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- Elia y el chantajista Timo Parvela 1 EL PROFESOR SE COMPORTA DE UN MODO RARO Mb LLaMo ELIA. Voy a 1°. Tengo compafieros simpaticos y un profesor que también lo es. . porque ya no es el mismo. siempre decia cosas con sentido, nos ia muchos deberes y nos mandaba callar- si alguno hacia ruido en clase. Entonces, olvid6 ponernos los deberes y no se ta de que Tuomas y Sami se pasaron intercambiandose cromos de ju- hockey sobre hielo. Meg6 una carta. Sami la vio cuando ‘clase a buscar un balén. El profesor leyéndola. Tenia la cara roja y le ‘manos, Cuando se dio cuenta 7 de que Sami andaba por alli, escondié la carta fen su cartera y sonrié de un modo extrafio. Ni siquiera regafié a Sami por haber entrado en el aula con los zapatos cubiertos de barro, Elprofesor se ha vuelto muy raro. Creemos que leestin haciendo chantaje. Fue Hanna quien tuvo la idea. Es una carta de chantaje ~dijo cuando oy6 hablar de la carta. = Cémo que de chantaje? ~pregunté Pauli, «que nunca se entera de nada. Pues porque las victimas de chantaje siem- pre estan muy nerviosas.Se comportan de un ‘modo rato y reciben cartas -explicé Hanna. —Entonces a mi padre también le estn ha- ciendo chantaje.Se comporta de una manera muy rara cada vez que recibe una carta de la compaiiia de teléfonos ~murmuré Sami. En las cartas de chantaje siempre te piden. que lleves a medianoche una maleta repleta dedineroa un parque ~coment6 Tuomas quien Io sabe todo. ~2¥ por qué tendria que llevar el profesor dinero a un parque? ~pregunt6 Pauli,sorpren- dido. ~Pues porque alguien ha secuestrado a su hijo ~dijo Tuomas. El profe no tiene hijos ~afirmé Hanna. ~Entonces es que ha secuestrado a su mujer ~sugirié Tuomas, El profesor no esta casado. 10 Todos pensibamos que sin duda era raro quel maestro fueraa llevar una maleta llena de dinero al parque, especialmente porque no tenia ni mujer ni hijos. Pobre profesor. Tenemos que ayudarlo —dijo Hanna. {¥ como? ~pregunté Pauli. Pero nadie supo responder, ni siquiera Tao- mas, que normalmente lo sabe todo, asi que ecidimos esperar. 2 EN LA PISCINA EL proresor también se comporté de un modo realmente extrafio al dia siguiente, cuando nuestra clase fue la piscina cubierta, ~Te pareces al hipopétamo ese que sale en la tele de la escuela le dijo Pauli al conduc- tor del autobis, No estaba tan gordo ~corrigié Sami. El conductor no contest6 nada, le lanz6 una mirada fulminante al profesor, quien rio ner- vvioso,y condujoa gran velocidad, lo que a no- sotros nos parecié superdivertido, Una vezen la piscina,el profesor nos mand a todos que nos pusiéramos en fila ~Pon ese jabén al borde de la piscina -le dijo a Pauli, quien crefa que una piscina es algo asi como una bafiera grande. 3 ~Nadar es divertido. Quién sabe ya nadar? ~pregunté el profesor, ‘Naturalmente, todos queriamos demostrar- selo, asi que nos tiramos al agua. Detris de nosotros se tiré el profesor y salvé a Tuomas, a Pauli,a Tiina y a Heidi, quienes no sabjan na- dat todavia, Nos sorprendimos al darnos cuenta de que se habia tirado con la ropa puesta por- que, como es légico, todos nosotros llevabamos el bafiador. Sami no: se le habia caido a la pis- ina. Habia olvidado atarse el cordén del ba- Fue terriblemente divertido, todos gritando muchisimo y salpicando con agua al profesor. El también gritaba algo, pero ninguno de no- sotros podia entender qué porque habia mu- cho ruido. El profesor fue el primero en aburrirse y nos mand8 salir, Nos colocamos a su alrededor. Sami no: buscaba su bafiador en la piscina. El profesor volvié a arrojarseal agua y esta vez tampoco se quité la ropa. Nos miramos preo- cupados. -Un caso claro -dijo Hanna, ~Claros sintomas de la tensién del chantaje ~reconocié también Tuomas. Senti pena por el profesor, tan agradable perocon tanta tensién, y deseé que nadar lo re- lajara, Después de un rato, toda la clase estaba de