Está en la página 1de 14
Una historia mejor Glynn Harrison ecer humano Agora E éQuién soy hoy?: La cinta sin fin de la autoidentificacién “jSimplemente, sé tu verdadero yo!”. Esto es mds que una su- gerencia: es una promesa. El llamamiento moderno a la autentici- dad, a ser fieles a la persona que llevamos dentro, comercializa la promesa de un sentido de identidad propia més fuerte y durade- to. Tiene que ver con la libertad y la realizacién y, como resultado de ello, estamos mas obsesionados que nunca con las cuestiones telativas a la identidad. Pero, cha cumplido sus promesas la revo- lucién? En el mundo actual de la autoexpresidn, jes cada vez mds ficil ser “uno mismo”? No existe una definicién sencilla y consensuada de la identi- dad, pero en este caso me refiero a la identidad como la “esen- Cia” interior que permite a las personas desempefar distintos roles sociales pero conservando la sensacién de ser una y la mis- ma persona.' Es la historia que nos contamos sobre nosotros 185 UNA HISTORIA MEJOR mismos: la narrativa interna que proporciona pene 10 rencia a nuestras vidas. Y che. El reto de la coherencia El ritmo y la escala de los cambios culturales y tecnoldgi COS de alcanzay Pasado, la gente Se asentaba en pa duradero, Casatse, tener hijos. Ahora la transicién de la adolescencia a | las uiltimas décadas hacen que cada vez sea més dificil este sentido de estabilidad y de coherencia. En el en un estadio bastante temprano de sus vidas, trones relativamente estables: tener un empleo ‘a adulter se extiende hasta pasados los treinta afios, y hay una gama de posi. bilidades siempre creciente que ofrece cada vez més Opciones para saber cémo ser “uno mismo” en nuestros tiempos. Atn es mds importante el auge de la hiperconectividad, que consiste en estar siempre conectados a redes sociales y a corrientes de informacién. Se calcula que en 2011 hubo mis dispositivos conectados a internet que el ntimero de personas que hay en el mundo, y la cifra sigue aumentando.? Resulta dificil predecir to- talmente el impacto de estos cambios, pero a medida que la gen- te, por mediacién de la tecnologia, experimenta la difuminacién de las fronteras entre la vida social, el trabajo y el hogar, cada ver resulta més dificil mantener un sentido peculiar de ser un indivi- duo distinto a otros. ; ; : . for- Ademés, los medios sociales proporcionan nuevas plata : ; 5 . «poner dé mas para el desarrollo de identidades online. Al dispon icaci 7 : illaje at aplicaciones para alisar las arrugas o aplicar un maquillaj oan do en tificial, ahora te puedes presentar (o representar) al mum 186 2QUIEN SOY HOY? formatos muy editables. La opcién més radical que es la ciru- gfa plastica también se ha disparado en la cultura occidental durante los Ultimos afios. En una encuesta reciente que hizo Ja Academia Americana de Cirugia Facial Plastica y Recons- tructiva, Un 64 por ciento de cirujanos plésticos informé de un aumento en el uso de cirugia estética o de tratamientos inyec- tables en pacientes menores de 30 afios, lo cual se atribuyé en su mayor parte a la influencia de las imagenes presentes en los medios sociales.* La posibilidad de crear una identidad virtual online es otro acontecimiento radical. Algunos individuos piensan que solo pueden alcanzar su “Verdadera” identidad cuando desempefian su rol como avatar: En la vida real tengo muchas discapacidades, pero en Star Wars Galaxies puedo montar en una moto imperial, lu- char contra monstruos 0, simplemente, socializar con mis amigos en el bar.‘ Como respuesta a estos acontecimientos podriamos decir que alo largo de la historia las personas han padecido trastornos so- ciales de uno u otro tipo, de modo que, jde verdad ha cambiado algo? Creo que, en realidad, nuestra cultura contemporanea pro- Pulsada por la tecnologia introduce algo nuevo y potencialmente Siniestro, Lo que hace que el momento presente sea tan tinico es la convergencia de cambios acelerados que difuminan las fronte- tas de la realidad y de un individualismo radical que la redefine. Como vimos en el capitulo 2, toda esta drea plantea a lo grande a pregunta: “3Qué es real?”