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El perro y el leñador

Había una vez un leñador y su perro que vivían en el bosque. Todos los
días el leñador acompañado de su perro salían por un poco de leña.

Un día se encontraron con un feroz lobo, y el perro no pudo defender a su


amo, el leñador apenas pudo ahuyentarlo, enojado por lo que había
pasado le dijo - perro porque no me pudiste defender, ¡para eso te doy de
comer! - El perro por tristeza huyo de la cabaña hacia el bosque, el perro
vio a los lejos un gran castillo, confundido no sabía si era su tristeza o era
real, entró para refugiarse del frio y la lluvia, cuando subió a lo más alto
encontró una guarida, repleta de oro puro, que estaba custodiada por un
dragón feroz, el dragón se despertó.
Y dijo – ¿Quién anda ahí?
El perro solo gimió
Después el dragón vio al perro con frio y le dijo – Te puedes quedar con la
condición de que cuides de mi oro-
El perro acepto el trato
A la mañana siguiente el perro vio al leñador, pero no se le quiso acercar y
pensó en darle un regalo. Fue a la guarida del dragón y le robo un pedazo
de oro y lo remplazo por un palo pintado, pues el dragón no veía muy
bien. Y se lo entrego al leñador sin que se diera cuenta. Cada día hacia lo
mismo de intercambiar oro por madera
Un día el dragón revisando su oro se dio cuenta que se quebraba muy
fácil, ahí fue cuando se dio cuenta que lo habían engañado con madera, en
ese mismo instante vio al perro y le pregunto que donde estaba su oro, el
perro achicopalado miró al dragón y escapo a con su amo, furioso el
dragón lo siguió, el leñador se dio cuenta del disturbio y salió a defender al
perro con su hacha, el dragón y el leñador pelearon por mucho tiempo
cuando el dragón lo iba a derrotar, el perro vio su punto débil, y el dragón
en ese momento desapareció y el leñador y el perro fueron amigos para
siempre.
Fin.

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