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PAIDOS POSTALES Director de coleccién: Marcos Mayer 1D. Fisherman, La musica dal gle x6 2, P De Santi, La historia em la ead de Ursin 8.D, Seavino, Ja flsfia actual DARDO SCAVINO LA FILOSOFIA ACTUAL Pensar sin certezas ” PAIDOS [Buenos Aires Barcelona * México (Cahiers de Gustavo Meee 2 ebicn 1000 P rimpresin, 2000 Aloes Paid rie 58 Maren Cob 2, Barlona Rabin Darn 8 Meso DF (Queda bho el dpi ue preven Lay 1.723 npn om le Arensinn Printed Argan presen Geen MPS ‘Santings dl tr 38, Lane, neni de 2000 Introduecién, L El giro lingi 1.No existen hechos, slo interpretaciones El problema de la verdad La diferencia La escritura figurativa De la naturaleza a la euleura La finitud humana Poesfa y lingiistefsmo Poesia y mercancia 2. Los juegos de lenguaje Juguemos en el mundo. -mientras el hombre no esti eConsenso 0 revolucién? 3. Elgiro en cuestion El retorno de Platon | Una filosofia del acontecimiento u a a 28 33 38 58 62 62 67 8 83 La filosofia adual I. El giro democritico 1, La comunicacién politica Critica de la revolucibn Politicas del acuerdo 2, La incomunicacién politica Politicas del desacuerdo Politcas del acontecimiento Belipsar la politica 3. La otra democracia El poder constituyente El comunismo democratico MI Bl retorno de la moral 1, Moral y dominacién La muerte del Hombre La ideologia moral 2, Después de la politica, la tica La ética de la diferencia El relativismo nacionalista La ética ironista La ética de la comunidad -. La ética de la comunicacién [a ética del no-Mal 8: fica de ta politica Laética dela verdad Ei retorno de ta religién Laética de la singularidad [atic de Ia amistad 93 93, 100 Ho 10 16 121 136 126 131 137 137 144 148 148 214 187 161 165 167 175 175 130 190 196 Indice Apéndice: La filosofia y los medlios EI marketing filos6fico EV “affaire” Sokal El regreso de los autores vivos Conclusion Bibliograffa bisiea 203 a filosofa actual IL El giro democratico 1, La comunicacién pol Critica de la revolucis Politicas del acuerdo 2, La incomunicacion politica Politicas del desacuerdo Politicas del acontecimiento Eclipsar la poltiea 3, La otra democracia El poder constituyente El comunismo democratico UI El retorno de la moral 1. Moral y dominacién La muerte del Hombre Laiideologia moral 2 Después de Ia politica, la ética La ética de la diferencia El relatvismo nacionalista La ética ironista La ética de la comunidad [a ética de la comunicacién Ta ética del no-Mal 3: fica de ta politica La ética de la verdad ET retorno de ta religién Ia dtica de la singularidad 1a tia de la amistad 93 93 100 10 Ho 6 121 126 126 131 137 137 144 148 148 154 187 161 165 167 175 175 180 190 196 Indice Apénidice: La flosofia y los medios EI marketing filos6tico 203 EI "affaire” Sokal au El regreso de los autores vivos 219 Conelusién Bibliografia bi 2a InTRODUCCION Este libro se propone exponer algunos problemas de la flosofia actual, la de “nuestro tiempo”, como, suele decirse, esa que esti produciéndose, para preci sar las fechas, hacia finales del siglo XX. Fl tema, en principio, parece evidente. Sin embargo, determinar ‘cundo comienza nuestra actualidad, o ese lapso tem- poral que llamamos “nuestro tiempo", no resulta nada ficil, entre otras cosas porque no se trata de una sim- ple cuestion de afios o de décadas. cade la verdad objetiva, universal y necesaria, en Favor de las miiiplesinterpretaciones; la critica del toalita- rismo, y de las politicas revolucionarias que habrian desembocado en tales desasres, en favor de las demo- ceracias consensuales; la eritica de un coneepto univer- sal de Bien que aplaste la pluraidad de opiniones y formas de vida, en favor de ciertos eriterios éticos de convivencia pacifica. Se trata de problemas, repeti- ‘mos, y como tales, van a dar lagar a respuestas diver- gentes. As, para el i6sofo francés Alain Badiow -un Gritico penetrante del pensamiento lingiistico 0 la edad de los poetas-, la tarea de la filosofia sigue sien do la fundamentacin de las verdades universales, de las politicas revolucionarias o emaneipadoras y de un Bien comiin a todos