de su dueño tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas, esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas!
¡Ay!- pensé-. ¡Cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma, y una voz, como Lázaro, espera que le diga: Levántate y anda!
RIMA XIII Gustavo Adolfo Bécquer
Tu pupila es azul y, cuando ríes,
su claridad suave me recuerda el trémulo fulgor de la mañana que en el mar se refleja.
Tu pupila es azul y, cuando lloras,
las transparentes lágrimas en ella se me figuran gotas de rocío sobre una violeta.
Tu pupila es azul, y si en su fondo
como un punto de luz radia una idea, me parece en el cielo de la tarde una perdida estrella.
Soneto a Helena Pierre de Ronsard
Cuando seáis muy vieja y estéis, de noche, hilando
a la luz de una mecha, a la lumbre sentada, al entonar mis versos, diréis, maravillada: mis años de hermosura fue Ronsard encumbrando. No habrá entonces sirvienta, que esa nueva escuchando, por más que en su tarea ya casi adormilada, al eco de mi nombre no vaya, espabilada, con inmortal encomio el vuestro agasajando. Yo estaré bajo tierra, por un camino umbroso de mirtos mi fantasma buscará su reposo. Seréis vos una vieja, cabe el lar encogida; penaréis por mi amor y vuestro genio esquivo. Vivid sin más demora, atended mi motivo. Cortad sin más tardanza las rosas de la vida. Pierre de Ronsard
Madrigal Pierre de Ronsard
¡Que se rompa el espejo en que se mira
llenándose de orgullo tu hermosura! Cuando me vuelvas a mirar con ira ya no es tan bella, oh niña, tu figura.
¡Cuánto hace que por ti mi alma suspira!
¿Y mi anhelo, mi fe, mi pasión pura no lograrán que a quien por ti delira te muestres algún día menos dura?
¿Crees que durará tu primavera?
¡Pasará! Pasará cual languidece en el jardín efímera la rosa.
¡No volverá la juventud ligera!
Coge ávida el placer que ella te ofrece y sin amar no mueras, niña hermosa.