nuevo en el borde de la piscina y la ropa del profesor estaba secindose en la barandill Curioso: todo el tiempo habia tenido el bart dor puesto, pero debajo de la ropa, mo suena? ~pregunté Pauli. profesor soplé para demostrarselo y to- los nos lanzamossala piscina, El nos grité que saliéramos ensegguida otra vez. Cuando habia salyado de nuewo a Tuomas, a Pauli, a Tiina a Heidi, quie-nes seguian sin saber nadaz, {xlos volvimos sa estar juntos de nuevo. Todos {eepto Sami: se le habia vuelto a caer el ba- 16 v ~Yaes suficiente~dijo el profesor. Ademés, nadar no es tan divertido ~suspir6, A nosotros nos parecié raro que dijera eso, porque nos lo habiamos pasado genial. Claro que luego fue una pena porque, al irnos, el profesor resbal6 con el jabsn que Pauli habia dejado al borde de la piscina, Ninguno podia creer lo que oimos cuando el profe,al salir del agua, repiti6 muchas de esas palabras que a no- sotros nos ha prohibido terminantemente usat. Sin duda tenia que estar en manos de un chan- tajista. 8 3 EL HoYO Miexrras et pROFESOR intentaba quealguien le prestara ropa seca, nosotros esperamos obe- dientes delante de la piscina cubierta. De re- pente, alguien se dio cuenta de que faltaba Pauli. Miramos de reojo a nuestro alrededor y luego los unos a los otros, pero ni rastro de El chantajista lo ha secuestrado también sugiri6 Tuomas. = Quién vaa pagar por Pauli? ~dudé Hanna. Sami empezé a llorar. A veces es un autén- 9 llorén, Aqui -se oyé de pronto una voz ahogada, Nos pegamos un buen susto y nos acerca lunos a otros. Aquella voz terrible venia dle debajo de la tierra. w ~Es el chantajista -dije, siniestra, “Todos se estremecieron de miedo. =Chicos, ayadadme -se oy6 la vor de nuevo. Esta vez, la voz parecia provenir de algiin lugar en medio del césped, pero alli no habia nadie Entonces, entre la hierba, se movié una ‘mano, que desaparecié tan rapido como habia aparecido. Nos acercamos cautelosos. En el cés- ped habia un hoyo profundo yalli,en el fondo, estaba Pauli. =; Cémo has llegado hasta ahi? ~se admix6 Sam =Me he caido, 0 es que piensas que vivo aqui? -resoll6 Pauli. Pues no lo sé. Nunca he estado en tu casa contest Sami, herido. = {Qué clase de hoyo es este? ~se extraié nna. “Bist agujero trampa ~afirmé Tuomas con ridad. = )Y quién seria tan tonto como para cacrse to? ~dudé Hanna. los miramos a Pauli. a Pero la cuesti6n es: zpara quién es real- mente esta trampa? ~pregunté. Para el profesor, claro ~contest6 Tuomas, y Hanna asintié con la cabeza. El profesor no ha Llevado el dinero al par- gue y el chantajista ha decidido secuestrarlo =dijo Hanna, horrorizada. —Quiero ira casa~chill Pauli desdeel fondo del hoyo. ~Pues hace un momento dijiste que vivias ‘en ese agujero -apunt6 Sami, divertido con la situacion. -No dije eso -grit6 Pauli. 4 —Podriamos Henar el agujero de agua. Ast Pauli podria salir nadando ~propuse. “No sé nadar ~grit6 Pauli, empez6a llorar. Bs verdad ~asentimos todos. “Pero sé hacer e1 pino ~afiadié Pauli, ya més contento. Y apoyandose contra la pared del hoyo,se sostuvo sobre las manos. Nosotros aplaudimos y, rapidamente, Pauli se sintié mejor. ~Ya sé ~dijo Tuomas de repente~. Que se metan Sami y Hanna en el agujero y asi ayu- dana salira Pauli. Un instante después, Pauli ya se encontraba fuera, contento al borde del hoyo. Gracias -les dijo a Sami y a Hanna-. Voy ala tienda a compraros unos caramelos ~pro- mati, y se fue. ~{¥ nosotros qué? ~pregunt6 Sami mirando con preocupacién las altas paredes del agujero. Tiina, Elia y yo os ayudaremos a salir ~pro- metié noblemente Tuomas. Saltamos al hoyo, pero antes de que pudié- ramos sacar a nadie, Sami se agaché inespe- radamente y recogié un euro que habia en el fondo del hoyo. ~Mirad ~grit6~. Este es el agujero de los te- soros. ~{Un tesoro! jNosotros también queremos! ~gritaron todos los que todavia estaban fuera, ysaltaron dentro del hoyo. De repente,el lugar se habia vuelto estrecho. Nadie podia mover una mano, y mucho me- nos agacharse. 