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México 2018-2024:
Nueva estrategia
CONSEJO NACIONAL DE UNIVERSITARIOS
de desarrollo
Volumen 19
La economía de México en el tlcan.
balance y perspectivas frente al t-mec (usmca)
José Luis Calva
(Coordinador)
Textos
Arturo Alcalde Justiniani, Miriam Alfie Cohen, Ana María Aragonés, Alberto Arroyo Picard,
Alma Velia Ayala Garay, Sergio Barrales Domínguez, Robert A. Blecker,
Carmen Bocanegra Gastelum, José Alfonso Bouzas Ortiz, José Luis Calva, Sergio Cámara Izquierdo,
Julio Castellanos Elías, Moritz Cruz, James Martín Cypher, César Augusto Díaz Olin,
George A. Dyer, Fernando Escalante Gonzalbo, Óscar Flores Jáuregui, Ma. Beatriz García Castro,
Luis Ramiro García Chávez, José Gasca Zamora, Manuel Ángel Gómez Cruz,
Rodrigo Armando Guerrero Castro, María Teresa Gutiérrez Haces, Roberto Gutiérrez-R.,
Alan Hernández Solano, Jenny Ibáñez, Abelardo Mariña Flores,
Ángel Martínez Monroy, Araceli Olivia Mejía Chávez, Pablo Meza Pale, Mónica Mimbrera,
Isaac Minian Laniado, Daniel Morales Ruvalcaba, Juan Carlos Moreno-Brid, Mariano Mosquera,
Sergio Ordóñez, Jaime Antonio Preciado Coronado, Alicia Puyana, José Romero,
Ma. Eugenia Romero Sotelo, Ximena Roncal Vattuone, Blanca Rubio, Alejandra Salas-Porras,
Isabel Salat, Uberto Salgado, Ricardo V. Santés-Álvarez, John Saxe-Fernández,
Rita Schwentesius Rindermann, Juan de Dios Trujillo, Rosío Vargas, Miguel Ángel Vázquez Ruiz,
Delia Margarita Vergara Reyes, Gregorio Vidal, Jorge Witker, Antonio Yúnez Naude
Volumen 19
México 2018-2024: Nueva estrategia de desarrollo
José Luis Calva (coordinador), Arturo Alcalde Justiniani, Miriam Alfie Cohen, Ana María Aragonés,
Alberto Arroyo Picard, Alma Velia Ayala Garay, Sergio Barrales Domínguez, Robert A. Blecker,
Carmen Bocanegra Gastelum, José Alfonso Bouzas Ortiz, José Luis Calva,
Sergio Cámara Izquierdo, Julio Castellanos Elías, Moritz Cruz, James Martín Cypher,
César Augusto Díaz Olin, George A. Dyer, Fernando Escalante Gonzalbo,
Óscar Flores Jáuregui, Ma. Beatriz García Castro, Luis Ramiro García Chávez,
José Gasca Zamora, Manuel Ángel Gómez Cruz, Rodrigo Armando Guerrero Castro,
María Teresa Gutiérrez Haces, Roberto Gutiérrez-R., Alan Hernández Solano, Jenny Ibáñez,
Abelardo Mariña Flores, Ángel Martínez Monroy, Araceli Olivia Mejía Chávez,
Pablo Meza Pale, Mónica Mimbrera Delgado, Isaac Minian Laniado, Daniel Morales Ruvalcaba,
Juan Carlos Moreno-Brid, Mariano Mosquera, Sergio Ordóñez, Jaime Antonio Preciado Coronado,
Alicia Puyana, José Romero, Ma. Eugenia Romero Sotelo, Ximena Roncal Vattuone, Blanca Rubio,
Alejandra Salas-Porras, Isabel Salat, Uberto Salgado, Ricardo V. Santés-Álvarez, John Saxe-Fernández,
Rita Schwentesius Rindermann, Juan de Dios Trujillo Félix, Rosío Vargas, Miguel Ángel Vázquez Ruiz,
Delia Margarita Vergara Reyes, Gregorio Vidal, Jorge Witker, Antonio Yúnez Naude
Prólogo
José Luis Calva 11
Primera sección
La encrucijada del futuro inmediato:
el t-mec y sus PROBABLES efectos en la economía mexicana
[5]
6 índice
Segunda sección
El NEOLIBERALISMO ECONÓMICO:
DE LOS ORÍGENES A LA FIRMA DEL TLCAN
Tercera sección
Desempeño general de la economía
mexicana bajo el tlcan
Cuarta sección
La inversión extranjera directa
bajo el tlcan
Quinta sección
eL RÉGIMEN DE PROPIEDAD INTELECTUAL
BAJO EL TLCAN Y SUS EFECTOS
SOBRE LA ECONOMÍA MEXICANA
Sexta sección
La industria manufacturera
bajo el tlcan
Séptima sección
El sector agropecuario mexicano
bajo el tlcan
Octava sección
El sector energético de México frente al tlcan
La renegociación del TLCAN en materia de energía
Rosío Vargas 657
El bloque energético de América del Norte: geoeconomía
y geopolítica imperial del despojo energético
John Saxe-Fernández y César Augusto Díaz Colín 673
Reconfiguración geoeconómica y geopolítica mundial.
