Está en la página 1de 4

Gases Ideales, ley de Boyle y ley de Charles

En un gas las moléculas individuales están tan distantes entre sí, que las fuerzas de cohesión que existen entre
ellas por lo general son pequeñas. Si bien es cierto que la estructura molecular de diferentes gases puede
variar en forma considerable, su comportamiento casi no se ve afectado por el tamaño de las moléculas
individuales. Se puede decir con bastante seguridad que cuando una cantidad grande de gas está confinada en
un volumen reducido, el volumen ocupado por las moléculas todavía resulta ser una fracción minúscula del
volumen total.

Una de las generalizaciones más útiles respecto de los gases es el concepto del gas ideal, cuyo
comportamiento no se ve afectado en lo absoluto por fuerzas de cohesión o volúmenes moleculares. Por
supuesto, ningún gas real es ideal, pero en condiciones normales de temperatura y presión, el comportamiento
de cualquier gas es muy parecido al comportamiento de un gas ideal. Por consiguiente, las observaciones
experimentales de gran número de gases reales pueden conducir a la deducción de leyes físicas generales que
rigen su comportamiento térmico. El grado en el que cualquier gas real obedece estas relaciones está
determinado por el grado en que se aproxima al gas ideal.

Las primeras mediciones experimentales del comportamiento térmico de los gases fueron realizadas por Robert
Boyle (1627-1691). Él llevó a cabo un estudio exhaustivo de los cambios en el volumen de los gases como
resultado de cambios en la presión. Todas las demás variables, como la masa y la temperatura, se mantuvieron
constantes. En 1660. Boyle demostró que el volumen de un gas es inversamente proporcional a su presión. En
otras palabras, cuando se duplica el volumen, la presión disminuye a la mitad de su valor original. En la
actualidad, este hallazgo recibe el nombre de ley de Boyle.

Ley de Boyle: Siempre que la masa y la temperatura de una muestra de gas se mantengan
constantes, el volumen de dicho gas es inversamente proporcional a su presión absoluta.

Otra forma de enunciar la ley de Boyle consiste en decir que el producto de la presión P de un gas por su
volumen V será constante, en tanto no cambie la temperatura. Consideremos, por ejemplo, el caso de un
cilindro cerrado provisto de un émbolo móvil, como se muestra en la figura I. En la figura Ia, el estado inicial del
gas se describe por medio de su presión P1 y de su volumen V1. Si el émbolo se presiona hacia abajo hasta que
llegue a la nueva posición que aparece en la figura Ib, su presión se incrementará a P2 mientras su volumen
disminuye a Este proceso se muestra gráficamente en la figura II. Si el proceso ocurre sin que cambie la
temperatura, la ley de Boyle revela que

𝑃1 𝑉1 = 𝑃2 𝑉2 𝑚 𝑦 𝑇 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠

Dicho de otro modo, el producto de la presión por el volumen en el estado inicial es igual al producto de la
presión por el volumen en el estado final. La ecuación es un enunciado matemático de la ley de Boyle. La
presión P debe ser la presión absoluta y no la presión manométrica.

Figura I Figura II

Recuerde que para poder definir el cero absoluto, debemos considerar que el volumen de un gas se incrementa
directamente con su temperatura. El resultado (-273°C) se obtiene extrapolando la línea en la gráfica de la
figura III. Por supuesto, cualquier gas real se volverá líquido antes de que su volumen llegue a cero. Pero la
relación directa es una aproximación válida para la mayoría de los gases que no están sujetos a condiciones
extremas de temperatura y de presión.
El primero que comprobó experimentalmente esta proporcionalidad directa entre el volumen y la temperatura
fue Jacques Charles en 1787. La ley de Charles se enuncia de la siguiente manera:

Ley de Charles: Mientras la masa y la presión de un gas se mantengan constantes, el volumen de


dicho gas es directamente proporcional a su temperatura absoluta.

Si se usa el subíndice 1 para referirnos al estado inicial de un gas y el subíndice 2 para referirnos a su estado
final, se obtiene el enunciado matemático de la ley de Charles.

𝑉1 𝑉2
= 𝑚 𝑦 𝑃 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠
𝑇1 𝑇2

Figura III

Ley de Gay-Lussac

Las tres cantidades que determinan el estado de una masa dada de gas son su presión, volumen y
temperatura. La ley de Boyle se ocupa de los cambios de presión y de volumen a temperatura constante, y la
ley de Charles se refiere al volumen y temperatura bajo presión constante. La variación de presión como
función de la temperatura se describe en una ley atribuida a Gay-Lussac.

Ley de Gay-Lussac: Si el volumen de una muestra de gas permanece constante, la presión


absoluta de dicho gas es directamente proporcional a su temperatura absoluta.

