En un pueblo muy lejano, donde yace la tranquilidad sin ruídos pertuarbantes ni mucho

menos se respira gases contaminantes producto del ingenio humano, vivía Nalha, una
labradora que dedicó su vida a la filosofía en busca de la verdad. Alejados de la tierra del
membrillo, Nalha y su hija Raiza deciden emprender una mini caminata sedentaria y a pocos
kilómetros son espectadoras de una familia de roedores que mostraban las peores condiciones
para vivir, su estilo de vida era cuestionado por Raiza quién dijo lo siguiente: “Mamá,
¿podemos ayudar a esta familia con nuestros ahorros del año?”, su madre asombrada de la
inocencia de su hija respondió: “No deberíamos, probablemente después de esto se sigan
acostumbrando a que se lo lleven todo en bandeja, solo observemos un poco más”. A los
pocos minutos, un aire tenebroso se mezia por el pelaje de ambas visitantes, observaron que
de toda la posilga catastrófica existía una luz en esa familia, se referian a su cabra, quién les
proporcionaba leche y quesillo el resto del día.

Al regresar a casa, raiza un poco indignada dijo: “pobre familia, quizás el destino no conspiro a
su favor para vivir en esas condiciones, no le deseo a nadie pero lo cierto es que no duraran
por mucho” su madre no tan conmovida por su opinión retumbo hacia el suelo: “pum, pum” y
expresó: “mañana tendremos la misma ruta, he visto tantas barreras que impiden que esa
familia salga adelante y no es por la mala suerte o verdad espiritual lo que ocasiona ese estilo
de vida”. Raiza un poco decepcionada de su respuesta murmuró: “puff, ni que hicieras un
milagro”.

La mañana siguiente, en el pueblo de sinsicap, se escuchó un cantar: “kikiriki”, era el aviso de

que un nuevo día empezaba a cobrar rumbo en este humilde pueblo. las laboradores ansiosas
por regresar al mismo lugar, primero se deleitan con el sonido del río al amanecer y degustan
de unas exquisitas croquetas para el camino. Al llegar, se dan con la sorpresa de que la familia
de roedores seguía durmiendo, y es en ese instante donde nalha con los colmillos bien afilados
decide presionarlos en el cuello de la cabra, causandole una hemorragia y en consecuencia su
deceso. Raiza nerviosa de esa escena y con un nudo en la garganta exclamó: “guau, guau,
guau”. Posteriomente decidieron volver a casa con todo el sigilio del mundo pero con
preguntas que se reflejaban en raiza.

En el camino, su hija desvirtuó el accionar de su madre, enfurecida dijo: “que te pasa, no te es

suficiente que sufran con su estilo de vida, aprendieron a vivir de esa manera ¿por que los
juzgas acabando con su destino?, la madre respondió: “perdóname hija, son gajes del oficio,
encontrar la verdad a costo de un sacrificio es la mayor prueba que debemos hacernos en
algún momento”. Al finalizar la conversación raiza pensaba que su mamá estaba loca por lo
que decide ir a vivir con su padre un determinado tiempo.

Finalmente, pasado ocho meses, raiza decide ver a su madre para iniciar una nueva vida a lado
de su progenitora. ya olvidandose de aquel suceso, ella misma decide ir por su cuenta para
saber sobre el destino de aquella familia. Sin embargo, vio que la casa de los roedores vestian
mas futurista, mas lujos en su patio, aún con la duda en su conciencia decide averiguar el por
qué de ese cambio, tocó el timbre y expresó: “¿Qué pasó con su casa?, ustedes eran gente de
mal vivir, no tenían absolutamente nada y ahora se bañan en lujos”. El patriarca de la familia,
le respondió de la mejor manera: “cuando nos enteramos de la muerte de nuestra cabra,
decidimos ocuparnos en otra cosa, mis hijos empezaron a sembrar vegetales en grandes
cantidades y yo los ofrecía a todo el pueblo, así iniciamos un negocio, mi mujer se dedicaba a
trabajar en casa. Todos hemos luchado para conseguir estos lujos a lo que tu denominas”.
Raiza en su mente se sentia orgullosa de su madre, la dependencia que tenia esta familia con
su cabra probablemente hubiese durado más tiempo, pero si el cambio no huniese sido antes,
no estarian gozando de su esfuerzo.

Moraleja: no debemos ser conformistas con las decisiones que provocan un estado de excusas
y que privan nuestro potencial para ser mejores personas en la vida.