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j elementos de ee oad ane ay 7 * suelos, la hidraulica y la magnetohidrodindmiea, Sin embargo, su AREA: ING, MECANICA ISBN 968-18-0609-3 La mecanica del medio continuo constituye !a introduccién natural a los distintos cursos de ingenieria que tratan de materia- les deformables: la mecdnica de fluidos, la de materiales y de agopcién como. materia especifica y asignatura obligatoria en los ope de nie superiores, es relativamente reciente. En los es de halla castaflana, esto se.debi6, en parte, a la carencia ile libros de texto. adectados para orientar al profesor respecto a los: orn mast mode en esta materia y, a la vez, ayudar su‘ abrendizaje Py Esta ‘obra se bist en ta petteiicia de yarios semestras de ‘enstfianza 4 grupos de afranos de las ‘carreras de ingeniero civil, industrial, mecénico-electricista y geeflsico en la Universidad Nasional Autonoma de Méxioo, -y, sete principal es satis- facer esa necesidad. - EL AUTOR: Enzo Levi estudié en la Universidad de Turin donde, a la edad de 20 aiios recibid el titulo de Doctor en Matematicas. Durante 10 afios trabajé en obras de riego, en Boli- via, como jefe de’proyectos, superintendente de construcciones e ingeniera residente. El Gobierno de México lo coritrato en 1949 para trabajar en el Laboratorio Hidraulico de la Secretaria de Recursos Hidraulicos, y. de 1951 a 1967 fué jefe del mismo. De 1957 a 1966 actu como consejero de la Especia- lidad de Hidraulica en la Division del Ooc- torado de la Facultad de Ingenieria de fa Universidad Nacional Autonoma de México. Desde 1968, es profesor e investigador de ‘tiempo completo en dicha facultad. Fué consu::or de la Fundacién Ford, y de la Corporacién Peruana del Santa, profe- sor visitante en la Universidad Nacional de Ingenieria de Lima y en la Universidad de Chile. El Dr. Levi es autor de un libro de ma- tematicas aplicadas y otro de mecanica de fluidos avanzada; ademds, ha publicado mas de 50 trabajos sobre diferentes temas de investigacion. Es miembro fundador de la Academia de ta Investigacion Cier a y de la Sociedad Mexicana de Hidraulica, miembro de la Sociedad Matematica Mexi- cana y de la Asociacion Internacional de Investigaciones Hidraulicas, de cuyo Comi- té Regional Latinoamericano, fue nombrado presidente para el periodo de 1970 a 1972. ELEMENTOS DE MECANICA DEL MEDIO CONTINUO UJAT BIBLIOTECA U. CHONTALPA fi 2 = PYAAR MECANICA DEL=- MEDIO CONTINUD DR. ENZO LEvI Profesor Titular de la Universidad Nacional Auténoma de México Yi a NORIEGA EDITORES EDITORIAL LIMUSA MEXICO @ ESPANA @ VENEZUELA © ARGENTINA COLOMBIA @ PUERTO RICO UJAT BIBLIOTECA U. CHONTALPA La presentacién y dsposicién en conjunto de ELEMENTOS DE MECANICA DEL MEDIO CONTINU 0n propiedad de! editor. Ninguna parte ds esta obra [puede Ser reproducida o transmit, meciants ningcn sistema ‘9 método, elecirnico 0 mecdnico (INCLUYENDO EL FOTOCOPIAD 1a grabacién @ cualquier sistema de recuperacién y aimaconamianto de informacién), sin consentimianto por escrito del editor. Derechos reservados: © 1903, EDITORIAL LIMUSA, S.A. de C. Baideras 98, C. P. 08040, México. D.P. Teléfono 521-50-98 Fax 812-2903 Télex 1762410 ELIME Miembro de la Cémara Nacional de ta Industria Editorial Mexicana. Ragistro ndmero 121 Primera ediclén: 1971 Primera reimpresion: 1973 Segunda reimpresién: 1975 Tercera reimorasion: 1977 Guaria eimproson: 1980 Quinta reimpresi Soxta reimpresién: ‘not ‘Séptima reimpresén: 1987 ‘Octave ceimpresidn: 1989 ‘Novena relmpresién: 1901 Impreso en México (10335) ISBN 968-18-0609-3 mpPN V Prélogo La mecdnica del medio continuo es la ciencia que analiza las carac- teristicas comunes a los materiales deformables, como tales, sean sélidos © fluidos, suponiendo que estan dotados de una “continuidad” ideal; también ofrece medios para predecir su comportamiento, tomando como base dicha hipotesis. Aunque comparte su campo de aplicacién con otras ciencias, como son as mecénicas de materiales, de fluidos y de suelos, la hidrdulica y Ia magnetohidrodindmica, la mec4nica del medio con- tinuo las aventaja porque ofrece un punto de vista unificado ajeno a las otras, que est4n més limitadas en sus propésitos y pretenden primordial- mente definir técnicas especificas. Por tanto, esta materia constituye la intreduccién natural al estudio de aquéllas. Es reciente su adopcién en las escuelas de ingenieria como tema inde- pendiente de ensefianza. En la Universidad Nacional Auténoma de Mé- xico fue introducida, en 1968, como asignatura obligatoria de quinto semestre para las carreras de ingeniero civil ¢ ingeniero mecdnico-elec- tricista; en 1970 la obligatoriedad se extendié a la nueva carrera de ingeniero geofisico. Otras escuelas técnicas superiores de América Latina han incluido esta materia en sus programas de estudio y muchas mAs se proponen hacerlo; pero tal realizacién la entorpece principalmente una dificultad: {a carencia de libros de texto adecuados que puedan orientar al profesor en enfoques nuevos para él y al mismo tiempo ayudar al alumno en su aprendizaje. El presente libro, basado en apuntes per- feccionados con la experiencia de cinco semestres consecutivos con alum- nos de diferentes especializaciones, se propone precisamente satisfacer esa necesidad. El libro se divide en tres partes. La primera, trata de los materiales reales explicando lo que significa considerarlos como medios continuos. Repasa brevemente las més importantes propiedades mecénicas, térmi- cas, eléctricas y magnéticas de éstos y describe los modelos que se uti- lizan para representar Jos medios eldstico, viscoso, plastico y viscoelés- tico. En la segunda parte se formulan, simultineamente, las teorlas matemdaticas del sdlido eldstico y del fluido viscoso, se establecen las ecuaciones constitutivas correspondientes y se introducen algunas de las m4s importantes técnicas que permiten su utilizacién practica. En la 7 8 ~— Prélego tercera parte se presentan ciertas aplicaciones escogidas con dos finali- dades: mostrar cémo se puede plantear un mismo problema para mate- riales de caracteristicas mec4nicas diferentes, dentro del marco de la mec&nica del medio continuo, y cémo problemas de distinta significa- cién fisica pueden reducirse a modelos matemiticos semejantes, y asi resolverse de manera andloga. El contenido de! libro corresponde, en principio, a lo que acostumbro presentar en el curso que imparto a Jos alumnos del tercer afio de la carrera de ingeniero mecdnico-electricista, pero con una amplitud ma- yor, con el objeto de dejar al profesor la posibilidad de seleccionar los temas que considere mis esenciales para la especializacién de sus alum- nos. Los articulos correspondientes a temas opcionales, como son efectos plisticos, de compresibilidad, térmicos y magnetohidrodin&micos, se sefia- lan con un asterisco. Conceptos y técnicas que, segtin me ha indicado la experiencia, ofrecen al estudiante alguna dificultad, se aclaran por medio de problemas y ejemplos totalmente desarrollados. Al final de cada parte del libro he incluido numerosos problemas relativamente sen- cillos, cuya resolucién confio que Je permita al lector ampliar la com- prensién de los resultados y la destreza al utilizarlos. El apéndice A refine datos numéricos titiles para las aplicaciones. Las respuestas a los problemas propuestos estan en el apéndice D. La tradicién de presentar la mec&nica del medio continuo y las mecé- nicas derivadas de ella por medio del cAlculo tensorial, est4 perdiendo terreno paulatinamente, en particular porque dicho célculo, por Jo gene- ral, no es materia de ensefianza propedéutica en la ingenierla. Preferi abandonar completamente tal costumbre y utilizar exclusivamente el cAleulo vectorial, cuyos concepts y férmulas mds importantes se resu- men en el apéndice B, Las expresiones vectoriales son claras, sintéticas y no requieren sistema de referencia. Si bien se prestan poco para una aplicacién inmediata, es fAcil obtener de ellas {6rmulas mds manejables, en las coordenadas que se deseen. Lo anterior se hace a menudo en este libro, pasando ya sea a coordenadas cartesianas o a cilindricas, pues no hay que olvidar que muchos ingenieros necesitan las coordenadas ci- Tindricas més que las cartesianas. Para terminar, quisiera justificar el énfasis que he intentado dar a la viscoelasticidad, sin alejarme de fo elemental. Las investigaciones recientes sugieren que puede predecirse mucho acerca del comportamiento de los materiales mas all4 del limite eldstico, suponiendo un comporta- miento viscoeldstico. Es probable que, dentro de algunos afios, el pro- blema fundamental en el estudio de ciertos materiales deformables con- sistirS et. determinar, para cada uno de ellos, uno o varios modelos vis- coeldsticos adecuados. Pero esto actualmente no se ensefia en mecdnica de materiales, cuyo objeto esencial son los efectos eldsticos, ni en mec4- Prélogo 9 nica de fluidos, que estudia los viscosos; le corresponde, pues, a la me- cdnica del medio continuo introducir al estudiante en este tema. Agradezco el patrocinio del Instituto de Ingenieria de la UNAM, que acepté incluir entre sus proyectos la redaccién de esta obra. Asimismo, deseo