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LA NATURALEZA QUÍMICA DE LA VIDA

Los seres vivos son seres materiales, compuestos de los mismos elementos químicos que el resto de la naturaleza y sometidos,
de la misma manera, a las leyes físicas y químicas universales. Pero la vida es una propiedad emergente y tiene características
que van más allá de aquellas de sus componentes por separado. De esta manera, la vida se caracteriza por estar alejada del
equilibrio químico y por tanto precisar de un consumo constante de energía para mantenerse. La vida supone un elevado nivel
de autoorganización de la materia que da lugar a estructuras y sistemas químicos muy complejos. La vida es capaz de responder
a los cambios que se producen en su entorno, tanto mediante respuestas inmediatas (por ejemplo, movimientos) como mediante
el proceso adaptativo fundamental, a largo plazo, de la evolución. Para que sea posible la vida, cada forma particular de vida,
esta tiene que ser capaz de codificar, almacenar, expresar y transmitir a las siguientes generaciones la información de sus
características, acumulada a lo largo de millones de años de evolución.

En este tema vamos a considerar algunos aspectos más relevantes de la composición atómica y molecular, así como de algunos
procesos físicos y químicos que los seres vivos comparten con la materia inerte, para abordar en los próximos temas las
estructuras químicas de las moléculas más específicamente biológicas.

BIOELEMENTOS (NIVEL ATÓMICO)

Bioelementos o elementos biogénicos son aquellos que forman parte de los seres vivos y que son más de la mitad de los que
constituyen la tabla periódica, aunque solo aproximadamente 30 de ellos pueden ser considerados esenciales. No todos los seres
vivos están formados por los mismos elementos, aunque, en realidad, esas diferencias entre unos y otros son pequeñas y afectan
a algunos de ellos que se encuentran en una proporción muy reducida. La vida no ha “elegido” los elementos más abundantes
en la superficie terrestre sino, más bien, aquellos que son adecuados para permitir su desarrollo y complejidad. Aunque podemos
usar distintos criterios para su clasificación, tendremos en cuenta aquí tanto sus abundancias relativas como sus funciones.

1. Elementos mayoritarios. Superan ampliamente el 99% de la composición de los seres vivos. Son los más abundantes y
están presentes en todos ellos. Pueden ser:
a. Primarios. Superan el 95% y forman las estructuras de los compuestos específicamente biológicos (hidratos
de carbono, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos) al ser no metales capaces de unirse entre sí mediante
enlaces covalentes muy estables. Son: C, H, O, N, P y S. De estos, como veremos con detalle más adelante,
los tres primeros son comunes a todas las biomoléculas orgánicas y los otros tres son característicos de
algunas de ellas.
b. Secundarios. Aunque en una proporción muy inferior, también forman parte de todas las células de todos los
seres vivos. Se encuentran generalmente en forma iónica y tienen una función reguladora de multitud de
procesos biológicos diferentes. Son: Na, K, Ca, Mg y Cl.
2. Oligoelementos. Se encuentran en una proporción mínima (inferior al 0,1%) pero algunos son esenciales para la vida
al formar parte de estructuras o procesos fundamentales. Una parte de ellos se consideran comunes a todos los seres
vivos, entre los que se encuentran Fe, Mn, Co, Cu y Zn. Otros, por el contrario, se encuentran en algunos seres vivos,
pero no parece que formen parte de todos, como B, Cr, Si, Li o Sn entre otros.

En el cuadro siguiente vemos algunas de las funciones de los elementos más importantes citados arriba.

Forma parte de todas las biomoléculas orgánicas. Es el Regula la sinapsis, la división celular y muchos otros
C elemento a partir del cual se organiza toda la química Ca procesos metabólicos. Forma parte de endo y
biológica. exoesqueletos.
Esencial en el metabolismo energético. Forma parte de
O Forma parte de todas las biomoléculas orgánicas. Cu la hemocianina, pigmento respiratorio de muchos
invertebrados.
Forma parte de la hemoglobina y otras proteínas
H Forma parte de todas las biomoléculas orgánicas. Fe
esenciales en el metabolismo energético.
Especialmente importante en la composición de
N Mn Regula como cofactor variadas reacciones metabólicas.
proteínas y ácidos nucleicos.
Especialmente importante en la composición de los
P Co Forma parte de la vitamina B12.
ácidos nucleicos (ADN y ARN).
Especialmente importante en la composición de algunos Regula la transmisión del impulso nervioso en la
S Cl
aminoácidos proteicos. sinapsis.
Mantiene el equilibrio iónico entre la célula y el exterior. Forma parte de la estructura de los dientes, a los que
Na F
Participa de la transmisión del impulso nervioso. confiere gran dureza.
Mantiene el equilibrio iónico entre la célula y el exterior. Forma parte de la tiroxina, hormona reguladora del
K I
Participa de la transmisión del impulso nervioso. metabolismo energético.
Forma parte de la estructura de la clorofila. Regula Se encuentra en el tejido conjuntivo y forma parte de
Mg Si
muchas reacciones metabólicas como cofactor. muchas estructuras esqueléticas.
De todos los bioelementos merece especial atención el carbono, ya que es el responsable de formar todos los armazones
moleculares que, en los seres vivos, adquieren una variedad inimaginable. Esto es así gracias a sus propiedades químicas que lo
hacen único:

 El átomo de carbono posee en su periferia cuatro electrones que puede compartir, en forma de enlaces covalentes,
con otros átomos de carbono o de otros no metales como el hidrógeno.
 Los enlaces del carbono (cada átomo puede formar cuatro) tienen una geometría tetraédrica, lo cual permite a las
moléculas resultantes la adquisición de conformaciones tridimensionales que determinarán su función.
 Las uniones covalentes C─C permiten la formación de largas cadenas que pueden ser flexibles, presentar ramificaciones
y dobles enlaces en diferentes posiciones. Los electrones que quedan por compartir pueden hacerlo con el H, pero
también pueden formarse diversos grupos funcionales cuando el carbono se combina con otros elementos como el
oxígeno, el nitrógeno o el azufre. La variedad de compuestos posibles es prácticamente ilimitada.
 Todas estas uniones son lo suficientemente fuertes como para conferir estabilidad a los compuestos biológicos, pero
no tanto como para impedir las reacciones necesarias para la vida.

En las figuras observamos: la estructura tetraédrica de los enlaces del carbono en el metano (CH 4); las cadenas lineales
hidrocarbonadas en el butano; la formación de un doble enlace entre carbonos en el etileno; la unión de grupos funcionales a una
cadena hidrocarbonada en el aminoácido glicina (fuente: Wikimedia).