2% ~Oye ~dijo la cabeza de Pauli apareciendo por el borde del hoyo-. ;Alguno de vosotros ha vistoun euro? Creo quese mecayé cuando hacia el pino. -Aqui tienes ~dijo Sami, todavia con el brazo extendido porque, como aquello era tan estre~ cho, no lo habia podido volver a bajar. Muchas gracias ~respondié Pauli agrade- cido-. Tengo que irme porque el profe acaba de llegar. 26 Mientras el profesor nos sacabaa todos uno uno del agujero, parecia tan tenso que nos dio auténtica léstima. Aunque ni siquiera nos agra- decié que hubiéramos descubierto la trampa del chantajista. a 4 OTRA CARTA Cvanvo Ltecut por la mafiana al colegio, otra carta esperaba sobre la mesa del profesor. El sobre era blanco y el nombre del profe es- taba escrito con letra redonda y clara. La carta cra gruesa y su contenido no se transparentaba nada, aunque durante un buen rato intenté verlo poniendo el sobre contraluzen la ven- tana. Yaiba a devolverlaa su sitio cuando de re- pente me di cuenta de algo importante: la carta no llevaba sello, Eso solo podia indicar una cosa: que la persona que la habia escrito la habia traido personalmente y yo, quizas, hasta la ha~ bia visto, gAquién me habia encontrado por el cami- no viniendo al colegio? ,Acaso alguno de los que caminaban en direccién contraria era el a retorcido chantajista? La abuela del traje oscuro o el sefior que paseaba el perro? A mi mente vino un pensamiento ain mas escalo- friante. ,Y si el chantajista cra alguien del co- legio? {Era la directora, que le exigia dinero al profesor para que este pudiera darnos clase? 2O la cocinera, que no accedia a hacer mis albéndigas si no le daban més dinero? ,O el bedel, que no arreglaria el pupitre de Hanna antes de que el profesor le Ilevara una maleta Ilena de billetes al parque? Quizas el chanta- jista era alguien de nuestra propia clase. Las posibilidades eran infinitas. Con esos pensamientos rondéndome la ca- beza,empecé a marearme; todo me daba vuel- tas y casi no podia esperar el momento de con- tar mis sospechas a los demas. Es la maestra de 1° B. La mujer esa dijo Pauli con seguridad. ~ {Por qué ella? ~pregunt6 Tuomas. Pues porque todos los de 1° B son unos falsos ~explicé Pauli. ~Yo sospecho que es el profesor de gimna- sia, porque es calvo, Muchas veces los chanta~ jistas son calvos y grandes ~dijo Tuomas. ~El profe de inglés es bajo y tiene muchas arrugas,y es0s también pueden chantajear -ase- guré Sami. Los bajitos y con arrugas son envenenado- res ~contest6 Tuomas. ~Chantajistas —insistié Sas —Envenenadores, ~Chantajista. -Envenenadores. 3 —Callaos los dos -pidié Hanna~, Tengo un plan. Vamosa vigilar al profesor durante todo el dia por si acaso el chantajista intenta ha- cerle chantaje. Durante l primer recreo,el maestro se qued6 en la sala de profesores. Sami y Tuomas se hi- cieron unos bigotes de algodén para hacerse pasar por inspectores escolares y asi poder vi- gilar mejor al profesor. —Parezco un inspector? ~pregunt6 Sami, preocupado, intentando poner voz ronca. 33 ~Mis bien pareces Papa Noel -murmuré Tuomas detras de su bigote. Los inspectores llamaron a la puerta de la sala de profesores y entraron, ~Buenos dias. Hay aqui nifios buenos? —dijo Sami poniendo voz profunda, Que estos son profesores, so tonto -sised Tuomas dandole un codazo, ~@Flay aqui profesores tontos? ~intent6 Sami de nuevo. Los profesores parecian sorprendidos, no es- taban preparados para una inspeccién sorpresa, excepto el nuestro, quien se escondi6 detris del periodico y hacia como que la cosa no ibacon él, Ea Aqui todo patece estar en orden ~dijo Sami dandose la vuelta para marcharse. Empez6 a sentir vergiienza cuando se le cay6 la mitad del bigote. ~Todo muy agradable por aqui. ¥ también hay ricas galletas ~dijo Tuomas al darse cuenta de que habia un plato de dulces sobre la mesa. Mientras, agarraba a Sami de la manga para cevitar que se escapara. =gAcaso desean los sefiores inspectores inspeccionar un par de galletas? ~pregunt6 sonriente el profesor de inglés bajito y con arrugas. 