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Universidad De La Salle Bajío

Campus Salamanca

Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades

Las adicciones y la delincuencia:


un análisis descriptivo en jóvenes del Bajío.

Presenta:
Julio César Pérez Serrano

Asesor:
Dr. Raúl Alejandro Gutiérrez García

Para obtener el Título de:


Licenciatura en Psicología

Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios:


SEP no.2007868 de fecha 6 de noviembre del 2007.

Salamanca, Gto., 2022


ÍNDICE:

RESUMEN …………………………………………………………………………… 5

INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………. 6

JUSTIFICACIÓN ……………………………………………………………………. 14

OBJETIVOS …………………………………………………………………………. 16

HIPÓTESIS …………………………………………………………………............. 16

DESARROLLO ……………………………………………………………………… 17

Marco Teórico

1. Antecedentes

1.1 Historia del Conductismo ………………………………………………. 17

1.2 Modelos teóricos de la juventud ………………………………………. 18

1.3 Desarrollo cognitivo de la juventud …………………………………… 19

1.4 Violencia o Delincuencia ………………………………………………. 20

1.5 La implementación de la teoría conductista en las adicciones ……. 21

2. Estudios Empíricos

2.1 Determinantes de la conducta planeada y el significado del


23
consumo de tabaco y/o alcohol y el consumo de estas sustancias en
adolescentes
24
2.2 Depresión y consumo de drogas .....................……………………….

2.3 Estudio descriptivo del uso de drogas en adolescentes de


25
educación media superior de la ciudad de Monterrey, Nuevo León,
México …………………………………………………………………………

2
2.4 El Consumo de Alcohol en Adolescentes Escolarizados: Propuesta 26
de un Modelo Socio comunitario …………………………………………...
28
2.5 Adolescentes y drogas: su relación con la delincuencia ……………
29
2.6 Delincuencia y actividad económica en México …………………….
30
2.6.1 Indicadores Nacionales Delincuenciales ………………….
31
2.6.2 Encuesta Nacional de Inseguridad …………………………

2.6.3 El rol de las normas familiares y el ambiente interpersonal 33


en el consumo de alcohol de los adolescentes ………………….
33
2.6.4 Percepción de Inseguridad ………………………………….

3. Metodología de la Investigación
35
3.1 Diseño …………………………………………………………………....
36
3.2 Criterios de inclusión ……………………………………………………
37
3.3 Instrumentos …………………………………………………………….
37
3.3.1 Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas …………

3.3.2 Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en 38


Adolescentes (POSIT: Breve) ………………………………………
39
3.4 Procedimiento ……………………………………………………………
39
3.5 Variables ………………………………………………………………….
39
3.6 Consideraciones éticas …………………………………………………

4. Resultados
40
4.1 Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas ……………………
60
4.2 Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en Adolescentes
(POSIT: Breve) ……………………………………………………………….
75
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES ………………………………………………….
85

3
REFERENCIAS ………………………………………………………………………

RESUMEN

Las adicciones y la delincuencia han tenido cabida dentro del campo de intervención de

la psicología, y existen varios estudios acerca de esta problemática, sin embargo, en la

4
región Bajío en México se sabe poco al respecto. El objetivo de este proyecto de

investigación fue identificar las principales características de las adicciones y

delincuencia en los adolescentes en cuestión, por medio de encuestas exploratorias.

Los participantes de la muestra fueron 50 alumnos del segundo semestre del

bachillerato CETIS No. 62. Los instrumentos utilizados para la exploración fueron la

Escala de Conducta Antisocial y Delictiva, la cual se utilizó para identificar conductas

delictivas, así como el Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en Adolescentes

(POSIT) en su versión breve de 19 ítems para determinar la presencia de alguna

adicción en el adolescente. El diseño metodológico fue no experimental, descriptivo y

transversal. Los resultados más importantes de esta investigación fue que (66%) de los

participantes son mujeres y la edad promedio de este grupo es de X=15.92. Se destaca

que el (10%) de los participantes de la muestra ha cometido un acto delictivo, el

principal acto es el robo. Por otra parte, un (8%) afirma haber roto reglas o leyes a

causa del consumo de alcohol u otras drogas. De acuerdo con los resultados obtenidos,

se pudo determinar que, existen indicios de consumo de sustancias, tanto legales como

ilegales, en los participantes de la muestra, así como una prevalencia, respecto a la

ejecución de actos inmorales y acciones relacionadas con el desacato de normas;

situaciones que pueden culminar en una adicción o delito grave.

INTRODUCCIÓN

Los temas de seguridad en nuestro país se han vuelto de gran relevancia, pero, sobre

todo, muy controversiales hoy en día, ya que, mientras algunos de los que están a

5
cargo de velar por que esta prevalezca, aseguran que, cada vez es más notable; la

verdad es que, las propias estadísticas que muchas veces ellos mismos nos muestran

en sus informes, los desmienten.

Un ejemplo latente, es la crisis de inseguridad que enfrentamos, ya que, de

acuerdo con estadísticas del Consejo Nacional de Seguridad Privada existe una tasa de

29 homicidios por cada 100 mil habitantes. También destaca que, el año 2021 cerró con

un promedio de un homicidio cada 14 minutos. De igual manera, el presidente del

organismo antes mencionado, Alejandro Desfassiaux, refirió que, delitos del fuero

común, como lo son el robo, la extorsión y la violación tienen una tendencia al alza, lo

cual es verdaderamente preocupante y requiere de la implementación de estrategias

que resulten efectivas para combatir estos índices negativos (Infobae, 2022). Estos

indicadores nos muestran un panorama a nivel nacional, los cuales dan cuenta de un

incremento que, desde el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, específicamente, desde

el 2007, las cifras se mostraron como nunca (Zepeda, 2016), cuando comenzó “La

Guerra contra el Narco”, estrategia que, evidentemente resultó contraproducente.

Sin embargo, la situación actual de Guanajuato no es menos grave, ya que, de

acuerdo con cifras de la organización Semáforo Delictivo (2022) tan solo este estado

reúne el (19%) del total de homicidios cometidos en el país, y la extorsión en esta

entidad se ha incrementado en más de mil por ciento (Infobae, 2022). Otros delitos que

prevalecen en dicha entidad, con una alta incidencia, son el narcomenudeo y la

violencia familiar (Semáforo delictivo, 2022).

Otro tema de gran relevancia es el consumo de sustancias nocivas para la salud,

las cuales, de acuerdo con la Dirección de Investigación y Enseñanza de CIJ (2018), en

6
el estado de Guanajuato, el incremento en el consumo de sustancias ilícitas como la

Marihuana aumentó un (22.4%) y en Metanfetaminas un (54.6%) entre el segundo

semestre de 2004 y el segundo semestre de 2018. Este informe también reveló que, los

grupos de edades en los que hay una mayor prevalencia en el inicio de consumo de

drogas ilícitas en Guanajuato fueron: de 10 a 14 años con un (50.1%) y de 15 a 19 años

con (40.9%). De acuerdo con la información obtenida, podemos ver que, existe una

prevalencia relativamente alta, en el inicio del consumo de sustancias ilícitas entre los

15 y 19 años, edades que en las cuales se enfoca esta investigación.

Considerando toda la información citada, podemos decir que, de acuerdo con las

estadísticas del año pasado, y en general, de los años que lo anteceden, llegamos a la

conclusión de que, las estrategias que se están llevando a cabo, no están dando

resultados. Y quizá esto tenga que ver en qué, los órganos encargados de la seguridad

pública, en todos los niveles, invierten gran cantidad de recursos en la corrección del

problema. La inversión en la prevención del problema se puede considerar insuficiente,

y esto se refleja, en las estadísticas que nos muestran la edad en la que los

adolescentes, comienzan a consumir sustancias ilícitas, por dar un ejemplo.

Es por lo que, este trabajo busca evidenciar a nivel local, estas dos grandes

problemáticas: la violencia y las adicciones, con la finalidad de identificar su prevalencia

en los adolescentes de nuestro municipio, y dar cuenta de la problemática a la que nos

enfrentamos, y que, de acuerdo con el índice nacional, si esta tendencia continua,

seguirá yendo al alza, a menos de que se tomen medidas más efectivas.

El cultivo de las drogas naturales como lo son la planta del cannabis, el arbusto

de la coca y de la flor del opio, que pueden generar adicción en sus consumidores, data

7
de cientos de años antes de la era actual, proporcionando una infinidad de indicios de

tribus, culturas y personajes reconocidos a lo largo de la historia, que las han

consumido hasta la actualidad, aunque con fines variados, muchas veces distintos a los

medicinales y con gran indiferencia respecto a las consecuencias generadas por el

consumo (Martins, 2008). Lo cual marca una pauta para determinar la existencia de las

adicciones y los problemas que conllevan las mismas desde tiempos muy antiguos,

situación que muchas de las veces pudiera pensarse que ha sido exclusiva de la época

actual.

Por otro lado, el consumo de diversas drogas naturales en México proviene desde la

época prehispánica, y de manera especial el de la planta de cannabis, mejor conocida

como “mariguana”, estando presente a lo largo de la historia del país. La cual era

utilizada con fines medicinales o ceremoniales y normalmente se fumaba. También

durante el siglo XIX la “mariguana” era considerada como una “droga de pobres” o de

clases bajas, además de que se consideraba que llevaba a los pobres a cometer

delitos. Tomando esa última parte de la narración como un primer indicio de la relación

entre las adicciones (en el caso específico a la “mariguana”) y su relación con la

delincuencia, como era considerado desde aquel entonces. Otro elemento importante

que se debe rescatar, es que durante el siglo XIX intento controlarse el consumo de las

drogas, y aunque dicho intento fue relativamente nulo, el consumo también era

relativamente bajo en aquel entonces, ya que era poca la existencia de grupos

delictivos dedicados a la venta y distribución de este tipo de sustancias adictivas,

además de que no contaban con mucho poder, por lo que podían ser controlados por el

Estado con facilidad. Dicho control pudo permanecer hasta aproximadamente el año de

1980 cuando el poder del Estado decreció y el de los ahora llamados “carteles” de la

8
droga aumento considerablemente. Desde ese momento la entrada de droga y dinero a

México creció y el control realizado por el Estado fue haciéndose más pequeño, lo que

por ende también puede traducirse como el aumento del número de consumidores y

adictos en aquel entonces (Burkholder, 2011).

Un tema más específico respecto a las adicciones es el consumo del tabaco y

alcohol, consideradas como las sustancias psicoactivas con más alta prevalencia y

trascendencia social a nivel mundial, representando un problema de salud pública,

debido a las consecuencias y riesgos que ocasionan para la salud, como las afecciones

hepáticas, diversos tipos de cáncer, problemas respiratorios graves, lesiones y

accidentes, además de que los datos estadísticos respecto de su consumo son más

accesibles al ser sustancias legales en gran parte del mundo. Sus padecimientos se

ubican entre las primeras causas de enfermedad, discapacidad y muerte prematura. La

adicción a estas drogas y sus consecuencias, afectan significativamente la vida de las

personas, provocando un gran sufrimiento en la familia y produciendo múltiples

pérdidas y gastos a nivel de la comunidad (Barroso, Mendes y Barbosa, 2009).

La magnitud del gasto asociado al consumo de tabaco y alcohol es también un

elemento significativo que permite comprender la dimensión del problema, este gasto

se observa asociado a los costos directos de los tratamientos médicos, de rehabilitación

y por muerte prematura. En México el indicador de Años de Vida Saludables (AVISA)

perdidos por causa de enfermedades no transmisibles, reporta que los problemas

derivados del consumo y abuso de tabaco y/o alcohol pasaron de 48% en 1994

(6.2millones) a 70% en 2005 (10.7 millones) de AVISA, adicionalmente estos AVISA

impactan en el incremento de pérdidas financieras y laborales que finalmente también

9
elevan los gastos y erogaciones económicas en la sociedad (Lozano, Franco & Solís,

2007; Tapia, Kuri y Hoy, 2001).