. 187 UNA HISTORIA MEJOR Pero, gpor qué nos tiene que importary A primera vista, el proyecto moderno de la . @WUOcong ofrece unas libertades nuevas y emocionantes i loca del ae la Cult cempordnea nos coloca delante una variopinta col sibilidades para inventarnos a nosotros mismos cansamos de una opcién, podemos simplemente TUccigy Ta con, leccigy Y Cuandy hog , elegir tra, .y por qué no? é El problema es evidente. En un mundo de Opciones ilimitad, y posibilidades inacabables, sin guia o mapa que nos —— ne un punto de referencia externo, ¢cémo elegir entre welidate opuestas? Cuando miramos a nuestro interior, ;qué faceta is experiencia nos ayudard a decidir hoy? ;Debemos seguir este pen. samiento pasajero 0 aquel capricho? ;Nos guiamos Por este senti- miento o por aquel impulso? O quiza todo consista en entrar en contacto con el héroe que llevamos dentro. Pero, gqué ocurte si ese héroe resulta ser escu- tridizo? zY si el yo que encuentras en tu interior es un ser débil, vulnerable y bastante dependiente? ;Y qué pasa si aumentan tus sospechas de que el propio concepto de tu héroe interior es algo que te han vendido otros? zY si te lo has tragado todo: el cebo, el anzuelo y el plomo? Dentro de una cultura consumista y m= nipuladora, lejos de ser los arquitectos de nuestro destino, quiz toda esa idea de inventarnos a nosotros mismos no sea més que otro articulo que nos han vendido, y que el verdadero motor d¢ la vida no radique en absoluto en el individuo. uma jo- Compara estas dos situaciones. Hace un par de siglos, fn eee ‘ i rio ven educada que se acerca a su vigesimoprimer aniversal 188 \ 2LQUIEN SOY HOY? snteior” Y descubre el anhelo poderoso de contraer matri- wo, llevar una casa y tener hijos, Hasta aqui, todo bien. Pero i descubre que, junto al primer deseo, hay otro impulso: amb" estar al frente de algo mds grande que una casa, quiz4 una ere . Pa qe o tal vez incluso dedicarse a la politica. Sabe que puede graye hacerlo» pero las convenciones sociales de su época la llevaran a inar el segundo conjunto de deseos y a alimentar el primero. elim Demos un salto en el tiempo para ver a esa misma joven que esta acabando el segundo curso de una carrera universitaria que consta de tres. Lo que pasa es que ahora lo que mas desea es cqsarse y tener montones de hijos con el amor de su vida. Hoy dfa, el mero hecho de pensar en asentarse con una familia a una edad tan temprana se considerarfa irresponsable. Y, francamente, desperdiciar sus talentos y recortar de esta forma las elecciones que tiene en la vida parecerfa casi inmoral, dada la gran cantidad de dinero que han invertido sus padres en darle una educacion. Su cultura vocifera “jSé ti misma!”, pero luego erige una directriz muy clara sobre qué aspecto permitird que tenga ese yo. Sin tener en cuenta lo bueno y lo malo de estas dos circuns- tancias distintas, lo que quiero decir sencillamente es que esta mujer tan capaz es menos libre de lo que piensa. Podras decirme que, al menos, hoy dispone de una gama de opciones mucho mas amplia, Es verdad, pero seria absurdo ignorar la fuerza que tienen les “*Pectativas culturales modernas sobre qué es lo que tiene que cgi. El poder de la cultura para dar forma a las actitudes y a las “Pectativas no €s menor que antes; simplemente, es mis eficaz al “Neafiay fli "0s, para que pensemos que tenemos més libertad. 