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Capituto VIII ACCION DE REPETICION 1, Fundamento de la accién de repeticién La accion de repeticion instituida en la legislacién tributaria con el objeto de lograr la restitucién de lo pagado indebidamente en concepto de tributos, encuentra su-fundamento-en.el principio de derecho natural de que “nadie debe enriquecers¢ sin causa a costa de otro”, regla ética de proyeccidn patrimonial que no solamente alcanza a las personas privadas, sino también al Estado, sin que ello importe su ads- cripcién a una concepcion exclusivamente civilista. Aparte de ese fundamento de valor universal, el derecho de repeticion recanoce otro esencialmente juridico que se encuentra en los derechos constitucionales de lz ~tiburacion que constituyen un valladar infranqueable a los posibles desvios de la ley ode su aplicacién. La obligacién tributaria sustantiva —ha dicho la Corte Suprema'-, que encierra € deber principal de pagar los tributos, no puede quedar librada en cuanto a la exigenci: de su cumplimiento a ninguna discrecionalidad por parte del Fisco; de ahi la existen cia de medios defensivos de los intereses de los contribuyentes, traducidos en recurso: Jurisdiccionales, como la accion de repeticion, que nacen de la Constitucién. La accidn de repeticion de los tributos no deriva de las disposiciones del Cédi g0 Civil (art. 784), como lo ha sostenido gran parte de la jurisprudencia de nuestro tribunales, sino que emana de la Constitucién, y se halla regulada en la ley 11.683: en los cédigos fiscales provinciales. El criterio dominante en la jurisprudencia que sujeta la accién de repeticion d tributos a las disposiciones del Codigo Civil tiene trascendencia institucional, pue ¢l carécter unitario de dicha legislacion, de aplicacién en toda la Nacién (art. 74 inc. 12, CN), y su prevalencia sobre las normas locales (art. 31, CN), determin gue las provincias y la Ciudad de Buenos Aires no puedan establecer respecto de | accién de repeticion de tributos locales un régimen de prescripcién al margen de le disposiciones del Cédigo Civil. : Corte Sup., 17/5/1977, “Petroquimica Argentina SA”, ED 73-317. En ese sentido se expidié la Corte Suprema, 2/10/1936, “Diehl de Miguens, Maria v, Prov. [ATERIA TRIBUTARIA 156 2. Legitimacion activa contribuyentes ¥ demis responsable fg ‘os abonados de m4 "i won para repetir 10S tributos sus acceso os abonaos 4 es Phd ne egiimacion Pa eg del FiscO- Te propia (art. 15, ley ct : Pos men vents 0 respOnstlc® por dude oe a } bles , art. 16, ley cit.); ape etal po! deve MET (at, 16, ne tse wes sede oe rad Tine.) sl cea aa Provincia. Respecto de los mencionade® igus sce pov cia de d crane que a demands Tue buyentes & quienes 12 sutridad de aplecion eae {ar rn os importes cuestionadoss sao ae arlene sia oxigen Jos escribanos, vei fe la que quedan excluidos i exer gress en is eS fen rend es ‘ontratantes*. norco Fh tes cons niega legitimacién a los agentes de El Codigo Fiscal in fine), y lo mismo dis retencién o percepeidn, en su card 106, in fine), ¥ lo mismo dispone el art, 89 del Cédigo Fiscal ‘La Corte Suprema, en sentencia Jegitimacion al exhibidor einematografien, 1° {TE tributo previsto en el art. 24, inc: a), Tey 17 baida por el a quo, no susceptible de revision en demandar la repeticién del tributo. Conforme al art. 81, ley 11.683, los ‘se debe hacer a las pal | de Cordoba, en. cambio, voter de tales (art. “Bea Cines SRL" le negs fencuadrado como agente de percepciin 1 calidad que le habia sido ati. la instancia extraordinaria-, para 3, Viabilidad de la acci6n de repeticién Si bien no existe un régimen uniforme de aplicacion a todos los tributos tanto nacionales como provinciales, de consuno con fa jurisprudencia tradicional