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El año 1988 los laboratorios de Oxford, Tucson y Zurich publicaron los

resultados de los análisis efectuados con el método del carbono 14 a unas


muestras de la sábana de lino que, según la tradición, habría envuelto el
cuerpo de Jesús. El experimento dató el tejido entre 1260 y 1390. No ha sido
el único estudio científico. Hematólogos, médicos forenses, patólogos,
químicos, físicos y otros especialistas han realizado pruebas sobre la tela y
han llegado también a sus propias conclusiones.

Los forenses han concluido que la sábana envolvió el cadáver de un hombre.


El doctor Baima Bollone ha logrado demostrar que la sangre es sangre
humana del tipo AB. Tiene además los signos de la rigidez cadavérica, el
'rigor mortis' que se inicia sobre las tres horas del fallecimiento. Y ha
observado que la reacción provocada por la herida sufrida en el costado por el
hombre de la sábana es característica de un tejido muerto. Es una herida 'post-
mortem'. Del estudio de las llagas, el historiador Gino Zaninotto concluye que
fue flagelado con un instrumento llamado 'flagrum taxillatum', látigo que
empleaban los romanos y que se componía de dos cintas enganchadas a un
mango de cuyos extremos colgaban dos bolas metálicas unidas mediante un
alambre. Las bolas son los causantes de los hematomas y el alambre de los
desgarramientos de la piel. En total ha contabilizado 120 latigazos repartidos
por todo el cuerpo. Remiendos, exposición al fuego, agentes químicos o
radiactivos pueden falsear los resultados. Y la tela de Turín los ha sufrido a lo
largo de la historia. Especialmente grave fue el incendio de 1.532 que obligó a
retejer algunas partes de la sábana. El doctor Adler ha analizado 15 fibras de
las muestras usadas por los laboratorios del carbono 14 y las ha comparado
con 19 fibras extraídas de otras partes de la sábana. Resultaron que las
muestras empleadas por los laboratorios pertenecían a zonas retejidas y
pesaban el doble de las otras. Según estimaciones de Beta Analytic, una
mezcla con un 60% de material del año 1.500 y un 40% del siglo I daría un
resultado al carbono 14 en torno a 1.200.

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