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carituto 4 LA LENGUA 4.1, LENGUAJE Y LENGUA ‘Terminada la exposicién de los puntos mas relacionados con la primera posibilidad de estudio del lenguaje, de la que hablabamos en 1.1., ahora podemos pasar a tratar los que estin mas relacionados con la segunda. es decir, la que otorga la primacia de la investigacién a los aspectos sistemati- cos, esquematicos 0 de conjunto de reglas en cuanto sistema, segin los distintos planteamientos tebricos, 0 sea, al modo como se construye la ‘comunicacién por medio del lenguaje, considerado hasta ahora, fundamental- mente, como fendmeno social. Al terminar el capitulo anterior veiamos que esta transicién al tratamiento inmanente, pura y exclusivamente lingaisti- co, no €s una postura real, sino metodologica, y que, para dar una vision que explique el fenémeno lingistico. precisamos combinar esta metodologia con los restantes elementos que, @ través del individuo, configuran los aspectos sociales que caracterizan el estudio del hombre. No obstante. intro- ITE 1 A ec > D Vad v ESTRUCTURA = SUMA D1 eo ESTRUCTURA DE SUPERFICIE” ACTUACIONES ACTUACION —* pe SUPERFICIE Et conjunto de reglas gramaticales que emplea un individuo genera su idiolecto, que es siempre individual. Lo que tienen de comiin distintos idiolec- tos forma un diasistema. El conjunto lengua esta formado pot varios diasiste- mas, que a sti vez estén formados por idiolectos, como tuvimos oc: de pormenorizar en 3.2, 4.5.12, Elesquema anterior relaciona adquisiciones de fa lingiistica gene- rativa y hechos y conceptos analizados por la sociolingiiistica; con ello, una vez mas, nos permitimos insistir en ta interaccién de todas las facetas que presentan los hechos lingiiistcos, necesaria para una explicacién concreta, sin que ello obste, repetimos, para que se empleen distintes métodos parciales en su estudio. Naturalmente, si se admite la explicacién propuesta en iiltimo lugar, con su doble juego de estructuras, profunda y de superftie, relaciona- das por reglas bien definidas, y su referencia ineludible al individuo, en el juego, también doble, de competencia y actuacién, habria que admitir también la importancia de la introspeccién que el individuo puede realizar sobre su competencia, en el andliss lingdistico, lo que 10 todos los lingdistas ‘stn dispuestos a hacer#®. 0 Cf Ra Adrados, en repetidas ocasiones, por ejemplo, en RSEL. 1. 1971, p. 198, 7 46. INTEGRACION DE SISTEMAS ‘Aunque hemos preferido retrasar la discusién de la dicotomia sincronia- diacronia a los capitulos de método, nos vemos obligados a tocar ahora algunos de sus aspectos, anticipadamente. Es cierto que, en general, podemos apoyar la afirmacién de McLennan?" de que Saussure descarta el habla del interés primordial de la lingiifstica, y aplica la consideracién sistematica de la interrelacién (oui rout se tient) a la sincronia, considerando los cambios diacténicos como procesos “espontineos y fortuitos”?!?, sin embargo, es en el Curso donde se afirma que “en cada instante el’ lenguaje implica la vez un sistema establecido y una evolucién”*"?, Esto ha de suponer, forzosamente, como ya ha destacado Coseriu?“, que la lengua cambia como sistema, que en su evolucidn es sistema que se hace, puesto que la lengua ¢s sistema en todo momento, pero sistema que, en todo momento, festé en evolucion. En cada sistema existe el germen del sistema futuro ¥ de la futura evolucién. como sefialaron los fundadores de la fonologia: Jakobson, Karcevski y Trubetzkoy. La concepcién de estos ultimos, tal como st expresa, p. ¢j., en “La phonologie actuelle", del iiltimo citado, supone una critica del modo de plantear Saussure la relacién sincrénico-di crénica. Es sintomatico que esta posicién no haya variado hasta hoy, y que Jakobson, en el que es, a la hora de fa primera redaccién de estas paginas, su iltimo trabajo publicado*"*, afirme tajantemente que “por una coincidencia significativa, el Circulo Lingiistico de Praga y el genetista Jacob han definido el objeto de sus estudios como ‘un sistema de sistemas”. 