Está en la página 1de 2

LA PENA DE MUERTE Y EL DERECHO A LA VIDA

La pena de muerte, es la mayor condena que puede tener una legislación, esta consiste en que se
produzca la muerte de una persona que ha cometido un delito grave o capital al incumplir la ley.
Esta decisión la toma el Estado como sanción por el delito que se cometió. En consecuencia, la
pena de muerte es considerada una pena corporal porque el castigo lo recibe directamente el
cuerpo tras diversos métodos (fusilamiento, ahorcamiento, inyección letal, entre otras).

Es lógico que este método de castigo se opone al derecho a la vida, un derecho que pertenece a
toda persona por el hecho de estar viva y que le protege de la privación u otras formas graves de
atentado contra su vida por parte de otras personas u instituciones. Se trata de un derecho
fundamental y titular, puesto que está consagrado en documentos fundamentales internacionales
y nacionales de diversos países del mundo, y titular porque sin este no existirían los demás
derechos.

La Declaración Universal reconoce el derecho de toda persona a la vida, así como, el Comité de
Derechos Humanos, la cual afirma que “el derecho a la vida, es el derecho supremo del cual no
se permite suspensión alguna, ni siquiera en situaciones excepcionales que pongan en peligro la
vida de la nación”.

La pena de muerte ha existido siempre, desde las antiguas culturas y aún persiste su existencia
en los últimos años, como método de solución para los delitos “más graves” en algunos países:

 A nivel mundial, solo se aplica la pena de muerte los países que no han suscrito un
tratado en materia de derechos humanos, como China u otros países de Asia. Aplican la
pena de muerte para delitos como la corrupción de funcionarios, violación a un menor
de edad seguido de muerte, espionaje, traición, etc.
 En Sudamérica, son siete los países que tienen la pena de muerte en su ordenamiento
nacional, pero no la aplican. Esto debido a que se suscribieron a la Convención
Americana de Derechos Humanos.
 En nuestro país, se mantiene la pena de muerte en casos de delito de traición a la patria
en tiempos de guerra y por terrorismo, esto se establece en el artículo 140 de la
Constitución Política del Perú.

Como se ve, la pena de muerte suele usarse como condena para los sujetos que han cometido
algún delito, pero hay países en los que se les condena por actos por los cuales no deberían ser
castigados. Por ejemplo, en países como Irán y Sudán, usan la pena de muerte para castigar a
opositores políticos.
¿Qué relación hay entre la pena de muerte y el derecho a la vida? Si el uso de una
contradice a la otra, entonces hablamos de dos figuras opuestas.

La pena capital viola el derecho a la vida, proclamada en la Declaración Universal de derechos


humanos. Es la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante. Preocupa que la
sociedad defienda esta pena con el infundado supuesto de ser una medida eficaz para el control
de la delincuencia.

Al aplicar la pena de muerte, el Estado da muerte a un ser humano de forma premeditada y a


sangre fría. La sanción más grave que un Estado puede imponer a una persona es la privación de
su derecho a la vida, pues se acaba con la existencia de un ser humano bajo métodos
humillantes, crueles y degradantes.

También podría gustarte