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Pablo WHIPPLE La gente decente de Lima y su resistencia al orden republicano Jerarquias sociales, prensa y sistema judicial durante el siglo XIX INSTITUTO DE HISTORIA dibam | ssa CENTRO DE INVESTIGACIONES DIEGO BARROS ARANA Senn Lieaion Sfreiviren 67 € € Peper Cravens AE Treinen cer beeenine Pere asi Hommes Uhereaips 48 Liena 34 Fe RE ART 4108 heey Farwran dep 08 pom leery me Hremiin. Ponsrinicrs Uervrrsioan Cansuca ne Criun Aa Virten Mackenne 4840), Senringe, Chite Tefh (86.2) 2354 OR neg oierewrin ave els Directo ne Prmiscerrcas, Arce y MUeros Alameda AS 1, Sentiggn Centr. Chile Fell (56-25 260 82 89 heeptiwww diam ISBN 978-9972.51-427-2 ISSN: 1019-4533 Ampere en Penis Primera edicions: Lima, julio de 2013 Peimere reimpresién: Lima, mayo de 2016 100) cyemplarer Hecho ef deprsito legal en ia Bibboteca Nacional del Peni: 2016-06027 Regastrv del provecto editorial ep le Bibhowcs Nacional: 11501131600467 imagen de cartrula: “La wapada y el escribano” de Pancho Fierro, Pinacoteca del BCRP Corrmeccuoe de texte, Sara Mateos Lnsene de carieula, Gino Becerra Caerre de edlscion. Silvana Lizarbe (usdade he educson: Odin del Pozo Protabiae la reproducciin soral o parcial de las caracteristicas grfficas de este libro pore user medso sin permiso de los edisores. Whippic, Pablo Le gomar dacense de Lamia y au resistencis al orden republicano. Jerarquias sociales, prenst y sistem putectal dasrunte ef glo XIX. Lima, IEP; Centro de Investigaciones Diego Barros Arana; Institute de Hatona, Punutice Univenidad Catélica de Chile; Direccién de Bibliotecas, Archivos y Muscos, 2013 tderudios Hustarrces, 62) 4 ELITE, 2 CLASES SOCIALES; 3. QPINION PUBLICA: 4. ADMINISTRACION DE JUSTIC! 9 LAGISLACION POLICIAL: 6 HISTORIA; 7. DIARIOS; 8. SISTEMA JUDICIAL; 9. SIGLO XVI 0 S110 00K, 11 LIMA: 12. PERU WAN8.9 1.01/62 Capitulo TT agente decente y la prensa ilustrada Ls “orgie periodistica”, ;fenémeno politico? en.practica del reglamento de policia, ta con- in entre las élites y las instituciones republicanas se dejé sentir en otros espacios clave de desarrollo durante la primera parte del siglo XIX. Ese fue el caso, por ejemplo, de la-prensa decimonénica,|Quienes enten- , se enfrentaron a quienes urilvaban Jos periédicos para defender jerarquias socioculturales propias del orden colonial y que ahora se veian amenazadas por discursos que promo- vian una idea de decenicia basada enrtos méritos individuales. Este choque devino en lo que Jorge Basadre denominé la‘literatura del "hF s y editotiales Cuyas raices se pueden encontrar rs¢ la republica generaron del 4s visibles se encuentran. Precitamente en la prensa de Ja época. Para Basadre, la prensa peruana fue la mas vulgar def continente”,! una suerte de “orgia periodistica”, que aunque Por momentos brillante, era reconocida por yna_vehemencia¢ indecencia Gue la fey de imprenta de 1823 fue incapaz de moderar.? ee I Basadse 1983, vol, 286, Ibid, p. 297, ” Nab Whips No hay duda entre los historiadores sobre a existencia de est ogi ,: tiod{stica durante la primera mitad del siglo XIX. El fenémeno, sin ¢ go, ha sido principalmente analizado en su dimensin politica, destacindo, la exitencla de "una estiecharrelaclnenvie las Garacterisicas de la preng la glad vida pollticg Que marcé al periodo inmediacamente posterio;« independencia’ — ~ ~~ Carlos Forment, por ejemplo, sostiene que la mayoria de los periddicog durante el periodo debieron su existencia a situaciones politicas particular como elecciones 0 campafias de desprestigio contra algin enemigo de tur ffo:* Esta estrecha conexién entre la contingencia politica y la prensa habris significado que la mayorfa de los periédicos cuviera_una existencia efimerg sy estuvieran directamente asociados con alguna de las facciones politicas en “ conflicto.’ 2 Esta situacién no solo se habria dado en Lima sino cambién en pro. vincias. Segtin Charles Walker, Jas disputas caudillistas en Cusco se libraron tanto en la prensa como en los campos de batalla. Malintencionados atz- ques personales contra los rivales politicos, llenos de sdtiras y parodias, se publicaban a diario y llamaban la atencién de los lectores. La mayoria de los articulos trataban sobre las “ardorosas batallas politicas de esa época’ y “es probable que, por lo menos entre las décadas de 1820 y 1840, la politica fuera el tépico predominance para todo aquel que comprara un periédico en el Cusco 0 que se detuviera para escuchar el debate publico sobre un botetin”.§ ELndnr indicadores uti de periddicos publicados durante el periodo es otro de los a ‘Tos historiadores para determinar la vitalidad de dos por los hi Véase, por ejemplo, Chassin 1998: 241-269, Forment 1999: 202-230, Rosas Lauro 2001: 99-117, Walker 2009: 260-282, McEvoy 2002: 34-63, Forment 2003, Pesala 2003: 81-106, Ragas 2003: 107-125, Glave 2004 y Ragas 2009. 4. Forment 2003: 222. 