se pue- den enumerar en el cardcter de requisitos condicionantes de la accién de repeticién: a) la existencia de un pago, b) que éste carezca de causa, Y ¢) la protesta previa. El primer recaudo es la existencia de un pago, interpretando cierta jurispr- dencia que s6lo hay pago cuando se haya ingresado el impuesto correspondiente ‘la totalidad del periodo fiscal, con apoyo en el art. 83, ley 11.683, que dispone “s6lo proceder la repeticién por los periodos fiscales con relaci i6n a los cuales se haya satisfecho el impuesto hasta ese momento determinado por la Direecién Ge neral”. iad eee a de su texto, no impide reclamar la devolucion de pai ya integrado el periodo fiscal de que se trate, sino que com 0s 2 id Buenos Aires”; id., 23/2/1982, ide SA v. Pro. vid, le SAV. Prov. de S Fas 15:18, 193231, 208274, 208 526, oy See Ce, ED 9-9 Ime OF i in el mismo sentido, at. 67, CF Corrientes. Estableciendo idéntica exigencia, aunque sin bat excepcién a los escribanos: art, 81 Tierra del Fuego. CF Jujuy; art. 76, CF La Rioja; art. 82, CF Misiones, y att 65 * Corte Sup, 18/10/1984, “Eea Ci it 106 A IANBR, “Ese Ces SRL. Into Nacional de Cinenstgs” ” ‘Trib. Fiscal Nac., sala A, 24/3/1970, *Cilindrex SA”, DF XX1-1001 ACCION DE REPETICION 157 ade el supuesto de determinacién de oficio, en cuyo caso exige cancelar el im- eso determinado para habilitar la via dela repeticion. La procedencia de repetir los anticipos ha sido reconocida por la Corte Supre- menuna accién promovida contra una provincia en que se impugnaba la constitu- Gonalidad de gravamenes a la circulacién territorial, en que el tribunal sostuvo que Gel impuesto carece de base legal, no existe obligacién de ingresar los anticipos par luego deducitlos, si asi correspondiere, de otros gravamenes, o repettlos por ‘ia administrativa o judicial Esta doctrina esta en armonia con la posicién sustentada por el tribunal cimero sobre la naturaleza de los anticipos, respecto de los cuales ha considerado que consti- tuyen obligaciones con individualidad propia, de cumplimiento independiente, cuya falta de pago en término puede perseguirse por igual via que el impuesto de base’. Los codigos fiscales provinciales no admiten la accién de repeticién de los tributos determinados de oficio, para cuya impugnacién se debe seguir, inexcusable- mente, la via recursiva prevista en dichos ordenamientos. El segundo requisito que complementa al primero es que el pago haya sido cefectuado sin causa, en el sentido genérico que se desprende del art. 792, CCiv. 4, El requisito de la protesta El requisito de 1a protesta es una creacién pretoriana de la Corte Suprema, que desde antiguo exige este recaudo como condicién para la viabilidad de la accién’. La finalidad de la protesta previa, segiin lo sostiene la Corte Suprema, es po- ner en conocimiento de los gobiernos la disconformidad de los contribuyentes con el gravamen que se les cobra para evitar la inversion de esa renta o para darles |a oportunidad de arbitrar los recursos tendientes a obviar los inconvenientes que traeria aparejada una posible repeticién’, En la actualidad, atento a la organizacién y funcionamiento de la hacienda piblica, la protesta ha perdido toda significacién, pasando a ser un simple formalismo de una nota o comunicacién que se recibe y se archiva. La Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires no la considera un requi- sito indispensable para repetir impuestos provinciales y municipales, salvo que venga impuesta en forma expresa ". Tampoco la exige la doctrina plenaria de la Cémara Civil de la Capital Federal, sentada en la causa “Kartopapel SA”". Nin- “Corte Sup., 28/11/1969, “Llobet de Delfino, Maria v. Prov. de Cérdaba”, Fallos 275:407; ED 34- 269; DF XIX-726, Compartiendo este crterio, GiuLiant Foxroust, Carlos M.