En la actualidad, de acuerdo a la información proporcionada por los Centros de

Integración Juvenil (CIJ) en México, se ha considerado que en los últimos tiempos las

drogas se han convertido no solamente en un asunto de seguridad nacional, sino que

su proliferación se cierne como una verdadera amenaza de salud pública y social. De la

misma manera la Comisión Nacional Contra las Adicciones (CONADIC) refiere que, uno

de los principales problemas que enfrenta el país en materia de salud y bienestar social

es el consumo de drogas legales e ilegales por parte de un gran sector de la población

mexicana, afectándola de manera directa en su comportamiento y en la interacción con

otros, así como brindando la posibilidad de generar una adicción a la sustancia

consumida teniendo como resultado daños severos en la persona.

Por otra parte, en relación con los problemas de conducta de los jóvenes se

remontan a la época de los antiguos egipcios y hebreos quienes etiquetaron a los

adolescentes como aquellos que juegan con las reglas y regulaciones de la sociedad.

Alrededor del 600 a.C., Babilonia se enfrenta a un problema similar ya que los

adolescentes de esa época empezaron a revelarse contra aquellos que estaban a su

cargo; manifestando sus inconformidades a través de la destrucción de algunos

templos. Los griegos también tuvieron problemas con sus jóvenes. Para los adultos

griegos poner su esperanza en algún joven era demasiado comprometedor e

impredecible. Cuatrocientos años más adelantes, Aristóteles a través de sus

experiencias pudo observar que los adolescentes eran apasionados, temperamentales

y tendían a ser conducidos por impulsos. Además, los calificó como inconsistentes,

inestables, excesivos y exagerados. En la Edad Media los jóvenes a modo de reto

10
cortaron la nariz de las estatuas en una iglesia, les cosieron faldas de mujer y lucharon

con cuchillos contra quienes intentaban detenerlos (Conger, 1979 en Agenent y de

Man, 1996). Todo esto para brindar una perspectiva histórica de manera general

respecto a los adolescentes que delinquían.

Según la Organización Mundial de la Salud (2016) cada año se cometen en todo el

mundo 200 000 homicidios entre jóvenes de 10 a 29 años, lo que supone un 43% del

total mundial anual de homicidios. Cifra que nos permite analizar el vínculo estrecho

que se mantiene entre la delincuencia y este grupo etario. El Banco Mundial (2012: 24)

informa que “los jóvenes representan el 38.2% de los homicidios en México de 2000 a

2010”. Cifra que se une con el aumento de la tasa de homicidio juvenil, que se triplicó

en solamente dos años, de 2008 a 2010, cuando llegó a 25.5 homicidios por cada

100,000 habitantes (Banco Mundial, 2013). Números que nos permiten desarrollar un

posible pronóstico del aumento hasta el 2018, si continuara ese mismo intervalo de

triplicación por cada dos años, generando un aumento considerable, podría alcanzar

hasta los 153 homicidios por cada 100,000 habitantes en México, por dar un ejemplo.

De acuerdo con el Censo Nacional de Impartición de Justicia Estatal (INEGI, 2014),

Guanajuato es el tercer estado con más adolescentes procesados por homicidio, con un

total de 58 adolescentes procesados. Por encima de otros estados con altos índices de

violencia como lo son Tamaulipas con 41 adolescentes procesados y Michoacán con

tan solo 10 adolescentes procesados. Datos a los cuales se agrega el incremento del

índice delictivo en el estado de Guanajuato durante el pasado año 2016, con el 10% en

el aumento de dicho índice, ocupando el tercer lugar nacional en cuanto al aumento de

los índices delictivos, solo por debajo de San Luis Potosí y Querétaro (El Semanario,

2017).

11
Considerando la importancia de identificar esta problemática a nivel municipal en

Salamanca, hasta el año del 2014, ocupaba el quinto lugar en el estado de Guanajuato

en índice delictivo, cuyos principales delitos cometidos son por lesiones dolosas con

casi 400 ilícitos y le siguen robos de vehículos casi con 200 (Periódico am, 2014). Cifras

que son alarmantes, ya que el municipio de Salamanca tan solo cuenta con 273,271

habitantes, ocupando el cuarto lugar de los municipios más poblados, solo por debajo

de León con 1,578,626 habitantes, Irapuato con 574,344 habitantes y Celaya con

494,304 habitantes, de acuerdo a los datos proporcionados por el INEGI (2015).

La delincuencia juvenil se caracteriza también por la crisis de la adolescencia y de

cierta manera puede entenderse como un acto de “iniciación” en casos específicos, de

manera que pudiese entenderse como la forma en que los jóvenes reflejan que han

crecido y son independientes de los adultos. Esto es coherente con la idea que la gran

mayoría de los jóvenes no vuelven a delinquir, ya que la experiencia solo se basa en un

ritual de iniciación, por nombrarlo de algún modo (Lunecke & Vanderschueren, 2004).

De acuerdo a Blanco (2010), “la prevención social del delito con jóvenes, hombres y

mujeres, es de vital importancia, analizar y reconocer las causas del fenómeno y en

particular, su multicausalidad y encadenamiento. Pero, al mismo tiempo, reconociendo

la complejidad de sus causas”. La propuesta de esta autora, es la promoción de la

participación de social dentro de la prevención de factores que alimentan la

delincuencia durante la juventud, participación que la mayor parte de las veces queda

solamente como una propuesta al aire, sin que nadie la tome para sí, dejando la

completa responsabilidad al estado.

12
Conociendo la problemática que existe actualmente sobre la delincuencia que se

vive en todo México y de manera especial en la ciudad de Salamanca y de la región

Bajío, a la vez que este se relaciona con el consumo de sustancias adictivas, es la

razón por la cual se gestionó la realización de este proyecto de investigación, con la

finalidad de lograr la identificación de posibles causas del problema, así como difundir

soluciones con el fin de mejorar la convivencia entre los ciudadanos salmantinos, de

manera especial en la etapa de la juventud. Tema: Las adicciones y su relación con la

delincuencia: Un análisis de la juventud en la región bajío.

Pregunta principal:

- ¿Cuáles son los principales delitos en los que incurren los jóvenes en la Región Bajío?

Preguntas secundarias:

- ¿Cuáles son las principales adicciones de los jóvenes de la región?

- ¿Cómo repercuten las adicciones y la delincuencia en la vida de los jóvenes?

13
JUSTIFICACIÓN

El homicidio, la drogadicción, entre otros conflictos, son solo algunas consecuencias de

la delincuencia juvenil en México (Banco Mundial, 2013). Argumento que brinda a este

trabajo una justificación sobre la inversión de recursos en el mismo.

De acuerdo con Jiménez:

El deterioro de las instituciones que ofrecen educación pública y trabajo, la

crisis de las instituciones políticas y de las propias instituciones sociales

comunitarias son el contexto de realidad para los jóvenes de hoy. La

sociedad formal ya no les ofrece opciones (2005, pág. 227).

Quien, a su vez, en este artículo identifica a esta problemática como un fenómeno de la

sociedad actual. Estos fragmentos que coordinan en la Universidad Autónoma del

Estado de México, dando pie de manera específica a enfocarse en uno de estos dos

principales factores que influyen en la formación de la delincuencia en la juventud, en

nuestro caso los factores cognitivos.

De acuerdo a Ibáñez (2012, pág. 83) “la delincuencia juvenil es un fenómeno que

abarca a las naciones y sociedades de todo el mundo, desde las ciudades de los países

más industrializados y económicamente fuertes, hasta los suburbios más pobres de los

países menos favorecidos”. Se argumenta que no hay razones para que México quede

excluido de dicho problema; lo que implica el desarrollo de estrategias que nos permitan

identificar sus posibles causas e implementar un plan de prevención en contra del

mismo.

El tema de delincuencia juvenil es de especial atención, ya que las sociedades actuales

están saturadas de actos delictivos; se viven momentos de angustia, inquietud,


14
intranquilidad, amenazas, y si pudiéramos ser más claros, tememos que en un

momento inesperado podamos perder no solo lo material, pues esto se recupera, sino

hasta la vida misma, mediante un acto delictivo por parte de un joven en particular.

Por otro lado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su

informe “Violencia, niñez y crimen organizado” determinó que, de acuerdo a la

información proporcionada por el Estado mexicano, se considera que los niños entre los

10 y 11 años que viven en condiciones vulnerables son integrados en el crimen

organizado para trabajar como traficantes, e incluso en edades menores a las

mencionadas. Para lo que el Estado reconoció que en México existe aproximadamente

un millón y medio de niños y adolescentes de entre 5 y 17 años, que no estudian ni

trabajan, y que de esta manera pueden ser más fácilmente incluidos en alguna de las

actividades delictivas realizadas por el crimen organizado como lo es el narcotráfico

(Díaz, 2016). Argumento que brinda un panorama más específico respecto de la

situación actual del país mexicano, donde se identifican la población que puede ser más

vulnerable para cometer algún tipo de acto delictivo, la cual va desde la niñez hasta la

adolescencia, siendo esta última la de mayor interés para este estudio, ya que se

integra dentro del rango de juventud.

15
OBJETIVOS

Objetivo general:

- Identificar las principales adicciones y actos delictivos en la juventud del Bajío, para

conocer aspectos predictores y hacer una propuesta de intervención a través de un

taller.

Objetivos específicos:

- Identificar las adicciones de los jóvenes de bachillerato, a través de la aplicación de

una entrevista psicológica a una muestra especifica de jóvenes.

- Identificar la relación directa entre las adicciones y la delincuencia en la adolescencia

mediante el análisis de la cultura, la educación y el estatus socioeconómico del joven en

la Región Bajío.

SUPUESTOS O HIPÓTESIS

H0. Las adicciones y la delincuencia son comportamientos que no presentan los

adolescentes

H1. Las adicciones y la delincuencia son comportamientos que presentan los

adolescentes

16
DESARROLLO

Marco teórico

1. Antecedentes

1.1 Historia del Conductismo

En el siglo XVII Descartes planteó un sistema filosófico que tuvo enormes

consecuencias para el desarrollo y la consolidación de las ciencias, especialmente de la

Psicología. Descartes afirmó que gran parte de la conducta humana y animal era

elicitada automáticamente ante estímulos externos. Los animales eran considerados

unos complejos autómatas, que estarían compuestos solamente por la denominada

sustancia extensa, la cual tendría los atributos de espacialidad y temporalidad.

Consecuentemente, las ciencias naturales se encargarían de estudiarla, mediante la

observación y la descripción. Los humanos, sin embargo, se diferenciaban de los

animales debido a que serían poseedores de una sustancia inextensa y atemporal. La

misión de esta sustancia sería sólo una: el pensamiento (Domjan, 1998). Es mediante

esta propuesta, denominada dualismo cartesiano, que hace su aparición la mente como

objeto de estudio válido para la Psicología. La mente y sus contenidos serán, a partir de

entonces, presa del escrutinio de los diferentes sistemas Psicológicos. Es decir, la

mente puede considerarse un concepto ordenador que permite clarificar el a veces

17
caótico devenir de los sistemas y corrientes de la Psicología contemporánea (Tortosa y

Vera, 1998).

El conductismo fue un movimiento que mostró grandes diferencias internas pero que

se mostró monolítico en su concepción de negar la mente y sus derivados como objetos

válidos para el desarrollo de una Psicología científica. Si bien el conductismo ha tenido

una gran injerencia en la configuración actual de la disciplina, el núcleo duro de sus

concepciones no prosperó. La Psicología es actualmente fuertemente mentalista, tal

cual puede observarse en los modernos desarrollos cognitivos. Constituye así el

conductismo un raro ejemplar dentro de la historia de la Psicología: el intento por

construir una Psicología sin mente.