Esto significa que si se duplica la presión aplicada al gas, su temperatura absoluta se duplicará también. La ley
de Gay-Lussac en forma de ecuación puede escribirse como

𝑃1 𝑃2
= 𝑚 𝑦 𝑉 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠
𝑇1 𝑇2

Leyes generales de los gases

Hasta ahora hemos estudiado tres leyes que pueden usarse para describir el comportamiento térmico de los
gases. La ley de Boyle, como se enuncia en su ecuación se aplica a una muestra de gas cuya temperatura no
cambia. La ley de Charles, como se indica su la ecuación se aplica a una muestra de gas a presión constante.
La ley de Gay-Lussac, en su ecuación, corresponde a una muestra de gas a volumen constante. Por desgracia,
generalmente ninguna de estas condiciones se satisface. Lo más común es que un sistema sufra cambios de
volumen, de temperatura y de presión como resultado de un proceso térmico. Una relación más general que
combina las tres leyes es la siguiente:

𝑃1 𝑉1 𝑃2 𝑉2
= 𝑚 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒
𝑇1 𝑇2

donde (P1, V1, T1) pueden considerarse como las coordenadas del estado inicial y (P2, V2, T2) las coordenadas
del estado final. En otras palabras, para una masa dada, la razón PVIT es constante para cualquier gas ideal.
Ahora vamos a considerar el efecto de un cambio de masa en el comportamiento de los gases. Si la
temperatura y el volumen de un gas confinado se mantienen constantes, al añadir más gas habrá un
incremento proporcional en la presión. En forma similar, si la presión y la temperatura se mantienen fijos, al
aumentar la masa habrá un aumento proporcional en el volumen del recipiente. Podemos combinar estas
observaciones experimentales con la ecuación anterior para obtener la relación general:

𝑃1 𝑉1 𝑃2 𝑉2
=
𝑚1 𝑇1 𝑚2 𝑇2

Masa molecular y mol

Aun cuando es difícil determinar la masa de los átomos individuales debido a su tamaño, por medio de métodos
experimentales se ha logrado medir la masa atómica. Por ejemplo, ahora sabemos que un átomo de helio tiene
una masa de 6.65 × 10−24 𝑔. Cuando se trabaja con cantidades macroscópicas como el volumen, la presión y la
temperatura, es mucho más adecuado comparar las masas relativas de los átomos individuales.

Las masas atómicas relativas se basan en la masa de un átomo de referencia que se conoce como carbono 12.
Al asignar arbitrariamente un valor exacto de 12 unidades de masa atómica (u) a este átomo, se cuenta con un
patrón con el cual se pueden comparar otras masas atómicas.

La masa atómica de un elemento es la masa de un átomo de dicho elemento comparada


con la masa de un átomo de carbono tomado como 12 unidades de masa atómica.

Sobre esta base, la masa atómica del hidrógeno es de aproximadamente 1 u, y la masa atómica del oxígeno es
aproximadamente de 16 u.

Una molécula consiste en una combinación química de dos o más átomos. La definición de masa molecular
surge de la definición de masa atómica.

La masa molecular M es la suma de las masas atómicas de todos los átomos que
componen la molécula.

Al trabajar con gases, notamos que tiene más sentido considerar la cantidad de sustancia en términos del
número de moléculas presentes. Esto lleva implícita la creación de una nueva unidad de medida llamada mol.

Una mol es la cantidad de una sustancia que contiene el mismo número de partículas que el
número de átomos que hay en 12 g de carbono 12.

Tomando como base esta definición, 1 mol de carbono debe ser igual a 12 g. Puesto que la masa molecular de
cualquier sustancia se basa en el carbono 12 como patrón, entonces:

Una mol es la masa en gramos numéricamente igual a la masa molecular de una sustancia.

La razón del número de moléculas N al número de moles n debe ser igual al número de Avogadro NA.
Simbólicamente:

𝑁
𝑁𝐴 =
𝑛

Hay varios métodos experimentales para determinar el número de Avogadro. El valor aceptado para NA es:

𝑁𝐴 = 6.03 × 1023 𝑀𝑜𝑙é𝑐𝑢𝑙𝑎𝑠/𝑚𝑜𝑙

La forma más sencilla de determinar el número de moles n contenidas en un gas es dividiendo su masa m en
gramos entre su masa molecular M por mol. Por tanto:
𝑚
𝑛=
𝑀
La ley del gas ideal

Sigamos adelante con la búsqueda de una ley más general de los gases. Si se sustituye el número de moles n
para la masa m en la ecuación general de la ley general de los gases, podemos escribir:

𝑃1 𝑉1 𝑃2 𝑉2
=
𝑛1 𝑇1 𝑛2 𝑇2

Esta ecuación representa la forma más útil de una ley general de los gases cuando se conocen todos los
parámetros de los estados inicial y final, excepto una sola cantidad. Una expresión alternativa de la ecuación
anterior es:

𝑃𝑉 = 𝑛𝑅𝑇

donde R se conoce como constante universal de los gases. Si es posible evaluar R bajo ciertos valores
conocidos de P, V, n y T, la ecuación anterior se puede usar directamente sin contar con ninguna información
acerca de los estados inicial y final. El valor numérico para R, por supuesto, depende de las unidades elegidas
para P, V, n y T. En unidades del SI, el valor es:

𝑅 = 8.314𝐽/𝑚𝑜𝑙 ∙ 𝐾

Siempre que la densidad de un gas real es razonablemente baja, la ley del gas ideal es válida para cualquier
gas o incluso una mezcla de varios gases en tanto que sus moléculas estén separadas lo suficiente, se puede
aplicar la última ecuación, siendo n el numero de moles.

También podría gustarte