Las disyuntivas de México
Jaime Antonio Preciado Coronado 707
Novena sección
Efectos del tlcan en el desarrollo regional
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte
a veinticinco años. Perspectiva de sus impactos
territoriales en México
José Gasca Zamora 739
índice 9
dÉCIMA Sección
El acuerdo laboral del tlcan
y las realidades del mercado laboral en México
oNCEAVA sección
El acuerdo ambiental del tlcan:
balance y alternativas
Doceava sección
Alternativas frente al neoliberalismo
y el tlcan en México
Treceava sección
LOS RETOS DE LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA
como alternativa
Prólogo
José Luis Calva*
[11]
12 josé luis calva
rica reunión de Mont Pélerin, Suiza, en 1947, con la misma idea fuerza: “el
mercado permite la asignación eficiente de los recursos y es el único com-
patible con la libertad individual”. La diferencia es que ahora se trató de
crear un movimiento claramente político-ideológico: “debemos reclutar
y entrenar —enunció Hayek— un ejército de luchadores por la libertad, y
trabajar para formar y guiar a la opinión pública”. Desde entonces, la Mont
Pélerin Society (MPS) —que desde su fundación contó con el patrocinio
de algunos grandes empresarios— tejió una red de organizaciones en el
mundo (alrededor de 500 centros y fundaciones); y ha realizado reuniones
periódicas en diversas ciudades del planeta (en 1958 la reunión anual de
la MPS se realizó en México con la presencia de Hayek y Mises). Pero el
centro del movimiento neoliberal se desplazó a Estados Unidos, y especial-
mente a la Universidad de Chicago con Hayek y Friedman a la cabeza.
De esta manera, a la luz de los rigurosos estudios de Escalante, Romero
Sotelo y Salas-Porras, respectivamente, la teoría de la conspiración aplica
perfectamente tanto para el neoliberalismo en el mundo como para el neo-
liberalismo en México.
Mientras duró la edad de oro del capitalismo mundial, la ideología neo-
liberal no tuvo éxito visible en el mundo. Los países desarrollados experi-
mentaron un acelerado crecimiento del PIB y del empleo, y construyeron
sus generosos estados de bienestar basados en impuestos progresivos sobre
el ingreso. Paralelamente, numerosos países subdesarrollados emprendie-
ron exitosas estrategias desarrollistas, como ocurrió con México y otras eco
nomías de América Latina, Asia, Oceanía e incluso algunas de África. En
estas condiciones, el paradigma económico construido por Keynes dominó
el pensamiento económico en los países desarrollados; mientras que en los
países subdesarrollados y emergentes el pensamiento económico dominante
correspondía a la economía del desarrollo, afín al keynesianismo. Las doc-
trinas neoliberales sobrevivieron en el margen.
Pero hacia mediados de los años setenta apareció en los países desarrolla
dos el fenómeno del estancamiento con inflación (estanflación) —desen
cadenado por el alza espectacular de los precios internacionales del petróleo
a raíz del embargo ejercido por los países árabes en 1974-1975—, que apa
rentemente contradecía el paradigma keynesiano. Friedrich von Hayek y
Milton Friedman tenían su explicación alternativa: el Estado era el causan-
te, con su intervencionismo económico, su exceso de impuestos, su abul-
tado gasto social, sus regulaciones financieras, comerciales e industriales,
y sus leyes laborales. La solución era el clásico programa neoliberal: poner
fin a las políticas macroeconómicas contracíclicas del keynesianismo, que
—según el dogma neoliberal— agravaban (o provocaban) las recesiones
18 josé luis calva
un PIB de 527 370.8 millones de dólares PPA de 1990, era la décima eco-
nomía (FMI, World Economic Outlook Database, April 2013). 35 años des-
pués, en 2017, el PIB de China ascendió a 12 787 100 millones de dólares
PPA de 1990, superando en este indicador a la mayor economía del plane-
ta (el PIB de Estados Unidos ascendió a 11 125 800 millones de dólares),
mientras que México retrocedió hasta el onceavo lugar entre las economías
del mundo, con un PIB de 1 387 440 millones de dólares PPA de 1990, me
nos de la novena parte del PIB chino (FMI, World Economic Outlook Data
base, October 2018). “El fenomenal éxito de la globalización de China —ha
escrito Dani Rodrik— se debe tanto a las políticas industriales no ortodoxas
y creativas del régimen, como a la liberalización económica [sobre todo en
Estados Unidos y otros países: JLC]. La protección selectiva, los subsidios
al crédito, las empresas estatales, las reglas de contenido nacional y los
requerimientos de transferencia de tecnología han incidido a la hora de
transformar a China en la usina industrial que es hoy”. “El dato de que
muchas de las políticas de China violan las reglas de la OMC es más que
claro”. Pero China no habría podido desarrollarse tan rápidamente, agrega
Rodrik, “si se hubiera convertido en miembro de la OMC antes de 2001, o
si hubiera aplicado servilmente las reglas de la OMC desde entonces” (Dani
Rodrik, “El doble estándar de la política comercial de Estados Unidos con
China”, Project Syndicate, 10/Mayo/2018).
Al contrario de China, México se adhirió desde 1986 al Acuerdo General
sobre Comercio y Aranceles (GATT), con el fin de amarrar en un pacto in
ternacional la apertura comercial previamente realizada; y se sumó a las
negociaciones de la Ronda de Uruguay que transformaron al GATT —ba-
sado en los principios keynesianos de Bretton Woods, que otorgaban a las
naciones amplios márgenes de libertad para decidir soberanamente sus po
líticas económicas— en un nuevo organismo: la Organización Mundial de
Comercio (OMC) de corte marcadamente neoliberal.
No es extraño, por tanto, que durante casi una década de su membresía
en el GATT, México no haya aprovechado los amplios márgenes de libertad
que este organismo multilateral concedía a los países en desarrollo en ma-
teria de políticas comerciales, industriales, tecnológicas y de inversión ex-
tranjera. En contraste, los países de nueva industrialización del Este de Asia
(como Corea del Sur y Taiwán) aprovecharon ese entorno de libertades para
desplegar su característico paquete de “políticas no ortodoxas: subsidios a
la exportación, requisitos de contendido nacional, vínculos entre las impor
taciones y las exportaciones, violaciones a las patentes y los derechos de
propiedad intelectual, restricciones a los flujos de capitales (incluyendo la
inversión extranjera directa), el crédito dirigido, entre otros” (Dani Rodrik,
La paradoja de la globalización, Madrid, Antoni Bosch, 2011).
prólogo 23
INTRODUCCIÓN
AGRICULTURA
[29]
30 JORGE WITKER V.
3
“USMCA deja en la incertidumbre a pequeños agricultores: Alcano”, La Jornada, México,
1 de octubre de 2018, disponible en <https://bit.ly/2CAeRvQ>.