El conductismo estricto que hemos definido en este apartado ya casi no existe como

tal. Si bien su influencia sobre la Psicología contemporánea es innegable, su “núcleo

duro” sólo se sostiene en un reducido, aunque bastante productivo, número de reductos

académicos. Entre los nuevos desarrollos del conductismo podemos señalar

investigaciones que, utilizando procesos de auto discriminación condicional, indagan la

existencia de autoconciencia en humanos y animales (Pérez-Acosta, Benjumea y

Navarro Guzmán, 2001). Es por lo que, en base al fundamento de esta teoría

psicológica, se busca dar cuenta de la autoconciencia de los participantes de esta

investigación respecto de sus posibles adicciones a diversas sustancias, aunque de

manera específica al alcohol, y como es que esta influye en la ejecución de conductas

delictivas.

1.2 Modelos teóricos de la juventud

18
Según el análisis proporcionado por el Banco Mundial (2012) podemos definir lo

siguiente:

Para la mayoría de las organizaciones vinculadas a las Naciones Unidas, la

juventud comprende el rango de edad entre 12 y 24 años. Se inicia con la

pubertad (10-14 años), continúa con el período de la adolescencia (de 15-19

años) y la juventud plena (20-24 años) (pág. 18).

Información que nos permite identificar de manera más específica, el rango de edad

promedio establecido a nivel mundial, para hablar acerca del concepto adolescencia.

Por lo que dicha información no difiere mucho en el caso de México, donde “el término

juventud y adolescencia es utilizado en diversos estatutos, códigos, leyes y programas

de gobiernos, que por lo general ubican la juventud entre los 12 y los 25 años” (Banco

Mundial, 2012, pág. 19).

Por otro lado, haciendo referencia de manera específica a la adolescencia y la

pubertad, Papalia y Duskin (2012, pág. 354) definen la adolescencia como “la transición

del desarrollo entre la niñez y la adultez que implica importantes cambios físicos,

cognoscitivos y psicosociales”. De la misma manera desarrollan el concepto de

pubertad como el “proceso mediante el cual una persona alcanza la madurez sexual y

la capacidad para reproducirse”. El objetivo de la definición de dichos conceptos, surge

por la necesidad de la distinción entre los mismos, ya que al hablar del concepto de

juventud se hace referencia a una determinada etapa cronológica, mientras que al

referirse a los conceptos adolescencia-pubertad denota un enfoque en una etapa del

desarrollo biológico, cognitivo y social del ser humano.

1.3 Desarrollo cognitivo en la juventud

19
De acuerdo con la definición del Diccionario de la lengua española (DLE), la palabra

cognición corresponde a la etimología latina del término conocimiento, el cual, a su vez,

es definido como la “acción y efecto de conocer”. El significado de la palabra conocer es

“experimentar, sentir algo”. Por lo que se puede definir a la cognición como un conjunto

de procesos mentales que tienen lugar entre la recepción de estímulos y la respuesta a

éstos.

De acuerdo con la psicología del desarrollo humano, el aprendizaje, la creatividad,

atención, memoria, lenguaje, pensamiento y el razonamiento son elementos que forman

parte del desarrollo cognitivo (Papalia y Duskin, 2012). Según Rivas (2008), la

psicología cognitiva es la encargada del análisis, descripción, comprensión y

explicación de los procesos cognoscitivos mediante los cuales las personas adquieren,

almacenan, recuperan y usan el conocimiento. Después de haber identificado el

significado y la función de la cognición dentro de la psicología, se abre un panorama

mayor con respecto a la comprensión de los conceptos básicos que conducirán al éxito

de este trabajo, obtenido mediante los resultados del mismo y su posterior aplicación.

1.4 Violencia o delincuencia

De acuerdo con Kazdin (1988), la psicología de la delincuencia ha definido que los

actos delictivos componen más de una amplia categoría de “conductas antisociales”

que abarca diversos actos y actividades, como lo son las peleas, agresiones, robo,

vandalismo, piromanía, absentismo escolar, huir de casa o mentir. Mientras que para

Herrero (2007) la delincuencia es el fenómeno individual y social que se constituye por

el conjunto de las infracciones, contra las normas fundamentales de convivencia,

producidas en un tiempo y lugar determinados.

20
Uno de los primeros autores que habla sobre la delincuencia desde el modelo

conductual es Skinner, en su obra titulada “Reflexiones sobre conductismo y sociedad”

(1978), donde refiere que muchos de los problemas de delincuencia y crimen pudieran

resolverse si desde los primeros años de vida pudiera cambiarse el ambiente de los

transgresores. Complementando que no han sido preparados en su casa o escuela

para adherirse de manera efectiva al modelo legal que le es impuesto en la sociedad en

la que habitan, argumentando que la falta de empleo es un elemento que influye en la

prevalencia de esta problemática. Por lo tanto, mediante su afirmación puramente

conductual, lo que Skinner plantea es que, a través de la mejora en la economía,

servicios de salud, seguridad y educación principalmente, puede aumentar la

posibilidad de disminuir la formación de futuros delincuentes dentro de la sociedad.

1.5 La implementación de la teoría conductista en las adicciones

Contrastando con las teorías cognoscitivas, el profesor Rachlin de la Universidad de

Nueva York, afirma que, el autocontrol del paciente puede lograrse por medio del

desarrollo de patrones armónicos del comportamiento, ya que estos patrones tienen

mayor relevancia que el insight y el conocimiento de sí mismo. Su trabajo se basa

principalmente en investigaciones realizadas a partir de postulados de economía y

conductismo, que le permiten abordar y explicar de manera innovadora el

comportamiento de la elección. Continuando con su explicación, el autor refiere que

desde el enfoque conductista pueden explicarse todas las motivaciones y pensamientos

como actos observables que se manifiestan en la conducta del individuo, que a su vez

pueden entenderse como patrones de comportamiento.

21
En la ambivalencia compleja, título del tercer capítulo, se explica cómo el individuo

está continuamente tentado por dos alternativas opuestas, por ejemplo, el alcohólico

que siempre está tentado a beber un trago, aun en los momentos que desee estar

sobrio. El alcohólico preferiría estar sobrio durante un año a estar ebrio durante un año,

pero a la vez prefiere embriagarse hoy mismo a no hacerlo y no es capaz de

comprometerse ni desarrollar conductas que le permitan generar hábitos más

deseables o saludables. En estos tipos de ambivalencia continua lo que realmente

funciona según Rachlin (de allí la importancia de su propuesta) es mantener un

compromiso continuo; la efectividad del compromiso depende del asertividad para

generar hábitos o patrones de conducta alternativos.

El compromiso puede ser controlado por un ambiente externo o una persona que

controle la conducta, pero a largo plazo es difícil lograr mantener un patrón conductual

adecuado sin este tipo de ayuda. A su vez en el capítulo cuatro: "El adicto solitario" se

formula la teoría de la adicción social, esta propone que el beneficio obtenido de la

actividad social es crucial para la cura y prevención de una adicción, por lo tanto, una

manera efectiva de controlar o prevenir una adicción es remplazarla por una actividad

que induzca necesariamente beneficios sociales para el individuo y se oponga

directamente a la conducta adictiva. Una forma de auto compromiso es el compromiso

suave, como lo explica el quinto capítulo. Según el autor, cuando generamos un patrón

conductual y hacemos que sea costoso interrumpirlo o dejarlo a un lado establecemos

un compromiso fácil. Este tipo de compromiso se adquiere cuando reducimos nuestro

potencial de variabilidad conductual, o, dicho de otra forma, eliminamos cualquier

conducta que se desvié de un patrón especifico de no adicción, reducimos nuestra

libertad de elección. Por lo tanto, podemos considerar este método como una guía

22
práctica de intervención para el manejo de las adicciones a la vez que un importante

referente teórico para otros autores que quieran generar investigación al respecto

desde el enfoque conductual.

2. Estudios empíricos

2.1 Determinantes de la conducta planeada y el significado del consumo de

tabaco y/o alcohol y el consumo de estas sustancias en adolescentes.

En este capítulo se presentan los resultados cuantitativos del estudio Determinantes de

la Conducta Planeada y el Significado del Consumo de Tabaco y Alcohol y el Consumo

de estas sustancias en 735 adolescentes que estudian en preparatorias ubicadas en

complementos urbanos del Estado de Nuevo León, haciendo uso del instrumento

AUDIT. Los datos cuantitativos se muestran de la siguiente manera: consistencia

interna de los instrumentos, análisis factorial de los instrumentos utilizados, estadística

descriptiva para los datos sociodemográficos, frecuencias y porcentajes, prueba de

normalidad de las variables del estudio, estadística inferencial para dar respuesta a los

objetivos e hipótesis planteadas en la investigación. La norma subjetiva para el

consumo de tabaco tiene relación positiva y significativa con el número de bebidas

alcohólicas ingeridas en un día típico y el AUDIT, el control conductual percibido tiene

relación positiva y significativa con el número de cigarrillos fumados en un día típico,

con el número de bebidas alcohólicas ingeridas en un día típico y con el AUDIT.

Respecto a la actitud, norma subjetiva y control conductual percibido para el consumo

23
de alcohol, los tres determinantes solo tuvieron relación positiva y significativa con el

número de bebidas alcohólicas ingeridas en un día típico y con el AUDIT. La hipótesis

enfocada a comprobar la relación existente entre la actitud, norma subjetiva y control

conductual percibido para el consumo de tabaco y alcohol y el consumo de estas

sustancias se aceptó parcialmente (López, 2014).

2.2 Depresión y consumo de drogas

Para este efecto se diseñó un estudio de tipo descriptivo ex post facto, con una muestra

no probabilística de 362 personas usuarias de sustancias psicoactivas, que asistieron

por primera vez a tratamiento a CIJ durante el primer semestre del año 2007 en México,

D.F., a quienes se aplicó, en entrevista directa, la Escala de Depresión del Centro de

Estudios Epidemiológicos (CES-D).

Los resultados derivados de la aplicación de la CES-D a personas usuarias de

drogas que asistieron a tratamiento por primera vez a CIJ, demostraron que la escala

tiene una validez aceptable y es confiable. Las características Sociodemográficas

muestran que el 84.8% de los usuarios evaluados fueron varones. El promedio de edad

se ubicó en 22.8 años; la mayor parte (30.9%) dijeron tener entre 15 y 19 años,

mientras que 24%, están entre los 20 y 24 años de edad. La mayoría fueron solteros

(59.4%). Casi la mitad (47.2%) cursó al menos algún grado de instrucción secundaria.

Solamente una tercera parte (34%) dijo tener una ocupación fija, quienes laboraban

ocasionalmente representan el 10%, mientras que el 12.7% no estaban ocupados en

ese momento. Con base en los Indicadores de depresión (SDSA), puede destacarse

24
que, con excepción de una persona, el resto de los usuarios de sustancias psicoactivas

(99.7%) reconocieron haber experimentado la presencia de algún(os) síntoma(s) al

menos en un día de la semana anterior. Así mismo, puede señalarse que la mitad de

los usuarios (52.5%) experimentó síntomas leves de depresión, mientras que la otra

(47.2%) experimentó síntomas de depresión moderados o graves (26.5 y 20.7%,

respectivamente), la relevancia del hecho radica en que puede presumirse que estos

usuarios presentaron en el periodo referido, alteraciones de depresión clínicamente

significativas (Balanzario, 2003).