189 UNA HISTORIA MEJOR Entonces, habiendo revisado las contradicciones Son d meollo de la btisqueda moderna de la autoidentificac ién, Mpre Cias, cambios culturales que provocan una fragmentacign y ciente, pasemos a considerar algunas de las consecuen, Cte. Las consecuencias de la autoidentificacign Los riesgos para la salud mental y el bienestar Primero, veamos los riesgos para la salud mental. La Posesign de un sentido relativamente estable de quiénes somos forma parte integral del desarrollo psicolégico saludable y de nuestro bien- estar como individuos. Sin un niicleo interno estable que pro- porcione coherencia y propésito, nos cuesta mds resistitnos a las recompensas a corto plazo y dedicarnos a los objetivos a largo plazo. Estamos mds a la merced de las expectativas de otros, 22- randeados de un lado para otro por las corrientes agitadas de la cultura y del entorno. Nos sentimos vacios y solos. Como resul- tado de ello, es plausible (aunque no probable en este momento) que un aumento reciente de las autolesiones entre los jévenes sea atribuible, al menos en parte, a esta fragilidad moderna del yor La capacidad para actuar eficazmente y con confianza, pat? dar amor y recibirlo, también exige un sentido del valor y a 2 importancia que tenemos como individuos. Pero si el yo oe metido a un flujo constante, inmerso en unas arenas ae de dudas y reinvenciones, zcémo es posible que algo t” a ” do conserve un sentido de su propio valor? El engafio del m° ede i 7 . : se pu' miento de la autoestima ha sido sugerir que ese valor s€ P 190 eQUIEN SOY HOY? afirmar sin mas: “jSoy especial!”, “jAhora los demas se sentiran atrafdos por mi!”, “;Piensa en positivo!”. Pero, tal como han demostrado los estudios, en lugar de producir versiones nuevas y mejoradas de uno mismo, estos intentos de autoafirmarse ha- cen que las personas que tienen poca autoestima se sientan mds deprimidas que nunca.° Sencillamente, el yo moderno es demasiado débil, demasiado inseguro, para sustentar un sentido de su propia valia. La auto- afirmacién, como la autoidentificacién, defrauda a las personas que mas la necesitan. De hecho, existen evidencias fiables de que Ja busqueda de la autoestima por amor a sf misma induce a las personas a que se esfuercen més y que busquen con ahinco la aprobacién ajena.’ Siempre es dificil que te creas tu propia pro- paganda, y en definitiva eso es lo que es. los riesgos para la sociedad y para las relaciones En segundo lugar, los temas relativos a la identidad son im- portantes para la calidad de nuestras relaciones y para la capaci- dad de formar comunidades cooperativas. Las buenas relaciones dependen de la capacidad de anticipar las necesidades de otros y de responder a ellas de formas predecibles. Esto resulta especial- Mente importante en las familias en las que la estabilidad es fun- damental para el desarrollo saludable de los nifios. Pero cuando los individuos cambian los aspectos de su personalidad 0, més dramaticamente, de su sexo, edad o etnia, la estabilidad se ve per- judicada. Y dado que una identidad fragmentada, débil, pone en peligro en todo momento el valor que te concedes a ti mismo, la “mpatia también queda reducida. Cuando hay que invertir tanto 191 UNA HISTORIA MEJOR cuidado y atencidn en uno mismo, no quedan muchos te € i ir CUtso, emocionales que compartir con otros, s El victimismo como identidad y el enfriamiento de la libre expresién En tercer lugar, la fragilidad de la identidad parece estar telacio. nada con una creciente obsesién por la autoproteccidn, algo Pe se observa en muchos campus universitarios. Para algunos, que a menudo se encuentran entre los mas comunicativos y mas involu. crados en Ia politica, la identidad parece fundamentarse en cierto tipo de estatus de victima. Los oradores visitantes cuyos puntos de vista pueden ofender son expulsados del escenario, o se plaga sus disertaciones de “advertencias” para proteger a los vulnerables ya los confiados de cualquier ofensa o de algtin perjuicio psicolégico, Esta busqueda de “lugares seguros” en los campus proyecta una imagen del yo como algo frdgil y herido, que necesita mimos y proteccién. Por supuesto, toda sociedad debe plantearse qué limites