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Número especial

Memoria in extenso

Este CD fue impreso y grabado en


un equipo EPSON
Revista Mexicana de Psicología
Número especial memoria in extenso
Octubre 2010

EDITOR INVITADO
Mtro. Alejandro Zalce Aceves

REVISORES INVITADOS
Dra. Claudia Amezcua Gutiérrez
Dra. Elizabeth Aveleyra Ojeda
Dr. Aldo Bazán Ramírez
Dra. Graciela Bermúdez Ornelas
Dr. Oscar Galicia Castillo
Dra. Coral González Barbera
Mtra. Rosa María Córdova Alvarez
Mtra. Aída Cortés Flores
Dra. Cinthia Cruz del Castillo
Dra. Irma Yolanda del Río Portilla
Dra. Alejandra Domínguez Espinosa
Dra. Violeta del Carmen Fajardo Vargas
Dra. Hilda Fernández de Ortega Bárcenas
Dra. Martha Frías Armenta
Dra. Flor de María Erari Gil Bernal
Dr. Miguel Angel Guevara Pérez
Dra. Esther Gómez Pérez
Dra. Ana Luisa González-Celis Rangel
Dra. Maricela Hernández González
Dr. Quetzalcóatl Hernández Cervantes
Dra. Laura Hernández Guzmán
Dr. Eduardo Hernández Padilla
Lic. Argelia Lara Puente
Dra. Celia Mancillas Bazán
Dra. Andrea Cristina Medina Fragoso
Mtro. Sergio Molano Romero
Dra. Angélica Ojeda García
Dr. Roberto Oropeza Tena
Dra. Gisela Pineda García
Mtra. Alma Polo Velázquez
Dra. Joaquina Palomar Lever
Dra. Graciela Polanco Hernández
Dra. Julieta Ramos Loyo
Mtra. Citlalli Sánchez Álvarez
Dra. Silvia Sánchez Ochoa
Dra. Araceli Sanz Martin
Dra. Cecilia Silva Gutiérrez
Dr. Antonio Tena Suck
Dr. Bernardo Turnbull Plaza
Dra. Andrómeda Ivette Valencia Ortiz

Responsablidades: El contenido de los materiales publicados representa las opiniones personales de sus autores
y no constituye la opinión oficial de la Sociedad que aparecerá en la sección editorial o explícitamente indicada. La
redacción, la ortografia y el apego al formato de la APA en los resúmenes es responsabilidad de cada uno de los
autores. Certificado de licitud de título y contenido números 6782 y 7292. Indizada en Current Contents y Psycinfo.
Formación
Psic. Marco Antonio Pérez Casimiro
M E M O R I A
i n e x t e n s o

Rumbo a la certificación profesional: 60 años de psicología mexicana


Rumbo a la certificación profesional: 60 años de psicología mexicana
Organizado por la Sociedad Mexicana de Psicología, A.C.,
el Colegio Mexicano de Profesionistas de la Psicología A.C., y
la Universidad Iberoamericana

Comité Organizador
Presidente del XVIII Congreso Mexicano de Psicología
Dr. Joaquín Caso Niebla

Presidentes del Comité Organizador del XVIII Congreso Mexicano de Psicología


Dra. Laura Hernández Guzmán
Dr. Antonio Tena Suck

Presidente del Comité del Programa Científico del XVIII Congreso Mexicano de Psicología
Mtro. Alejandro Zalce Aceves

Coordinación General Local


Dra. Joaquina Palomar Lever

Coordinación General
Dra. Violeta del Carmen Fajardo Vargas

Registro e Inscripciones
Psic. Marianna Escobar Pacheco
Psic. Marco Antonio Pérez Casimiro

Presidente Honorario
Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Dr. José Morales Orozco, S. J.

Patrocinadores
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Conferencias Plenarias
y
Conferencias Magistrales

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Conferencias Plenarias

Desarrollo y validación del “Cuestionario de Ansiedad Social para Adultos”


(caso-A) en Latinoamérica, España y Portugal
Dr. Vicente E. Caballo
Universidad de Granada (España)

Los trastornos de ansiedad constituyen, en conjunto, los problemas psicológicos más frecuentes en la sociedad occidental
y, entre dichos trastornos, la fobia social (o trastorno de ansiedad social) se encuentra entre los que poseen mayores tasas
de prevalencia. El objetivo del presente estudio se centra en mostrar, de forma resumida, el desarrollo de la investigación
que condujo a la construcción de un nuevo instrumento para evaluar la ansiedad/fobia social, el “Cuestionario de ansiedad
social para adultos” (CASO-A). A lo largo de dicha investigación, llevada a cabo a lo largo de 6 años, participaron más
de 50.000 sujetos de 18 países latinoamericanos, España y Portugal. La versión final del instrumento consta de 30 ítems
distribuidos en cinco sólidas dimensiones (válidas para todos los países participantes en la investigación), como son
las siguientes: 1) Interacción con desconocidos, 2) Interacción con el sexo opuesto, 3) Expresión asertiva de molestia o
enfado, 4) Hablar en público/Interacción con personas de autoridad, y 5) Quedar en evidencia o en ridículo. Se plantea
la posibilidad de determinar la gravedad de la ansiedad/fobia social (generalizada versus no generalizada) con base en
el comportamiento de los sujetos en estas dimensiones y no tanto en su puntuación global, como ha sido lo tradicional.
En la presentación, se muestran también algunas de las diferencias y similitudes encontradas entre los distintos países
participantes en la investigación, así como las asociadas al sexo y a la edad de los sujetos. Finalmente se discuten las
implicaciones de esta investigación para el desarrollo de un nuevo programa de tratamiento de la ansiedad/fobia social en
el contexto de los países latinoamericanos, España y Portugal.

Research into practice: the most important findings in psychotherapy research in the last quarter century
Dr. Jay Lebow
Northwestern University

Although there continues to be vigorous debate about how much research should impact on clinical practice, there is no
doubt that the last quarter century has seen the emergence of a science of psychotherapy that has vital implications for
practice. This presentation identifies and describes the most significant developments in psychotherapy research over the
last 25 years with an emphasis on the clinical implications of those findings. It provides a snap shot of what is most important
to know and clinically relevant in recent research ranging from the impact of strategies that build on self-acceptance, the
centrality of a few common factors across treatments, the emergence of effective specific treatments for difficult to treat
specific problems, and the vexing problem of maintaining change over time

Learning Objectives:
• Learn about the most significant developments in psychotherapy research.
• Learn how to utilize research in clinical practice.
• Learn how to employ the best methods to assess treatment progress.

El Flow y la Psicología de las experiencias óptimas


Dr. Mihaly Csikszentmihalyi
Department of Psychology University of Chicago

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Conferencias Magistrales

Las brechas educativas en México como producto de la desigualdad social


Dr. Eduardo Backhoff Escudero y Norma Larrazolo Reyna
Universidad autónoma de Baja California

Descriptores: Evaluación del aprendizaje, desigualdad social, educación básica, México

Actualmente, existe un gran consenso sobre la importancia que tiene la educación para el desarrollo social y económico
de cualquier país. La inversión en capital humano es una de las prioridades de las naciones, representa un camino para
reducir las brechas sociales y es el medio idóneo para acercarse a la economía de los países con mayor desarrollo
(Puelles-Benítez y Torreblanca-Payá, 1995).

Sin embargo, el informe Coleman (1966) mostró que la escuela tenía un efecto muy marginal en los resultados educativos,
en este momento se pensó que apenas era responsable del 10% de los aprendizajes de los estudiantes; el 90% restante
se debía a la influencia del medio social donde éstos se desarrollaban. Desde entonces, se han realizado una gran cantidad
de estudios para evaluar la eficacia de las escuelas y conocer a ciencia cierta cuáles son los factores que tienen mayor
influencia sobre el aprendizaje de los estudiantes.

Ante la ausencia de estudios de nacionales que aportaran información de México al respecto, el Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación (INEE) ha realizado en el último lustro una serie de investigaciones que aportan información
sobre el tema. Dado que poca de esta información se ha difundido en foros y congresos, esta conferencia tiene el propósito
de resumir algunos de los hallazgos sobre la inequidad que existe en nuestro país en materia educativa, que se basa en el
estudio Aprendizaje y desigualdad social en México (Backhoff, Bouzas, Hernández y García, 2007).

Este trabajo planteó dos objetivos: conocer las diferencias en el aprendizaje del Español y las Matemáticas entre estudiantes
que terminan la primaria en México y conocer la influencia que ejerce el nivel sociocultural de los estudiantes sobre estos
aprendizajes.

Capital Cultural Escolar (CCE)


Par conocer el nivel sociocultural de los estudiantes, el INEE definió esta variable en términos de aquellas condiciones
familiares que fortalecen la cultura escolar a la que se le denominó Capital Cultural Escolar (CCE). Esta variable quedó
conformada por factores relacionados con la educación de los padres, sus expectativas respecto a la educación de sus
hijos, la frecuencia con que el estudiante asiste al cine, la posesión de libros y el acceso a Internet en casa.

Para construir la escala, se utilizó el modelo de Rasch, con la cual se centró la media en cero unidades con una desviación
estándar igual a uno. Una vez construida la escala, se calculó el CCE de los 47 mil 858 estudiantes que participaron en el
estudio, los cuales provenían de 2 mil 770 escuelas primarias de las 32 entidades federativas del país.

Como se muestra en la figura 1, la varianza promedio del CCE de los estudiantes de sexto grado se encuentra distribuida de
la siguiente manera: 37% a nivel del estudiante, 40% a nivel de la escuela y 23% a nivel de la entidad federativa. En teoría,
en una sociedad en la que los estudiantes no se agrupan en escuelas por nivel socioeconómico, toda la varianza debería
concentrarse a nivel del estudiante; sin embargo, los resultados muestran que la mayor parte de la varianza del CCE de los
alumnos se concentra en las escuelas, condición que habla de una alta segregación educativa en los centros escolares con
base en su nivel sociocultural. La proporción de varianza que se explica a nivel de estado también es considerablemente
alta, lo cual indica que hay diferencias sociales importantes entre las treinta y dos entidades federativas del país.

Figura 1. Distribución de la varianza del CEE: estudiantes, escuelas y estados


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Relación entre el CCE y el aprendizaje


Las investigaciones realizadas por el INEE han mostrado que el aprendizaje del Español como de Matemáticas, se ordenan
sistemáticamente, de acuerdo con la modalidad educativa de la escuela. Así, siempre aparecen las Escuelas particulares
en primer lugar, seguidas de las escuelas públicas urbanas, las escuelas públicas rurales, los cursos comunitarios y,
finalmente, las escuelas indígenas. Una posible explicación de este fenómeno es que la modalidad educativa se correlacione
estrechamente con el CCE de los estudiantes. Para mostrar esta relación, se muestra la figura 2, donde cada marca
representa la puntuación promedio de una entidad federativa. Como puede observarse, los resultados en español, el CCE
de los estudiantes y la modalidad educativa están estrechamente relacionados. El mismo fenómeno se observa para el
caso de matemáticas.

Figura 2. Distribución del aprendizaje del español en los estados de acuerdo con el CCE de los estudiantes de primaria.
Reproducido de: Backhoff, Andrade, Peón, Sánchez y Bouzas, 2006.

Gradiente socioeconómico
El gradiente socioeconómico se define como la tendencia que describe la relación entre el aprendizaje escolar y la condición
socioeconómica de los estudiantes (Willms, 2003; 2006) en un ámbito determinado (escuela, estado o país). Este factor,
que en nuestro caso se hablaría de gradiente sociocultural, está compuesto por tres indicadores: su nivel, su pendiente y
su fuerza.

El nivel de gradiente es el valor del intercepto de la regresión lineal que relaciona el logro educativo con el CCE. La
pendiente del gradiente indica el impacto y dirección en el resultado de aprendizaje atribuible al CCE, y se traduce como
el grado de desigualdad social. La fuerza del gradiente se refiere a la proporción de la varianza del aprendizaje que es
explicado por el CCE de los estudiantes.

Para ejemplificar las características del gradiente sociocultural se muestra la figura 3, donde pueden apreciarse dos líneas
de regresión curvilíneas, que describen las relaciones entre las puntuaciones de Español y el CCE de los estudiantes, tanto
a nivel nacional, como para el estado de Chiapas.

Figura 3. Gradientes socioculturales de México y del estado de Chiapas: Español primaria. Reproducido de: Backhoff,
Bouzas, Hernández y García, 2007

El nivel del gradiente es e 468.8 (en una escala cuya media es 500 y la desviación estándar es de 100 unidades); la pendiente
del gradiente es de 44.2, que indica que el desempeño de los estudiantes aumenta aproximadamente 44 puntos por cada
unidad de desviación estándar en el CCE de los estudiantes, y; la fuerza de la relación entre el CCE y el aprendizaje del
Español es de 0.21; lo que explica cerca del 21% del aprendizaje del español de los estudiantes de Chiapas.

Diferencias en los resultados de aprendizaje


Las calificaciones en Español de los estudiantes de sexto grado varían considerablemente, ya que cerca del 95% de ellos
obtuvo calificaciones entre 337 y 631 puntos. Suponiendo que 70 puntos equivalen a un grado escolar, tenemos que los
estudiantes de sexto de primaria pueden tener diferencias en el aprendizaje del español equivalentes a más de cuatro
grados escolares.

Aunque la varianza entre escuelas es menor que la varianza entre alumnos, ésta representa una variación importante,
ya que aproximadamente el 95% de las escuelas tiene calificaciones promedio entre 369 y 600 puntos; la diferencia de
las calificaciones medias de las escuelas llega a ser equivalente a más tres grados escolares. El rango de calificaciones
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del 95% de las entidades federativas en el país fluctúa en poco más de cien puntos, equivalente a casi un grado y medio
escolar.

La influencia del CCE a nivel del estudiante es de 21.9 puntos, lo que indica que las calificaciones de los estudiantes
incrementarían aproximadamente veintidós puntos por cada incremento de una desviación estándar de CCE. Por su parte,
el CCE de la escuela tiene una influencia de 40 puntos en el aprendizaje de los estudiantes; es decir, el promedio de las
puntuaciones en Español de los estudiantes de una escuela sería mayor en 40 puntos por cada desviación estándar de
CCE que tenga dicha escuela por arriba del promedio de las escuelas.

En síntesos, las diferencias entre estudiantes son tan grandes que, para el caso de Español, llegan a ser de cuatro grados y
para Matemáticas de seis grados, tal y como se muestra en la tabla I, dependiendo de si se toma en cuenta o no el CCE.

Tabla I. Diferencias en grados escolares del aprendizaje del Español entre los estudiantes de 6º de primaria en México
Sin considerar el CCE 4.2 | 5.9
Considerando el CCE 2.1 | 3.3

Los resultados de la composición escolar se resumen gráficamente en la figura 4, donde los centros escolares con un CCE
bajo (percentil 25) y un CCE alto (percentil 75). Las líneas de gradientes muestran el desempeño promedio de estudiantes
en escuelas con un CCE bajo y de estudiantes en escuelas con un CCE alto.

Figura 4. Gradientes socioculturales de estudiantes con bajos y altos CCE en Español: 6º de primaria. Reproducido de:
Backhoff, Bouzas, Hernández y García, 2007

Willms (2003) se ha referido al efecto de composición como de doble riesgo, porque los estudiantes que provienen de
familias con un nivel socioeconómico bajo tienden a estar en desventaja a causa de las circunstancias en su hogar, pero
cuando también quedan segregados en escuelas con un nivel socioeconómico bajo, tiende a irles peor.

Conclusiones
Los hallazgos de este estudio confirman la existencia de diferencias importantes en el aprendizaje escolar de los estudiantes
que terminan los niveles de primaria, lo cual se aprecia tanto entre entidades federativas, como entre centros escolares y
entre estudiantes. Estas diferencias en el logro educativo son más grandes en Matemáticas (5.9 grados) que en Español
(4.2 grados).