PRINCIPIOS INMEDIATOS (NIVEL MOLECULAR)

Si separásemos todos los componentes de un ser vivo, sin descomponer sus estructuras químicas, nos encontraríamos una
enorme variedad de compuestos químicos que llamamos principios inmediatos y, esencialmente, podemos clasificar de la
siguiente forma:

Gases
PRINCIPIOS INMEDIATOS INORGÁNICOS Sales minerales
Agua
Hidratos de carbono
Lípidos
PRINCIPIOS INMEDIATOS ORGÁNICOS
Proteínas
Ácidos nucleicos

PRINCIPIOS INMEDIATOS INORGÁNICOS

Los seres vivos están en continua interacción con su entorno con el que intercambian continuamente materia y energía. Algunos
compuestos químicos que forman parte de ellos, que llamaremos inorgánicos, no son exclusivos de la vida, aunque son necesarios
para que esta se pueda desarrollar. Vemos los más característicos:

 GASES. Aunque existen otros muchos gases que participan en el metabolismo de diferentes seres vivos, dos de ellos
son de especial relevancia a nivel de la biosfera:
o O2. Es producido durante la fotosíntesis y consumido por los organismos respiradores. El oxígeno atmosférico
tiene origen biológico.
o CO2. Forma parte de la atmósfera y de los mares y ríos, de donde lo toman los organismos autótrofos para
incorporar el carbono a sus estructuras (como ocurre en la fotosíntesis). Es liberado como producto de
desecho de la respiración.
 SALES MINERALES. Se consideran aquí compuestos sólidos o disueltos, inorgánicos, que pueden formar parte tanto de
seres vivos como inertes. De esta forma tenemos:
o Sales precipitadas, sólidas, que forman parte de estructuras esqueléticas tanto internas como externas.
Encontramos sales de CaCO3 en los caparazones de invertebrados como moluscos o crustáceos, en las
colonias de corales y en la cubierta de microorganismos como los foraminíferos. También encontramos
silicatos en las espículas de algunas esponjas y en los caparazones de otros microorganismos como radiolarios
y diatomeas; la sílice también se encuentra reforzando algunas estructuras vegetales, como ocurre en las
gramíneas y los equisetos. En la mineralización de los huesos de los vertebrados intervienen también sales
como el CaCO3 y el Ca3(PO4)2.
o Sales disueltas que, disociadas en forma de iones, participan en numerosos procesos de regulación como en
el caso de la presión osmótica o el pH entre otros muchos.
 EL AGUA. La vida, tal como la conocemos, depende del agua. Hasta tal punto que todos los proyectos de búsqueda de
vida extraterrestre tratan de localizar la presencia de agua, en estado líquido, como condición necesaria para su
desarrollo. Las características del agua que permitieron la aparición de la vida y su evolución a las múltiples formas que
ahora existen, dependen de su estructura química.

o Estructura. El agua está formada por dos átomos de hidrógeno unidos covalentemente a un átomo de oxígeno
formando ambos enlaces un ángulo de aproximadamente 105o. Al ser el oxígeno más electronegativo que el
hidrógeno, los electrones compartidos se sitúan más cerca de aquél dando lugar a una carga parcial negativa
entorno al oxígeno (representada como δ-) y una carga parcial positiva entorno al hidrógeno (δ+). Esta
estructura dipolar de la molécula de agua determina la atracción entre los polos de distinto signo de
moléculas cercanas, que se unen mediante unos enlaces débiles denominados puentes de hidrógeno. A la
temperatura media de la Tierra, a la temperatura a la que en condiciones normales se desarrolla la vida, estos
enlaces se forman y destruyen continuamente permitiendo que las moléculas de agua se mantengan unidas
unas con otras, pero al mismo tiempo cambien de posición, lo que caracteriza al estado líquido.

(fuente: wikimedia)

o Propiedades. La estructura dipolar del agua y la consiguiente formación de puentes de hidrógeno entre sí o
con otras moléculas, es la que determina sus propiedades en relación a los seres vivos. Algunas más
relevantes son las siguientes:
 Capacidad de disolvente. El agua disuelve gran variedad de compuestos químicos, todos aquellos
que posean polaridad o carga eléctrica. Eso la convierte en un buen medio de transporte (sangre,
savia) y el medio óptimo donde se producen las reacciones del metabolismo. Las pocas moléculas
que no son solubles (lípidos) juegan por ello un importante papel, como aislantes, en las estructuras
celulares.
 Calor específico y latente de ebullición elevados. Esto significa, en primer lugar, que el agua
absorbe mucho calor cuando aumenta su temperatura y libera mucho calor cuando se enfría y, en
segundo lugar, que el agua absorbe mucho calor cuando pasa de líquido a gas. Estas propiedades
tienen importancia en la termorregulación, porque permiten, por un lado, que los medios acuosos
y los propios seres vivos varíen lentamente su temperatura y no lo hagan de manera brusca y, por
otro, que la evaporación del agua (por ejemplo, mediante el sudor) reduzca la temperatura de los
seres vivos permitiendo de esta manera su regulación.
 Capilaridad. Las fuerzas intermoleculares (cohesión del agua) y las fuerzas entre las moléculas de
agua y determinadas superficies (adhesión) permiten el proceso de la capilaridad que, por ejemplo,
impulsa a ascender a la savia bruta por los delgadísimos vasos del xilema contribuyendo a su
movimiento contra la gravedad.
 Tensión superficial. Las moléculas de agua que se encuentran rodeadas por otras experimentan
fuerzas de atracción equivalentes en todas direcciones que se anulan entre sí, pero aquellas que se
encuentran en la superficie no son atraídas hacia arriba y experimentan una fuerza neta hacia abajo.
Esta fuerza resultante hace que la superficie del agua se comporte como una membrana, lo que
explica la forma redondeada de las gotas de agua. Esta propiedad posibilita que algunos insectos
se muevan caminando sobre la superficie acuosa o que las hormigas de fuego puedan formar balsas
llenas de aire que se desplazan por el agua.
 Densidad anormal. Debido a la ordenación de las moléculas en el estado sólido, estas se encuentran
a una distancia relativa algo mayor que en el líquido, lo que determina que, en el proceso de
congelación, el agua disminuya su densidad. De esta manera, en el agua la congelación se produce
primero por la superficie y avanza hacia abajo, al revés que en otras sustancias. El hielo que se
forma en la superficie de diversas masas de agua, en latitudes frías, actúa como un aislante,
permitiendo que el agua se mantenga líquida por debajo del hielo y la vida pueda continuar.
o Las disoluciones. Como hemos visto, el agua tiene gran capacidad para disolver diferentes sustancias,
especialmente polares de bajo peso molecular, como aminoácidos, glucosa o diversas sales. También forma
suspensiones estables con otras moléculas también afines, pero de mayor tamaño. Algunas propiedades de
estas disoluciones son de la mayor importancia para la vida.
 Difusión y ósmosis. En una disolución los solutos se encuentran en la misma concentración en
cualquier lugar de la misma. Así, si ponemos en contacto dos disoluciones de diferente
concentración, habrá un movimiento neto de los solutos desde la zona más concentrada hacia la
más diluida para igualar la concentración. A este proceso, espontáneo, lo llamamos difusión y, en
los seres vivos, actúa permanentemente tanto en los medios intracelulares como extracelulares.
Sin embargo, si dos medios con diferente concentración están separados por una membrana
semipermeable, es decir, que permite el paso de agua pero no del soluto, es el disolvente, el agua,
el que atraviesa la membrana desde la disolución más diluida hacia la más concentrada hasta igualar
las concentraciones. A este proceso se le llama ósmosis y a la presión que lo impulsa, presión
osmótica. Las membranas celulares actúan como membranas semipermeables y, por tanto, están
sometidas a procesos osmóticos.
En consecuencia, comprobamos, por ejemplo, que al introducir hematíes en agua pura o con pocos
solutos (medio hipoosmótico o hipotónico), esta penetra en la célula hasta llegar a romper su
membrana, pero si los introducimos en agua saturada de sal (medio hiperosmótico o hipertónico),
el agua sale de las células, que se deshidratan arrugando su membrana; también vemos que no se
observan cambios si el medio que empleamos es isotónico o isoosmótico. Las células vegetales, en
un medio hiperosmótico pierden agua y terminan rompiéndose al desprenderse la membrana de
la pared celular, mientras que soportan bien los medios hipoosmóticos gracias a la resistencia
mecánica que ejerce la pared celular contra la presión osmótica.

