En primer lugar se debe entender que es la discrecionalidad, la cual se refiere a la
libertad que tiene un juez en el momento de determinar algún fallo, con esto se quiere hacer entender que el Derecho le deja al juez ciertas márgenes para que este elija entre distintas soluciones o dentro de diferentes alcances la solución de una en concreto, puesto que este no tiene predeterminadas por el sistema jurídico, si no que en medida ya sea mayor o menor, el Derecho le deja al juez espacios para que este escoja entre varias opciones, pero que este a su vez sean compatibles con el sistema jurídico. En definitiva es el juez el que, en nombre del Estado, provee en imponer la solución de las cuestiones problemáticas sometidas a examen jurisdiccional; la jurisdicción del Estado se expresa a través del juez (lecciones del Derecho procesal) TEORIA DEL PROCESO Así mismo el juez al momento de tener discrecionalidad y ser depositario de la jurisdicción, debe contar con facultades o poderes especiales que le “faciliten” cumplir a totalidad la función de determinar un fallo. Entre estas facultades o poderes que tiene el juez se pueden encontrar tales como; el poder de investigación, poder de coerción, poder de decisión y poder de ejecución, los cuales se utilizan para determinar un fallo de una forma concreta y justa. Hecha esta salvedad, se debe definir que es la arbitrariedad, la cual hace referencia a cuando alguien ha actuado o actúa de una manera opuesta a la justicia, es decir, a lo que es no correcto, atentando contra la razón o bien contra las leyes vigentes, en este sentido un juez puede actuar de una manera arbitraria en el momento de determinar un fallo, si el juez no investiga de la manera correcta en las fuentes auxiliares del Derecho, se podría evidenciar un caso de arbitrariedad, si el juez no utiliza de forma correcta la discrecionalidad.