La responsabilidad moral es la obligación de reconocernos como autores de nuestros actos ante la propia conciencia y ante la sociedad. Se considera conciencia a la facultad humana para decidir acciones y hacerse responsable de las consecuencias de acuerdo a la concepción del bien y del mal. La libertad es la facultad que tiene el ser humano de obrar según su criterio, y ésta puede ser regida en cada ser humano de acuerdo a distintos criterios. La libertad debe ser ejercida desde la individualidad de cada persona, con respeto y con responsabilidad moral, pues ésta no busca actuar sin asumir las consecuencias de las acciones. La autonomía moral se refiere a la capacidad que tiene cada individuo de poder realizar sus propias decisiones, mientras que la heteronomía moral indica que las normas morales proceden de otros individuos.