Estos resultados indican que: primero, la certificación que otorgan las escuelas en relación con los aprendizajes no
representa lo mismo, ni en cantidad ni en calidad; segundo, el CCE del estudiante es una variable que impacta fuertemente
el logro educativo, tanto a nivel individual como a nivel escolar; tercero, los estudiantes con un CCE bajo que asisten a
escuelas con un CCE bajo logran niveles inferiores de aprendizaje que aquellos que asisten a escuelas con un CCE alto.

Las condiciones socioculturales de los estudiantes, de sus escuelas y de los estados tienen un peso muy determinante
en el logro educativo. Por ello, esta variable debe ser considerada al evaluar el impacto de las políticas o programas
educativos orientados a reducir las brechas en los niveles de aprendizajes que alcanzan las escuelas y las entidades.
Asimismo, un blanco importante deberá ser la reducción de las brechas de aprendizaje entre estudiantes, escuelas y
entidades (Konstantopoulos y Hedges, en imprenta).

Finalmente, los resultados que aquí se reportan contribuyen a la escasa literatura sobre la calidad de los sistemas educativos
latinoamericanos y ponen un ejemplo de cómo la investigación educativa puede ser útil para la toma de decisiones.

No quiero terminar esta ponencia sin mencionar antes el papel relevante que el psicólogo ha jugado en este ámbito
de estudio, que hoy en día es de gran importancia. Solo señalaré dos aspectos: 1) la Psicometría ha hecho una gran
contribución a la evaluación del aprendizaje de gran escala en todos sus ámbitos y 2) el desarrollo de análisis estadísticos
e interpretación de resultados, es otro de los campos donde más ha abonado la psicología al estudio de la calidad de los
sistemas educativos y a entender sus diferencias.

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Referencias
Backhoff, E., Andrade, E., Peón, M., Sánchez, A. y Bouzas, A. (2006). El aprendizaje del Español, las Matemáticas y la
Expresión Escrita en la educación básica en México: sexto de primaria y tercero de secundaria: México: INEE.
Backhoff, E., Bouzas, A., Hernández, E. y García, M. (2007). Aprendizaje y desigualdad social en México: implicaciones de
política educativa en el nivel básico. México: INEE.
Coleman, J. S., Campbell, E., Hobson, C., McPartland, J., Mood, A., Weinfeld, F. y York, R. (1966). Equality of educational
opportunity. Washington, D.C.: U.S. Government Printing Office.
Konstantopoulos, S., & Hedges, L. V. (en imprenta) How large an effect can we expect from school reform? Teachers
College Record.
Puelles-Benítez, M. y Torreblanca-Payá, J.I. (1995). Educación, Desarrollo y Equidad Social. Revista Iberoamericana de
Educación, 9, 165-189.
Willms, J.D. (2006). Learning Divides: Ten Policy Questions About the Performance and Equity of Schools and Schooling
Systems. Montreal: UNESCO.

La Certificación Profesional: una política pública


Dr. Víctor Beltrán Corona
Dirección General de Profesiones

Nuestra plática está relacionada con la certificación profesional de los egresados de las universidades e instituciones de
educación superior (ies) de México y del extranjero que cuentan con un título profesional debidamente registrado ante las
instancias oficiales establecidas en la legislación mexicana vigente, entendiendo por certificación profesional el proceso
de evaluación al que voluntariamente se somete un profesionista a fin de hacer constar su actualización en el área de su
competencia.

El tema nodal de esta charla será examinar la manera en la que la Secretaría de Educación Pública (sep) ha establecido
una política pública de calidad para sus diferentes sectores, entre ellos el de la educación superior. De esta manera y con
el propósito de asegurar excelencia en la formación universitaria, la calidad “se ha convertido gradualmente en la principal
apuesta gubernamental para el cambio universitario.”

Para fortalecer esta estrategia se crearon, a través de la entonces Subsecretaría de Educación Superior e Investigación
Científica (sesic), ahora Subsecretaría de Educación Superior (ses) varios programas, que forman parte del objetivo
gubernamental de crear dos sistemas nacionales estrechamente ligados: el de evaluación y el de acreditación, que en
conjunto conforman una política de aseguramiento de la calidad en educación superior.

Dentro de esta misma política pública y con el propósito de vigilar que esa calidad educativa se vuelva permanente en el
campo del ejercicio profesional de los egresados de las ies mexicanas, se creó un programa para garantizar la educación y
actualización continua de dichos profesionistas. La Dirección General de Profesiones (dgp) de la ses fue la responsable de
organizar un esquema de certificación profesional para que dicho programa se lleve a cabo de manera eficaz y eficiente.
La explicación de la implementación de este esquema es el tema central de la conferencia.

La Psicología de las decisiones públicas


Dr. Arturo Bouzas Riaño
Universidad Nacional Autónoma de México

Los psicólogos parecen haber abandonado el interés por una ciencia unificada del comportamiento y sus implicaciones
para las instituciones, las políticas públicas y las grandes decisiones que como sociedad enfrentamos. La plática presenta
un modelo unificado del comportamiento basado en la teoría de la elección y su papel en la instrumentación y evaluación de
las políticas públicas, con especial atención a la evaluación educativa y a las actuales discusiones sobre las adicciones.

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Educación a Distancia de Calidad


Dra. Sandra Castañeda F.
Posgrado, Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México

La sociedad contemporánea, inmersa en un proceso de cambio acelerado en todas sus esferas, exige transformaciones
en la organización y operación de sus instituciones, incluyendo las educativas. En este contexto, las universidades están
llamadas a adecuar sus estructuras y formas de organización a los retos de un mundo cambiante, donde los desarrollos
en ciencia y tecnología y el acceso y distribución de la información, vía la Internet, han impactado la formación del capital
humano y donde la exigencia de generar mano de obra cada vez más calificada para insertarse activamente en el mundo
constituyen desafíos inaplazables de atender. Así, el tipo de educación ofertada en las universidades -y las habilidades que
ésta ha generado- han sido revisadas seriamente, en la medida en la que en la sociedad del conocimiento se considera
indispensable aumentar, en calidad y cantidad, el capital humano requerido para fomentar el crecimiento general y reducir
la brecha entre naciones que tienen un nivel educativo alto de las que no lo tienen.

En este contexto, la educación superior debe atender la demanda tradicional y las que surgen de la actualización y la
capacitación permanente de adultos mayores que deben renovar conocimientos y habilidades para responder a los retos
que la sociedad les presenta. A partir de esta situación, el tema de la calidad educativa ocupa un lugar central en el
diseño de políticas educativas y en la construcción del marco normativo de la Educación Superior. Las tendencias actuales
demandan a las instituciones educativas ajustar sus procesos para ofrecer servicios con calidad que redunden en la
formación de profesionales con capacidad de comprender, a profundidad, el corpus de conocimiento de su actividad; que
dominen las habilidades generales y específicas, suaves y técnicas, importantes para desarrollar su actividad profesional
y para su desarrollo personal, con estrategias eficientes para analizar problemas y para construir o seleccionar las mejores
soluciones posibles, con habilidades para transformar lo establecido, que valoren el razonamiento fundamentado y el
trabajo esforzado como factores que generan las diferencias importantes en los diversos contextos; con auto eficacia
positiva, capaces de controlar ejecutivamente lo que saben y pueden hacer, conscientes de cómo aprenden y, en particular,
de qué necesitan continuar aprendiendo para ser mejores, en resumen, con habilidades de razonamiento, de solución de
problemas y estilo cognitivo positivo para mejorar, profundizar y extender el alcance de sus capacidades.

En este contexto, la Educación a Distancia puede señalarse como una de las modalidades que mayor expansión ha
registrado en los últimos años a nivel mundial. Ligada desde sus orígenes a atender esencialmente la alfabetización de
adultos, la capacitación y formación permanente, a partir de los años 60`s se incorpora crecientemente como modalidad en
la formación de nivel superior universitario. Entendida la Educación a Distancia como Modelo Educativo habría que pensar
en primer lugar en una concepción epistemológica sobre procesos de aprendizaje y sobre la naturaleza del ser humano.

En las universidades de la región, la progresiva expansión de plataformas y ambientes educativos virtuales ha tenido
desigual impacto. Muchas de ellas están implementando programas de educación a distancia con una fuerte tendencia
hacia la virtualización de los mismos. Sin embargo, este desarrollo no resulta homogéneo en la región ni al interior de cada
país. Se dice que Aprender, el día de hoy, ya no se limita a las escuelas y las aulas; que las modernas tecnologías de la
información y la comunicación hacen posible el aprendizaje en cualquier lugar y en cualquier momento y que el desarrollo
de tecnologías emergentes está cambiando el panorama educativo. En este contexto, los psicólogos educativos están
llamados a fomentar la creatividad, la resolución de problemas y el desarrollo cognitivo y afectivo – motivacional de los
alumnos.

En este marco es donde se hace necesario profundizar la reflexión sobre los modos de aprender y organizar el aprendizaje, ya
que el valor agregado que significa el desarrollo de las TIC puede ser limitado si simplemente se incorpora en organizaciones
y prácticas tradicionales. En cierto modo, estos nuevos entornos demandan una nueva configuración del proceso didáctico
e interpelan el modelo hasta entonces usado en la universidad. Esto conlleva el planteo de una modificación en los roles
tradicionalmente desempeñado por los sujetos que participan en el acto didáctico: le otorgan otras dimensiones a la
labor del profesor como el diseño de situaciones instruccionales o la tutoría del proceso de aprendizaje de sus alumnos
y le requieren mayor participación y compromiso a los alumnos a partir de la constitución de grupos de aprendizaje. Esta
flexibilización de las instituciones de educación superior implica cambios en la concepción de los alumnos, cambios en
los profesores y cambios administrativos en relación con el diseño y distribución de la enseñanza y con los sistemas de
comunicación que la institución establece, en otros términos, cambios en los modelos de gestión educativa hacia modelos
más flexibles.

Las nuevas tecnologías pueden articular procesos sociales a distancia (entre áreas metropolitanas, entre regiones o entre
continentes), con los cambios en los marcos de referencia que ello supone. De aquí que los espacios educativos se estén

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configurando por el influjo de la evolución de las TIC y de los otros elementos con los que interaccionan (cultura, política,
sociedad, tecnología), y de los cambios en las claves organizativas.

Sin embargo, en el ámbito del aprendizaje virtual, la investigación además de ser incipiente es deficiente en cuanto a la
indagación de mecanismos responsables de aprendizajes de calidad. De aquí que en este ámbito sea urgente recurrir a la
teoría existente, tanto como generar la específica al aprendizaje en línea, a partir de constructos que hayan recibido fuerte
evidencia científica. El abrumador pragmatismo en el que se ha desarrollado una buena cantidad de artefactos justifica
generar modelos y herramientas que orienten la modelación de las nuevas tecnologías.

En este trabajo se abordan nociones y herramientas cognitivas que han mostrado ser útiles al aprendizaje, tanto en lo que
respecta a su evaluación como a su fomento, particularmente en Educación Superior. En este subsistema los constructos
que subyacen a los exámenes de aprovechamiento académico representan fundamentos teórico - metodológicos, tanto
como técnicas y procedimientos profesionales, comúnmente compartidos y ampliamente reconocidos como importantes
por académicos y profesionales de la disciplina. Sin embargo y a pesar del reconocimiento anterior, lo que está presente
como resultados de aprendizaje en Educación Superior es un deplorable desconocimiento de qué es lo que realmente
aprende el alumno en las aulas universitarias. En ellas difícilmente se trabaja con modelos teóricos e instrumentación
apropiada, basada en mecanismos cognitivos responsables del aprendizaje complejo. Más bien, y en el mejor de los casos,
la literatura muestra estudios de componentes aislados, innecesariamente sobre simplificados y atomizados, que resultan
limitados para tomar decisiones acerca de los cambios necesitados para fomentar aprendizajes complejos y de calidad.

Así, en las aulas universitarias, tanto como en los ambientes virtuales se hace necesario diseñar estrategias que al mismo
tiempo que fomentan y evalúan la aplicación adecuada de conocimientos, habilidades y valores para resolver problemas,
de manera precisa y oportuna, valoren su adecuación a las demandas del contexto. Sólo así podremos estimar si el
alumno es capaz de dar una respuesta decisiva a una tarea, de otra manera sólo estaríamos fomentando o evaluando
conocimiento inerte. El aprendizaje profesional y el desarrollo gradual de pericia constituyen procesos de construcción de
conocimiento que, vistos desde la perspectiva socio cognitiva reflejan una fuerte interacción recíproca entre los individuos
y los ámbitos en los que se desarrollan.

Pero, medir y fomentar el logro en mecanismos subyacentes al aprendizaje complejo (profesional), es bastante más
complejo y toma mucho más tiempo de lo que, usualmente, los diseñadores curriculares y los docentes suponen. Por esto,
los retos que se afrontan en la Educación Superior obligan a reconceptualizar la noción de aprendizaje en la que se basa la
práctica formativa (presencia y virtual) y, por ende, al contenido de lo que debe ser enseñado y las maneras en cómo debe
ser enseñado, como también, y de particular importancia, obliga reflexionar acerca de lo que significa evaluar resultados
de aprendizaje en el nivel superior. En particular, de aquella evaluación que asegure que la calidad de los conocimientos y
las habilidades generados sea de la mejor calidad y mayor utilidad.

Dentro de este contexto, en nuestro laboratorio de la Facultad de Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) hemos desarrollado, a lo largo de más de 20 años, marcos de trabajo y herramientas que persiguen
fomentar y evaluar la actividad cognitiva constructiva autorregulada en escenarios educativos con la finalidad de apoyar
la calidad del aprendizaje profesional. . De aquí que este trabajo aborde nociones y herramientas cognitivas que han
mostrado ser útiles a la modelación del aprendizaje, particularmente en Educación Superior.

Después de amor: antecedentes, correlatos y consecuencias del rompimiento de pareja


Dr. Rolando Díaz Loving
Unidad de Investigaciones Psicosociales, UNAM
 
En la relación de pareja están contenidos diversos elementos como son la atracción, deseo sexual, responsabilidades,
intimidad, conflicto y cercanía entre otros, los cuales son cambiantes durante la interacción y convivencia entre los miembros
de la relación.  Este proceso de cambio se ve reflejado y se puede identificar a partir de una evaluación de la dirección
que toma la relación, ya sea en su implementación, en el mantenimiento o en la separación.  De hecho, en diversas
investigaciones se plantean las características que dan los antecedentes, los correlatos y las consecuencias derivadas
de la relación de pareja. En este sentido, se ha identificado que las personas que se encuentran más satisfechas, tanto
afectiva como sexualmente en su relación, tienden a tener conductas favorables (afectividad, colaboración y comprensión),
que se relacionan con el mantenimiento de la relación.  En contraparte, cuando las personas no se sienten satisfechas en
su relación tienden a comportarse negativamente ejecutando conductas autoritarias y mostrándose impositivas y apáticas

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hacia su pareja (Rivera-Aragón, 2002). A partir de esta, como en otras investigaciones, se puede identificar que dentro del
eje de mantenimiento de la relación se refieren a aquellos aspectos que se relacionan tanto con la satisfacción como con
la calidad marital, ya sea de forma favorable o no; en contraste, la separación de la relación de pareja ha sido atribuida a
aquellos elementos negativos de la relación que llevan a la insatisfacción. No obstante, se debe destacar que en ocasiones,
la insatisfacción no siempre conlleva a la ruptura de la relación, dado que existen otros elementos que se deben de
considerar, como son el compromiso y la inversión que se ha realizado en la relación, entre otros aspectos.