35 ‘Tuomas y Sami se quedaron helados de horror. ~Venga, tomen una, que no estén envene- nadas-sonrié el profesor de inglés. (Socorro! ~susurré Tuomas. ~Madre mia! ~grité Sami, y ambos salieron corriendo, ~{Yu.? ~preguntamos el resto de nosotros. ~Yo tenia raz6n —dijo Tuomas, angustiado- Los bajitos y con arrugas SON envenenadores. 36 En el siguiente recreo, les tocaba a Pauli y Hanna vigilar al profesor en el patio, pero empezaron a discutir. Pauli no queria vigilar con Hanna porque Hanna era una chica y, s- giin Al, las chicas son unas cobardicas y siem- pre lo estropean todo. Segéin Hanna, son los chicos los que lo estropean todo. Entonces Pauli le dio un pufetazo a Hanna y Hanna le dio otro Pauli, este comenz6 a llorar. El pro- fesor se acercé y pregunté que qué pasaba. Pauli le dijo que, en su opinién, las chicas son im- prudentes ¢ injustas,y que él ya no jugaba mas yqueno iba a vigilara nadie, y que el profe podia estar todo lo nervioso que quisiera. En- tonces el profesor los Ilevé a ambos adentro. Seguramente tampoco en ese recreo se encon- tr6.con el chantajista. No habia tenido tiempo. En el dltimo recreo, el profesor vio a la di- rectora en el pasillo, Hanna y yo nos habiamos escondido en el ropero y escuchamos toda la conversacién, ~Oye, Marta ~empezd el profesor. ~Dime ~dijo la directora, —Necesito vacaciones, ~{Nacaciones? Pero si solo hace un mes que empezaron las clases. Es que estoy algo nervioso ~confesé el pro- fesor. Hanna y yo nos empujamos en nuestro es- condite. ~Ademés, tengo otro motivo ~explicé el pro- fesor. ~{Cual? ~pregunté la directora. Por ahora no te lo puedo decir, pero tiene que ver con la carta que recibi esta mafiana ~contesté el profesor misteriosamente. 38 Nosotras asentimos metidas dentro de un abrigo, Entonces me entré el hipo. ~ {Has dicho algo? ~pregunté la directora, =No, yo no he sido ~contest6 el profesor. Hip ~dije. ~fla sido ese abrigo? ~pregunté la directora. No -grité. Vaya, vaya —dijo la directora. ~Vaya, vaya -repiti6 también el profesor, pero ‘con menos entusiasmo. “Tus alumnos han estado bastante inquie~ tos tiltimamente —comenté la directora. Qué me vas a contar ~suspird él. Vacaciones concedidas, v 2” 5 LA ENCUESTA ~EL PROFE ESTARA DE VACACIONES a partir de pasado mafiana -les conté a los otros. -Entonces vaa llevar el dinero al parque —dedujo Tuomas. ~Tenemos que impedirlo -dijo Hanna, ~Pero no sabemos a qué parque ni cuando ~les recordé. ~Por eso tenemos que enterarnos ~concluyé Hanna. Después de clase, seguimos al profesor a su casa sin quese diera cuenta, lo que desde luego result6 bastante dificil, porque éramos casi veinte. Ademas, Sami y Tuomas estuvieron discutiendo a gritos sobre quién de los dos era Superman y quién Batman.Sin embargo, creo que el profesor no se enteré de nada; por lo a ‘menos, no nos reconoci6 cuando un policia le pregunt6 si éramos alumnos suyos. EI profesor vive en un bloque de pisos grande y rojo.Eso ya lo sabiamos porque Pauli y Hanna viven en el mismo edificio. ~@¥ ahora qué? ~se pregunts Sami una vez el profesor hubo entrado en casa. ~Tenemos que averiguar dénde y cudndo ~dijo Hanna, ~Y qué y como ~reconocié Tuomas. ~Y cuanto -afiadi yo, (Eh? -dijo Pauli. ~ZY si nos disfrazamos otra vez de inspecto- res y vamos a inspeccionar su casa? ~propuso Sami. Sin embargo, nadie tenia algodén para ha- cer los bigotes. ~Podriamos ir a mi casa y Hamar desde alli al profesor ~propuso Hanna. ~ {Crees que nos vaa decirasi como asi adén- devaa llevar el dinero? ~dud6 Tuomas. —Podriamos simular que hacemos una en- ccuesta -respondié Hanna, = (Qué es una cuesta? -pregunté Pauli. Encuesta. Es cuando una persona pregunta todo tipo de cosas ~explicé Tuomas. Hanna marcé el niimerodel profesor y