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Índice
Contexto histórico
Terminología
Historia
Ovnis en la Edad Antigua, Media y Moderna
Ovnis contemporáneos
Investigación
Líneas de investigación
Clasificación de los ovnis según su observación
Encuentros lejanos
Encuentros cercanos
Clasificación de los ovnis por su forma
Resultados
Interpretación
Hipótesis extraterrestre
Jung y fundamentación psíquica
Hipótesis psicosocial
Hipótesis paraufológica
Hispanoamérica y España
Los ovnis en la cultura popular
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Bibliografía utilizada
Bibliografía adicional
Contexto histórico
Autores como Luis Alfonso Gámez, Ricardo Campo1 o Neil deGrasse Tyson3 han insistido en la gran
importancia de los antecedentes históricos que rodeaban el nacimiento y la popularización del término
«ovni».
A finales del siglo xix y principios del xx, Percival Lowell había
publicado varias obras sobre Marte en las que postulaba que las
líneas oscuras divisadas por Giovanni Schiaparelli en la superficie
marciana constituían una red de canales creados por una
civilización inteligente, para traer agua desde los polos al ecuador
del «planeta rojo».1
Pese a que las observaciones de Lowell se
revelarían erróneas, el público en general consideró la existencia de
vida extraterrestre inteligente y cercana a la Tierra como un hecho
probado científicamente.nota 2
Un efecto más contundente si cabe para la opinión pública, lo causó el V2. Este misil balístico dejaba muy
atrás a lo que podían presentar naciones como la Unión Soviética o Estados Unidos. El V2 era capaz de
mover una carga útil de casi una tonelada, a varios cientos de kilómetros y a velocidades que superaban con
mucho la del sonido.nota 3 Este portento de la ingeniería abrió nuevamente la mentalidad del público en
general e hizo ver como posible que un ingenio de origen inteligente causara imágenes que antes se
hubieran tomado por espejismos, resplandores, relámpagos o cualquier otra explicación natural.
El 16 de julio de 1945 tuvo lugar en Álamo Gordo la Prueba Trinity, con la que culminaba el Proyecto
Manhattan. Dicha prueba, junto a la utilización posterior de una bomba de uranio y otra de plutonio,
demostró que se podía conseguir gran cantidad de energía con poca masa. Pero, al mismo tiempo, se
descubría un nuevo tipo de arma con una capacidad destructiva incomparable, lo cual supuso un salto
cualitativo en el tipo de guerra que podría librarse. Igualmente se dio el pistoletazo de salida para una
carrera de armamentos entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, junto a una carrera de información
para conocer cada bando el nivel alcanzado por su oponente.5
La información sobre la Unión Soviética constituyó todo un problema para Estados Unidos. John Lewis
Gaddis6 indica que inicialmente no se sabía el estado real alcanzado por la tecnología soviética. Fue
bastante avanzada la Guerra Fría cuando se comprobó que la tecnología soviética estaba por detrás de la
estadounidense. Sin embargo había dos campos donde sí llevaban cierta ventaja: uno era el balístico y el
otro fue la capacidad de guardar sus secretos. El régimen de Iósif Stalin y el de sus sucesores era una
dictadura férrea, con un control considerable de la información producida y difundida, por lo que las
apariencias resultaban más fáciles de guardar. Unido a esto, las inmensas proporciones del país le concedían
una profundidad estratégica sin igual, lo que hacía imposible observar todo su territorio desde ningún punto
de su frontera, aunque solo fuese indirectamente y por muy alto que se alzara el observador. Así los
soviéticos podían amenazar con misiles que no tenían y esgrimir divisiones con las que no contaban, o al
menos en determinados momentos, lo cual constituía una fuente de rumores. La recién creada Agencia
Central de Inteligencia (CIA) y la Casa Blanca necesitaban información sobre lo que sucedía en la Unión
Soviética. Para conseguirla propusieron tratados, desarrollaron ingenios, financiaron los proyectos más
variopintos... todo para conseguir fotografías o mediciones atmosféricas que pudieran indicar los avances
de la otra superpotencia en campos como el de los misiles intercontinentales, los bombarderos estratégicos o
las pruebas nucleares atmosféricas. Pero la incógnita de hasta donde había conseguido llegar la tecnología
soviética perduró durante bastantes años, al menos hasta la llegada de los satélites espías.
Ante las prestaciones ofrecidas por el motor de reacción y el misil balístico, las potencias vencedoras se
disputaron a los técnicos implicados en los programas alemanes para desarrollar los suyos propios. Sin
embargo, por una serie de decisiones, los Estados Unidos mantuvieron relegado a von Braun durante un
tiempo, mientras los dirigentes soviéticos sacaron del Gulag a Serguéi Koroliov para que retomase los
programas de misiles abandonados años atrás. Al poco tiempo, los segundos iban más adelantados que los
primeros en misiles y cohetes. Carl Sagan, quien participó en el programa Apolo, indica que dicha ventaja
fue inicial.7 Tanto los dirigentes de la URSS como de los Estados Unidos quedaron sorprendidos al ver el
interés del público por los temas espaciales cuando los soviéticos decidieron utilizar su misil balístico para
poner en órbita el Sputnik 1. Incluso los éxitos soviéticos crearon cierto pánico en la población
estadounidense al sentirse vulnerables y en inferioridad tecnológica frente a su enemigo. Además, Sagan
veía con envidia años después las pocas preguntas que les hacían los políticos para darles lo que pidieran
para temas espaciales.8 El astrobiólogo transcribe el interrogatorio mantenido en 1958 entre Daniel J.