~ Navarzine, Susana C, Procedimiento tributario y de la seguridad social, 6*e4., Depalma, Buenos Aires, p. 443. *Corte Sup., 26/3/1973, “Fisco nacional v, Francisco Gil SA”, Impuestos XXXI-A-555. *Fallos 3:131, 17:207, 31:103, 79:17, 191:351, 375:439 y 502, 241:276, 278:15, 280:203, 281:104, 282:20, 284:45. * Corte Sup., 2/10/1970, “Arsoda Trading Co. v. INTA”, Fallos 278:25; ED 35-158. "Sup. Corte Bs. As., 28/9/1982, “Noren Plast SA. Municipalidad de La Matanza”, DF XXXV-124 "C. Nac. Civ., en pleno, 15/7/1977, “Kartopapel SA v. MCBA”, ED 74-3225 LL 1977-C-361 ‘Tal doctrina reconoce otros dos plenarios anteriores, uno del 30/3/1932, recaido en la causa “Palacios de Caceres”, JA 37-1082, y otro del 19/10/1939, “The River Plate Coal Co.”, LL 16-306 y JA 67-914, ‘en el mismo sentido. Peto en 1953, la Camara, en un nuevo plenario, leg6 a la conclusion contraria en el caso “Prego”, sentencia del 1/8/1953, LL 71-460 y JA 1955-I-217, que fue dejada de lado por el plenario de 1977, 158 ACCIONES Y RECURSOS EN MATERIA TRIBUTARIA ‘guno de los cédigos fiscales la impone como recaudo para la viabilidad de de repeticin. La protesta se exige no sdlo respecto de impuestos que se reputan incon, cionales", sin menoscabo de lo cual el principio sufre derogacién cuando el Pee, sido efectuado por error de hecho o de derecho ", si medié juicio de apremig , el caso de leyes como la 11.683 '' 0 el Codigo de la provincia de Buenos Aires", oe suprimieron ese recaudo. La protesta, para los casos en que se sigue exigiendo, debe ser oportuna « decir anterior, coetinea 0 inmediatamente posterior al pago”, siendo extemporine, Ia efectuada un mes después', y debe expresar conere:amente los fundamentos gy abonan la reserva. Una impugnacién genérica del tributo sin mencién concreta deks nomas que s¢ consideran violadas y sin manifestar en qué consiste la discrepaniy con la norma 0 el acto impugnado no satisface el recaudo de la protesta, La falta de protesta no puede importar en modo alguno un voluntario somei- miento al régimen legal del tributo de que se trate que impida su posterior impug. nacién con fundamento constitucional . Por lo tanto, la falta de protesta, segin lz doctrina judicial de nuestro més alto tribunal, impone el rechazo de la accion ée repeticién, exclusivamente respecto de los pagos en que se omitid formalizarla La Corte, en la causa “Domingo Mendoza y Hnos.”*, en que por primera vez instituyé pretorianamente el recaudo de la protesta, en el cual se cuestionaba la constituciona- lidad de derechos a la exportacién establecidos por la provincia de San Luis, rechazi parcialmente la demanda respecto de los pagos efectuados sin protesta ni oposicién alguna a partir del 7/7/1862, en que fue promulgada la ley impositiva, y acogié la a- cidn con relacién al gravamen ingresado a partir de 1864 en que se habia promovido la demanda. Y a este criterio se atuvo posteriormente. Ate 5. Doctrina del empobrecimiento Un cuarto recaudo fue exigido por la Corte Suprema a partir de 1973, en que acogiera la doctrina del empobrecimiento en recordada sentencia recaida en la causa “Mellor Goodwin SA”*!, que marcé un rumbo jurisprudencial de efimera vigencia, © Cone Sp, 2/0187 “Anode Ting Co. INIA Flos 27815, ED 35158 © Carte Sup, 14/1197, “Empresa San Vente SA" Fallos 26671, Inpoesens SXI-S36 17/7/1973, “Cia. Swift de La Plata v. Fabricaciones Militares”, ED 0-307. oe "alos 18710 © Gore Sap 182/194, "Ca, Tis del Oss”, allo 18:50; ft, 112/944, Propietarios de Carros y Camiones”, Fallos 200:350. . ™ Cont Sup, 11/1096, Trasadiolteracional SA. Prov de Buenos tes” alos Impuestos XXVI-135. ee, alos 205:267, 207.270, 221.707, 261216 Flo 210172 21:49; 2483 "La eriscontara parce desprenderse