que Tolstoi le otorga a Ana se ve severamente castigada en el desenlace de la historia.
Además, cuando el autor da explicaciones detallas de los sentimientos íntimos de los
personajes en la injusta realidad, deja una duda sobre la verdadera intención de hacer ese
registro. Parece que Tolstói está buscando resaltar los actos, más no juzgarlos. No se
sienten verdaderas ni tangibles las críticas; los dramas banales y las viciadas relaciones, a
parte de aparecer como meras descripciones de la época, se ven como elogios educativos
que se justifican, dándole muerte a Ana Karenina. Es decir, la interpretación del lado sello
es contraria a una crítica de la realidad social de la época y, más bien se entiende como un
intento del autor por conservar los valores de la antigua nobleza rusa.

Ahora, haciendo el mismo ejercicio con el personaje Levin, nos encontramos con que el
lado caro hace explícitos los cuestionamientos de la fe, de la vida citadina y sobre todo del
progreso y las verdaderas necesidades del campesinado. Levin, se muestra constantemente
como un hombre ajeno a los círculos sociales a pesar de haber crecido y compartido su
infancia en ellos. Él es un hombre sencillo, que da valor a la mano de obra. Más allá de
entender la importancia del campesino para su sustento económico, encuentra un gran
placer por los trabajos físicos y la sencillez de la clase que lo ejerce. “Una vez que hubieron
terminado de segar Machkin Verj, los campesinos pusiéronse sus caftanes y regresaron
alegremente a sus viviendas. Levin montó a caballo, se despidió de ellos con cierta tristeza y
regreso a su casa.
Al subir la cuesta, volvió la cabeza hacia atrás para mirar el campo. La niebla que ascendía del río
ocultaba ya a los labriegos. Solo se oían sus broncas voces joviales, sus risas y el ruido de las
guadañas al entrechocar.” 2
Pero el lado sello vuelve a oponerse a lo que muestra el lado cara y todo justificado de
nuevo por el final de la novela. Levin termina casándose con Kitty, muchacha totalmente
creyente, devota, practicante, hermosa y apetecida dentro del círculo social. Además, las
constantes discusiones que Levin mantenía con algunos personajes como con su hermano
Sergio, demuestran que el interés de Levin por el pueblo está basado en el tiempo libre y la
necesidad de más dinero para el campesino, yendo en contravía de la educación y la salud
que el zemstvo y la mayoría de países del viejo continente quiere implementar como
derecho.

En conclusión, se puede decir que el libro resalta comportamientos y actitudes negativos


para la actualidad, de los cuales se pueden hacer reflexiones, sin embargo, se pretende
poner en cuestión la verdadera intención del autor al narrarnos la historia de Ana Karenina
y de Levin. El punto más relevante para concluir lo que Tolstoi quiere, es poner en paralelo
el desenlace de la vida de ambos personajes principales. Por un lado, está Ana Karenina
que decide hacer lo “incorrecto”, llevar una vida basada en el “libertinaje” y termina
suicidándose de una manera horrible y cruel, por la presión que socialmente fue ejercida
sobre sus decisiones de vida. Y por el otro lado está Levin, quien a pesar de mostrarse
como el más alejado de los círculos sociales, termina realizando su vida junto a Kitty de la
manera más aceptada y “correcta”.
De esta forma se ve que la novela promueve la vida en familia con valores religiosos y
machistas dando así, prueba del punto de vista de Tolstói.
Un asunto resaltable, es el aprecio sincero de Levin por el trabajo y por los campesinos
como tal. Pues es cierto el valor que tiene la mano de obra y los trabajos físicos.
Socialmente no son apreciados, pero son tan fundamentales como los trabajos de escritorio
y académicos, pues sin ellos nada se podría llevar acabo. Así como se dice que cualquiera
puede hacer el trabajo de obrero, de cerrajero, de carpintero, de mesero, pasa lo mismo con
los trabajos que se necesita preparación, es cuestión de tener las oportunidades y por
supuesto el gusto. Finalmente, existe un placer infinito en los trabajos donde se comparte la
persona de igual a igual y no bajo una escala de títulos.

Escrito por Diego Rodríguez.


Contacto: Diegormate@gmail.com

2
Ana Karenina, tercera parte, cap VI, pag 339.

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