Flood, presidente de la subcomisión para asignaciones de la defensa y representante del partido demócrata
por Pensilvania, y Richard E. Horner, secretario de la asesoría para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Ante la petición de una partida considerable de fondos para la investigación espacial, la subcomisión realizó
tres preguntas a Horner y, tras responderlas, Flood declaró:
Deberíamos darle todo el dinero, todo el hardware y todo el personal que precisen, sin
importar lo que otras personas puedan opinar o querer, y pedirles que se suban a una colina y
que lo hagan sin contemplaciones.
Terminología
El primer nombre dado a luces o formas en el cielo
desconocidas para el espectador fue el de «platillo volante» o
«platillo volador», del inglés flying saucer. El término «platillo
volador» se popularizó en 1947 debido a un error periodístico.
El 24 de junio, el piloto civil estadounidense Kenneth Arnold
—mientras volaba sobre la cordillera de las Cascadas (en el
estado de Washington)— vio una formación de nueve objetos
con forma de búmeran que volaban a una velocidad (estimada
por él) superior a los 1500 km/h.1
Dijeron que yo había dicho que eran “como platillos”, cuando lo que yo dije fue que “volaban
al estilo de un platillo”», declaró Arnold al célebre locutor Edward R. Murrow en una
entrevista para la CBS, transmitida el 7 de abril de 1950
Sagan (1997, p. 100)
Muy probablemente, a partir de entonces, todas las razas alienígenas y extraterrestres que han
visitado la Tierra han tenido que rediseñar sus naves interplanetarias para adaptarse al error de
un periodista de un diario local de Estados Unidos del año 47.
Ricardo Campos1
Pese al error, las declaraciones sobre ingenios aeronáuticos no identificados con forma de platillo
aumentaron considerablemente.
Historia
No existe acuerdo respecto al momento en que comenzó la historia de los ovnis. Para Ted Wilding-White,
J. J. Benítez, Erich von Däniken o Jacques Vallée los avistamientos de objetos sin identificar se remontan
tanto como historia tiene la Humanidad. Para autores como Ricardo Campo, Luis Alfonso Gámez1 o Carl
Sagan es un mito contemporáneo que comienza a finales de los años cuarenta.9
Los avistamientos de platillos volantes comenzaron cuando la ingeniería había logrado ya un nivel
suficiente como para desarrollar motores de reacción, misiles con alcances estratosféricos e ingenios
nucleares. Lo que, para escritores como Luis Alfonso Gámez, sugiere un origen humano producto de
aquella época. La idea de estar ante un mito de la era espacial.1
Benítez propuso en su libro Los astronautas de Yavé que una serie de extraterrestres entrenaron a Moisés en
el monte Sinaí en distintas técnicas, se ocuparon de ofrecerle asesoramiento, cuidaron y alimentaron a los
padres de la Virgen María, se aparecieron a San José, los Reyes Magos o fueron los encargados de realizar
la Anunciación.11 Como en el caso de Däniken, el autor español no aporta ninguna prueba documental o
arqueológica de dichos supuestos.
Por su parte, Vallée mantenía que ha existido una vieja tradición de seres fantásticos como las ninfas,
sílfides, duendes o hadas, que cometían raptos de personas para llevarlas a lugares que los relatos
denominaban Magonia, pero también Ávalon y otras geografías míticas.12 Según el autor francés, esos
cuentos eran la forma que tenían aquellas personas para explicar encuentros cercanos, raptos y abducciones
llevados a cabo por seres extraterrestres. Como en el caso de las conjeturas vertidas por Däniken, esta
hipótesis no deja de ser una explicación ad hoc e innecesaria, pues existe otra mucho más sencilla. Las
nubes, las hadas o los carros de fuego podrían ser metáforas empleadas en los relatos religiosos, sin ninguna
evidencia de que dichos relatos deban ser interpretados más que de una forma mítica. Así pues, dichas
narraciones no constituyen una prueba empírica para saber si ocurrieron los hechos así o no, es decir,
sostener que se trata de naves extraterrestres podría ser un argumento ad ignorantiam.
Durante la Edad Media aumentaron, si cabe, los problemas para realizar registros escritos de sucesos
cotidianos. Esto fue debido al ligero crecimiento del índice de analfabetismo y a los cortes periódicos que
los musulmanes practicaban al suministro de papiro con destino a Europa, por lo que solo quedaban los
pergaminos como soporte para escribir, de mejor calidad, pero mucho más escasos. Para Ted Wilding-
White los avistamientos no se pudieron recoger hasta la publicación de los primeros periódicos. Antes,
prosigue Wilding-White, las narraciones de sucesos aéreos desconocidos solo podían ser preservadas para
lecturas posteriores por personas que supieran y pudieran escribirlas.14 En Europa Occidental esta facultad
quedaba reservada a los monjes en los monasterios, por lo que se reducía mucho el espacio observable. El
autor recoge siete casos acaecidos entre el 1 de enero de 1254 y el 13 de noviembre de 1833.
