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La Sociedad del Aprendizaje: Somos lo

que aprendemos
Libro “La Creación de una Sociedad del Aprendizaje”
Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald

Esta obra de Josep E. Stiglitz, premio Nobel de Economía en 2001, y de Bruce

C. Greenwald, profesor de finanzas de Columbia Business School nos posibilita un

acercamiento claro y conciso al paradigma del aprendizaje como riqueza social.

Con base muy científica pone el foco en sustituir el concepto de economía del

conocimiento y de la innovación por el concepto más amplio de la sociedad del

aprendizaje. La capacidad de aprender de un individuo, una empresa y una

sociedad es el valor competitivo sostenible diferencialmente entre tener futuro y

ser futuro. El progreso social no está solo en las políticas educativas, sino que

teniendo estas como base se elabora una orientación continua y permanente al

aprendizaje como base social. En fin, somos lo que aprendemos ya que el acto de

aprender implica capacidad adquirida, pero, ante todo, una actitud continua de

valorar más lo que se puede aprender que lo aprendido.

Estos dos eminentes economistas plantean en este libro de divulgación en dos

grandes áreas de reflexión:

1. La creación de una sociedad del aprendizaje.

2. Políticas para una sociedad del aprendizaje

Esta versión más corta y divulgadora de la obra que en 2014 se lanzó a la

Academia de los economistas tiene la gracia de presentarnos unos conceptos

claros. Es un buen manual para comprender, sin el artefacto matemático habitual

del economista académico aquellos conceptos que nos sirven para comprender el

aprendizaje como variable económica.

La sociedad del aprendizaje se basa en analizar la historia y la economía

poniendo foco en la revolución que supone el aprendizaje. Si analizamos


la capacidad del aprendizaje como el elemento clásico del crecimiento

económico, vemos como debemos redefinir las teorías clásicas económicas. Por

ejemplo: El concepto de la teoría tradicional de la venta comparativa de Heckscher

y Ohlin, donde cada economía debía invertir en los factores que tenían ventaja

sobre las otras, se reformulan desde una visión estática a una visión dinámica. Lo

básico está en el aprendizaje que conlleva su diferencia y no en el mero hecho de

tener unas condiciones económicas diferenciales. Lo importante no es la ventaja

competitiva de una sociedad, empresa o individuo sino el conocimiento y

capacidades de aprendizaje en una relación con sus competidores.

Pero esta sociedad del aprendizaje se basa en los siguientes criterios donde se

demuestra que en los últimos doscientos años es el aprendizaje el verdadero

cambio social. Los criterios son:

1. La importancia del aprendizaje. En un análisis macroeconómico se asocia

cualquier crecimiento sostenible al aprendizaje, más allá de la eficacia y la

forma del ahorro. Se trata de focalizar a la sociedad en asegurarse de que

todas las empresas aprenden rápidamente a mejorar su productividad a

medida que las mejores prácticas se conocen, de modo que la distancia

entre las prácticas habituales y las mejores prácticas se reduzcan.

2. Lo que debe aprenderse. Las sociedades, empresas e individuos son

diferentes en su habilidad para transformar los insumos en productos

(conocimiento), pero también difieren en su capacidad de aprendizaje. Es

más, difieren en la capacidad de aprender a aprender, que no solamente

son recursos para la investigación y desarrollo, sino que se basan en:

2.1 Aprender haciendo. Aprendemos a producir de manera más

eficiente, produciendo y, a medida que producimos, observamos

cómo podemos hacerlo de forma más eficiente.

2.2 Aprender a aprender, aprendiendo. El círculo virtuoso no sólo es

aprender haciendo sino buscando mayores oportunidades para el


aprendizaje, pueden mejorar simultáneamente su capacidad de

aprender.

2.3 Aprender a través del comercio. El comercio nos facilita que las

interacciones inciten al aprendizaje. El continúo aprender de lo que

quieren los clientes y los consumidores, y de las soluciones que tu

competencia da a este cliente es una fuente muy rica de valor

económico al aprender.

