hhacen las moléculas de los cuerpos inorgénicos. Por eso pro-
ponemos llamar mecainica a esa especie de solidaridad.
tra cosa muy diferente ocurre con la solidaridad que p
‘duce la division del trabajo. Mientras la anterior implicaba
mejanza de los individuos, éta supone que difieren unos de
‘otros, La primera no es posible sino en la medida en que la per
sonalidad individual se observa cn la personalidad coletiva; la
segunda no es posible como cada uno no tenga una esfera de
accién que le sea propia, por consiguiente una personalidad, Es
preciso, pues, que la conciencia colectiva deje descubierta una
parte de la conciencia individual para que en ella se establez-
can esas funciones especiales que no puede reglamentar;
cuanto més extensa es esta region, més fuerte es la cohesién
que resulta de esta solidaidad. En efecto, de una parte, depen:
de cada uno tanto mas estrechamente de la sociedad cuanto
és dividido est el trabajo, y, por otta parte, la actividad de
cada uno es tanto mis personal cuanto esté mis especalizada,
‘Sin duda, por circunserita que sea, jamés es completamente
original; incluso en el eericio de nuestra profesién nos con-
formamos con usosy prcticas que nos son comunes con toda
nuestra corporaciOn. Pero, inclusive en ese caso, el yugo que
sulfrimos es menos pesado que cuando la Sociedad enter pesa
sobre nosotros, y deja bastante mas lugar al libre juego de
nuestra incitiva. Aqui, pues, la indvidualidad del todo au-
menta al mismo tempo que lt dela partes; la sociedad hdce-
se mis capaz para moverse con unidad, ala ver que cada uno
de sus elementos tiene ms movimientos propios. Esta soida-
ridad se parece a la que se observa en los animales superiores.
Cada érgano, en efecto, tiene en ellos su fisonoméa especial su
autonomia, s, sin embargo, l2 unidad del organismo es tanto
‘mayor cuanio que esta individuacién de las partes es més se-
ialada, En ranin a esa analogfa, proponemos lamar orgénica
la soldaridad debida a la divisién del trabajo.
Textos
seleccionados
Akal Editor, Madrid, pp. 213-214, 221, 255, 262-263, 265-275, 277-278
Emile Durkheim
Fuente: EL SUICIDIO
7. El suicidio egoista
Hemos establecido, sucesivamente, las tres proposiciones
‘que siguen:
EE suicidio vara en razén inversa del grado de desintegra
ion della sociedad
~religiosa
— doméstica,
- politica
Esta proximidad demuestra que, si esas diferentes socieda
des tienen sobre e! suicidio una influencia moderadora, no es
por consecuencia de caracteres particulars de cada una de
ellas, sino por una causa que es comin 2 todas, No es a la na-
turaleza especial de los sentimientosreigiosos a lo que la reli
sion debe su eficacia, puesto que las sociedades domésticas y
las sociedades politics, cuando estén fuertemente integra
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CLASICOS DE LA SOCIOLOGIA: FUNDABORES
producen los mismos efectos; por otra parte esto es lo que he-
mos demostrado ya al estudiar directamente la manera céimo
actian sobre el sticidio las distintas religiones. No es lo que
tienen de espeifico los casos politicos o !os doméstiens o que
pueden explicar la infinidad que confieren, puesto que la So-
ciedad religiosa tiene el mismo privilegio. La causa no puede
encontrarse mas que en una misma propiedad que poseen to-
dos esos grupos sociales, aunque tal vez, en grados diferentes,
Llegamos, pues, a esta conclusién general: El suicidio varia en
razon inversa del grado de desintegracién de los grupos socia-
les de que form parte el individuo.
Pero la sociedad no puede desintegrarse sin que, en la mise
‘ma medida, no se desprenda el individuo dela idea social, sin
que los fines propios no leguen a preponderar sobre los fines
comunes, sin que la personalidad particular, en una palabra, no
tienda a ponerse por encima de Ja personalidad colectiva.
Cuanto més debilitados son los grupos a que pertenece, menos
depende de ellos, més se exalta a sf mismo para no reconocet
ee
itotras reglas de condlucta qué las fundadas en sus intereses pri-
vados. Asi pus, si se conviene en lamar egoismo a ese estado
en que el yo inivilual se afirma con exces frente al yo socal
ya expensas de este tltimo, podremos dar el nombre de egois-
ta al tipo particular de suicidio que resulta de una individua-
ion desintegrada
Bien merece, pues, este tipo de suicidio, el nombre que le
hemos dado. Bl egoismo no es un factor simplemente auxiliary
es si causa generadora Si, en ee caso, el azo que Higa al hom-
brea la vida se afloj, es porque el nexo que le une a la soie
dad, se ha reajado. Los incidentes del existencia privada, que
patecen inspirar inmediatamente el suicido y que pasan por
ser sus condiciones determinantes,en realidad no son més que
causas excepcionaes. Si el indviduo cede al menor choque de
las circunstancias es porque en el estado en que se encuentra ka
sociedad ha hecho de él una fuerza dispuest al suicidio,
8. El suicidio andémico
Pero la sociedad noes solamente un objeto que atria, con
tuna intensidad desigual, los sentimientos y a actividad de los
individuos. Bs también tin poder que los regula. Existe una re-
Jain entre la manera de ejercer esta accién reguladora y el
parcentaje socal de ls suiidios.
La anomiay las crisis
Un ser vivo cualquiera no puede ser feliz, y hasta no puede
vivir més que si sus necesidades estin suficientemente en rela