(fuente wikimedia)
 Mantenimiento del pH. El pH mide la concentración de hidrones (que consideraremos equivalentes
a protones, H+) de una disolución, según la expresión: 𝒑𝑯 = −𝒍𝒐𝒈[𝑯+ ]. En realidad, los protones
no se encuentran libres, sino asociados mediante enlace dativo a moléculas de agua, formando
𝑚𝑜𝑙
hidrogeniones H3O+.En el agua pura, [𝐻 + ] = 10−7 y, por tanto, su 𝒑𝑯 = 𝟕. Decimos entonces
𝐿
que el pH es neutro. Este pH desciende por debajo del valor 7 cuando la disolución es ácida
(aumenta la concentración de protones) y sube por encima de 7 cuando la disolución es básica (la
concentración de H+ desciende). La estabilidad del pH es importante para los seres vivos, y las sales
minerales disueltas en el agua contribuyen a su estabilización.

HIDRATOS DE CARBONO O GLÚCIDOS


Son compuestos orgánicos, de la “química del carbono” formados por carbono, hidrógeno y oxígeno muy
mayoritariamente, aunque pueden contener en algunos casos y en pequeñas proporciones otros elementos como el
nitrógeno o el azufre. Las unidades básicas son los monosacáridos u osas que pueden presentarse libres o también
pueden unirse para dar glúcidos más complejos llamados ósidos.

OSAS O MONOSACÁRIDOS

Desde el punto de vista químico son polihidroxialdehidos, polihidroxicetonas (aldosas y cetosas respectivamente) o
compuestos derivados de éstos. Esto significa que son moléculas que tienen varios grupos hidroxilo (—OH) y, como
grupo fundamental, un grupo aldehído (—CHO) en las aldosas y un grupo cetona (C—CO—C) en las cetosas.

Son moléculas dulces (aunque ésta es una propiedad que depende más de nuestros sentidos que de la naturaleza
química de las osas), muy solubles en agua, y reductores, es decir, que pueden oxidarse y, por tanto, reducir a otras
sustancias (que actuarían como oxidantes). Son fuentes de energía rápida. Las más importantes osas tienen entre
tres y seis átomos de carbono y se nombran como triosas, tetrosas, pentosas y hexosas.
 ALDOSAS

En esta representación, las aldosas aparecen ordenadas por el número de carbonos. Se representan como
proyecciones, es decir, estructuras planas, aunque en realidad los enlaces del carbono son tetraédricos y las moléculas
poseen una orientación espacial que solo se apreciaría en una representación tridimensional. Los carbonos interiores
(que aparecen como intersecciones) pueden tener el hidroxilo hacia la derecha o hacia la izquierda, resultando
moléculas con la misma composición atómica pero distinta ordenación de sus átomos. Esto se conoce como isomería
y en este caso concreto, estereoisomería dado que los estereoisómeros solo se pueden distinguir unos de otros en
tres dimensiones. Cada carbono interior es asimétrico, es decir, está unido a cuatro grupos químicos diferentes y esta
es la causa de la estereoisomería. A mayor número de carbonos asimétricos mayor será el número de
estereoisómeros. No obstante, en los seres vivos y salvo raras excepciones todas las aldosas presentan el hidroxilo
del último carbono asimétrico hacia la derecha y se denominan D- (si estuviera hacia la izquierda serían L- pero no se
consideran aquí por no ser de interés biológico).

Destacamos especialmente la ribosa por formar parte de los ácidos nucleicos (ARN y su molécula derivada, la
desoxirribosa del ADN) y la glucosa, compuesto fundamental del metabolismo energético.

 CETOSAS
Las cetosas presentan un menor número de estereoisómeros que las aldosas dado que el carbono 2 (C=O) no es
asimétrico. Las de interés biológico son también los estereoisómeros D- y no se representan las L-. Reviste especial
interés la ribulosa por ser la molécula a la que se incorpora el carbono en la fotosíntesis y la fructosa, molécula
energética abundante en muchas frutas.

 CICLACIÓN DE MONOSACÁRIDOS
Los monosacáridos suficientemente grandes se ciclan espontáneamente en
disolución. Lo hacen la glucosa y el resto de aldohexosas y las aldopentosas.
Las cetohexosas son las únicas cetosas que se ciclan. En el proceso de
ciclación aparece un nuevo hidroxilo en el carbono 1 de las aldosas y 2 de las
cetosas, denominado hemiacetálico, que puede quedar dispuesto hacia
arriba o hacia abajo dando lugar a las nuevas formas estereoisoméricas β
(beta) y α (alfa) respectivamente. En la figura, ambas son glucosas ya que se
pueden interconvertir a través de la forma abierta.

 DERIVADOS DE MONOSACÁRIDOS
Son moléculas estructuralmente relacionadas con los monosacáridos vistos pero que presentan alguna característica
química que los distingue. Ya se ha citado la desoxirribosa y añadimos también como ejemplo la N-acetilglucosamina
presente en algunos polisacáridos o el glicerol (o glicerina), que forma parte de la estructura de muchos lípidos.

D-2-desoxirribosa N-acetilglucosamina glicerol

ÓSIDOS

Son estructuras más complejas, formadas mayoritariamente por la polimerización (unión lineal, sucesiva) de
monosacáridos, aunque en algunos casos también pueden presentar otras moléculas unidas de naturaleza no
glucídica. Exponemos a continuación solo los casos de mayor relevancia.