del consid, dl voto del isto de a Corte Supe Moliné O'Connor, en sentencia del 66/1995, recida en la causa “Vidco Club Dreams. eerwonene Cinematograta” nc voto serena gue haya ext oluariosomectininto a glee dees. 2736/1901 y 939/952 qu craton el input al video, porn habese dmosado a aga Sep el tb sn reserva pots ign ® Corte Sup., 5/12/1865, Fallos 3:13] * Corte Sup., 18/10/1973, “Mellor Goodwin SA”, Fallos 287:79, ED 51-352. “Asociacién de ACCION DE REPETICION 159 conforme al cual es requisito esencial para la procedencia de la accién de repeticién que el sujeto activo de la relacién procesal haya soportado, efectivamente, la presta- cin tributaria sin trasladarla a terceros. Aladoptar la doctrina del empobrecimiento como requisito condicionante de la accién de repeticién, la Corte sostuvo que el derecho a la repeticién tiene su funda mento legal en la ley civil (arts. 784 y ss., CCiv.), es conceptuado como un supues- to particular del enriquecimiento sin causa, que en tiltimo andlisis encierra la idea del daio experimentado en un acervo y el correlativo aumento en otro patrimonio, desplazamiento sin derecho que genera la pretensién de restablecer Ia equivalencia perdida o el equilibrio alterado. En tales circunstancias no s6lo se debe acreditar el aumento 0 enriquecimiento del patrimonio del obligado ala resttuci6n, sino también el correspondiente y proporeional empobrecimiento del accionante, lo que no es in- ferible del solo hecho del pago que se intenta repetir. Entre otros conceptos, la Corte seftalé que el enriquecimiento y la falta de causa son condiciones indispensables para la existencia del derecho a repetir, por lo que laausencia de empobrecimiento en el accionante o su falta de acreditacién y cuan- tia imponen descartar el interés legitimo para accionar en justicia, ya que si quien traslad6 el tributo obtiene una sentencia favorable en la repeticién articulada, habria percibido dos veces una misma suma, lo cual es contrario a la buena fe. La doctrina de! empobrecimiento aplicada en “Mellor Goodwin”, con relacién aun impuesto indirecto, fire también extendida a los tributos directos, poco tiempo después, en la causa “Ford Motor Argentina”, que versaba sobre el impuesto a los réditos, ya que a juicio de la Corte Ia circunstancia de tratarse de un impuesto de los llamados directos no autorizaba a presumir su no traslacién a los precios, maxime estando en presencia de una industria de fabricacion de automotores. Distinta fue la conclusidn de la Corte en una causa referida al impuesto a los réditos y en la que el accionante era una persona individual, en la cual sostuvo que el empobrecimiento cabia inferirlo del hecho del pago, criterio que también mantuvo cuando la actora era una institucién financiera oficial, de bien pablico sin fines de lucro*, La doctrina del empobrecimiento fue reiterada por la Corte en una serie inte- rrumpida de casos, fallados en el perfodo constitucional que transcurtié desde el 25 de mayo de 1973 al 24 de marzo de 1976, habiendo considerado inaplicable la teoria del empobrecimiento en el supuesto de recurrirse por la via del Tribunal Fiscal 2 Corte Sup., 2/5/1974, “SA Ford Motor Argentina”, Falls 288:333. 