4
Idem.
5
Dainzú Patiño, “El USMCA no se opone al plan para el campo de López Obrador: Seade”,
México, Expansión, 5 de octubre de 2018, disponible en <https://bit.ly/2ySOmOX>.
32 JORGE WITKER V.
DERECHOS DIGITALES
6
Ilan Semo, “Usmca: la relación imponderable”, La Jornada, México, 6 de octubre de 2018,
disponible en <https://bit.ly/2ODkwss>.
7
“El nuevo United States-Mexico-Canada Agreement (USMCA) sustituirá en 2020 al vigen-
te NAFTA”, Gobierno de España, Madrid, 11 de octubre de 2018, disponible en <https://bit.
ly/2CtZ8OW>.
8
“El Acuerdo Comercial entre Canadá, Estado Unidos y México (USMCA) amenaza grave-
mente los derechos digitales”, Red en Defensa de los Derechos Digitales, México, octubre de 2018,
disponible en <https://bit.ly/2q2ADRt>.
REFLEXIONES GENERALES SOBRE EL T-MEC 33
9
“El Acuerdo Comercial entre Canadá, Estado Unidos y México (USMCA) amenaza gravemen
te los derechos digitales”, Red en Defensa de los Derechos Digitales, op. cit.
34 JORGE WITKER V.
AUTOMOTRIZ
En este caso, se relaciona con las reglas de origen. Estas últimas serán más
estrictas para fabricación de automóviles, aunque no tanto como preten
día Estados Unidos: se pasa del actual 62.5% de contenido regional exigido
(a partir del TLCAN) a un 75% (indicado en USMCA/T-MEC),10 es decir,
que menos componentes de los automóviles podrán importarse de otras
regiones. Estados Unidos quería al principio un 80%.11 Además, la industria
automotriz instalada en México tendrá que atenerse a la regla de integración
de un 25% de autopartes fabricadas en zonas donde los salarios sean de 16
dólares por hora y que contengan 15% en diseño e innovación.12 Hay que
agregar que “La mayoría de los insumos para estos sectores provienen de
China y otros países asiáticos pero por lo mismo el Usmca representa una
oportunidad para “incentivar la proveeduría local y regional” e incluso “pue
de incrementarse la inversión extranjera directa (IED) por el establecimiento de
nuevas compañías extranjeras en territorio nacional”.13
A esto se agrega el hecho de que Estados Unidos habría establecido cu-
pos de importaciones estadounidenses de automóviles y autopartes origina
rios de México y Canadá para el caso de que el gobierno estadounidense
decida aplicar aranceles globales a esos productos,14 lo anterior quedó seña
lado en las cartas paralelas en el USMCA/T-MEC.15 En éstas se establece
excepción a la medida establecida en la sección 232 de la Ley de Expansión
Comercial de 1962 estadounidense, con sus enmiendas: “con respecto a
ment/file/401178/04ReglasdeOrigen.pdf>.
11
“Principales puntos del nuevo acuerdo USMCA”, La Jornada, op. cit.
12
“Usmca: desventajas e incertidumbre”, La Jornada, México, 3 de octubre de 2018, disponi
ble en <https://bit.ly/2S7wl8s>.
13
Susana González G., “De 1 a 5 años, plazo a automotrices para abastecerse en Usmca”, La
Jornada, México, 2 de octubre de 2018, disponible en <https://bit.ly/2PHoQmW>.
14
Roberto Morales, “Coches: se ajusta al alza seguro antiaranceles en el USMCA”, El Econo
mista, México, 2 de octubre de 2018, disponible en <https://bit.ly/2CueK5b>.
15
Carta Paralela 232, disponible en <https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/
401562/Carta_232.pdf> y Carta Paralela Estados Unidos–México Proceso 232, disponible en
<https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/401564/Carta_EEUU_MXProceso232.pdf>.
REFLEXIONES GENERALES SOBRE EL T-MEC 35
TRANSPORTE TRANSFRONTERIZO
MEDIO AMBIENTE
CORRUPCIÓN
ment/file/401199/27Anticorrupcion.pdf>.
27
“T-MEC: Un placebo contra el cáncer de la corrupción”, Aristegui Noticias, México, 20 de
octubre de 2018, disponible en <https://bit.ly/2NVaP3e>.
REFLEXIONES GENERALES SOBRE EL T-MEC 39
SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS
CONSIDERACIÓN FINAL
MORITZ CRUZ*
[43]
44 MORITZ CRUZ
evidencia: el caso de México”, en Contaduria y Administración, vol. 57, núm. 2, pp. 11-47.
LA POLÍTICA CAMBIARIA EN EL T-MEC 45
20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
FUENTE: FMI, IFS (<https://www.imf.org/en/Data>).
POLÍTICAS MACROECONÓMICAS
E INDUSTRIA AUTOMOTRIZ EN EL T-MEC
[46]
POLÍTICA MACROECONÓMICA Y TIPO DE CAMBIO 47
dad económica han sido declaradas por Estados Unidos, con el fin de
recuperar y proteger ramas industriales —automotriz y metalurgia— en
las que alguna vez Estados Unidos fue dominante.
LA ENERGÍA EN EL T-MEC
ROSÍO VARGAS*
[50]
LA ENERGÍA EN EL T-MEC 51
[53]
54 JUAN DE DIOS TRUJILLO FÉLIX
1
Para un seguimiento crítico del actual debate, así como de las políticas agrícolas de Estados
Unidos, se recomienda revisar la comuna semanal de Daryll Ray y Harwood Schaffer, “Policy
Pennings”, del Agricultural Policy Analysis Center de la Universidad de Tennessee (<www.
agpolicy.org>).
2
COOL: Country of Origin Labeling.