5. Basadre clasificé los periédicos de inicios del siglo XIX segrin su partidismo politico: amtivitalicios, riva-agierinos, gamarristas, lafuentiscas 0 salaverristas (Basadre 1983, vol Uz 287). Sobre la nacuraleza efimera de estos periddicos, Charles Walker sostiene que de los 34 publicados en Cusco entre 1825 y 1837, siete solo tuvieron una ediciéa, set tuvieron entee dos y nueve, dieciocho entre once y cien ediciones, y solo dos peridico cntre ellos el diario oficial, cuvieron ends de cien ediciones (Walker 2009: 265) 6. Walker 2009: 271, oes be peewee titted dees nee y la fereza de la discusion Politica. Se 360 cc circu a + de los cuales un 42 azo en Lima, De e508 360 periddicos, 104 extuvien es ea fue ion publi g31 y 1835. aftos en que se habria desarrollade fa “argia periodis entte Hacia 1835, el numero de periddicos comensé a decrecer eee 10 aperd hacia 1846, nunca Tlegé a los niveles de inicioe de la decade fi een establece una directa relacién entre ef Niimero de oi x ieee y las disputas caudillista, argumentanda que la disminacion mero de periddicos sc debid a 1a desmilitarizacién de ta vida iguiente grado de estab lidad en la politica interna? a resumen Ha prensa posindependencia ha sido descrita como vulgar, pais Y cfimera) periddicos llenos de demagogia y Permanentes renci- ilas. Frente a este panorama, es necesario hacer Notar que estas caracteris- ao eran solo propias de la prensa politica y de conta duracién Par periddicos como el Mercurio Peruano y EI -afo, considerados w per iB piiblica y contrario, ped mis serios y-promotores de una aspiracién a la estabilidad, segtin Basadre,? también participaban de esta “orgia periodistica”, De hecho, Forment argu- menta que “los mds exitosos ¢ influyentes periédicos como El Telégrafo, La Guardia Nacional y La Verdad’ eran dominados por “fanaticos politicos” cu- yas posiciones extremistas e intolerancia “sirvieron para establecer estandares petiodisticos al resto” de la prensa.'° > 7 ~~“Esto es significativo, pues en la medida en que la prensa efimera dio paso a proyectos periodistic« tables y de contenido miscelineo, y se redujo el nimero de periddicos, dabéligerancia en Ia prensa 1 disminuy®, La orgia petiodistica por lo tanto, seria un fendémeno que iba mucho mas alli de ta Contingencia politica, que tendria raices anteriores a las disputas acic scon la independencia, y_que no declinaria una vez que el pais gand mayor estabilidad durante la segunda mitad del siglo XIX. } ! “Es indudable a importancia que la prensa tuvo en la discusién politica durante la independencia y el periodo caudillista, pero es necesatio estable- cer que la hostilidad de la prensa durante la primera mitad del siglo XID —_—-——— Torment 2003: 216. 4 Ibid. p. 217, % Ibid, 10. hid, p. 220, Mn obedecio a un fenémeno mds amplio en el cual lo politico fue sus manifestaciones, Por consiguiente, (fenémenos como la orgia petiog; y la literamura del asco fueron manifesticiones que deben ser studing alld de lo politico para iluminar el desarrollo de-procesos saciog, i. Solo ing &o. "gente decenie eh pariclar oe politicas durante el periodo de idn del Estado na ional? Para responder a estas preguntas, es necesatio analizar los peigdies decimonénicos en un espacio temporal que sobrepase el feriodo caus, objeto de establecer los cambios y continuidades que experiinenty” Ilo, y no como un subproducto de la poli rica. Es también necesario contextualizar los diversos temas que trataba la prensa, especialmente entre aquellos periédicos considerados “serios”, vle “decir, aquellos que en definitiva fueron capaces de sobrevivir mas alli de las ‘contingencias politicas. Z La prensa miscelénea La prensa diaria era una novedad para la mayoria de los peruanos a ini el siglo XIX. Durante la’época colonial, la imprenta se dedic tea la publicacién de asuntos oficiales y religiosos, y estaba fuertem ontrolada por el gobierno, Esto se debia en parte a la directa relacion segiin las autoridades existia entre la moral'y la idea colonial | deipublicidad: “esto es, Hr étrecha relacion entre la decencia y Ta imprentgy Como sostient stituci6n encargada de representat publico, y por tanto, a través de ordei cargé de imponer orden? proteger el bien comin. La publicidad podia amenazar este orden, y# i bien podia ser “considerada positiva cuando permitia prevenir el oat dalo” también se podia transformar en algo negativo en caso de revelat " vista de todos Jos ‘vicios’ 0 ‘malas costumbres”.'' La publicidad, entone® entendida como lo que se hacia a vista de todos, implicaba un riesgo P*™ ee Annick Lempériéré, el cabildo era la 11 Lempéritre 1998: 63. Ja preset ch ve cena id. La una amenaza de un potencial escéndalo (Ue revelarta “con- arias a Ja virtad [y] ala decencia, y por ende, Actas OP tee que unian a la comunidad [..? room ae fn a - o a a aye | reformismo borbdnico no cambid esta lai de perseguit los somiportamientos que amenazaran la mora- rot fica. Para este se dictaron leyes y crearon cuerpos policiales encar- Iidad Mie asegurat la obediencia a esa moral y asi, idealmente, lo que fuese gados rodos fuese una manifestacidn del “tespeto interiorizado del cédigo vieto paren Hecencia’."* Esto era visible en las gacetas y periddicos de la época, las dclad mbraban publicar los edictos de fa policla en un esfuerzo por a la moralidad dominante y preven los escandalos, Acamretn aed ilustrados, periddicos como el Mercurig Peruano se encargaron de invoducir nuevas ideas politicas y promover al conocimiento cientifico, aj mismo tiempo que Cur plian con la idea colonial de publicidad y con la ales que la comunidad compartia.'* De esta forma.eran medios que en lo politico promovian ideas que confrontaban a ys auroridades, pero al mismo tiempo dependian de los subsidios de! Estado y tenuan un irtestricto respeto por el orden imperante.'