Para la presente investigación el interés primordial se centro en estudiar cómo se da, bajo que circunstancias y con
que efectos se presenta el rompimiento en las parejas. En primera instancia se busco determinar el papel de aspectos
como conflicto y violencia.  Los hallazgos indican que la violencia está claramente relacionada negativamente con la
satisfacción. El caso de los conflictos que pueda tener la pareja casada es menos claro, incluyendo casos en que las
personas consideran a su relación como positiva. En un segundo plano, se analizo como el mantenimiento y la separación
que han sido considerados como dos puntos opuestos pueden serlo y en otras ocasiones coexistir, para ello es  necesario
identificar que entre estos puntos existe un proceso por el cual, atraviesa la pareja (Rosensweig, 1992se considero por
ejemplo el papel que juegan en estas etapas o momentos de una relación, el desarrollo de los hijos o el tiempo de relación
(Tzeng, 1992, Estrada, 1993, Sánchez, 1995). Así mismo, se integran los aspectos individuales y vivencias psicológicas
que se dan en la relación. Es decir, aquellos elementos que se desarrollan en el individuo de manera independiente como
son las cogniciones, conducta y emociones (Sánchez Aragón, Díaz-Loving, y Rivera Aragón, 2001).

Para conceptuar y operacionalizar los aspectos individuales, se recurrió al patrón de acercamiento-alejamiento (Díaz-
Loving, 1996). En este modelo, se considera a la díada como individuos independientes en la percepción de la relación,
asimismo, determina que no existen un orden específico por el que pasa la relación, ya sean aspectos positivos o negativos
(romance, pasión, conflicto, desamor, entre otros) es decir, puede suceder que mientras un miembro de la relación percibe
los aspectos románticos en su relación, su contraparte pudiera considerar que se encuentran en una relación con más
características de amistad. Esta visión para el estudio de los procesos por los que pasan las relaciones románticas nos
permitió un mayor acercamiento al estudio del mantenimiento y separación.  Por otra parte, ya que algunos cambios de
carácter social también afectan a la relación de pareja, tales como es la situación económica (Khalfani-Cox, 2009), se
añadieron variables contextuales. Estudios recientes han observado que la alta cantidad de discusiones, perdida de interés
sexual, presencia de agresión física, el nivel económico, el tiempo de convivencia y dedicación al trabajo (Khalfani-Cox,
2009) son elementos para terminar la calidad de la relación de pareja; de igual manera, se ha identificado que la decisión
de terminar la relación se encuentra afectada por la presencia de los hijos (Harris, Glen, Repleya, 2008). Se debe señalar
que en la población mexicana, no se ha revisado si estos aspectos favorecen el mantenimiento o la separación, y menos
de forma integral.

Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, se busco identificar como refieren habitantes de la Ciudad de México
a estas dos dimensiones considerando los aspectos individuales que nos refiere el patrón de acercamiento-alejamiento
(cogniciones, conductas y emociones).  En un primer acercamiento, se encuentran algunas diferencias en los aspectos
que mantienen o disuelven a la relación a partir de los niveles educativos (secundaria, bachillerato, profesional) así como
diferencias entre hombres y mujeres.  Dado que para el mantenimiento de la relación de pareja en mujeres universitarias
se refiera al amor, felicidad, confianza, respeto, comunicación, fidelidad, compromiso, comprensión, tolerancia y amistad.
En la separación se considera que hay tristeza, infidelidad, desamor, dolor, desconfianza, falta de comunicación, soledad,
incomprensión, libertad y desilusión. Cuando estas tienen un nivel educativo inferior como bachillerato los aspectos para
el mantenimiento son amor, confianza, comunicación, comprensión, fidelidad, respeto, compromiso, igualdad, tolerancia
y apoyo pero la separación se refiere a la infidelidad, desamor, tristeza, desconfianza, mentira, dolor, frustración, falta de
comunicación, inseguridad e incomprensión; finalmente, mujeres con estudios de primaria se mantienen en una relación
por amor, respeto, comunicación, hijos, fidelidad, confianza, comprensión, unión, felicidad y compromiso mientras que
las separación es determinada por infidelidad, desamor, falta de comunicación, odio, engaños, desconfianza, golpes,
dolor, celos y tristeza.  Dentro del contenido de la separación encuentran coincidencias en los aspectos emocionales
que son producidos por la separación (p.ej. tristeza) así como las posibles conductas que implican razones o efectos
(p.ej. Infidelidad); sin embargo, una de las principales diferencias se encuentra en el mantenimiento de la relación dado
que las personas de nivel primaria se enfocan en aspectos de compromiso con la pareja.  En contraparte los hombres
de secundaria consideran al mantenimiento de la relación como amor, estabilidad, fidelidad, confianza, felicidad, hijos,
compromiso, respeto y cariño pero a la separación se le identifica por la tristeza, infidelidad, desamor, problemas, mentiras,
divorcio, enojo, hijos, celos y falta de respeto.  Estas caracterizaciones del mantenimiento son distintas en hombres con
nivel bachillerato ya que, reportan amor, compromiso, confianza, comprensión, respeto, comunicación, amistad, apoyo,
estabilidad y fidelidad, también son ligeramente diferentes en la separación porque refieren a la infidelidad, desamor, dolor,
desconfianza, falta de comunicación, depresión, mentiras, engaño, conflictos e incomprensión. Al igual que en los otros
grupos, los hombres con educación profesional tienen algunas diferencias con las mujeres del mismo nivel educativo; este

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grupo reporta al mantenimiento como amor, compromiso, tolerancia, estabilidad y fidelidad y a la separación con tristeza,
infidelidad, soledad, dolor, desconfianza, incomprensión, engaño, decepción, desamor y falta de comunicación.

Adicional a la información de la semántica reportada por los participantes, se presentan las correlaciones y efectos de las
escalas de violencia, conflicto y del inventario del patrón de acercamiento alejamiento con vinculación con las medidas
de estilos de apego, poder, resolución de conflictos y amor. Finalmente, se ve el efecto de todas las variables en su
conjunto sobre la satisfacción con la relación. Como corolario se discutirá el papel de la cultura en el fenómeno general de
mantenimiento y resolución de las relaciones de pareja.

Drogas y sociedad: ¿Podemos usar la evidencia científica para encontrar mejores respuestas?
Dra. Ma. Elena Medina-Mora Icaza
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

El problema de uso de drogas afecta de manera importante a la sociedad mexicana, influye un aumento en el consumo
interno, el lugar estratégico que tiene el país frente a los mercados internacionales y las políticas públicas. Se trata de un
problema en que la ideología y el justificado temor de la población por una violencia creciente, juegan un papel importante
en la propuesta de soluciones. Siendo un fenómeno complejo estas soluciones no deben ser sencillas o unilaterales. La
evidencia científica ofrece caminos alternativos que pueden redituar en respuestas efectivas al problema. En esta dirección,
los científicos sociales y de la conducta y los interesados en el descubrimiento de los procesos básicos que sustentan el
desarrollo de la dependencia y en el impacto del consumo de drogas en la salud, tenemos una gran responsabilidad y una
gran oportunidad. OBEJTIVO: El presente trabajo llama la atención a hacer un mejor uso de la evidencia científica para
proponer políticas públicas efectivas en la materia. MÉTODO: Se hace una revisión de la información reciente sobre las
drogas y sus efectos; se utilizan los resultados de los estudios realizados en México en las últimas cuatro décadas para
describir la extensión y naturaleza del problema, así como los datos de estudios transculturales para definir su ubicación
en el contexto internacional; y se hacen propuestas para la reducción de la demanda utilizando evidencia de la efectividad
de los modelos de prevención y tratamiento en los que la psicología tiene mucho que aportar. RESULTADOS: El problema
de uso de drogas tiene cuatro ejes (la oferta, la demanda, el contexto y las políticas públicas) y no puede entenderse si se
le ve de manera aislada. En México, como en todo el mundo, el consumo muestra oscilaciones con periodos de aumento
y disminución que coinciden con variaciones en los mercados internacionales y en las condiciones internas. En nuestro
país, el consumo sigue siendo menor del que ocurre en Estados Unidos, en Europa y en el Cono Sur, y crece en menor
proporción. El aumento del consumo se registra principalmente en la región sur del país y en la zona centro. El consumo de
cocaína es el que muestra más crecimiento. Por cada usuario de cocaína detectado en 1988 hay 7.87 usuarios en 2008.
El crecimiento del consumo de mariguana fue relativamente menor al crecimiento del consumo de cocaína. En 1988 había
9.06 usuarios de mariguana por cada usuario de cocaína, esta diferencia se fue reduciendo con los años hasta alcanzar
1.84 usuarios de mariguana por cada 1 de cocaína en 2008. Para todas las drogas, hay ahora casi dos usuarios por cada
uno que había hace 20 años. Se trata de un fenómeno que afecta principalmente a los grupos más jóvenes, y la probabilidad
de progresar hacia el uso y a la dependencia es mayor cuando la exposición a drogas ocurre durante la adolescencia.
Además, la mayor parte de las personas con dependencia a sustancias cursan con la enfermedad de manera crónica,
pocos reciben tratamiento y los que llegan tardan un tiempo considerable en hacerlo. CONCLUSIONES: La evaluación de
las políticas en materia de uso de drogas debe hacerse con base en el momento histórico de crecimiento o disminución del
problema. En México, las generaciones actuales tienen mayor accesibilidad, mayor consumo, mayor abuso y dependencia
a drogas ilegales comparado con las generaciones anteriores. Para lograr hacer frente al problema de manera efectiva se
requiere de una política integral dentro y entre países; una autoridad nacional central para aminorar la oferta y la demanda
y para fomentar el desarrollo social; programas de formación para las diversas dimensiones del problema, incluyendo
educación continua integrada en el plan de estudios de salud pública en la escuela; programas preventivos basados en la
comunidad y la familia; incremento en el acceso al tratamiento, alternativas a la encarcelación y mayores oportunidades
de rehabilitación e integración social; recopilar las experiencias prácticas y eficaces; enfocarse en perturbar los mercados
de drogas ilícitas y las fuentes de abastecimiento, paralelamente a programas de desarrollo alternativo social; y generar
investigación científica integrando oferta, demanda y desarrollo sustentable, incluyendo en la agenda de prioridades el
diseño de intervenciones efectivas y eficientes para mejorar la calidad de vida de los individuos y de las comunidades, así
como de nuevos modelos para la prevención, diagnóstico y tratamiento psicosocial y farmacológico de conductas adictivas.
Así, la investigación multidisciplinaria y de traslación resulta una estrategia para el desarrollo, y las ciencias de la salud y la
conducta se vuelven parte de programas y políticas.

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


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Prevención primaria de la violencia: un enfoque neuropsicológico


Dra. Feggy Ostrosky-Solís
Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología, Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México

Las conductas violentas son alarmantemente comunes en nuestra sociedad y se consideran un problema de salud
pública. Se presentan desde el abuso doméstico hasta el homicidio y crimen en las calles. En un esfuerzo por combatir
esta tendencia, se han incrementado el número de investigaciones dirigidas a entender la agresión y la violencia así
como sus causas para poder desarrollar tratamientos efectivos. Surgen las interrogantes, ¿que es agresión?, ¿qué es
violencia? y si ¿son diferentes? En esta conferencia se revisan teorías sobre las bases neurobiológicas de la agresión
y la violencia. Se presentan estudios neuropsicológicos y electrofisiológicos del procesamiento emocional realizados
en multi-homicidas de la ciudad de México. Se ha encontrado que a pesar de que la conducta criminal puede ser vista
como sin sentido, este tipo de conductas es producto de factores de riesgo que actúan a nivel individual, familiar y social
,los cuales establecen el escenario para que estas conductas emerjan en la infancia, en la adolescencia o en la etapa
adulta. Los efectos de los factores de riesgo son multiplicativos y no aditivos. La probabilidad de involucrase en conductas
criminales incrementa geométricamente y no aritméticamente, a medida que se expone a los niños a factores de riesgo.
Es decir estar expuesto a por ejemplo tres factores de riesgo incrementa la probabilidad de conducta criminal que es mas
de tres veces el efecto de un solo factor de riesgo. Por lo tanto, los factores de prevención se deben enfocar mas en niños
que están expuestos a los mayores factores de riesgo.

La comprensión de las causas del crimen y el poder establecer programas efectivos de protección dependen no solo de
la consciencia de los factores de riesgo para la conducta criminal sino también en el poder reconocer factores que tiendan
a reducir el riesgo de los niños se conviertan en criminales. Se analizan las medidas preventivas primarias y secundarias y
se presenta un programa de prevención primaria que se basa en un enfoque neuropsicológico.

La ética en la medición y evaluación psicológica.


Dra. Isabel Reyes Lagunes
Facultad de Psicología, UNAM

Aunque es obvio que la ética juega un papel importante en todas nuestras actuaciones, ésta es aún más relevante cuando
se refiere a las actividades propias de la profesión que ejercemos y, en especial, cuando la labor impacta a seres vivos.
Reconociendo, además, que gracias a la inclusión de la medición es que la Psicología es ciencia y que, la gran mayoría de
los profesionistas del área se avocan y practican la medición y evaluación psicológica es que, consideramos indispensable
realizar un análisis tanto del Código Ético que nos rige como de las herramientas, pruebas psicológicas, con las que se
realiza la tarea en nuestro país.

¿Son los Trastornos de la Conducta Alimentaria  realmente enfermedades mentales?


Dr. Luis Rojo
Universitat de Valencia

Descriptores: Trastornos de la conducta alimentaria, enfermedad mental, factores de riesgo, psicosis, diagnóstico

Se plantea el concepto de los trastornos mentales y de los Trastornos de la Conducta Alimentaria en especial, como
síndromes y explorar las similitudes en los problemas de diagnóstico al realizarlo mediante criterios diagnósticos, y  en el
curso, estabilidad de diagnóstico, influencias genéticas y heterogeneidad de los factores de riesgo con la esquizofrenia
y los trastornos bipolares, como grandes ‘enfermedades mentales de referencia’. También se profundizará sobre las
consecuencias de la enfermedad a nivel social y las repercusiones sobre la familia de tener un hijo con esta patología, en
contraste con lo que sucede con pacientes psicóticos.

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Memoria y emoción
Dra. Araceli Sanz Martin
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara

Descriptores: Amnesia, cerebro, emociones, memoria, testigos presenciales

Las emociones son un conjunto complejo de respuestas fisiológicas y conductuales, generalmente de corta duración,
ante ciertos eventos externos o internos que dependen de la activación de ciertos sistemas cerebrales. Dichas respuestas 
motivan conductas de aproximación o alejamiento que posibilitan la sobrevivencia del organismo ante determinadas
situaciones y provocan cambios corporales (expresiones faciales, postura o tono de la voz) que sirven a los otros para
reconocer los estados internos del sujeto que experimenta las emociones y poder actuar en consecuencia.

Se ha demostrado que las emociones pueden influir en procesos cognoscitivos como la atención, la toma de decisiones y
la memoria. Con respecto a esta última, se ha sabe que las emociones pueden dotar a este proceso de resistencia al olvido
y de una exactitud extrema potenciando los detalles del suceso vivido (aún los normalmente irrelevantes).

Este efecto modulador de las emociones representa una ventaja de orden adaptativo, pues ante la gran cantidad de
información disponible en nuestro entorno, permite al cerebro determinar qué información es relevante memorizar para el
futuro.

La memoria es un sistema que implica tres etapas. En la primera, llamada de codificación, es necesario alimentar el sistema
de información; en la segunda o de almacenamiento, se necesita un medio para conservar esta información en el tiempo
y prevenir su deterioro, extravío u olvido; y en la tercera o de recuperación, es indispensable conseguir el acceso a la
información almacenada. A pesar de la vasta literatura que hay al respecto, los efectos de las emociones sobre la memoria
se han estudiado de forma casi exclusiva en la fase de codificación, conociéndose muy poco acerca de su influencia en
la recuperación de los recuerdos.

