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Cómo Entran los Demonios

Los demonios son personalidades perversas. Son espíritus malos, son seres espirituales. Son
los enemigos de Dios y del hombre.
Sus objetivos Son tentar a los seres humanos, engañar, acusar, condenar, oprimir, ensuciar,
resistir, oponerse, controlar, robar, afligir, matar y destruir. Los demonios entran por medio
de puertas abiertas, si reciben una oportunidad. Deben hallar alguna abertura. En otras
palabras, no se coge un demonio al andar por la calle, y toparse accidentalmente con
alguno que ande buscando "casa".
La organización del reino de Satanás le capacita para atacar personalmente a cada uno de
nosotros. No hay nadie en la faz de la tierra que escape al acecho de Satanás. El traza un
plan para arruinar y destruir a todos. Es tremendo darse cuenta que usted y yo somos
blanco definido de las asechanzas de Sataúas, Pero ¿cómo logra entrar?
Pecado
Uno mismo puede abrir la puerta para que entren los demonios con los pecados de omisión
o de comisión. En Hechos 5 se menciona a una pareja constituida por Ananías y Safira.
Vendieron su propiedad para poder dar todo el producido en beneficio de la Iglesia. Pero se
volvieron codiciosos y decidieron guardar parte del dinero para su propio provecho. A fin de
encubrir su acto perpetraron una mentira. Mas Pedro recibió una palabra sobrenatural de
conocimiento sobre lo que habían hecho. Pedro preguntó a Ananías por qué se había
abierto al diablo: "Y dijo Pedro: Anan ías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que
mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?"(Hechos 5:3).
A causa de su pecado Ananías y Safira abrieron puertas para ser llenos de los esp tritus de
codicia, de mentira y de engaño. Lo mismo puede suceder a todo el que peca
voluntariamente.
En Gálatas 5 hay una lista de diecisiete "obras de la carne". Incluye los pecados de
adulterio, fornicación, brujería, odio, ira, contienda, envidia, homicidio, borrachera, etc. A
través de mis experiencias en liberación he encontrado demonios que responden a cada
una de estas designaciones. Entonces, ¿cuál es la relación entre las obras de la carne y las
obras de los demonios? Cuando el hombre cede a la tentación, peca en la carne. Por medio
de ese pecado se abre la puerta para la invasión del enemigo. Entonces hay un problema
compuesto, la carne y el diablo. La solución es doble: crucificar la carne y expulsar los
demonios.
Un ejemplo clásico de puerta abierta por el pecado de omisión es no perdonar. En el caso
del siervo injusto (Mateo 18), fue entregado a los atormentadores porque no quiso
perdonar a su consiervo después que él mismo había sido perdonado por su amo. Dios nos
advierte que todos los que hemos experimentado su perdón y rehusamos perdonar a otros,
seremos entregados a los atormentadores.
¿Qué designación más clara se puede encontrar para los espíritus demoníacos, que el
nombre "atormentadores"? La falta de perdón abre la puerta a la tortura del resentimiento,
al odio y a otros espíritus que se relacionan con ellos.
Circunstancias de la vida
Los espíritus del mal no tienen el sentido de jugar limpio. Nunca vacilan en aprovechar
completamente los momentos de debilidad en la vida de una persona. Desde luego, el
tiempo más débil en la mayoría de las vidas es la niñez. Un niño depende por completo de
otros para su protección. Sin ninguna duda, casi todos los demonios encontrados durante
mi ministerio entraron en las personas durante la niñez.
Los padres cristianos necesitan comprender sus responsabilidades para proteger a sus hijos,
y también saber cómo liberarlos de opresiones demoníacas.
Una de las primeras preguntas que se hace en la consejería antes de ministrar la liberación
es: "¿Cómo te relacionabas con tus padres cuando eras niño?" En la mayoría de los casos
esta pregunta abre la puerta para una lista de quejas por las cuales se culpa a los padres.
Cuán a m,e~udo he escuchado respuestas como: "Mi padre era alcohohco". y siguen
relatando diversos temores que se asociaban con esta condición del hogar. Había
inseguridad, y a menudo pobreza, porque el padre no podía suministr~r todo lo
i~dispensable para el hogar, porque gastaba el mgreso familiar en mantener su adicción al
alcohol. Si un niño crece en un hogar así, desde pequeño va a sentirse preocupado y
avergonzado. La forma más rápida de entender que puertas se han abierto para que entren
los demonios es oir un relato de la niñez de la persona.
La astucia de la herencia
Se han encontrado muchos casos donde los espíritus inmundos pudieron habitar personas
mediante la artimaña de la herencia. Si a un niño se le dice que será como sus padres Y que
puede esperar heredar sus debilidades, entonces se vuelve vulnerable. Mi propia madre era
una persona muy nerviosa. Cuando yo era muchacho, ella tuvo una crisis nerviosa.
Entonces, desarrollé el temor de heredar esa debilidad.
El temor de ser nervioso en realidad me abrió para que fuera así. Mis nervios comenzaron a
fallar. Era como si algo, estuviera dentro de mi cuerpo Y se arrastrara por toda mi persona.
Así me debilitaba Y no podía cumplir mis responsabilidades como pastor. El médico me
ordenó barbitúricos que me convirtieron en una persona somnolienta Y no hacía más que
dormir. Mi carga de trabajo se acumulaba Y me ponía más nervioso. Estaba, pues, en un
círculo vicioso, del cual no veía escapatoria. Hace cinco años fui liberado del demonio del
nerviosismo Y de sus espíritus relacionados. A partir de entonces no hubo más nervios
hormigueantes ni necesidad de más drogas. Los demonios que me habían dicho que yo
debía ser como mi madre eran todos mentirosos.
Si permitimos al diablo hacerlo, nos dará nuestra herencia, pero el salmista dijo de Dios;
"El nos elegirá nuestras heredades" (Salmo 47:4a).
El nos escogerá nuestra herencia. He visto a muchos otros que, como yo, habían aceptado
las mentiras Y, los temores sugeridos por el diablo. Muchas personas estan a punto de
sufrir colapso por el temor de una enfermedad mental. Como uno de los padres tuvo este
problema, el diablo dice, "esta es tu herencia". ¿Sabía que tal persona puede estar tan
poseída por el temor de una enfermedad mental que, eventualmente, puede terminar en
un hospital psiquiátrico? He visto a muchas personas liberadas de este particular miedo
atormentador.
Mi padre murió de un ataque al corazón. Mi madre agonizaba por problemas cardíacos. Mis
tíos Ytías habían muerto de la misma forma. El diablo se mantenía diciéndome que esa era
mi herencia. Cuando fui al médico para un chequeo, comenzó a preguntarme sobre la
historia médica de mi familia, Y al saber todos esos antecedentes me predijo que yo
también enfermaría del corazón. A la ed~dde 46 años ingresé al hospital por fuertes dolores
en el tórax.

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