 DISACÁRIDOS

Se forman por la unión de dos monosacáridos mediante un enlace denominado O-glucosídico, que se produce al
reaccionar el hidroxilo hemiacetálico de uno de los monosacáridos con un hidroxilo, hemiacetálico o no, del otro y
liberándose una molécula de agua. Son muy solubles y también dulces. Son reductores excepto en el caso de que los
dos hidroxilos hemiacetálicos estén comprometidos en el enlace O-glucosídico. La sacarosa, integrante mayoritario
del azúcar de mesa, es un disacárido de origen vegetal que forma parte de la savia elaborada y se acumula en grandes
cantidades en algunas plantas como la caña o la remolacha. No es reductor por la razón expuesta arriba. La lactosa
forma parte de la leche y es la fuente de hidratos de carbono para los mamíferos lactantes. Es reductor, a diferencia
de la sacarosa, al tener un hidroxilo hemiacetálico libre.

SACAROSA LACTOSA

 POLISACÁRIDOS
Son polímeros más o menos largos, a veces ramificados, de monosacáridos, de uno o más tipos,
unidos mediante enlace O-glucosídico. Hay muchos polisacáridos y muy diferentes, tanto en su estructura y
composición como en cuanto a sus funciones, pero citamos solo algunos ejemplos de mayor relevancia.

o Polisacáridos de reserva. Suponen una manera eficaz de almacenar grandes cantidades de glucosa
en las células. En las plantas se encuentra el almidón formado por dos tipos de polímero de glucosa:
amilosa, formada por cadenas lineales de glucosas unidas mediante enlaces α (1→4) y amilopectina,
mayoritaria en el almidón, formada por cadenas de glucosas unidas mediante enlaces α (1→4) y
ramificadas, cada 20 glucosas aproximadamente, con otras cadenas similares unidas mediante
enlaces α (1→6). En animales y hongos está el glucógeno, con la misma estructura que la
amilopectina pero más densamente ramificado, cada 10 glucosas aproximadamente. El glucógeno
desempeña un papel esencial en la regulación del nivel de glucosa en la sangre, almacenándola en
el hígado tras la digestión y liberándola después durante el ayuno.
o Polisacáridos estructurales. Estos son muy variados dependiendo del tipo de organismo y se
encuentran en estructuras muy diversas. En las plantas destaca la celulosa, polímero lineal de
glucosas unidas mediante enlaces β(1→4). Estas cadenas se unen fuertemente para formar fibras
que se extienden como capas que tejen la estructura de la pared celular vegetal. En invertebrados,
especialmente en el exoesqueleto de los artrópodos y en la pared celular de muchos hongos se
forman estructuras similares pero de otro polímero, la quitina, que tiene N-acetil-glucosamina en
lugar de glucosa pero la misma unión β(1→4). Este tipo de enlace β, así como la adhesión lateral de
las cadenas para formar fibras hace que estos polímeros sean muy resistentes y de difícil hidrólisis.

Estructura de la quitina (los monómeros pares se representan invertidos)

Los polisacáridos, por su tamaño, no son solubles a pesar de ser hidrófilos. Tampoco presentan sabor dulce ni son
reductores ya que los hidroxilos hemiacetálicos se encuentran ocupados formando los enlaces entre los monómeros.

 HETERÓSIDOS
Se denominan así a los complejos formados por una parte o fracción glucídica y otra no glucídica o aglucón. Son muy
diversos en función de la naturaleza química del aglucón pero también del glúcido que forma el heterósido. Algunos
importantes son las glucoproteínas y glucolípidos de membrana, como los que determinan los grupos sanguíneos, el
peptidoglucano que forma parte de la pared bacteriana o algunos principios activos de plantas medicinales.

LÍPIDOS

Tanto desde el punto de vista estructural como desde el funcional, se trata de un conjunto muy heterogéneo de sustancias.
Tienen en común que son insolubles o poco solubles en agua por su naturaleza predominantemente apolar, lo que los hace más
solubles en disolventes apolares.
Están formados mayoritariamente por átomos de C, H y O, aunque algunos pueden contener P, N u otros elementos en pequeñas
proporciones.

CLASIFICACIÓN

Se pueden clasificar desde diferentes criterios, pero de manera sencilla vamos a distinguir:
1. LÍPIDOS SAPONIFICABLES. Están formados, entre otros componentes, por ÁCIDOS GRASOS. Verifican la reacción de
saponificación al reaccionar con bases como el NaOH, que da lugar a jabón mediante una hidrólisis alcalina. Pueden
ser:
a. TRIGLICÉRIDOS.
b. CERAS.
c. LÍPIDOS COMPLEJOS DE MEMBRANA.
2. LÍPIDOS NO SAPONIFICABLES. No contienen ácidos grasos y no verifican la reacción de saponificación. Son:
a. ESTEROIDES.
b. ISOPRENOIDES.
c. ICOSANOIDES.

ÁCIDOS GRASOS (AG)

Son ácidos carboxílicos de cadena larga (frecuentemente


entre 12 y 22 C). Pueden ser saturados, si no presentan
dobles enlaces C=C o insaturados, con dobles enlaces,
generalmente con uno, dos, tres o cuatro. Hay gran
variedad de ácidos grasos (AG) pero dos de ellos son
esenciales para la especie humana, es decir, deben ser
incorporados en la dieta al no existir rutas de síntesis para
ellos: se trata del á. linoleico, y el á linolénico, ambos de 18
átomos de carbono, con 2 y 3 insaturaciones
respectivamente. Estos AG, junto con algún otro insaturado
como el á. oleico (18 C, un doble enlace) o el araquidónico
(20 C, cuatro dobles enlaces) se aprecian mucho hoy como
fuente de salud cardiovascular y se obtienen del pescado,
sobre todo el azul, los aceites vegetales, especialmente el
de oliva, y los frutos secos. Los AG saturados se encuentran
más abundantemente en las grasas animales
(especialmente la leche y carnes rojas) y hay que
consumirlos con moderación.

TRIGLICÉRIDOS

Son las denominadas grasas y se forman por la esterificación de una molécula de glicerina con tres AG. El resultado es una
molécula muy apolar e insoluble en agua. Su punto de fusión, de mayor a menor, permite distinguir entre sebos, mantecas y
aceites dependiendo de la proporción, respectivamente creciente, de insaturaciones en sus AG.
Su función primordial está relacionada con la reserva energética, puesto que la respiración de las grasas produce más del doble
de energía que la de los hidratos de carbono. Al ser de
liberación más lenta y no adecuada para el cerebro se hace
necesaria la utilización conjunta de los hidratos de carbono.
Otras funciones están relacionadas con el tejido animal que
acumula la grasa, el adiposo: sirve como aislante térmico y
protección mecánica de órganos. En algunos animales sirve
para producir calor como es el caso de la grasa parda de los
osos durante la hibernación.