expresar mi gratitud a los colegas cuyas criticas y sugerencias me ayudaron a perfeccionar el texto; le debo mi agradecimiento muy especial al ingeniero Neftali Rodriguez Cuevas, quien leyé el manuscrito ¢ hizo observaciones sumamente agudas y valiosas. Los intercambios de ideas y discusiones que tuve con él, con el objeto de aclarar conceptos y definir puntos de vista, constituyen, sin lugar a duda, la ms agradable experiencia relacionada con la preparacién de este libro. Por ultimo, quiero destacar la colaboracién del ingeniero Jaime Cervantes de Gor- tari, que revis6 todos tos problemas resueltos, y resolvié Ia mayor parte de los problemas propuestos para su solucién. Enzo Levi Contenido Primera parte: LOS MEDIOS CONTINUOS REALES Y SUS IDEALIZACIONES 7 1.1 PRELIMINARES, 17 1. Datos histéricos, 17 ~ 2. Concepto de medio continuo, 20 1.2 PROPIEDADES DEL MEDIO CONTINUO, 24+ 1. Propiedades mecénicas, 24 2. *Propiedades térmicas, 39 3. *Propiedades eléctricas y magnéticas, 50 1.3. ECUACIONES CONSTITUTIVAS Y ANALOGIAS, 56 El cuerpo elistico, 57 El cuerpo viseoso, 59 Escurrimiento no viscoso de fluides, 60 Comportamiento de tos metales, 61 Fluencia plastica, 64 Cuerpos viscoelisticos, 64 PROBLEMAS, 73 PEPE Segunda parte: ESFUERZOS, DEFORMACIONES Y ECUACIONES CONSTITUTIVAS 7” 21 ESFUERZOS, 77 1. El tensor de los esfuerzos, 78 2. Volimenes de control y principio de conservacién de ta masa, 81 3. Ecuacién de la cantidad de movimiento, 83 4. Ecuacién del momento de la cantidad de movimiento y relacién de reciprocidad, 86 12 Contenido 5. Esfuerzos normales y tangenciales, 89 6. Esfuerzos normales principales, 98 7. Invariantes de los esfuerzos, 101 8. Representacién de Mohr, 104 9. Tensores isotrdpico y distorsional, 109 0. *Esfuerzos octaédricos, 111 1, Ecuaciones de equilibrio, 112 2.2 DEFORMACIONES Y FLUJOS, 116 1. Puntos de vista local y substancial, 117 2. El tensor de las deformaciones, 119 3. *Andlisis del movimiento de un medio deformable, 124 4, Deformaciones en coordenadas cilindricas, 130 5. Elongaciones principales. Invariantes, 137 6. Representacién de Mohr, 134 7. Tensores isotrépico y distorsional, 135 8. Velocidades y rapideces de deformacién, 136 9. Ecuacién de continuidad, 137 0. Campos vectoriales de las velocidades y de los torbellinos, 139 1. *Campos electromagnéticos. Ecuaciones de Maxwell, 144 2.3 FUNDAMENTOS DE LAS TEORIAS DE LA ELASTICIDAD Y DE LA PLASTICIDAD, 146 1. Ley de Hooke generalizada, 146 2, Ecuacién fundamental de la elasticidad, 152 3. Consideraciones sobre la resolucién de problemas elAsticos. Funcién de Airy, 154 4. “Ecuaciones de la termoelasticidad, 158 5. "Energia de deformacién elastica, 160 6. *Ecuaciones de le plasticidad, 164 2.4 FUNDAMENTOS DE LA MECANICA DE LOS FLUIDOS, 166 1, Relaciones esfuerzos-rapideces de deformacién. Ecuacién de Navier-Stokes, 167 *Ecuacién general de la energia, 169 . *Ecuaciones de Ja magnetohidrodindmica, 172 4, Flujos incompresibles, 175 5, Flujos laminares, 178 6. Flujos no viscosos, Ecuaciones de Euler y de los torbellinos, 179 7. Flujos no viscosos permanentes. Teorema de Bernoulli, 180 8. *Problemas en dos dimensiones. Funcién de corriente, 185 Contenido 13 9. *Flujos inrotacionales. Potencial de velocidad y redes de flujo, 189 10. *Flujo no viscoso compresible, 195 PROBLEMAS, 200 Tercera parte: APLICACIONES 213 3.1 COMPRESION DE UN CILINDRO CONFINADO LATERALMENTE, 214 1, Anélisis eléstico, 214 2. Anélisis viscoeldstico, 215 3.2 FLEXION DE UNA BARRA EN VOLADIZO, 218 1. Analisis eldstico, 218 2, Andlisis viscoeléstico, 221 3.3 FLUJO ENTRE PAREDES PLANAS PARALELAS, 223 1, *Flujo plastico, 223 2. Flujo viscoso, 227 3, “Difusién térmica en la corriente viscosa, 228 4% Flujo magnetohidrodindmico, 230 3.4 FORMACION Y PROPAGACION DE ONDAS, 233 1. Ondas eldsticas, 233 2. *Ondas de choque, 236 3. Ondas de gravedad, 238 PROBLEMAS, 242 BIBLIOGRAFIA 245 Apéndice A: PROPIEDADES DE SOLIDOS Y FLUIDOS 247 Pesos especificos, 249 Constantes eldsticas de sdlidos, 250 Médullo elastico isotrépico de fluides, 251 Viscosidad de fluidos, 252 Constantes viscoelisticas de diversos materiales, 254 veep 4 Contenido 6. Garacteristicas termodindmicas de sélidos y liquides, 255 7. Caracteristicas termodindmicas de gases, 256 8 Niimero de electrones libres, 257 9. Resistividad de conductores, 257 Apéndice B: RESUMEN DE CALCULO VECTORIAL 259 1. Algebra vectorial, 259 2. Campos escalares y vectoriales. Gradiente, 261 3. Rotacional y divergencia, 262 4. Operadores compuestos y laplacianos, 26+ 5. Férmulas en coordenadas cilindricas, 264 6. Teoremas integrales, 265 7. Homografias vectoriales, 266 8. Teorema de la divergencia para homografias vectoriales, 267 Apéndice C: LISTA DE SIMBOLOS, 271 Apéndice D: RESPUESTAS A LOS PROBLEMAS, 275 INDICE ALFABETICO, 283 ELEMENTOS DE MECANICA DEL MEDIO CONTINUO PRIMERA PARTE Los medios continuos reales y sus idealizaciones 1.1 PRELIMINARES Dedicaremos este capitulo introductorio a explicar qué es la mecdnica del medio continuo, de qué se ocupa y cudles son los medios de que dispone. 1.1.1 DATOS HISTORICOS La mecdnica del medio continuo tiene como finalidad estudiar los esfuerzos que se manifiestan en el interior de sélidos, liquidos y gases, asi como las deformaciones o los flujos de dichos materiales, y descu- brir las relaciones mutuas entre los esfuerzos, por un lado, y las defor- maciones o fluencias, por el otro. El adjetivo continuo se refiere a la hipétesis simplificadora fundamental que se acepta en esta ciencia, a saber, que los materiales estudiados pueden idealizarse, olvidando su es- tructura molecular o cristalina, como si estuviesen constituidos por una masa continua, site huecos ni separaciones en su interior. A pesar de que ésta es, una ciencia fundamental para la fisica y la ingenierla, su razén de ser fue reconocida hace poco tiempo. Anterior- mente, los temas que son objeto de su estudio se distribuian entre asig- naturas diferentes, tales como elasticidad, resistencia de materiales, hi- dréulica y mecdnica de suelos. Esta dispersi6n tiene su explicacién en antecedentes histéricos, que vale la pena recordar brevemente. La mecdnica del medio continuo se originé con Jos estudios de Galileo y sus discfpulos, Galileo planted y resolvié los primeros problemas de resistencia de materiales en su libro Discorst ¢ dimostrazioni matematiche intorno a due nuove scienze, impreso en 1638." Las dos nuevas ciencias 3 Traduccién castellana: Galileo Galilei, Didlogos acerca de dos nuevas cien- cias, Losada, Buenos Aires, 1945. 7 18 Los medios continuos reales y sus idealizaciones eran precisamente Ia mecnica de los s6lidos deformables y la cinematica de los proyectiles. Benedetto Castelli y Evangelista Torricelli, por su par- te, se ocuparon del movimiento de los fluidos. Torricelli, en la obra De motu gravium naturaliter descendentium et proiectorum, publicada en 1644, pudo, con intuicién realmente genial, deducir la ley de descarga de un liquido, a través de un orificio practicado en un depésito, a par- tir de la ley de caida de los s6lidos. Fue asi como se sentaron, casi simultdneamente, las bases de la mecdnica del medio continuo relacio- nada con sus dos objetivos principales: el sdlido deformable y et fluido en movimiento. Cerca de medio siglo después, Newton hizo notar la existencia de ese efecto de friccién intermolecular de los fluidos que se suele llamar viscosidad, y para el medio viscoso introdujo el modelo matematico que todavia se utiliza. El primer libro de su tratado Philosophiae naturalis brincipia mathematica, publicado en 1687, lo dedicé a extender la ci- nemitica de los proyectiles al movimiento en érbitas elipticas y a esta- blecer la teoria de la gravitacién universal; el segundo libro se referia a los fluidos: movimiento de un cuerpo sélido en un medio viscoso, ‘ondas sonoras y vortices. La resistencia de materiales no parece haber interesado a Newton. Los Principia hicieron época; esta obra llegé a definir, en cierto modo, qué debfa contener un libro de mecinica. Asi, el prototipo de todos los tratados modemos, que es la Mécanique ana- Iytique de Lagrange, cuya primera edicién aparecié en 1787, también se limita a estudiar los cuerpos rigidos y los fluidos. Problemas sobre la inflexién de vigas y columnas fueron estudiados en el siglo xvim por Jacobo Bernoulli, Euler y el mismo Lagrange, pero no fue sino hasta 1820, aproximadamente, cuando Navier y Cauchy sentaron las bases de Ia teoria de Ja elasticidad. Résumé des legons de la résistance des corps solides de Navier, obra publicada en 1826, fue considerada durante muchos afios el tratado cldsico de resistencia de materiales y sirvié para orientar la ensefianza en este campo, al cual las escuelas de ingenieria acostumbraron dedicar un curso completamente aparte del curso de mecénica. Fue asi como se efectué una separacién cuya tinica causa era probablemente e] hecho que mientras la mec&nica racional y Ta hidrodinamica gustaban al profesor aficionado a las matemiAticas, el comportamiento de materiales era un tema mAs atractivo para el maestro de orientacién eminentemente técnica, La utilizacién de vapores en las m4quinas térmicas y el nacimiento de la