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LA TRADUCCIÓN DEL CÓMIC

Podemos considerar la traducción del cómic como traducción literaria, aunque por su
lengua gráfico va un poco más allá. En este tipo de textos, podemos hacer caso a la expresión:
“lo bueno y breve, dos veces bueno” pues contamos con problemas de espacio y oraciones
cortas.

En la traducción del cómic nos encontramos con un sistema de comunicación que


combina texto e imagen, dos elementos que están conectados de forma inseparable, como pasa
también en la traducción audiovisual (doblaje y subtitulado), o en la traducción o localización de
programas informáticos y videojuegos, entre otros. Así pues, la traducción que aplicamos al
cómic, se define como traducción subordinada pues impone dos tipos de restricciones
específicas de carácter cuantitativo y cualitativo. Por un lado, el espacio (existe un espacio
máximo que dificulta e incluso impide las perífrasis, explicaciones, etc.), y por otro, el margen
de desviación (si el lector está al mismo tiempo oyendo el texto en lengua original o si hay una
imagen que describe la situación concreta, disminuyen las posibilidades de realizar traducciones
que incluyan, por ejemplo, alguna adaptación cultural. (Valero, 2000:77).

Las imágenes del cómic se consideran una circunstancia condicionante, pero no solo pir
su interacción con el mensaje del texto que las acompaña, sino también por el espacio físico que
se les concede. El traductor se encuentra con un claro condicionante al que debe subordinar su
traducción:

El texto […] tiene la limitación física de los bocadillos, que nos delimitan la extensión de
nuestra traducción, ya que suponen un yugo para la traducción en todos los sentidos. De esta
manera, podemos vernos obligados tanto a acortar nuestra traducción para que quepa en el
bocadillo que le corresponde como a alargarla porque no podemos dejar vacío el bocadillo en
cuestión, aunque a veces el propio espacio en blanco del bocadillo puede ser tan importante para
la comunicación como el propio texto (Villena Álvarez, 1999: 510).

«Es preciso tener en cuenta que el espacio en blanco del cómic original puede estar
desempeñando una función comunicativa tan importante como la del texto. En muchos casos,
un espacio que parece disponible debería mantenerse intacto en aras del funcionamiento
correcto del mensaje» (Castillo Cañellas, 1996: 18).

Habitualmente, los autores de cómic tienen dos formas de trabajar a la hora de diseñar
las páginas de sus obras: algunos conciben primero la viñeta sin el texto; es decir, crean las
imágenes junto con los globos, que luego rellenan. Otros, sin embargo, proceden al revés y
anotan primero el texto, para luego dibujar el globo o recuadro adaptado a su extensión, y
terminan ilustrando la viñeta.

Aparte del “tamaño” de los globos y recuadros, otro condicionante para la traducción
puede ser la “forma” de estos. No todos consisten en óvalos, círculos o rectángulos. A menudo
nos encontramos con formas irregulares, sobre todo si se trata de un autor que escribe primero
los textos y adapta los globos y recuadros luego (ver imagen más abajo). Entonces surgen formas
ajustadas al texto, que pueden limitar la elección de las palabras en la traducción.
Algo similar sucede en el caso de los textos incorporados en la imagen sin separación o
delimitación alguna, como pueden ser onomatopeyas, rótulos o inscripciones varias. Al contar
con una extensión adaptada a la imagen de la que forman parte, dichos textos no admiten
mucha flexibilidad en la traducción. A menudo resulta difícil incluso alargarlos un carácter o dos
más con respecto al original. En las imágenes —un extracto de El arte de volar, de Altarriba y
Kim, y de mi traducción al alemán, respectivamente— se aprecian dos casos así en una sola
viñeta: un papel con texto y un “tatuaje”.
1. Metodología

Los traductores raras veces recibimos el original en un formato de texto editable.


Solemos traducir casi siempre partiendo del libro, es decir, sin la posibilidad de sobrescribir el
texto original, algo que nos facilitaría la tarea de poder comparar la extensión del texto traducido
con el original. Por lo tanto, solemos traducir con la obra original “en mano”, bien sea en papel
o bien en un fichero de PDF, y vamos anotando la traducción en un fichero de texto (Word, etc.).
Para ello, muchos disponemos de plantillas facilitadas por las editoriales —y que varían de una
a otra—en las que quedan predefinidos el tamaño de letra, el interlineado y los márgenes de la
página. Para facilitar la tarea del maquetador o del rotulador, se numeran las páginas, al igual
que todos los textos que aparecen en el cómic original (recuadros, bocadillos, onomatopeyas,
notas al pie, etc.). Seguimos el orden de lectura (occidental), es decir, de izquierda a derecha y
de arriba abajo, como demuestra el siguiente ejemplo, un extracto de mi traducción al alemán
de El invierno del dibujante, de Paco Roca, escrito en la plantilla de la editorial alemana.
Hay que tener presente que un solo carácter de más en un globo puede ser definitivo,
puesto que el espacio que el autor o [los] autores originales han dedicado a dicho globo es
también el espacio concedido consecuentemente a la ilustración, así que ampliar el tamaño de
un bocadillo, aunque sea ligeramente, modificaría la imagen, con los dilemas ya apuntados de
carácter ético, económico y técnico.

2. Problemas

Cuando nos veamos obligados a reducir el texto:

- Usar una paráfrasis, es decir, reformular la frase con otras palabras manteniendo
el significado original: Ejemplo: «Me gustaría pintar un cuadro». → «Ich möchte ein
Bild malen». (lit.: «Quisiera pintar un cuadro»).

- Eliminar redundancias: Ejemplo: «Que sí, Paco, que sí». → «Ja doch, Paco». —
Omitir letras o signos de puntuación repetidos, un recurso habitual en algunos
tebeos: Ejemplo: «¡¡¡¡¡Hurraaaaa!!!!!». → «Hurraaa!!!».

- Representar números mediante cifras:


- Ejemplo: «Tiene diecinueve años». → «Sie ist 19 Jahre alt».

- O redistribuir el texto entre varios bocadillos: Ejemplo: «Yo…» «no sé nadar». →


«Ich kann …» «… nicht …» «… schwimmen». (La traducción del texto, que aparece
en dos bocadillos en el original, se ha tenido que distribuir en tres bocadillos por la
falta de espacio):

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