3 Los determinantes del aprendizaje. El tema central del libro es que el

aprendizaje es endógeno y que difiere de una sociedad a otra, de una empresa

a otra, y de un individuo a otro, y pueden verse afectados según las decisiones

que los individuos tomen sobre su actitud hacía el aprendizaje. Los

determinantes para tomar estas decisiones son:

3.1 Capacidades diferenciales para el aprendizaje. Reto educativo.

3.2 El acceso al conocimiento. Reto social.

3.3 Los catalizadores del aprendizaje. El conocimiento se constituye sobre las

nuevas ideas, que ya no “utilizan” las antiguas ideas, aunque se hayan basado

en ello. La ha utilizado como catalizador. Reto tecnológico.

3.4 Generar una mentalidad creativa. Los marcos cognitivos correctos son

aquellos que suponen una mentalidad del aprendizaje y que no dejan de ser

una construcción social creada para comprender el cambio. Reto de liderazgo.

3.5 Los contactos capaces de catalizar el aprendizaje, que ayudan a crear el

marco cognitivo correcto y brindamos insumos sociales al proceso de

aprendizaje. Reto empresarial.

3.6 El contexto para el aprendizaje. Crear entornos y espacios para generar el

aprendizaje como producto. Reto organizativo

4 Impedimentos para el aprendizaje. Estas bases para el aprendizaje son

fundamentales para crear una cultura que apueste por este maravilloso

proceso.

4.1 Percepciones sesgadas. Aprender de la experiencia necesita una superación

de las influencias hechas desde las creencias. Los sistemas de creencias son
constructos sociales, prismas a partir de los cuales vemos el mundo y están,

antes que nada, determinados por la sociedad (sesgo pre conformista)

4.2 Marcos cognitivos. Nuestra orientación y actitud hacia el aprendizaje como un

bien personal es un marco cognitivo que influye en si aprendemos y lo que

aprendemos.

4.3 Impedimentos transmisores del conocimiento. El conocimiento no se

difunde por sí mismo, tiene que ser transmitido y recibido y existen baremos.

Opacidad competitiva, marcos legales, contextos ideológicos, actitudes

tecnológicas, etc. Son grandes impedimentos al aprendizaje para estancar el

conocimiento.

Con esta caracterización del aprendizaje, los autores se hacen según mi criterio la

pregunta básica: ¿Cómo se crea una empresa que aprende? Ante todo creando

una política de personas que aprende e influyendo en valores sociales centrados

en la capacidad del aprendizaje. Las empresas que aprenden se deben basar en

un modelo de personas orientado a aprender continuamente, desde la

experiencia, desde el contexto con el cliente y los consumidores y, ante todo, con

un marco cognitivo del proceso dinámico y constante que implica estar

aprendiendo. El gerundio de aprender es más descriptivo que su afirmativo, no se

aprende se está aprendiendo.

Para una Dirección de Recursos Humanos esta es la parte más fundamental. Los

autores completan con una segunda parte, de mayor interés para las teorías de la

economía sobre las políticas económicas para una sociedad del aprendizaje.

Este libro, que procede de la Academia de la Economía, nos ofrece multitud de

argumentos para apostar por el aprendizaje continuo. Como proceso de

competitividad personal, empresarial y social, la apuesta por el aprendizaje

posibilita el crecimiento económico. La adaptación necesita de la orientación hacia

el aprendizaje de una persona, pero, ante todo, del prestigio que genera el ser

un aprendiz continuo. Socialmente, vivimos en un mundo empresarial en el que

no necesitamos solo de la experiencia como era hasta ahora, sino más bien
necesitamos de nuestra continua capacidad de aprender de la experiencia. Lo

vivido es la base de lo que tengo que aprender, pero no me vale solo. La

experiencia previa tiene fecha de caducidad en un mundo de crecimiento

tecnológico exponencial. En fin, que solo nos queda el aprendizaje continuo.

nunca vamos a dejar de aprender, lo único permanente es el cambio.

Javier Cantera-Demetrio Ccesa

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