> “Sin duda que el control sobre los impresos durante la colonia no ficé la ausencia de critica y discrepancia. La oposicién a las ideas oficiales se _ publicaba en panfletos anénimos, muchas veces escritos a mano, y en la poe- sia satirica, uno de los géneros més importantes de la literatura colonial.'* Estos escritos criticaban a las autoridades civiles y militares, pero también a la sociedad. El chisme y la difamacién estaban intimamente ligados a la cridca y jugaron un papel Fundamental en la difiision del disentimiento, puesto que eran a forma mediante. {a cual los escritos ilegales lograban al- canzar un piblico mas amplio.””, podia disalver los ituacin. Por ef contrario, a no signi- 12. Mbid., p. 62. Ibid... 65. Véase también Viqueira Alb4n 1999: 59, 205-206. Para una detallada revision de los contenidos en Mercurio Peruano, véase 1997. Mckivoy 2002; 34. Sobre el uso de la scira en la América colonial, vase Johnson 1993, Sobre la telaciGn pissy caricatura, véase Mujica Pinilla 2006, Acerca de los panfletos clandestinos y su relacién con el rumor en la Lima del siglo XVI, “tue Lohmann Villenta 1999, Pablo hig “PR Ta sétira cra una manera de expresar disconformidad, al Misme 5; Pe que confrontaba Ia idea colonial de publicidad y su Proteceign ey mocalidad, al hacer visible el compartamiento indecente sin temo” & A > A , . 5, Porgy escandalo, 0 promoviéndolo.} Como sostiene Juan Martinez Gomer, « imagen satirica de la sociedad produce efectos de cardcter negativo al reve) mediante la comicidad y la desmesura, el desfase producido entre la realiday y lo que a clla se le exige”."" - a Estaq dos tradiciones de ublicidad) siguieron caminos separados d rante la época’ colonial. la que evitaba el escdndaloyocupaba las ‘ oficiales de los jentras que la sétirayhacia uso del 6 chisme y el panfleto. La ley de prensa libre de 1811, sin embargo, puso os dos fortiias de expresiéii bajo’ el mismo alero: fos periédicos. Una ve, que la prensa libre fue decretada, la critica pudo salir de la oscuridad y pass , otupar eI nilsmo espacio Material que la tradicién ilustrada habia reservado para la proteccién de la moralidad. a ~~" Hacia 1808, Lima comenxs a experimentar un inusitado aumento en el miimero de periédicos publicados producto de la invasidn francen. Espafia y sus repercusiones en América Latina.”? En ese instante, sin em. bargp, lejos de considerarse una empresa consolidada, la prensa Peruana se encontraba en las etapas iniciales de su desarrollo.*{En este proceso, los periddicos pub! icados entre 1808 y 1814 no representaban amplios sectores ‘de'la sociedad, sino que eran la expres: lu. cerrados grupos, 18. Martinez Gémez 1986: 23, 19. Ver estadisticas sobre escritura Politica en Lima entre 1800 y 1816 en Earle 2002: 1% véase también Peralta 1997: 20, de lectura. L4 imprenta egé a Lima tempranamente durante la colonia, pero los peri- dics no se publicaron sino hasta fines del siglo XVII. Sobre la formacién de habitos de lectura durante los inicios de ta circulacién de Petiddicos, ver Peralta 1997: 107-134 21. Ascensién Martinez Riaza define “ cee rene tute f \ a acon 1 persona 9 grupo que financiaba la publicacién, De hecho, vadicos d¢ estos afios eran mis conocidos por e] Brupo que los publi- tos i la capacidad de hacerse una reputacién por si mismos, mas atin ange To alcanzaban a vivir unas cuantas semanas o meses,22 . em ent un periddico loged diferenciarse én los afios previos a la Sndenciay producto de una mayor estabitidad Y por oftecer un con- indepe c iba mas alla de lo politico. A diferencia de la Prensa efimera, Fl cece que 6.180 ediciones entre julio de 1813 y diciembre de 1814. sacha a ub ieee posible determinar si esta estabilidad se debié a si contaba con oe mimero de lectores,” este periddico es importante para la historia “ ae peruana por haber sido el primer periddico del siglo XIX que de as los circulos politicos y abrié sus paginas a contribuciones escritas a yalquier Hime [Estas contribuciones, conocidas con el nombre deco- Fidos 0 remitidos, ya existian en la prensa del siglo XVIH, pero la pren- «a doctrinal de inicios del siglo XAX solo acepraba textos que Provinieran de su propio circulo]'En el caso de EL Investigador, en cambio, “toda la ciudad colaboraba’, y por primera vez en Pert se publicaba un periodismo infor- -mativo que hasta ese momento habia sido negado por la prensa doctrinal.) segin Porras Barrenechea, este periddico seria el mds directo precedente de is adicién instaurada por los comunicados andnimos y la “prensa confron- * cians” desarollada a partir de la década de 1830. AscensiGn Martines " Ria afade que El Investigador traté de “mostrar las otras caras de la vida del virreinato”, planteando los mds diversos temas, empujando los asuntos politicos a un segundo plano.”