Si bien a veces tendimos a relacionar el uso de videojuegos con una actividad individual, hasta el punto de temer por un posible aislamiento social cuando se hace un uso abusivo, el acceso a Internet desde los diferentes dispositivos de juego ha ampliado las posibilidades de las clásicas opciones multijugador y cada día existen más juegos colaborativos a los que podemos jugar tanto con nuestros amigos como con otros jugadores de cualquier lugar del mundo. Los videojuegos cooperativos requieren que todo el equipo se organice para conseguir un mismo objetivo, de manera que obliga a todos los jugadores a comunicarse entre ellos, planear estrategias conjuntas, intercambiar puntos de vista sobre la situación y decidir cuál es la mejor manera de superar los retos planteados por el juego. Este proceso de cooperación e intercambio debe hacerse muy rápido y puede que se deba reaccionar en varias ocasiones y cambiar de estrategia de manera inmediata. La comunicación y el trabajo en equipo son dos habilidades imprescindibles en cualquier ámbito, tanto a nivel personal como a nivel académico o profesional. El uso de videojuegos colaborativos contribuye a adquirir estas habilidades y poder ponerlas en práctica diariamente en casa, en el trabajo o en el colegio.
2. Mejora de la memoria de trabajo y otras funciones cognitivas
Durante los últimos años se han llevado a cabo varios estudios que han demostrado que el uso habitual de los videojuegos durante la infancia y la adolescencia provoca cambios en el cerebro, tanto a nivel estructural como funcional, mejorando aspectos como la atención, la capacidad de hacer varias tareas a la vez o la rapidez a la hora de reaccionar ante algunas situaciones. Un grupo de investigación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha revelado que algunos de los cambios cognitivos del cerebro pueden producirse durante la edad adulta aunque se haya abandonado el uso de los videojuegos, es decir, que jugar a videojuegos durante la infancia es un tipo de entrenamiento cognitivo que puede tener efectos en nuestro cerebro que aparezcan años después, cuando ya somos adultos, incluso si ya no jugamos. A partir de este estudio, el grupo de investigación pudo observar que las personas participantes que jugaban habitualmente a videojuegos cuando eran pequeños mostraban un rendimiento más alto en tareas de memoria de trabajo. Esto significa que estas personas tienen más facilidad a la hora de memorizar, tratar y manipular información en su cerebro (una información que les ayudará a obtener un resultado), mientras que aquellos participantes que normalmente no jugaban a videojuegos se mostraban más lentos. 3. Facilitan el aprendizaje de otras lenguas y materias Los videojuegos pueden facilitar el aprendizaje de idiomas, ya sea a través de la narración de la historia, los diálogos entre los personajes, las instrucciones de juego o los chats –por mensaje escrito o por voz–, que permiten la comunicación entre jugadores de diferentes lugares del mundo. Por otro lado, es posible tratar casi cualquier tema a través de los videojuegos. Los videojuegos educativos sirven para diversificar la enseñanza en las aulas y hacer que el aprendizaje sea más divertido y ameno para los alumnos. Los hay que sirven para aprender conceptos matemáticos, otros tratan temas propios de las asignaturas de naturales o ciencias sociales, e incluso existen ya videojuegos muy específicos que han sido creados por museos o entidades culturales. 4. Fomentan la creatividad de los niños y adolescentes Se han hecho muchos estudios sobre los beneficios de los videojuegos y la mayoría destacan que los videojuegos estimulan las inteligencias múltiples (visual-espacial, lógica-matemática, lingüística, musical, naturalista, cinética-corporal, intrapersonal e interpersonal) y la creatividad de los más jóvenes. En este sentido, los videojuegos no solo impulsan la creatividad indirectamente a través de la gran variedad de hilos narrativos y personajes que los niños y adolescentes encuentran en los juegos que consumen y que posteriormente les inspiran y les ayudan a materializar sus ideas en otros formatos, como pueden ser el dibujo, la escritura, la música o la imagen y el vídeo; sino también porque existe una amplia selección de videojuegos que les dan la opción de construir su propia historia en universos que van desde simuladores específicos en los que pueden construir una ciudad, una casa o un parque de atracciones, hasta el universo infinito de Minecraft, que debe gran parte de su popularidad a esta libertad que ofrece a cada jugador para que disfrute del juego como quiera. 5. Favorecen el desarrollo del pensamiento crítico Por último, nos gustaría destacar el papel que pueden jugar los videojuegos en el desarrollo del pensamiento crítico. Como pasa con los libros o las películas, detrás de la historia de cada videojuego se pueden esconder temáticas sociales, un contexto histórico o incluso un intento de transmitir ideas con un componente ético o filosófico. Además, a lo largo de estas historias hay muchos videojuegos que nos obligan a tomar decisiones y, por lo tanto, invitan a la reflexión. En conclusión, es importante establecer unos límites de tiempo razonables en cuanto al consumo de videojuegos, pero también escogerlos bien en función de su temática, su clasificación y la edad de los niños y adolescentes y los beneficios que creemos que pueden aportarles, sin olvidarnos evidentemente de su nivel de diversión y su función como producto de entretenimiento. Por otro lado, el interés por los videojuegos puede ser una buena puerta de entrada al mundo de la programación y una oportunidad para que los más jóvenes, además de consumidores, sean también creadores de tecnología. Una manera de adentrarse en este sector es intentando crear videojuegos propios. Contras de los videojuegos
1- Pueden crear adicción
Es común escuchar que hay personas que son adictas a los
videojuegos, sin embargo y a pesar de los estudios que se han realizado al respecto, a día de hoy no se puede probar que jugar con los videojuegos pueda crear adicción.