Ovnis contemporáneos
En 1961 Betty y Barney Hill afirmaron que la noche del 19 al 20 de septiembre habían sido abducidos por
un platillo volante. El matrimonio no se puso de acuerdo en varios detalles, pero los dos coincidían en que
al final los dejaron bajar, habiéndoles borrado los recuerdos de lo sucedido. Pese a que el especialista que
los trató definió el caso como una especie de sueño, testimonios como el de los Hill comenzaron a
reproducirse tiempo después en varios lugares del mundo, aumentando progresivamente las acciones
realizadas a los abducidos, siempre según los testimonios de los propios abducidos. Así se han declarado
casos en que los extraterrestres les realizaban exploraciones internas, implantes de dispositivos
intracutáneos e incluso inseminaciones. Resulta necesario puntualizar que para psicólogas como Susan
Clancy, de la Universidad de Harvard, dichas acciones pertenecen a la esfera del sueño, la fantasía o el
fraude, pero «Las abducciones no suceden en el mundo real».21
Confirma las palabras de la psicóloga el
hecho de que ninguno de los supuestos abducidos haya podido aportar pruebas fehacientes de lo sucedido,
los implantes nunca se han encontrado, las marcas en el cuerpo son compatibles con muchas otras lesiones
cotidianas y jamás se ha traído objeto alguno que poder analizar, ni aparecen publicados, comenta
Sagan,22 artículos en revistas científicas sobre nuevos materiales desconocidos hasta el momento.
Esta deriva en el tema ovni hacia unos encuentros cada vez más cercanos es, para Luis Alfonso Gámez, el
ejemplo de que el mito ovni se ha destruido a sí mismo, «porque ya no le queda más por inventar».1
Investigación
El gobierno de Harry Truman emprendió una investigación para
saber si el espacio aéreo estadounidense estaba siendo violado con
cierta periodicidad por prototipos o ejemplares de pre-serie
fabricados por otras naciones, especialmente la Unión Soviética. La
primera de dichas investigaciones oficiales comenzó en 1947 bajo
el nombre de Proyecto Signo, en 1949 se rebautizó como Proyecto
Fastidionota 5 y en 1952 como Proyecto Libro Azul, que seguiría
investigando casos hasta 1969, para comenzar después el Proyecto Broma de Patrick Marechal de un
Libro Blanco.23 ovni fabricado por él en Valonia
(Bélgica) siguiendo las descripciones
Sería tras el Proyecto Libro Azul cuando comenzó la Ufología con de la Oleada Ovni belga.
tal nombre. Uno de los asesores participantes en aquellas
investigaciones fue Joseph Allen Hynek. A este astrónomo se le
debe la clasificación en tipos de encuentros, mal traducido por «fases» en películas como Encuentros en la
tercera fase, también la decisión de cambiar el término «platillo volante» por el más genérico «objeto
volador no identificado», traducido del inglés «unidentified flying object» (UFO),24 término que persiste
hasta nuestros días y da nombre a la disciplina que estudia los casos de ovnis, la ufología.nota 6
En 1969, el último de dichos programas, el Proyecto Libro Azul, fue cerrado habiendo reunido decenas de
miles de expedientes y con la conclusión clara de que los ovnis no suponían un peligro para la seguridad
nacional.
Líneas de investigación
En las investigaciones financiadas por las distintas administraciones participaron algunos de los más
conocidos expertos, bien como directores o como asesores, entre ellos los cuatro que han marcado las
cuatro líneas de la literatura ufológica:nota 7
Durante las investigaciones del Proyecto Libro Azul, Hynek propuso dos clases de observaciones con tres
tipos cada una:
Encuentros lejanos
Encuentros cercanos
Para Hynek los avistamientos lejanos contemplarían tres configuraciones diferentes: luces nocturnas, ecos
de radar y discos diurnos.26 Para otros las formas presentadas por los ovnis son muy variadas; tanto es así
que Ballester Olmos califica de inútil cualquier clasificación, porque todos los «casos positivos», los que no
se pueden explicar, son únicos.19 No existe una tipología clara ni un patrón que se repita. Para complicar
más la situación, muchas de las descripciones se obtuvieron mediante declaraciones únicas y por
consiguiente resultaron imposibles de verificar. Pese a todo se han apuntado ciertas formas, más o menos
coincidentes.30
Resultados
En 1969 la USAF había reunido unos 40 000 informes Wilding-White que daban como resultado:31
El 27 % de los expedientes ovni resultaron ser estrellas, planetas y otros objetos
astronómicos.
Otro 27% de los
expedientes se debieron
a globos y aviones.
Un 23 % fue producido
por meteoritos, satélites
artificiales y otros
objetos cercanos a la
Dibujo ovni, de autenticidad Tierra.
desconocida, atribución y fecha no Hubo un 23 % que
especificadas. Uno de los cientos de quedó sin explicación,
archivos resultantes de la orden de pero se hicieron
1995 del expresidente suposiciones sobre la
estadounidense Bill Clinton a la CIA mayoría de dichos casos
de desclasificar todos los y se afirmó que podían
documentos con "valor histórico" que haberse resuelto si los
tenían al menos 25 años de observadores hubiesen
antigüedad.
dado más datos.