/De tal forma, tan pronto como 1813, El Invetigador inicié el lento proceso hacia la despersonali opt® por contenidos miscelineos que luego caracterizaron ~ del periodo posindependenci a de la prensa y~ prensa “seria” Ent los publicistas més prominentes en ese tiempo estaban Fernando Léper Aldana, Hipéito Unanue y José Joaquin Larriva, Sus biografias y las de otros individuos involu. crados en la publicacién de periddicos en Martinez Rizza 1985: 68-96. Gamo sostiene Pablo Macera, es imposible ser conclusivo sobre las causas que definen el Garictereflmero de la prensa, ya que no existe una investigacién sobre el fnanciamiento de los periddicos en el temprano siglo XIX (Macera 1977: 335-336). %. Porras Barrenechea 1970: 16, 3. Ibid. *6 Marines Rigza 1985; 38.39, . Mw #1 retorno de Fernando VII y la restauracin del absolutisme, t ‘ ta drastica disminucion de la actividad periodistica en 1814, la que Saal ne artir de 1821 euando la expedicidn libertadosa de San Mane a a n una nueva ley de prensa libre fue decretada en Octubre dy in Mees * ae cee momento, fue posible diferenciar tres corrientes die one ie del pais: la prensa doctrinal, ahora ie entre patriny, fidelistas: la prensa militar:” y la prensa de opinién. al como habia hechy j Investigador en 1813, este tltimo prupo entregaba un contenido misceling, estaba abierta a contribuciones enviadas por los lectores Y Privilepiaba ting linea editorial despersonalizada. Y si E/ Investigador habia sido la excepcin a fines del periodo colonial, la prensa de opinién se transformé en la notmg una vez que las guerras por la independencia concluyeron. Hacia 1827, i, prensa militar habia pricticamente desparecido y la importancia dela preng, ctimera iba en descenso, aunque esta no desaparecerd y tecobrard fuerzy et la medida en que la contingencia politica lo ameritaba. Lo importante ¢ que en la medida en que pasaban los afios, y la prensa di lejaba de ser una novedad, el | publico lector i iba lentamente acostumbrandose a | Proyectos editoriales mas estables y que cubrian distintas necesidades de la poblacin; periddicos cos donde la informacién politica se entremezclaba con almente puesta en practica.*Con 7 algunas variantes, dependiendo de cémo cada periddico se definia —cultural, politico o comercial—, los diarios comenzaron a incluir mas espacio destinado al avisaje; informacién sobre el transporte mariti- mo, reportes de las sesiones del Congreso y Ia ac vidad gubernamental, e informacién de cardctér judicial. Habia también secciones dedicadas a la a teatral, informacién del exterior y se publicaban restimenes mo mil Juan Gargarevich define “periods Mo aquellos periddicos que principal mente informaban sobre batallas y declatacione apoyando ‘a algunos de los bandos ¢0 dispata. Est» periddicus y panfletos evan a veces inyptesos en los mismos campos de batalla (Cangurevich 1991: §1-60), ~ a —_ lal de ars i cstuvo vigente hasta 1930, siendo suspendida durante ¢l s& do gobierno de Ramon Castill chi 3 nd aspen lt y durante la guerra con Chile, Véase ‘Gargureste re dia? dk Ja policia, informando whre mutras cuireadas, crimuna yh p77 Te da lista de pasaportes expedides a quienes abandenaban la a releem de Limay el Mercurto Peruana? dow Perivdicos representa- z a ripe de prens®. fueron tundados precisamente en 1827 Sein cove OM genechen, C&IOW medios significaron an avance concretm haria un yas Ba sais amplto de periadismo. 71 Afercurin incluso lhegé.a cer cams ne dyario mas sctio y ampliamente leido, alge as coma “El Camercia de wi pa” 1 8 Tot ea velo de opin mis que fuentes de nfo. “ean cs mposibleenconttar ellos In que hey entendemng ono © ciasJE] Mercurio Peruano, por ejemplo, solo publicé una pequesa cr Ma de marza de 1828 sobre el terremoto que habia alrrado a Lima cjdia anterior, anunciando que ninguna casa de la ciudad se hahia salvado de los dafios.” Durante el mes de abril, el periddico no volvid a informar seahre Jo sucedido ni sus consecuencias, a pesar de que la catastrofe caus mas de cuarenta MuerTes. Tampoco se publicaron editorials que analizaran Jon planes de reconstruccién propuestos por las autoridades, ni la lista oficial __ de ins fallecidos. Solo dos articulos enviados por los lectores se refirieron al smo, El primero, publicado 17 dias después, denunciaba los altos precios ye constructores, peones y aguateros estaban cobrando en la ciudad, apro- vechindose de la catastrofe. El segundo fue publicado dos meses después. y denunciaba las peligrosas condiciones en que se encontraban numerosas igiesias en los alrededores de Ja capital.” « Laopinién no era una tarea que los editores reservaran para si mismos. Por el contrario, estaba en las manos de los lectores a través de la publi de remitidos. De hecho, el editorial no era una seccién que se publicara 0. Cor itidos los que ripidamente se e ién 25 No habia relacion directa entre el Mercurio de 1827 y el publicado durante el siglo XVIII José Maria Pando, fundador del “nuevo” Mercurio, sin embargo, quiso usar ¢l isin nombre como una manera de dejar en evidencia que su proyecto seguis los ‘mismos ideales ilustrados que habian inspirado al primero. Potras Barrenechea 1970: 21, 31 thd, p. 24. YW Menwew Peruany 196, 31 de marzo de, 1828, “4 Mercurie Peruano 208 y 240, 17 de abril y 28 de mayo de 1828. oy transformaron en la principal seccién de los periédicos as sobre loss divers temas. Cada autor pagaba' su dependiendo de la extensin del texto enviado. La mayoria de los remitid eran anénimos, por lo que la ley de imprenta de 1823 obligaba al editor dy periddico a guardar una copia del original en caso de que el articuly fue posteriormente denunciado por injurias. . Los remitidos se transformaron répidamente también ‘mayor atencién acaparaba de los lectores, al mismo tiem, tes dispuras que caracterizaban la “ongia per en la seccidn gue IPO que enceng), ~ Estos articuls ern no solo sobre Papel que la prensa deb gente era insulrada y el temas gue a jugar en ofensvo len idos se convertian asi alejaban de los ideales ilusr pero resuleaban, {Los remitidos y a libertad de prensa Un temitido publicado en el denunciaba el m: Mercurio Peruano & 19 de dicienfbre de 1827 de Moneda de al desempefo de Cayetano