46.1. La brecha abierta en el sistema por la critica de los fondlogos deja paso a diversas sugerencias. En primer lugar, nos ocuparemos de una, en la que, de nuevo. reaparecen las viejas teorias humboldtianas, siempre vivas; nos referimos a la afitmacién de Vaiverde sobre el aspecto del lenguaje 18 proptnito de la negacién de Ia valider del etiterio de los informantes en ta valoracion (valuaci) de tz gramaticalidad de una oracin generada por las rglas 311"! problema del aspecio verbal, p. 138. 313 Cf et, Cosenu, “Determinacion y Entorne™. p. 285. 213 Gurso, p. 30. Corzo 41. Coseri, en Sincrota... 1 23... sefala. que “en In lengua hay inerdependencia entre el sey el devenir™. para lo Que remite @ von Wartburg. Problema Métodor de la Lingistica, Madrid 1951, pp. 13 y 88.229 y s%. asi como que “un estado 4e lengua es sinerdnico pero no estético”. para lo que remite a R. Jakobson, en Resuls of ‘he Conference of Anthropologists and Linguists, suplemento det 1..4.L... XIX. 2, Baltimore, 1983, pp. 17-18. Be Pid, VIL, 311 319 Nos referimos su restha de la obra de Frangois Jacob. The Logic of Lif en Linguistics, 1979, que citamos segin el preprint amablemente enviado por el maestro, p. 3 “Through ' significant coincidence, the Prague Linguistic Citcle and the geneticist Jacob have defined the object oftheir sjudies as “a eystem of systems 98 ‘cuando nos disponemos a utilizarlo?¥®, Valverde, muy influido por la concep- cin del lenguaje como actividad, ve en el mismo, mas la posibilidad que la determinacién, del mismo modo que Coseriu, cuando, segiin hemos visto, sefalaba que la norma suponia la eleccién de una de las varias posibilidades del sistema. La lengua seria asi una serie de posibilidades de expresin, con lo que un primer sistema englobaria los sistemas futuros y, en la permanente actividad, habria sistemas previos y futuros implicitos en el momento presente. Esta linea humboldtiana aparece, como no podia ser menos, en la escuela lingiistica espafiola, segin podemos observar en el texto de Diego Catalin que citamos?!”: “Todo estudio sincrénico de una lengua obra sobre una abstraccién muy artifical al tratar de reducir a un sistema de signos tnico lo que ‘en cualquier hablante es una pugna entre varios sistemas simulténeos y ‘a menudo incompatibles”. 4.6.2. El plurisistematismo que se observa en este texto, con €l que estamos de acuerdo?"*, contrasta con otro tipo de plurisistematismo, tal ‘cual se desprende del siguiente texto de Coseriu?"®, “Pero hay que subrayar que la lengua funcional no debe confundirse con la lengua histérica 0 idioma (como. por ejemplo, a lengua espatiola, la len- gua francesa, etcétera). Una lengua hist6rica puede abarcar no s6lo varias nor- ‘mas, sino también varios sistemas. Asi, por ejemplo, las realizaciones como {ké®aj y [késa], por caza, son igualmente espafiolas, pero corresponden a dos sistemas diversos... El ‘espaiiol’ es. por lo tanto, un ‘archisistema’ dentro del cual quedan comprendidos varios sistemas funcionales.” 4.6.3. Esta precision, muy importante, nos parece innegable, sin que ” por ello ataque nuestras ideas sobre el plurisistematismo, que van en otro sentido, precisamente en el aludido arriba de que, en la lengua (y por ello en la posibilidad de ser actuado por cualquier hablante) coexisten varios sistemas. Esta postura supone. por nuestra parte, como por parte de lo que Diego Catalan llama “escuela lingtistica espafiola”, la pretension de explicar la lengua por el juego de la sincronia y ia diacronia, pretensién pancrénica que puede apoyarse, también, en los ultimos textos de Jakob- son?#°, donde se afirma la validez de la confluencia, en lingilistica, de 26 Guillermo de Humboldt ci. p. 53. 3 Lg Excucla Lingistica Expatola y su Concepcion del Lenguaje, p. 32 2® Cf. Aprosimacién 2.2 y 3, passim 219 Sinerona, I 3.14 220 En Linguistics, 1974, cit, p. 2 ¢ la separata: “The necessary bond between such 1 teleological premite (I de reconocer Ia finalidad de los sistemas] on the one hand and ‘8 merger of diachrony with synchrony on the other remains valid in linguistics as. well Para el caricter teleologico de la Lingtistica, cf A. Llorene, Teoria, pp. 423 y siguientes, 99, sincronia y diacronia, y se proclama la “indisoluble interconexién” entre ambas. 