2 Corte Sup. 26/6/1974, “Edda Leonor Brunella de Weiser v. Nacién Argentina”, Fallos 289:67, > Conte Sup, 12/2/1976, “Banco Hipotecario Nacional v. La Rioja Prov, Fallos 294:20. % Corte Sup. 2/11/1973, “Cia. Nobleza de Tabacos”, ED 51-364; id.,“Manufactura de Tabacos Particular v. F. Greco SA s/impuesto a las ventas”, M. 660 XVI. y “Masilin y Celasco SA", M. 607 XVI id., 12/12/1973, “Cartuja SA v, INTA", ED $4-540; id, 15/2/1974, "Cia. Arg. de Levaduras SA ¥. Provincia de Entre Rios", ED 54-312; id, 28/2/1974, “Dreyfus y Cia.”, LL 154-428; id, 28/2/1974, “Automotores Chevallier", LL 154-398; id., 27/3/1974, “Maderas Martini", Impuestos XXX1-63 id. 29/4/1974, "Ford Motor Argentina v. ANA”, ED 54-521; i., 24/4/1974, “Cia. Swift, LL 155- 203; id, 24/5/1974, “Cia. Continental”, LL 155-546; d., 26/7/1974, "Cénepa Hins.”, LL 156-219; ja, 28/6/1974, "Cia. Swift”, LL 156-32; id., 5/8/1974, “Dowell Schlumberger”, LI. 1975-A-336; id, 2019/1974, “Ford Motor Argentina v. Provincia de Entre Rios”, ED 57-398; id, 29/10/1974, “Cia, Metakirgica Austral”, LL 1975-A-205; id, 29/10/1974, “Huser SA", LL 1975-A-621; id 19/11/1974, *Provita SA”, LL 1975-A-297; id., 26/12/1974, “Beli Hnos.", LL 1975-B-214; id. 2002/1975, “Cia, Fabri] Financiera”, LL 1975-B-235, 160 ACCIONES Y RECURSOS EN MAILMIA TRIBE contra una determinacién de oficio de la obligacién fiscal y depositarse di de la liquidacion ante la confirmacién del acto administrativo por dicho orga My atento al cardcter no suspensivo de la apelacion por ante la Camara Federal (an, ley 11.683, to. 1978). : : : " La Corte concreté el regreso a su tradicional doctrina al variar la integra del cuerpo, en deisién recaida en la causa “SA Petroquimica Argentina PAs," donde sostuvo que el poder tributario del Estado tiene limitaciones no sélo para, cre las fuentes de renta sino también para aplicar la ley fiscal, pudiendo el patrimonig, i los contribuyentes, en caso de exceso en el ejercicio de aquél, verse ilegitimamer, disminuido por una prestacién pecuniaria carente de causa. Para estos Supuesty, ~continiia diciendo la Corte-, precisamente, la ley acuerda la accién de repeticij, mediante la cual el contribuyente pone en movimiento el control jurisdiccional te), diente a establecer la legalidad 0 constitucionalidad del tributo; accién que de priva. se 0 restringirse su ejercicio implicaria una abierta violacion a la Constitucién. Luego de descartar que la teoria del enriquecimiento sin causa, conforme 9 fundamento en la ley civil, constituya el respaldo de la repeticién tributaria, la Cone concluye resaltando que retoma la doctrina sentada en vastos precedentes a partir del caso “Freites y Gurgio”*, en el cual el tribunal cimero sostuvo que “el interés inmediato y actual del contribuyente que paga un impuesto existe con independencia de saber quién puede ser, en definitiva, la persona que soporta el peso del tributo, pues las repercusiones de éste, determinadas por el juego complicado de las leyes econdmicas, podrian llevar a la consecuencia inadmisible de que en ningiin caso las leyes de impuestos indirectos, y aun la de los directos en que también aquilla se opera, pudieran ser impugnadas como contrarias a los principios fundamentales de la Constitucién Nacional”. La doctrina de “PASA” se mantuvo invariable hasta fines de 2004, sin perjuicio de sefialar que, a partir de a sentencia recaida en la causa “Ford Motor Argentina”®, el ministro Fayt, en su voto en disidencia, propuso como medida para mejor proveer larealizacién de una pericia contable en los libros de la accionante a fin de establecer si los importes objeto de repeticién se trasladaron a los precios de los productos que comercializa, a fin de determinar sila actora posee interés, que es en ultima instancia el que da base ala accién de repeticién a que se refiere la ley 11.683. Una situacién particular abordé la Corte, en la sentencia recaida en la causa “Eca Cines SRL Instituto Nacional de Cinematografia”®, en la cual expresé que habiendo sido considerado el exhibidor cinematogréfico agente de percepcidn de! tributo previsto por el art. 24, inc. a), ley 17.741 ~calidad que el @ quo atribuyé a la accionante, no susceptible de revisidn en la instancia extraordinaria-, no se encuen- tra legitimado a demandar la repeticién del tributo, cuyo