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CONSTITUCIONAL
Alumna ………
En los últimos años, reflexiones doctrinarias provenientes de diversos países de Europa
vienen puntualizando las incidencias de la Constitución sobre el Derecho Civil (Privado). Y
aunque existe una variedad de denominaciones empleadas (derecho constitucional civil,
derecho constitucional de la persona, derecho constitucional de la familia, o derecho
privado constitucional, etc.), la expresión que viene vigorosamente afirmándose es la
relativa al derecho civil constitucional.
Aunque por ahora la trimimbre locución “derecho civil constitucional” aluda al derecho
civil contenido en la Constitución, impera la idea de que el derecho civil constitucional es,
ante todo, derecho civil y, desde luego, no es derecho constitucional, aunque figure
integrado en la Constitución. Sin embargo, este planteamiento, que fuera expuesto hace
ya varias décadas por diversos profesores de derecho civil en España y en los que
destacan dos grandes académicos de las actuales generaciones como son De Castro y
Castan Tobeñas, ha sido replanteado con mayor solidez hace ya una década por el
profesor Florez-Valdes.
El tema y la expresión misma del derecho civil constitucional no deja de impactar a
civilistas como a constitucionalistas; tan importante y singular problemática se ha
extendido a otros países, como son los esgrimidos en Alemania por el profesor Konrad
Hesse; o en Italia por el profesor Pietro Perlingieri y en Francia por Francois Luchaire.
Pero aparte de la indiscutible existencia de aquellas normas civiles constitucionales que
regulan fórmulas normativas materialmente civiles encerradas formalmente en la
Constitución, la problemática que impera en este campo es no sólo analizar la existencia
misma del derecho civil constitucional, sino otros territorios mucho más conflictivos como
es el relacionado a la eficacia jurídica de las normas civiles constitucionales. El
planteamiento es, en grandes rasgos, el siguiente: se trata de ver si la Constitución que,
como se sabe, prevé un stock de normas civiles, tienen en rigor el carácter de
simples normas programáticas que sólo se tornan obligatorias cuando éstas se proyectan
en la legislación ordinaria y cuya operatividad del derecho civil constitucional estaría
expresado no en la norma constitucional, sino en el Código Civil; o si, por el contrario, nos
encontraríamos con que la Constitución misma es una verdadera norma
jurídica inmediatamente aplicable y que debe ser tenida en cuenta. He aquí en grandes
líneas, algunos de los temas que nos trae esta singular problemática del derecho civil
constitucional.
Como a manera de ejemplo podemos señalar, principalmente en la Sentencia del
Expediente Nº 09332-2006-PA/TC, que el 30 de noviembre de 2007 pronunció la Primera
Sala del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados César Landa Arroyo,
Ricardo Beaumont Callirgos, y Gerardo Eto Cruz. El caso es conocido como “Shols
Pérez”, y se extracta de la siguiente manera: Reynaldo Armando Shols Pérez, casado en
segundo matrimonio con María Yolanda Moscoso García, en calidad de asociado solicitó
al Centro Naval del Perú que en lugar de otorgar un pase en calidad de invitada especial,
le otorgue un carné familiar a su hijastra Lorena Alejandra Arana Moscoso. A lo cual, el
Tribunal ordenó que el Centro Naval del Perú emita dicho carné. Pero, lo rescatable de la
Sentencia, además, es que introduce el concepto de “familia ensamblada”. Dicha
Sentencia del Tribunal Constitucional a la familia ensamblada la considera como “la
estructura familiar originada en el matrimonio o la unión concubinaria de una pareja en la
cual uno o ambos de sus integrantes tienen hijos provenientes de una relación previa”. En
el sentido del progreso disciplinar del Derecho de Familia, es que por primera vez se
incorporó la categoría “familia ensamblada” a la tradición jurídica nacional. Por cierto, la
familia en el Perú ha sido también de naturaleza ensamblada desde siempre. Nuestro
tradicional Derecho de Familia ha cedido, como correspondía. Seamos directos,
reconocer la familia ensamblada es simplemente reconocer la realidad. No obstante, en
Perú los juristas casi no han reflexionado acerca del sentido de juridicidad de la familia a
partir de los cambios producidos. Este ensayo es un intento de reflexión acerca de la
familia ensamblada.
Un primer punto que es necesario destacar es la relación que existe entre el derecho civil
y el derecho constitucional. Desde luego, no entramos aquí en la antigua polémica si el
derecho privado se está transformando, evolucionando o en crisis; pues es incuestionable
que el derecho privado subsiste y hoy más que nunca con el remozamiento del
liberalismo en el mundo y su presencia no sólo se afirma con solidez en el derecho civil
sino en diversas legislaciones extra código civil. El tema, por el contrario, es ver cuál es el
grado de relación que existe entre ambos predios jurídicos.
Nuestro particular punto de vista es que entre el derecho civil y el derecho constitucional
hoy existe una retroalimentación recíproca y lo planteamos de la siguiente manera:
diversas normas que siempre han sido hábitat natural de los textos constitucionales hoy
forman parte de sendos articulados del Código Civil y así podríamos advertir que
probablemente nos estaríamos encontrando frente a la presencia de un “derecho
constitucional civil” que serían para aquellas normas que, perteneciendo a los predios
tradicionales de los textos constitucionales, hoy se proyectan en las normativas civiles; a
su vez, y en correspondencia recíproca, existen infinidad de normas civiles que son o han
sido un coto de caza del ámbito del Código Civil, hoy, dichas normas, sin embargo, se
proyectan en diversos territorios de los textos constitucionales. En consecuencia,
sostenemos pues que en la actualidad hay una correspondencia o retroalimentación
recíproca: muchas normas que están en la Constitución, pertenecen materialmente al
derecho civil (derecho civil constitucional) y otras tantas normas que están en los códigos
civiles pertenecen por tradición en las constituciones, sean los derechos fundamentales
de la primera, segunda o tercera “generación” (derecho constitucional civil). Por supuesto
que no nos interesa aquí acuñar una supuesta o aparentemente confusa locución
de “derecho civil constitucional” y “derecho constitucional civil”, lo importante es ver que
por encima de las nomenclaturas, se conozcan las esencias de las cosas. Y el hecho es
que históricamente hubo una relación de exclusión entre el derecho civil y el derecho
constitucional, conforme ya se ha constatado; y ello hoy se expresa en una relación de
intersección; lo que por ahora no está claro es si esa relación de intersección pueda
convertirse, a la postre, en una relación de inclusión, es decir: que el Código Civil esté
dentro de la Constitución, aspecto éste que probablemente podría no ser problema, bajo
el entendido de que el Código Civil, como cualquier ley, debe afirmar el principio de
constitucionalidad y en los marcos de la jerarquía, el Código Civil sería una norma -. Sin
embargo, creemos que esta aparente inocua situación se decantaría si vemos que, frente
al Código Civil y la Constitución, en el sistema jurídico, la fuente de aplicación sólo opera
en el Código Civil y no con la Constitución; planteamiento que por ahora impera en el
Perú.
D.- CONCLUSIONES
La conclusión de llego en el presente análisis del tema es que existe una relación
sistemática entre el derecho constitucional por intermedio de la constitución política, en el
sentido que las modernas tendencias del derecho, hacen que las sentencias de
interpretación constitucional que se materializan a través de la jurisprudencia
constitucional emanada por el Tribunal Constitucional, hacen que dicha jurisprudencia de
nuevas directrices en diversas materias del derecho, siendo un caso muy especial el
derecho civil, el cual dado que el derecho civil o privado regula la relaciones personales y
jurídicas de las personas.