Es importante de distinguir entre el efecto de las emociones sobre la memoria y la memoria emocional, la cual es una forma
de recordar que incluye la memoria corporal, y que independientemente de los contenidos, tiene una forma no-verbal. En
este tipo de memoria es crucial el núcleo lateral de la amígdala, en donde se forma una asociación entre un estímulo y la
reacción corporal que le sigue.  Otras estructuras implicadas en la memoria emocional son el lóbulo temporal medial y la
corteza prefrontal.

Asimismo, se ha tratado de determinar cuál es el efecto de las distintas dimensiones de las emociones sobre la memoria.
Las emociones pueden ser analizadas a partir de tres dimensiones continuas: a) la valencia o juicio subjetivo acerca del
carácter hedónico de un estímulo afectivo (se trata de un constructo bipolar que va de agradable a desagradable); b) la
activación o arousal que es la fuerza con que el estímulo es experimentado y representa la activación metabólica y neuronal
del organismo (cuyos polos van de calmado a excitado);  y c) control o dominancia que hace referencia al nivel de control
que tiene una persona sobre sus respuestas ante la presencia de un evento afectivo. De estas tres dimensiones, las dos que
más se han estudiado con relación a su efecto sobre la memoria son la activación y la valencia. Sobre la valencia, se sabe
que mientras que las emociones negativas propician recuerdos más conservadores y precisos, las emociones positivas
inducen errores por intrusión, pues las personas se basan en mayor medida en su conocimiento general o en estereotipos.
Con relación a la activación, se ha determinado que se relaciona tanto con la calidad y duración de los recuerdos (los eventos
emocionalmente “activantes” son mejor recordados) como con un efecto denominado estrechamiento de la memoria, en el
cual los detalles centrales que definen el evento son recordados con precisión, mientras que los periféricos son alterados
o eliminados. Finalmente, el grado de control sobre las emociones puede relacionarse, como veremos posteriormente, con
algunos tipos de amnesia postraumática. 

El tipo de emoción es otra variable que puede influir en el contenido de la información recordada. Por ejemplo, las personas
con miedo atienden, codifican y recuperan información relacionada con amenazas y las formas de evitarlas; además, los
desastres nacionales y eventos traumáticos como asaltos son muy bien recordados por las personas con el paso de los
años, no así sus reacciones emocionales ante esos eventos. La gente enojada tiende a recordar los objetivos y obstáculos
que enfrentaron  los personajes de una historia, mientras que la gente triste recuerda con detalle las consecuencias de las
pérdidas y derrotas, y no la causa de las mismas. 

Se han planteado diversas explicaciones con respecto a cómo las emociones influyen en la memoria. La primera tiene que
ver con la atención, puesto que las emociones influyen en la selección de la información que se registrará permanentemente
en la memoria (Sandi y cols., 2001) tanto explícita como implícita. La segunda, llamada de activación,  propone  que las

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


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emociones influyen en la memoria en virtud al grado de activación que generan. La tercera o de la modulación, sugiere que
los eventos emocionales se recuerdan mejor que los eventos neutrales debido a que la amígdala mejora la función de las
estructuras del lóbulo temporal medial que están involucradas con la memoria declarativa, así como de otras estructuras
relacionadas con la memoria no declarativa. Por último, se ha propuesto que a diferencia de los eventos neutros, las
personas tienden a “darle vueltas” a los eventos emocionales, especialmente durante los minutos u horas subsecuentes al
evento, lo que propicia una mejor consolidación.

Por otra parte, los eventos traumáticos, incontrolables y extremadamente activadores (por ejemplo, tortura, abuso sexual y
guerras) pueden generar amnesia parcial o completa o “flashbacks” en los que ciertos detalles del evento son almacenados
separadamente para luego ser evocados automáticamente a través de claves viso-espaciales que desencadenan
imágenes vívidas y una fuerte respuesta emocional. Se cree que la explicación a estos fenómenos radica en que los
eventos traumáticos generan  representaciones de memoria fragmentadas en forma de imágenes y sensaciones vívidas
que no son fácilmente verbalizables. Otra explicación alternativa, y no por ello excluyente de la primera, se encuentra en la
secreción excesiva de corticoesteroides y noradrenalina.

Finalmente el estudio del la relación entre la memoria y las emociones no solamente es útil para entender las bases
biológicas de la formación de la memoria, sino también para conocer cómo construimos nuestra memoria autobiográfica y
cómo las personas pensamos acerca de nosotros mismos, nuestra vida y nuestro pasado personal. La relación entre las
emociones y la memoria tiene implicaciones importantes en la educación, pues el “clima emocional del aula” puede influir
de manera favorable o desfavorable en el aprendizaje de los alumnos. Además, tiene implicaciones en psicología forense 
ayudando a entender la fiabilidad de los testigos presenciales.

Correo electrónico: aracelisanz@yahoo.com

El enfoque intercultural en educación: antirracismo y atención a la diversidad


Mrta. Sylvia Schmelkes
Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación
 
Después de una breve aclaración de los conceptos que se utilizan al hablar de interculturalidad y de educación intercultural,
se hace un diagnóstico de la desigualdad educativa en el país con énfasis en los pueblos indígenas.  Se explican las causas
históricas y estructurales que explican su exclusión educativa, y se pone énfasis en el peculiar racismo latinoamericano,
y más específicamente mexicano.   Ello sirve de introducción a la necesidad de plantear un enfoque intercultural en la
educación para los pueblos indígenas, pero de manera muy importante también para toda la población, como una forma de
combatir el racismo que explica buena parte de las decisiones de política respecto de los pueblos indígenas.  Se concluye
con una descripción del enfoque intercultural en la educación, y se hace ver como una educación con enfoque intercultural,
además de permitir combatir el racismo, permite entender y atender la diversidad en el aula y en la escuela, y avanzar como
consecuencia hacia una educación inclusiva mucho  más equitativa.

Investigación cualitativa e intervenciones estratégicas en el estudio de la migración


Dr. Robert Smith
Universidad de la Ciudad de Nueva York
 
La ponencia se enfoca en lo que el Dr. Smith ha aprendido a lo largo de 20 años de trabajo de campo etnográfico en la
Mixteca poblana y en la ciudad de Nueva York y sus áreas conurbadas. Se presentarán los  hallazgos principales de esta
investigación  transnacional, así como de la metodología empleada y  los datos obtenidos en su libro “Mexicanos en  New
York. Asimismo hablará del estudio  que ha realizado en los últimos 14 años sobre  la transición de la adolescencia a la
adultez. Se enfocará en los conceptos de “trabajo sociológico público” y de los sitios estratégicos de intervencion que
los estudios pueden descubrir. Como ejemplo de ello, compartirá los programas y colaboraciones que se han realizado
entre  CUNY (City University of New York)  y la comunidad Mexicana en New York y otras alternativas de intervención que
se están planteando actualmente en dicha ciudad. 

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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Aspectos Psicológicos del Cáncer de Mama: A 35 años del Nacimiento de la Psicooncología


Mtro. Arnoldo Téllez López, Diana Villegas Guinea y Dehisy Juárez García
Universidad Autónoma de Nuevo León

El cáncer de mama es un problema de salud pública ya que es la principal causa de incidencia y mortalidad por cáncer en
la mujer adulta en Latinoamérica y en el mundo. A nivel mundial hubo un incremento de casi el 100% en el número de casos
de cáncer de mama del año de 1980 al 2000 (de 572 000 casos a 1 050 000 respectivamente). En México, en los últimos
treinta años el cáncer de mama, ha pasado del decimoquinto al segundo lugar como causa de muerte. Además es el tipo
de cáncer que más causa defunciones en las mujeres mexicanas con un 15%, seguido por el cáncer cervico-uterino con un
13.9% (INEGI, 2006). El rango de edad entre los 40 a 45 años es el de mayor vulnerabilidad ya que ocurren 46% de los
casos, los estados del norte del país son los de más alta incidencia (Aguayo-Alcaraz et al., 2008).

A parte de los factores biológicos y ambientales de relevancia causal en la aparición y desarrollo del cáncer, también se ha
venido estudiando las variables psicológicas y comportamentales que influyen en esta enfermedad.

Una pregunta importante es, si aparte de los factores biológicos y ambientales, existe algún factor psicológico o conductual
importante en el inicio y evolución del cáncer. Los factores psicológicos más estudiados son la depresión, el estrés crónico
y el aislamiento social.

Depresión. Ya desde principios de nuestra Era, el griego Claudio Galeno (130-201 D.C.) observo que las mujeres con
melancolía tenían más probabilidades de padecer cáncer, que las mujeres de carácter más alegre (Phillips-Moore, 2002).

Asimismo, se ha encontrado que las mujeres con cáncer que presentan sentimientos de desesperanza, desamparo y
depresión tienen más posibilidades de morir o tener una recaída (Watson et al., 1999). Estudios recientes han encontrado
evidencias de que la causa de la alta incidencia de morbilidad y mortalidad en la depresión, se explica a través de la
disfunción del sistema inmunológico, esto debido a que en la depresión existe una baja en la respuesta del sistema inmune
causando que las infecciones duren más tiempo y la sanación de las heridas físicas se retarde (Kiecolt-Glaser & Glaser,
2002).
En concordancia, otros estudios han encontrado que los sentimientos negativos como el desamparo y la desesperanza
puede predecir las recaídas en el cuadro de cáncer (Antoni, 2003). Un estudio prospectivo en mujeres japonesas, mostró
que aquellas mujeres que se perciben así mismas como capaces de tomar decisiones rápidamente, así como las mujeres
que expresaban tener “ikigai” (palabra japonesa que significa “tener algo por que vivir” o “gozo y metas de vida”) tenían
menos probabilidades de desarrollar cáncer de mama (Wakai et al., 2007).

Estrés Crónico. El estar sometido a periodos de estrés crónico es otra variable que se ha estudiado en relación al cáncer.
El estrés psicológico puede ser definido como el estrés percibido que influye en la habilidad de la persona para afrontar los
eventos de la vida diaria (Godbout & Glaser, 2006).
El estrés crónico tiene un efecto inmuno-depresor, el cual puede causar los siguientes efectos negativos: 1) una demora
en la sanación y cicatrización de la heridas del cuerpo hasta por 9 días comparado con las personas que no están bajo
estrés, 2) una demora en la recuperación de cuadros infecciosos, además de resultar en cuadros infecciosos más severos,
3) un incremento en la probabilidad reactivación de virus latentes, tales como el herpes simplex, virus Epstein-Barr, herpes
zoster, entre otros y 4) mayor probabilidad de actividad tumoral debido a la disminución de células antitumorales (Godbout
& Glaser, 2006).

Aislamiento Social: Se ha mostrado que los factores psicosociales tienen un efecto muy importante en la evolución del
cáncer. El aislamiento social o soledad, así como una red social de mala calidad se asocian a un mayor riesgo de morbilidad
y mortalidad por cáncer u otras enfermedades (Hawkley & Cacioppo, 2002).

Se han identificado tres vías por las cuales el aislamiento social puede favorecer este riesgo: 1) La gente aislada
socialmente invierte más tiempo en conductas de riesgo, 2) Presenta más reacciones fisiológicas de estrés (cortisol en
sangre, estrés percibido), 3) Procesos de reparación física, tales como la calidad del sueño, esta alterado en pacientes
aislados socialmente, ya que presentan más despertamientos en la noche y menos calidad restauradora del sueño. Así
mismo, las mujeres con cáncer de mama que reciben apoyo emocional de su pareja, de su familia, de amigos y su doctor,
tienen más posibilidades de sobrevivir a la enfermedad (Hawkley & Cacioppo, 2003).

Jimmie Holland (2003), considerada la fundadora de la psicooncología, afirma que esta disciplina, nace formalmente en
1975, cuando un grupo pequeño de investigadores se reunió en la ciudad de San Antonio Texas, para celebrar la primera
conferencia sobre psicooncología. En 1980 aparece la primera escala para medir calidad de vida en pacientes con cáncer,

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una forma de estandarizar, comunicar y validar las intervenciones psicosociales. En 1983 aparece la primera revista
científica dedicada a estos temas: “Journal of Psychosocial Oncology” y en 1992 aparece “Psycho-oncology” la revista de
la Sociedad Internacional de Psicooncología (Holland, 2003).

La psicooncología, la cual se considera como una subdisciplina de la psicología de la salud, estudia como los factores
psicosociales y bioconductuales que influyen en el riesgo de padecer cáncer, además de las conductas de mantenimiento de
la salud y los factores asociados con el desarrollo, adaptación y curso clínico del cáncer (Antoni, 2003). La psicooncología
también estudia la elaboración, implementación y evaluación de los programas de modificación de conducta, las creencias
y factores de riesgo asociados con el inicio, progresión y recurrencia de la enfermedad (Baum y Anderson, 2001).

En México, desde la creación de la Sociedad Mexicana de Psicooncología por el Dr. Juan Ignacio Romero Romo en 1987,
se ha realizado más de 5 congresos nacionales u escrito un buen número de artículos científicos sobre el tema, lo que ha
ayudado a fortalecer esta disciplina en el país.

En cuanto a los tratamientos para manejar los riesgos asociados con el cáncer, la hipnosis es una alternativa terapéutica
que se está considerando debido a los beneficios que se han encontrado en la mejora de la sintomatología en pacientes
con esta y otras enfermedades. La hipnosis se le puede definir como un “un foco concentrado de atención que nos guía a
un estado alterado de conciencia, en el cual se puede evocar en forma involuntaria, experiencias previamente aprendidas”
(Téllez, 2007). Además el estado hipnótico se caracteriza por un incremento en la receptividad de las sugestiones, capacidad
de modificar la percepción y la memoria, y el funcionamiento fisiológico autónomo.

Se ha encontrado que la hipnosis fortalece el funcionamiento del sistema inmunológico, incrementando el número de células
naturales asesinas y otras células del sistema inmune (Gruzlier, 1999), esto se ha encontrado en diferentes investigaciones
realizadas con estudiantes bajo estrés (Gruzlier et al., 2001) y ha demostrado mayor eficacia que otro tipo de intervenciones
(Solloway, 2004).

La hipnosis también ha mostrado ser efectiva en la reducción o eliminación de los efectos colaterales de la quimioterapia,
como es el caso del vomito y la nausea (Hammond, 1990). Otros estudios han demostrado que la hipnosis puede ser
utilizada para fortalecer el ego, la autoestima y aliviar síntomas físicos, además resulta efectiva en reducir la ansiedad,
los síntomas de la depresión e incrementar la calidad del sueño, así como la calidad de vida en general en pacientes con
cáncer terminal cuando se compara con el tratamiento estándar (Liossi & White, 2001; Peynovska et al., 2005).

Asimismo, reportes de casos clínicos muestran la utilidad de la hipnosis eliminar o disminuir el dolor y la ansiedad, así
como el incrementar la motivación de pacientes oncológicos (Tschugguel, 2007). Por otro lado, son pocos los estudios en
los que se ha usado la hipnosis en un contexto grupal para tratar el cáncer de mama, sin embargo, estos reportan cambios
positivos en la calidad de vida de las pacientes, tales como disminución de dolores de cabeza, estomacales, menos
problemas para dormir y una mejoría en sus dificultades sexuales, después de 10 sesiones (Shea, 2003).
Como podemos observar, la prevalencia del cáncer de mama muestra una tendencia a aumentar y, aunque los esfuerzos
por combatirlo son cada mas eficaces, en cuanto a uso tecnología y desarrollo de nuevos medicamentos, estos solo
ha conseguido a aumentar los años de supervivencia de las pacientes, sin embargo, no ha logrado impedir los efectos
negativos en la calidad de vida (Montes et al., 2006), la cual cuenta con diferentes dimensiones, entre las cuales están los
aspectos psicológicos y sociales; en cuanto a esto, como se menciono anteriormente, hay estudios que indican que algunas
técnicas psicológicas, entre ellas la hipnosis, tienen un efecto positivo en el bienestar psicológico y el fortalecimiento del
sistema inmune, sin embargo, es importante ampliar el conocimiento al respecto, en cuanto a la duración de los efectos,
búsqueda de técnicas más efectivas para continuar con el objetivo de la Psicooncología, que es el de mejorar la calidad de
vida de los pacientes con cáncer en todas sus dimensiones.

