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c. Tiene Una Fuerza Extrema. Así como el hombre Gadareno poseído del
demonio (Mr 5:3, 4), aun la más tímida e inofensiva ama de casa puede convertirse
en un ser tan fuerte como un toro, y actuar violentamente si los poderes demoniacos
están en su vida.
2. Emocional
a. Depresión. Una persona que está bajo el poder de un espíritu del mal a
menudo se siente deprimido y abrumado con pensamientos de suicidio. [El rey Saúl,
“…le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová… Entonces tomó Saúl su
propia espada y se echó sobre ella” (1 S 16:14; 31:4).]
4. Espiritual
a. Resistencia A La Palabra De Dios. Usualmente hay una resistencia presente, en
tal persona,
hacia la Palabra de Dios y la oración.
b.El Acto De Ver A Los Demonios. Algunas personas en África dicen que ven “al
hombrecito
pequeño”, al llamado “tikoloshe”.
2. Pruebe Su Confesión
Cuando la persona está bajo el control o influencia del espíritu, esta prueba resultará:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios...
En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha
venido en carne, es de Dios;
Este hombre poseído del demonio (v 2) tenía la fuerza física de muchos hombres.
Cuando Jesús le preguntó al demonio cómo se llamaba, él respondió: “Legión me
llamo; porque somos muchos” (v 9).
Una legión romana consistía de tres a seis mil tropas, y este hombre tenía la fortaleza
de una legión de demonios.
a. Esas Son Maravillas De Mentira. Tenemos que ser como Moisés y Aarón. Cuando
los poderes de
las tinieblas están en exhibición, debemos demostrar que el poder de Dios es mayor.
“Entonces llamó también… hechiceros… Pues echó cada uno su vara, las cuales se
volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos” (Ex 7:11, 12).
“…porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” ( Jn 1:1, 14).
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a. Una Prueba Genuina. Juan dijo: “Todo espíritu que confiesa que Jesucristo [el
Mesías] ha venido en carne [que Jesús es Dios-Hombre] es de Dios”. Todas las demás
religiones son inspiradas por Satanás y controladas por los demonios.
Usted puede identificar a los falsos maestros; todo lo que necesita hacer es
preguntarles si creen que Jesús es Dios (Jn 1:1, 4). Si contestan con un “NO”, son
falsos profetas.
Puede que sean líderes de congregaciones grandes y aun ser considerados como
líderes cristianos sobresalientes; sin embargo, si niegan la deidad de Jesús, no son de
Dios.
Nuestro Señor llama a todos los creyentes a “salid de en medio de ellos, y apartaos…
no toquéis lo inmundo” (2 Co 6:14-18). Dios nos amonesta a no contaminarnos con lo
siguiente:
a. Los Adivinos: aquéllos que profesan tener conocimiento secreto del futuro
(los que adivinan o leen
las cartas). Esa práctica está controlada por los demonios (Ez 13:6-8).
b. La Brujería: las brujerías aumentarán para los días del fin. Durante el
reinado de Saúl, una
persona hasta tenía la habilidad y el permiso de traer los espíritus de los muertos (1 S
28:7-20).
Dios amonestó a Israel, cuando iban a entrar a la Tierra Prometida, a tener cuidado de
los mediums espiritistas: “…no aprenderás a hacer según las abominaciones de
aquellas naciones” (Dt 18:9-14).
Los que salieron de Egipto “bajo el pacto de la sangre del Cordero” tienen la siguiente
promesa:
“Porque contra Jacob no hay agüero [brujo que pueda trabajar], ni adivinación [sortilegio
que pueda obrar] contra Israel…” (Nm 23:23).
No sienta temor a los demonios. Recuerde: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis
vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Jn
4:4).
Algunos creen que la voz poseído es demasiado fuerte para comunicar con exactitud el
significado del vocablo griego daimonizomai. Una traducción más exacta podría ser
endemoniado.
c. Fastidio Emocional. “Y los que habían sido atormentados [de la raíz griega
= ochleo: fastidiar] de
espíritus inmundos eran sanados” (Lc 6:18).
(Note el siguiente capítulo sobre el tema: Preparándonos Para Lanzar Fuera Demonios.