va a imponer a la propagacién de ideas potencialmente nocivas, pero la identidad de victima consolida el concepto del yo como algo débil y sometido a peligros constantes. De hecho, proyecta un yo tan vulnerable que hay que hacer que la propia realidad se adapte a sus necesidades. Los riesgos para el desarrollo de la identidad de género ion de 10 2, ede Por tiltimo, hoy dia es muy frecuente detectar la confusi identidad en la esfera del género. Como vimos en el capitt ; . : een esta es un area compleja, donde un poco de informacion P' 192 4QUIEN SOY HOY? ser peligroso. Si quieres saber mas, el psicélogo Mark Yarhouse ha realizado una revisién erudita del material académico en su libro Understanding Gender Dysphoria (“Cémo entender la dis- foria de género”).® Sin embargo, tenemos que replantearnos brevemente este fe- ndémeno, porque, como dijimos antes, se est4 usando la expe- riencia de una pequefia minorfa de personas para justificar una nueva ideologia de género que se impone a la mayoria. Esto no solo afecta al pronombre que debes usar para dirigirte a una persona con disforia de género, por respeto a su sentido inter- no del conflicto, sino que pone en tela de juicio si deberfamos usar pronombres basados en el género bioldgico de la perso- na. Como consecuencia, somos testigos de llamamientos para la eliminacién del sexo como caracteristica definitoria en los pasaportes y en otros documentos personales. Atin es mds pre- ocupante el ritmo al que los nifos estan siendo atraidos a este nuevo paradigma. Se les dice que el género es “fluido” y que el mayor indicador del mismo no se encuentra en la forma de tu cuerpo sino en el estado de tu mente. Aqui el problema radica en que los intentos para satisfacer las necesidades de los pocos (por muy bienintencionados que sean) pueden provocar confusién y perjuicio para los muchos. Los nifios los jévenes se ven sometidos a un experimento social no ensayado que conlleva la interferencia potencial con el desarrollo de su iden- tidad de género, que hasta ahora y para la inmensa mayoria habia Procedido de una forma totalmente satisfactoria. Ademds, como vimos antes, la légica de la autoidentificacién se aplica en entornos Muy alejados de las cuestiones de género (por ejemplo, la edad, la 193 UNA HISTORIA MEJOR etnia y la especie), y nadie sabe adénde nos llevarg es tO. Sen ; , a mente, no tenemos idea de cémo se desarrollarén an ‘Neill. 4S Nuevas ¢ mas de pensar sobre el hecho de ser humanos, ni de 108 tig 9S fg, 808 qu le i: ali ‘ es. Indlusg algunos secularistas, que normalmente no querrian saber n d: ada q ie 98 tle. plantean al progreso humano y al bienestar de los nif los valores cristianos, empiezan a tener serias dudas sobre |, mas tendencias de esta revolucién constante. Una Ultima reflexién En los ultimos capitulos hemos puesto en la balanza las Prome- sas de la revolucién sexual y hemos visto que no dan el Peso. Sin embargo, hemos tenido la prudencia de admitir que no todo son malas noticias: la revolucién ha introducido algunas libertades y oportunidades nuevas, sobre todo para las mujeres. Aquellos que antes se vefan empujados a la periferia han hallado la justicia y la inclusién social, y estos son resultados que debemos recibir con agrado y celebrar. Pero cuando tomamos cierta distancia y con- templamos todo el paisaje de la revolucién, constatamos cémo se somete a los nifios a injusticias, c6mo hay més personas que nunca antes que viven solas, cémo entre los pobres se hunde la institucién del matrimonio; vemos los eriales sin padres de la ca- rencia social y la invasién de la pornografia en la infancia. Uno de los mensajes centrales del evangelio es que Jos idolos siempre piden més y mds, pero cada vez dan menos, hasta que al final lo tienen todo y tti no tienes nada. Lo mismo sucede aqui. Lo irénico es que, después de la revolucién, incluso cuan- do la gente sigue obsesionada