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Test Adaptations: Recent Developments


Dr. Fons J. R. Van de Vijver
Tilburg University, the Netherlands and North-West University, South Africa

Tests are increasingly used outside the countries where they were developed. Transporting tests to a new cultural
context will imply a translation of the instrument. It is argued that transporting tests is more than just translating and that
an adequate adaptation to the new cultural context often requires cultural adaptations. A framework is described in the
presentation how these adaptations can be viewed and implemented. The presentation will describe recent developments
in test adaptations as well recommended practices. Illustrations are drawn from applications of test adaptations in various
countries.

The Story of Qualitative Research in Psychology: Unity, Diversity, and Utility.


Dr. Fred Wertz
Fordham University

This presentation will explore the contributions of psychologists to the development of research methods for the qualitative
analysis of lived experience. First, the presentation will focus on the pioneering work done without clear methodological
guidelines from Wundt’s founding of psychology through the mid-twentieth century. The practices of Freud, James, Maslow,
and Kohlberg will illustrate this period. After noting Allport’s 1942 call for methodological reflection and rigor, I will outline the
general methodological systems that were developed based on the critical incident technique, phenomenology, grounded
theory, discourse analysis, and narrative research. The rise and spread of these methods during the last 20 years has
been characterized as “the qualitative revolution” in the social sciences and as a “paradigm shift” in psychology (Ponterotto,
2002). The general structure of qualitative research projects and their typical contributions to psychological knowledge
will be identified. One of the main problems facing contemporary researchers with interests in employing qualitative
methods is choosing from among the various alternative systems and practices. Researchers wonder, “Must I follow a

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particular method, or is it possible to do qualitative research without training in a specific methodological tradition, and what
advantages would specialized methods offer my research?” Putting aside the philosophical and theoretical differences
among these methods, comparisons of how they are actually practiced reveal 1) important common fundaments of all
qualitative analysis that are sufficient for fruitful research, 2) optional procedures that are emphasized and developed in
some traditions that are compatible with all qualitative methodologies and may therefore be adopted in any research project,
and 3) procedures that are uniquely employed in specific methodological traditions in contrast to others and that require
specialized expertise. Finally, in order to illustrate the utility of qualitative research, I will turn to clinical psychology, note
some of the potential contributions of qualitative methods to this area of psychology, and illustrate the employment of such
research in a phenomenological study of Bulimia Nervosa.

Manejo del resentimiento y el perdón la terapia de pareja


Dr. Luis Oswaldo Pérez Flores
President WCBCT 2013, Lima Perú

El presente resumen plantea un análisis y una propuesta clínica sobre el resentimiento y el perdón en la pareja como
proceso psicoterapéutico basado en los aportes de Whortingthon (2001) así como en la experiencia terapéutica con un
conjunto de parejas que acuden a consulta cuando alguna vez se juraron amor eterno. La evolución que presentan están
referidos en primera instancia a una insatisfacción en la relación y luego a una perturbación emocional de sus miembros si
es que los conflictos no se solucionan. En líneas generales las causas se consideran 1) Incompatibilidades no resueltas, 2)
Expectativas reiteradamente no cumplidas que genera frustración constante y lleva a una relación aversiva (comportamientos
de agresión verbales y no verbales que causan daño) y 3) Comportamientos que dañan al transgredir o traicionar los
compromisos de ser pareja como la infidelidad o comportamientos inmorales (robo, abuso sexual). A partir de esto las
personas presentan un pensamiento recurrente, generalizado, horribilizado, catastrofizado y magnificado de los hechos con
los que ha sido dañada. Están molestos, con cólera hacia el otro miembro y muchas veces quedan resentidos, asociándose
una visión tubular respecto a la pareja con quien estan resentidos. Al respecto Pérez (2004) ha definido el resentimiento
como un sentimiento producto de la reminiscencia de sucesos de daño, ofensa o rechazo, donde pudo haberse presentado
ideas y reacciones emocionales negativas (principalmente cólera, ira, enfado o sentirse herido). Este resentimiento genera
una serie de efectos que afectan gravemente la relación, tales como la disminución del afecto, el desamor, disminución
de los efectos placenteros de la relación, disminución de los comportamientos gratificantes, disminución de la respuesta
sexual, una baja tolerancia (irritabilidad o sensibilidad condicionada al otro miembro), rencor, odio, ideas y comportamientos
de rechazo, hasta ideas y comportamientos abiertos de venganza. MANTENIMIENTO DEL RESENTIMIENTO. Estos se
refuerzan por los mismos hechos cotidianos interpretados negativamente, las mismas dificultades aversivas de la relación
así como la permanencia de la estructura cognitiva irracional. IDEAS ASOCIADAS AL RESENTIMIENTO EN LA PAREJA.
Frecuentemente pienso en lo mal que mi pareja se ha comportado conmigo, me es más fácil reaccionar mal contra mi
pareja que con otras personas, puedo sentirme mejor, pasarla bien o disfrutar cuando estoy con otras personas que con
mi pareja, Me siento herido, Estoy resentido (a) con mi pareja, Cuando veo o escucho a mi pareja frecuentemente siento
fastidio o me irrito. IMPORTANCIA PSICOTERAPEUTICA DEL RESENTIMIENTO, Mas allá del amor que puedan decir que
aun se tienen, así como la motivación para el cambio y las estrategias terapéuticas que se conocen, el psicoterapeuta debe
considerar que, el progreso de la terapia, depende del manejo del resentimiento pues resulta muy difícil ahora negociar
o solucionar problemas o comunicarse con alguien que está dolido o resentido. PERDONAR, No se conocen formas de
mejorar la capacidad de olvidar y eliminar malos recuerdos, sin embargo una alternativa importante a ello es el perdón,
proceso psicológico positivo que deja intacto el recuerdo, pero elimina e incluso transforma las emociones y los rótulos
cognitivos o el dolor asociado a él, RAZONES PARA NO PERDONAR, Las cogniciones más frecuentes son: Perdonar es
injusto, Perdonar puede evidenciar DEBILIDAD o estar a favor del que daña, Perdonar impide la venganza que es correcta
y natural. EN CASO DE PAREJAS, La persona que te hizo daño debe tener su merecido y ser castigada y si es tu pareja
peor aún, porque a la pareja no se le debe tratar así. Nadie que te ame o dice que te ama debe maltratarte o no tiene el
derecho de tratarte tan mal, eso es horrible. No es posible que un (a) esposo (a) trate tan mal a uno pues es una tremenda
desconsideración y está mancillando tu honor. La pareja es sagrada y debe dársele el lugar y toda la consideración que
le corresponde. El hombre debe defender a su esposa pues es lo máximo que hay. Es de caballeros defender el honor de
la esposa. Tienes que disculparte o pedirme perdón o mostrarme un total arrepentimiento para yo perdonar u olvidar (mas
no cambiar de concepto). Ninguna pareja puede hacer cosas por fregar o sacar celos a la otra persona. La pareja debe
siempre demostrar afecto, sino significa que no le quiere. RAZONES PARA PERDONAR. El perdón transforma la amargura
en neutralidad o incluso en recuerdos de tinte positivo. No se puede hacer daño al culpable no perdonando, pero se puede
liberarse perdonándolo. La salud física es probablemente mejor en quienes perdonan que en aquél que no lo hace. Cuando
va seguido de la reconciliación, el perdón puede mejorar sobremanera las relaciones con la persona perdonada (inclusive
las relaciones sexuales). La persona que no perdona, no sólo hace daño a la pareja sino a sí mismo y a su entorno. Decidir

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si es mejor llevarse por el rencor o perdonar son un reflejo de los valores y características de cada persona. Lo dispuesto
que uno está a olvidar una ofensa o daño por parte de la pareja no sólo depende de cómo valore racionalmente las ventajas
e inconvenientes, sino también de la personalidad. Indudablemente el perdonar es un acto psicológico que favorece a la
persona misma, y con frecuencia no significa retornar con la pareja que daño, sino tener emociones positivas. LA TERAPIA
DEL PERDON. Whortingthon (2001) ha planteado una serie de pasos para desarrollar el perdón con personas que han
sufrido daño, los mismos que han sido adaptados al trabajo en parejas, obteniéndose resultados positivos bajo un análisis
cualitativo.

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Simposios Invitados

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Simposios Invitados

Simposio Invitado
Psicología y matemáticas: aportes para el aprendizaje en la primaria
Coordinador: Dr. Aldo Bazán Ramírez
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Facultad de Psicología

Descriptores: Educación matemática, psicología educativa, redes neurales, evaluación, primaria

Resumen: Este simposio de carácter interdisciplinario (psicólogos, matemáticos y pedagogos), muestra una vinculación
entre Psicología, educación y matemáticas, a partir de diversas experiencias de investigación sobre el aprendizaje, la
enseñanza, y la aplicación y el uso de las matemáticas en el contexto educativo y los fenómenos y eventos psicológicos
implicados.

Si bien es cierto que ha habido mayor vinculación entre psicología y pedagogía y entre pedagogía y las matemáticas,
las ciencias especiales son esencialmente empresas interdisciplinarias, por ejemplo, las matemáticas influyeron en el
desarrollo de principios operaciones y simbólicos orientando el énfasis al estudio de la interconducta con los eventos.

La asociación formal entre la psicología y las matemáticas pueden remontarse a los trabajos de Herbart sobre fórmulas
para medir el impacto de unidades mentales o partículas que competían entre sí para entrar en la “mente” de un individuo,
y de Fechner quien introdujo procedimientos cuantitativos para estudiar los eventos psicológicos a partir de registros de
reportes conductuales de los individuos en situaciones de interacción con objetos de estimulación.

El psicólogo J. R Kantor ha señalado que cuando se despoja a la ciencia de sustancias y procesos trascendentales o
dualistas, las matemáticas se convierten en una empresa definitivamente humana, por ejemplo, los procesos psicológicos
implicados en el cálculo y el desarrollo de las técnicas matemáticas, están en relación directa con los criterios de la ciencia
y las actividades prácticas de la vida cultural.

Según Kantor, el desarrollo de los objetos y eventos matemáticos comienza con el proceso de abstraer relaciones de
las situaciones ambientales y que todas las operaciones y conocimientos matemáticos son productos interconductuales
derivados a partir de una evolución de la interconducta de abstracción de relaciones, procesos evolutivos que resultan
en elaborados hechos y principios matemáticos que son herencia de la civilización actual (Kantor, 1958; Kantor y Smith,
1975).

Redes neuronales artificiales


Dr. Joaquín Delgado Fernández
UAM-Iztapalapa, Departamento de Matemáticas

Descriptores: Hodkin-Huxley, potencial de membrana, redes neuronales, retropropagación, matemáticas

Introducción: Las redes neuronales se desarrollaron en la búsqueda de un paradigma universal de la computación ligado
a las teorías psicológicas de la percepción y el conductismo, y por otro lado la investigación neurofisiológica. El estudio de
mecanismos de percepción, principalmente la visión y el tacto, memoria y asociación, y más generalmente del aprendizaje
y el lenguaje, son algunos de los temas de estudio abordados por diversas teorías psicológicas. En el modelo de Hodkin y
Huxley la membrana celular semipermeable separa el interior de la célula del líquido extracelular y actúa como un capacitor.
La membrana posee canales (compuertas) que permiten el flujo de iones de sodio y potasio modificando la diferencia de
concentración a través de la membrana. El mérito de Hodkin y Huxley fue determinar valores experimentales para los
parámetros de conductancias y potenciales reversos de su modelo, mediante técnicas experimentales sofisticadas en su
época. Con su modelo, HH consiguieron describir diversos fenómenos de la transmisión de impulsos nerviosos tales como
el potencial de acción y tren de ondas.

EL MODELO NEURONAL DE MCCULLOCH Y PITTS. W.S. McCulloch y W.A. Pitts (1943) conciben los fundamentos de la
computación neuronal inspirada en la estructura neuronal. Las R señales de entrada p1, …,pR se multiplican por pesos w1,
…,wR que representan la intensidad de la señal recibida por la dendrita correspondiente, pesos negativos corresponden a
señales inhibitorias, pesos positivos a potenciales de activación. La señal neta que llega el cuerpo neuronal es n=w1p1+…
+wrpR+b. La neurona dispara una señal axonal binaria 1 ó 0 dependiendo si la señal neta n sobrepasa un valor umbral.
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El modelo de neurona artificial definida por la función de transferencia de Heavisde H(n) se conoce como el Perceptrón.
Inicialmente causó mucho entusiasmo debido a que se pueden diseñar las compuertas lógicas AND, OR y NOT (negación).
Por ejemplo, la función lógica AND se puede representar por el perceptrón a= H(p1+p2-3/2). La frontera de decisión
p1+p2-3/2 =0 delimita los valores binarios de p1, p2 que dan un valor de a = 0 (falso), ó a = 1 (verdadero). Rápidamente se
reconocieron las limitaciones del Perceptrón. Por ejemplo la operación lógica XOR – llamada OR exclusivo-- definida como
verdadero cuando una sola de las alternativas es verdadera, no pude separarse por una línea de decisión similar al caso
AND: El problema XOR no es linealmente separable ya que los casos verdaderos no se pueden separar con una recta de
los casos falsos.

REDES NEURONALES. Una red neuronal de perceptrones está formada por capas de perceptrones en serie. Minsky y
Papert (1969) mostraron que considerando redes de preceptrones i.e. con funciones de transferencia H(n), sólo es posible
clasificar problemas que se pueden delimitar regiones con fronteras rectas. En el problema XOR, las clases verdaderas y
falsas se pueden separar por dos rectas. Problemas más complejos de clasificación se pueden resolver mediante redes
de perceptrones. Esencialmente cada perceptrón en la capa de entrada define una recta de decisión y las capas ocultas
definen operadores lógicos AND, OR con los cuales se definen las regiones poligonales. Por ejemplo, la función lógica
XOR(p1,p2)=AND(OR(p1,p2), NOT(AND(p1,p2)) se puede resolver con una red de 2 capas de perceptrones. En el ejemplo
AND los pesos y umbrales que definen la recta de decisión. En casos prácticos se desconocen los pesos y umbrales
(parámetros) y deberán determinarse mediante algoritmos de entrenamiento. Se llama entrenamiento supervisado de la
red cuando se determinan a partir de datos entrada/salida conocidos llamados datos de entrenamiento. Como el perceptrón
tienen una salida binaria, una red de perceptrones a lo más admite entradas continuas pero las capas ocultas reciben
entradas binarias. Desgraciadamente no existen algoritmos eficientes de entrenamiento de redes de perceptrones. Una
solución a este inconveniente es considerar funciones de transferencia de del tipo sigmoidal o lineal. De esta manera
los parámetros se determinan minimizando el error cuadrático medio mediante métodos de optimización. Esta técnica
de entrenamiento se conoce como la regla delta o LMS, o de entrenamiento de Hopf-Widrow. Las bases del algoritmo
de retropropagación para entrenar redes neuronales fueron introducidas por Rosenblatt (1962) y redescubiertas años
después por Parker, Le Cun (1985), y Ruemlhart, Hinton y Williams (1986). Se compara el error en los datos de salida y de
entrenamiento y el error se propaga hacia las capas ocultas anteriores, en cada presentación de los datos, los parámetros
se actualizan en la dirección de máximo descenso del error cuadrático medio.