Éste explica otras fuentes de problemas físicos. No todas las enfermedades vienen
como resultado de estar endemoniados.)
Un ministro que estaba presente en un servicio, una noche que prediqué sobre la
relación de los demonios con las enfermedades, dijo: “Sabiendo que la enfermedad es
un ataque de Satanás sobre nuestros cuerpos más bien que la bendición de Dios, estoy
listo para resistir la obra del diablo, lo reprendo y tomo dominio sobre él”.
Cada enfermedad tiene vida: un germen o virus hace que crezca. Esa vida maligna o
“espíritu de enfermedad” es lo que da vida o crecimiento a la enfermedad, así como su
espíritu da vida al cuerpo.
Cuando el espíritu deja su cuerpo, éste muere (Stg 2:26). Así que, cuando un “espíritu
de enfermedad” es lanzado fuera, la enfermedad muere y desaparece.
Por ejemplo, un cáncer es causado por células renegadas que se producen más rápido
que las células amigables que pueden matarlas. Todos los doctores están de acuerdo
en que si pudieran eliminar la vida del cáncer, los efectos del mismo desaparecerían del
cuerpo.
No obstante, existen dos “fuentes de vida” batallando la una contra la otra: la vida
maligna del cáncer y la vida divina proveniente de Dios que reside en su cuerpo.
Cualquier método médico usado para destruir la vida del cáncer, matará muchas de las
células saludables en el cuerpo en el cual el cáncer vive.
Cuando la vida del cáncer, que viene de Satanás, se ha retirado, éste muere y sus
efectos desaparecen.
Cuando escuché esta explicación por primera vez, el evangelista lo demostró orando
por personas cancerosas. Muchas fueron sanadas instantáneamente.
Este versículo implica que algunas de las enfermedades que Jesús sanó eran causadas
por los demonios. Él lanzó fuera los demonios y sanó a los enfermos.
Pedro dijo esto mismo cuando escribió: “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con
poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los
oprimidos por el diablo…” (Hch 10:38).
Si dicha mujer hubiera sido examinada por un médico, él no habría podido decir: “Un
espíritu de Satanás la tiene atada”. Los doctores la habrían diagnosticado como que
padecía de artritis de la espina dorsal o tal vez tenía una vértebra fuera de lugar o algún
otro término médico. Ellos habrían estado en lo cierto en lo que a la ciencia médica se
refiere.
Pero el recurso verdadero del problema era “un espíritu de enfermedad que la había
atado”. Una vez que tal espíritu fue lanzado fuera y Satanás fue reprendido, la
enfermedad desapareció. Eso mismo fue lo que hizo Jesús.
Un espíritu de ceguera hizo que aquel hombre perdiera su visión. La ceguera puede
continuar siendo causada por Satanás.
Entonces, así como en el presente, aquéllos quienes son sordos y mudos puede que
estén bajo las ataduras de un demonio sordomudo.
Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él!” (Mr 1:23, 25; Lc 4:35).
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Allí había un hombre con espíritu inmundo en la sinagoga, y su condición era causada
por un espíritu inmundo (sucio, impuro). La causa de un carácter impuro y profano
todavía puede ser el resultado de un demonio.
Las dolencias tienen su origen en Satanás, y pueden tener su causa en los “espíritus de
enfermedades”. Cuando esos espíritus son lanzados fuera en el Nombre de Jesús, los
enfermos se recuperan.
Vemos que parte importante del ministerio de Jesús fue el de liberar a los oprimidos por
el diablo. Los demonios son seres espirituales, personalidades invisibles que,
habiéndose rebelado contra su Creador, y habiendo sido destituidos de sus privilegios
como seres angélicos al servicio de Dios, tratan por todos los medios de someter a los
seres humanos a su dominio, para que su líder el diablo sea su “dios”.
Una de las maneras en que Satanás ha dañado a la raza humana a lo largo de los
siglos, ha sido por medio de lo que llamamos opresiones malignas, es decir, acciones
directas de espíritus malignos (demonios) sobre la mente o el cuerpo de los seres
humanos.