Pauli se aclaré la voz. Lo habiamos elegido como cencuestador porque puede poner una voz muy ronca y hueca, igualita a la de Darth Vader, exe que sale en La guerra de las galaxias. Los demas nos quedamos alrededor escuchando intrigados. En el pasillo de casa de Hanna ha- cia calor y estabamos apretujados, casi como en el hoyo delante de la piscina cubierta. ~Diga? ~contesté la vor del profesor. ~Esta es una respuesta. Buenos dias —dijo Pauli roncamente. Una encuesta, so tonto ~susurré todo el mundo, ~Perdén, gcémo dice? ~pregunts el profesor. Una encuesta, so tonto ~corrigié Pauli con risa. ~Vaya, vaya ~dijo el profesor. Parecia cansado. ~{Quién es el persi... presdi... pesi.. del go- bierno? —Pauli ley6 el papel que le habfamos escrito, ~Pre-si-den-te. Quién es el presidente del gobierno? ~ayuds el profesor. -No lo sé -Pauli se puso nervioso y olvidé poner vor.hueca~.Pero gqué nos ha puesto hoy de deberes en clase? ~pregunts recordando de nuevo la vor de Darth Vader. 4“ El profesor se lo explicé y le dijo que tenfa que hacer las maletas. ~Se lo ha creido todo ~sonrié Pauli satisfe- cho al terminar la llamada, Sin embargo, tenfamos que inventar otro plan. Hanna y yo llamamosa la puerta del profe- sor. Nos habian elegido a nosotras para la mi- sién porque por la mafiana lo habiamos hecho muy bien, ~{Bsesto otra encuesta? ~pregunté el profe- sor incrédulo,al vernos en la entrada de su casa. 6 Solo queriamos preguntar cuales eran los deberes -respondi, ¢intenté echar un vistazo dentro. = jNosotras también? —resopl6-. Pero es que hoy no ha escuchado nadie nada? El profesor movie la cabeza y se fue a bus- carlos libros. Hanna y yo nos quedamos en el pasillo, En el guardarropa estaban el abrigo del pro- fesor, su paraguas y un chandal, En la pared habia un tablén leno de notas y en el suelo a una maleta verde grande completamente abierta, Estaba vacia -Es exactamente igual que la maleta de mi padre -susurré Hanna déndome un codazo. Yo no respondi porque en el centro del ta- bl6n habfa visto una nota roja que decia: «Par- que de la Estaci6n, jueves 21:15». ~Ahi cabe mucho dinero estimé Hanna mirando la maleta ==} —Aqui tenéis los deberes ~dijo el profesor apareciendo por sorpresa y déndonos un gran susto. ~Gracias por el parque ~contesté. El dinero en la maleta “dijo Hanna, Después echamos a correr. El profesor pa- recia bastante sorprendido. 6 LA MALETA LAMALETA verDE del profesor estaba en clase, delante de nosotros. Estaba cerrada, Lo sa- biamos porque habiamos intentado abrirla durante el recreo,antes de que el profesor vol- viera a clase, La estuvimos observando fija- mente durante toda la mafiana, pensando en el dinero en su interior, y nadie prest6 aten- ci6n a lo que explicé el profesor. = {Cuil es el animal que tiene cuatro patas, bigotes y ronronea? ~pregunté el profesor. “La maleta -respondi6 Sami, distraido, ~{Cuanto son dos més ocho? Mucho dinero ~contesté Hanna con los ojos cerrados. _Dénde esté Groenlandia? ~En el parque -respondié Pauli, 51 Bueno, asi no Llegamos a ningtin sitio. ‘Vamos a comer -suspiré el profesor. Durante el almuerzo, Hanna sacé del alma- cén de deportes la maleta verde de su padre, que ella misma habia escondido alli por la mafiana, y la arrastré a clase. Era exactamente igual a la del profesor. La noche anterior la habiamos llenado de ejemplares de la revista Pato Donald para que pesara tanto como la que tenfa el dinero. Cambiamos las maletas y Ile vamos la del profesor al almacén de deportes. 82 Los chantajistas se iban a quedar de piedra cuando solamente recibieran tebeos viejos del Pato Donald, en lugar del dinero, Aunque Pauli insisti6 en que los cémics eran mas va liosos. El resto del dia lo pasamos mirando fija- mente la maleta verde, pensando en los tebeos que tenia dentro, y nadie escuché nada de lo que el profesor explicd, excepto cuando dijo:

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