Vidaurre mando de la Cast Lima, El articulo, firmado por un tal X, una persona n ningin mético y fal ignorancia, y) su despotismo”.M ee Me Mercurio Peruano 116, 19 de diciembre de 1827 event con I de prensa de 1823, toda pernana tenia el deve cares # HES de la prensa sin censura previa. excepra cuande o sen eT an iia del Hstado,Senfing ale nando un aie cent Aan publics ectara a lewbedever fy anole i gmt el Fstado También ian coms Ta key on anil 1c cone arate a Tas bienas costumbres": aquellos «pie injucien a cfc 9 rage “su vida pivala y mancllen su honor y huena re oor pe avclos que denunctaban a empleadas ples no eran Sempre y cuanda cl autor del artculo ae editor dl peidien apace campo as acusacines." nan a pba poe KI se encontabs ent lo ity scp earraempre gue scomprobatan ls acusacones contra Vidaure El Veclaraba cn st f€xt0 qUe SU tinica motivacién era informar re una situacién que desconocia, para a bs aciof propio auror al gobierno sob snakes. que ban aqnas ald de la denunci sqnorance y desporico- © Laley peruana entens “ylasuperisién dela administracin publica. Quienes consrantemente pu- hlicaban en los periddicos, sin embargo, facilmente traspasaban la delgada see repraa [or ans publios de los privados. Dela manera en que kJ ieferia a Vidaurre en su acusacién, no quedaba claro si su intencién era erdadefamente denuniClar su mala adfninistracién, o si simplemente existia una disputa personal entre ambos.” Este problema se hacia atin mas eviden- ce & amfeulos que directamente trataban sobre asuntos privados, haciendo cas imposible que la idea de una prensa libre, efectivamence provegiera la decencia y honor de las personas. “contener estos recido hasta hacerse cancer" El texto, sin embargo, iba bia a Vidaurre usando términos como godo. ala prensa como una importante herramienta 35. Reglamento de imprenta dl 12 de noviembre de 1823, tltulo L anicolos I y 2 alo U.aniculos6y 8; culo Il, aticulos 13 y 14, ADL, Congreso dela Repblia dl Per Ley de prensa petuana era similar a la de octos paises dela rgisn que Seguin some model a ley de imprenta espafiola de 1810, momento en que la Regencia cling la ensuta preva, Vase Pccato 2003; 139-166. ‘MacuraUeruano \N6, 19 Ue diciembre de 1827 (ede (relsta) fue una de kas més communes acusaciones o insta politica inmediata ‘mente desputs dela indepenidencia, Cayetano Vidaurre se vio en un articulo p J Comer, ¢n noviembre de 4842 En este cao, la acusacisn se releria a una an ta privada entre ambos. Con su articulo, Fernandez Prada Fespondia ay, panfeta escrito por Vidaurre que circulaba por la capital, y que Ferninde, temia pudicra llegar a manos de alguno de los jucces que debian ver ef caso, 1a intencién, entonces, era contrarrestar fa acciones llevadas adelante pr, Vidaurte, y “lamar la atencién de los sefiores magistrados y demas person, gue lean ese papel” para dejar en evidencia fa “malicia” con la que actuabs su oponente.” Segn Fernéndez, Prada, el conflicto se remontaba a 1822, cuando de. bid abandonar Per rumbo a Espafia, en condiciones miserables products de los conflictos por la independencia. Ante la posibilidad de perder su, Propiedades por una probable confiscacién, antes de partir comisioné a Vj, daurre —a quien creia realista— para que vendiera la hacienda donde vivia con todo su mobiliario, y se hiciera cargo de cobrar algunos dinetos que le adeudaban. Vidaurre se comprometié a enviar a Espafia el dinero que resultara de las ventas y liquidaciones, pero segtin Fernandez, esto nunca ocurrié en los veinte afios transcurridos. Mas atin, ahora Vidaurre evadia sus obligaciones negando la existencia del acuerdo firmado por ambas partes en 1822, algo que segiin Fernandez, una persona honesta nunca haria.!? Pocos dias después, Vidaurre publicé su respuesta en las paginas del mismo periédico, dando a los lectores una detallada descripcién del con- flicto, publicando incluso la transcripcién de algunos documentos oficiales. Vidaurre rechazaba las acusaciones y aseguraba haber cumplido todas sus obligaciones; mds atin, argumentaba que Fernandez le debia dinero. Vidau- rre acusaba a Fernindez de scr una persona sin discrecién ni inteligencia, y fe recordaba que “la religion prohibe que se injurie al projimo y abomina el que se incente rebajar su estimacién y buen nombre”. La yuxtaposic le tos ptiblicos y privados. era evidente en este caso,}Dos individuos que convinieron en un contrato privado que una de AL EE Comercio 1030, 16 de noviembre de 1842 nae il caso genet un juicid ante ls cbrte pervanas, pero ate er judicial y fue hecho piiblen por los mismos involucta ms jan la opinidn piiblica coma un espacio donde obtener re aI resohucidin del conflicto... de co ido. de la prensa liberal iba mds allé del uso que fos Jos perisiicos. La misma ley de 1R23 establecia esta Ja supervision del cumplimienta de la ley en manos del ab else judicial. Los articuos ahusivos debian ser denun- rect cabildo de la cindad donde eran publicados y el alcalde debia al de una lista de 32 individuos previamente seleccionados notables. Una vex clegidos, los siete jueces debian deci- simple, sielarticulo ameritaba ser investigado, Si primera instancia era designado para llevar adelan- ge vein pe, por mayor “aso. un juet de ec y ego lamar alas partes a una audiencia de conciliacin Seno llegar aun acuerdos el tribunal de los siete jueces debia tomar dose seis de los siete voros para condenar al autor del ajo