El 25 de junio de 2021 Estados Unidos publicó un informe sobre fenómenos aéreos no identificados. La
conclusión del reporte elaborado por la oficina del director nacional de Inteligencia es que no tienen
respuestas por el momento para explicar cientos de avistamientos inusuales.33 34 35
36
37
Simultáneamente, la Asociación Aeronáutica y Astronáutica de Francia, también publicó su propio informe
ovni.38 39
Interpretación
Hipótesis extraterrestre
La idea de que los ovnis son naves extraterrestres se planteó ya con el Incidente de Roswell y ha sido una
explicación recurrente desde aquel momento. Los escépticos suelen emplear un principio básico de la
ciencia según el cual «para poder afirmar la existencia de fenómenos extraordinarios se requieren pruebas
concluyentes». Hacen hincapié en que no se han aportado pruebas fiables que respalden la hipótesis de que
el fenómeno ovni mantiene relación con naves extraterrestres. El doctor Neil DeGrasse Tyson afirma
contundentemente que si se ve algo en el cielo desconocido para nosotros no se debe concluir cualquier
cosa, sino «dejar de hablar».3
Respecto a la capacidad de los MIB para neutralizar cualquier prueba definitiva sobre el origen de los ovnis
se alegan experiencias con sistemas muy cerrados y reticentes a la entrega de información. Así, la Historia
demuestra que de la Unión Soviética se obtuvo información pese a que su régimen llegó a quemar vivos a
los traidores. En el caso del Proyecto Manhattan los soviéticos lograron obtener datos precisos para saber lo
que se probaba y los resultados obtenidos en Álamo Gordo.1
Incluso de Corea del Norte se han obtenido
pruebas verificables y contrastables sobre los movimientos de prisioneros para investigar con ellos armas
biológicas.
Científicos como Edward Gondon, Donald Menzel o Carl Sagan
han afirmado que, cuando los informes de ovnis se estudian en
profundidad, la mayoría de los casos logra ser identificado con
certeza en porcentajes parecidos a los arrojados por el Proyecto
Libro Azul, es decir, fraudes, alucinaciones, malas interpretaciones
y sobre todo pareidolias de fenómenos conocidos (cometas,
fenómenos atmosféricos, satélites, basura espacial, aviones,
prototipos de naves terrestres, nube lenticular, etc.). A lo que los
defensores de la conexión ovni-extraterrestre mantienen que lo Nube lenticular reportada como ovni
importante radica en ese pequeño porcentaje de no identificados. Es debido a su peculiar forma.
la llamada falacia del residuo.nota 12
Esta postura es respondida
por los escépticos afirmando que la falacia residual no prueba nada
porque la existencia de un pequeño porcentaje inexplicado es común a cualquier disciplina con un número
considerable de casos. Así, en criminología siempre quedan algunos asesinatos sin aclarar y lo mismo en
los accidentes de tráfico, siempre existe un pequeño porcentaje que no puede ser explicado, lo que no
prueba la existencia de vampiros, zombis o seres demoníacos.1
Pese a los argumentos en contra, la ufología ha formulado varias conjeturas o hipótesis sobre la procedencia
del pequeño índice de casos sin resolver:
Hipótesis intraterrestre: es la que afirma que la Tierra es casi hueca y en su interior habita
una civilización mucho más avanzada que la humana.
Hipótesis interdimensional: postula que los ovnis provendrían de otras dimensiones dentro
de otros planos de nuestro Universo, o en dimensiones no pertenecientes a nuestro
universo, es decir del multiverso. Sus tripulantes serían seres pertenecientes a esas
dimensiones.
Hipótesis intertemporal: defiende que el origen de los ovnis estaría en tiempos pasados o
futuros y que, por tanto, sus tripulantes serían seres (humanos o no humanos)
pertenecientes a estos lugares y otros tiempos. Indicándose que estos seres poseerían los
medios para poder viajar en el espacio-tiempo.
Hipótesis de los proyectos secretos: es la que defiende que una gran parte de las
observaciones no explicadas corresponden a nuevos prototipos aeronáuticos con
tecnología furtiva, motores con mínimas emisiones de luz y calor, toberas orientables,
hipervelocidad y otros adelantos que no los hacen fácilmente identificables, ni siquiera por
pilotos y radaristas civiles. Aparatos como el SR-71 fueron totalmente secretos, pese al gran
número de corporaciones y personas que trabajaron en él, hasta que el Gobierno
estadounidense decidió revelar su existencia bajo dos palabras «Proyecto Aurora», en
información recogida por Juan Antonio Guerrero.41 Según Luis Alfonso Gámez y otros
autores,1 en este caso los ufólogos y los medios donde suelen escribir hacen la veces de
«tontos útiles». Así contribuyen a expulsar las miradas de otro tipo de prensa sobre los
hechos, reduciendo las noticias de nuevos prototipos y sus capacidades a un círculo
pequeño y poco acreditado. Semejanzas similares se han entablado entre varias
observaciones que posteriormente han encajado con la forma del Lockheed F-117
Nighthawk o el Northrop Grumman B-2 Spirit.
