Asesinato de jefe de personal de uno de los subcontratistas de la Gran Colombia
Gold. Grupos armados ilegales son los responsables del hecho. La negativa a pagar millonarias extorsiones ha sido el detonante de la inestabilidad del orden público en el municipio.
Se ha decretado “Plan Pistola” por parte de los grupos paramilitares como
mecanismo que obligue a los subcontratistas a pagar las extorsiones. Pero, ¿la problemática se entiende en términos de causa- efecto?
Desde el Estado, la respuesta a este panorama no ha sido más que enviar
refuerzos en el pie de fuerza en el municipio: 300 hombres entre policía y ejército viajan al municipio. La problemática de la inserción violenta de los grupos armados en los enclaves mineros no se soluciona con una medida predecible y débil. Múltiples enfoques entran en escena: la presencia histórica de la multinacional; el conflicto armado y sus dinámicas; la ausencia del Estado. La condición del municipio que gira en torno a la dualidad de ser centro económico en la periferia territorial del departamento.
¿La multinacional presente en el territorio ha tenido vínculos directos o indirectos
con los grupos paramilitares? ¿La subcontratación ha sido un mecanismo de crecimiento y estabilidad de la fuerza de trabajo en el municipio? ¿Qué otros mecanismos o estrategias de incursión en el mundo minero han activado los actores armados, más allá de las acciones de hecho? Serie de preguntas que indican la complejidad que hay que tener en cuenta a la hora de analizar la dinámica de un contexto como el de Segovia.