CERAS

Son ésteres de un ácido graso y un monoalcohol de cadena larga, dando lugar a una molécula muy apolar. Esta insolubilidad les
permite ser idóneas para impregnar numerosas superficies biológicas que deben protegerse del agua. Así, las plumas de aves
acuáticas o la superficie de muchas estructuras vegetales, están recubiertas de una película de ceras que evita el paso del agua,
permitiendo a las aves volar sin arrastrar el agua con ellas o a las plantas evitar una excesiva pérdida de agua por transpiración.
LÍPIDOS COMPLEJOS

Son estructuras largas, con un marcado carácter anfipático, es decir, que tienen una región polar, hidrófila, siendo otra parte de
la molécula apolar y por tanto hidrófoba. La parte apolar está formada generalmente por cadenas de ácidos grasos y en la parte
polar con frecuencia se encuentra una molécula de ácido fosfórico unida a otra molécula polar, denominándose en este caso
fosfolípidos. Cuando los ácidos grasos y la parte polar se unen mediante la glicerina se denominan glicerolípidos y cuando lo
hacen mediante la esfingosina se llaman esfingolípidos. Con estas moléculas y otras de propiedades similares se forman las
membranas celulares al organizarse como bicapas que orientan las cabezas polares tanto hacia el exterior como hacia el interior,
acuosos, de la célula y ocultan las regiones apolares en el interior de la estructura de bicapa.

Esfingomielina (fosfolípido de membrana)

ESTEROIDES

Como el resto de los lípidos no saponificables, son menos abundantes, pero no por ello dejan
de tener una función esencial. Estructuralmente, son derivados de una estructura policíclica y
apolar, de 17 átomos de carbono, denominada ciclopentanoperhidrofenantreno o esterano.
Se distinguen unos esteroides de otros por los grupos funcionales, los radicales y la posición
de dobles enlaces que modifican la estructura fundamental (derecha). Algunos esteroides de
especial interés son:

 Colesterol. Forma parte de la membrana plasmática de las células animales, donde regula la fluidez y la permeabilidad.
Debido a su insolubilidad, es transportado por la sangre en forma de complejos denominados lipoproteínas,
especialmente LDL y HDL. A las primeras se les conoce como “colesterol malo” porque su nivel elevado se asocia a la
aparición de eventos cardiovasculares, como infartos de miocardio o ictus, al favorecer el depósito de colesterol en las
paredes de las arterias formando las llamadas placas de ateroma. Las segundas serían el “colesterol bueno” porque
transportan el colesterol hasta el hígado para su eliminación y limpian las arterias de colesterol. A pesar de la mala fama
del colesterol, es una molécula esencial para todas nuestras membranas celulares.
 Vitamina D. Relacionada estructural y metabólicamente con el colesterol, su función es favorecer la absorción intestinal
y posterior depósito en los huesos del calcio y el fósforo.
 Hormonas. Son esteroides las hormonas sexuales, tanto masculinas (testosterona) como femeninas (estrógenos y
progesterona) que regulan los caracteres sexuales secundarios, y las de la corteza suprarrenal (cortisol y aldosterona)
que participan, respectivamente, en la regulación del metabolismo energético y la función renal.
 Ácidos y sales biliares. Derivados del colesterol, son estructuras anfipáticas que se segregan con la bilis y sirven para
emulsionar las grasas en el duodeno para facilitar la acción de las lipasas encargadas de su digestión química.

Colesterol Vitamina D Testosterona Ácido biliar (cólico)


ISOPRENOIDES O TERPENOS
Están relacionados con el isopreno, de fórmula 2-metil-1,3-butadieno. Algunos ejemplos, de menor a mayor tamaño molecular, son:
 Aromas vegetales, como el limoneno, el mentol o el geraniol.
 Vitaminas: A (relacionada con la visión), K (regula la coagulación sanguínea) y E (antioxidante).
 Pigmentos, como el β-caroteno (zanahoria o yema de huevo). Isopreno
 Caucho (obtenido a partir de la secreción vegetal látex).

Geraniol Vitamina A β-caroteno

ICOSANOIDES

Son derivados del ácido araquidónico, de 20 átomos de carbono. Los más importantes son las prostaglandinas, una familia de
compuestos que funcionan como hormonas de acción local, es decir, que no viajan por la sangre, sino que actúan sobre las células
cercanas al lugar de su secreción. Tienen funciones variadas, pero la más característica es la relacionada con los procesos de
inflamación. Su síntesis es inhibida por el ácido acetilsalicílico (aspirina) y de ahí sus propiedades antiinflamatorias (contra el dolor,
la hinchazón, la fiebre, etc.).

Prostaglandina

PROTEÍNAS
Las proteínas son polímeros lineales de aminoácidos. A diferencia de otros polímeros que hemos visto con anterioridad,
que son periódicos, las proteínas son aperiódicas y, por tanto, poseen información en la secuencia de aminoácidos que
forman parte de ellas. Es decir, que cada tipo de proteína es único por la composición y el orden de los aminoácidos que
la constituyen.

Existen 20 aminoácidos distintos que pueden formar parte de las proteínas. En algunas encontramos todos, más o
menos repetidos, y en otras sólo algunos de ellos. El número de aminoácidos que contiene cada tipo de proteína es
también variable. Esto supone que la variedad de proteínas posible es, en la práctica, ilimitado. Por ejemplo, si
imaginamos solo proteínas con 100 aminoácidos, podría haber 20100 variaciones distintas de su secuencia (un número
bastante mayor, por ejemplo, que la cantidad total de átomos que se estima que hay en todo el Universo). Esto nos da
una idea de la infinidad de informaciones distintas que pueden contenerse en la secuencia de aminoácidos de una
proteína. Existen solo una ínfima parte de las proteínas posibles y son precisamente aquellas que han sido seleccionadas
evolutivamente porque desempeñan eficazmente una función concreta.

AMINOÁCIDOS

Los aminoácidos que forman parte de las proteínas son α-aminoácidos. Esto significa que el grupo amino (-NH2) y el
grupo carboxilo (-COOH) están unidos al mismo carbono, llamado carbono α. Los aminoácidos son compuestos quirales,
ya que este carbono α es asimétrico: además de los grupos citados, tiene unidos un hidrógeno y un radical que será
distinto en cada uno de los veinte aminoácidos que forman parte de las proteínas (el aminoácido glicina, representado
por Gly, sería una excepción a esta quiralidad al ser su radical un segundo hidrógeno, con lo que el carbono α ya no sería
asimétrico). Esto determina que los aminoácidos puedan ser estereoisómeros D o L. Todos los que forman parte de las
proteínas son L. Es decir, que los aminoácidos “proteicos” son α-aminoácidos y L-aminoácidos. Existen otros
aminoácidos con otras estructuras y otras funciones específicas que no están entre los veinte citados, pero este curso
no nos ocuparemos de ellos.
Clasificación. Todos los aminoácidos libres son solubles porque en agua se encuentran disociados y con carga eléctrica
tanto en su grupo carboxilo (─) como en su grupo amino (+) pero se clasifican atendiendo exclusivamente al radical que
distingue unos de otros. Así, decimos que son polares si este radical es hidrófilo, con o sin carga eléctrica, o apolares si
el radical no presenta polaridad eléctrica (el radical se señala con una flecha).

