Está en la página 1de 3

Instituto Superior de Formacion Docente N°19

Profesorado de Lengua y Literatura


Filosofía y Educación
Federico Leto
Karen Keila Gonzalez

Ensayo
La propuesta de lectura de “The destructor” del escritor Graham Greene junto al texto
de Sontag y Ester Diaz, nos invita a pensar sobre las representaciones que construimos
como sociedad y de la transformación constante del arte. Por lo que me propongo a realizar
un recorrido sobre los distintos valores que manifiesta “The destructor”
La obra gira en torno a las discusiones y acciones de la pandilla Wormsley Common
que se dedica a molestar a los vecinos en un barrio de Londres. Se ensañan con la casa del
Viejo Miserias, este es un hombre algo anciano que en sus tiempos de juventud fue un
distinguido arquitecto que luego de la guerra se convirtió en un hombre poco sociable. En un
bombardeo casi pierde su casa, quedando esta inclinada, pero aun siendo habitable, como
un recordatorio de una época sombría. Un día, un miembro de la pandilla decide
proponerles a sus compañeros un proyecto, la destrucción total de la casa del Viejo
Miserias. El plan se ejecutaría desde el interior de la vivienda, destrozando todo el espacio,
para luego pasar a la destrucción total desde el exterior de la casa.
A partir de tres momentos, podemos señalar que la obra trabaja con la mirada de un
mundo corrupto, ilícito principalmente consumido por la guerra, lo que nos obliga como
lectores a estar en una posición incómoda y a decidir si lo que leemos esta bien o mal,
mientras que sin darnos cuenta nos expone de forma cruda una nueva interpretación sobre
el concepto de obra y con el, de arte. Por lo tanto, al presentar esta obra, es necesario
despojarse de prejuicios y conceptos creados por otros, para poder encontrar el propósito
del autor con el texto. La historia presenta tres situaciones, las cuales considero claves para
entender la transgresión que se desarrolla en The destructors y el porqué incómoda leerlo.
El primer momento surge con la presentación de los personajes y el contexto de la
historia, ellos son muy jóvenes tanto como para pensar en una edad inocente, pero que
toman decisiones muy crueles, por otro lado, el escritor nos brinda datos del contexto siendo
este posterior a la Segunda Guerra Mundial, lo que nos pone en una encrucijada moral.
Debemos reconocer que como sociedad las relaciones de producción que establecemos
componen fuerzas productivas materiales es decir, como individuos formamos parte de una
estructura económica de la sociedad que se desarrolla por nuestras diferentes interacciones
sociales, las mismas determinan la forma de un Estado y de las políticas, que a su vez
legitiman el poder de determinado clase social. Por lo que esta superestructura establece la
construcción de una conciencia social, en la que incluye nuestra concepción sobre la
política, la religión, la ética, la estética, el arte, las cuales se ven apoyadas por una ideología
que se propone reproducir el poder de un sector social. Por lo tanto, construimos y
automatizamos criterios éticos y morales, a través de relaciones que influyen en nuestra
conducta y percepción sobre lo que es bueno, correcto, malo, prohibido e incorrecto. Me
pregunto ¿Qué tan inocente puede ser el hombre? ¿El hombre es malo por naturaleza?
Por otro lado, podemos determinar que existe sobre nosotros (e inconscientemente
por nosotros), una construcción del valor del dinero. Este valor simbólico que le otorgamos
como algo valioso, incide en un valor económico. Una perspectiva capitalista le otorga
demasiado valor, deposita su fé en el dinero porque considera que al acumular su riqueza,
como pueden serlos ahorros o objetos de valor, le brindará una mejor vida o, como el
personaje de la obra “El avaro” de Moliere, un mejor estatus social.
Lo que nos lleva al segundo momento, que es cuando, ya destruida la casa T y
Blackie deciden quemar el dinero del Viejo Miserias, siendo este una prueba de compromiso
y lealtad entre ellos. Principalmente este acto, puede descolocar al lector, por el hecho de ir
contra uno de los principios que rige el sistema capitalista que es la producción de dinero, tal
vez si Blackie y T hubiesen decidido gastarlo sería otra la imagen que construye la historia.
La consumación material del dinero puede ser vista como un pecado, algo irracional incluso
antinatural, lo que nos obliga a pensar ¿Qué valor le damos al dinero? ¿Qué pasaría si en
vez de quemar dinero quemaban libros? ¿Este acto significa algo más que simplemente
quemar un papel?
El tercer momento, que considero relevante para comprender el objetivo de este
ensayo, el cual es explicar la problematización del texto desde la filosofía, el problema de
tener tan arraigado un concepto, en este caso sobre el arte, que no nos permite desarrollar
una interpretación crítica. Este momento es, el acto de destruir el interior y el exterior de una
vivienda, el cual se lo propone como una creación real, cruda y directa. Creación y
destrucción, se observan como dos posibles representaciones para la idea de obra, lo que
ubica al intérprete en una posición incómoda, puesto que, creación y destrucción son dos
cosas distintas. Por lo que, como menciona Sontag, al estar explícita, obliga al espectador a
crear nuevas significaciones sobre la relación entre obra y arte. Esto produce una cadena
continua de significantes y significados, puesto que exige una nueva significación a partir de
dos conceptos opuestos.
El autor como productor de contenido, diría Benjamin, nos propone construir un
pensamiento crítico, puesto que su intención no es entretener, sino posicionarnos en una