aerondutica Mevaron, a principios del presente siglo, al ingeniero 2 Traduccién inglesa: Sir Isaac Newton’s Mathematical principles of natural Philosophy, 2 ele. University of California Press, 1962. Joteph Louis Lagrangs, Mécanique anciytigue, 2 vols. edicién 1853, re- produeilla pot lor Clésies de Ta Ciencia’ Manica, 3 F,, 1963. Preliminares wy mecénico a preguntarse cudles resultados de la hidrodindmica podian emplearse en el estudio de los gases. Esta ciencia, nacida en el siglo xvam con el objeto de ofrecer un fundamento tedrico a la hidrdulica, habia Hegado a constituir uno de los campos mejor desarrollados de las ma- tematicas aplicadas, pero limitaba su consideracién a fluidos idealizados, incompresibles y carentes de viscosidad. Tocé a Ludwig Prandt! el mérito de establecer un puente para juntar ambos campos y construir, con la colaboracién de un grupo de discipulos excepcionales; lo que se llamé mecdnica de los fluidos, En esta nueva ciencia, liquidos y gases se trata- ban de igual manera, y su viscosidad se consideraba debidamente. Fue una sintesis sumamente fecunda y de resultados extraordinarios, que de- mostré cémo es que la eleccién de un punto de vista més elevado y general, lejos de complicar, puede aclarar conceptos y traer consigo gran- des simplificaciones. La siguiente extensién légica, que era Ja de juntar en uno tanto a fluidos como a sélidos deformables, tardé todavia muchos afios. Sin em- bargo, este paso fue necesario por dos motives; el primero, dictado por un esfuerzo hacia la simplificacién pedagégica; el segundo, mucho més esencial, exigido por las nuevas orientaciones de la ciencia de los mate- tiales. E] motivo diddctico era el siguiente: las mec4nicas de materiales, de fluidos y de suelos poseen.una base tedrica comtin, que es ta interre- lacién entre esfuerzos. y deformaciones en un medio deformable. La repeticién de esta teoria en cursos diferentes, con objetivos distintos y a veces con cambio de notaciones, no s6lo implicaba pérdida de tiempo, sino también impedia que el estudiante la comprendiera en toda su gene- ralidad, y més que todo, Ia apreciara como fundamento ‘mico de la mayoria de las técnicas de la ingenieria civil y de Ja ingenieria me- canica. El segundo motivo es el descubrimiento de que propiedades viscosas, consideradas en otros ticmpos como exclusivas de los fluidos, subsisten, simultdneamente a las eldsticas, también en los s6lidos. Un metal, que es elastico bajo cargas reducidas, bajo cargas sumamente elevadas puede alcanzar un estado de fluencia, en el cual se comporta practicamente como si fuera un fluido. Cargado en condiciones intermedias, se mani- fiesta como si fuera eldstico y viscoso al mismo tiempo. Otros materiales, como los plasticos, los vidrios y el mismo concreto, son también tipica- mente viscoeldsticos, aunque de diferentes maneras. Se acerca el momento en que a buena parte de los materiales utilizados por el ingeniero co- rresponda un modelo viscoeléstico, que sea eventualmente bastante com- plicado, pero que permita, con el auxilio de la computacién electrénica, predecir su comportamiento en diferentes condiciones. La tradicional separacién entre ef sélido, eldstico y eventualmente plistico, encasillado en la mecénica de materiales, y el medio. viscoso, 20 Los medics continuos reales y sus idealizaciones exclusivo de la mecAnica de les fluidos, va perdiendo sentido. La meed- nica del medio continuo, que permite tener en cuenta el efecto simulténeo de muchas propiedades, y no sélo mecdnicas, sino también térmicas, eléc- tricas y magnéticas, dentro del material, se va imponiendo cada dia mAs como ciencia bdsica para la ingenieria. 1.2 CONCEPTO DE MEDIO CONTINUO El ingeniero suele enfrentarse a muchos problemas mecénicos cuya soluci6n no puede obtenerse por medio de la mecdnica de los puntos materiales y de los cuerpos rigidos. Ejemplos de tales problemas son los que surgen al analizar flexiones o torsiones de trabes y columnas, con- solidacién o deslizamiento de masas de suelo, vibracién de maquinaria, escurrimiento de liquidos y gases. Todos estos casos se relacionan con medios deformables caracterizados por el hecho de que sus atomos o moléculas estén tan préximos unos a otros que el material puede consi- derarse, macroscépicamente, como una masa homogénea, cuyas defor- maciones deben poder preverse sin necesidad de considerar el movimiento de cada una de las particulas que la componen, Este resultado, producto de la experiencia, sugiere que dichos mate- riales pueden idealizarse como medios continuos, carentes de huecos 0 separaciones entre sus particulas, Normalmente se acepta, ademas, que tales medios sean también isétropos, La isotropia supone que Ja microes- tructura del material consiste de elementos orientados al azar, y excluye, por consiguiente, la existencia de direcciones “preferenciales” para sus propiedades mec4nicas. Asi, en un material isétropo conductor, el calor se difunde con igual rapidez en todas las direcciones. También, la iso- tropia implica que el efecto de deformacién producido en el material por determinado sistema de fuerzas no depende de la orientacién del material mismo; en otras palabras, que si sujetamos a determinados esfuerzos, por ejemplo, un cubo de cierta substancia sdlida, la deformacién resultante no dependerd de la direccién segiin !a cual el cubo ha sido recortado de un pedazo mds grande de material. Estas idealizaciones se justifican debido a que actualmente ofrecen el camino més viable para un enfoque matemitico de los problemas de de- formaciones y escurrimientos de s6lidos y fluidos; sin embargo, no dejan de constituir un modelo fenomenoldgico que sélo es aceptable bajo un punto de vista macroscépico. Si observames al microscopio Jos sélidos utitizados por el ingeniero, vemos que la mayoria posee una estructura cristalina y que esos cristales constituyen granos separados entre si. Dentro de cada grano se observa el mismo arreglo cristalogrdfico, aunque el arreglo pueda variar de un Preliminares = 20 cristal a otro, Los cristales a veces estén sumergidos en una matriz amor- fa, que lena el espacio intergranular (figura 1). Estas caracteristicas es- tructurales pueden, en determinados casos, provocar efectos que la hipé- tesis del medio continuo no est& naturalmente capacitada para justificar. Para aclarar las ideas, supongamos que sobre un material cristalino (por ejemplo, un metal) actiien ciertas fuerzas que tienden a deformar- Jo. Esto significa que los cristales tenderén a desplazarse, relativamente unos a otros, y cambiar de posicién. Sin embargo, si las fuerzax no son de gran magnitud y se aplican durante un tiempo corto, es probi'ble que al eliminarse tales fuerzas, los granos, que deben haberse movide poco con respecto a su posicién original, vuelvan a recuperarla porque ésta Fig. 1. Cristales sumergidos en una mattiz amorfa. constituye el acomodo mds compacto y estable. Pero si las fuerzas son intensas, es probable que provoquen “dislocaciones” progresivas que des- alojen los granos y los alejen demasiado de su posicién original dando por resultado que, al cesar las fuerzas, el material se encuentre deformado permanentemente. En el primer caso, nos enfrentamos a un comporta- miento eldstico, y, en el segundo caso, a un flujo. Asi que el hecho de que un mismo material se comporte o no elAsticamente, depende de la magnitud de los esfuerzos a los cuales est4 sometido. Se llama punto de fluencia la condicién en la cual un material deja de comportarse de una manera y empieza a comportarse de otra debido a un desarreglo importante en la frontera de los granos. La mecdnica del medio continuo idealiza e] material por medio de un modelo matematico que, sin tener en cuenta de manera explicita su es tructura microseépica y sin considerar, a escala mucho mAs pequefia, las acciones entre moléculas, permite, en la mayoria de los casos, predecir su comportamiento, con exactitud suficiente para la practica, Conviene subrayar, sin embargo, que, si los esfuerzos a que se somete el material aumentan excesivamente, acabaran produciéndose agrietamientos micros- cépicos, los cuales eventualmente podrin crecer hasta transformarse en verdaderas fracturas. Una grieta, por pequefia que sea, impide la tras- misién isotrépica de los esfuerzos; asi que, desde el momento en que 22 Los medios continues reales y sus idealizaciones aparece, el medio pierde su continuidad, y los métodos de andlisis que va- mos a estudiar dejan de ser aplicables. Et modelo matemdtico que deseamos construir tiene que basarse esen- cialmente sobre conceptos diferenciales. Imaginemos que un material, s6- lido © fluido, se subdivide idealmente en elementos pequeiios, por ejem- plo, de forma ciibica, por medio de planos que lo crucen, y luego se prosigue la subdivisién agregando siempre més planos secantes, y redu- ciendo progresivamente el tamafio de los cubos resultantes. Cada elemento posee ciertas propiedades extensivas (es decir, propiedades cuyos valores dependen de la cantidad de substancia presente), asi como masa, peso, cantidad de calor, etc., y es natural pensar en uria masa media, un peso medio, una cantidad de calor media, que