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Informe de Clase Sincrónica del jueves 01 de Septiembre de 2022

Carlos a. Rodríguez Santamaría

Durante la clase del pasado jueves, el Dr. César Hernández planteó varios
aspectos desde el punto de vista de la medicina legal y sus distintas áreas. Explicó
la importancia de la intervención de la medicina legal y su acreditación para
respaldar con confianza sus dictámenes. Me llamó la atención la intervención de
una doctora hondureña explicando que ellos no tienen la especialidad en medicina
forense, a diferencia de Panamá que los médicos forenses cuentan con dicha
especialidad e inclusive no pueden ejercer sin ella, salvo los casos excepcionales
que detalla el Código de Procedimiento Penal, como por ejemplo cuando el hecho
ocurre en área de difícil acceso y la premura del tiempo requiere la intervención
rápida de un galeno, se permite la participación de un médico no especialista que
analice el cadáver.
Por otro lado, discrepo en cuanto a la intervención del Lic. Argo Hyman, quien se
desempeña en la sección de Juicio del Distrito de San Miguelito, Panamá, ya que
si bien es cierto no es tan frecuente, pero si he podido percibir en el desarrollo de
ciertos juicios que he realizado, que algún perito durante el desarrollo del
contrainterrogatorio mira constantemente al Fiscal en una actitud de aparente
consulta sobre como contestar determinadas preguntas.
Y es que lamentablemente en nuestro país, el Instituto de Medicina Legal y
Ciencias Forenses, que concentra a los peritos de medicina legal y criminalística
que coadyuvan con la administración de justicia, no es un ente completamente
independiente, ya que según la Ley 50 de 2006 que lo creó, se les considera un
instituto adscrito al Ministerio Público (Fiscalías), e inclusive su máxima autoridad
es una junta directiva que está presidida por el Procurador General de la Nación.

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