los seres humanos mas allé de sus diferencias étnicas 0 linghisticas, Algo semejante va a pensar, aunque a partir de premisas filosficas diver- -entes, cl filsofo italiano Antonio Negri Pero aun asi es en torno a estas cuestiones que pa- recen girar los debates en este desorientado fin de si- 18 Introduccion glo, Io que Frangois Lyotard Hama, én un libro de 1988, el “contexto" de Ia filosofia acta: “El “giro lin- _gistco’ de la flosofia occidental (las ltimas obras de Heidegger, la penetracion de las flosofias angloameri canas en el pensamiento europeo, el desarrollo de las tecnologias del lenguaje); correlativamente, a deea- dencia de los discursos universalstas (las doctrinas metafisicas de los tiempos modernos: los relatos del progreso, del socialism, dela abundancia, del saber). EThastio con respecto a ‘la tori’, y el miserable rela jamiento que la acompaia (nuevo esto, nuevo aque- Tio, postesto, postaquello, etcétera).” ‘Habria que fechar entonces este eontexto? Las ti timas obras de Heidegger comienzan a producir segui- dores alo largo de los aios 60, y pienso que la decons- truccién derridiana fue uno de los productos mis influyentes en ambas margenes det Atlantico. La pene- tracidn en Enropa de las flosofias angloamericanas a las cuales se refiere Lyotard (Wittgenstein, Quine, Da vidson, Strawson, Austin, Searle, ete.) se produce en los "70, y dos libros de ese filbsofo francés ~Rudimentas ganas (1977) y La condicion posmoderna (1979)~ dan testimonio de ello, aun cuando hayan sido dos alema- nes, Karl-Otto Apel y Jirgen Habermas, quienes adop- taron la pragmatica “anglosajona a principios de los "70. Pero es también a lo largo de esos afios que cox mienza el auge de las “tecnologias del lenguaje” rela 6 Ca La filoofia actual tas): Hasta una declaracion de amon en eft forma parie den rita amoros ode un juego de lenguaje In pei dendrite del "Gemandante™y espera, con su declaracin, obte 1X aiterencia de los enunciados perortatvos, ox tnente una decaracian amoros no produce un fe {oinmediato sobre el cdestntaio sino que exper pro- Imijerreconoaca el rl del pretendiente pars que ela responda inmelatamente su demanda, Aunque también hae algo, por supuento, ya que wbicaala tra persona enel papel de demandaga ("amos juga a Jego de la declaracion amoros: yo te digo que te por otto lado, » como en todo juego, hay jugadas aque pueden hacrsey otras que no exdn permidas Seaver se pone aexpicar i teorta dela catia durante la ceremoni, también ex probable que lot ten por un loo, fa que los enuncados centiicon 0 denotanos peenecen a oro juego de lenge: No sera raro, sn embargo, que cl individuo encargado de interpre cl personaje del jer ene jueg™ lie ima ceremoniasinerprete en otro ado, cl pape de profesor, Tal yer no tate de un ico, pero de un Specialist en historia del derecho. Lo mismo da en tte caso: cuando Te explica a ats alumnos el derecho Fomano esti ano oto ego, con ots easy fn otro marco instacional,Incliso sas akon itera ts mismas personas que participaron de la bo ti Ga pareja y los tengo), los roles del destinadory Ae los destinatarios habrin eambiado por completo (ahora vamos jugar # oro juego.) El giro lingitstico mientras e hombre no est Pueden extraerse dos consecuencias fundamenta: les de esta concepcién de los juegos de lenguaje. En primer lugar, los juegos son auténomos y, por consi- Buiente, heterogéneos unos con respecte a los otros, que cada uno tiene sus propias reglas. Un juego, pues, no puede legitimar las afirmaciones de otro. El jez, por ejemplo, no puede eonvencer a la pareja de que acepten casarse mediante argumentos cientificos o filosoficos acerca de la importancia del matrimonio fen nuestras sociedades. Su acepracién depende de las reglas de un juego de lenguaje particulary, previamen te, de un consentimiento tcito para jugar a ese juego. Inversamente, tampoco una preseripcion moral o éti- ‘a puede validar o invalidar una proposicion denotat v1 0 cientifica. Por ejemplo: “la concepeién del mun- 4o del seitor Copérnico atenta contra las convieciones religiosas de nuestra comunidad’. Este enunciado