se obtienen dividiendo masa, peso y cantidad de calor totales de cada cubo entre el volumen del mis- mo. Si el cubo tiene volumen AV, masa Am, peso AP, hallaremos una masa media Am/AV y un peso medio AP/AV. Ahora, consideremos un punto fijo dentro del material y una sucesién de cubos cada vez mds pequefios que encierren al punto. Si Ia substancia es homogénea, las carac- teristicas medias ser4n constantes al reducirse el cubo, e iguales a sus valores limites cuando tiendan a cero los volimenes: im S@ dm AP _ dP aay avmo BP dV? ayy AV 7 Pero si el material no es homogéneo, como por ejemplo la atmésfera, cuya masa media se reduce con la altura, masa media y peso medio variarin de un elemento a otro, Ahora bien, nuestra idealizacion implica que dichas propiedades medias varien con continuidad al reducirse el tamafio de los cubos, y permite admitir la existencia, en cada punto del material, de una masa especifica (o densidad) p y de un peso especi- fico y locales, definidos por (1.1) como adm _aP ep aT (1.2) En téminos matemiticos, aceptaremos que masa y peso, asi como otras propiedades extensivas, por ejemplo, la cantidad de calor conte- nida, sean funciones continuas y derivables de los puntos det espacio ocu- pado por et medio. Si se ha establecido un sistema de coordenadas, por ejemplo cartesianas x, y, z, se podra decir “funciones continuas y deriva- bles de x, y, 2”; pero evidentemente el concepto tiene un significado independiente del tipo de coordenadas escogido, de su posicién y hasta de la existencia de un sistema de referencia. Es interesante observar que las propiedades (1.2) ya no son extensi- vas: son propiedades *intensivas (0 de punto), es decir que su valor no Preliminares 23 depende de la cantidad de substancia presente. Asi son todas las demas propiedades que se conocen como especificas;’ y ademds la presién, la temperatura, Ia velocidad del sonido en el medio, y muchas otras. Analicemos las variaciones con el tiempo de tales propiedades. Su- pongames, por ejemplo, que se est calentando una pieza metdlica, y se controla la temperatura T en un punto fijo, A un intervalo de tiempo At corresponderA una variacion de temperatura AT. Consideremos el valor medio AT/At en un instante determinado (por ejemplo, e-acta- mente una hora después de haber empezado a calentarse), para ‘nter- valos de tiempo cada vez més pequefios. Para que la pieza metilica pueda idealizarse como un medio continuo, es necesario que la raz6n AT/At varie con continuidad al reducirse el intervalo temporal, de modo que exista y sea finito el limite AT _ aT. atw At dE que mide la rapidez de variacién local de la temperatura. En general, su- pondremos que todas las propiedades intensivas de un medio continuo son funciones continuas y derivables del tiempo, en cada punto del medio. Es importante recordar aqui la siguiente formula, que permite calcu- Jar la derivada total de una funcién cualquiera, escalar o vectorial {x,y,z t) con respecto al tiempo ¢: patty ite a, of tf Go ets, ve (1.3) _ of, of ot =a t ae” tat 5a siendo vs, vj, vz las componentes de la velocidad. La hipétesis cuyo significado fisico acabamos de explicar, de que las propiedades del medio continuo son funciones continuas y derivables del tiempo y del espacio, permite aprovechar, para el estudio de su com- portamiento, todos los recursos del cdlculo diferencial, y operar por me- dio de ellos sobre los campos escalares y vectoriales (de desplazamientos, velocidades, fuerzas, etc.), ligados al medio, Adems, podremos aplicar teoremas del valor medio para calcular el valor que cierta funcién f adquiere en un punto B, conociendo el valor que ella y sus derivadas toman en otro punto A y la posicién relativa de B con respecto a A. En particular, si A y B estén muy préximos entre si; es decir, si, siendo 7 “4 unidad de weapon! Peto a Woces te ata el mismo’ tbemino pare elaionar con ta unidad de masa 0 de peso de Ia substancla (por ejemplo, al hablar de “calor especifico”). 24 Los medios continuos reales y sus Idealizaciones las coordenadas de A xo, yo, Zo, las de B son xp + Ax, yo + Ay, Zo + Az con Ax, Ay, Az muy pequefios, consideraremos licito escribir 1B) = (4) +(g) art (#) 9+ (2) (14) calculéndose las derivadas en el punto A. Esto resulta por utilizar la formula de Taylor, en que se desprecian, por su pequefiez, las potencias de Ax, Ay, Az de grado superior al primero. 1.2. PROPIEDADES DEL MEDIO CONTINUO En este capitulo repasaremos brevemente las principales propiedades que caracterizan los medios continuos: mecdnicas, térmicas, eléctricas y magnéticas. Procuraremos dar de ellas expresiones intensivas convenien- tes para su estudio, y estableceremos una serie de conceptos y formulas que son fundamentales para los desarroilos posteriores. En el apéndice A se han reunido, en tablas, valores numéricos necesarios para el empleo de las formulas mismas. 1.2.1 PROPIEDADES MECANICAS Derormaciones. Para la mecdnica de los cuerpos rigidos, el unico resultado que interesa de la aplicacién de una fuerza es el eventual des- plazamiento del cuerpo que la recibe; por el contrario, la mecdnica del medio continuo, enfoca su atencién principalmente en las deformaciones que el cuerpo puede sufrir. No se trata, desde Iuego, s6lo de las modifi- caciones en la forma exterior del cuerpo, sino también de los cambios en la posicién relativa de las particulas que Io constituyen, en cualquier parte interna. Pueden ser deformaciones momentdneas, que duran sélo el tiempo que dura la causa que las ocasiona, o bien, pueden ser perma- nentes, es decir, que se mantienen aunque la causa desaparezca. Pueden ser deformaciones que alcanzan, m4s o menos répidamente su conforma- cién definitiva, como pasa en los sblidos elésticos, o bien pueden ser de esas que, una vez empezadas, siguen indefinidamente, a menos que alguna nueva fuerza las contrarreste, como son las fluencias de sélidos viscoel4s- ticos, de liquidos y de gases. Las deformaciones implican, por lo general, desarreglos sumamente complicados; para someterlas a medicién, es necesaria una simplificacién, que consiste en descomponerlas idealmente en deformaciones longitudi- nales y deformaciones angulares. Propiedades de! medio continuo 25 Consideremos con ese fin a tres puntos O, 4, B internos al medio, Y supongamos que tal medio sufra un desplazamiento, a causa del cual esos puntos se desplacen, respectivamente, a las posiciones O’, 4’, B’ (figura 2}, Diremos que el sistema de los tres puntos ha sido deformado si, por lo menos, una de las distancias OA, OB 0 el angulo BOA, ha cambiado. Los primeros serlan desplazamientos longitudinales; el otro seria un desplazamiento angular. Fig. 2 Debido a ta, deforma: ‘del medio, los puntos O, 4.3 se des- plazan a jas posiciones 0’, A’, BY. ‘Una variacién en la longitud de un segmento puede medirse en forma intensiva de la manera siguiente: si el segmento tenia al principio la longitud 7 y ésta ha cambiado en / + Al, se considera la razén a = Al/l, (15) a la cual se da el nombre de deformacién longitudinal unitaria o elonga- cién sufrida por el segmento. Esta deformacién es positiva si el segmento se ha alargado, y negativa, si se ha encogido. Para medir una variacién angular, se acostumbra considerar un angulo recto MON trazado ideal- mente dentro del medio; tal angulo debe tener lados muy cortos para suponer que se mantienen casi rectilineos durante el proceso de deforma- cién (figura 3). Si se produce una distorsién que, permaneciendo fijo el punto O, desplaza M a la posicién M', N a la N’, de modo que MON’ = 90° ~ se toma como “medida” de la deformacién angular a la tangente del Angulo Aq. Precisamente se lama deformacién angular unitaria ye a ya = tang Ae (1.6) o bien a ee definido como ea = + tang Aa. (1.7) 26 Les medios continuos reales y sus idealizaciones Evidentemente, la deformacién angular unitaria es positiva si el 4n- gulo recto MON se cierra y negativa si se abre. Es. importante mencionar que se ha vuelto costumbre hablar simple- mente de “deformaciones” en vez de “deformaciones unitarias”, costum- bre que nosotros seguiremos también. Ota clasificacién importante de las deformaciones es la que las sub- divide en “isotrépicas” y “distorsionales”. Se dice que la deformacién sufrida por un medio en Ja proximidad de cierto punto es isotrépica siempre que sea la misma en todas las direcciones trazadas por el punto. Esto implica que, entonces, no puede haber deformaciones angulares, sino sélo elongaciones, y todas ellas iguales entre si. El resultado de una Fig, 3, Esquema de deformacién an- Oo gular. deformacién isotrépica es un cambio de volumen, no de forma: una esfera sometida a semejante deformacién da por resultado una esfera, un cubo da por resultado un cubo. La deformacién isotrépica también se lama volumétrica, y se sciala con el subindice v. Por el contrario, una deformacién distorsional no ocasiona cambios de volumen, sino sblo de forma, Una deformacién angular es tfpicamente distorsional. Efectos dis- torsionales suelen sefialarse con el subindice 0. ‘ Una deformacisn cualquiera puede siempre suponerse que se obtiene idealmente debido a la sucesién de una deformacién isotrépica y de una distorsional, Para entender este hecho, consideremos, por ejemplo, a un paralelepipedo rectingulo P de lados a, b, c, y supongamos que sufra pequeftas deformaciones longitudinales eq, 6», ¢> en las direcciones res- pectivas, transformandose, asi, en un paralelepipedo P’. E! volumen del paralelepipedo P, que era abc, se convierte en a(1 + eg)b(1 + ex)o(1 + ec) ae abe(1 + tq + ey + £0) aproximadamente, habiéndose despreciado en el dltimo factor los térmi- nos de grado superior al primero, debido a la pequefiez de las «. Si el Propiedades del medio continuo 27 mismo cambio de volumen se obtuviera por medio de una deformacién isotrépica ¢y, se tendria, andlogamente, abe(1 + ey)® ex abe(t + Ser) (18) ¢ igualando con la expresién anterior abe(1 + 2a + ep + ee) = abc(1 + Sey), de donde —totoates 3 (1.9) ® Aplicada pues, la deformaci6n isotrépica (1.9), el paralelepipedo original se transformaria en otro semejante P”, de -volumen igual al que se obtiene con la deformacié6n total. Sera suficiente aplicar luego a P’” una deformacién compuesta de Jas deformaciones lineales (ea — e») en el sentido a, (ey — ey) en el sentido b, y (¢¢ — ev) en el sentido c, para obtener el paralelepipedo P’. Esta ‘iltima deformacién ya no alterard los voliimenes, y ser4, por tanto, puramente distorsional. 