denunciac lo.” ridades republicanas, por tanto, lo pablico segula siendo Ido, tal como ocurtia durante 1a colonia, y era el la instituciin encargada de iplicaba una restringida idea_ womo repeesencante de la comuni “buen uso de fx publicidad. sto sabre a opinion pilblic) que se centraba pri so profucorayconsumidora de extos impress al mismo tiempo que cra guardiana de Ta opinién publica Tal como sostiene Annick Lempé- we paral caso de México, “la colecividad rena e derecho de fiscalizar rcciones de cada uno de sus miembros en nombre de las nal ides del cciones de cada uno CS SUS o ao i6n que explicaria la ce referencia en [a prefisa Jas buenas costumbres en relacié ipalmente en la gente decente privados_/_—___—_ Ta defensa del honor de los individuos era un tema recurrent petibdicos decimondnicos en coda América Latina En st estudic vtidos de imprenta tr, México, Pablo Piccato sostiene que la moralidad (2. Regamcine de imprena del 12 de noviembre de 1823 cto VI, ares 32.38.80. 48,51, 54, 60,65 y 67, ADLP, Congreso dela Repiblica del Per 3. Lempéiére 1998: 79. : Pays sel roma mis cagmsbeacien para rina edera publica que ¢14 “ipualian, cn el modelo, aunque exchivente en fa practica™* Septin Piceato, ef hom? define quién podia intervenir en politica. quien. podia hablar, [y} q padia dren Pilar Gonrdler Slega a una conclusién similar en st estud, in prensa injurioss en Chile, sosteniends que los arriculos en los pe ean ewriton por y ditigidos a la gente decente, Pata enjuiciar esctiter ane infiingoeran Ta ley de prensa. por lo tanto, una corte compuesta por pers prominentes debia acusar a otros prominentes miembros de fa sexi, dad Tate cra “un mevanistwa que permite fundar sobre bases republicans, ef pnncipio del reconacimiento social de sina jerarqila, cuyos fundamentor van contra los principios bisicos de la republica que se intenta instauray” » Aunque la ley de prensa peruana se basaba en la legislacién emanad, de las Cartes de C4diz, la idea de decencia que la ley protegia venia de lal gislacion colonial espariola que atin estaba vigente durante la primera mitad del siglo NIX. Seferino Saldamando, por ejemplo, fue acusado pot un art. culo que publicé en el Mercurio Peruano en octubre de 1827. Saldamando mantenia un juicio que el juez José Alchniara sentencié en su contra en pr. mera instancia. Tratando de revertir esa sentencia, Saldamando apels ante if Corte Superior de Lima y lueg lens te la Corte Suprema, pero en ambas fanicta, y Saldamando descargé rensa. En su opinion, Alcéntara habia act cia” y era un juez “torpe y limijado: moroso n escandalo ty} osado”, No contento con criticar a Alcdntafa, Saldamando atacé a todo el sistema judicial, describiéndolo como un Sisféma “vil” en el que los jueces actuaban como “dictadorcitos”” TP A los pocos dias, Saldamando fue acusado por injurias ante el cabildo de la ciudad. Los nombres de los siete Prominentes limefios que conforma- rian el tribunal fueron sorteados, siendo elegidos entre ellos’Tiburcio José de a Hesmosa, Felipe Antonio Alvarado y José Justo Castellano: 1a, un miembro de la junta de la Universidad de San M s: un congresis- que goberné al pais en 1822, y un futuro rector arcos, respectivamente. El juez Correa Alcantara 44. Frecao 2003: 140, 45 Ibid. p. 16a, #6 Gomalee Bernaldo de Quitds 1999. 257 4) Mercurie Peruano 61, 14 de ocubie de 1827 1H abanal ecereniende eons Me ob ete went fie mt erent py yn ama a 2 dad We Un enjueria, dade que cogiin HONS On aL emma. 4 ree te ia dehim cee rent RY cte non jedad de la snpuria debia ser medics sepcin lets pa eiRin bo eataarabeza dey oo Fe ape Ke ant nese aan gor que ele incrtay ata desohedrencia © ED joe, a Sperber grace que PM uve on ete cas In imjusia e ARIMA st cranny eon aoe Ha iia £7 Por pos haber soma, ecatersend que “hes inintias de pabihnar dees Team con farifidad pero fs initiae por exe eens pr re ae pre segiin Fa lev" tes Atego eee ere armentande antec sna que end le rary rfc eA nea I icin dl peso len a ex su pads mientras cl resto espania la difamacion par et os es cantata fnalmente pidio a los miembros del tibunal ane eerene re pe a Gifamgcibnhabss sido sempre comsidees ‘com te ore pongue el ciudadano que piere sv extimacon en Be eereado en que lo habia colocadn su buena conducts + hon- dec de a i sv pda dl opin say ain mayor qua ped &wvide ina semana después de publicado el articulo denunciado, el rbunal sentencié a Saldamando a prisién en la cércel de Guadalupe. La tribunal se sustentaba en una idea jerérquica del honor, segun ictadas en Espaia en el siglo XIII, idea que luego paso a las Leyes de Indias, las que por ejemplo. negaban la posibilidad de la rntre Tos indigenas,” puesto que para ve vienna de-difamacién era necesari poseer una calidad que solo recaia » (aos widividuos. Era esta nocién Ia que ahora era reconocida como vida pot & tribunal de prensa al aceptar Ia argumentacién del juee Corre Aicantara. gy reer we dic dc prensa decisson del io definsan Teves di america siéndo confirmada por 48 AGN, Libertad de lmprenta, RE) 714, fol. 57. 