3
Organizaciones de productores de cárnicos solicitaban que México y Canadá retiraran su
queja ante la OMC contra el etiquetado obligatorio de país de origen (véase IATP, 2018a; Ame-
rican Agriculturist, 1 de octubre de 2018).
LA AGRICULTURA MEXICANA FRENTE AL T-MEC 55
6
TPP: Trans-Pacific Partnership.
7
CPTPP: Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-Pacific Partnership.
LA AGRICULTURA MEXICANA FRENTE AL T-MEC 57
8
GRP: Good Regulatory Practices.
58 JUAN DE DIOS TRUJILLO FÉLIX
BIBLIOGRAFÍA
9
Para una crítica del T-MEC, desde la lógica de los partidarios de un comercio completamen
te libre, véase Hufbauer y Globerman (2018).
10
De acuerdo con Schoot (2018), mexicanos y canadienses vieron que eventualmente la ad
ministración Trump podía recurrir a la sección 232 en autos, y firmaron cartas paralelas en la
renegociación del TLCAN que los dejara fuera ante esa posible medida.
LA AGRICULTURA MEXICANA FRENTE AL T-MEC 59
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Páginas electrónicas
<https://www.agpolicy.org/>.
<https://www.gob.mx/tlcan>.
<https://www.iatp.org/>.
<https://piie.com/>.
<https://usmca.com/>.
LA INDUSTRIA TEXTIL Y DEL VESTIDO EN EL T-MEC
BEATRIZ GARCÍA CASTRO*
[60]
LA AGRICULTURA MEXICANA FRENTE AL T-MEC 61
aún cuando no existe regulación que impida que una misma persona im-
porte múltiples paquetes de costo menor a $100 USD. Esto abre una venta
na a importaciones masivas de productos de confección que no cumplen
las reglas de origen y que pueden competir con la producción nacional.
Por otro lado, la verificación estricta del cumplimiento de las prácticas
aduanales sería, de cumplirse, algo que ayudaría significativamente a la
industria, ya que en la actualidad el contrabando, la triangulación y la sub
facturación son tres prácticas ilícitas que dañan significativamente a la
industria mexicana. Sin embargo, no existe claridad de que las verificaciones
aduanales efectivamente incluirán a la mercancía que entra a México para
competir en el mercado doméstico. Es de prever que sólo se agudizará la
vigilancia de la mercancía que ingrese a territorio estadounidense.
Pese a todo, el tener el acuerdo en el que se permite la comercialización
de productos que cumplan el requisito del contenido nacional es, hasta
cierto punto, favorable, ya que la política comercial de Estados Unidos está
cada vez más promoviendo barreras comerciales y discrepancias con el
resto del mundo. Si es así, la ventana de oportunidad debe ser acompañada
de una política industrial interna de mayor integración y crecimiento de la
productividad, que permita modificar la mala trayectoria por la que ha
transitado esta industria.
EL CAPÍTULO DE INVERSIÓN
Y OTROS TEMAS ESTRATÉGICOS EN EL T-MEC
Dentro del capitulado del T-MEC destacan al menos tres disposiciones que
definitivamente alterarán el frágil equilibrio de las relaciones en América
del Norte. La primera se refiere al capítulo de inversión. El T-MEC posee dos
enfoques muy diferenciados respecto al uso del mecanismo de solución de
controversias en materia de inversión. Éste ha sido eliminado totalmente
entre Estados Unidos y Canadá,1 pero su desaparición tomará tiempo, por
lo que las empresas podrán seguir demandando al gobierno canadiense.2
En el caso de México y Estados Unidos, aunque se conservó el mecanismo,
éste contiene importantes cambios: el mecanismo de arbitraje irá desapa-
reciendo gradualmente y deja de abarcar todo el universo económico, ade-
más de acotar la protección a la inversión de las empresas en determinadas
actividades.
Dentro del T-MEC, México y Estados Unidos incluyeron una cláusula
que considera el derecho de reclamar daños y perjuicios por la afectación de
la inversión bajo dos modalidades. La primera para reclamar la violación a las
obligaciones de trato nacional, nación más favorecida y expropiación di
recta. Esto significa que ninguna empresa podrá reclamar la violación bajo
la figura de expropiación indirecta, como estaba contemplado en el capí-
tulo 11 del TLCAN. La segunda modalidad contempla la opción de reclamar
la violación a un contrato, pero exclusivamente en el sector de hidrocarbu-
[62]
EL CAPÍTULO DE INVERSIÓN EN EL T-MEC. 63
3
Secretaría de Economía de México, Resultados de la modernización del acuerdo entre Mé
xico, Estados Unidos y Canadá, 1º de octubre de 2018, Gobierno de la República Mexicana.
64 MARÍA TERESA GUTIÉRREZ HACES
4
La cláusula 32.10 establece que el ingreso de cualquiera de las Partes en un tratado de libre
comercio con economías de no mercado permitirá a las otras Partes terminar con este acuerdo
[el USMCA], y reemplazarlo por un acuerdo bilateral. En los hechos, esta cláusula se refiere
grosso modo a China, a Cuba y quizás a Corea del Norte, con la salvedad de que estos países ya
pertenecen a la OMC. Por su parte, México ya cuenta con un Acuerdo Bilateral de Protección a
la Inversión Extranjera con la República Popular de China.
La determinación de un país como que no es de libre mercado se establece si conforme a
las leyes en materia antidumping (discriminación de precios) de una Parte se ha considerado
a un país con ese status, y si al momento de la firma del USMCA una parte no tiene un TLC con
ese país.
LAS PATENTES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA
EN EL T-MEC
[65]
66 RODRIGO A. GUERRERO CASTRO, ROBERTO GUTIÉRREZ RODRÍGUEZ
CUADRO 1
CUADRO COMPARATIVO SOBRE PROPIEDAD INTELECTUAL
[67]
68 JOSÉ ALFONSO BOUZAS ORTIZ
APÉNDICE
[69]
70 MIRIAM ALFIE COHEN, OSCAR FLORES JÁUREGUI
lante con las cadenas globales de valor y el mercado interno, facilitado por el
avance en la formación de capital humano en la frontera norte de México.