pago no ha derivado en un perjucio personal. Continda diciendo el tribunal que ello no implica que la demos- tracién del empobrecimiento constituya un requisito exigible a todos los Supuestos a Jos que el art. 74, ley 11.683, faculta a demandar la devolucién de las sumas Pagadas Conte Sup, 19/1975, “Maslin y Celasco SA”, Fallos 291:579 ACCION DE REPETICION 161 ebidamente, sino que la exigencia impuesta a dicho agente de percepcién que ai epatirimpuestos cobrados en demasia de los verdaderos eontribuyentes ls joes cinematograficos~ obedece a la circunstancia de que la accidn de repe- sion silo les cabe a éstos, respecto de los cuales se produce el hecho imponible. ‘Otro supuesto especial fue el que abordé la Corte, en sentencia recaida en la cqusa “Viviendas Patricia SRL v. DGI”*", en la cual consideré razonable, respecto {elas hechos imponibles registrados con anterioridad a la vigencia de la ley 22.294, jadisposici6n del art, 5°, dec. 94/1981, en tanto condiciona el derecho a la repeticion del mpuesto al valor agregado, abonado con motivo de la venta de viviendas que rednen los atributos requeridos por las normas tributarias para ser consideradas eco- rémicas, a que el responsable del ingreso del impuesto al Fisco acredite previamente la restitucién a los adquirentes de dichas viviendas del tributo que, oportunamente, incluyd en el precio de venta y percibid de ellos, habida cuenta de que la exencién ue instituye reviste caracter retroactivo y cabe interpretar que esté destinada a be- neficiar con la liberacion Unicamente a estos ultimos. La sentencia dictada en la causa “Massalin Particulares”* tampoco importo volver a la teoria del empobrecimiento como requisito condicionante de la accion de repeticion. En dicho precedente la Corte Suprema consideré que el aumento del impuesto interno a los cigarrillos dispuesto por dec. 914/1986, que increment6 en un setenta por ciento las tasas establecidas en los incs. a), b) y c), art. 23 de la Ley de Impuestos Internos, con vigencia a partir del 16/6/1986, estaba ineludiblemente vin- culado con el aumento del precio autorizado de dichos productos a partir de la misma fecha®, Por ello, el reconocimiento por parte de la accionante de la traslacién a los precios de los cigarrillos del incremento del tributo, sello la suerte de la accion fun- dada en la no vigencia —en el periodo 16/6 al 8/7/1986- del incremento dispuesto por el dec. 914/1986 a consecuencia de su demorada publicaci6n en el Boletin Oficial. La decision de la Corte Suprema en “Nobleza Picardo” *, en que rechazé la accién con fundamento en que el accionante no demostré el gravamen que le hubiera ocasionado el impuesto a los cigarrillos, creado por la ley 23.562, que habia traslada- doa los precios, no importé una vuelta a la doctrina de “Mellor Goodwin”, segin el voto de la mayoria*s, que si es recogida en el voto del Dr. Zaffaroni. 5.1, La reforma legal y anélisis critico de la doctrina del empobrecimiento La ley 25.795 agregé un ultimo parrafo al art. 81 de la ley 11.683, que dice: “Los impuestos indirectos sélo podran ser repetidos por los contribuyentes de de- recho cuando éstos acreditaren que no han trasladado tal impuesto al precio, o bien “Corte Sup,, 11/4/1989, DF XLVI-S2. % Corte Sup., 24/11/1998, "Massalin Particulares SA v. DG", Fallos 321:3070. ® Basta recordar que en los considerandos del dec. 914/1986 se lee: “Que desde el 16 de junio de 1986 se autorizaré un aumento en el precio de los cigarillos. Que la medida adoptada hace necesario producir un reajuste en la imposicién a los consumos selectivos, a fin de mantener el equlibrio entre lo ingresos del sector y los correspondientes al Fisco nacional”. > Corte Sup., 5/10/2004, “Nobleza Piceardo SAIC v. Estado