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“La principal función de la administración pública es la gestión de aquellos ámbitos

socialistas, de la vida social de los individuos, es decir, se apropia de

pública, falta el elemento esencial de la economía, que es el cálculo de costes y


beneficios. Sin este elemento, no se tiene forma humana de orientar la producción,
lo que debe ser producido, cómo debe ser producido, dónde debe ser producido o
cuándo debe ser producido, no tenemos el criterio racional, ni tenemos la
información necesaria para saber si debemos invertir más en educación o menos,
más en seguridad o menos, más en subvenciones o menos y los criterios de
decisión sobre esos bienes son puramente políticos, es decir, responden a la
presión de grupos o al criterio de quien en cada momento está ocupando los
puestos de poder en los aparatos estatales. Incluso no sabemos si esas empresas
públicas están dando beneficios o perdidas, porque los cálculos económicos son
meramente contables, no son empresariales, cualquier empresa pública
debidamente financiada dará superávit, no existe límite y con poco financiamiento
dará déficit seguro, pero no se financia con aportaciones voluntarias, sino, por
aportaciones políticas, que dé beneficio o perdida, depende exclusivamente del
aporte político que se le asigne en cada momento.

O sea, que se mantenga una empresa pública en superávit depende de que se


mantenga debidamente financiada, pero no tenemos forma humana de saber si
ese aparato es o no el correcto y si la asignación presupuestaria que le damos es
o no correcta, no lo sabemos, ni lo podemos saber.

La imposibilidad del cálculo económico en el socialismo, también se le aplica a la


administración pública, la crítica al cálculo económico en el socialismo, parte de la
ausencia de precios, que son los encargados de transmitir las preferencias y
valores subjetivos de los individuos hacia el mercado. En la medida que el estado
monopoliza algún tipo de área social, restringe las libertades en ese ámbito social,
supongamos que sólo existe educación pública y usted quiere educar a sus hijos
en valores morales, económicos o religiosos de otro tipo ¿dónde los educa? Si el
estado monopoliza la educación, es él quién establece que es la educación y que
no, además, puede fijar el precio, contenido, lugar y momento de la misma a partir
de su criterio político.

Entre más grande es una empresa, más difícil se le hace realizar cálculo
económico o empresarial, por eso es que las empresas no pueden crecer
infinitamente y por eso es que las empresas pequeñas devoran a las grandes,
muy por el contrario de lo que muchos piensan, puesto que las empresas
pequeñas pueden calcular y planificar mucho mejor y más fácil que las grandes.

La gestión pública es entonces el centro, el vértice para el cumplimiento de las


‘metas públicas’. Es tan importante el proceso de esta gestión que de ella depende
en gran medida la legitimidad de los gobiernos: la calidad en la gestión pública es
directamente proporcional a las percepciones y sensaciones de legitimidad. A este
respecto cabe señalar que la eficacia de la gestión no es producto de lo
meramente técnico o tecnológico, sino de la orientación institucional de los valores
de estado y de gobierno con los que se administra la sociedad y con los que se
pretende cumplir con las metas públicas.}

La gestión implica políticas y viceversa para hacer énfasis en lo dicho en el


párrafo anterior vale la pena complementar que otro de los campos de la gestión
pública es su relación con los centros de decisión, con los sistemas de operación
estatal y los sistemas de evaluación de los mismos. La gestión se establece en el
centro de estos tres sistemas y pretende buscar la eficacia de todo el aparato. En
el fondo, la gestión pública media la relación entre la sociedad y el estado; los
ciudadanos y los gobiernos y las demandas ciudadanas con las políticas públicas.

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