He formulado mi posición ante la cuestión de la realidad de los ovnis con la frase: «La gente
ve algo, pero no sabemos qué es». Esta formulación deja abierta la cuestión del «ver»: se
puede ver algo material, pero también se puede ver algo psíquico. Las dos cosas son
realidades, pero de tipos diferentes.46
Para escritores como Patrick Harpur, el ensayo de Jung sigue siendo uno de los más agudos análisis de
apariciones aéreas.47 Fue «dedicado a Walter Niehus (su yerno, casado con su hija Marianne), arquitecto,
como muestra de agradecimiento por haberme inducido a escribir este librito».48 En el prólogo comienza
aludiendo a la conclusión a la que llegó en el artículo de 1954 ya citado: «Se ve algo, pero no se sabe qué.
Incluso resulta casi imposible hacerse una idea correcta de estos objetos, pues no se comportan como
cuerpos sino con la ingravidez de los pensamientos. No ha habido hasta ahora ninguna prueba indudable de
la existencia física de los ovnis excepto en los casos en que se ha producido un eco en el radar».49
Jung añade que desde entonces y «durante más de un decenio la realidad física de los ovnis ha seguido
siendo un asunto sumamente problemático». Y que «cuanto más se prolongaba la incertidumbre, tanto más
probable se fue haciendo que en ese fenómeno, evidentemente complicado, incidiera también, además de
una posible base física, un importante componente psíquico. Esto no tiene nada de asombroso al tratarse de
un fenómeno aparentemente físico que se caracteriza, por una parte, por su frecuencia, y por otra, por lo
extraño y desconocido, incluso por lo contradictorio de su naturaleza física. Un objeto semejante provoca
como ninguna otra cosa la fantasía consciente y la inconsciente, produciéndose suposiciones especulativas
y narraciones fantasiosas con el fondo mitológico propio de estas excitantes observaciones».50
Así, Jung establece tres modos de ver el fenómeno:51 un proceso real objetivo, físico, o percepción
primaria, genera una fantasía o mito concomitante; una fantasía primaria inconsciente, un arquetipo, invade
la consciencia con ilusiones y visiones; se produce una coincidencia sincronística acausal y plena de
sentido, especialmente en fenómenos vinculados a procesos psíquicos arquetípicos.
Finalizaba el prólogo indicando que carece de medios para aportar algo útil a la realidad física del
fenómeno, ocupándose casi exclusivamente del aspecto psíquico.52 Aun así reconoce «que por desgracia
hay buenas razones por las que no puede darse por concluido el asunto de manera tan sencilla».53 Bien es
cierto que las proyecciones psíquicas de carácter mitológico no son causadas por el fenómeno ovni al haber
existido siempre, con o sin ovnis. El mito se fundamenta en lo inconsciente colectivo y su proyección
siempre ha tenido lugar. Así, la proyección como ovni, junto con su contexto psicológico, el rumor, es un
fenómeno propio de nuestra época, característico de ella.
Aún resta abordar el carácter real del fenómeno, ante lo cual Jung
plantea tres posibilidades:55 la hipótesis de ausencia de gravedad o
antigravitación que conlleva el fenómeno lo deja en manos de la
física; el fenómeno ovni como materialización psíquica, es decir,
que la psique llegue a materializar el fenómeno ovni, lo considera
aún menos probable; podría tratarse de un fenómeno sincronístico:
la situación de la humanidad, por un lado, y el fenómeno de los
ovnis como realidad material real pero desconocida, por otro, no se
hallan en ninguna relación causal mutua cognoscible pero parecen
coincidir en su sentido. Es decir, se proyectan contenidos de lo
inconsciente sobre dichos fenómenos celestes reales pero
indeterminados, dotándoles de un significado que no merecen en
absoluto.
Fenómeno celeste en Núremberg de
El ensayo de Jung representó un punto de inflexión que hizo
1561. Hans Glaser, 1566. Biblioteca
énfasis en la característica fundamental del fenómeno ovni: su
Central de Zúrich. Incluido en Un
carácter mercurial, es decir, su capacidad aparente de ser tanto
mito moderno. De cosas que se ven
físico como psíquico, objetivo y subjetivo, externo e interno,
en el cielo.