nacional”, Impuestos 2004-B-2060. » Consid. %6 Con vigencia a partir del 17/11/2003, 162 ACCIONES Y RECURSOS EN MAIL'S 1 cuando habiéndolo trasladado acreditaren su devolucién en la forma y Condici, que establezca la AFIP”, . " La Constitucién hace una distribucién de la competencia tributaria y CStabl, una serie de limitaciones al ejercicio de la potestad tributaria. Cuando el Estad : extralimita en uno u otro caso, el patrimonio del contribuyente puede verse ilegi, mamente agredido y, por ende, debe contar con los medios tendientes a Testablecer imperio de la Constitucién, que ha sido vulnerada por la accién estatal, Si se privara al contribuyente de sus derechos, o se le restringiera en sus dy, rechos de cuestionar los tributos contrarios a la Constitucién, por consideraciones referidas a la eventual traslacién del gravamen, ello puede llevar a legitimar las adw. nas interiores, los impuestos creados por decreto o por resolucién administrativa g contrarios a los principios de igualdad, razonabilidad, equidad, etcétera. Ante la violacién de los derechos del particular agredido por un impuesty inconstitucional que el Estado se niega a devolver, no resulta legitimo cohonestar tal proceder ilegal sobre la base de que esos dineros mal habidos se revertirén ala sociedad a través del gasto publico”, justificando el enriquecimiento sin causa del Estado y el reprochable dogma de que el fin licito justifica cualquier medio. No resulta ciertamente ético pregonar el cumplimiento de objetivos constitucionales a través de la violacién constitucional en el ejercicio de la potestad tributaria. Si se tolera la falacia que pretende crear falsas antinomias entre los derechos del individuo y los del Estado, alimentada por una concepcién totalitaria, negatoria del Estado de Derecho, convalidaremos la destruccién del principio de juricidad. Si admitimos que la Constitucién sea pisoteada para negarle a una empresa el reintegro de un tributo inconstitucional, sera demasiado tarde cuando se quiera reaccionar contra ese mismo Estado, que, desconociendo los derechos fundamentales, avasalle Ja libertad individual. Por lo demés, la doctrina del empobrecimiento adolece de una grave falta ética al estimular al Estado, que debe velar por la plena vigencia del derecho, a incurrir en continuas violaciones a la Constitucidn, en la seguridad de que no sera obligado a de- volver el fruto de su ilicitud. Nada hay més contrario al afianzamiento de la justicia que la impunidad del Estado ante la violacién de su parte del principio de juricidad. Como bien ha dicho la Corte, en sustento de la doctrina tradicional, las re- percusiones de los impuestos, determinadas por el juego complicado de las leyes econémicas, pueden llevar a la consecuencia inadmisible de que en ningiin caso las leyes de impuestos, tanto directos como indirectos, pudieran ser impugnadas como contrarias a la Constitucién, en cuyo caso ~agregamos nosotros~ el Estado, obrando aextramuros de la Constitucién, tendria asegurada su total impunidad. __ La teoria del empobrecimiento no puede disimular ~en realidad ni siquiera lo intenta~ su adhesin a una concepcién intervencionista del Estado en la vida eco- niémica nacional, Si el Estado fija los precios de venta y costo de los productos que se comercalizan 0 servicios que se prestan, mérgenes de utlidad, contemplando ta incidencia de los tributos en las distintas etapas de a elaboracién y comereialivaciOn de los productos o de la prestacidn de los servicios, en este contexto la tegria del empobrecimiento, como requisito de la accién de repeticion, se acomoda ala perfec- ACCION DE REPETICION 163 «jon. Enefecto, si el Estado determina los precios de todos los productos y utilidades oe asempresas puedan obtener, es evidente