2.3 Estudio descriptivo del uso de drogas en adolescentes de educación media

superior de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México

El diseño del estudio fue descriptivo, con un muestreo no probabilístico, de

conveniencia en dos preparatorias de una Universidad pública del Estado de Nuevo

León, México, se seleccionaron 136 adolescentes en una y 179 en otra, para un total de

325 jóvenes de ambos sexos, que cursaban el primer o segundo semestre y tuviesen

de 15 a 22 años de edad. Se usó la Encuesta Juvenil "Una Encuesta Sobre Mi Vida",

desarrollada, por la Arizona State University (Drug Resistance Strategies Project) la

cual reestructuraron a una versión para población mexicana, constando de 69

preguntas: 20 de las cuales, miden características demográficas, conductuales,

psicológicas y normas para autoestima. La información se procesó en el paquete

estadístico SPSS - 10.0, (Statistical Package for the Social Science, 2000), del cual se

obtuvieron estadísticos descriptivos como frecuencias, porcentajes, medias y

desviación estándar, de dispersión y pruebas de normalidad.

25
El 56% son jóvenes del sexo masculino y 44% del femenino. El 79% dijo ser

católico, el 12% evangélico u otra religión, el resto refirió no creer ni practicar religión

alguna, aunque 35% de ellos considera la religión importante. En cuanto a la asistencia

a los servicios religiosos el 51% lo hace algunas veces o raramente y el 20% nunca lo

hace.

Las edades de mayor predominio fueron las de 15 y 16 años que en conjunto

representan el 88% del total de los jóvenes, y un 12 % para los de 17 a 22 años. El 91%

de los jóvenes viven con ambos padres o con solo uno de ellos y el 9% con padrastros,

familiares, compañeros o amigos. La ocupación de padre y madre es la de

profesionales y pequeños empresarios en el 42% y el 20% de los casos

respectivamente y 47% para el padre y 18% en el caso materno su trabajo es en áreas

especializadas y no especializadas. La madre se dedica al hogar o es desempleada en

el 62% de los casos. Así mismo el 97% de los jóvenes perciben la relación parental de

muy buena a excelente si es con la madre y 78% si es con el padre. El 71 % de los

jóvenes reportan que su promedio escolar de secundaria fue de 80 a 100 puntos, y el

29% de 79 puntos; La meta escolar del 85% de ellos es terminar una carrera

profesional o técnica mientras que solo un 15% aspira a terminar la preparatoria. Los

jóvenes consideraron que sus padres aun cuando reaccionen con bastante enojo, este

sería mayor tratándose de marihuana (98%) que para el alcohol (81%). En el caso de

los amigos, la reacción de reprobación es mayor para la marihuana con 78% que, para

el alcohol y tabaco, con 27 y 28% cada uno respectivamente. El 65% de los jóvenes

advirtieron que la mayoría de la población escolar ha probado drogas y 48% de ella la

usa regularmente. Respecto al uso de drogas por los amigos, el 25% de los jóvenes

26
consideran que ninguno de sus amigos lo hacen y el 75% que varios de sus amigos lo

hacen, al menos una vez por mes (Martínez, G. y Villar, M., 2004).

2.4 El Consumo de Alcohol en Adolescentes Escolarizados: Propuesta de un

Modelo Socio comunitario

La muestra estuvo formada por 1, 245 adolescentes de ambos sexos (630 varones y

615 mujeres) de edades comprendidas entre 12 y 17 años de edad (edad media=15

años; DT= 1,5). Las edades se categorizaron de la siguiente manera: adolescencia

temprana de 12 a 14 años de edad (455 sujetos: 35.4%) y adolescencia media de 15 a

17 años de edad (790 sujetos: 64.6%). Como podemos observar, el mayor porcentaje

de sujetos se encuentra en la adolescencia media. La muestra se obtuvo de 4 centros

de enseñanza localizados en el Municipio de San Nicolás de los Garza y el Municipio de

Escobedo en el Estado de Nuevo León, México. Un 16,1% de los participantes

cursaban primer grado de secundaria obligatoria; un 17,2% segundo grado; y, un 16.1%

el tercer grado; y en el nivel preuniversitario se ubica un 30.1% en primer grado y, un

20.4%., en segundo grado.

Escala de evaluación familiar (APGAR) (Smilkstein, Ashworth y Montano, 1982). Este

instrumento consta de 5 ítems tipo Lickert, con un rango de respuesta de 0 a 2 (casi

nunca, a veces y casi siempre). Evalúa la cohesión y la adaptabilidad del

funcionamiento familiar, por ejemplo: «Estás satisfecho(a) con el tiempo que tu familia y

tú pasan juntos». Se establece como disfunción severa una puntuación de 0 a 3;

disfunción moderada de 4 a 6 y, como funcionalidad familiar de 7 a 10. El coeficiente de

fiabilidad (de Cronbach) obtenido en su versión original fue de 0,84; y para el presente

estudio fue de 0,80.

27
Escala de ajuste escolar (EBAE) (Moral, Sánchez y Villarreal, 2010). Este

instrumento consta de 10 ítems tipo Lickert, con un rango de respuesta que oscila entre

1 (Completamente en Desacuerdo) y 6 (Completamente de Acuerdo). A mayor

puntuación, mayor ajuste escolar. Evalúa comportamientos relacionados con la

adaptación al medio escolar y las posibilidades de realizar una carrera universitaria.

Este instrumento de medida consta de tres dimensiones: Integración escolar (por

ejemplo, «Creo que la escuela es aburrida); rendimiento académico (por ejemplo,

«Tengo buenas calificaciones») y expectativas académicas (por ejemplo, «Estoy

interesado /a en continuar mis estudios»). El coeficiente de fiabilidad obtenido para

cada uno de sus factores a partir de Cronbach fue de 0,85; 0,78 y 0,85 respectivamente

En el presente estudio se han analizado las relaciones existentes entre los contextos

familiar, escolar, social y variables psicológicas como la autoestima escolar con el

consumo de alcohol. En el ámbito familiar, se ha comprobado que un funcionamiento

familiar, caracterizado por la vinculación emocional entre los miembros de la familia y la

habilidad para adaptarse a diferentes situaciones y demandas de la dinámica familiar se

relacionan positivamente con el apoyo familiar. Estos resultados confirman lo

encontrado por otros autores que destacan el vínculo existente entre unas relaciones

positivas en el medio familiar y el apoyo social (Villarreal-González, M. A., Sánchez-

Sosa J. C., Musitu G. y Rosa Varela, 2010).

2.5 Adolescentes y drogas: su relación con la delincuencia

La recogida de datos se produjo en 2013 en la ciudad de Valencia (España). En el

Programa de Medidas Judiciales del Ayuntamiento de Valencia hubo un total de 422

medidas, correspondientes a 286 ACL. De la población total de expedientes se

28
excluyeron 5 por no cumplir los criterios de inclusión (no se disponía de suficientes

variables para identificar en qué tipo de trayectoria se hallaban). Se trabajó con los

restantes 281 casos para definir las trayectorias delictivas, el 98,25% de los

expedientes de ACL registrados en el periodo definido bajo estudio.

Estos expedientes se examinan desde una perspectiva cuantitativa; mediante la

técnica de análisis de contenido, cada expediente se analiza, y se extraen indicadores

de uso /no uso/abuso, tipos de sustancia y forma de consumo. El consumo calificado

como habitual se encuentra en el 17,2%, y en situación de dependencia, en el 0,8%. En

el 1% de los casos es esporádico. En cuanto al tipo de sustancias, dos se constituyen

como las principales: cannabis, con el 10,7%, y cocaína, con el 5,8%. No consta para

este perfil caso alguno de consumo de heroína. Tampoco consta consumo en el 81%

de los ACL de esta trayectoria delictiva, lo que indica que, o bien no se usaban

sustancias, o bien sólo existía un uso que no se consideraba que constituyera un factor

de riesgo en la vida de ese adolescente y que, por supuesto, estuviera vinculado con la

trayectoria delictiva (Uceda-Maza, et al., 2016).

2.6 Delincuencia y actividad económica en México

La variable dependiente se refiere al Indicador Global de Actividad Económica (IGAE),

índice con base en 2008. Su fuente es el INEGI. Las variables independientes incluyen:

Homicidios, que se miden como defunciones. Las cifras derivan de la información sobre

las estadísticas vitales captada de los registros administrativos, básicamente de

defunciones accidentales y violentas. Contiene registros de 4 723 oficialías del Registro

Civil y 1 096 agencias del Ministerio Público que mensualmente proporcionan

información al INEGI. Cabe subrayar que, aunque en las cifras de homicidios se

29
incluyen accidentes, la variable representa una aproximación válida para medir la

violencia en el país. Si suponemos que los accidentes son aleatorios, entonces las

fluctuaciones de la variable serán determinadas principalmente por los homicidios

violentos.

Al presentarse un aumento en la variable, razonablemente se asumiría que no es el

resultado de un incremento en los accidentes, sino del alza de actos relacionados con

la violencia. Los secuestros y robos se miden por los reportes presentados en el

Ministerio Público de cada entidad federativa. La información referente a estas variables

fue tomada de los informes anuales del Sistema Nacional de Seguridad Publica (con

datos de la Procuraduría General de la República, PGR) de la Secretaría de

Gobernación (SEGOB). La frecuencia es trimestral y el periodo de análisis abarca del

primer trimestre de 1997 al segundo trimestre de 2011. Mediante el ejercicio empírico,

el manejo de las variables se realizó considerando el logaritmo natural de éstas.

Finalmente, se calcula la relación no paramétrica que guarda la actividad económica

y las variables de delincuencia, para a partir de este ejercicio, formar una idea de cuál

es la relación estadística entre sí. Se muestra la relación del logaritmo de la serie del

IGAE, homicidios, secuestros y robos. Como se advierte, existe una relación no

monótona entre éstas: la delincuencia disminuye a medida que la actividad económica

aumenta en niveles inferiores de ingreso, pero sube en niveles superiores (Quiroz et al,

2015).

2.6.1 Indicadores Nacionales Delincuenciales

Se eligieron los expedientes de adolescentes acusados por delitos contra la salud

(entendidos como la producción, transporte, tráfico, comercio y/o actos de publicidad o

30
propaganda de sustancias ilícitas, por el Código Penal Federal, artículo 194 y 195), que

en un primer momento fueron remitidos por orden judicial al Consejo de Menores del

Estado de Jalisco, dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). En el

periodo de septiembre de 2006 a agosto del 2007, y la muestra fue de 61 sujetos que

es el total de expedientes completos.

De los 122 expedientes estudiados, 50 por ciento fue de delitos contra la salud y el otro

50 por ciento de robo. Del total de los expedientes, 82 por ciento corresponde a jóvenes

del sexo masculino y 18 por ciento del femenino. Entre ellos, la presencia de consumo

de drogas fue similar por sexo 70 por ciento de los jóvenes masculinos y 68.2 por ciento

de las mujeres consumieron drogas; 76 por ciento de los hombres vivían en un entorno

de marginación, así como 63.6 por ciento de las mujeres; 39 por ciento de los hombres

y 63.6 por ciento de las mujeres presentaron una situación económica familiar

insuficiente; 75 por ciento de los hombres y 68.2 por ciento de las mujeres vivían en

esos momentos con los padres, el resto señaló vivir con otro pariente, en la calle o con

amigos; 83 por ciento de los hombres y 77.3 por ciento de las mujeres reportaron

maltrato familiar.

Se identificó la presencia de antecedentes sociales delictivos de un miembro de la

familia: 90.9 por ciento en mujeres y 62 por ciento en hombres. De acuerdo con la

información obtenida, 61 por ciento en los hombres y 54.5 por ciento de las mujeres

mostraron desestructuración familiar. Las mujeres reportaron tener apoyo familiar en

63.6 por ciento de los casos, contra 57 por ciento de los hombres. Los informes

señalaron que 41.5 por ciento de los hombres y 54.5 por ciento de las mujeres

habitaban en una vivienda inadecuada

31
Con respecto al tipo de delito y su relación con la esfera social educativa, se

identificó que el consumo de drogas es mayor en los acusados por robo que en los

acusados por delitos contra la salud: 80.3 por ciento contra 34.4 por ciento,

respectivamente. La situación económica de la familia fue mejor o suficiente en 63.9 por

ciento de los acusados por delitos contra la salud, contra 49.2 por ciento de los

acusados por robo. Sólo 16.4 por ciento de los acusados por delitos contra la salud no

vivía con la familia y 36.1 por ciento de los acusados por robo (Salazar; Torres,

Quinteros, Figueroa, Araiza, 2011).

