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Cédigos do procedimientos y de t6rmulas judiciales—Reproduccién hecha por el Ministerio de Justicia. San Salvador, “Imprenta Nacional”, 1960, 8376-4 pp. Con motive de haberse cumplido el 20 de noviembre de 1957 el centenario do los Cédigos de procedimientos civiles y criminales y de férmulas de todas las instancias y actos de cartulacion de la Republica del Salvador en Centro-América, que tal es el titulo completo de su primera ediciém (cfr. p. 39), salida en 1858 de 8 Cabe, sin embargo, una extradicién interna, y el caso se da, precisamente, en México, dada su organizacién federal y su doble orden jurisdiccional (federal y local), segan se compriueba con sélo contrapaner la “Ley de extradicign de la Reptblica Mexi- cana”, de 1897, es decir, la de cardcter internacional en defecto de tratados (cfr. su art. 1), y la “Ley reglamentaria del articulo 119 de la Constitucién General de los Estados Unidos Mexicanos”, de 1953, 0 sea la de indole interna, entre atttoridades de diferentes entidades federativas para la reciproca entrega de “reos condenados por sentencia ejecutoria, procesados que traten de evadir ta accién de la justicia o presuntos res- ponsables contra quienes se haya dictado orden de aprehensién” (art. 1°, que, por cierto, se vale, junto a “exhorto”, del término “requisitoria”, el mismo utilizado por Covarrubias: véase ob com, p. 507). 10 Ya Dorado Montero, por contraernos al Ambito del derecho penal, puso de relieve cémo “afirmaciones relativas a la prevencién de los delitos” se encuentran en autores espafioles anteriores algunos en dos siglos a Montesquieu, Reccaria y Bentham: yéase su articulo ideas de algunos antiguos escritores espatioles sobre la prevencion de las delitos (en “Estudios de derecho penal preventiva —Madrid, 1901. pp. 241-70, y luego en Ja segunda edicién, titulada “El derecho protector de los criminales”, vol. 7 -=Macrid, 1915—, pp. 487-$12}. Y a causa, sin duda, de su gravitacién sobre el propio Dorado y luego sobre Asta y Ruiz-Funes, Espafia es el primer pais del mundo que promulga, en 1933, una ley sobre peligrosidad sin delito, modelo para las de varios Estados sudamericanos: véase Aleali-Zamora, El sistema procesal de la ley relativa @ vagos y maleantes (publicada su primera parte en la “Rivista italiana di diritto penale”, 1937, niim. 5, pp. §26-42, ¥ después integro en nuestros citades “Ensayos", pp. 175-234), asi como Ruiz-Funes, Le peligrosidad y sus experiencias legates (La Habana, 1948). BIBLIOGRAFIA 439 Ja “Imprenta de Luna, Calle de Ia Provideneia N? 2”, de In cindad de Guatemala, el Gobierno sclvadoredio dispuso la recdicién del euorpo legal compuesto por el preshitero y doctor Isidro Menéudez y revisado por una comisin integrada por 4 mismo y por el liceneindo Ignacio Gémez, ya que su tercer miembro, don Bus- taquio Cuéilur, se separ6 de ella antes de que aquélla rindiese su informe, Al reeditarlo, se “ha tratando, em Jo posible, de eonservar ol formato y aun el tipo de letra empleada en Ja primera cdieién” (p. 2 de las “Palabras liminares”), pero sin haberse deeidido por win reproduccién fotogrities, duiea que Labria sumi- nistrade una copia exacta, No vamos, claro est, a un siglo largo de distancia a descubrir un texto al que se dediean on las primeras paginas elogios absolutamente inmerecidos, ¥a quo el e6digo del prosbitero Menéndez, carcnte de originalidad en cuanto a con- tenido (como inspirado en Ja traiicién precesal espatola a través dei eédigo boliviano de 1822,1 euya influencia se percibe muy elara), resulta defectuosisimo cn la sistemitiea que adopta y de una iongitud excesiva, Limitémonos por ello a describirlo muy someramente, en sus divisiones eapitales, y a destacar dos de sus rasgos mis salientes, Compénese el e6digo de la friolera de 1957 artieulos, euando con un millar a lo sumo habria bastado.