situación de reflexión sobre nuestra percepción del arte. ¿Una obra artística puede ser una
creación y destrucción a la vez? ¿Qué significa para nosotros el arte? ¿Qué valor le damos
al arte?¿Una obra siempre tiene que “decirnos algo”?
Para poder problematizar la concepción del arte, es necesario primero contemplar la
idea que existen interacciones de poder dentro de la sociedad, que se caracterizan por ser
negativas, o sea, un lector es lo que otro lector no es. A partir de esto, se construye una
racionalidad cultural que justifica y rodea, sin darnos cuenta, nuestra percepción y la
creación del arte, por lo tanto una obra no es genial por que sí. Por lo tanto, así podremos
comprender que el arte, no importa cuál, establece sus propios fundamentos, mantiene una
misma esencia a lo largo del tiempo, sin embargo, las ideas principales del movimiento o
una determinada época le impondrán un “nuevo” orden, un “nuevo” valor además de
técnicas y soportes. “Nuevo” se propone entre comillas, puesto que desde el
posmodernismo se establece que en cada auge de un movimiento, que se autopercibe
como renovador, no sería tan así, como menciona Ester Díaz “entre lo nuevo se incluye
también el rescate de lo viejo pero reciclado”.
Mi punto es que, el campo artístico presenta una única regla que permite su
existencia, que es la violación constante de ella misma, es decir la idea de arte que tenemos
ahora no es la misma que hace unos años atras. Es en esta reconstrucción que se quiebra
con la idea anterior para crear una nueva, que incluso se puede adaptar lo “viejo” desde otra
percepción. La pregunta es, cuantas veces se puede deconstruir y reconstruir de forma
“original” el arte, es decir, con todos los cambios que tuvo ¿se puede proponer algo
realmente nuevo?.
Tal vez, una de las respuestas esté en repensar en la relación entre el arte, la
sociedad la cual construye la interpretación, dado que es polémica, puesto que es la misma
sociedad la que condiciona la composición del arte, es la que determina lo moral, lo ético, lo
correcto y lo prohibido. Para poder desautomatizar nuestra percepción e interpretación, la
autora Sontag en su desarrollo Contra la interpretación, nos invita a pensar sobre nuestra
posición como lectores del arte.
Es necesario recordar que una de las primeras concepciones del arte, se refiere a su
relación con la representación de lo real, es decir la mimesis. A lo largo de los años, varios
artistas comprendieron que el arte es una expresión subjetiva, pero aun así, sigue
predominando la primera premisa, que trata de responder ¿qué es lo que quiere decir la
obra?.
Debido a que la interpretación es utilizada como un “veneno” para dañar al arte, este
desarrolló un escudo para evitar ser juzgado, es decir violar su primera premisa, el cual
consiste en carecer de contenido, o sea construirse a sí mismo como una parodia o no arte,
ya que al no existir contenido no se puede tener un sentido. De esta forma, también
podemos señalar, el nacimiento de un cambio de mirada y comprensión del arte, ya que se
propone como lo opuesto a lo que ya estaba establecido, una nueva perspectiva. Esta
nueva mirada busca evitar a los intérpretes, el cual refiere a su manifestación totalmente
limpia y directa, de tal forma que al ser explícito no se pueda distorsionar su significado,
también recurrir a una descripción extensa sobre la forma, utilizando un vocabulario que
logre detallar las características de la obra, obstruye la ejecución del intérprete. Como es el
hecho de presentar la creación-destrucción, para una nueva percepción del arte.
Considero que Graham Greene construye una historia colmada de actos ilícitos y
corrupción que camufla su verdadero propósito, pone al lector en una encrucijada moral y
estética. El autor nos propone construir un pensamiento crítico, puesto que su intención no
es entretener, sino posicionarnos en una situación de reflexión sobre nuestra interacción
social con el arte. ¿Debe ser el arte entendido como producción o como ideología?
¿Debemos entender al arte como un producto histórico o sólo estético? ¿Hay una única
manera de interpretar el arte? ¿El arte debe siempre ser interpretado?
Si bien pueden existir diferentes respuestas para estas últimas preguntas, propongo
que una obra para la cultura puede ser “bella y estética”, pero si hablamos de una obra
significativamente artística para una cultura debe ser revolucionaria. Por lo tanto, el arte no
se reduce como un producto estético o histórico sino que se apoya de ambos. Esto se logra
en la medida en que, el estilo de una obra logre irrumpir en la realidad de las actividades
humanas, como una perspectiva anarquista y de esta forma producir obras autónomas
significativas.
Las interacciones que se llevan a cabo entre el arte y la sociedad son muy
importantes, porque como individuos estamos de manera innata obligados a establecer
relaciones sociales que influyen en la construcción de la estructura de nuestros
pensamientos. Por lo tanto el narrador al jugar con los diversos discursos y prejuicios
sociales, los sentidos religiosos, filosóficos, artísticos y los pensamientos humanos,
deconstruye nuestros valores en una obra ficticia proponiendonos repensar nuestra posición
en la realidad y el mundo con el arte.
Para finalizar considero que The destructors, marca un antes y un después en el
lector. Este libro es el pinchazo que nos despierta del trance rutinario, ya que nos manifiesta
un acto que nos deja insatisfechos pero que a la vez nos inunda de preguntas. ¿Qué
pasaría si se establece una única manera de interpretar? ¿Por qué una obra siempre tiene
que ser bella y correcta?

También podría gustarte