20 cm A B Fig. 4. Deformacin de un cubo en un paralelepipedo. Prostema. Un cubo de hule ABCDE, de 20 cm por lado, se deforma en un paralelepipedo A’B‘C’D'E’, cuyas dimensiones sc dan en la figura 4. Calcdlense las deformaciones longitudinales y angulares, isotrépicas y distorsionales resultantes. Las deformaciones totales son: AB — AB 40-20 (4B) = AB 20 EH —AD _ 15-20 (AD) = — 0.25 26 — Los medios continues reales y sus idealizaciones 2(AE) aABA4E =3 AE - > =O . a, 3 (BAD) = tang GitH = = = 0.20 El volumen del paralelepfpedo es de 40 X 20 X 15 — 12,000 em’, Luego, a la deformacién se descompone en una parte isotrépica mds una distorsional, la primera consstiré en transformar el cubo ABCDE en otro de lado ¥12,000 = 22.9 om, obteniiéndose 22.9 = 20 " 20 Las dongaclones distoftionales se calculan pasando de este cubo al paralelepipedo, © bien, como se dijo antes, simplemente haciendo las restas = 0,145, tq(AB) = (AB) — ¢, = 1.00 — 0.145 = 0.855 (AD) = e(AD) 2, = —0.25 — 0.145 = —0.895, e9(4B) = (AE) — ey = —0.145 y la deformacién angular yq es la misma y(BAD) que se calculé anteriormente, Es interesante observar que, #i calculamos el promedio aritmético de ¢(4i e(AD) y e(AE), obtenemos 0.25, que es diferente del valor obtenido para e; Iuego Ia relacién (1.9) no vale. Esto se debe a que las deformaciones supuestas en este problema no pueden considerarse pequefias, y, por tanto, no son aceptables las aproximaciones que permitieron establecer a (1.9). Denswwap y reso Esrecirico, Estas son las propiedades que se defi- nieron por medio de las férmulas (1.2). Sus dimensiones se obtienen como sigue. Si indicamos con [¥] la medida fuerza, con [L] la medida fongi- tud y con [f} la medida tiempo, la segunda ley de Newton requiere que la masa m tenga dimensiones [m] =[FL* y, en consecuencia, las dimensiones de la densidad p son [el = [me*] = [FL-* #] y su unidad técnica de medida resulta el kg s*/m*. Por su parte, el peso especifico y tiene dimensiones fy) = FL") y se mide en kg/mt. Aplicando la segunda ley de Newton a peso especifico y densidad en cuanto peso y masa de un mismo volumen de substancia, se obtiene la muy importante relacién (1.10) Propiedades del medio continuo 29 de donde se concluye que, conocido ef peso espectfico de un material, su densidad se calcula simplemente dividiéndolo entre la aceleracién de gravedad. Por ejemplo, al peso especifico y = 1,000 kg/m' del agua a 4° C corresponde la densidad 1,000 102 kg s*/m‘, Fuenzas y xsrvrzos. Las fuerzas que actian en un medio conti- nuo se clasifican en fuerzas de cuerpo (o de masa) y fuerzas de super- ficie, Las primeras estan distribuidas de manera continua en todo e] me- dio, las segundas solamente sobre ciertas superticies. La fuerza de cuerpo mas importante es el peso del material. Otra es la fuerza centrifuga, que actia cuando el material se somete a rotaci6n. En el estudio de medios continuos conviene reemplazar la propiedad ex- tensiva fuerza de cuerpo por la intensiva correspondiente que es la fuerza médsica; es decir, por unidad de masa, De acuerdo con la segunda ley de Newton, una fuerza mdsica posee, evidentemente, las dimensiones de una aceleracién, Si sobre un volumen AV cuya substancia tiene densidad p actia una fuerza mésica f, Ja fuerza de cuerpo correspondiente seré fp AV: La fuerza mdsica debida al peso (es decir, el peso de la unidad de masa) es f=— gh, (Lil) siondo g la aceleracién de gravedad y k un vector unitario vertical diri- gido hacia arriba. No hay que confundir esta fuerza masica con el peso especifico, que es el peso de la unidad de volumen. También el concepto de fuerza de superficie es extensivo, porque depende de las dimensiones de 1a superficie a la cual se aplica. El con- cepto intensivo correspondiente es el de esfuerzo, definido como sigue. Supongamos que una fuerza F actie sobre una superficie S, estando distribuida sobre la misma de manera continua, de modo que a una pequefia drea parcial AS corresponda una pequefia parte AF de la fuer- za total; se entiende por “esfuerzo” en un punto P de la superficie al limite AF _ dF Fi 4s dS calculado de modo que AS vaya reduciendo su tamafio, conservando siempre al punto P en su interior. Esrverzos mnTERNOS. Las fuerzas que acttian sobre el contorno de un cuerpo s6lido o fluido se trasmiten por accién molecular al interior 17804 30 Los medios continuos reales y sus idealizaciones del medio. Su influencia debe, consecuentemente, manifestarse en esfuer- z08 locales en cada uno de los puntos internos, aunque tales esfuerzos se pueden apreciar sélo de manera indirecta, a través de las deformaciones producidas, En efecto, vale la pena recordar que cuando una fuerza no se puede medir haciendo desaparecer sus efectos mediante la aplicacién de otra fuerza igual y contraria, cuya iritensidad se conoce (que es el caso de la balanza), hay que medirla calibrando deformaciones: es sobre este principio que se basa, por ejemplo, el funcionamiento de! dinamé- metro. Ahora bien, como es imposible utilizar el primer proceso en el interior de un medio continuo sin destruir su continuidad, es evidente que hay que renunciar a la esperanza de medir a los esfuerzos internos directamente. He aqui, dicho sea de paso, una de las tareas de la mecdnica del medio continuo, cuyo objetivo principal, como ya se mencioné, es deter- minar Jas relaciones entre Jas deformaciones producidas y los esfuerzos que las producen; es decir, ofrecer el medio de cuantificar un estado de esfuerzos, en cuanto se haya determinado, por medicién directa, al estado de deformaciones. Los esfuerzos son fuerzas superficiales. Si consideramos un punto en el interior de un medio continuo, no tiene sentido hablar de esfuerzo an dicho punto, si no se relaciona con un plano ideal que pase por él, pues es facil convencerse que, en tales condiciones, tendremos un esfuer- zo diferente para cada plano que tomamos por el punto. Sea, en efecto, un cuerpo ABCD (figura 5), en equilibrio bajo la accién de ciertas fuer- zas Fo, F,, Fs, .... Consideremos un punto P interior, y tomemos de acuerdo con él planos seccionantes ideales, que supondremos, en beneficio de Ja sencillez, dejen a la fuerza Fy a un lado y las demés al otro. Empe- cemos considerando al plano seccionante AB, perpendicular a la direc- cién de Fy: Si imaginamos que se corta el cuerpo segiin dicho plano, pero que el equilibrio se conserva, hay que imaginar, distribuida sobre Fig. 5, Cuerpo bajo el efecto de un sis- tema de fuerzas, AT mat U J 1 CHONTALPA Propiedades del medio continuo 31 todo el corte, una fuerza de superficie F, cuya resultante es igual y contraria a Fp (figura 6). El esfuerzo correspondiente sera T= dF,/dS y resultaré, también, normal a AB. Como en Ja otra cara-del corte (que no se ve en la figu- ra) actuaré una fuerza de superficie igual y contraria a F,, el esfuerzo T debe de estar acompafiado, en condiciones de equilibrio, por otro si- métrico en la cara opussta. Si el corte fuese oblicuo, siguiendo el plano A A Jak, T B B Fig. 6, El esfuerzo correspondiente a la seccién AB es normal a la seccién misma. CD de Ia figura 5, la fuerza superficial F, daria lugar a un esfuerzo T’ =dF,/d¢ (figura 7) evidentemente menor que T, por ser el drea de GD mayor que el drea de AB. Ademés, este esfuerzo resulta, ahora, obli- cuo con respecto a la superficie de corte, por lo que puede descompo- nerse en una componente normal o y una tangencial z. Es interesante observar del croquis que aparece en la figura 7 que, ya sca las componen- tes normales como las tangenciales, correspondientes a las dos caras de la superficie de corte, son iguales y de sentido contrario. Cc Fig, 7, El esfuerzo correspondiente a la seccién CD es oblicuo, y puede des- ‘componerse en una componente normal @ y una tangencial o cortante 7. 