temporal y atemporal, espacial y aespacial, real (deja huellas, ecos
en el radar) y mitológico o hecho de la materia de los sueños. El
enfoque unilateral de una u otra de sus características da lugar, ya sea a una hipótesis extraterrestre
focalizada en la realidad exterior en detrimento de la subjetividad del observador y su dependencia del mito
técnico moderno desde el que deconstruye la realidad, ya a un escepticismo radical justificadamente
compensatorio que niega el fenómeno pero que lo hace desde un paradigma científico racionalista
incompatible con la volatilidad mercurial anteriormente mencionada, al fin y al cabo para Jung entre psique
y materia existe un continuum, mientras que para la ciencia la psique es un mero epifenómeno evolutivo de
la materia biológica:
Dado que psique y materia está englobadas en un solo mundo, mantienen entre sí un contacto
permanente y, finalmente, se basan en factores trascendentales irrepresentables, existe no sólo
la posibilidad, sino incluso cierta probabilidad de que materia y psique sean dos aspectos
diferentes de una misma cosa. Los fenómenos de sincronicidad apuntan, a mi parecer, en esta
dirección, ya que sin una relación causal lo no psíquico se puede comportar como psíquico y
viceversa.56
El paréntesis introducido por Jung será el precedente más directo de las hipótesis psicosociológicas y
paraufológicas que surgieron años después para tratar de explicar el fenómeno ovni acudiendo a
confusiones o errores de interpretación moldeados por la psicología del testigo y el ambiente sociológico
del momento.61 nota
13
Hipótesis psicosocial
Esta negativa de la realidad objetiva de los ovnis atrajo la atención de los investigadores más racionalistas
que ya cuestionaban la hipótesis extraterrestre, entre ellos Bertrand Méheust, quien mostró que la
imaginería ovni desarrollada a partir de 1947 ya figuraba representada desde hacía décadas en la literatura
de ciencia ficción, ampliando posteriormente dicho paralelismo al folclore, los mitos y las leyendas
ancestrales.64 65
Gradualmente fue conformándose la denominada «nueva ufología» a partir de representantes provenientes
de la escuela paraufológica iniciada por Jacques Vallée, que aun presentando a su vez fundamentos
sociológicos terminaría desarrollando su propia hipótesis homónima.66
Sin embargo, la crítica principal hacia los nuevos escépticos ha corrido pareja a la de sus antecesores: la
inabarcabilidad del carácter absurdo y genuínamente anómalo del fenómeno ovni ha terminado por gestar
un nuevo reduccionismo polarizado exclusivamente en los procesos psicosociales. La interpretación mítica,
antropológica y cultural resulta inevitable pero no implica per se un negativismo de toda aquella casuística
inexplicada y aun a falta de demostración.67
Hipótesis paraufológica
En 1969 sería publicada la obra señera y fundacional Pasaporte a Magonia, trabajo principal del
considerado como el mejor ufólogo del mundo Jacques Vallée.71 Dicha obra supuso un cambio radical en
la interpretación del fenómeno ovni. El autor francés vincula en ella los ovnis con las hadas, los elfos y las
apariciones de la Virgen, es decir, tras manifestaciones históricas aparentemente discordantes y divergentes
se vislumbraría un mismo y unívoco fenómeno camaleónico (por ejemplo, el paralelismo entre los raptos de
las hadas de las leyendas feericas europeas y las modernas abducciones extraterrestres), cuya motivación
última apuntaría a algún tipo de manipulación, sistema de control o influencia sobre nuestro psiquismo,
creencias y patrones socioculturales.72
Un año después saldría a la luz una segunda obra, Operación Caballo de Troya, del ufólogo John A. Keel,
en la que planteaba que los ovnis no provienen de otros planetas sino de otras dimensiones, serían el disfraz
de un fenómeno oculto inteligente, manifestaciones que aparentan una presunta realidad mimetizándose en
función de la época y el contexto cultural en el que se expresan, cual caballos de Troya.73
Dentro del amplio abanico de determinantes psíquicos del fenómeno ovni, la hipótesis paraufológica
enfatiza y, a su vez, evidencia la existencia concomitante de facultades y fenómenos paranormales en una
significativa muestra estadística de los testigos afectados. Esta vinculación entre el fenómeno y lo
paranormal conlleva el planteamiento de hipótesis acerca de la posible función mediadora ejercida por la
mente del testigo entre la experiencia ovni y la presencia de dicha fenomenología antes, durante y después
del encuentro, de una conexión de su psique inconsciente con otros planos de la realidad, con una
interdimensionalidad que no es análoga a nuestro universo tridimensional.75
Creo más bien que el fenómeno ovni es una indicación de la existencia de otras dimensiones
más allá del espacio-tiempo. Puede que los ovnis no procedan del espacio sino de un
multiverso que nos rodea y cuya inquietante realidad hemos persistido en refutar a pesar de las
pruebas que tenemos desde hace siglos. Una teoría semejante es necesaria para explicar al
mismo tiempo los casos modernos y las crónicas de Magonia, las abducciones y la
componente psíquica.