2.6.2 Encuesta Nacional de Inseguridad

La Encuesta Nacional de Inseguridad realizada por el Instituto Ciudadano de

Estudios Sobre la Inseguridad mostró que 54.3 por ciento de los delincuentes tienen

entre 16 y 25 años, es decir, que más de la mitad de los delincuentes son jóvenes.

Solamente tres por ciento son niños menores de 15 años.

Estos datos demuestran que los jóvenes recurren a la delincuencia, siendo el robo o

salto a persona el delito en que más incurren, con 58.2 por ciento de los casos,

utilizando para la perpetración del hecho delictivo navaja o cuchillo en la mayoría de los

casos.

Entre otros datos podemos ver que la delincuencia juvenil está aumentando cada vez

más, por ejemplo, de acuerdo con las estadísticas de la Procuraduría General de

Justicia del Distrito Federal, tan solo en el primer trimestre de 2002 se ha duplicado la

cantidad de menores delincuentes con respecto al mismo periodo de 2001.

32
Las edades de estos menores oscilan entre los 12 y 17 años, y los delitos en los que

más participan van desde asalto a automovilistas y taxistas, hasta robo de vehículos y

secuestro.

Más alarmante resulta aún que de las 88 bandas reportadas y desmanteladas por la

PGJDF, 9.9 por ciento son encabezadas y operadas por menores en su totalidad, y en

33 de ellas participaban jóvenes de 12 a 17 años. De los 578 menores detenidos en ese

primer trimestre, 80 por ciento tenían entre 15 y 17 años de edad.

Hasta el momento se ha considerado a los jóvenes como generadores de violencia, sin

embargo, debemos reconocer que este grupo también ha sido víctima de esta

problemática. De esta manera los jóvenes no sólo deben ser vistos como victimarios

sino también como víctimas.

Como se ha mencionado anteriormente, existen factores que dejan a los jóvenes

excluidos de las estructuras formales (empleo, educación, servicios de salud, familia,

etc.), lo que trae consigo otros problemas para la sociedad y para los jóvenes mismos.

Tal es el caso de aquellos jóvenes que son orillados a recurrir a prácticas ilegales para

resolver sus problemas económicos (robos, secuestros, narcotráfico, prostitución,

etcétera.)

Sin embargo, existen otra serie de factores que se relacionan con la delincuencia juvenil

y que son vistos de cierta manera también como factores de riesgo, algunos de los

cuales ya se mencionaron líneas arriba, pero que valdría la pena ver con mayor

profundidad.

2.6.3 El rol de las normas familiares y el ambiente interpersonal en el consumo de

alcohol de los adolescentes

33
En un estudio realizado por Villa, Villatoro, Cerero, Medina-Mora, y Fleiz, (2001) en

población estudiantil de nivel medio y medio superior del Distrito Federal, se encontró

que en el consumo de alcohol, las normas que establecen los padres y la estructura

normativa generan o afectan el riesgo de que el menor llegue a abusar de éste y, por

ende, aumenta la probabilidad de la ocurrencia de problemas como accidentes, riñas,

relaciones sexuales no deseadas o sin protección, las cuales afectan directamente el

desarrollo del adolescente. El objetivo principal del trabajo fue evaluar cómo el

ambiente familiar, las normas que establece la familia, la tolerancia social y la

percepción de riesgo se relacionan con el consumo de alcohol y se observó que el

ambiente familiar afecta la percepción de riesgo (un mejor ambiente implica una mayor

percepción de riesgo) y se relaciona moderadamente con las normas sobre el consumo

de alcohol.

2.6.4 Percepción de Inseguridad

De esta manera, la percepción que se tiene se encuentra en gran medida construida

por la situación victimológica (objetivo) y por el contexto social en el que se

desenvuelve el sujeto (subjetivos). Por ello, el miedo que poseen los habitantes de esta

ciudad puede ser de dos tipos, el miedo concreto es aquel que surge de la experiencia

directa con la delincuencia, mientras que el difuso es aquel que siente el sujeto como

resultado de la percepción que se tiene sobre la delincuencia, como una amenaza a su

integridad ó bienes. Para el 54.6% de las víctimas la inseguridad pública se ha situado

entre la problemática más significativa del Distrito Federal, ya que en los últimos veinte

años la comisión de ilícitos ha aumentado y más aún la violencia con la que se

cometen, principalmente los delitos contra el patrimonio (13.1%) y la libertad personal

(7.8%); incluso se ubicó muy por arriba de los problemas económicos, ya que sólo el

34
16.1% lo consideró como el más importante, mientras que 8.0% estimó que uno de los

grandes desafíos del gobierno, esta ciudad y sus habitantes son los problemas

ecológicos, esencialmente se mostraron preocupados por el abasto y la calidad del

agua. Las víctimas señalaron que el gobierno de esta ciudad no solucionará el

problema de la seguridad pública (93.5%); principalmente por la incompetencia (28.8%)

que han mostrado las diferentes instituciones que tienen como objetivo la prevención,

administración y procuración de justicia y por la corrupción (20.9%) que impera en los

servidores públicos de dichas dependencias, principalmente de los cuerpos policíacos.

Aunque 5.1% de los entrevistados confían en que éste se solucionará, puesto que “han

vistos cambios”. El 58.2% ha pensado en cambiar de residencia, principalmente por los

altos índices delictivos que se perciben (59.5%), el 13.6% consideró que la provincia es

más tranquila. En contraste, los que no cambiarían de residencia (41.8%)

principalmente es porque en esta ciudad se concentra su lugar de trabajo o escuela, así

como su hogar. Es importante mencionar que la casa es para el 73.9% de las víctimas

el lugar más seguro, aunque para el 13.9% ningún lugar es seguro. Mientras que el

75.6% señala que la calle es la zona más insegura y el 8.5% opina que cualquier lugar

es inseguro. Al respecto, la sensación de seguridad en el Distrito Federal se considera

como mala (46.2%) y muy mala (31.6%) en contra posición el .7% la consideró como

muy buena. A nivel comunitario, esta sensación cambia, ya que el 44.9% dijo que ésta

era regular, aunque hubo quienes la consideraron como mala y muy mala (43.8%). El

53.56% afirmó haber sido víctima de la delincuencia, de ellas, el 51.3% ha sido víctima

de un delito, mientras que 23.3% lo ha sido en dos ocasiones, el resto

desafortunadamente sufrió más de tres incidentes delictivos en el último año. De los

delitos de que han sido víctimas en el 87.3% lo ha sido de robo en sus diversas

35
modalidades; principalmente a transeúnte (28.3%) y como pasajero de transporte

público (26.6%); es importante señalar que en orden de importancia estos son

principalmente cometidos en microbús y taxi. Resulta imprescindible que las

autoridades competentes en combinación con la ciudadanía implementen estrategias

que permitan disminuir este tipo de ilícitos, así como a identificar las principales causas

que llevan al delincuente a cometer ese ilícito, con la finalidad de atenuar su incidencia

delictiva (Valero, A.,2011).

Metodología de la investigación

En esta investigación se utilizará a partir del paradigma cuantitativo, como estrategia

metodológica (Kerlinger y Lee, 2002), con un diseño no experimental, transversal, de

tipo exploratorio-descriptivo (Hernández, Fernández y Baptista, 2010; Kerlinger y Lee,

2002) para obtener la relación causa efecto sobre las variables.

3.1 Diseño

Desde la perspectiva del análisis de causa y efecto para obtener la relación entre las

variables; adicciones y delincuencia. Es necesaria una aproximación metodológica

cuantitativa descriptiva que permite medir los fenómenos, utilizar la estadística y prueba

de la hipótesis sobre la influencia el estrés en el rendimiento académico de los

estudiantes de universidad.

El enfoque cuantitativo plantea un estudio delimitado y concreto, revisa lo investigado

anteriormente una vez planteado el problema, sobre la base de la revisión de la

literatura construye el marco teórico y derivan las hipótesis para ser sometidas a prueba

mediante diseños de investigación apropiados donde los resultados obtenidos mediante

la recolección de datos numéricos de los fenómenos o participantes con base en la

36
estadística y pueden ser a favor o en contra de la misma hipótesis (Hernández et al.,

2010).

Es importante determinar el plan o la estrategia a utilizar para lograr obtención de la

información deseada, un diseño no experimental permite al investigador observar, tal y

como se dan en el contexto natural para ser analizados; es decir, observar situaciones

ya existentes y no existe manipulación deliberada de las variables en cuestión ni

selección al azar. Las deducciones sobre la relación entre las variables se llevan a cabo

sin que exista una intervención o influencia directa y se obtienen tal como se muestran

en el medio natural (Hernández et al., 2006).

Por lo anterior, en la presente investigación se manifiesta:

 No existe ninguna manipulación de las variables.

 Se ha comprobado con anterioridad que la delincuencia posee un estrecho

vínculo con las adicciones.

3.2 Criterios de inclusión

Alumnos del bachillerato CETIS 62 en la ciudad de Salamanca, Guanajuato, México;

estudiantes del turno vespertino, en edades entre los 15 y los 18 años.

3.3 Instrumentos

- Escala de Conducta Antisocial y Delictiva.

1. He viajado en autobús, metro o tren sin pagar.

37
2. He conducido un coche, una moto o una motocicleta sin permiso de conducir o sin

seguro.

3. He escrito o pintado en muros, autobuses o viviendas.

5. He dañado o destruido una parada de autobús, una señal de tráfico o una cabina

telefónica.

6. He dañado o destruido una ventana, una papelera pública o una farola.

7. He dañado o destruido mobiliario del colegio.

9. He robado dinero de una cabina telefónica o de una máquina expendedora.

10. He robado algo de una tienda, del colegio o de tu casa.

11. He robado alguna cartera o bolso.

12. He entrado sin permiso en una casa, edificio o propiedad privada.

13. He comprado algo que sabía o sospechaba que era robado.

14. He llegado a vender algo que sabía o sospechaba que era robado.

15. He agredido a alguien con una navaja, un palo u otra arma.

16. He estado activamente involucrado en peleas o desórdenes en un grupo o pandilla.

17. He consumido marihuana, cristal o cocaína.

18. He consumido cerveza, vino, licor o combinados.

19. He llegado a estar borracho.

- Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en Adolescentes (POSIT: Breve).

38
1. ¿Has tenido dificultades porque consumes drogas o bebidas alcohólicas en la

escuela?

2. ¿Se aburren tus amigos en las fiestas donde no sirven bebidas alcohólicas?

3. ¿Te has hecho daño o has hecho daño a otra persona bajo los efectos del alcohol?

4. ¿Sueles perderte de actividades por qué has gastado demasiado en alcohol o

drogas?

5. ¿Has sentido que eres adicto al alcohol o drogas?

6. ¿Llevan tus amigos drogas a las fiestas?

7. ¿Has comenzado a consumir mayores cantidades de drogas o alcohol para

conseguir el efecto que deseas?

8. ¿Te vas a veces de fiestas porque no hay en ellas drogas o alcohol?

9. ¿Sientes un deseo constante de consumir bebidas alcohólicas o drogas?

10. ¿Has tenido algún accidente estando bajo el efecto de alcohol o drogas?

11. ¿Olvidas lo que haces cuándo bebes o te drogas?

12. El mes pasado, ¿Manejaste un automóvil estando borracho?

13. ¿El uso de alcohol o drogas te produce cambios repentinos de humor?

14. ¿Te han dicho alguna vez tus familiares o amigos que debes reducir tu consumo de

alcohol o drogas?