32 Los medias continuos reales y sus idealizaciones En los ejemplos anteriores se supuso, para simplificar, una distribu- cién uniforme de esfuerzos sobre toda la seccién. De hecho, los esfuerzos variaran de un punto a otro, por lo que convendré hablar de un estado de esfuerzos en el punto P, constituido por todos los esfuerzos correspon- Sh ote TENSION COMPRESION Fig. 8. En la ilustracién se muestra cémo se sefiatan convencionalmente las tensiones y las compresiones. dientes a diferentes elementos de superficie dS trazados por P, en todas las direcciones posibles. Los esfuerzos normales « se Iaman tensiones 0 compresiones, segan su sentido, y en estado de equilibrio se indican convencionalmente como se ve en la figura 8, materializando el elemento de superficie en una lamina infinitamente delgada. Los esfuerzos tangenciales + se indican — — CORTE Fig. 9. En la ilustracién se muestra cémo se sefiala un esfuerzo de corte. como en la figura 9. El hecho de que dichos esfuerzos en estado de equi- librio se manifiesten en sentido opuesto en las dos caras, recuerda el efecto simultdneo de Jas hojas de una tijera. A esto se debe el nombre que se les da, de esfuerzos de corte o cortantes, PropiemA, Una flecha de hierro, que mueve la bomba de un pozo minero, tiene 96 m de longitud y acta con la fuerza de 1,200 kg. Calciilese Ia seccién de Ja flecha, sabiendo que el esfuerzo que se le permite realizar es de 800 kg/cm?. Llamando A a la seccién, 1 a la longitud de Ja flecha, y a su peso especttico y Fa la fuerza necesaria para mover la bomba, la fuerza total se obtiene sumando a esta Ultima el peso yAlde la flecha. Bl esfuerzo serd, por tanto, P+ yal oo tt A de aqui se deduce que _ F _ 1,200 1,200 “Gay 800 — 0.00787 X 9,600 724.5 siendo, como resulta de la tabla A.1, el peso especifico del hierro de 0.00787 kg/cm’. = 1.66 cm?, Propiedades del medio continuo 33 Al igual que entre las deformaciones, también entre los esfuerzos exis- ten dos tipos especialmente simples: los isotrépicos y los distorsionales. Se llama isotrépico un estado de esfuerzos que, en cada punto del medio, se manifiesta por medio de esfuerzos puramente normales, iguales entre si para todos los elementos de superficie trazados idealmente por el punto, El mAs conocido es la presin hidrostdtica en los liquidos, De he- cho, el famoso principio de Pascal expresa justamente que cl estado de esfuerzos engendrado en un liquido en reposo por efecto de la atraccién terrestre, €s isotrépico (figura 10). Esfuerzos de este tipo pueden pro- Fig. 10. Presién isotrépica en el interior de un liquide. ducir contracciones o dilataciones uniformes, y, por tanto, cambios de volumen; pero nunca distorsiones del medio. Por el contrario, un estado de esfuerzos se Hama distorsional cuando no produce cambios de volumen, sino tinicarnente deformaciones angu- lares. Para dar un ejemplo, imaginemos que se ha colocado una tabla MN sobre la superficie de un Iiquido en reposo, y que luego se va arrastrando con una fuerza F. La capa liquida en contacto con la tabla se pondr4 en movimiento con la velocidad de la tabla misma, mientras que la capa OP, en contacto con el fondo, quedara inmévil. El prisma MNOP se deformar4, inclindndose siempre més, como se ve en Ja figura 11, bajo el efecto del cortante +) = F/S, siendo § el rea de la base de la tabla. EI estado de esfuerzos resultante en el interior del fluido no produce cambios de volumen, sino tmicamente distorsiones, puesto que las areas de MNOP y M'N’OP son iguales. RELACIONES ENTRE ESFUERZOS Y DEFORMACIONES. Las dltimas con- sideraciones nos Ievan directamente al problema fundamental de la me- cdnica de los medios deformables: la prediccién de las deformaciones que resultarén en el medio, cuando éste se sujete a un estado de esfuerzos determinado, o bien de los esfuerzos que aparecerdn, a consecuencia de cierto estado de deformaciones. Como ya se explicé en el capitulo ante- 4 Los medios continuos reales y sus idealizaciones M N M NF WLLL... Fig. 11, Esfuerzos distorsionales provocados por el arrastre de una tabla flotante sobre un liquide en reposo. rior, el comportamiento de los materiales es tan variado, no sélo com- parando un material con otro, sino en un mismo material, al cambiar el orden de magnitud de los esfuerzos, que no hay esperanza de encon- trar una solucién tinica al problema. Sin embargo, un primer paso, y por cierto, de la mayor importancia, lo podemos dar al comparar el comportamiento tan distinto del sélido y del fluido, cuando ambos se sujetan a esfuerzos distorsionales de pequefta intensidad. El sdlido em- Ppieza deform4ndose con relativa rapidez, hasta alcanzar una deformacién total, pero hasta alli: mientras el esfuerzo no aumente, la deformacién no pasaré de ese limite. Por el contrario, en el caso de un fiuido, un esfuerzo distorsional minimo es suficiente para “‘ponerlo en movimiento”, es decir, para provocar una deformacién angular que crece y crece sin limite, mientras el esfuerzo permanezca. Ejemplo tipico es el escurri- miento de los rios, bajo la accién de la gravedad, mientras ésta tenga Ja oportunidad de actuar distorsionalmente; cuando la corriente llega al mar, se aquieta, porque dicha oportunidad, ofrecida por el hecho de que el cauce tiene pendiente, se pierde. Estos dos efectos estan {ntimamente relacionados con las propiedades que se Ilaman elasticidad y viscosidad y-con el hecho que, en los s6lidos, predomina Ja primera, y en los fluidos, Ja segunda. Exasticpap. Se dice que un material se comporta eldsticamente cuando sus deformaciones son proporcionates a los esfuerzos locates. No existe ningaa material que reaccione eldsticamente a cualquier sistema de esfuerzos: también el mejor resorte, estirado excesivamente, empieza perdiende esta respuesta proporcional, después queda con deformaciones permanenies, y finalmente se rompe. Por otro lado, podemos afirmar que practicamente todos los materiales, sean sélidos © fluidos, empleados por Propiedades del medio continuo 35 el ingeniero, reaccionan elasticamente siempre que las fuerzas aplicadas sean bastante pequefias. El factor de proporcionalidad que correlaciona esfuerzos y deforma- ciones, factor que suele Namarse médulo eldstico, no sélo depende del material, de la temperatura y de la presién, sino también difiere segiin se trate de efectos isotrépicos, o bien de efectos distorsionales. Suponga- mos que se aplica a un volumen V de substancia un esfuerzo isotrépico infinitamente pequefio doy. Si el incremento de volumen resultante es dV, la relacién elastica se escribe av doy = Kp siendo K el médulo elistico correspondiente. Pero se tiene, recordando (1.8), que V+av Vv = (1+ de)? x 1+3dey siendo dey la deformacién longitudinal que, aplicada isotrépicamente, provoca la deformacién de volumen dV/V. De aqu{ resulta que 3dey =@ (1.12) y, teemplazando en Ia relacién anterior, do, = 3Kde, (1.13) Para esfuerzos y deformaciones distorsionales dao, deo, vale una propor- cionalidad andloga doo = 2Gde, (1.14} pero, de acuerdo con Jo que sc dijo antes, con un factor de proporcio- nalidad diferente, K se llama médulo elistico isotrépico 0 corficiente de compresibilidad, G se lama médulo eldstico distorsional 0 médulo de elasticidad al esfuerzo cortante. Ambos tienen, como muestran Jas férmu- Jas (1.13) y (1.14), las dimensiones de un esfuerzo, y se miden en kg/cm? © bien, como a veces se prefiere, en kg/mm’. En la tabla A.2 se dan valores de estos médulos para algunos mate- riales s6lidos utilizados por el ingeniero. Es interesante observar que, cn la mayorfa de los casos alli consignados, K es aproximadamente cl doble de G; volviendo a las relaciones (1.13) y (1.14), esto significa que si aplicamos cierto esfuerzo distorsionalmente, Ia deformacién obtenida es triple que si se aplica un esfuerzo de la misma magnitud isotrépica- 36 Los medios continuos reales y sus idealizaciones mente, En Ja tabla A.3 se dan médulos K para liquidos, pero no los médulos G, en cuanto si a un fluido se le aplica un esfuerzo distorsio- nai, por ejemplo, por el mecanismo representado en la figura 11, el fluido escurre y sigue escurriendo, es decir deformandose, indefinidamente, La deformacién total alcanzada no depende, entonces, s6lo de la magnitud de Ja fuerza aplicada, sino también del tiempo durante el cual ésta se aplique: cuanto mis prolongada sea la aplicacién de la fuerza, tanto mayor sera Ja deformacién resultante. Finalmente, importa observar que, mientras para los sélidos los médulos eldsticos varian poco, al variar la temperatura y la presién dentro de limites razonables, no es asi para los fluidos, por lo que en la tabla A3 deben tenerse en cuenta estas dos variables. Prostesa. Se quiere saber cuanto disminuye el volumen de un litro de agua, sila presién sube de una a 10 atmésferas. Supéngase Ia temperatura de 20° C. ‘Una atmésfera esténdar equivale a 1.033 kg/cm? de presién. Al pasar de La 10 atmésferas, Ia presién crece en bo, = 10.33 — 1.03 = 9.30 kg/om*. La tabla A.2 da, para K, el valor de 2.25 X 10 ke/em?, a 20°C y presién de una atmésfera, Si ahora elaboramos dos hipétesis, a saber que, a pesar del aumento de presién, 4a) se puede utilizar ese mismo valor de K, 4) Ia formula (1.13), establecida para variaciones infinitesimales de