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1. Influencia demoníaca
Algunas personas no salvas que viven una vida moral equilibrada, sólo reciben
moderadamente la influencia de los espíritus demoníacos, mientras que otras, que
desprecian las leyes morales de Dios, reciben una influencia muy severa hasta que se
someten a ellas.
Los espíritus demoníacos trabajan con nuestra mente, ejerciendo su influencia para que
hagamos cosas contrarías a la ley de Dios; para disuadirnos de orar o leer la palabra de
Dios, para no asistir a las reuniones para adorar a Dios, para crear conflictos entre
hermanos en Cristo, etc.
2. Ataduras
Cuando se hace caso omiso de la ley moral de Dios de un modo consciente y
persistente, la influencia demoníaca puede transformarse en sometimiento a los
demonios.
Así, lo que comenzó como un pecado, se convierte en una atadura espiritual, en la que
los demonios exacerban y aumentan la esclavitud a esos pecados, anulando
prácticamente la voluntad de la persona.
3. Opresiones
La esclavitud a los demonios alcanza a veces un punto en el cual los espíritus
demoníacos acosan y atormentan a sus víctimas.
Estas opresiones pueden consistir en voces, obscenidades y otros fenómenos llamados
poltergeist; apariciones de espíritus o fantasmas; ataques de mordeduras, golpes, etc.
de parte de espíritus demoníacos
Otra forma de opresiones son las enfermedades causadas por espíritus de enfermedad,
las cuales son verdaderas opresiones al cuerpo, que no pueden ser sanadas por
medios naturales., pueden ser dolores de cabeza o de otras partes del cuerpo; ataques
de asma; síntomas de cualquier otra enfermedad, y aún el ir secándose hasta la
muerte.
(Lucas 13:11)
y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años TENÍA ESPÍRITU DE
ENFERMEDAD, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
(Lucas 13:12)
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.
(Lucas 13:13)
Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios.
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(Lucas 13:14)
Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de
reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y
sed sanados, y no en día de reposo.
(Lucas 13:15)
Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el
día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?
(Lucas 13:16)
Y a esta hija de Abraham, que SATANÁS HABÍA ATADO DIECIOCHO AÑOS, ¿no se le
debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?
b. Mateo 12:22:
un endemoniado ciego y mudo.
c. Mateo 17:14-18:
(Mateo 17:14)
Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:
(Mateo 17:15)
Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque
muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
(Mateo 17:16)
Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.
(Mateo 17:17)
Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de
estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.
(Mateo 17:18)
Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde
aquella hora.
4. Posesión
En la posesión demoníaca, que es una forma extrema de esclavitud y opresión, las
anormalidades en el habla y en el comportamiento aparecen de un modo muy
acentuado, con manifestaciones físicas violentas. … El espíritu demoníaco toma un
control tan completo, que se apropia del cuerpo de la víctima y habla por medio de ella
con su propia voz, e idioma que puede ser totalmente distinto al idioma del endemo-
niado, o puede hablar con voz de hombre siendo la víctima una mujer.
Un creyente puede sufrir influencias, ataduras y opresiones, pero no quede ser poseído
totalmente aunque sí en forma parcial y temporal, cuando los espíritus han entrado a su
vida antes de su conversión, pero puede ser totalmente libre en el nombre de Jesucristo
o través de la oración o mandato de un cristiano.
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Recordemos que somos espíritu, alma y cuerpo. Dios ha dado vida a nuestro espíritu, y
éste es el asiento del Espíritu Santo de Dios. Pero nuestra alma y nuestro cuerpo no
han sido regenerados todavía, y pueden en algunos casos seguir siendo víctimas de los
espíritus que entraron en su vida antes del nuevo nacimiento del Espíritu Santo. San
Juan capítulo 3.
3. Por herencia
Cuando los padres o antepasados han practicado alguna forma de ocultismo, o han
sufrido ataduras u opresiones malignas graves, es posible que los espíritus que los
oprimían pasen a los descendientes. En Éxodo 20:2-5, el pecado contra el primer
mandamiento trae consecuencias hasta la tercera y cuarta generación; y toda –forma
de ocultismo, herejías, o conducta que desafía el señorío de Dios sobre nuestra vida,
son pecados contra el primer mandamiento.