APLICACIONES. Las aplicaciones de las redes neuronales son múltiples, mencionaremos sólo algunas que han mostrado
ser relevantes:
1. Clasificación de señales y patrones: llanto de un bebé, encefalograma, etc.
2. Mapa de grafemas a fonemas que permitan la lectura en voz alta de texto escrito por la máquina.
3. Memoria asociativa: los ejemplares aparecen contaminados con ruido y deben asociarse a patrones definidos
(reconocimiento de letra escrita). Memoria heteroasociativa: un patrón nuevo debe asociarse de manera óptima con
patrones conocidas.
4. Aproximación funcional y predicción. Aproximar y predecir una señal arbitraria: electrocardiograma, encefalograma,
filtraje de señales.
5. Estudios teóricos sobre daño cerebral y su relación con la dislexia profunda.

El libro de texto gratuito de matemáticas de sexto año de primaria, la nueva reforma


Dr. Aldo Bazán Ramírez*, Fabiola Guadalupe Hernández Ortiz* y Mtro. Pedro Bollás García**
*Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Facultad de Psicología
** Universidad Pedagógica Nacional – Ajusco

Descriptores: Libro de texto gratuito, matemáticas, primaria, currículum, evaluación

En este trabajo son presentados los resultados parciales de un análisis de tallado de la estructuración del libro de texto
gratuito de Matemáticas de Sexto año de primaria, dirigido a los estudiantes de la República Mexicana. Para el análisis del
libro fueron tomados como base, los documentos de los planes y programas de estudio de la SEP (Fase generalización)
emanados a partir de la Reforma Integral de la Educación Básica Mexicana (RIEB).

Los contenidos incluidos en el actual del libro de texto gratuito de Matemáticas de Sexto año de primaria fueron ubicados
y relacionados con base en las cuatro competencias matemáticas básicas consideradas en los documentos oficiales para
su enseñanza en el sexto a; o de primaria de: 1. Resolver problemas de manera autónoma, 2. Comunicar información
matemática, 3. Validar procedimientos y resultados y 4. Manejar técnicas eficientemente, de acuerdo con tres 3 ejes

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temáticos generales de organización de contenidos y situaciones de aprendizaje: A. Sentido numérico y pensamiento


algebraico, B. Forma, espacio y medida y C. Manejo de la información.

Las características principales del Libro de Texto de sexto a; o son las siguientes: se encuentra divido en 5 bloques que
abarca en total los tres ejes temáticos, e incluye ocho temas de matemáticas y un total de 20 subtemas. Asimismo, el libro
de texto contiene un total de 116 Consignas (Lecciones) para que el alumno realice las actividades correspondientes a la
asignatura de matemáticas en el año escolar, además de una sección de materiales recortables.

Estrategia. Fue utilizada una tabla de categorías diseñada con la finalidad de organizar sistemáticamente la información
obtenida a partir del análisis del libro de texto de sexto a; o de primaria y de tal forma facilitar la incidencia de las competencias
en toda la estructura del libro integrando las intenciones didácticas y conocimientos y habilidades que se pretenden para
cada consigna.

Se revisó el libro por cada Consigna (lección), bloque y eje para determinar si cada una de las competencias descritas en
los planes y programas de RIEB, son recuperadas en la propuesta de actividades y ejercicios que se muestran en el libro
de texto, para que el estudiante pueda resolverlos. Además fueron analizadas las consignas por actividad y consigna de
la Lección, integrando las intenciones didácticas y los conocimientos y habilidades necesarios que se marca deben utilizar
los alumnos.

Resultados preliminares. El libro de matemáticas de sexto año pretende reflejar en los ejercicios los contenidos que marca
la RIEB, sin embargo, no se logra aun plasmar en su totalidad los objetivos y propósitos contemplados en la Reforma
Actual. Por ejemplo se puede identificar una carga desigual en el número de consignas que se presentan por bloques y el
número de competencias sobre las que se hacen énfasis en cada bloque: 33 consignas abarcan o inciden en las cuatro
competencias; 81 abarcan 3 competencias; 1 consigna (lloque 2) abarca dos competencias y 1 consigna (bloque 1) incluye
solamente una competencia. Un aspecto a resaltar es que la carga mayor de las consignas con las cuatro competencias
se encuentra en los bloques 2 y 5.

Asimismo los ejes temáticos que se presentan fungen como organizadores de las consignas más no cubren con su finalidad
principal de trabajar en ellos las 4 competencias, siendo estas distribuidas de forma desigual por los bloques que integran
los tres ejes.

Esta característica de estructuración de contenidos es similar a lo que ocurría en el libro de texto de matemáticas de sexto
grado durante la aplicación de la Reforma del 93, en el cual también se identificaba mayor carga de actividades solo en
algunos de los seis ejes temáticos de organización de la enseñanza aprendizaje de las matemáticas en el sexto grado de
primaria.

De igual forma, en el libro de texto actual de sexto a; o, se ocupan dos ejercicios de libros texto de Matemáticas de Sexto
grado de años anteriores, es decir, del programa de estudios que ya feneció, mismo que se menciona en el pie de página
del libro actual.

Conclusión. En el libro de sexto a; o vigente, se refleja claramente la idea de seguir una secuencia didáctica, por ello
la utilización de ejes temáticos, justificándose con la idea de que estos mismos son los utilizados en la asignatura de
matemáticas en secundaria, dejando el enfoque de las necesidades del aprendizaje de la primaria denotando no poner
tanto énfasis en las problemáticas que han venido arrastrando los alumnos de años atrás, los materiales y métodos de
trabajo.

Estos son los inicios de nueva Reforma Educativa y los restos para la enseñanza de las matemáticas en la primaria y
hereda las dificultades no solo de la operativización de los nuevos planes y programas en el aula como experiencias y
oportunidades para un aprendizaje inteligente y constructivo, sino también, en el diseño y estructuración de actividades en
los libros de texto y los materiales educativos que son utilizados particularmente por los estudiantes, sus profesores y su
familia involucrada en su proceso educativo y de aprendizaje.

Por ello, la consolidación y dominio de competencias y habilidades, del saber qué y el saber cómo, tendrán que ser
atendidos urgentemente para que los estudiantes puedan contar con las competencias y conocimientos necesarios para
los siguientes niveles escolares, particularmente la secundaria.

Correo electrónico: aldo78b@yahoo.com.mx

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Competencias de matemáticas: Evaluaciones PISA y sus resultados en México


Dra. Ivonne Twiggy Sandoval
Universidad Pedagógica Nacional – Ajusco

Descriptores: Competencias, matemáticas, evaluaciones, PISA, México

Las evaluaciones nacionales e internacionales, independientemente de sus objetivos, permiten tener un marco de referencia
tanto a investigadores en educación como a directivos educativos, para reflexionar sobre las habilidades y competencias
que tienen los estudiantes en diferentes áreas de conocimiento. Así mismo, permiten en mayor o menor medida, identificar
conceptos y habilidades en las que se tiene menor éxito y que requieren replantear estrategias de enseñanza.

Sin embargo, para identificar fortalezas y debilidades en un sistema educativo, se requiere de evaluaciones más específicas
y que tomen en cuenta el contexto educativo.

Las matemáticas se consideran como una de las principales áreas en la educación de cualquier persona puesto que da
herramientas para resolver problemas de la vida cotidiana. Conocer los resultados de los estudiantes en esta área, en las
diferentes evaluaciones, es un punto de partida que nos permitirá proponer estrategias de enseñanza a los profesores.

Sin embargo, los resultados de estas evaluaciones se deben tomar con reserva, dadas las particularidades de cada uno de
ellos en cuanto a sus objetivos, su diseño y los criterios de evaluación.

México participa en el proyecto PISA dado que permite tener información sobre la calidad del sistema educativo en
comparación con el de otros países desarrollados y en vía de desarrollo. Sin embargo, para obtener los beneficios de
esta información se requiere un análisis detallado, profundo y crítico, de los resultados obtenidos teniendo en cuenta las
particularidades como país y en cada uno de los estados.

En este documento, presentamos un breve resumen sobre PISA en México.


Generalidades del proyecto PISA
PISA (Programme for International Student Assessment) por sus siglas en inglés es el “Programa para la Evaluación
Internacional de los Estudiantes”. Es un estudio internacional comparativo de evaluación de los resultados de los sistemas
educativos, coordinado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este proyecto de
evaluación inició en el 2000 y se realiza periódicamente cada tres años lo que permite hacer un estudio comparativo entre
los países participantes, y además, de la variación en los resultados entre un año y otro.

Pisa evalúa las habilidades, la pericia y las aptitudes de los estudiantes para analizar y resolver problemas, para manejar
información y para enfrentar situaciones que se les presentarán en la vida adulta. Sin embargo, no evalúa el aprendizaje
de los contenidos específicos fijados en los programas, el desempeño de los docentes ni los programas vigentes.

La relación de los países participantes se ha visto enriquecida de una evaluación a otra. En el 2000 los países que se
incorporaron en este proyecto fueron 28; para el 2003 la participación fue de 41 países y en el último ciclo de evaluación
participaron 57 países.

Esto significa que fueron evaluados aproximadamente 400 000 estudiantes en representación de los 20 millones
(aproximadamente) de jóvenes de 15 años de las escuelas de estos países participantes.

Características metodológicas de PISA


Para que los resultados de PISA permitan realizar comparación entre países, se estudia poblaciones semejantes. Este
estudio se realiza con estudiantes de entre 15 años tres meses y 16 años dos meses de edad, inscritos en una institución
educativa y cursando, por lo menos, segundo de secundaria. Los dominios o áreas que se evalúan son competencias
científica, lectora y matemática. En cada ciclo, el examen hace énfasis en una de estas tres áreas. En el 2000 se hizo
énfasis en lectura, en 2003 en matemáticas y en 2006 en Ciencias.

En cada examen se evalúa el dominio de los procesos, el entendimiento de los conceptos y la habilidad de actuar en varias
situaciones dentro de cada dominio (lectura, matemáticas y competencia científica).

Se toma como base todas las escuelas que tienen alumnos inscritos con 15 años de edad, se hace una selección de
algunas escuelas por los organizadores de PISA.

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Después, cada país, selecciona aleatoriamente a los estudiantes. La muestra representativa de cada país están entre
4,500 y 10,000 estudiantes.

Para la recolección de datos, se aplican dos tipos de instrumentos escritos: los cuestionarios de contexto y los cuadernillos
de conocimientos. En la evaluación participan tanto alumnos como directores.

El instrumento aplicado a los directores es un cuestionario. El objetivo de este cuestionario es indagar sobre el contexto de
la escuela como por ejemplo, calidad de los recursos humanos y materiales con que cuenta; el financiamiento y el tipo de
escuela (pública o privada), los procesos de toma de decisiones y las prácticas administrativas. Respecto a lo académico,
se enfoca en la estructura y tipo de instrucción, el tamaño de los grupos, y el nivel de compromiso de las familias en la
educación de sus hijos. Se tiene 20 minutos para contestarlo.

PISA en México. Procedimiento de selección y aplicación de la evaluación


México ha participado en este proyecto desde sus inicios, en el año 2000 con 5, 276 estudiantes, en el año 2003 con 29,983
estudiantes y en el año 2006 con 30, 971 estudiantes.

La manera como selecciona México a los participantes en esta evaluación es el siguiente:


• El INEE envía el listado de los planteles de secundaria y educación media superior al consorcio PISA para que seleccionen
la muestra de escuelas.
• Las áreas de evaluación de cada entidad federativa integran la lista de todos los estudiantes de 15 años inscritos en cada
escuela.
• De esta lista, se selecciona aleatoriamente 35 alumnos de cada plantel.
Los resultados de PISA (2006) muestran que mientras el 89.4% de los niños de países de la OCDE obtuvieron resultados
iguales o superiores al nivel 1, sólo el 70.5% de la población escolar de México está en esa condición

El Instituto Nacional de Evaluación de la Educación de México ha señalado el enfoque memorístico, tradicional en la


enseñanza nacional, como un factor que debe revisarse, en beneficio de una enseñanza que enfatice más el desarrollo de
las capacidades que la retención de información.

Correo electrónico: ivonne.sandoval.c@gmail.com

Validación de constructos en la evaluación de matemáticas en el sexto grado en primaria


Dr. Aldo Bazán Ramírez*, Dra. Ivonne Twiggy Sandoval Cáceres** y Dr. Luis Castro Bonilla***
*Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Facultad de Psicología
**Universidad Pedagógica Nacional – Ajusco
***Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Facultad de Comunicación Humana

Descriptores: Evaluación, matemáticas, aprendizaje, medición, constructos

En esta ponencia es descrita en general, el procedimiento de construcción, y es analizado el instrumento validado para
evaluar el dominio de las matemáticas en sexto grado de primaria.

El supuesto básico a partir del cual se desarrolló este estudio, es que la elaboración y/o aplicación de instrumentos
psicológicos y/o educativos para evaluar el aprendizaje se encuentra necesariamente relacionada con la teoría que subyace
a dichos instrumentos y a los constructos o variables que el especialista pretende medir (Bazán, Castañeda, López y
Macotela, 2004; Martínez y Moreno, 2002; Mislevy 1993). Este proceso de elaboración y validación de los instrumentos de
medición y/o evaluación debe considerar al menos tres condiciones necesarias:
1. Delimitación teórica del constructo a medir a partir de la abstracción de alguna propiedad de los objetos o fenómenos
bajo estudio
2. Desarrollo de un diseño de observación - o recolección - que operativice la noción teórica respecto de dichos constructos
mediante la construcción de un instrumento de medición, y
3. La aplicación de modelos matemáticos para obtener medidas de la propiedad o constructos a partir de la ejecución de
determinadas tareas, o respuestas recogidas con los instrumentos.

En este sentido, una forma de evaluar desempeños a partir de los contenidos y los programas de estudio, especialmente
en la educación básica, garantizando la validez ecológica de la evaluación de competencias matemáticas, es elaborar
instrumentos de evaluación tomando en cuenta los ejercicios, actividades y situaciones de evaluación implicadas en los

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programas de estudio y los libros de texto y materiales de apoyo que se utilizan masivamente en el sistema educativo
(Bazán et al, 2004).

De acuerdo con esta perspectiva, para el proyecto de intervención en el Estado de Nayarit, fue necesario partir con una
fase de construcción y validación de instrumentos de evaluación de aprendizajes, para lo cual en primera instancia fueron
analizados la estructuración curricular y los contenidos para los seis grados de primaria, estableciendo los Dominios o
competencias a evaluar.
Para lograr validez de contenido de los instrumentos de evaluación, éstos debían recoger muestras de todos los ejes de
organización de contenidos contemplados en los planes y programas de matemáticas en la escuela, por ello las actividades
de evaluación corresponden solamente a los ejes temáticos considerados por la SEP en cada grado escolar. En primero
y segundo grados fueron evaluados 4 ejes: Los números, sus relaciones y sus operaciones; Medición; Geometría y
Tratamiento de la información. En tercer grado, además de estos cuatro ejes fue incluido el eje La predicción y el azar.
En cuarto, quinto y sexto grados, fueron incluidos seis ejes temáticos: Los números, sus relaciones y sus operaciones;
Medición; Geometría; Procesos de cambio; Tratamiento de la información y La predicción y el azar.