4 Ibid wld 51 Rewopilucion de leyes de los reynos de las Indias, Congrew de fa Kepilica del Pert tomo I. hbo Vs titulo X, ley AEP Pa, 5 ig tn consecnencia, Sakdamando fue sentenciado por un tribunal blicano que sustentaba su decision en una legislacién creada para C8tablece, limites a ta literatura medieval, una ley sobre panfletos satiticos que habig sido dicrada en una 6poca en que los periddicos no existian En concrey Akantara habia citado en su demanda la partida 7, titulo 9, ley 3, sostenia que “infaman y deshontan unos a otros, no tan solamente por labras, mds ain por escrituras, haciendo canticos 0 rimas {...] malos, de que han saber de infamar”, A veess piblicamente, y otras de manera en bierta, “estos escritos malos se chan en las casas de los frandes sefiores oe, tas iglesias o en las plazas comunales de lai citades y de las villas para que cada tino 16 pueda leer” 7 ~ Seguin t fey, yt Fuese de nfanera esti 0 vezbalyta stira tenia el ob, istivo de difamar, aunque se establecia que a través de los escritos ¢ pods alcanzar_un piblico més amplio. Ta Tey no tomab: enta que exists ‘una estrecha relacién entre ambas formas de comunicacién, siendo comple. mentatias © nutriéndose indistintamente la una a la otra. Tanto la literatura satirica como la prensa solian hacer publico eventos que supuestamente de- bian permanecer en los “espacios de sociabilidad ‘naturales, sean estos los de la familia, de los contertulios o de la corporacién’.® Al ser publicado en la prensa, el chisme se transformaba en unasunto de interés piilico, superpo- Que pa log cu. * nigndose formas tradicionales y modernas de opinién publica™ ., ‘Quieies-wifaaban la prensa para difundir asuntos personales, com- Prendian perfectamente esta superposicién y la usaban en su benefco, como queda en ta carta an bli idencia en esta cafta anénima publicada en El Comercio en abril de 1845; ae Sefiora Dofia J. V. Querida prima: Mucho celebro que eno poder hace legit 1 mifcaras ws manos por el conducio acostumbrado, me obliguea ditigitlas Porla prensa, porque de este modo nuestra covrespondencia que debia se pi vada, secd publica, yTos amantes a la literatura tendrin documentos bellisimos que admirar, y tu nombre se hard his y sed recotdado [...] pues cendré 52, La siete parcidas 148 53. Gonadler Weonaldo de Quirds 1999: 248, 54, Nils Jacobsen argumenta ‘opin estaba ain prese del sabi rey D. Alfonso LIX, ommo IV, partida 7, ritlo 9, ley 3, 1844: ‘tue la supetposicion ence formas tradicionaes y modernas de te ¢9 Petia fines del siglo XIX (Jacobsen 2005, 278-300). nbgc tue eRPT2€ptrH MENTE a a anit «wheres oper 9 sae on a0 qter# PIOLEMEY cI Erneta 0 he Agee ce Tee arngmiet’ Hes aamen hay daha hen ems Tmuemat cartat ts falwbacee prokaney mt & rye inMTORNS ENPFCTIONEL CON HIME me hog ok Am grattind hae refed sateme sib ae ml ete ein ye mg <0 8 me mere! are gas 88 a gon meng de mi PAKSN. A pte arp pow v peel? publicaré mi vindicacién, aunque ptr uate Hg en ric. Tambien te advierte que 9 hay no pongo we aque ala re tnt mata as arta ft ae ” me J remitide eta lo suficientemente caidadosn com fame para po taster 4c los I | ale concreto a hs lector sabre naturale de mor Fae ning i sar ials dc la deninatara dle la carta, sin embargo, fueeon prahable wl a ineitar la curiosidad de los lectores y elucubrar soh yd re % ‘ade por coda i prism ciempo dian asumir el cos tenet, sobrepasaba ampliamenté los circulo + genetaban eran exponenc de 1840, por ejemplo, un articulo anuncial Justo Rivera se habia exces y 10 se Tenia rastro det iwinalidas necesvias parg resolver el G30. a yada 2 gue de euro Fa € mente que q wafcienees pari ee Neat 8S alicrados, y los detalles clef caso. Una enujer era ame. : mits de la prenst, prometiéndose sabrosa informacién sobre ella onvertiria en el contro de atencién de la ciudad, (era: vtenes sabjan del caso con antelacién, notaron inmediatamente fos involucrados, pero lo que comenzd como un chisme en los rales" de la familia o circulos de amigos, podia ser ahora cono- a ciudad El arriculo era una consecuencia del chisme, pero al generaba una ola mayor de habladurias “en los periddicos eran principalmente parte de lz no solo porque supieran escribir, sing también porque po- sro de publicar,JPero el impacto que estos articulos podian n trados, y los sumores que nite amplificadas por la prensa. En octubre ba que el hijo del coronel don la policia, tenes e7aR ios natu ‘Quienes escribian en los aviado, y que a pesar dc los esfuerzos de i6."” El autor del articulo pedia ai gobierno comat dado que esta no era fa peimera - i ze fave gus bbls, tu, dulage H Comercio 1752, 11 de abril de 1845. José Ragas, por ejemplo, ha estudiado la eircuacidn dle perslivas en 29 donde exis- Ui da concentracién de poblacign quechusa hablante (Ragas 200% 11S 1. H Comerio 415, 6 de octubre de 1840. fs hay ht, ms, wer que un hecho como este ocursa en Lima; incluso, denunciahs, ha existido casos de nifios envenenados.* Tres dias después, quedé en evidencia el impacto que el articuy cautado cn I ciudad. Un nuevo articulo sobre el caso informaba qi dos 0 tres dias se ha gencralizado en el vulgo de esta capital la neve, habia un extranjero que robaba nifios para comérselos”. El autoy deg saber sil rumor se habia originado a partir del articulo sobrela deap del hijo del corone! Rivera, pero “lo cierto es que se generalizé el fo a dl siguieron varios otros”. A partir de ese momento, el rumor part salirse de todo control, y la gente de Lima efectivamente salié a las cal, en buisqueda’de! raptor de‘nifios. Un grupo se dirigié a la parroquia Oy Sagrario, éreyendo que habia tres cuerpos escondidos en su interior, | ty multo comenzé a crecer a medida en que pasaban las horas, y el sacerdoe, cargo de la parroquia se vio obligado a abrir las puertas para que la turba convenciera de la falsedad del rumor. La gente, sin embargo, continué buscando a los “canibales”, siguiends confusas pistas que Ta evaban a distintos barrios dé ta capital. La sittacion empeoré atin mds cuando un panfleto comenzé a circular acusando a los salchicheros de Lima de ser los responsables de la desaparicién de menore Un articulo publicado en El Comercio exigia a la policia y otras autoridades “denunciar el papel impreso para que el pocta diga quién es el tal salchiche. 