Hispanoamérica y España
Ya en Argentina destaca el grupo CIFO (Círculo de Investigadores del Fenómeno OVNI), fundado en los
años 90 del siglo XX, creador de la corriente denominada «ufología racional» e integrado por el psicólogo
Juan Acevedo Peinado, el psiquiatra Néstor Berlanda, que ha investigado en profundidad el fenómeno
ovni, la medicina tradicional Indoamericana, y los estados ampliados de conciencia y su relación con las
plantas sagradas,80 81
el abogado Luis Alberto Pacheco y el antropólogo Diego Rodolfo Viegas,82 entre
otros.83 Sin avalar la hipótesis extraterrestre, pero considerando el fenómeno ovni como una experiencia
real, hacen énfasis en que sobre todo, cuanto más próximo es al testigo, más están involucrados estados
ampliados de conciencia.84 85 Abordando su denominada hipótesis THAT (el Aquello) refieren que «el
fenómeno ovni se realiza aparentemente en lo "externo", en un determinado momento, aprovechando la
imaginería colectiva y un subjetivo estado no ordinario de conciencia del testigo»:86
THAT es ese "algo", el Aquello de lo que poco y nada sabemos. Se ubica en el mapa de la
conciencia humana, en lo más profundo, más allá del inconsciente freudiano, de lo
inconsciente colectivo junguiano y del espacio transpersonal de Stanislav Grof. Es un
metasistema transhistórico, mimético y en simbiosis con el ser humano, quizás la inteligencia
de Gaia; quizás la supermente universal esbozada por el etnobotánico y gurú psicodélico
Terence McKenna, que los chamanes, místicos e iluminados de todos los tiempos alcanzan a
percibir en sus estados de unidad cósmica, o satori; tal vez el anima mundi o psykhé tu cosmos
de los antiguos latinos y griegos neoplatónicos; acaso el concepto de imaginatio de los
escritores románticos del siglo XIX, el espacio imaginal de Henry Corbin. Probablemente,
también en relación con el Tao, Mana u Orenda de orientales, melanesios, iroqueses y
nociones similares de casi todas las sociedades preindustriales. Es el espacio que determina al
Hombre, desde que éste parece ser sujeto de la trascendencia y lo transpersonal en múltiples
formas y disfraces que abarcan toda su historia individual y colectiva.87
Como aproximación contemporánea a la hipótesis paraufológica, además del grupo CIFO, resalta en
España el periodista e investigador gaditano José Antonio Caravaca y su «teoría de la distorsión». En sus
propios términos:88 89
90
Una década antes, el también investigador y escritor Jesús Callejo y el historiador y escritor Carlos Canales
avanzaron ya su «teoría de la intrusión», que partiendo de la premisa de que el fenómeno ovni es real,
establecían un punto de vista totalmente distinto a cómo se había enfocado hasta entonces.91
Es real pero no tal y como entendemos nosotros la realidad. La forma que tienen de entrar
estos tipos de objetos volantes no identificados es muy curiosa ya que manipulan el espacio y
el tiempo. Y es que, además, modifican nuestro concepto de la realidad y alteran el sistema de
creencia. No se limita a una serie de naves, sino que entran en nuestro espacio-tiempo,
condicionan la realidad y manipulan el sistema de creencia generando una serie de cultos
ufológicos que son interesados y que pensamos que no vienen de una época actual sino desde
hace siglos. (...) El psicólogo Carl Gustav Jung escribió una obra sobre las cosas que se ven en
el cielo y aplicaba el arquetipo para intentar explicar lo que la gente veía. Él pensaba, y
nosotros vamos a en esa línea, que este tipo de cosas no son fantasías sino que hay algo real
pero que queda modificado por la mente humana.
Es reseñable también la tesis del escritor, periodista e investigador coruñés Miguel Pedrero aludiendo a la
existencia de una conciencia global,92 así como la del periodista vasco Iker Jiménez desde su «teoría de la
doble visión», que partiendo de una revisión de la ufología francesa y señalando hacia una hipótesis que ya
fue deducida con anterioridad,nota 14 diferencia aquello que acontece en los cielos de las experiencias más
cercanas al testigo, difuminándose así la clásica distinción de encuentros en tres fases propio de la ufología
clásica. Los casos lejanos y cercanos podrían así no pertenecer al mismo fenómeno:93 94
Ahora bien, las referencias de la cultura popular a objetos volantes no identificados, es decir, objetos o
supuestos objetos que vuelan sin saber realmente lo que son, resultan difíciles de localizar. Uno de los
pocos ejemplos puede ser la serie Project UFO, traducido en España por Investigación ovni que representó
casos de avistamientos ovni basados en los testimonios recogidos durante las investigaciones del Proyecto
Libro Azul.96
La primera temporada, de las dos que fueron producidas, no afirma la existencia de visitas
extraterrestres; utilizaba expresiones como «dice que vio», «dicen haber visto». No obstante, de los varios
casos representados por episodio, solía dejar uno sin explicar o relacionándolo directamente con visitas
extraterrestres. Al final de cada capítulo, se indicaba mediante subtítulos que los ovnis no constituían un
peligro para la seguridad nacional de los Estados Unidos, conclusión obtenida tras veinte años de
investigaciones.97
Véase también
Anexo:Principales avistamientos ovni
Anillos de hadas
Área 51
Avistamientos de ovnis en España
Círculos en los cultivos
Objeto volador no identificado nazi
Vimana
Notas
estudiado el expediente, generalmente un
1. El sustantivo común «ovni» proviene del relato, y no ha sido posible ofrecer una
acrónimo OVNI, traducción del acrónimo explicación, se considera un «caso
inglés UFO (unidentified flying object), positivo». Por el contrario, cuando se
término creado por Josef Allen puede dar una explicación se denomina
Hynek (1972) para sustituir al de «platillo «caso negativo». En la mayoría de los
volante». Recientemente se ha utilizado casos estudiados por ufólogos empleando
así mismo en inglés el acrónimo UAP el método científico se descubrió un origen
(unidentified aerial phenomenon), en conocido.