Cada pregunta tuvo cuatro opciones de respuestas, tres de ellas distractoras, y la respuesta correcta fue considerada de
acuerdo al cumplimiento de todos los criterios de logro establecidos.
Análisis Confirmatorio de evaluación de las matemáticas en sexto grado de primaria.
Con base a los resultados del análisis previo de reactivos y de consistencia interna del instrumento de sexto grado de
primaria, fue propuesto un modelo teórico de estructuración factorial del instrumento (por ejes temáticos). Para esta
fase solo fueron considerados cinco de los seis ejes curriculares: Los números, sus relaciones y operaciones; Medición;
Geometría; Tratamiento de la información; Procesos de cambio.

Fue construido y sometido a prueba un modelo hipotético de análisis factorial confirmatorio para probar la validez convergente
y divergente de constructo. El modelo supuso que los cinco constructos (ejes temáticos) permitían una alta convergencia
con sus indicadores (equivalente a una buena consistencia interna de cada factor), y por otro lado, el modelo suponía una
divergencia entre cada uno de los constructos, es decir que los índices de covarianza entre los constructos no deberían
altos y significativos, para considerar que el instrumento está evaluando dominios diferentes (ejes temáticos diferentes).

Al someter a prueba de manera reiterada el modelo hipotetizado, a través del programa de ecuaciones estructurales EQS
6.1, los modelos resultantes no fueron satisfactorios, hasta llegar a obtener un modelo mixto en algunos constructos.

El modelo resultante solo aceptó 15 de los 28 reactivos inicialmente considerados y confirmó la estructuración de cinco
factores o ejes temáticos: Números, Medición-geometría-número, Geometría-tratamiento de información, Tratamiento de
información-medición, Procesos de cambio.
Este modelo resultante tuvo una buena bondad de ajuste (P = 0.30, CFI = 0.94) lo cual indica que es similar al modelo
hipotético que fue sometido a prueba, o sea, el modelo resultante se ajusta al modelo teórico inicial.

Conclusiones
Pese a las limitaciones del tamaño de la muestra, refleja los primeros indicios de problemas e validez de constructo en
la estructuración curricular de actividades y objetivos de aprendizaje de la matemáticas en el sexto grado de primaria,
enmarcados en los planes y programas de estudio que fue implementado por más de una década en nuestras escuelas
mexicanas y que a partir del año 2008 ha ido siendo modificado y a la fecha se cuenta con un nuevo programa de
matemáticas, en particular, el sexto grado de primaria.

El modelo obtenido si incluyó las competencias y conocimientos de los cinco ejes temáticos incluidos en la prueba, sin
embargo, en tres de los nuevos constructos o factores configurados, hay una combinación de actividades de por lo
menos dos ejes temáticos, por ejemplo, las actividades de Los números, sus relaciones y sus operaciones, coinciden con
actividades de Medición. Precisamente, el eje temático Medición, está relacionado con el dominio de al menos tres otras
competencias: Geometría, Números y Tratamiento de la información (por ejemplo, el uso de la estadística).

Más allá de las propiedades psicométricas, estos datos están sugiriendo que la planeación y estructuración de contenidos
y experiencias de aprendizaje en matemáticas en la primaría deben incluir en sus primeras etapas y antes de la etapa
de generalización, la validez convergente y divergente de constructo, para poder precisar con mayor detalle tanto las
actividades específicas a cada eje o dominio (conocimientos y competencias), asi como las actividades que corresponden
a más de un dominio curricular.

Correo electrónico: aldo78b@yahoo.com.mx

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Problemas de estructura multiplicativa: Una propuesta psicopedagógica con estudiantes de 5º grado de primaria
Dra. Cristianne Butto Zarzar y Lic. Karla Eréndira Rios Serrato
Universidad Pedagógica Nacional – Ajusco

Descriptores: Estructura multiplicativa, intervención, psicopedagógia, matemáticas, primaria

En México la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas a nivel primaria representa una de las mayores dificultades
que enfrentan los estudiantes al iniciarse al estudio de contenidos básicos de la aritmética Por otro lado, las pruebas de
rendimiento académico a nivel nacional (ENLACE y EXCALE) y a nivel internacional (PISA), reportan bajos índices en el
área de las matemáticas.

En la instrucción escolar, la resolución de problemas de estructura multiplicativa (multiplicación y división) representa una
dificultad para los alumnos cuando son introducidos a dicho contenido matemático, generalmente, se enseña sin tomar
en cuenta los diferentes modelos matemáticos (lineal; cardinal, unión repetida de conjuntos, el esquema rectangular y el
producto cartesiano de dos conjuntos o de combinatorias; de medida; numérico y funcional), que proporcionan un contexto
de resolución de problemas diferente en cada uno de ellos. De igual forma, otro de los aspectos a considerar es la relación
de este contenido matemático con las operaciones básicas que preceden a la división y a la multiplicación (adición y
sustracción), considerando que éstas operaciones son la base del pensamiento aditivo que precede al multiplicativo. Así
mismo es necesario que los alumnos tengan claras las reglas del Sistema de Numeración Decimal indo-arábico para
que al momento de operar con el algoritmo, no presenten dificultades con el procedimiento ni con la parte conceptual
(razonamiento matemático) y de representación. Estos aspectos se pueden acentuar con un modelo pedagógico tradicional,
y que además no contempla los procesos cognoscitivos y matemáticos involucrados en dicho proceso de aprendizaje.

La teoría de los Campos Conceptuales de Vergnaud (2003) considera que el conocimiento está organizado en campos
conceptuales; en una teoría psicológica de la conceptualización de lo real, estudia las relaciones y rupturas entre los
conocimientos desde el punto de vista conceptual. El autor ofrece un marco para la comprensión del aprendizaje y se
propone dar cuenta de los procesos de conceptualización que siguen en la construcción de los problemas de estructura
multiplicativa. En esta teoría se parte de la idea de que el elemento más importante del desarrollo es la conceptualización;
por ello plantea que se debe prestar atención a los aspectos conceptuales que conforman los esquemas. Cabe aclarar
que la conceptualización de lo real se refiere específicamente al contenido; esta no puede ser reducida a las operaciones
lógicas, ni a las operaciones puramente lingüísticas; tampoco puede ser reducida a la reproducción social, ni a la aparición
de estructuras innatas.

Los conceptos esenciales de la teoría de los campos conceptuales son: campo conceptual, esquema, situación, invariante
operatorio (teorema en acción y concepto en acción), y su propia definición de concepto. El mismo autor reconoce que los
conceptos no se encuentran aislados unos de otros; por ello los agrupa según su operatividad, relacionando conceptos,
situaciones y teoremas en acción.

Población. Participaron del estudio diez niños de 5o grado de una pública del Distrito Federal con edades 10 y 11 años de
edad.

Tipo de estudio: descriptivo y explicativo. Corte del estudio. Corte cualitativo, pues asume los fenómenos que ocurren durante
la enseñanza y el aprendizaje como un conjunto de diversas variables a considerar desde una visión más dinámica. Se
propone comprender los procesos, significados y la naturaleza social del proceso, en este caso los procesos y significados
que los estudiantes elaboran alrededor de los problemas de estructura multiplicativa, específicamente con los problemas
de división.

Etapas del estudio


Primera etapa del estudio:
1. Cuestionarios iniciales de escritura numérica: El cuestionario sobre sistema de Numeración Decimal involucró las ideas
de: Numeral del 1 al 100, Escritura de números, Nombres de números, Identificar antecesor y sucesor, Secuencias de
números en orden ascendente, Secuencias de números en orden descendente
2. Cuestionario de inicial de problemas de estructura multiplicativa: El cuestionario explora los modelos matemáticos:
Funcional, Cardinal en esquema rectangular y cardinal en combinatorias. Modelo funcional: multiplicación por
proporcionalidad directa, Idea de reparto, Modelo cardinal: Idea de esquema rectangular, Idea de combinatoria.

Segunda etapa
Diseño de programa de intervención psicopedagógica: La intervención psicopedagógica se hizo con base en el constructo de

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Zona de Desarrollo Próximo ( ZDP) propuesto por Vygotsky y la propuesta de Cantero (2003), quien da una serie de ayudas
para la resolución de problemas, dichas ayudas son: Renunciación oral o escrita del problema, representación lingüística
del problema, Representación figurativa, Razonamiento, consiste en tomar la decisión sobre qué tipo de operación hay que
realizar y ayudas generales de evaluación, supervisión y revisión de lo realizado en cada una de las fases anteriores.

Tercera Parte:
Cuestionario final de problemas de estructura multiplicativa: Explora los modelos matemáticos: modelo cardinal: idea de
combinatoria dentro del, consta de cinco preguntas, dos correspondientes a división, dos de multiplicación y una que
para su resolución utiliza ambas operaciones. Para los problemas de multiplicación lo que se busca en cuanto a la idea
matemática es que los alumnos encuentren el número total de combinaciones que pueden hacer conociendo los conjuntos
de objetos diferentes que tienen y en lo que respecta a los problemas de división lo que se busca es el número de objetos
que se tiene en uno de los conjuntos, conociendo el número de objetos que se tienen en el otro conjunto y el número de
combinaciones totales que se pueden hacer.

Análisis de los datos


El análisis de los cuestionarios iniciales y finales y del programa de intervención psicopedagógico se realizó de la siguiente
manera: 1) Nivel de logro:. Se consideraron tres niveles de logro; alto, medio y bajo. Para clasificar a los alumnos se tomó en
cuenta el número de respuestas correctas y el nivel de conceptualización matemática. 2) Soporte auxiliar de representación:
recursos aparentemente externos que ayudan en la resolución de los problemas y que apoyan el entendimiento de los
niños,y 3) Estrategias de resolución de problemas. 4) Análisis clínico de las entrevistas individuales con los estudiantes.

Correo electrónico: cristianne_butto@hotmail.com

Simposio Invitado
La salud mental de los adolescentes de hoy en día
Coordinadora: Dra. Corina Benjet
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

Descriptores: Salud mental, adolescencia, psicopatología, depresión, violencia

Entre las tareas más importantes de la etapa adolescente se encuentran la formación de la identidad (personal, sexual,
vocacional), el lograr autonomía psicológica y eventualmente económica, el desarrollo educativo/laboral, la formación y
internalización de valores y el adquirir habilidades sociales necesarias para la adultez. Sin embargo el contexto social
en lo cual viven los adolescentes de hoy en día en cuanto la falta de oportunidades educativas y laborales, la violencia
que ocurre dentro de las comunidades, familias y escuelas, la oferta de alcohol y sustancias ilícitas y la desintegración
de familias dificulta la resolución satisfactoria y saludable de estas tareas. En este simposio se expondrán cinco trabajos
de investigación sobre la juventud actual en el contexto mexicano. Se tratará el tema de los “ninis”, o aquellos que ni
estudian ni trabajan, sus características y salud mental en comparación con adolescentes quienes estudian y/o trabajan.
Se abordará el tema del abuso de sustancias y su comorbilidad psiquiátrica, la sintomatología depresiva en estudiantes,
el impacto de tener una enfermedad crónica como la diabetes tipo 1 en la etapa adolescente, y la violencia entre pares
“bullying” en el contexto escolar. En su conjunto, estos trabajos darán una visión de cómo el contexto social actual influye
en la salud mental y bienestar de los jóvenes.

Aquellos que ni estudian ni trabajan, los “ninis”: características, salud mental y


comparación con adolescentes estudiantes y con empleo
Dra. Corina Benjet*, Mtra. Dewi Sharon Montoya Hernández**, Dr. Guilherme Borges* y Mtro. Enrique Méndez***
*Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
** Facultad de Medicina, UNAM
***Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas, UNAM

Descriptores: Adolescentes, educación, trabajo, psicopatología, sustancias

Introducción. La exclusión social surge en un contexto donde la sociedad se ve sometida al empobrecimiento y la desigualdad,
condiciones que generan exclusión laboral y educacional, especialmente en sociedades latinoamericanas y en zonas
urbanizadas. Esta situación condiciona la salida de los jóvenes del campo educacional y el campo laboral generando el

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fenómeno de adolescentes sin educación, sin entrenamiento y sin trabajo (ni estudian ni trabajan: “ninis”). Este sector se
caracteriza por una fuerte exclusión social y falta de recursos y oportunidades (Bynner y Parsons, 2002). La situación de los
adolescentes “ninis” podría tener fuertes repercusiones en su estado de salud mental que involucran trastornos depresivos,
actitudes fatalistas, insatisfacción de la vida y sensación de falta de control. Por otro lado, trastornos psiquiátricos previos
podrían ser un factor que aumenta la probabilidad de la deserción escolar y la dificultad para insertarse en el campo laboral.
Otro aspecto importante de las actividades académicas y laborales de los adolescentes son las conductas de riesgo,
principalmente el uso de sustancias que pueden o no, ser favorecidas por dichas actividades (Wu y cols., 2003). Debido
al importante problema de los jóvenes “ninis” y la escasez de información sobre esta población en México, se describirán
las características sociales y demográficas de los “ninis” en la Ciudad de México y su condición de salud mental y se
compararán con aquellas que estudian únicamente, que trabajan únicamente o que trabajan y estudian.

Métodos. Se presentan datos derivados de la Encuesta Mexicana de Salud Mental Adolescente (Benjet y cols., 2009;
Benjet y cols., 2010), una encuesta representativa de adolescentes entre 12 y 17 años del Distrito Federal y 16 municipios
del Estado de México. La muestra de 3005 adolescentes fue seleccionada con un diseño probabilístico, multietápico y
estratificado. La tasa de respuesta fue de 71%. Los trastornos psiquiátricos, el uso y abuso de sustancias, la escolaridad,
el empleo y otras variables socio-demográficas se evaluaron con la versión adolescente y computarizada de la Entrevista
Internacional Psiquiátrica Compuesta (WMH-CIDI-A; Merikangas y cols., 2009) diseñada para la Iniciativa de Encuestas
Mundiales de Salud Mental.  Dicha entrevista está completamente estructurada, instalada en una computadora portátil,
aplicada cara a cara por entrevistadores legos en los hogares de los participantes y tiene una duración promedio de dos
horas y media. Proporciona diagnósticos según los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales,
cuarta edición (DSM-IV; American Psychiatric Association, 1994). El trabajo de campo se realizó por encuestadores legos
capacitados en el manejo del instrumento y con experiencia previa en la recolección sistemática de datos. Se aplicó la
entrevista únicamente a los adolescentes quienes estuvieron de acuerdo y cuyos padres/madres o tutores firmaron un
consentimiento informado. A todas las familias participantes se les dejó información de instituciones que proporcionan
atención para la salud mental. El Comité de Ética en Investigación del Instituto Nacional de Psiquiatría aprobó todos los
procedimientos de reclutamiento, consentimiento informado y trabajo de campo.

Resultados. Los jóvenes entre 12 y 17 años que ni estudian ni trabajan provienen de familias de menor nivel socioeconómico
(menor ingreso familiar y nivel educativo de los padres) y mayor desintegración familiar (menor proporción viven con ambos
padres) en comparación con jóvenes que estudian únicamente. Entre los “ninis” hay una mayor proporción de adolescentes
casados y con hijos en comparación con adolescentes que estudian únicamente pero no en comparación con adolescentes
que trabajan únicamente. Los “ninis” tienen una mayor prevalencia de cumplir criterios para cualquier trastorno psiquiátrico
y un trastorno grave. Debido a la posible confusión por nivel socioeconómico, desintegración familiar, carga adulta (como
estar casado o tener hijos), se realizaron regresiones logísticas controlando por estas variables más edad y sexo para
evaluar la probabilidad de tener trastornos psiquiátricos, uso o abuso de sustancias y conducta suicida. Los “ninis”, en
comparación con adolescentes que estudian únicamente tienen mayores razones de momios para cualquier trastorno, un
trastorno grave, trastornos de ánimo, de sustancias y de impulsividad (pero no de trastornos de ansiedad) en comparación
con aquellos que estudian únicamente, así como mayor consumo de sustancias y conducta suicida. Sin embargo, jóvenes
que trabajan únicamente o que estudian y trabajan también muestra elevados riesgos en comparación con estudiantes.

