La política exterior se define como el conjunto de las decisiones y
acciones públicas que toma el gobierno de un Estado dirigidas en el ambiente internacional en función de los intereses nacionales. También puede definirse como un área de actividad gubernamental que es concebida entre relaciones del Estado con otros factores. Es la variable externa del proyecto que toda nación define en determinado momento de su desarrollo histórico. Como parte integral de un proyecto nacional que tenga un país, la política exterior debe responder, en primer término, a las aspiraciones de paz y seguridad y a las necesidades de desarrollo político, económico y social del país. Esta refleja la solidez de un Estado, integrado como nación, con un gobierno estable y con una soberanía depositada en los ciudadanos y expresada por sus representantes por medio del interés nacional. El análisis de la política exterior implica el estudio de cómo el Estado hace político y de su comportamiento externo, mediante la identificación de categorías. Desde esta perspectiva el Estado es considerado como el actor principal y básico de las relaciones internacionales. Aun así, dada la cantidad y diversidad de los actores que interactúan en el sistema internacional en la actualidad, este análisis no puede excluir aquellas acciones que están dirigidas a otro tipo de actores. El papel de los Estados en los organismos internacionales, la relación con las Organizaciones No Gubernamentales y las acciones contra el crimen organizado o los grupos terroristas, por ejemplo, también forman parte de la agenda y construcción de la política exterior de los Estados. Debido a que el análisis de la política exterior implica tanto el estudio de la política internacional como de los asuntos domésticos, la disciplina académica se localiza e incide en la intersección entre la teoría de las relaciones internacionales y la política pública. La política exterior se nutre de disciplinas como el estudio de la diplomacia, de la guerra (o del conflicto), de las organizaciones a, y de las sanciones económicas, cada una de las cuales cobran una importancia capital por la cual el Estado puede llevar a cabo su política exterior.