que el reintegro de un tributoilegal que v jido ser trasladado a los precios implicaria la obtencién de una mayor ganancia i parte de la empresa no permitida por ese Estado regulador. Es claro que esta con- cepcion del Estado, en que el derecho de la empresa a obtener una ganancia por la gaividad que desarrolla constituye un derecho sometido a fa discrecionaldad de los fineionarios pablicos, implica una clara desvirtuacién del programa consttucional En sintesis, la teoria del empobrecimiento es para otro modelo de Constitucién, yo para el nuestro. Por ello, no existe el tan mentado enriquecimiento sin causa de jen repite un tributo ilegal que ha trasladado a los precios. Si el empresario ha io fijar libremente sus precios y sus utilidades, la devolucién de un tributo ile- Jno deviene en una ganancia ilegitima, sino en la que, de todas maneras, hubiera ido obtener por el juego de las leyes econémicas de formacién de los precios. La imputacién de abuso de derecho y de transgresién a la ética de quien re- qiere la devolucién de un tributo que ha trasladado a los precios por inexistencia de perjuicio se basa en la falsa premisa de que tal conducta implica recuperar dos veces por vias distintas el monto del tributo ingresado, Pues bien, no hay tal doble recupero, Al crasladar el impuesto a los precios, el contribuyente de iure obtiene el moro del ravamen que ha de ingresar, en tanto que cuando ecupera del Estado las “Simas aonadas obtiene un acrecentamiento de la ganancia bruta, que hubiera ab ini- Aopodido obiener de no haber existido et im fegal, Si-un comercTante Teal pitTaventa de un producto la suma de $ 121, conformado por $ 100 de precio neto nis $ 21 del IVA, recupera el tributo que incide en la operacién y obtiene un ingreso bmto de $ 100. Cuando el Estado le reintegra $ 21, por el tributo juzgado contrario ala Constitucién, no consigue propiamente un doble reintegro, sino una suma que aerecienta la ganancia bruta, a la cual legitimamente hubiera accedido de no existir el gravamen ilegal y haber comercializado el producto a un precio de $ 121. Es decir, el no reintegro por parte del Estado del tributo ilegal lo priva, parcialmente, de cbtener una ganancia originada en ejercicio de una actividad licita. Por ello, la afirmacion del yoto de la mayoria en la causa “Nobleza Piccardo” enla que se rechazo Ia repeticion por haberse demostrado Ia traslacion del tributo, en clsentidodte que la decision no implica adherirse a la doctrina del empobrecimiento, sélg se puede compartir en la medida en que de los hechos del caso se desprenda que, deno haberse creado el nuevo tributo a los cigarrillos por la ley 23.562, el precio de venta al piblico de dicho producto no se hubiera incrementado, Por otra parte, resulta iicoherente con Tos propios fundamentos de la doctrina del empobrecimiento excluir su aplicacién en el supuesto de recurrirse al acto de determinacién por la via del Tribunal Fiscal, segiin lo aceptara la Corte en los autos “Masalin y Celasco SA”. En efecto, una empresa ante un tributo que considera ile- eal puede muy bien, en una actitud previsora, computarlo en sus costos y trasladarlo ‘los precios de los productos que comercializa, y simulténeamente no ingresarlo € ‘mpugnar el acto de determinacién por la via recursiva del Tribunal Fiscal, sin per- iuicio de 1o cual nuestro més alto tribunal admitié la inaplicabilidad de la doctrina del empobrecimiento. Esta, a nuestro juicio, incongruencia se puede explicar por la > Téngase presente que no se trata de un acrecentamiento hipotético de la ganancia, pues la posibi- Tid fe or ronlinnaize le anadada damneteada cnn la venta realizada a ese precio final de $ 121. [A TRIBUTARIA a

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