Todo ello, acompañado de una estrategia de mejora de salarios para los
trabajadores mexicanos, ante una posible pérdida de empleo en el sector
exportador como resultado del nuevo tratado. Esta táctica contribuiría al
progreso en las condiciones de vida de la población y permitiría reducir las
críticas hacia las prácticas de antidumping social. La COCEF asume que debe
ampliar sus áreas de acción para convertirse en un instrumentos de desa-
rrollo regional transfronterizo, que permita seguir fomentando proyectos
de infraestructura ambiental que han logrado mitigar daños en la región
compartida (COCEF, 2018).
Hoy se abre una nueva etapa a nivel regional, en donde el compromiso
frente al cuidado ambiental implica buscar nuevos patrones de desarrollo y
una nueva relación entre la sociedad y el ambiente. Solo las acciones concre
tas en el tiempo-espacio podrán plantear los cambios requeridos frente a esta
nueva etapa de cooperación entre los tres países firmantes del nuevo tratado.
BIBLIOGRAFÍA
Alfie, M. (2018), “The Commission for Environmental Cooperation: Wor-
king on Oceans and Mangroves”, en Widening the Scope of Environmental
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disponible en <https://www.iisd.org/sites/default/files/publications/envi
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de octubre.
COCEF (2018), “Los impactos de la renegociación del TLCAN en la frontera
de México y Estados Unidos: Amenazas a la cooperación y la gobernan-
za transfronteriza”, disponible en <https://www.researchgate.net/publi
cation/323781859>.
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commerce/trade-agreements-accords-commerciaux/agr-acc/usmca aeu
mc/enviro.aspx?lang=eng.).
<http://www.ejecentral.com.mx/usmca-un-big-brother-para-mexico/>.
<https://vanguardia.com.mx/articulo/usmca-va-contra-medio-ambiente-
expertos>.
SEGUNDA SECCIÓN
EL NEOLIBERALISMO ECONÓMICO:
DE LOS ORÍGENES A LA FIRMA DEL TLCAN
ORÍGENES DEL NEOLIBERALISMO
[77]
78 FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
Una primera versión de este texto apareció como primer capítulo en mi Historia mínima
1
Otra vez, igual que Green, hace una crítica realista de la doctrina. Es un
hecho que una parte considerable de la población vive en la pobreza, o casi
en la pobreza:
2
Thomas Hill Green, “La legislación liberal y la libertad de contratación”, en Bramsted &
Meluish, op. cit., p. 107.
3
Ibidem., p. 108. Green prácticamente equipara libertad y realización personal, piensa que
la libertad sólo puede ser real si el individuo es consciente, y es capaz de elegir con pleno conoci
miento. Véase Colin Tyler (2015), The Metaphysics of Self-Realisation and Freedom. The Liberal
Socialism of Thomas Hill Green, Exeter, UK, Imprint Academic, p. 118.
4
Leonard T. Hobhouse, Democracy and Reaction, Londres, Forgotten Books, s.f., p. 141.
5
Ibidem., p. 217.
6
Ibidem., p. 227.
80 FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
De modo que eso tiene que ser responsabilidad del Estado. El panorama
se complicó todavía más con la Primera Guerra Mundial, por dos razones.
Una, fue la primera guerra total, que comprometió masas de cientos de
miles de soldados, millones, y requirió una cantidad gigantesca de recursos,
por cuyo motivo todos los Estados combatientes tuvieron que intervenir
para controlar la producción, la distribución y la venta de toda clase de
bienes, y tuvieron que regular el trabajo como nunca antes. No era fácil des
pués, una vez que se había visto que era posible el control político de la eco
nomía, no era fácil, digo, volver atrás y dejar que el mercado funcionase sin
trabas.8 Fundamentalmente, y es la segunda razón, porque se había moviliza
do a millones de hombres para el combate, se les había exigido un sacrificio
inmenso por la patria, y no se les podía devolver a la vida civil en las mis
mas condiciones de subordinación en que estaban antes. El caso es que
después de la Gran Guerra se inicia lo que Élie Halévy llamó “la era de las
tiranías”, prolegómeno de lo que llegaría veinte y treinta años después.
La crisis de 1929 fue el momento definitivo. Provocó la conmoción polí
tica e ideológica que se sabe, sobre todo porque produjo un desempleo ma
sivo en todos los países europeos y en Estados Unidos. Ya no se trataba de
que pudiese sobrevivir un liberalismo más o menos puro, eso quedaba
descartado, sino sencillamente de que sobreviviera la economía de mer
cado. En todos los países industrializados se intentó reactivar la economía,
con más o menos éxito, con más o menos intensidad, mediante el gasto pú
blico, y se trató de paliar algunas de las consecuencias más graves de la
depresión. Fue lo que en Estados Unidos, bajo la presidencia de Franklin D.
Roosevelt, se llamó el New Deal, y lo que en general se identifica con el pen
samiento económico de John Maynard Keynes.
A todo ello hay que sumar el nuevo horizonte que se había abierto a
partir del triunfo de la revolución bolchevique en Rusia, en 1917, el entu
siasmo que inspiraba el nuevo régimen y el crecimiento de los partidos
comunistas en toda Europa. También, por supuesto, el auge del fascismo
y del nacionalsocialismo, con numerosas variantes nacionales prácticamen
te en todo el continente, desde Falange Española hasta Acción Francesa o
la British Union of Fascists de Oswald Mosley. En Estados Unidos Sinclair
Lewis advertía de la amenaza en It can’t happen here (1935).
Leonard T. Hobhouse, Liberalism, Proyecto Gutenberg, edición electrónica, p. 43.
7
Por esa razón dice Eliè Halèvy que la Gran Guerra señala el inicio de la época de las tiranías.
8
Véase Elie Halèvy (2016), L’Ère des tyrannies. Études sur le socialisme et la guerre, París, Les Belles
Lettres.