10", y asi evitar “que se atraiguen en el pueblo ideas disparatadas’ Todo habia comenzado con la publicacién de un articulo que denua- ciaba [a desaparicién de un nifio, aunque no se daba ningiin detalle de algin posible sospechoso. Si el autor del panfleto pensé que esta era una excelente oportunidad para dafar a un grupo de comerciantes, estaba en lo correcto. £113 de cctubre, Tos salchicheros escribiéron en Ta prensa que las acusacio- nes en 3u COnira eran absurdas, pero que habian logrado cautivar “el inco- regible fanatismo” de la multicud, viendo en ellos a los canibales de los que hablaba el poeina.”* Ext si remitido, 168 salchicheras contaban que Hipélite 58. Ibid, 599. El Comercio 414, 9 de octubre de 1840, 60. thd 61 bid 62. Hh Comercio 421,13 de ox arenes bepress Hares in comercaante de Génawva, ce Cnn . 1 Mirah, wre 24 ed mercado de la ciudad cuando fueron atac a . Par ane Jutad” que los 2d60 pry MP Aten ya alenrurrent# mu q acusaha de 1a dexa ung Malradg sj wears 47 en la fabticacién ec salchichas ln 2m Ae foe nine recat FeRUBIO CH CARBS Y COMETCIOS, Here, “iit, Moraes ital vee : ia qeesorat 8 palos a aquellos pobres inocenteg «1 t ne ealchicheros acudieron a las autoricades Para porque cra Por culpa de ese pocma que "Yano hay qu veriudicando notablemente a los que tas fabrican® as “que el autor del papel salpa ala luz ¥ Pruebe by sinmns eraltado a la multitud y perjudicado a Muchos [.,.}; ' én con que ha rio ¢ ke impongan las penas Icgales y se Sosiegue la credulidad de lo conrra. Dia a dia, los periddicos de Lima informaban sobre nn det wulgn de temas. A través de los remitidos, la sétira y el nemor 1 Bn verdad idea de una prensa ilustrada, creando una Mixtura en Ja cual nen ae de ideas y la supervision de la administracién Pliblica se Eee con dispuras privadas, injurias y ataques al honor de las personas. Ea ln periédicos de Lima, no solo resonaban los desacuerdos entre los habitentes dela capital, sino que se publicaban articulos sobre disputas que ocurrian en rado el pais. Estos articulos afectaban sin distincién a oficiales de gobierno, iuecrs, soldados, sacerdotes, profesionales y comerciantes, y su inluencia sobre la poblacién sobrepasaba los circulos lectados, como deja en evidencia dl caso de los comerciantes italianos. | EI respeto mutuo y la discusién racional que debian prevalecer en la prensa iJustrada segtin la ley, eran constantemente eclipsados por insultos y con el rt € esperaba de la gente decente, generandose asi una “orgia periodistica” de lo cotidiano. Como ocurria con él caso de Tas apuestas, la gente decente estaba permanen- temente infringiendo la ley con sus remitidos en los periédicos. En el caso dela prensa, sin embargo, no habia nada que el intendente de policia pudie- se hacer al respecto, puesto que quienes se encargaban de supervisar el res- peto a la ley de imprenta eran los miembros del cabildo como representantes de fa comunidad. Pependia de la misma gente decente, entonces, detener shan. pew bo acusaciones que no concordaban con el comportamiento que oka q —_—_—_ 63. Ibid, 4. Ibid. 5 Pa, esta practica, ya fuese abstenigndose de publicar este tipo de a denuncidndolos y juzgindolos cuando correspondia. Pero egy ttn, Ins arvculos publicados en la prensa alcanzaban a veces inveren Hy de virulencia. Fn enero de:1839.'el Mercurio Peruana publicg ie, en cl que se defendta la figura del doctor Gaspar Nieto Polo, eh, catedral de Trujillo y futuro miembro del senado de la Univearat'* de, Marcos. EI autor, que escribia bajo el seudénimo de “El que ou orejas al hureo, areguraba ques intencién era defender a Nica ft’ familia de los permanentes ataques recibidos de Manuel Colina, un ws sor de Trujillo, representante del sargento“Rainén Suavéz Navarro, cP era descrito en el articulo como una “sdbana menstruada y poluid Akins “se divige &atropelat, zaherir 7 ultajar eon espatitosa mordacidad y 4°" lll doctor don Gaspar Nieto Polo, como al venerable cuerpo ele? todo el obispado”.® El autor conti iciendo sentirse svergonen “el indecente autor que no es otra cosa qi et pobi i ‘oria y hez del pueblo tC bre en Fortua, Taiserablé en educacién, mendigo de principios per trotén en el alfabeto dela cartilla, de lima baja, pigmeo en moralida; 3 ios y adelantado {Cémo evitar que Ta prensa se lleniara de acusaciones privadas y de yq lenguaje tan soez como el del escrito que defendia a Nieto Polo? Como i. mo recurso, estaba en manos de los editores de los periddicos el no acepiar ‘estos articulos insultantes que de manera tan particular decian defender k decencia. La solucién, sin embargo, no era sencilla, Poco tiempo después de Ia independencia, los remitidos se transformaron en la principal fuente de ingreso para los periddicos, y los editores se vieron ante la dificil decisién de optar por ser vehiculos de ilustracién, o de difamacién. 65. Mercurio Peruano 426, 16 de enero de 1829. 66. Ibid.

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