Dos maneras de saber cuándo una persona puede estar sufriendo de opresiones
malignas.
Es decir, la observación de los efectos que los espíritus están causando, y que no
pueden ser controlados a pesar de la fe y oración de la persona afectada. Algunos de
estos síntomas son los siguientes:
a. Problemas emocionales. Disturbios emocionales persistentes, tales como
resentimiento, odio, ira, rechazo, autocompasión, celos, depresiones, etc.
b. Problemas mentales. Pensamientos obsesivos; pensamientos obscenos, impulsos de
blasfemar, falta de decisión, confusión, dudas, racionalización, pérdida de memoria, etc.
c. Problemas del habla. Uso descontrolado de la lengua como es el mentir, blasfemar,
maldecir, críticas, murmuración, burlas, etc.
d. Problemas. sexuales. Impulsos incontrolables hacia las fantasías sexuales, lujuria,
masturbación, perversiones sexuales, fornicación, adulterio, incesto, afán obsesivo de
seducción, prostitución, etc.
e. Adicciones. La nicotina, el alcohol, drogas, medicinas, o la gula.
f. Herejías. El participar en errores religiosos heréticos: religiones paganas u
orientalistas, religiones seudo-cristianas. Ciencias mentales (control mental, meditación
trascendental); filosofías esotéricas, algunas prácticas, como algunas artes marciales
etc.
g. Ocultismo. El participar en cualquier forma de ocultismo puede haber abierto puertas
para la opresión maligna: curanderismo, brujería, espiritismo, horóscopos, adivinación,
la ouija, astrología, supersticiones, uso de amuletos, culto a los muertos, cultos satáni-
cos, invocaciones a Satanás, magia negra o blanca, etc. Lee Deuteronomio 18:9-14.
¿Cómo califica Dios todas las prácticas ocultistas?: ABOMINACIONES.
(Deuteronomio 18:9)
Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las
abominaciones de aquellas naciones.
(Deuteronomio 18:10)
No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien
practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,
(Deuteronomio 18:11)
ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
(Deuteronomio 18:12)
Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas
abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.
(Deuteronomio 18:13)
Perfecto serás delante de Jehová tu Dios.
(Deuteronomio 18:14)
Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te
ha permitido esto Jehová tu Dios.
d. Filipenses 2:9-11. ¿Por qué el nombre de Jesús es un arma poderosa contra las
opresiones malignas?
Porque es sobre todo nombre y el es EL SEÑOR de todo.
f. 1 Juan 3:8. ¿Para qué ha venido Jesús (el Hijo del Hombre)?
Para deshacer las obras del diablo.
g. Apocalipsis 12:11. ¿Cuáles son las dos armas con las que los redimidos vencen a
Satanás?
La sangre del cordero (Jesús) y la palabra del testimonio de ellos.
Vemos que Dios nos ha dado la autoridad suficiente para enfrentar las opresiones del
diablo. Esa autoridad está en el nombre de Jesús y en el poder de su sangre. Con estas
armas somos “más que vencedores”, como dice el apóstol Pablo.
Si al estudiar esta lección piensas que puedes estar sufriendo alguna opresión maligna,
busca la ayuda de tu maestro o pastor. Si por alguna razón esto no es posible, puedes
dar los siguientes pasos para ser libre de esas opresiones:
1. Ora al Señor Jesús pidiendo que el Espíritu Santo te revele las cosas en tu vida qué
pudieron abrir la puerta a espíritus de opresión.
2. Confiesa a Dios específicamente los pecados que el Espíritu Santo te revele, y
aprópiate por fe del perdón por la sangre de Jesús, manifestándolo verbalmente.
3. Renuncia verbal y específicamente a esos pecados, y a cada práctica ocultista o
culto falso, y a todo poder de las tinieblas, en el nombre de Jesús.
4. Perdona, renunciando a todo resentimiento, mencionando específicamente a las
personas y la razón por la cual estuviste resentido contra ellas.