ORÍGENES DEL NEOLIBERALISMO 81
9
La obra, de 1937, se tradujo al francés como La cité libre, París, Librairie Médicis, 1938 y
en México como Retorno a la libertad, México, Unión Tipográfica Editorial Hispanoamericana,
1940.
10
François Denord, “French Neoliberalism and its Divisions”, en Mirowski y Plehwe (eds.),
op. cit.
11
Ibidem., p. 47.
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17
Javier Zamora, biógrafo de Ortega, me dice que efectivamente fue invitado, pero que no
hay constancia en la correspondencia de la negativa de Ortega.
18
Javier Zamora Bonilla (2001), Ortega y Gasset, Barcelona, Plaza y Janés, p. 431.
84 FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
eso afecte a la idea que cada quien se hace de su vida, o lo que quiere hacer
con ella; en cambio, no puede establecer que se quiten sus propiedades a
estos y aquellos individuos concretos, para entregárselas a otros, no puede
exigir a nadie que se dedique a una profesión en particular, ni decidir lo que
puede hacer con su dinero. Dicho de otro modo, el Estado puede enunciar
principios, pero no dar órdenes. El problema es que la mayoría de las leyes y
reglamentos están en una zona gris. No son principios generales, pero tam
poco instrucciones de tipo militar, ni decisiones confiscatorias. Buena parte
de las batallas del neoliberalismo tienen que ver con esa clase de asuntos: la
idea de que la educación sea obligatoria, pongamos por caso, o que se finan
cie con recursos públicos, o que se cobren impuestos, y más a quienes más
ganan, y que se empleen para aliviar la pobreza.
En adelante, se dedicarán volúmenes enteros a analizar la diferencia en
tre el orden aceptable, en que un conjunto de principios permite la acción
libre, espontánea de todos, y el orden tiránico, en que se imponen obligacio
nes inaceptables. En su momento, con el fascismo ocupando el centro de la
escena en Europa, la oposición parece diáfana, indispensable de hacer.
En resumen, en ese primer momento los neoliberales se identifican por
una nueva manera de entender la relación entre mercado y Estado, entre po
lítica y economía. En primer lugar afirman que el Estado tiene que generar
las condiciones para la existencia y el buen funcionamiento del mercado, es
decir, que no hace falta reducirlo o eliminarlo, sino darle otra orientación.
En segundo lugar, a diferencia de los liberales clásicos, dan prioridad a la li
bertad económica sobre la libertad política, ven en la impersonalidad del
mercado, donde cada quien decide por su cuenta la mejor garantía de la li
bertad y el bienestar. Sobre la democracia, sobre los derechos políticos tie
nen más dudas, pero están convencidos de que el camino hacia la libertad
comienza en el mercado.
Desde luego, las ideas no son enteramente nuevas, aunque sí sea una
novedad el programa mismo. El temor de que la espontaneidad social, la
libertad individual sea avasallada por el Estado es parte del espíritu del
tiempo. Está, sin ir más lejos, en La rebelión de las masas, de Ortega y Gasset,
por ejemplo. Y se ve confirmado en esos años por las noticias de todos los días
en la Unión Soviética, en Italia, en Alemania. O en Estados Unidos para los
más aprensivos.
No sobra una mínima síntesis de las discusiones.19 En el propósito gene
ral están todos de acuerdo desde un principio. Se trata de dar nueva vida al
19
En el momento en que escribo estas líneas, está en prensa la traducción al español de las
actas del coloquio: Así empezó todo. Actas del Coloquio Walter Lippmann, traducción, edición y
notas de Fernando Escalante, México, Cal y Arena (en prensa).
86 FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
Es una tradición de pensamiento característicamente alemana, cuya idea central es que es
23
necesario recuperar los valores de la sociedad tradicional, que ha sido devastada por la sociedad
industrial, la masificación. Según una formulación de Wilhelm Röpke: “[…] es muy importante
disponer de una economía bien ordenada, productiva y justa, pero es por lo menos tan importan
te el cómo les va en ella a los individuos desde el punto de vista moral, espiritual y del de todos
aquellos aspectos que dan auténtico sentido a la vida y son el supuesto previo de su felicidad”,
Röpke (1988), La teoría de la economía, Madrid, Unión Editorial, p. 247. Fue muy obviamente
ORÍGENES DEL NEOLIBERALISMO 89
dos cosas que empiezan por no tener nada que ver entre sí, y acaban por
ser, en cuanto tendencias, de sentido antagónico”.25 La crítica es general. Los
alemanes Röpke y Rüstow, siguiendo las ideas de Carl Schmitt, ven el peli
gro de que en un régimen pluralista el Estado sea capturado por intereses
particulares. Marjolin teme sobre todo la influencia política del proletariado:
“en cuanto el proletariado adquirió suficiente poder para ejercer presión
sobre el Estado de manera determinante, el liberalismo estaba condenado”.
Castillejo pone como ejemplo el caso español en un párrafo notable:
Pero bajo la influencia de las ideas democráticas se dijo que la mayoría era so
berana, y que la ley y el orden legal no son más que la expresión de la voluntad
del pueblo, que en todo momento es libre de decidir sin restricciones. Eso des
manteló el sistema legal en que se fundaba la democracia. En España se dijo:
“ya que somos soberanos, cambiemos las leyes para redistribuir la riqueza”
—“entre las masas”, bajo gobiernos socialistas, “entre los privilegiados”, bajo
gobiernos reaccionarios. Los más temibles demagogos no eran los de baja po
sición económica, sino los que habían llevado una vida más confortable e in
cluso tenían cierta cultura. Estudiaron la situación y dijeron: “Nosotros somos
el soberano”.26
José Ortega y Gasset (1993), “Ideas de los castillos, liberalismo y democracia” [El Especta
25
por eso sirve, para orientar la economía, en eso estriba su utilidad. O sea, que
el mercado ya no es entendido sobre todo como un sistema de circulación
de bienes, sino como mecanismo para procesar información. Nuevamente,
una idea bastante sencilla, pero que tiene consecuencias incalculables.