39
15. ¿El consumo de alcohol o drogas te han inducido a hacer algo que normalmente no

harías, como desobedecer una regla, llegar tarde a casa o tener relaciones sexuales

con alguien que no conozco?

3.4 Procedimiento

Una vez definido el problema, el objetivo de la investigación, la recopilación y análisis

de la parte teórica, así como estudios relacionados con la propuesta y los métodos de

investigación, se procede a la concepción y elección del diseño de investigación para la

recolección de los datos. Antes de realizar la aplicación de los instrumentos, en la

población en estudio, por cuestiones éticas y profesionales se plantea y se solicita la

autorización de las autoridades de la institución dando a conocer las finalidades de la

investigación, así como la importancia que ésta posee, para el investigador en su

formación.

3.5 Variables

-Variable 1: Delincuencia.

-Variable 2: Adicciones.

3.6 Consideraciones éticas

Se consideraron dos aspectos principales: la confidencialidad de los datos y el formato

de consentimiento informado para la aplicación de los instrumentos.

40
RESULTADOS: Tabla 4.1.1 Datos

Sociodemográficos de la Encuesta de Conductas

Antisociales y Delictivas.

   

  N= 50

   

Sexo n % X

Hombre 17 34 N/A

Mujer 33 66   

Edad     15.9

15 15 3.0  

16 25 5.0  

17 9 1.8  

18 1 0.2

Fuente: Carretero-Dios, Pérez y Buela-Casal (2006), Encuesta de Conductas

Antisociales y Delictivas (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

En esta tabla se muestran los datos sociodemográficos de los participantes, se destaca

que 34% son hombres y el 66% son mujeres, la distribución de edad es de 15 a 18

años con una media de edad 15.9. Datos que indican la edad de los estudiantes de

bachillerato, que en el caso específico de esta muestra cursan el segundo semestre del

nivel medio superior.

41
Figura 4.1.2 Viajo sin pagar.

1.- He viajado en autobus, metro o taxi sin pagar

50

40

30

20
20 18

11
10

1
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

En esta figura se muestran los resultados de cuales es la frecuencia de viajar en

transporte público sin pagar por parte de los alumnos, se destaca que el 40% está muy

en desacuerdo de haber realizado esta acción en alguna ocasión, un 36% está en

desacuerdo, coincidiendo en la respuesta negativa a la pregunta. Mientras que un 22%

está de acuerdo en haber incurrido en este tipo de actos, al igual que un 2% que refiere

estar muy de acuerdo.

42
Figura 4.1.3 Conducir sin licencia.

1.- He conducido un coche o una motocicleta sin licencia de conducir.

50

40

30

20 18
16
13

10

0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

En esta figura se muestran los resultados de cuales es la frecuencia con la que los

alumnos han conducido algún vehículo sin licencia, se destaca que el 36% está muy en

desacuerdo de haber realizado esta acción en alguna ocasión, un 32% está en

desacuerdo, coincidiendo en la respuesta negativa a la pregunta. Mientras que un 26%

está de acuerdo en haber incurrido en este tipo de actos, al igual que un 6% que refiere

estar muy de acuerdo en haber realizado este tipo de actos.

43
Figura 4.1.4 Grafitti.

1.- He escrito, pintado en muros, autobuses o viviendas.

50

40

30

22
20
17

10
10

1
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

En esta figura se muestran los resultados de cuales es la frecuencia de pintar o escribir

en la propiedad privada, se destaca que el 44% está muy en desacuerdo de haber

realizado esta acción en alguna ocasión, un 34% está en desacuerdo, coincidiendo en

la respuesta negativa a la pregunta. Mientras que un 20% está de acuerdo en haber

incurrido en este tipo de actos, al igual que un 2% que refiere estar muy de acuerdo.

44
Figura 4.1.5 Destrucción de señalamientos

1.- He dañado o destruido una parada de autobus, una señal de trafico o un telefono publico.

50

40
34

30

20
16

10

0 1
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Como podemos observarlo en la anterior gráfica, casi el total de las respuestas de este

ítem se ubican del lado negativo, donde el 68% de los participantes manifestaron estar

muy en desacuerdo respecto de haber participado en la destrucción de algún

señalamiento de tráfico, así como como un 32% que se manifestó en desacuerdo,

siendo solamente el 2% quienes se manifestaron de acuerdo en la participación en

alguna acción de este tipo. Por lo que estos datos refieren que, casi ningún participante

ha participado en algún acto vandálico de este tipo.

45
Figura 4.1.6 Destrucción de ventanas

1.- He dañado o destruido una ventana, bote de basura publico o un faro.

50

40
34

30

20

13

10

3
0
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 68% de los participantes manifestaron estar muy en desacuerdo respecto de haber

participado en la destrucción de algún bote de alguna ventana, bote de basura y/o

lampara, así como como un 26% que se manifestó en desacuerdo, siendo solamente el

6% quienes se manifestaron de acuerdo en la participación en alguna acción de este

tipo. Por lo que estos datos refieren que, casi ningún participante ha participado en

algún acto vandálico de este tipo.

46
Figura 4.1.7 Destrucción de mobiliario escolar

1.- He dañado o destruido mobiliario de la escuela.

50

40

30
24 23

20

10

1 2
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 46% de los participantes manifestaron estar muy en desacuerdo respecto de haber

participado en la destrucción de algún bote de alguna ventana, bote de basura y/o

lampara, así como como un 48% que se manifestó en desacuerdo, siendo solamente el

4% quienes se manifestaron de acuerdo en la participación en alguna acción de este

tipo, siendo solamente el 2% de los participantes quienes eligieron estar muy de

acuerdo. Lo cual arroja que un 6% de los participantes de la muestra han destruido

mobiliario de la institución donde actualmente cursan sus estudios.

47
Figura 4.1.8 Robar dinero

1.- He robado dinero de un telefono o una maquina expendedora.


50

40

30
30

20
17

10

1 2
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 6% de los participantes de la muestra coincide en haber robado al menos en una

ocasión dinero de un teléfono público o de alguna máquina expendedora, mientras que

el 94% restante de los participantes refiere nunca haberlo hecho. Teniendo este acto

delictivo, poca incidencia entre los participantes de la muestra.

48
Figura 4.1.9 Robar un objeto

1.- He robado algo de una tienda, de la escuela o mi casa.


50

40

30
27

20 18

10
5

0
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 54% de los participantes manifiesta estar muy en desacuerdo con haber robado en

algún objeto de una tienda, de la escuela o de su casa, así como 36% refiere estar en

desacuerdo con esto, mientras que un 10% considera estar de acuerdo con dicha

cuestión. Por lo tanto, se puede deducir que al menos una décima parte de los

participantes de la muestra ha robado en una o varias ocasiones algún objeto de su

casa, tienda o de la escuela.

49
Figura 4.1.9 Robar un objeto

1.- He robado algo de una tienda, de la escuela o mi casa.


50

40

30
27

20 18

10
5

0
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 54% de los participantes manifiesta estar muy en desacuerdo con haber robado en

algún objeto de una tienda, de la escuela o de su casa, así como 36% refiere estar en

desacuerdo con esto, mientras que un 10% considera estar de acuerdo con dicha

cuestión. Por lo tanto, se puede deducir que al menos una décima parte de los

participantes de la muestra ha robado en una o varias ocasiones algún objeto de su

casa, tienda o de la escuela.

50
Figura 4.1.10 Robar una cartera

1.- He robado alguna cartera o bolso.


50

40
36

30

20

13

10

0 1
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

De acuerdo con la anterior figura, se puede observar que solamente el 2% de los

participantes están de acuerdo en haber robado alguna cartera o un bolso, mientras

que el 98% restante niega haber participado en este tipo de acto delictivo.

51
Figura 4.1.11 Entrar a una propiedad privada

1.- He entrado sin permiso en una casa, edificio o porpiedad privada.


50

40

30 28

20
17

10
5

0
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

De acuerdo con la anterior figura, se puede observar que solamente el 10% de los

participantes están de acuerdo en haber entrado sin permiso en una casa, edificio o

algún otro tipo de propiedad privada, mientras que el 90% restante niega haber

participado en este tipo de acto delictivo. Por lo tanto, se considera que la décima parte

de la población muestral ha incurrido en este tipo de acto delictivo.

52
Figura 4.1.12 Compra de objetos robados

1.- He comprado algo que sospechaba que era robado.


50

40

30
26

20

13

10 9

2
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

De acuerdo con la anterior figura, se puede observar que el 4% de los participantes

están muy de acuerdo en haber comprado algún objeto que sospechaban que era

robado, mientras que el 18% está de acuerdo en haber comprado algún posible objeto

robado, siendo el 78% restante niegan haber comprado algún objeto de este tipo. Por lo

tanto, se considera que, un 22% de los participantes de la muestra han comprado algún

objeto robado con plena consciencia.

53
Figura 4.1.14 Venta de objetos robados

1.- He llegado a vender algo que sabia o sospechaba que era robado.
50

40
35

30

20

12
10

3
0
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

De acuerdo con la anterior figura, se puede observar que el 6% de los participantes

están de acuerdo en haber vendido algún objeto que sospechaban o sabían que era

robado, mientras que el 94% restante quienes niegan haber comprado algún objeto de

este tipo. Es por ello que, este tipo de acto delictivo se considera de bajo índice de

incidencia dentro de la muestra.

54
Figura 4.1.15 Agresión con armas

1.- He agredido a alguien con una navaja, palo u otra arma.


50

40
36

30

20

13

10

0 1
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Solamente el 2% de los participantes refieren estar de acuerdo en haber agredido a

alguien con algún tipo de arma, mientras que un 98% restante, niega haber participado

en alguna agresión de este tipo.

55
Figura 4.1.16 Riñas y pandillerismo

1.- He estado activamenteinvolucrado en peleas o desordenes en un grupo o pandilla.


50

40

30
30

20
14

10
5
1
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

De acuerdo con la anterior figura, se puede observar que el 2% de los participantes

están muy de acuerdo en haber participado en alguna pelea o desorden con un grupo o

pandilla, así como un 10% refiere estar de acuerdo, mientras que el 88% restante

quienes niegan haber comprado algún objeto de este tipo. Por lo tanto, se considera

56
que un 12% de los participantes de la muestra se ha involucrado de manera activa en

algún acto delictivo de pandillerismo.

Figura 4.1.17 Consumo de drogas ilegales

1.- He consumido mariguana, cristal o cocaina.


50

40
35

30

20

11
10
4
0
0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 8% de los participantes refieren estar de acuerdo en haber consumido algún tipo de

droga ilegal como la mariguana, el cristal o la cocaína, mientras que un 92% restante,

niega haber alguna de estas drogas.

57
Figura 4.1.18 Consumo de drogas legales

1.- He consumido cerveza, vino, tequila o combinados.


50

40

30

20 18
15

10
10
7

0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 14% de los participantes refieren estar muy de acuerdo en haber consumido algún

tipo de droga legal, en este caso, el alcohol, mientras que un 30% refiere estar de

acuerdo; un 20% dice estar en desacuerdo y finalmente un 36% afirma estar muy en

desacuerdo. Lo cual indica que, dentro de la muestra, un 44% de los participantes de la

muestra ha consumido alcohol en cualquiera de sus presentaciones antes

58
mencionadas, lo que representa un alto índice de consumo, con casi la mitad de los

participantes. Es por ello que, este es uno de los resultados que más llaman la

atención, al ser de los más altos, visto desde una perspectiva negativa.

Figura 4.1.19 Intoxicación

1.- He llegado a estar borracho.


