Está en la página 1de 1

Consagración al Inmaculado Corazón de María

Inmaculado Corazón de María: ¡Cómo me regocijo en ser tu


siervo y esclavo de amor! Te entrego y consagro mi cuerpo
y mi alma, con todos mis bienes exteriores e interiores,
naturales y sobrenaturales, pasados, presentes y futuros.
¡Madre mía! Yo renuncio a mi propia voluntad, a mis
pecados, a mis disposiciones e intenciones: quiero
únicamente lo que Tú quieres; me arrojo en tu purísimo
Corazón abrasado de amor, perfectísimo molde al que debo
ajustarme; en él me escondo y me anonado, para orar,
obrar y sufrir siempre contigo, en Ti por Ti y para Ti, a la
mayor gloria de Jesucristo, tu divino y misericordioso Hijo,
que vive y reina con el Padre, en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

También podría gustarte