Mises no va a tener mucha presencia en el movimiento neoliberal de las
décadas siguientes. Entre otras cosas, porque la mayoría de sus partidarios le
parecen demasiado flojos, demasiado transigentes con el colectivismo. Y
él va a ponerse aparte.
30
Friedrich Hayek (2000), Camino de servidumbre, Madrid, Alianza Editorial.
94 FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
dado que los extremos lógicos son imposibles, sólo Estado o sólo mercado, es
necesario trazar la frontera en algún lugar, entre competencia y planeación,
y eso es un problema eminentemente práctico. No una diferencia insalvable.
La objeción no hizo ninguna mella en Hayek, porque su argumentación
básica depende de la alternativa maniquea, de que se tome en serio como tal,
de todo o nada. Varias veces repite en el libro que no hay más opciones que
el orden gobernado por la disciplina impersonal del mercado o el dirigido
por la voluntad de unos cuantos individuos. Va un poco más lejos en algu
na ocasión, para hacer más dramática la disyuntiva: “competencia y direc
ción centralizada son métodos incompatibles, y son pobres, insuficientes
si se aplican de modo parcial, incompleto, de modo que la mezcla de las
dos será siempre peor que si se hubiese confiado en uno cualquiera de ellos”.
Es claro que se trata de una estrategia retórica para hacer más apremiante
la elección, para hacer más gravosa la idea de una economía mixta. No deja
de tener un aire de argumento falaz, más o menos frecuente en los textos de
Hayek.
Por lo demás, en lo sustantivo, el libro presenta ya en esquema los dos
grandes argumentos que componen su obra. En primer lugar, como en Mi
ses, la idea de que el sistema de precios en una economía libre permite
procesar una cantidad ingente de información, imposible para ninguna
cabeza humana. Y que por eso la competencia es el único método capaz de
coordinar la conducta de la gente sin recurrir a la coacción, y es el único
que permite el funcionamiento eficaz de la economía. En segundo lugar,
como en Lippmann, el tema del derecho. En una sociedad libre el Estado tie
ne que establecer las reglas generales, que obligan a todos y que permiten las
elecciones libres de cada uno. Pero nunca puede meterse a regular asun
tos concretos, ni decidir la redistribución de los recursos, ni favorecer de
ningún modo a grupos sociales específicos mediante leyes particulares, a
riesgo de degenerar en tiranía.
Camino de servidumbre es un libro de guerra. Así pensado y así escrito.
Si se toma eso en cuenta se entiende el énfasis en las virtudes inglesas como
expresión última de la civilización: independencia, confianza en uno mis
mo, iniciativa individual, responsabilidad, tolerancia, desconfianza hacia
el poder. Y se entiende también que el colectivismo, como amenaza catastró
fica, inminente, aparezca como una enfermedad típicamente alemana, he
cha de puro odio hacia los valores de Occidente, que después produce esas
formas simétricas de la opresión que son el fascismo y el comunismo. El
enemigo, está claro, es Alemania.
En los 30 años siguientes, Hayek va a elaborar extensamente esas ideas,
pero en lo fundamental su pensamiento está ya acabado y completo ahí. In
cluso en detalles muy concretos, que tendrán relevancia muchos años des
ORÍGENES DEL NEOLIBERALISMO 95
31
Karl Popper (2010), La sociedad abierta y sus enemigos, México, Paidós.
96 FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
32
El mejor panorama de la historia de la Sociedad Mont Pélerin está en el volumen editado
por Phillip Mirowski y Dieter Plehwe (2009), The Road from Mont Pélerin. The Making of the Neo
liberal Thought Collective, Cambridge, Harvard University Press.
ORÍGENES DEL NEOLIBERALISMO 97
la reunión del Hotel du Parc comenzaba con un tono dramático: “Los valo
res centrales de la civilización están en peligro”; y señalaba como causas el
predominio de una interpretación de la historia que niega que haya “están
dares morales absolutos” y teorías que ponen en duda el imperio de la ley,
cuya influencia era acentuada por la decadencia de la fe en la propiedad
privada y el mercado.
En contraste con ese tono, se escogió para la agrupación el nombre abso
lutamente anodino de Mont Pélerin Society (contra el que había propuesto
Hayek, más explícito y de mayores ambiciones intelectuales, Acton-Tocque
ville Society). Bajo ese nombre se registró formalmente en Illinois el 6 de
noviembre de 1947, con Friedrich Hayek como presidente, y Walter Eucken
(Alemania), Jacques Rueff (Francia), Frank Knight (Estados Unidos), John
Jewkes (Reino Unido) y William Rappard (Suiza) como vicepresidentes. Si
guió siendo siempre, es hasta la fecha, una organización exclusiva, de or
todoxia ideológica muy vigilada, y también ha mantenido hasta la fecha el
mismo perfil, deliberadamente discreto.
Nada de eso es por accidente. El proyecto de Hayek consistía en reunir a
una elite de pensadores afines, escogidos cuidadosamente, y mantenerla ale
jada de los reflectores, que no llamase mucho la atención. Esa elite, la Mont
Pélerin Society, debía ser el corazón de una estructura mucho más amplia
que incluiría facultades y departamentos académicos en varias universida
des, como la escuela de economía de la Universidad de Chicago, para empe
zar, y en un círculo exterior, por decirlo así, mucho más visible, un extenso
sistema de centros de estudios, centros de documentación y análisis, em
presas de asesoría, fundaciones, dedicados a difundir las ideas neoliberales.
El propósito a largo plazo era influir sobre el electorado, en particular en
los países centrales, en Estados Unidos y Europa Occidental. El procedimien
to era un poco extraño para un movimiento liberal, pero no tiene ningún
misterio: se trataba de ponerle delante a la gente las ideas correctas. Para eso
era necesario, según la expresión de George Stigler, capturar la imaginación
de las elites decisivas, mediante la elaboración de doctrinas, argumentos, pro
gramas políticos y económicos en que esas elites pudiesen ver representado
su propio interés. A continuación había que dirigirse a quienes forman la
opinión, a los que Hayek llamaba, con una fórmula memorable, los “vende
dores de ideas de segunda mano”, es decir: intelectuales, periodistas, locu
tores, maestros de escuela, escritores, agitadores, líderes políticos.