50

40

30
26

20

12
10
7
5

0
Muy de acuerdo De acuerdo En desacuerdo Muy en desacuerdo

Fuente: Carretero-Dios et al. (2006), Encuesta de Conductas Antisociales y Delictivas

(Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 14% de los participantes refieren estar muy de acuerdo en haber consumido algún

tipo de droga legal, en este caso, el alcohol, mientras que un 30% refiere estar de

acuerdo; un 20% dice estar en desacuerdo y finalmente un 36% afirma estar muy en

desacuerdo. Lo cual indica que, dentro de la muestra, un 44% de los participantes de la

59
muestra ha consumido alcohol en cualquiera de sus presentaciones antes

mencionadas, lo que representa un alto índice de consumo, con casi la mitad de los

participantes. Es por ello que, este es uno de los resultados que más llaman la

atención, al ser de los más altos, visto desde una perspectiva negativa

Tabla 4.2.1 Datos Sociodemográficos del Cuestionario de Tamizaje de

los Problemas en Adolescentes (POSIT: Breve).

   

  N= 50

   

 Sexo n % X

Hombre 17 34 N/A

Mujer 33 66   

Edad     15.9

15 15 3.0  

16 25 5.0  

17 9 1.8  

18 1 0.2

60
Fuente: Mariño, González- Forteza, Andrade, & Medina-Mora (1997), Cuestionario de

Tamizaje de los Problemas en Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.).

Guanajuato.

En esta tabla se muestran los datos sociodemográficos de los participantes, se destaca

que 34% son hombres y el 66% son mujeres, la distribución de edad es de 15 a 18

años con una media de edad 15.9. Datos que indican la edad de los estudiantes de

bachillerato, que en el caso específico de esta muestra cursan el segundo semestre del

nivel medio superior.

Figura 4.2.2 Dificultades por consumo de drogas.

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Como se puede apreciar, únicamente el 2% de los participantes de la muestra han

tenido problemas con el consumo de alcohol u otras sustancias en la escuela, mientras

que un 98% niega este tipo de situación.

1.- Has tenido dificultades porque consumes drogas o bebidas alcoholicas en la escuela.

50 49

40

30

20

10
61
1
0
Si No
Figura 4.2.3 Fiestas sin alcohol

1.- Se aburren tus amigos en las fiestas donde no sirven bebidas alcoholicas.

50

40
36

30

20
14

10

0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 28% de los participantes de la muestra considera aburrida una fiesta donde no sirven

alcohol, mientras que un 72% niega este tipo de situación. Por lo tanto, se puede

observar que, para casi el 30%, o bien, para más de una cuarta parte de los

participantes de la muestra, es importante tener alcohol cuando están en una fiesta.

62
Figura 4.2.4 Daño bajo el efecto del alcohol

1.- Te has hecho daño o has hecho daño a otra persona mientras estas bajo el efecto del alcohol.

50 49

40

30

20

10

1
0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Únicamente el 2% de los participantes manifiesta haberse hecho daño o haberle hecho

daño a alguien más bajo el efecto del alcohol, mientras que un 98% niega este tipo de

situación. Índice favorable, desde una perspectiva positiva.

63
Figura 4.2.5 Pérdida económica

1.- Sueles perderte de actividades porque has gastado demasiado dinero en alcohol o drogas.
50 49

40

30

20

10

1
0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Únicamente el 2% de los participantes manifiesta haberse hecho daño o haberle hecho

daño a alguien más bajo el efecto del alcohol, mientras que un 98% niega este tipo de

situación.

64
Figura 4.2.6 Sensación de adicción

1.- Has sentido que eres adicto al alcohol o a las drogas.


50 48

40

30

20

10

2
0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Solo el 4% de los participantes de la muestra refirió sentir que es adicto a alguna

sustancia como lo es el alcohol u otra droga.

65
Figura 4.2.7 Drogas en las fiestas

1.-Llevan tus amigos drogas a las fiestas.


50

43

40

30

20

10
7

0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Un 14% de los participantes de la muestra refiere que, sus amistades llevan drogas a

las fiestas, mientras un 86% niega esta situación.

66
Figura 4.2.8 Aumento del consumo

1.-Has comenzado a consumir mayores cantidades de drogas o alcohol para conseguir el efecto que deseas.
50 48

40

30

20

10

2
0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Solo un 4% de los participantes de la muestra refiere haber aumentado el consumo de

alcohol u otra droga para llegar a alcanzar el efecto que desean.

67
Figura 4.2.9 Abandonar una fiesta sin drogas

1.-Te vas a veces de fiestas porque no hay en ellas alcohol o drogas.


50
46

40

30

20

10
4

0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Únicamente el 8% de los participantes de la muestra refieren haberse ido de alguna

fiesta al no encontrar en ella bebidas alcohólicas o drogas, mientras que el 92%

restante negó este tipo de situaciones.

68
Figura 4.2.10 Deseo constante de consumo

1.-Sientes un deseo constante de consumir bebidas alcoholicas o drogas.


50
47

40

30

20

10

0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Únicamente el 6% de los participantes de la muestra refieren haberse ido de alguna

fiesta al no encontrar en ella bebidas alcohólicas o drogas, mientras que el 94%

restante negó este tipo de situaciones.

69
Figura 4.2.11 Accidente bajo el efecto de drogas

1.-Has tenido algun accidente estando bajo el efecto de alcohol o drogas.


50 49

40

30

20

10

1
0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Únicamente el 2% de los participantes de la muestra refieren haberse ido de alguna

fiesta al no encontrar en ella bebidas alcohólicas o drogas, mientras que el 98%

restante negó este tipo de situaciones.

70
Figura 4.2.12 Amnesia por consumo de drogas

1.-Olvidas lo que haces cuando bebes o te drogas.


50
47

40

30

20

10

0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Únicamente el 6% de los participantes de la muestra refieren haberse ido de alguna

fiesta al no encontrar en ella bebidas alcohólicas o drogas, mientras que el 94%

restante negó este tipo de situaciones.

71
Figura 4.2.13 Conducir borracho

1.-El mes pasado, manejaste un automovil estando borracho.


50 49

40

30

20

10

1
0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

Únicamente el 2% de los participantes de la muestra refieren haberse ido de alguna

fiesta al no encontrar en ella bebidas alcohólicas o drogas, mientras que el 98%

restante negó este tipo de situaciones.

72
Figura 4.2.14 Cambios de humor

1.-El uso de alcohol o drogas te produce cambios repentinos del humor.


50

42
40

30

20

10 8

0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 16% de los participantes de la muestra coinciden en que el consumo de alcohol o

drogas les produce cambios repentinos de humor. Lo cual indica que, mientras están

contentos, de repente pueden enojarse, lo que puede traerles demasiados problemas,

con sigo y con los demás.

73
Figura 4.2.15 Llamadas de atención

1.-Te han dicho alguna vez tus familiares o amigos que debes reducir el consumo de alcohol o drogas.
50
44

40

30

20

10
6

0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 12% de los participantes de la muestra refieren haber recibido una llamada de

atención por parte de un amigo o familiar respecto a la cantidad de alcohol o droga que

consumen. Mientras que el 88% niega haber recibido este tipo de recomendaciones.

74
Figura 4.2.15 Desinhibición

1.-El consumo de alcohol o drogas te han inducido a hacer algo que normalmente no harias, como desodecer una regla,
llegar tarde a casa o tener relaciones sexuales con alguien.
50
46

40

30

20

10
4

0
Si No

Fuente: Mariño et al. (1997), Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en

Adolescentes (POSIT: Breve) (Adaptado por Pérez, J.). Guanajuato.

El 8% de los participantes, refieren haber experimentado algún tipo de desinhibición

bajo el efecto del alcohol o drogas, llevando a cabo algún acto que, de manera normal

no harían.

75
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Antes de entrar de lleno en la discusión de los resultados obtenidos, cabe destacar que,

los datos sociodemográficos que no fueron considerados dentro de este estudio,

aunado a la falta de investigaciones similares al presente trabajo, en la misma región

geográfica, pueden limitar la profundidad de un análisis comparativo, por lo que se tomó

la determinación de buscar resultados de investigaciones semejantes, realizadas en

otros estados de México, así como en Latinoamérica, con la finalidad de tener una

mayor amplitud de estudios con los cuales podamos contrastarlo.

Por otra parte, es importante aclarar que, la muestra aplicada en otra institución

educativa, aunque sea del mismo nivel, en la misma zona geográfica y a una población

dentro de un rango de edad igual al del presente estudio, puede arrojar resultados con

variaciones considerables que dependen de diversos factores, como la economía,

seguridad social, entre otros.

Respecto al objetivo general de este trabajo, se pudo determinar que, la mayor

prevalencia en el consumo de sustancias legales en adolescentes de entre 15 y 19

años, la tiene el alcohol, dato que se apoya en los resultados obtenidos por Rojas y

Rodríguez, (2013), en su trabajo: “Abuso de drogas en adolescentes y jóvenes y

vulnerabilidad familiar”, realizado en Perú, en el cual se encontró que, la mayor cantidad

de personas que asistieron a un tratamiento de rehabilitación de adicciones,

comenzaron a consumir alcohol entre los 10 y los 22 años, teniendo como resultado

una edad promedio de 16.02 años de edad (M=16.02), dato que coincide con el rango

de edad del presente estudio.

76
También Azeola (2015), refiere en su estudio: “Diagnóstico de las y los adolescentes

que cometen delitos graves en México” que, el (44%) de la muestra, tomada en

adolescentes arraigados en México por un delito grave, declaró haber consumido

alcohol con frecuencia, antes de su aprehensión, lo cual, da cuenta del alto nivel de

prevalencia en el consumo de sustancias ”licitas”, resultado que concuerda con el

obtenido en la aplicación del instrumento POSIT, el cuál arrojó un alto índice de

consumo de dicha sustancia entre los participantes de la muestra.

A su vez, el (8%) de los participantes de este estudio, refirió haber consumido

alguna vez, una sustancia ilegal; como la marihuana, cocaína o cristal. Tal como

observamos en el trabajo “Prevalencia de consumo de marihuana en estudiantes de

secundaria de instituciones educativas estatales de Ventanilla”, dónde se obtuvo que,

de manera específica el (9%) de los adolescentes declaró haber consumido marihuana

alguna vez en su vida. Dicho estudio fue realizado en el poblado de Ventanilla, Perú; a

una muestra de 4095 estudiantes de secundaria, con una edad promedio de 15 años

(Rojas y Rodríguez, 2013). Se identifica una similitud en cuanto al resultado obtenido en

ambos trabajos, aunque estos hayan sido aplicados en diferentes países y con una

amplitud de la muestra distinta una de otra, tomando en cuenta que, casi una décima

parte de los participantes afirmó haber consumido dichas sustancias.

Por otro lado, se logró identificar que el (10%) de los participantes de esta, ha

cometido un acto delictivo, siendo el robo el principal delito. Lo cual es equiparable a los

resultados encontrados por Azeol (2015), dónde refiere que, el (35%) de los

adolescentes de su muestra, los cuales están en arraigo, como se mencionó

anteriormente, han sido acusados del delito de robo con violencia. Lo cual, nos da

77
cuenta de que, la situación actual del estado de Guanajuato, respecto a temas de

inseguridad y violencia, desafortunadamente, no dista de la del resto del país.