5. Deslígate de todo espíritu maligno que haya estado en tus antepasados, diciendo
más o menos así: “En el nombre de Jesús, me desligo de los espíritus de… en mis
padres (o abuelos) y en mis antepasados hasta la cuarta generación”. Deslígate de todo
daño, brujería o maldición, hecho contra ti mismo o contra tus padres, en el nombre de
Jesús.
6. Destruye todo objeto relacionado con el ocultismo o cultos falsos; libros, cartas,
amuletos, etc.
7. Habiendo hecho todo lo anterior, haz la oración de liberación, con fe en la autoridad
que Cristo te ha dado, dirigiéndote directamente a los espíritus que están causando la
opresión, ordenándoles que salgan, y rompiendo las opresiones y ataduras en el
nombre de Jesús, con toda firmeza y fe, y con plena confianza en tu victoria y
liberación.
8. Reafirma tu pertenencia y fidelidad a Cristo.
9. ¡Alaba a Dios y dale gracias por hacerte libre!
La liberación puede ser instantánea o puede ser un proceso, y puedes necesitar más de
una sesión de liberación. Pero es muy importante que te mantengas en comunión con
Dios, “llenando la casa” de tu vida con oración y con la Palabra de Dios, para conservar
esa liberación. Lee Mateo 12:43-45. Lo principal es que tengas a Jesús en tu corazón y
que hayas nacido de nuevo del Espíritu Santo. Recuerda:
(1 Juan 4:4)
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo.
Si percibes que tu problema puede ser muy profundo, no vaciles en buscar la ayuda de
un pastor o hermano con experiencia en el ministerio de liberación.
Y ahora, aplica lo que dice Santiago 4:7 “RESISTID AL DIABLO, y EL HUIRÁ DE
VOSOTROS”…
He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del
enemigo, y nada os dañará.
(Filipenses 2:9)
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo
nombre,
(Filipenses 2:10)
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y
en la tierra, y debajo de la tierra;
(Filipenses 2:11)
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
(Gálatas 2:20)
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
(Efesios 6:12)
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes.
(1 Juan 4:4)
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo.
(Lucas 10:19)
He aquí os doy potestad de hollar (pisotear o hacer a nuestro antojo) serpientes y
escorpiones (demonios), y sobre toda fuerza del enemigo (el diablo), y nada os dañará.
(Santiago 4:7)
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
(Mateo 10:8)
Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos
y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco
por emplearlo.
(1 Juan 3:8)
410 D9.2
Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
(Lucas 13:16)
Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía
desatar de esta ligadura en el día de reposo?
(Mateo 17:18)
Y reprendió Jesús al demonio (A un demonio, no al diablo) el cual salió del muchacho, y
éste quedó sano desde aquella hora.
(Marcos 16:17)
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas;
(Hechos 16:16)
Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que
tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando.
(Hechos 16:17)
Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos
del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.
(Hechos 16:18)
Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al
espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella
misma hora. (De la muchacha y ya no pudo adivinar más).
(Marcos 9:38) Todo creyente en Cristo, nacido de nuevo puede expulsar demonios en
su nombre.
Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera
demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía.
(Marcos 9:39)
411 D9.2
Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi
nombre, que luego pueda decir mal de mí.
(Lucas 9:1)
Habiendo reunido a sus…discípulos, les dio poder y autoridad sobre TODOS los
demonios, y para sanar enfermedades.
(Mateo 8:28)
Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos
endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie
podía pasar por aquel camino.
(Mateo 8:29) Los demonios saben que están derrotados y que llegará un tiempo que su
tormento será completo en el infierno.
Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá
para atormentarnos antes de tiempo?
(Judas 1:6)
Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia
morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran
día;
(Apocalipsis 20:15)
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
(Mateo 25:41)
Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles. (No para los hombres) pero el que quiera
desobedecer a Dios y vivir una vida de pecado irá al lugar que el mismo eligió, un lugar
412 D9.2
separado de Dios para siempre, un lugar de sufrimiento eterno donde estará el diablo y
sus demonios para ser atormentados.
(Mateo 25:46)
E irán éstos al castigo eterno, (en el infierno) y los justos a la vida eterna (en el cielo con
Dios).
(Juan 8:36)
Así que, si el Hijo (Jesús) os libertare, seréis verdaderamente libres.