Para eso debían servir las fundaciones, los centros de estudios,33 pero sin
que fuese notoria la intención de difundir un sistema de ideas en particular,
33
Sobre la función de los centros de estudios, empresas de consultoría y fundaciones para el
programa neoliberal conviene sobre todo mirar Cockett (1995), Thinking the Unthinkable. Think-
Tanks and the Economic Counter-Revolution, 1931-1983, Londres, Fontana Press/Harper-Collins.
98 FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
35
La exposición más completa de la influencia de Hayek en la formación del programa neo
liberal es acaso la de Daniel Stedman Jones (2012), Masters of the Universe. Hayek, Friedman and
the Birth of Neoliberal Politics, Princeton, Princeton University Press.
ORÍGENES DEL NEOLIBERALISMO 105
36
Véase Ralf Ptak, “Neoliberalism in Germany: Revisiting the Ordoliberal Foundations of
the Social Market Economy”, en Mirowski y Plehwe, op. cit.
106 FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
37
Alfred Müller-Armack (1968), El siglo sin dios, México, FCE.
ORÍGENES DEL NEOLIBERALISMO 107
Plant, Lionel Robbins, Frank Knight, Jacob Viner, Friedrich Lutz, George Sti
gler, Milton Friedman, Friedrich Hayek, Karl Brandt, Wilber Katz, Garfield
Cox y Aron Director, que fue quien se encargó finalmente de dirigirlo. Las
negociaciones con la universidad no fueron fáciles. Hayek había conseguido
financiamiento empresarial para el proyecto, con la ayuda nuevamente de
Harold Lunhow, del Volker Fund, pero los empresarios no estaban interesa
dos en financiar las especulaciones del liberalismo “clásico” ni de la econo
mía puramente académica, como la de Simon, sino que querían contribuir
al desarrollo de un liberalismo “económicamente orientado”, que respalda
se los intereses de las grandes empresas. Y la Universidad, por su parte, se
resistía a dar plazas definitivas a todos y ceder el control de su departamen
to de economía. Pero eso es parte de la pequeña historia.
No deja de tener interés, como cosa curiosa, que Hayek no consiguiera
nunca una plaza permanente en la Universidad de Chicago, después de
pelear por ello durante décadas. En sus escritos explicó más de una vez que
los investigadores debían tener su puesto garantizado, fuera del mercado,
por razones similares a las que justifican la inamovilidad de los jueces: no en
beneficio propio, sino porque “sirven mejor al interés público” si se hallan
protegidos contra toda presión exterior. Y se quejaba por eso en sus últimos
años de que se veía obligado a hacerlo todo por dinero.
Los “Chicago boys” forman parte del folclore político latinoamericano
de los años setenta, pero no sin razón. La escuela de Friedman, Stigler, Be
cker, Posner, fue durante décadas la columna vertebral del proyecto neoli
beral. Y tuvo orgullosos discípulos en todo el mundo, en Chile, para empezar.
A partir de ese eje académico creció la red de fundaciones y centros de
estudio dedicados a preparar propuestas concretas en todos los campos. Eran
años de expansión económica, de ascenso del Estado de bienestar, años y
décadas de éxito de las políticas de desarrollo, y no había mucho margen para
las recomendaciones neoliberales. Lo más interesante, en ese contexto, es
que las fundaciones afines a la Mont Pélerin Society mantuviesen contra
viento y marea el radicalismo de Hayek o Mises, que parecía estar completa
mente fuera de lugar, pero que fue seguramente el principal motivo de su
éxito en los años setenta.
El programa lo explicó bien Arthur Seldon, del Instiute for Economic
Affairs: se trata de llevar adelante el análisis sin reparos y llegar a las últimas
consecuencias, sin importar que parezcan políticamente imposibles de rea
lizar o que vayan en contra de la sensibilidad mayoritaria, es decir, se trata
de pensar lo impensable: desafiar al sentido común.
La estrategia acabó teniendo éxito, un éxito abrumador. No es del todo
extraño. Por un lado, permitía a sus intelectuales separarse de la discusión
cotidiana, en la que se proponían pequeños ajustes, reformas de detalle, que
108 FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
nunca significaban gran cosa. Y por otro lado, les permitía exhibir recetas
radicales, imposibles, de aire claramente utópico: repartir los impuestos en
efectivo, acabar con las escuelas, permitir la emisión privada de dinero,
cualquier cosa. Sin el lastre de la responsabilidad política, administrativa,
sin tener que tomar en cuenta la realidad ni cargar con las consecuencias
de sus ideas, podían exhibir una lógica aplastante, sin concesiones. Eso dio
a muchos de ellos el perfil de rebeldes, insurgentes contra el orden estable
cido, que sería crucial para su victoria cultural en los años setenta.38 El neo
liberalismo de los años cincuenta, sesenta, conservaba las huellas de su
origen. Era un ideario para el fin de los tiempos, apocalíptico. No tenía mu
cho atractivo mientras las cosas iban bien, y había empleo, bienestar, desa
rrollo. Llegaría su momento.
38
Entre las historias del neoliberalismo, hay varias, la más popular es sin duda la de David
Harvey (2007), Breve historia del neoliberalismo, Madrid, Akal Editores, que es fundamental
mente una historia política, que arranca en los años setenta. Como alternativa, más atenta a la
evolución del programa intelectual, y para mi gusto la mejor, es la historia de Christian Laval y
Pierre Dardot (2013), La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal, Barcelona,
Gedisa.
LAS RAÍCES DE LA ORTODOXIA EN MÉXICO*
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110 MA. EUGENIA ROMERO SOTELO