Tomando en cuenta la gran influencia que tenemos por parte del país vecino,

Estados Unidos, es importante considerar los resultados obtenidos en la última

encuesta realizada por el National Institute on Drug Abuse (2021), titulada “Monitoring

the future”, enfocada a estudiantes de secundaria y preparatoria en edades entre los 13

y los 18 años. Los resultados obtenidos refieren que, el índice de consumo de drogas

ilegales en aquel país ha registrado la mayor disminución, desde que comenzó a

realizarse dicha encuesta, en el año de 1975. Resultado que los especialistas en el

tema relacionan directamente con la presencia de la pandemia ocasionada por el virus

del COVID-19. Sin embargo, la situación en México se tornó diferente, ya que, según lo

declarado por el Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de

Guadalajara, durante la pandemia se produjo un alza en el consumo de sustancias

(licitas e ilícitas). Factores como la ansiedad y el aislamiento, jugaron un papel muy

importante para que se suscitara dicho incremento, además de que también se

sumaron muchos nuevos consumidores, según refieren los representantes del

Departamento de Neurociencias de la institución antes mencionada. Parte de los

nuevos consumidores, se asume que son niños, adolescentes y mujeres. Además de

que se agrega en dicho artículo que, la edad de iniciación en el consumo de sustancias

ha disminuido de los 15, hasta llegar a los 12 años (Sepúlveda, 2021). Todos estos

datos, aportan un sustento al presente trabajo, ya que la mayor parte de los

participantes de su muestra son mujeres, en una edad promedio de 15 años, lo cual, da

cuenta de que, el inicio en el consumo de sustancias en general en México, por parte

de mujeres jóvenes, se viene manifestando desde hace algunos años, con una

78
tendencia al alza según los datos aportados por los medios antes mencionados. En

este sentido, también podemos determinar que, a pesar de que el trasiego de droga de

países de centro y Sudamérica, se detuvieron casi en su totalidad durante la pandemia,

ciertamente, en México, esto no fue de gran relevancia, a diferencia de los Estados

Unidos, el cual depende en su mayoría, de la importación de dichas sustancias para

mantener el consumo de su mercado ilícito. Finalmente, esta información nos permite

darnos cuenta de dos situaciones alarmantes respecto al consumo de sustancias ilícitas

en nuestro país: 1. Podemos considerarlo “autosustentable” en ese aspecto. Ya que no

requiere de la importación del producto terminado. 2. La mayor parte de las drogas

consumidas en México son sintéticas.

Visualizando un poco más a detalle la situación de inseguridad por la que atraviesa

el estado de Guanajuato, de manera específica, en la región Bajío, a partir del auge que

tuvo el delito del robo de combustible en el estado, al cual es conocido popularmente

como “Huachicoleo”, surgieron también, otros delitos, como el llamado “Halconeo”.

Delito en el cual se vieron envueltos gran cantidad de jóvenes de bajos recursos, ya

que, eran elegidos de manera privilegiada por el crimen organizado, al no levantar

demasiadas sospechas por su condición y sobre todo por su corta edad. De acuerdo

con lo declarado por David Saucedo, especialista en seguridad, a través del medio

informativo, El Sol de León, los carteles de la droga que están asentados en los

diferentes municipios del estado de Guanajuato, reclutan jóvenes de entre 15 y 25 años

de edad, para ejecutar labores de “halconeo”, actividades que tienen que ver con la

vigilancia, tanto del territorio como de las rutas por donde patrullan o transportan sus

mercancías los miembros del mismo cartel, dando aviso de posibles invasiones de

organizaciones criminales rivales o de la presencia de elementos de seguridad pública

79
de los diferentes niveles de gobierno o de elementos del ejército mexicano. Muchos de

estos jóvenes “halcones”, tienen un crecimiento dentro de las organizaciones delictivas,

hasta convertirse en sicarios, narcomenudistas, jefes de plaza, entre otros cargos de

mayor relevancia, aunque ciertamente, muchos de ellos mueren o son aprehendidos y

juzgados a muy temprana edad, según refiere el medio informativo antes mencionado

(Medina, 2021). Podemos establecer una relación directa entre estos datos y los

resultados obtenidos en el presente trabajo de investigación, considerando que la edad

en que los carteles reclutan a los jóvenes coincide con la edad promedio de los

participantes de la muestra. Por tanto, estos pudieran ser objetivos de dichas

organizaciones criminales.

Sobre las fortalezas de este trabajo, la mayor parte de los estudios empíricos

considerados dentro del marco teórico, se sitúan entre el 2007 y 2016, por lo que este

estudio, contiene información más reciente en comparación de ellos. Además de que,

ninguno fue realizado en la región Bajío, por lo que esta investigación es la única

enfocada en dicha región. Al igual que en este, en la mayor parte de los demás

estudios, los participantes están en un rango de edad entre los 15 y los 19 años,

situación que aporta una mayor amplitud de análisis comparativo entre cada uno de los

estudios, para dar cuenta de las tendencias evaluadas por cada uno de dichos estudios.

Tal es el caso de la Encuesta Nacional de Inseguridad, realizada por el Instituto

Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, la cual refiere que, el 54.3 por ciento de

los delincuentes, están en un rango de edad de entre los 16 y los 25 años. Por tanto,

podemos decir que, el enfoque que posee este estudio es acertado en comparativa con

los resultados arrojados por dicha encuesta.

80
Sin embargo, dentro de las oportunidades de este trabajo, podemos considerar la

amplitud de la muestra como un área de oportunidad para futuros estudios, ya que en

este solamente fueron considerados 50 participantes. Lo cual, en comparación con los

estudios empíricos del marco teórico, podemos decir que, la mayor parte de dichos

estudios, supera los 100 participantes en sus muestras.

También podemos decir que, la cantidad de datos sociodemográficos considerados

dentro de cada uno de los instrumentos, aportan información a las conclusiones del

estudio, por tanto, consideramos que, a mayor cantidad de dichos datos, podemos

tener una interpretación más clara de los resultados, ya que, en el caso de los

instrumentos utilizados en el presente estudio, solamente se consideraron las edades y

el género de los participantes, reduciendo la visión de ellos mismos, así como del

entorno en el que se desenvuelven; a diferencia del “Estudio descriptivo del uso de

drogas en adolescentes de educación media superior de la ciudad de Monterrey, Nuevo

León, México”, del cual, 20 de las 69 totales de su instrumento, miden características

demográficas, culturales y psicológicas, que, sin duda alguna, facilitan el trabajo de

análisis e interpretación de la información obtenida, dando pie a nuevas hipótesis

basadas en la teoría conductual (por dar un ejemplo), que a su vez amplíen los

parámetros de investigación de las problemáticas de este estudio, en futuros trabajos.

Tomando en cuenta las Debilidades de este trabajo, podemos decir que, el lugar de

aplicación de los instrumentos de medición fue una de ellas, ya que, considero que una

parte de los participantes contestaron con poca sinceridad, pues muy probablemente

consideraron que podrían meterse en problemas, siendo que, dichas pruebas fueron

aplicadas, en las instalaciones de la misma institución donde los participantes cursan

81
sus estudios de bachillerato. Por tanto, puede existir, cierta influencia sobre los

resultados obtenidos.

También se puede considerar como una debilidad, el que este estudio sea de tipo

transversal, ya que no tiene una continuidad en el eje del tiempo, situación que

concuerda con los resultados del estudio denominado: determinantes de la conducta

planeada y el significado del consumo de tabaco y/o alcohol y el consumo de estas

sustancias en adolescentes, el cuál posee la misma limitante.

La cantidad de Ítems que se utilizan en este trabajo es otro punto para considerar

dentro de las debilidades, ya que, los estudios empíricos citados en el marco teórico

poseen una mayor cantidad de Ítems en comparación con este, lo cual les otorga mayor

amplitud de resultados que pueden relacionar entre sí, con la finalidad de tener un

mejor análisis. Por tanto, considero que la elección del instrumento POSIT, sería

mayormente enriquecedor para el estudio, si se utilizara en su versión completa, y no

en la versión breve, como fue el caso en este estudio.

La falta de sinceridad en las respuestas de los participantes de la muestra puede

considerarse como una amenaza, la cual, sin duda alguna, influye directamente en los

resultados obtenidos. Tal como está planteado en la parte de las debilidades de este

trabajo, del escenario en el cual fueron aplicados los instrumentos, se desprende esta

situación. Por tanto, podemos considerar que, dicho factor disminuye la confiabilidad en

el desarrollo de las conclusiones, aunque a su vez, aporta una nueva área de

oportunidad a considerar en futuras investigaciones.

82
Desde un punto de vista general, podemos concluir que, casi la mitad de los jóvenes

entre los 15 y 19 años que cursan la secundaria o preparatoria han consumido drogas

legales, siendo el alcohol, la droga más consumida por esta población. Situación que

pone en evidencia a las autoridades encargadas de la regulación de la venta de alcohol

en nuestro país, pero principalmente habla de la falta de supervisión por parte de los

padres de familia, quienes deben ser los principales respondientes respecto de la

atención y el cuidado de sus hijos.

Se puede deducir también que, podría existir cierta relación entre el consumo de

sustancias y la acción de romper reglas o cometer actos inmorales bajo el influjo de

sustancias (legales o ilegales), en los jóvenes de la región Bajío, las cuales pueden

producir consecuencias mayores las adicciones o hasta incurrir en algún delito penal,

sin embargo, no se puede sostener como una afirmación, sin antes corroborarla. Es por

ello que dicha información se mantiene como un supuesto.

Actualmente para las instituciones públicas enfocadas en la seguridad, su principal

objetivo se centra en la disminución de la delincuencia, en las diversas modalidades en

las que se presenta, así como la erradicación del consumo de sustancias ilícitas (como

se ha observado en las recientes campañas que ha lanzado el gobierno federal), es por

lo que, al combate de estas problemáticas se le invierte una gran cantidad de recursos,

a pesar de que los resultados no sean los esperados por la ciudadanía.

Es importante mencionar que, la situación respecto del cumplimiento de las leyes y

las instituciones encargadas de que estas verdaderamente se cumplan, así como una

falta de conciencia en población civil en la Región Bajío, alimentan el aumento de las

problemáticas de inseguridad y consumo de sustancias, siendo estos los dos temas

83
centrales del presente estudio. Un claro ejemplo de la nula o vaga aplicación de la ley,

la podemos ver reflejada en el consumo de alcohol, por parte de menores de edad, a

pesar de que, en todo el territorio mexicano dicho consumo es legal, esto no aplica sino

hasta que se cumple la mayoría de edad. A pesar de ello, cada vez es más común ver

adolescentes en estado inconveniente, a causa del abuso del alcohol, siendo esta, una

droga puente, para el consumo de otras sustancias como la marihuana, cocaína o las

metanfetaminas, solo por nombrar algunas drogas.

El intento de solucionar el problema es solo el primer paso para comenzar a ver

resultados positivos, es necesario invertir en la prevención que genera esta

problemática, es decir, se debe atacar el problema desde la raíz.

Debe existir un enfoque en las campañas de prevención y divulgación de las

consecuencias del consumo de sustancias ilícitas, en la población adolescente, siendo

los estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria su objetivo principal. Además de

ello, es necesario que los padres de familia sepan identificar indicadores de una posible

adicción en sus hijos, con el propósito de brindarles una correcta orientación para salir

del problema o mejor dicho, para prevenir la existencia de un problema de adicciones.

Para lograrlo, se necesita un apoyo profesional integral, por parte de las instituciones

educativas y de seguridad, así como de los organismos encargados de la prevención y

tratamiento de adicciones, por medio de las áreas de medicina, psicología y pedagogía.

Es decir, se requiere la participación conjunta de padres de familia, alumnos,

personal docente, además del apoyo de las instituciones educativas y gubernamentales

encargadas de estos temas, para poder lograr un verdadero cambio en las tendencias

negativas en cuestión. Aunado a ello, debemos promover la divulgación de resultados

84
de este tipo de trabajos de investigación, con la finalidad de estar evaluando

constantemente los resultados de las estrategias aplicadas en la prevención del delito y

el consumo de sustancias.

Finalmente, se debe promover una consciencia legitima, respecto al consumo de

sustancias ilícitas, ya que, al consumirlas se promueve el alza en los asesinatos y

demás actos ilícitos que van de la mano con el narcotráfico, pues al ser un “negocio”

altamente rentable, la disputa por el mismo es mayor. Esto se convierte en un círculo

vicioso que, de no detenerse o al menos disminuirlo, terminará por consumir el futuro de

nuestra sociedad, el cual está cimentado en la niñez y la juventud.

85
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