por su identidad, no tienen ee ni mejor sexo que antes. Las ideas centrales de la revolucion Oe 194 2QUIEN SOY HOY? és mismo”, “encuentra a tu yo interior”) parecen ser solo una t jdolatria mas. Noes momento de regocijarse, sino de lamentarse. Los cristianos ortodoxos, con su cultura de la vergiienza impropia de la Biblia, prepararon el camino para buena parte de la revolucién sexual. Y a medida que esta cobraba impetu, nuestra incapacidad cobarde de articular una vi una fuente constante de vergiienza: somos nosotros los que hemos sido pesados en balanza y hallados faltos. No desarrollaremos una respuesta genuinamente radical a la revolucién hasta que hayamos reconocido plenamente la responsabilidad que compartimos. Y nunca hablaremos con conviccién de las buenas noticias para el mundo hasta que ganemos esa batalla en nuestros corazones. (6n alternativa de la realizacién sexual sigue siendo De modo que en la Tercera Parte preguntamos por fin: nece- sitamos una historia mejor, pero, ;qué pinta tiene? ;Cémo debe- mos responder? zY cual es el punto de partida? Como hemos visto en este capitulo, actualmente, después de cinco décadas de desa- trollo, la revolucién sexual plantea la pregunta mas importante de todas: ¢qué significa ser humano? Y aqui es donde debe empezar nuestra propia historia. Ideas clave de este capitulo * Laidentidad se refiere a la posesién de un nticleo interior que Nos permite movernos entre distintos roles mientras conserva- mos la sensacién de ser la misma persona. Esta historia inte- tior es la que aporta significado y coherencia a nuestras vidas. 195 UNA HISTORIA MEJOR Los cambios culturales y tecnolégicos import is dificil foriar yn ®* SBHif can que cada vez resulta mds dificil forjar ys i. Uste; ; aa ree tar coherencia interna, y el individualismo radical Jo eta Std po. que con. es la con. Minan los al que pre. niendo més dificil que nunca. Sin embargo, lo vierte el momento presente en tan excepcional vergencia entre los cambios acelerados que difu, limites de la realidad y un individualismo radic. tende redefinirla. La confusién resultante potencia los tiesgos para la salud mental y la cohesién social. Fomenta la identidad de Vice tima y la creciente confusién sobre nuestros Cuerpos y la fluidez de género. Estos tiesgos pueden ser especialmente peligrosos para los jévenes y los nifios durante los afios més formativos de sus vidas. Biblia y Cultura Los arquitectos de la revolucién sexual cautivaron la imaginacién popular porque conocian el poder que tienen los Reunieron ideologias nuevas y radicales, a menudo y dificiles de asimilat, cohesiondndolas en la ‘ms sencilla de la narrativa. Lo que es mas importante, forjaron narrativas que apelaban a los instintos ‘morales de las personas ordinarias y de buena fe. Esta visién, ralé a la iglesia y silencié a sus vacilantes relatos. complejas estructura moral acor apologistas. creyendo que tienen ética sexual, tienen por delante dos grandes mision: prioridad esencial es averiguar qué elementos han tanto en nuestra concepcid| como de lo que esta ensefia y en el modo en que o nuestra postura a los que no pertenece| hemos de ofrecer una historia mejor, ‘bn con tanta fuerza que el m proporci tan estrepitosamente, expuest Despué nuestra imaginaci que esto sea cierto”. Este libro ada, de raigambre b{blica, que debe “quiero moral confi con oracién y con coraje. EL AUTOR Glynn Harsison fue profesor y Jefe del departamento psiquiatria de la Universidad de Bristol, Reino Unido. ejercié como psiquiatra y terapeuta. ‘Actualmente desarrolla amplia labor como escritor y conferenciante @ nivel internacio! sobre temas relacionados con fe cristiana, psicologia, neurocienci asi como, cuestiones que relacionen la cultura y la y psiquiacrla, cosmovisién cristiana. n $ = poet Entarmeria enue te — Cires| Pine, | Qos | dear Fes eee, ==. = 3 = F=3 vA e Q a i i

También podría gustarte