Serina (Ser): polar sin carga Isoleucina (Ile): apolar

ENLACE PEPTÍDICO

Los aminoácidos se unen entre sí cuando reacciona el grupo carboxilo de uno de ellos con el grupo amino de otro
mediante un enlace de tipo amida denominado enlace peptídico. Este enlace tiene dos particularidades de especial
interés: que presenta una deslocalización de electrones que le hace ser parcialmente doble y, por lo tanto, rígido y que
genera un desplazamiento parcial de los electrones desde el hidrógeno restante del grupo amino hacia el oxígeno del
carboxilo determinando una estructura dipolar que será determinante en la estructura espacial de las proteínas.

ESTRUCTURA DE PROTEÍNAS

La estructura de las proteínas es muy compleja desde el punto de vista de sus plegamientos tridimensionales y esto
determina en gran medida sus múltiples funciones en la célula. Para abordar esta complejidad que presenta la
organización espacial de las proteínas se definen cuatro niveles estructurales que, si bien se dan simultáneamente, cada
uno de ellos permite comprender de manera adecuada los siguientes y al final la estructura completa. Son los siguientes:

Estructura primaria. Se refiere a la secuencia de aminoácidos, es decir, qué aminoácidos y en qué orden
forman parte de la proteína. Se nombrarían desde el extremo donde queda un grupo amino libre (N-terminal) hasta el
extremo donde está el grupo carboxilo libre (C-terminal). A veces se nombra esta estructura como “polipéptido”
haciendo referencia a que es una sucesión de enlaces peptídicos (R1, R2 y R3 representan los correspondientes radicales
de cada uno de los aminoácidos).

amino-terminal carboxi-terminal

Estructura secundaria. Una proteína puede estar formada por decenas, pero muchas veces por centenares, de
aminoácidos. Cada enlace peptídico da lugar a un dipolo y estos dipolos interaccionan entre ellos formando puentes de
hidrógeno de forma repetitiva. Lo pueden hacer fundamentalmente de dos maneras y ambas son frecuentes en
proteínas diferentes y en todo tipo de células. Son las dos estructuras secundarias más frecuentes:

 Hélice-α. Es un plegamiento helicoidal, como un muelle y dextrógiro (al avanzar, la cadena gira en el sentido
de las agujas del reloj). Se estabiliza por las sucesivas interacciones electrostáticas, en forma de puentes de
hidrógeno, entre el grupo –C=O (δ-) de un aminoácido y el grupo –NH (δ+) del aminoácido que se encuentra
cuatro posiciones más adelantado. Aunque estas interacciones son débiles, también son numerosas, lo que
permite que la hélice-α sea estable y se encuentre en la mayoría de las proteínas, al menos en alguna región
de su estructura. Los distintos radicales de los aminoácidos no participan de estas interacciones y se disponen
hacia el exterior de la estructura helicoidal, como las hojas en una rama.
 Lámina-β. En esta estructura dos fragmentos de la cadena polipeptídica se encuentran estirados y paralelos,
de manera que se enfrentan los dipolos de signo opuesto y se forman, también, puentes de hidrógeno. Esta
estructura es estable tanto si las cadenas enfrentadas avanzan en el mismo sentido (paralelas) como si lo hacen
en sentido contrario (antiparalelas). Tampoco participan de esta estructura los radicales de los aminoácidos.

Es frecuente que una misma proteína posea ambas estructuras secundarias simultáneamente, incluso varias veces cada
una de ellas, debido a la longitud de su estructura primaria.

Hélice-α Lámina-β

Estructura terciaria. En las dos estructuras descritas anteriormente son los puentes de hidrógeno –CO∙∙∙HN–
los que las mantienen estables. Pero los radicales de los distintos aminoácidos también interaccionan entre ellos y con
su entorno, plegando aun más la proteína. Si el medio es acuoso, como ocurre la mayoría de las veces, los radicales
polares, con o sin carga pero hidrófilos, tienden a situarse periféricamente, en contacto con el agua. En cambio, los
apolares se disponen preferentemente hacia el interior, evitando la interacción con el agua e, incluso, impidiendo que
el agua penetre en el interior de la estructura y la desestabilice. En esta estructura se producen, casi exclusivamente,
interacciones no covalentes del tipo puente de hidrógeno, enlace iónico o hidrofóbicas entre los radicales de
aminoácidos que, en ocasiones, se encuentran a mucha distancia en la estructura primaria. Una excepción es el
denominado “puente di-sulfuro” que es de tipo covalente, entre dos átomos de azufre pertenecientes a dos
aminoácidos cisteína (Cys) enfrentados y, aunque muchas proteínas no lo presentan a lo largo de toda su estructura,
en otras en cambio es muy importante (queratina, inmunoglobulinas, …). A este tipo de plegamiento terciario se le suele
llamar globular. Muchas proteínas fibrosas, no obstante, no presentan este tipo de estructura (colágeno, fibroína, …).

Hay proteínas que, para alcanzar su estructura activa, funcional, se deben unir a una molécula orgánica de naturaleza
química distinta, no formada por aminoácidos y se denominan heteroproteínas. La molécula asociada es el grupo
prostético. Es el caso, por ejemplo, de la mioglobina, proteína del tejido muscular que lleva unido un grupo prostético
(hemo) que contiene hierro y almacena oxígeno necesario para la respiración celular.

Estructura cuaternaria. Aunque este nivel estructural no se produce en todas las proteínas, en algunas de ellas
es necesario para que alcancen su estructura funcional. La estructura cuaternaria está formada por la unión de varios
polipéptidos que forman un agregado activo, un dímero, trímero, tetrámero, etc. En el caso de la hemoglobina, por
ejemplo, esta está formada por cuatro subunidades o protómeros (cada una de ellas con estructura terciaria), dos de
ellas llamadas α y las otras dos, β (nada tienen que ver con las estructuras secundarias de la misma denominación).
Ambos tipos de protómeros son similares a la mioglobina, y contienen sus correspondientes grupos hemo. Solo cuando
esta estructura cuaternaria está formada, la hemoglobina es capaz de transportar el oxígeno eficazmente. La unión
entre los protómeros se produce con los mismos enlaces, generalmente débiles, que estabilizan la estructura terciaria.