no dliscute la veracidad 0 la falsedad de la teoria coperni- cana sino su valor moral de acuerdo con los pres pstos religiosos de una sociedad. De donde el pro- blema que hoy se plantea en el dominio de ta bioética ‘cuando una comision de personas se propone evaliar ‘qué investigaciones en el dominio de la genética se ran validas y cuales serian perniciosas. Es sobre este principio de autonomia de los diver- $08 juegos de lenguaje que Frangois Lyotard elabora su concepcién de la posmodernidad, Tal como lo ha- bian demostrado Max Horkheimery Theodor Adorno en su Dialéctica det Ttuminisno, la modernidad habia va lotizado el saber denotativo, cientifico, racional, ex. luyendo a los saberes miticos narrativos en torno a los cuales se organizan las eulturas tradicionales. Sin o7 La fitosofa actual cembargo, agrega Lyotard, para legitimar esia estrate ila propia modernidad invent6 esos relatos miticos {que son las flosofias de Ia historia. (“Erase una vez un. hombre supersticioso que de repente comprendi6 {que podia pensar racionalmente y entonces.."). Bajo sus formas hegelianas o marxistas, estos relatos anun> cian la Hegada de un hombre nuevo, emancipado y re contiliado consigo mismo, Del mismo modo, los rela- tos populares, afirma aun Lyotard, cuentan los éxitos + los fracasos de un héroe, “y estos éxitos 0 fracasos © bien dan su legitimidad a instituciones de la sociedad. (uncién de los mitos), © bien representan modelos postivos o negativos (héroes dichosos 0 desdichados) de integracion a las instituciones establecidas (Ieyen das, cwentos)". A diferencia de los enunciados perfor ‘mativos, declarativos o denotativos, las reglas de juego. del saber narrativo ofrecen las siguientes caracteristi- cas pragnsdticas: “EI narrador solo pretende extraer su competencia para contar la historia de haber sido el foyente ("Yo escuché decir..”]. Eloyente actual, al escu- charlo, accede potencialmente a la misma autoridad.” Lo que se transmite con estos relatos es el grupo de re- slas pragmtieas que constituyen el lazo social, la bue- hha manera de comportarse socialmente (figurada, en ‘este €280, por el héroe dichoso o triunfante) Ahora bien, la paradoja es que el hérge dichoso de ¢est0$ mitos es el hombre nuevo, racional, desprejuiciar do, eficiente, en fin, moderno, De manera que e! sa ber racional de la ciencia resultaba legitimado por el ster mitico de los grandes relatos de la historia. Co- mo conchiye Vincent Descombes en su comentario de La condicion posmoderna de Frangois Lyotard, “el hom- bre moderno creia profundamente en un sentido de li historia: podia asi tomar partido, sostener causas, 68 BL giro lingo omprometese et una organzacin politica. E hombre poodemo, en camo, "excl mine hom tre modemno en el que el expr reo ha pera lor ttimos reson de credldad: ya no ere en los “grands relator’ de Hberalimo 0 del marxamo" De Iegitmacin por el progreso mora por ln emancpe Segunda consecuenca dela pragmatca witgens cnt: sjeto yan tiene na ienidad aneior Alprpel que protagoniza en un determinado juego lenge. Un invuo puede ser un cientico reco noc rexpetado pero exo nolo coniere digaon tm una autoridad mora, Un poltce puede gear de Un gran preigo dentro de ura comunial per eto tole inmedinamentesus opiniones eel dom node la cienci, et, Into, dentro den mismo jue 0 de lengua, no cs el miko sujero quien ecupe el Toga de deinadoryel de referee de una ana proporicion. En cierto modo, cl jo" que enuncia Sot enuncdo on diferentes Aho jogamos que yoroy un jr.) Esa manera de resol la pas Jt de ceston cnucladon auorrefrencales como el {ue formularaEpimenide al deci: Miento" En eee: to eta propoiin ex verdader,entonces esas ses ta,cntonca es verdaera, Sao que se dlsinge ¢ldestinadory el referene. Emionces la proposicion debera excrete “Epimenidesdce yo mien Una cose "yo" que hablo afrma lg Ot com velo" al cual eee Epimeénides ese "Jo" mi te, pero no yo que emie ta proposition "Mien" En odo eas, ye acuerdo conan rela de los ene Ciadosdenoitivon, Epiménides debers proba aft 9 SEE ee eee nr

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