Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de
Galilea. Entre los invitados estaban la Madre de Jesús y éste con sus discípulos. Y como viniese a faltar el vino, la Virgen se lo hizo notar a su Hijo . -Mujer – replicó Jesús-, ¿Qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora. Pero María dijo a los criados qué hicieran lo que Jesús ordenará, y Este, después de hacer llenar de agua varias tinajas, la convirtió en un excelente vino. Este fue el primer milagro de Jesús. (Juan 2,1).