Podríamos considerar que algunas de las proteínas fibrosas que carecen de estructura terciaria puedan tener estructura
cuaternaria ya que unen sus cadenas para formar fibras. El colágeno o la queratina, por ejemplo, forman asociaciones
laterales de estructuras secundarias sin presentar estructura terciaria globular.
Grupo Hemo

DESNATURALIZACIÓN DE LAS PROTEÍNAS

De manera especial un aumento de la temperatura, pero también un cambio en el pH o la presencia de determinadas


sustancias, pueden descomponer la estructura tridimensional de la proteína manteniéndose intacta solo su estructura
primaria. Este proceso se denomina desnaturalización y lleva consigo la pérdida de la función de la proteína. Aunque el
proceso es potencialmente reversible, el hecho de que unas cadenas, al desempaquetarse, interaccionen y se “enreden”
con otras lo hace, en la práctica, casi siempre irreversible. Es lo que ocurre cuando calentamos la clara de huevo, que
está formada por una suspensión muy concentrada de proteínas en agua.

FUNCIONES DE LAS PROTEÍNAS

Las proteínas son las biomoléculas que más funciones desempeñan en la célula (y a veces fuera de ella) a causa de sus
prácticamente ilimitadas posibilidades estructurales. Son las que hacen funcionar a las células. Algunas de las funciones
más características son las siguientes:

 Estructural. Algunas proteínas forman estructuras, como es el caso del colágeno de los tendones, la fibroína
de la tela de araña o las queratinas que forman una pluma de ave o el casco de un caballo.
 De reserva. La ovoalbúmina de la clara de huevo o la caseína de la leche sirven como fuentes de aminoácidos
para el desarrollo del embrión en el primer caso o el crecimiento de los mamíferos lactantes en el segundo.
 Transportadora. La hemoglobina transporta O2 en los hematíes, existen proteínas transportadoras de lípidos
en la sangre y muchas proteínas de las membranas celulares transportan sustancias de un lado al otro de las
mismas.
 Defensiva. Hay proteínas en todos los seres vivos relacionadas con la defensa. Un ejemplo serían los
anticuerpos (inmunoglobulinas) presentes en los vertebrados.
 Reguladora u homeostática. Las proteínas participan en la regulación del pH, la presión osmótica o la
temperatura contribuyendo a mantener la estabilidad del medio interno.
 Motora. Los procesos de movimiento en los animales están mediados por proteínas como en el caso de la
contracción muscular (interacción actina - miosina) o el movimiento de los flagelos (dineína – tubulina).
 Hormonal. Algunas hormonas son de naturaleza proteica como la insulina o la hormona del crecimiento.
 Enzimática. Salvo escasas excepciones las enzimas son proteínas, como la pepsina, la lipasa o la amilasa. Una
enzima es un biocatalizador, es decir, una molécula que, sin consumirse en la reacción, aumenta su velocidad
millones de veces. Solo actúan sobre las reacciones que son termodinámicamente favorables. Esta es una
función especialmente importante de las proteínas dado que todas y cada una de las reacciones que forman
parte del metabolismo están catalizadas específicamente mediante enzimas y solo de esta manera las
reacciones metabólicas alcanzan una velocidad compatible con la vida.
ÁCIDOS NUCLEICOS

Los ácidos nucleicos (A.N.) son las biomoléculas responsables de almacenar y expresar la información genética dentro de las
células. Desde el punto de vista químico son polímeros de nucleótidos, que están formados a su vez por C, H, O, N y P. Los nucleótidos
se suceden de manera lineal y no periódica originando con sus diferentes secuencias distintas informaciones concretas. El ácido
desoxirribonucleico (ADN) constituye la estructura química que almacena la información hereditaria en todos los seres vivos y forma
los cromosomas de sus células. Para la mayoría de los virus también es el ADN el encargado de almacenar y transmitir a su
descendencia las características que les son propias. Aunque el ácido ribonucleico o ARN también desempeña esa función en otros
tipos de virus, como es el caso del virus del Ébola, el SIDA o el coronavirus, en la mayor parte de los casos la función del ARN tiene
que ver más con la expresión de dicha información o con procesos relacionados con su regulación.

NUCLEÓTIDOS

Los nucleótidos son moléculas complejas constituidas a su vez por la unión covalente de tres moléculas distintas:

 Una base nitrogenada, compuesta por uno o dos anillos formados por
carbono y nitrógeno. Las denominadas púricas, por su similitud
estructural con la purina, son Adenina (A) y Guanina (G), poseen dos
anillos y se diferencian entre sí por los grupos químicos asociados a su
estructura fundamental. Las llamadas pirimidínicas (similares a la
pirimidina) tienen solo un anillo y se denominan Citosina (C), Uracilo
(U) y Timina (T). Se unen por medio de un átomo de nitrógeno que
forma parte del heterociclo (posición 9 en las bases púricas y 1 en las
pirimidínicas) con el siguiente componente del nucleótido, la pentosa.
Entre los nucleótidos que forman parte del ADN no se encuentra el
uracilo, mientras que el ARN carece de timina.

 Una pentosa. Es la ribosa en el caso de los nucleótidos que van a formar


parte del ARN y la desoxirribosa para los que formarán parte del ADN. Cuando forman parte de los nucleótidos, a la
numeración de los átomos de carbono de la pentosa se le suele añadir un apóstrofo, de tal modo que decimos que se une
a la base por el carbono 1’ (se lee uno prima) y al siguiente componente de los nucleótidos, el ácido fosfórico, por el carbono
5’. La unión pentosa-base nitrogenada se denomina nucleósido y al enlace que los une, N-glucosídico. Para nombrarlos se
mantiene la raíz de nombre de la base y se le añade la terminación osina para las bases púricas o idina para las pirimidínicas:
adenosina, guanosina, citidina, uridina y timidina.

 Ácido fosfórico (H3PO4). Se une mediante un enlace éster generalmente a la posición 5’ de la pentosa. Los nucleótidos que
forman parte de los A.N. llevan unida una única molécula de ácido fosfóricoCMP AMP tener unidas
pero otros que están libres pueden
una, dos o tres. Para nombrarlos se escribe “mono-, di- o tri-
fosfato de” seguido del nombre del nucleósido correspondiente,
aunque lo habitual es escribir o decir directamente sus siglas:
mono, di o tri-fosfato de adenosina se escribirían AMP, ADP y ATP,
etc. (el orden de las siglas se debe a que se toman directamente
del inglés). Si se desea especificar que se trata de un
desoxirribonucleótido, añadimos una d- al principio (d-AMP,
desoxiadenosina monofosfato, etc.).