los es fuerzos, puede aplicarse también para variaciones grandes, obtenemos, teniendo en cuenta también (1.12), AV Ao. 9.30 3h, =— = oe dX LO eR a5 108 La reduccién de volumen es, luego, de 1,000 X 4.13 X 10-4 = 0.413 cm’, Este resultado tiene que considerarse sélo aproximado debido a la poca exac- titud de las hipétesis aceptadas. Viscoswap. De lo que explicamos anteriormente se deduce que, para estudiar el efecto de un esfuerzo distorsional sobre un fluido, no hay que considerar las deformaciones, sino las velocidades de deformacién que éste puede inducir. Pero mientras, en ciertas condiciones, por ejemplo, la del comportamiento elistico que acabamos de analizar, determinada deforma- cién en un sélido permite deducir cudl es el esfuerzo actuante, cono- cer la velocidad en cierta parte de un fluido no es suficiente para infor- marnos acerca def esfuerzo. Para explicarnos mejor, volvamos al ejemplo ilustrado en Ja figura 11. La velocidad v con que avanza la tabla MN, Propiedades del medio continuo 37 y luego, también, la capa superficial de fluido que se le adhiere, no depende sélo de la fuerza aplicada F, clemento actuante, sino también de la pared de fondo OP, elemento resistente, y del fluido interpuesto, a través del cuat el efecto de esta Ultima se transmite hasta la tabla. Supongamos que el fluido sea agua, y observemos qué pasa al variar la profundidad (o “tirante”) h, distancia entre MN y OP. Si h es pe- quefia, la resistencia de Ja pared tendré un efecto muy sensible sobre la tabla; lo contrario sucederd si h es grande. La consecuencia es que si la fuerza de arrastre F no varia, la velocidad de la tabla en el segundo caso sera mucho mayor que en el primero, Supongamos ahora que el agua se reemplaza por aceite; la experiencia sugiere que a igual distan- cia h, a la tabla se le dificultara mas avanzar. Si, por el contrario, el flui- do interpuesto entre la tabla y la pared es simplemente aire, y la tabla se reemplaza por un cojin delgado que flota en el aire mismo, su avance resultar4 mucho més facil. Esto se debe a que la atraccién entre Jas mo- Iéculas fluidas, que es la que transmite paulatinamente el efecto resistenté del fondo hasta arriba, es mayor en el aceite que en el agua, y mayor en ésta que en el aire, Esta caracteristica interna del medio es lo que se lama viscosidad. Evidentemente la velocidad v de la tabla crece con el esfuerzo ro aplicado y con la distancia h, disminuyendo al crecer 1a viscosidad. Si se tratara de una proporcionalidad simple podriamos escribir toh a s (1.15) siendo u un conveniente coeficiente de viscosidad. De hecho, esta ley oO P Fig. 12, Perfil de velocidades en una corriente fluida, cerca de la pared OP. icar con la letra izando ‘esta dltima 1 En la mecdnica de sélidos este cocficiente se prefiere », en la de fluidos con la x, Aqui unificaremos la notacién, ut en todos los casos. 38 Los medios continues reales y sus idealizacionzs lineal es cierta sélo para distancias h muy pequefias, en cuanto el efecto viscoso suele ser mis notable cerca de la pared que lejos. Por tal motivo, en una seccién OM normal al flujo, el “perfil de velocidades” ON no es, por lo general, una recta, sino una curva céncava hacia arriba, como muestra la figura 12. La relacién (1.15) vale estrictamente slo para distancias verticales y variaciones de velocidades infinitamente pequefias, y tiene, consecuentemente, que escribirse con las notaciones de la figura, “a e (1.16) Esta formula, fundamental para la mecdnica de los medios viscosos, ya sean sdlidos, Iiquidos o gases, compendia la hipétesis que Newton esta- P ds Pp Fig. 13. Deformacién angular re- lacionada con un despla- zamiento infinitesimal de una particula P. blecié en 1687, como base para cl estudio de los {luidos, hipétesis que encabeza la ultima seccién del segundo libro de sus Principia. Conviene deducir ahora una forma equivalente ‘de la relacién (1.16), que ponga en evidencia las deformaciones. Si ds representa el desplazamiento infinitesimal de una particula P, podemws escribir (véa- se la figura 13) dv _dds_dds_a th did did de SA" Como de es la deformacién sufrida por el dngulo MPN cuando P pasa a la posicién P’ debido al desplazamiento ds, introduciendo andlo- gamente a (1.7) la deformacién angular en = 4 tang Aq, escribiremos Reemplazando en (1.16), ésta se convierte en | 2 nen (a7) Propiedades del medio continuo 39 y relaciona asi el cortante + con la rapidez de deformacién angular eg provocada por é. Despejando de (1.15) el coeficiente de viscosidad, se obtiene la ex- presién dimensional w= l= Por tanto, # se mide en kg s/m?. Como veremos a su debido tiempo, en mecénica de los fluidos » aparece, por lo general, dividide entre la densidad p. Esta razén p/p? tiene dimensiones [e] ree] y, por tanto, no depende de la magnitud fuerza. Por tal motivo a jx/p, que se mide en m/s, se le da el nombre de coeficiente de viscosidad ci- nemdtico; por analogia, » suele Iamarse coeficiente de viscosidad dind- mico. Valores de estos cocficientes para diferentes fluidos, en funciin de a temperatura, se dan en las grificas Ad, en las cuales se ve que la viscosidad de log Iquidos disminuye al aumentar Ja temperatura, y a Ios gases sucede lo contrario. = [FL 4. Prowiema, Entre una placa fija y una mévil sobrepuesta hay un espesor de 0.27 mam de lubricante. La placa mévil tiene dimensiones de 7 X 8 cm, y resbala con uma velocidad de 3 cm/s cuando es empujada con una fuerza de 12 g. Determinese la viscosidad del lubricante, Se tiene 12 Fon 7 5eg 7 O2MA afomt — 2.14 ke/m? y 3 em st a 0.087 y reemplazando en (1.15; == = 0.0193 kg s/m?. it” 1.2.2" PROPIEDADES TERMICAS Draracién réraics. La mayoria de los materiales que emplea el ingeniero, con excepcién del agua entre 0 y 4° C y del hule vulcanizado, se expanden al calentarse y se contraen al enfriarse. Se trata de una 2 En mecénica de fluidos, el cociente u/p suele indicarse con Ia letra grie- gay, , 40 Los medios continuos reales y sus idealizaciones deformacién isotrépica 2, que, para pequefias variaciones de la tempe- ratura T’, es proporcional a la variacién misma. Se puede escribir luego de, = adT, (1.18) indicdndose con @ un coeficiente, caracteristico del material, conocido como coeficiente de dilatacién térmica lineal. De aqui se deduce que « es, dimensionalmente, el inverso de una temperatura. Valores de @ para sblidos usuales se hallan en la tabla AS. En el caso de que el medio sea eléstico, y que a la dilatacién térmica se acompafie otra debida a una tensién mecdnica isotépica «,, la defor- macién total resultante se obtiene sumando (4.13) y (1.18): dey +adT (1.19) 3K Las variables comunes de la termodindmica son el volumen V, la presién p y la temperatura T. De acuerdo con (1.12) se tiene que 3dey = dV/V; por otro lado la presién # no es otra cosa sino la tension isotrépica ay con signo cambiado p= —o (1.20) Reemplazando en (1.19), queda la expresién equivalente av -& 7 Gt sear. (1.21) aT dn AS Fig. 14, Gradiente de temperatura en el interior de un cuerpo calentado desde el exterior. continuo 41 Conpucrivpan térmica, Si un cuerpo se calienta desde el exterior, la difusién del calor a través del material que lo constituye respeta con bastante fidelidad la ley de Fourier. Esta ley afirma que la cantidad de calor Q,, que atravicsa en la unidad de tiempo un elemento de su- perficie interior AS, es directamente proporcional al Area del elemento y al gradiente de temperatura dT/dn en el sentido n normal al elemento mismo (figura 14). En férmula, la ley se expresa por a =—nas tt (1.22) dn donde el signo negative se debe a que el calor avanza sélo si la tempe- ratura va decreciendo. La constante k se llama coeficiente de conductivi- dad térmica, Si Qz se mide en calorias, T en grados centigrados, t en segundos, AS en cm? y n en cm, k se mide en HH = cal/(em) (s) (°C). cm? s % Valores-de-k-se dan en la tabla A6, 4 Propiema, Una varilla de cobre, de 2.5 cm de diémetro y 2.30 m de lon- “gitud, se calienta en un extremo a razén de 120 cal/min. Si ese extremo tiene la temperatura de 140° CG, se pregunta cual es la temperatura del otro extremo. Se tiene que 120 cal/min = 2 cal/s; luego, aplicando la f6rmula (1.22), en fa hipétesis de que la temperatura varia Iinealmente a lo largo de la varilla, queda X25? 