464, La dimension pancrénica y su viabilidad han sido sometidas a estudio por A. Llorente?#!, quien cree en el cardcter pancrénico de la lingGistica general, superando la dicotomia saussureana, si bien admite la imposibilidad inmediata de tal lingUistica general pancrénica, cuando ain no se ha logrado una descripcién cientifica satisfactoria de las lenguas, con lo que se acoge a la opinién de André Martinet®?. Por encima de todo, la interaccién de milltiples sistemas en la lengua aparece cuando se examina el rendimiento funcional de las unidades que la constituyen, Por ello nos parece interesante incluir la opinién de uno de nuestros mas destacados semitistas, Federico Corriente, quien llega al tema que ahora nos interesa a través del estudio del cambio de funciones en relacién con morfos distintos como resultado del cambio diacrénico?™. En efecto, en la evolucién diacrénica puede ocurrir que la funcién que, en origen, era desempefiada por un tinico morfo, pase a ser desempefada también por otro, y que éste, de co-morfo pase a morfo bisico y que, incluso, llegue suplir al primer morfo en todas sus funciones, como resultado de la economia del sistema, con lo que el cambio llega @ su término. Corriente plantea luego la dificultad de determinar la eleccién discriminada entre morfos funcionales auténticos de la etapa anterior al cambio y morfemas sin funcién que aparecen antes de que el cambio Hlegue a su titima etapa, y que pueden dar la impresién equivocada, al menos a primera vista, de un rendimiento funcional. Se decide por la conmutacién como mejor método ‘ara realizar esta discriminacién, plantedndola de la siguiente manera: en ‘un conjunto paradigmitico, un miembro de este conjunto 0 serie flexiva (casual, temporal, modal) reemplaza a otro (la -o del dativo a la ~i del genitivo, por ej); puede ocurrir entonces que se produzca una variacién ‘gramatical entre los coatenidos légicos de ambas expresiones, en ese caso hay rendimiento funcional, © puede ocurrir que la conmutacién origine una frase agramatical, 0 que no haya diferencia ninguna, en cuyo caso puede tratarse de que sea un conjunto secundario de morfos?** 0 bien tun sistema muerto, un legado del pasado que ya no tiene actividad, pero que sobrevive amparado en el cardcter conservader y tradicionalista del lenguaje. Los sistemas muertos y los vivos se entrelazan sincrénicamente, hasta el punto de que, a menudo, una gran cantidad de hablantes recurren 285 Op. cit. esp. pp. 422, 438 233 Lingua, | 2 “On the Functional Yield of Some Synthetic Devices in Arabic and Semitic Morphology” ‘en The Jewish Quarterly Rev., LXII, 9p. 20-50, exp. 31 y se. Agradeaco a mi amigo J.-M FForneas que haya llamado mi atencion sobre este interesante trabajo. 216" Ag ocurria cuando el hablante latino tardio utiizaba los morfos de la 1* declinacion, dave, por los de la 52, desi 100 al aprendizaje memoristico (inconsciente) de gran cantidad de férmulas fijas que les permiten salvar su falta de habilidad para identificar formas y funciones (morfemas y logemas, més precisamente, en la terminologia ‘que aplica Corriente). Los hablantes, por su parte, se dedican también a la busqueda de nuevas marcas funcionales que permitan superar lo que hay de seco y muerto en esas formulas fijas, restos de sistemas sin funcion dad, con lo que se avecinan nuevas alteraciones del sistema, nuevos sistemas conviventes. 4.6.5. De este modo, los individuos van aportando numerosas variacio- nes, reliquias premoniciones de caracteres funcionales que han sido o serin sistemiticos; la lengua se configura y desfigura simulténeamente, ofte- ciéndose al observador, una vez més, como ese circulo humboldtiano en el que del lenguaje-actividad surge el lenguaje-producto, para que éste, 2 su vez, en unién de otros factores, como sabemos, determine unz nueva actividad lingiistica, en una perenne actividad productora. La consideracién de la lengua como sistema de sistemas vuelve a salvar tanto la antinomia Jengua-habla, como la de sincronia y diacronia. 101

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