® Ello obedece a 1a cxhorbitante cifra de procedimientos especiales que contiene y al detailismo y casuismo eon que nume- yoga inslitueiones se regulan. Se distribuye en tres partes: la primera se oeupa “De los procedimientos eiviles en primera instanein” (arts, 1-996); la segunda, “De los procedimientos ¢riminales en primera instaneia” (arts. 997-1545), y Ia terecra, “De los procedimientos eiviles y criminales en segunda y tercera instan- cia y recursos extraordinarios” (arts, 1546-1957), Como primero de sus enracteres saliontos sefialaremos su indole unitatia, puesto que trata tanto del enjuiciamiente civil como del eriminal, si bien en forma sobremanera defeetuosa y desordenada, ya que su parte primera deberfa haberse reservado para jas disposieiones comunes x ambos procesos y destinar luego las otras dos a las normas peculiarea de enda uno de cllos. Pertencee, pues, la ley salvadorefia de 1857 a Ja reducida familia de eédigos processies unitarios, como 1 Conovide coma Cédigo de Procedcres Santa Crus, en consideracién al apellido del Presidente en enya época se promulgé: cfr. M, Rigoberto Paredes, Historia det dorecko procesal boliviano, en “Revista de Derecho Procesal” Argentina, 1944, 1 (pp. 366-379), pp. 470-1, El codigo Santa Cruz se inspira su vez, en gran parte, en cf Prontuario de los juicios, su orden, substanciacién e incidencias, escrito cn 1782 por ct Dr. Francisco (no José, como con frecuencia se le llama) Gutiérrez de Escobar, y usualmonte designado como “Cuadernitlo de Gutiérses”: para sa estudio, cfr. Paredes, ob. cit., pp. 368-9; Vazqitez Machicado, El “Cuadernillo de Gutiérres”, sobretiro de “Inter-American Review of Bibliography", vol. 1, evero-agosto de 1952, pp. 20-29, y Reimundin, Aistecedentes histéricos det derecho procesat indiano (Tucuman, Argentina, 1953), volumen consagrade por entero al estudio de Ja vida y de 1a obra del ilustre jurista peruano, 2 Acaso se diga que la ley de enjuiciamiento civil espafiola, posterior en el tiempo, como de 1881, cuenta con 2182 articulos y no regula ef proceso penal; pero no se trata aqui de argumentar a base del mds eres tii, sine, en este caso, del menos soy NO; ¥ ante tantos cédigos procesales como hay en el mundo que no aleanzan ¢l millar de disposiciones, et salvadoretio, aun restindole las concernientes a la justicia crimi- nal, resulta excesivo. 440 BIBLIOGRAFIA aqui en América e} hondurefio de 1906 ¥ el panamefio de 1916,3 0 eval en Europa los muchisimo més progresivos de Dinamarea de 19164 0 de Suecia de 1942.5 El otro rasgo acusadisimo consiste en In orgia de definiciones que, a imita~ cién del boliviano, 6 salpica el texto, con olvido de que semejante tarea es tan propia de la doctrina como impropia del legislador. Sin la pretensién de que la lista que sigue sea completa, he aqui algunos de los eonceptos definides en el cédigo salvadorefio, por el mismo orden, 0 desorden, con que aparecen en el artieu- lado: juicio (art. 1), juicio civil (2), actor y reo (21), jurisdiceién (23), juicios por arbitramento (47), aecién (133), clases de aeeidn (134), exeepeiones (136), conciliaeién (164), demanda (203), citacion (214), emplazamiento (215), notifi- cacién (216), contestacién a la demanda (239), prueba (251), testigo (323), tacha (366), confesién judicial (412), presuncioncs (436), sentencia (451), senten- cia interlocutoria y senteneia definitiva (452), tercer opositor (504), desistimien- to (518), desercién (516), causa ordinaria de mero derecho (580), juicio de des- Hinde (606), juicio ejeeutivo (643), embargo (665), concurso de acreedores (709), espera (733), remisién 0 quita (746), juicio sumario de posesién (756), emanci- pacién (805), bicnes mostreneos (939), bienes vacautes (940), juicio criminal (997), clases de juicio criminal (998-1000), acusadot, denunciante y quejoso (1026), arrestar (1056), prisigm (1057), fianza de la haz (1083),7 fianza de ca- Iumnia (1101), 8 euerpo del delito (1139), apelacién (1546), sapliea (1651), reeusa- 3 Este Ultimo no es sino el Cédigo Judicial colombiano de 1872; pero mientras en Panama continua rigiendo la organizacin judicial, el proceso civil y el penal (cir. Torres Gudifio, Panorama del derecho procesal civil panamesio, primero en “Revista de Ia Facultad de Derecho de México”, 1954, nim. 13, pp. 79-130, y luego en folleto —Pa- nama, 1935-—, mim. 2), en Cotombia se sanciond en 1931 un cédigo judicial compren- siva tan sdlo de la organizacién judicial y el procedimiento civil y en 1938 el cédigo de procedimiente penal (efr. Martinez Sarmiento, Historie del derecho procesal colombia no”, en “Revista de Derecho Procesal” argentina, 1943, 1, pp. 439-69, passim). 4 Vigente desde 1919; cfr, Munch-Petersen, Der Zivilprocess Dénemarks (Manne heim/Berlin/Leipzig, 1932), pp. 3-4. 5 Vigente a partir de 1948: vase nuestra resefia del mismo, en este “‘Boletin” 1953, nitmn, 18, pp. 213-21. Mas datos sobre leyes procesales unitarias, en la nota 42 de nuestros Principios técnicos y politicos de une reforma procesal (Tegucigalpa, 1950; ensayo reimpreso en la “Revista de la Universidad” de Honduras, 1960, nam. 1). 6 Donde, sin duda por el influjo sobre él ejercido por el Cuadernillo de Gutiérres (supra, nota 1), las definiciones abundan. También las encontramos en el cédigo judi- cial colombiano, que a su vez las tomé del de Cundinamarca de 1838 (cfr. Martinez Sarmiento, ob. cif. en la nota 3, pp. 454-5 y 460). 7 A saber: “el prometimiento solemne que una persona capaz de obligarse, hace de la seguridad del reo, sujetindose a presentarlo en juicio siempre que se lo mande la autoridad competente” (art. cit.). Se corresponde con In fianza personal para garan- tizar la libertad provisional del ineulpado (cfr., por ejemplo, arts. 562, frac, 111, y 369, céd. proc. pen. del Distrito Federal). 8 “Fianza de calumnia es la seguridad fideiyusoria que da cl acusador de seguir y fenecer la acusacién”, Dicha fianza entronca con el juramento de calumnia, 0 man- cuadra, del derecho medieval hispanogermanico: cfr. Garcia de Diego, Historia de Ara~ gin en los siglos VIII at XH (en “Anuario de Historia de Derecho Espaiioi”, tomo xs, Madrid, 1934, pp. 77-210), p. 151; Alcalé-Zamora, Instituciones jndiciales y procesales del Fuero de Cuenca (en “Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia”, 1950, nim, 47-48, p. 281-373), mim. $7. BIBLIOGRAFIA 441 cién (1763}, compotencia (en el sentido de enestién de: 1806), reeurso de fuerza (1817), responsabilidad (reato de: 1852). Agreguemos que el articulade va precedido de una amplia exposieién de mo- tivos, bajo el cpigrafe de “Informe eon que la Comisién autorizada para Je rev! sién y reforma del proyecto de eédigo de procedimientos judieiales del Salvador, acompahs sus trabajos” (pp. 1-38). En cuanto al Cédige de formulas, o sea formulario de todas las actuaciones civiles y actos de cartulacién, segin se Ive en Ja portadilla de Ja pigina 167, se divide asimismo en tres partes, pero sin que so correspondan con las del e6digo de procedimisntos. Bn efecto, In primera se refiere a Ins “actuaciones civiles” en todas las instancias, inclusive los reeursos extraordinarios (pp. 169-265); la segunda, a las “actuaciones criminales”, también en todas sus fases y grados (pp. 269-312), y la tereera, 2 Tas “eartulaciones” (pp. 315-363), es decir, al am- bito de la que en los planes de ensefianza espafioles se Hamé durante muchos afios “redaceién de instrumentos pablicos",® diseiplina perteneciente 2 les dominios Gel derecho notarial y no del proeesal. Dicho eédigo, que de tal no tiene més que cl nombre y que hace surgir In duda de si los esctitos no acomodados a él serin por ea Kolt enusa inadmisibles, se Teduee, como indiea su subtitulo, a una colee- ei6n de £6rmulas —seneillus, on general, acompafiadas de las explicaciones y complementos neeesarios para su mejor inteligencia.

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