Algunos nucleótidos no forman parte del ADN o ARN y no encajan estrictamente en la estructura descrita arriba, desempeñando
funciones específicas e importantes dentro de la célula. Citamos tres ejemplos más significativos:

 El ATP es el portador universal de energía metabólica y el nexo de unión entre el catabolismo y el anabolismo (se carga en
los procesos que producen energía y se descarga en los que la consumen). Se le denomina, por esta razón, moneda
energética.
 El AMPc (AMP cíclico) es una molécula que actúa como “segundo mensajero” en muchos procesos de recepción y
transducción de señales en las células. Es decir, se produce en el interior celular como respuesta a la llegada a la parte
exterior de la membrana de un mensajero químico, como por ejemplo una hormona (primer mensajero). El AMPc difunde
entonces por el interior celular poniendo en marcha la respuesta metabólica que corresponda a dicha señal en ese tipo de
célula.
 Los coenzimas son moléculas orgánicas que se unen de manera reversible y específica a determinados enzimas en el
momento de la catálisis. Varios coenzimas, especialmente los relacionados con procesos de oxidación-reducción, son
nucleótidos o los contienen en su estructura. Algunos ejemplos son los dinucleótidos NAD, NADP y FAD o el
mononucleótido FMN.

ATP AMPc NAD+

ESTRUCTURA DEL ADN

Hacia la mitad del siglo pasado (1944), Oswald Avery y sus colaboradores demostraron, por primera vez y en contra de la idea
mayoritaria de los expertos de la época, que era el ADN y no las proteínas quien almacenaba la información hereditaria. Se desató
entonces un interés generalizado por conocer cómo una estructura tan aparentemente anodina podía ser capaz de determinar tal
variedad de características en los seres vivos y transmitirlas a su descendencia. Se sabía ya que el ADN estaba formado por nucleótidos
y cuáles eran estos y también que era una estructura polimérica en la que aquellos se unían entre sí mediante enlaces fosfo-di-ester
entre las posiciones 3’ y 5’ de las correspondientes desoxirribosas. Esto, que denominamos estructura primaria, no explicaba
satisfactoriamente las características del ADN como molécula de la herencia.
En abril de 1953, Francis Crick y James Watson publican en la revista británica Nature un breve artículo en el que explican sus
conclusiones respecto a la estructura completa, tridimensional, del ADN que permite una explicación satisfactoria de sus
propiedades. Contaban con datos previos muy valiosos de otros investigadores, como E. Chargaff, que había demostrado las
proporciones iguales de A y T así como de G y C en ADN procedente de organismos distintos, o R. Franklin, que, usando difracción
de rayos X, había conseguido determinar la naturaleza helicoidal del ADN así como importantes datos sobre sus dimensiones. Este
modelo, la doble hélice, a pesar de las mejoras que todas las investigaciones posteriores han aportado, sigue siendo válido en la
actualidad. En resumen es el siguiente:

 El ADN está formado por dos cadenas de polinucleótidos


enrolladas helicoidalmente entre sí, en sentido dextrógiro.
 Ambas cadenas o hebras se disponen en sentido antiparalelo,
es decir, están invertidas una respecto de la otra, de tal modo
que cuando una avanza en sentido 3’→ 5’, la otra lo hace en
sentido 5’→ 3’.
 La base nitrogenada de cada uno de los nucleótidos se sitúa
hacia el interior de la estructura, perpendicularmente al eje
(teórico) de la doble hélice y emparejándose con una de la otra
hebra de manera específica, mediante puentes de hidrógeno:
adeninas con timinas (2 p. de H.) y guaninas con citosinas (3 p.
de H.). Esta especificidad determina que las secuencias de
bases en una y otra cadena sean complementarias y que,
conociendo una de ellas, se pueda determinar la otra. También sugiere que, si ambas cadenas se separan, cada una de ellas
puede servir de molde para reconstruir dos estructuras completas, idénticas entre sí y a la original, idea esencial para
entender el proceso de reproducción celular.
 Esta estructura tiene un diámetro constante de 2 nm y avanza 3,4 nm por cada vuelta, lo que supone aproximadamente 10
pares de bases (pB).

En las células eucariotas, el ADN se encuentra en el núcleo celular formando unidades lineales denominadas cromosomas. En ellos,
el ADN se organiza en torno a un conjunto de proteínas, las histonas, que permiten empaquetarlo de manera eficaz formando la
cromatina. El ADN procariota (cromosoma bacteriano) es una estructura generalmente circular, o sea, cerrada sobre sí misma, por
lo tanto sin extremos y no posee histonas.
ESTRUCTURA DEL ARN

Con alguna excepción de ciertos virus, el ARN es monocatenario, aunque en ciertos casos presenta regiones de doble hélice por
autocomplementariedad. Es mucho menor que el ADN y también mucho menos estable. Se sintetiza a partir del ADN, del que se
copia (transcribe) un fragmento en forma de secuencia de ribonucleótidos (de ribosa en lugar de desoxirribosa y con uracilo en lugar
de timina) unidos con los mismos enlaces fosfo-di-ester entre las posiciones 3’ y 5’. Aunque en los últimos años se están descubriendo
nuevos ARN con distintas funciones y prescindiendo de los ARN víricos, vemos aquí sólo los más significativos a nivel celular.

 ARNm (mensajero). Se trata de una larga molécula lineal de nucleótidos, cuya secuencia de bases es complementaria a un
fragmento de la secuencia de bases del ADN. El ARNm lleva la información para la síntesis de una cadena polipeptídica en
particular. Esta información está codificada en forma de tripletes de nucleótidos o codones, cada uno de los cuales
determinará, en el proceso de traducción en los ribosomas, la inserción en la proteína de un aminoácido específico. Tiene
una vida media muy breve.
 ARNr (ribosómico). Forma parte estructural y funcionalmente de los ribosomas, que son los orgánulos celulares
encargados de sintetizar las proteínas uniendo los correspondientes aminoácidos según la información proporcionada por
el ARNm. Es un ARN rico en regiones autocomplementarias, lo que le confiere una estructura tridimensional compleja
que interaccionará con el conjunto de proteínas que también constituyen los ribosomas. Existen tres ARNr diferentes en
procariotas y cuatro en eucariotas. Es el más grande y también el más abundante en la célula.
 ARNt (transferente). Es el de menor tamaño de los tres, no llegando a los 100 nucleótidos. Presenta pequeñas regiones
autocomplementarias que lo pliegan sobre sí mismo y le dan un aspecto que recuerda a un trébol con tres “brazos”. Uno
de ellos contiene el triplete de nucleótidos denominado anticodón, que deberá complementar al correspondiente codón
del ARNm en el proceso de la síntesis de proteínas o traducción. Por su extremo 3’ los ARNt se unen, de manera específica,
a los distintos aminoácidos y, de esta forma, cada aminoácido se corresponde con su transferente esclusivo (o, lo que es lo
mismo, con su anticodón). La secuencia de codones de un ARNm determinará una secuencia de anticodones
complementarios del ARNt y, por su especificidad, determinará la secuencia de aminoácidos de su polipéptido (proteína)
correspondiente.

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