140~—T. 2= 0.918 X — 230 siendo (tabla A.6) k = 0.918 cal/(em) (s) (°C). Aqui Ty representa Ia tempera- tura incégnita. Despejando, se obtiene _ 2% 4X 230 0918 X = X 252 Ty = 140 — 102 = 38°C. 140 —T, = 102°C Ecvaciones DE ESTADO. Como ya mencionamos, las variables fun- damentales de la termodindmica son, tradicionalmente, el volumen, Ja presién y la temperatura. La temperatura se mide, de preferencia, en grados Kelvin (temperatura absoluta). Un grado Kelvin es igual a un grado centigrado, pero el cero de los grados Kelvin corresponde a — 273°C, De esas tres magnitudes hay una, el volumen, que es extensiva, mien- tras que las demés son intensivas. En mecénica del medio continuo con- r 42 Los medios continues reales y sus idealizaciones viene reemplazar el volumen por la densidad, que es intensiva. Esto puede hacerse tomando como base la siguiente consideracién: sea m la masa de un volumen V’ del medio; si no variamos la temperatura, un incre- mento dp de presién provoca una reduccién —dV" de volumen, y esta reduecién, siendo V = m/p, resulta d Wa-mea—y? P ° De aqui se deduce que a@ temperatura constante, la relacién entre V y pes av _ dp =- 1.23 v > (2.28) Las tres magnitudes V (o p), p y T no son independientes, y una variacién de alguna de las tres afecta a Jas demds. De hecho, la tempe- ratura representa, en cierto sentido, la energia cinética media de las mo- léculas del material; Ja presion representa su energia cinética total por unidad de volumen. Es légico, pues, que estén ligadas entre si y con el volumen, que, al finat de cuentas, es el que determina la separacién media entre moléculas, limitando consecuentemente su energia. ‘Cuando logramos expresar en forma analitica la interrelacién entre V (0 p), py T, tenemos lo que se lama una ecuacién de estado. La ecuacién (1.21) es de este tipo y constituye una ecuacién de estado para los medios eldsticos. En el caso de mantenerse constante la temperatura (dT = 0), dicha ecuacién puede escribirse por (1.23) (1.24) Aqui el subindice T' significa, segiin la costumbre de la termodindmica, que la derivacién se efecttia manteniendo a T' constante. Otra ecuacién de estado muy conocida es Ja de los gases perfectos, obtenida experimentalmente por Boyle y Gay-Lussac $Vo = RoT (1.25) Propiedades del medio continuo 43 siendo T la temperatura absoluta, V, el volumen ocupado por un gramo- molécula (g-mol) del gas y Ro la constante universal Ry = 1.968 cal /(g-mol) (°C) = 0.848 kg m/(g-mol) (°C). (1.26) Se sabe que siendo el peso molecular M de un gas una cantidad sin dimensiones, el gramo-molécula se define como el ntimero de gramos a los cuales el peso molecular es numéricamente equivalente, es decir M gramos. La masa de un gramo-molécula es, por tanto, de M gramos- masa y se tiene que M/Vo=p. (1.27) Reemplazando en (1.25), se obtiene la ecuacién de estado de los gases perfectos bajo la forma muy conocida Ro pak pM T (1.28) Esta {6rmula puede utilizarse en unidades masa o bien en unidades téc- nicas, En este tiltimo caso hay que medir p en kg/m?, pen kgs?/m* y M en kg s/m(g-mol). Conviene recordar que entonces el gramo-molécula M tiene que dividirse entre 1,000 g. Proptema. Un gas perfecto de peso molecular 47 esté bajo la presién de 0.7 kg/em?, con temperatura de 50° G. Caletilese su densidad. Se tiene T = 50 4273 = 323°K, p= 7,000 kg/m? 47 = = 0,00480 kg #?/m(g M= SpE 00480 kg s#/m(g-mol) y luego, de acuerdo con (1.28), 7,000 x 0.00480 00.848 x 525 = 0.123 kg s%/mé. PRIMER PRINCIPIO DE LA TERMODINAMICA. Supongamos que un volu- men V de substancia, limitado por una superficie $, absorba una cantidad de calor dQ.. Se sabe que el calor es energia, tanto que puede medirse en unidades de energia (0 de trabajo), en base a la equivalencia 1 calorfa = 0.427 kg m. La energia introducida por dQ, tiene dos efectos: el de expander el volumen en una cantidad @V, y el de incrementar Ia agitacién de las 44 Los medios continucs reales y sus idealizaciones particulas internas. Como muestra la figura 15, la expansion implica el trabajo (f as) dh = p(Sdh) = pdV. s Por su parte, la mayor agitacién de las particulas implica un aumento de su energia cinética, es decir un aumento dU de la energia interna U. dh av Fig. 15. Caracteristicas de 1a expansién de un volumen V. Fl equilibrio entre la cantidad de calor ingresada, el trabajo realizado y el aumento de energia interna se escribe dQ. = dU + pdV (1.29) Esta relacién expresa, bajo forma diferencial, el primer principio de la termodindmica. Ahora, la energia interna es funcién del volumen, de la presién y de Ia temperatura. Si elegimos a V y T como variables independientes, te- nemos, con la acostumbrada convencién para los subindices, au = Ge), ar + Ge) av. 7 Reemplazando en (1.29), resulta (ir), aT + (Gr), + | aV = dQ. (1.30) Propiedades del medio continvo 45 Andlogamente, si toméramos a T y p como variables independientes, obtendriamos (Ge), +0 ©), lS 7), + (Fe), ]4 = ae C3 Caracwapes Ténmicas, El primer principio de la termodindmica ex- Presa que una cantidad de energia térmica absorbida por una substancia, se transforma parte en energia interna y parte en trabajo; pero no explica en qué proporciones se realiza dicha reparticién. Para aclararlo, tenemos que pensar que la aptitud de un material a dejar crecer su energia interna depende ya sea de la energia que posee (es decir, de la temperatura y de la presién), ya sea, y esto es lo mds importante, de caracteristicas ligadas con su estructura molecular. Estas ultimas suelen cuantificarse a través del parametro capacidad térmica del material. Si al absorber un cuerpo cierta cantidad de calor dQ, apreciamos su aumento de energia interna a través del incremento dT de temperatura que resulta, incre- mento que, como acabamos de decir, difiere segiin el material, llamamos capacidad térmica del cuerpo a Ja razén dQ./dT. Naturalmente, no tendremos la misma capacidad térmica si la absor- cién de calor se realiza a volumen constante o a presién constante. En efecto, en el primer caso las moléculas incrementarén su energia cinética sin que aumente, en promedio, su libertad de movimiento; mientras que, en el segundo caso, aumentara, por el contrario, su libertad de movimien- to sin que cambie la energia cinética total. Por tanto, en el primer caso el incremento de temperatura, es decir en tiltima instancia el de la energia cinética media, seri mayor que en el segundo; de donde se des- prende que la capacidad térmica a volumen constante Cy tiene que ser menor que la capacidad térmica a presién constante Cy: Cy < Cy (1.32) Para expresar a Cy, es bastante escribir dV =0 en (1.30), con lo que se obtiene C= (#),- Ge : (1.33) Por otro lado, haciendo dp = 0 en (1.31), se obtiene la expresin de C,: om (4) = (=F +p oF), (1.34) Las capacidades térmicas suelen medirse en calorias por grado centigrado. Es importante observar que las capacidades térmicas Cy y Cy difieren 46 Los medios continuos reales y sus idealizaciones muy poco entre si en el caso de sélides o liquidos, por lo que, entonces, se suele hablar de una capacidad térmica ‘mica C. ENERGIA INTERNA ESPEGIFICA, ENTALPIA ¥ CALORES ESPECiFK Energias internas y capacidades térmicas son propiedades extensivas, i adecuadas para estudiar los medios continuos; conviene, por esa razén, reemplazarlas por las propiedades intensivas correspondientes. Asi se introducen la energla interna especifica u, definida como la energia interna que hay dentro de una masa unitatia, y los calores espe- cificos cy y cp que son las capacidades térmicas también por unidad de masa. La relacién extensiva (1.33) toma la forma intensiva eu a= (=r), (1.35) y la.relacién (1.34) se vuelve a(1e) (1.36) ar ),’ gn ( ahs o= (sete siendo 1/p el volumen de la unidad de masa (0 volumen especifico). La expresi6n cuya derivada aparece entre paréntesis suele Hamarse entalpia especifica y se indica con la letra h: anuté (1.37) LP de modo que la expresién (1.36) se escribe, también, (1.38) En unidades masa, los calores especificos se miden en calorias por gramo masa y por grado centigrado, y asi suelen darse en las tablas (véanse, por ejemplo, las tablas A.6 y A.7). En el caso de sélidos 0 li- quidos, no se establece la diferencia entre cp y cy, hablandose de un calor especifico ¢ tinico (tabla A6). Gases Perrreros. La teoria de estos gases idealizados, que satisfa- cen Ia ecuaci6n de estado (1.28), tiene interés prictico en cuanto el aire, por un lado, y, por otro, los zapores sobrecalentados, es decir, aquéllos con temperatura superior a Ja de saturacién, se comportan, en muchos Propiedades del medio continuo a7 aspectos, de modo parecido a como se comportan los gases perfectos. Las moléculas de un gas perfecto se idealizan como esferas eldsticas; entre ellas no hay fuerzas, excepto en el momento de la colisién. Luego, en su interior no hay energia potencial, sino energia cinética puramente. Su energia interna U depende, entonces, slo de la energia cinética media de las moléculas, y por tanto, de la temperatura, siendo independiente de la presién y del volumen. De lo anterior sigue que, para un gas perfecto, eu) _ (au oT), (FF y y combinando este resultado con (1.33) y (1.34), =,(@ C,-G.=p (sr), (1.39) © bien en forma intensiva, restando (1.35) de (1.36), ae 2 fl? o-a() Pero la iltima derivada, de acuerdo con (1.28), no es otra cosa sino R,/M, por lo que resulta (1.40) igualdad que tiene validez si medimos op y cy en cal/(gm) (°C) y toma- mos para Ro el primer valor (1.26). Esta relacién muy importante entre calores especificos, confirma, para los gases perfectos, la desigualdad (1.32). Prosiema. Se calientan 5 gramos-masa de oxigeno desde 24° hasta 170° C, conservando la presién atmosférica. Determinese cudnto calor recibe el oxigeno y cuanto aumenta su volumen, De la tabla A.7 se deduce para el oxigeno fp = O27 cal/(gq) (°C), ey = 0.155 eal/(g,,) (°C). Luego, Cy = 0.217 X 5 = 1.085 cal/?C Cy = 0.135 X 5 = 0,775 cal/* C. Segiin (1.94), la cantidad de calor recibida ex de AQ, = Gp AT = 1.085 X (170 — 24) = 158-4 cal.

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