Algunas personas en un momento dado, adquieren una fijación
patológica por un objeto o actividad. Aun así, tenemos que analizar a la persona y preguntarnos el por qué ha llegado hasta ese punto.
Además, también tenemos que señalar que hay actividades que
son tremendamente entretenidas y absorbentes, por ello se le puede dedicar más tiempo de lo común.
2- Aumenta la agresividad del jugador y son violentos
Algunos juegos son muy agresivos y violentos. En ocasiones, este
contenido no solo se limita a agresiones físicas sino que además entra también en ideologías. Existe una amplia gama de investigaciones al respecto en las que no se llega a una conclusión clara de si los videojuegos crean o aumentan la agresividad en sus jugadores.
Algunos sostienen que su efecto es a corto plazo, mientras que
otros defienden que tiene un efecto a largo plazo en los jugadores. 3- Tiene efectos negativos en la socialización
El niño que se divierte con juegos que son violentos, puede derivar
en efectos negativos en su socialización con otros iguales, desembocando en que no desarrollen sentido de pertenencia o de justicia social.
Además sabemos que en los videojuegos no se puede dialogar, lo
que aumenta el uso de la violencia como solución.
4- Presentan imagen desproporcionada del cuerpo de la
mujer En muchos juegos, el sexo y la sensualidad es una parte importante de la trama o la historia. Se suele presentar a la mujer como un objeto sexual y con cuerpos desproporcionados a los reales.
Esta imagen puede hacer que se asimile en los jugadores que el
cuerpo de una mujer debe de ser ese y no otro.
5- Puede repercutir en la vida de los jugadores
Si no se tiene un control de su uso, puede afectar a nuestra vida de forma negativa; afectando así a nuestro rendimiento escolar, a la familia y a nuestro día a día en general. Beneficios
Aumenta la motivación: Los jóvenes utilizan muchas redes sociales
para interactuar con sus amigos o familias. Son unas herramientas que saben manejar a la perfección y que les ocasionan gran interés. ¿Por qué no utilizarlas para trabajar los contenidos curriculares? ¡Acercar el contenido a la realidad de los alumnos puede aumentar su motivación y hacer más atractivo el proceso de aprendizaje! Potencia la creatividad: En Twitter tienes que saber condensar la información en menos de 280 caracteres; en Instagram tienes que hacer fotografías que sean llamativas y los adolescentes se las ingenian para buscar el ángulo o la decoración perfecta. Estos son dos ejemplos que muestran cómo las redes sociales permiten que los jóvenes desarrollen sus dotes de imaginación y creatividad. Permite la interacción: Las redes sociales permiten la interacción mediante comentarios, likes, debates… lo que posibilita una participación activa del alumnado que lo sitúa en el centro del aprendizaje. Facilita la búsqueda de información: existen los famosos hashtags o los grupos de interés que permiten crear contenidos de valor sobre determinadas temáticas. ¡Con estas herramientas se pueden crear debates muy enriquecedores! Permite la transformación social: Las redes sociales son un canal muy interesante para sensibilizar y concienciar sobre algunas temáticas. Actualmente, se podría trabajar el valor de la tolerancia o el racismo con el movimiento #BlackLivesMatter. Inconvenientes
La distracción: Esta es la preocupación de todo docente cuando
utiliza dispositivos electrónicos y las redes sociales en el aula. La clave está en proponer actividades tan curiosas, emocionantes y que susciten tal interés, que el alumnado no quiera hacer otras cosas. Aunque hay que ser realistas y saber que en algún momento desconectarán. En este caso, es importante reflexionar con ellos y darles responsabilidad para que si desconectan, sean capaces de volver a conectar… Si no son capaces, se arriesgan a que no se vuelvan a proponer este tipo de actividades que tanto les gusta. Uso excesivo de las redes sociales o el móvil: proponer actividades que requieran las redes sociales puede ser muy positivo para el interés y la motivación del alumnado, pero también es importante que el docente sepa combinar su uso con otras estrategias que no requieran de la tecnología. ¡Debes sensibilizar sobre la dependencia a los móviles y a estar siempre conectados! El uso de la tecnología es un complemento: Tienes que tener claro que la tecnología o las redes sociales son un medio y no un fin. Se deben utilizar estas herramientas con la finalidad de alcanzar unos objetivos concretos. Riesgos de información personal: cuando se utilizan las redes sociales nos exponemos a un mundo inmenso y prácticamente desconocido. Por ello, es interesante que se haga una reflexión sobre la privacidad, los riesgos y peligros que podemos encontrar si hacemos un mal uso a las redes sociales. Así pues, como docente, tienes que dar ejemplo y cuando crees una cuenta en una red social, verificar que los alumnos tienen la edad mínima para utilizarla y que todos los datos y contenidos que se publicarán, serán privados. Interacción física: uno de los principales problemas de las tecnologías es que nos quitan espacio para la interacción física. ¡No dejes que sea así! Por eso, es imprescindible que se combinen diferentes técnicas didácticas para promover el aprendizaje.