español FANI (fenómeno aéreo no
7. La gran mayoría de la literatura sobre el
identificado). Véase Micah Hanks, The
Pentagon Just Revealed the New Name of tema no puede ser considerada
«científica» por no seguir el método
Its UAP Investigative Office (https://thedebri
científico. Para este tipo de publicaciones
ef.org/the-pentagon-just-revealed-the-new-
pseudocientíficas existe la propuesta para
name-of-its-uap-investigative-office/). The
cambiar el nombre de ufología por
Debrief.
ufolatría, al tratarse más de una
2. El astrofísico y divulgador científico Carl veneración y una defensa del origen
Sagan (1996, p. 232) indicó que la nave extraterrestre que de un esfuerzo por
estadounidense Mariner 9 refutó esa
ampliar el conocimiento sobre estos.1
posibilidad cuando fotografió la superficie
de Marte en 1971. 8. Quizás el que más le convenció lo divisó
un policía en Socorro, Nuevo México, el
3. Según Nigel Hawkes (1992, p. 193) dicha
cual avistó unos seres y un ingenio en el
celeridad se consideraba una «barrera»
suelo con signos pintados en el fuselaje,
infranqueable para un ingenio humano,
algo inusual hasta ese momento,
pese a que las balas de fusil ya viajaban a
ocultándose los ovninautas en lo que se
esa y mayor velocidad desde hacía
supuso era el interior de la máquina y
décadas.
despegando esta seguidamente.
4. La falta de registro escrito es Posteriormente y según Luis Alfonso
especialmente denotativo en sociedades Gámez, la correspondencia del premio
como la egipcia, poseedora de un estado nobel Linus Pauling revelaría que lo
muy burocratizado. avistado en Socorro fue una broma
5. Traducido por Ted Wilding-White como preparada por estudiantes del Instituto de
Proyecto Resentimiento. Tecnología y Minería de Nuevo México
6. La Academia Española define esta «logía» (NM Tech).
como ‘Estudio de los fenómenos asociados 9. Por lo tanto, se asume implícitamente la
a los ovnis’.25 La palabra «estudiar», sin existencia de abducciones, telepatía o
embargo, es discutida. Según Fernando contactos por radio. En esta última fase se
Frías la supuesta ciencia de la ufología podrían incluir las búsquedas como las
incurre en numerosos fallos a la hora de realizadas por el Proyecto SETI@home y
difundir los casos, como por ejemplo otras investigaciones por
publicar ―sin realizar ninguna radiofrecuencia,29 si alguna vez aportan
verificación― que tras un encuentro con señales extraterrestres inequívocas. Habría
extraterrestres a un hombre le creció un que reseñar finalmente que la quinta y
tercer testículo.1 Juan Ballester sexta fase no catalogarían objetos que
Olmos (2000) señala que cuando se ha vuelan sin poder saber lo que son, porque
ni son objetos —pueden ser pensamientos diferentes, pese a que
o detecciones de radio— ni vuelan, y su todo apunta a que tienen
procedencia extraterrestre se asume puntos en común y un
previamente. mismo origen. La
disonancia entre ambos
10. Condon era experto en física cuántica, pero conceptos es demasiado
también había participado en la notoria como para pasar
construcción y mejora de radares durante desapercibida. Mientras
la Segunda Guerra Mundial, por lo que que a cierta distancia los
reunía varias aptitudes y actitudes para ovnis parecen seguir un
estudiar los ovnis. guión «coherente»,
comportándose como
11. En concreto, Frías reproduce la cosmonaves con
conversación mantenida entre una fantásticas prestaciones
periodista y el director de la revista Karma tecnológicas
7 donde aquella le preguntó a este «¿qué inalcanzables para
se hacía cuando no había suficientes nuestra aeronáutica, e
noticias para completar el número incluso con una
contundente realidad
correspondiente?», a lo que respondió el física, pues se detectan
responsable de la publicación: «Nos las en radar y son
inventamos. Total la gente no se entera».1 observados por múltiples
12. La falacia residual afirma que si un testigos, en las distancias
cortas la cosa se tuerce
porcentaje de casos permanecen
notablemente. El índice
inexplicados eso constituye la prueba de de extrañeza se dispara
que la hipótesis extraterrestre sigue siendo de forma irrefrenable.
válida.1 José Antonio Caravaca
13. Para una más amplia exposición de las (25 de mayo de 2022), En
diversas hipótesis interpretativas y su la mente del fenómeno
crítica a la hipótesis extraterrestre véase ovni (https://www.pressrea
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Fundación Anomalía. ISBN 84-607-6545-8.
Al centrarme hace años
14. La diferenciación implícita a la hipótesis ya en estos aspectos que me
fue planteada previamente en el panorama resultan esenciales,
paraufológico por parte de diversos dejaron de preocuparme
investigadores, incluyendo sendos citados las luces extrañas en el
autores Caravaca cielo. Prefiero los casos
complejos, sobre todo los
encuentros cercanos con
Uno de los mayores alto índice de extrañeza,
interrogantes que ha en los que el testigo
planteado el estudio ovni observa figuras
ha sido la dicotomía humanoides y
existente entre los experimenta estados
avistamientos lejanos de alterados de conciencia,
extrañas luces y además de episodios
aeronaves en el cielo, con paranormales.
los encuentros cercanos Op. cit., Garrido,
con platillos volantes y pág. 384.
sus traviesos ocupantes.
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están convencidos de que
se trata de fenómenos
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