Conclusiones. Los adolescentes de la Ciudad de México quienes estudian únicamente son un grupo privilegiado en cuanta
situación social, económica y de salud mental en comparación con otros. Estar en una institución educativo podría ser un
factor protector importante para jóvenes, pero también es probable que aquellos más vulnerables deserten de manera
temprana. Mientras los “ninis” muestran elevada prevalencia de trastornos psiquiátricos, uso de sustancias y conducta
suicida, el empleo a estas edades también puede tener consecuencias nocivas en cuanta mayor oportunidad para el
consumo de sustancias y mayor disponibilidad para pagar dichas sustancias. Así las condiciones nocivas de los trabajos
a los cuales tienen acceso jóvenes sin educación ni formación pueden generar estrés, ponerles en situaciones de riesgo y
maltrato y comprometer su bienestar emocional.

Referencias
American Psychiatric Association (1994). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, (DSM-IV), Fourth Edition.
Washington, DC: American Psychiatric Association.
Benjet, C., Medina-Mora, M.E., Borges, G., Zambrano, J., Aguilar-Gaxiola, S. (2009). Youth Mental Health in a Populous
City of the Developing World: Results from the Mexican Adolescent Mental Health Survey. Journal of Child Psychology and
Psychiatry, 50(4), 386-395.
Benjet, C., Borges, G., Medina-Mora, M.E., Méndez, E., Fleiz, C., Rojas, E., Cruz, C. (2009).
Diferencias de sexo en la prevalencia y severidad de trastornos psiquiátricos en adolescentes de la ciudad de México.
Salud Mental, 32(2): 155-163.

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Bynner, J. & Parsons, S. (2002). Social exclusion and the transition from school to work: The case of Young people Not in
Education, Employment or Training (NEET). Journal of Vocational Behavior, 60, 289-309.
Merikangas, K., Avenevoli, S., Costello, J., Koretz, D., Kessler, R.C. (2009). National comorbidity survey replication
adolescent supplement (NCS-A): I. Background and measures. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry, 48(4):367-369.
Wu, L.T., Schlenger, W., Galvin, D.M. (2003). The relationship between employment and substance use among students
aged 12 to 17. Journal of Adolescent Health, 32, 5-15.

Correo electrónico: cbenjet@imp.edu.mx

Enfermedades crónicas en la adolescencia y su impacto psicológico: el caso de la diabetes tipo 1


Mtra. Dewi Sharon Montoya Hernández* y Dra. Corina Benjet**
*Facultad de Medicina, UNAM
**Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

Descriptores: Enfermedades crónicas, diabetes, adolescencia, depresión, percepción de enfermedad

Introducción. La adolescencia es una etapa en la que surgen una serie de acontecimientos de naturaleza biológica,
psicológica y social cuya finalidad es lograr la independencia y la integración de la identidad. Una enfermedad física
crónica puede interferir en el desarrollo de la adolescencia, generando alteraciones expresadas por periodos de depresión,
aislamiento social, comportamiento hostil, rebeldía y sentimientos de dependencia e injusticia. Por otra parte, debido a la
percepción de omnipotencia y sensación de invulnerabilidad propias de este grupo etario, el adolescente no se concientiza
de las consecuencias que puede traerle su enfermedad, aun bajo el conocimiento de la misma y de su curso clínico, lo cual
lo expone a situaciones de riesgo (Kyngäs y cols., 2000).

La evolución de la enfermedad resulta una situación de estrés continua debido a los requerimientos necesarios para
su control y a la sensación de vulnerabilidad a presentar complicaciones. Este estrés crónico puede llevar al desarrollo
de alteraciones en la salud mental manifestadas con mayor frecuencia como trastornos depresivos. La forma en la que
el adolescente percibe y construye la representación propia de la enfermedad tiene un impacto psicológico que puede
repercutir en sentimientos de minusvalía, vulnerabilidad y miedo (Kovacs, 2006).

Uno de los factores más influyentes en el curso de la enfermedad de los adolescentes es el apoyo social que recibe
principalmente de su núcleo familiar y también del grupo social en el cual se desenvuelven. La diabetes demanda una serie
de conductas terapéuticas y hábitos estrictos de cuidado a la salud que pueden afectar la dinámica familiar. La falta de
apoyo familiar predice un mal pronóstico en la evolución y control de la enfermedad. Por otro lado, el grupo de compañeros,
los cuales desplazan a la familia durante el proceso de individuación y se convierten en una institución informal de la cual
recibe seguridad, puede también generarles una presión social importante. El diagnóstico de una enfermedad crónica
requiere cambios en el estilo de vida que puede diferir del de otros adolescentes. Por ello el adolescente con diabetes
puede ser estigmatizado condicionando su identificación con el estereotipo y percibirse como “diferente” (Kyngäs y cols.,
2000; Martínez-Chamorro y cols., 2002).

Método. La muestra estuvo conformada por adolescentes mexicanos con diabetes mellitus tipo 1 (DM1) quienes reciben
atención médica de tercer nivel y educación en diabetes participando en campamentos para capacitarlos en el manejo de
su enfermedad. Llevan una demandante rutina basada en una dieta estricta, varias aplicaciones de insulina durante el día,
monitoreo constante de la glucosa y práctica de ejercicio. Se trata de un estudio cualitativo con técnica de grupos focales
integrando 3 grupos de 6 adolescentes con edades de 11 a 12, 13 a 15 y 16 a 18 años respectivamente.

Resultados. Se obtuvieron 4 categorías principales y sus códigos. Para la categoría de Estigma los códigos fueron
discriminación, comentarios negativos acerca de la diabetes, hostigamiento, prohibiciones, ocultar la enfermedad, deseos
de sentirse normal, sensación de sentirse evidenciado. Para Repercusiones de la diabetes en la vida diaria: interferencia en
las actividades sociales, cuidados físicos que requieren debido a la enfermedad, deseos de comer alimentos restringidos
y apoyos. Para Emociones alrededor de la diabetes: venganza, enojo, peleas, burla, vergüenza, impacto emocional de la
enfermedad. Para Manifestaciones depresivas: culpa, tristeza, irritabilidad, desesperanza, miedo, pesimismo.

Conclusiones. El estrés al que son sometidos los adolescentes con DM1 derivado de reconocerse como enfermos crónicos
y de responder a demandas médicas, emocionales y sociales, desenlaza en manifestaciones depresivas tales como
tristeza, culpa, enojo y desesperanza principalmente. Tienen sentimientos de tristeza por las limitaciones que les genera
su condición de salud, el rechazo y la discriminación de los diferentes contextos sociales, como lo son la familia, los

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amigos y la escuela, y la carga social que representa el portar una enfermedad crónica. Estas emociones generan en
ellos desesperanza, consideran que su situación de vida nunca cambiará y se sienten “decepcionados de la vida”. Esta
desesperanza se genera en torno a sus deseos de no padecer la enfermedad, la cual los aleja de la “vida de sus sueños”
y los sitúa frente a una realidad que no puede ofrecerles mejorar sus condiciones de vida alrededor de la enfermedad.

La diabetes es una enfermedad demandante de recursos humanos y materiales generando sentimientos de culpa en los
menores. Sienten que representan una carga para sus familiares, los cuales necesariamente deben cubrir estas demandas
acompañándolos a las consultas médicas, auxiliarlos en caso de complicaciones y cubrir la fuerte carga económica.
Consideran que rebasan los recursos con los que cuenta la familia para enfrentar su cotidianidad y las demandas de la
enfermedad. Además perciben que otros miembros de la familia son desplazados como consecuencia.

Estos adolescentes se enfrentan con conductas y actitudes negativas dirigidas a la invalidez y burla del grupo social hacia
ellos, ante lo cual, surgen sentimientos de vergüenza por padecer la enfermedad y el deseo de querer ocultarla, así como
enojo y deseos de venganza hacia las agresiones recibidas. Hablan de hacerse pasar como “normales” cuando conviven
con personas que desconocen su enfermedad con el objetivo de que los demás los vean como normales y sentir que son
iguales al resto de sus pares. La familia y el grupo social pueden caer en la sobreprotección y los adolescentes llegan a
percibirla como hostigamiento. Sus testimonios giran en torno a las ideas de venganza y desquite como defensa ante las
agresiones y su necesidad de sentirse reforzados por sus pares que les brindan seguridad y aceptación.

Referencias
Kovacs, M, Mukerji, P, Iyengar, S, Drash, A. (1996). Psychiatric disorder and metabolic control among youths with IDDM.
Diabetes Care, 19, 318-323.
Kyngäs, H. et. al. (2000). Compliance of adolescents with chronic disease. Journal Clinical Nursing, 9, 549-56.
Martínez Chamorro, H.J., Lastra Martínez, I, Luzuriaga Tomás, C. (2002). Perfil psicosocial de niños y adolescentes con
diabetes mellitus. Boletín de la Sociedad de Pediatría de Asturias, Catambria, Castilla y León, 42, 114-119.

Correo electrónico: dewishm@comunidad.unam.mx

Factores asociados a la violencia entre adolescentes en el contexto escolar


Lic. María Cristina Maya Vázquez y Dra. Corina Benjet
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

Descriptores: Violencia, trastornos externalizados, trastorno de conducta, trastorno negativista desafiante, escuela

Introducción. La violencia es un problema de salud pública que ha afectado las sociedades a nivel mundial (OMS, 2003). Los
jóvenes tienen mayor probabilidad de ser víctimas de violencia así como ser quienes la ejercen. Por ejemplo, la violencia es
la primera causa de muerte entre jóvenes de sexo masculino de 15 a 19 años de edad en varios países (Celis-de la Rosa,
2003). La violencia en el contexto escolar, se manifiesta de diversas formas que incluye la violencia física, la violencia sexual,
y la violencia psicológica (como la exclusión social, el rechazo por algún rasgo físico, la difamación para desprestigiar a
otro(a) compañero(a) y la coacción entre adolescentes para pertenecer a bandas o grupos de adolescentes). Las conductas
mencionadas no necesariamente requieren del uso de la fuerza o algún contacto físico, por lo que su detección se ha vuelto
compleja y en este estudio se propone identificarlas de una forma que los adolescentes entiendan con sus propios códigos
para comunicarse. La violencia en el contexto escolar es un fenómeno social que no se ha respondido adecuadamente; el
contexto educativo es el ámbito desde el cual pueden plantearse estrategias de prevención e intervención de conductas de
violencia entre adolescentes y así evitar que los alumnos abandonen las instituciones educativas, exponiéndolos a otros
riesgos a la salud mental y física. Por otra parte, se han relacionado las condiciones psiquiátricas de los adolescentes con
las conductas de violencia en el contexto escolar (Díaz-Atienza, 2001). Existe evidencia de la asociación entre ser víctima
de violencia entre pares y la depresión y/o ansiedad, también se han enfocado en el patrón recurrente de comportamiento
agresivo y desafiante característica del Trastorno Negativista Desafiante y el Trastorno de Conducta y su papel en el ejercicio
de violencia hacia los pares. Este estudio pretende evaluar los diferentes tipos de violencia entre pares adolescentes en
el contexto escolar, quienes la ejercen, quienes son víctimas y testigos de los diferentes tipos de violencia y finalmente su
relación con el Trastorno Negativista Desafiante y el Trastorno de Conducta.

Método. Se presentan datos de un estudio piloto con 77 estudiantes entre 12 y 19 años de edad de una escuela pública
con secundaria y preparatoria. Después de conseguir permisos de las autoridades escolares, el consentimiento de los
padres de familia y el asentimiento de los adolescentes se aplicaron cuestionarios de autorreporte de forma grupal. Los
tipos y roles de violencia se midieron con un instrumento desarrollado para este estudio a partir de grupos focales con

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adolescentes y utilizando sus formas de describir la violencia en la redacción de reactivos. El instrumento pregunta sobre
la frecuencia de 26 conductas de violencia por rol de testigo, víctima y agresor en formato Likert de cuatro opciones de
respuesta. El trastorno Negativista Desafiante y el Trastorno de Conducta se midió con una versión auto-aplicable de
la Entrevista Diagnostica Internacional Compuesta (CIDI para sus siglas en inglés) para estos trastornos. Se realizaron
analices descriptivos para conocer la frecuencia y distribución de conductas de violencia. Para evaluar la asociación entre
roles de violencia y los trastornos externalizados se realizaron regresiones logísticas múltiples.

Resultados. Las conductas más frecuentes que reportan los alumnos son “dar un zape,” “dar un empujón” e insultar o poner
apodos sobre apariencia física, orientación sexual o por considerar a otros con menor inteligencia. Más de 80% de los
alumnos reportan haber sido testigo de estas conductas en una semana, entre 40 y 70% de ser víctimas o agresores de
estas conductas en una semana. En cuanto el rol de violencia, mientras la mayoría reportan ser testigo de violencia en la
escuela, menos reportan ser víctimas o agresores de estas conductas. La mayoría que reportan ser víctimas o agresores
reportan ambos roles. Mientras no hay diferencias de sexo entre ser testigo de violencia en la escuela, los varones reportan
ejercer violencia con mayor frecuencia pero también mayor victimización. En cuanto los trastornos externalizados, aquellos
que reportan ser ambos víctimas y agresores tienen mayor probabilidad de cumplir con criterios diagnósticos del Trastorno
Negativista Desafiante y el Trastorno de Conducta.

Conclusiones. Entre los tipos de violencia entre los adolescentes, la violencia psicológica es la más frecuente. Aunque
menos frecuente, los adolescentes reportan la violencia sexual, que poca relevancia se le ha dado en otras investigaciones
en el contexto escolar entre pares. Los resultados de este estudio piloto permiten identificar algunas conductas que varones
y mujeres experimentan como una forma de acoso sexual. En cuanto los roles de violencia, los adolescentes tienden a
identificar mejor la violencia desde el rol de testigo que desde el rol de víctima o agresor, posiblemente por la indeseabilidad
social de admitir haber experimentado y ejercido estas conductas de violencia. Aunque también es probable que más
alumnos experimenten violencia como testigos de ella que como víctima o agresor. Por otra parte, este estudio ha permitido
conceptuar el rol dual de violencia, es decir, de ser ambos víctima y agresor; pocos alumnos reportan ser únicamente
victimas o únicamente agresores y este rol dual está asociado a un elevado riesgo de Trastorno Negativista Desafiante y
Trastorno de Conducta. Aunque la metodología no permite conclusiones causales, la relación entre violencia entre pares
y estos dos trastornos externalizados sugiere que la depresión y/o ansiedad no son las únicas consecuencias del bullying,
y que el ser víctima podría propiciar un escalamiento de violencia en las escuelas. En estudios subsecuentes se sugiere
estudiar las características de la institución educativa que pueden influir en la expresión de conductas de violencia.

Referencias.
Celis-de la Rosa, A. (2003). La salud de adolescentes en cifras. Salud Pública de México, 45(s1): 153-166.
Díaz-Atienza, J. (2001). La violencia escolar: diagnóstico y prevención. Rev Psiquiatr Psicol del Niño y del Adolescente,
1(1):57-79.
OMS (2003). Informe mundial sobre la salud y la violencia de la OMS. España: OMS.

Correo electrónico: crismay84@hotmail.com

La comorbilidad psiquiátrico-adictológica entre jóvenes en centros de


ayuda-mutua para la atención de las adicciones
Lic. Rodrigo Marin*, **, Dra. Corina Benjet*, Lic. Marcos Ayala*, Lic. José Fernández*, **,
Dr. Ricardo Nanni* y Dr. Mario Gómez*
*Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente
**Universidad Iberoamericana

Descriptores: Comorbilidad, adicciones, trastornos psquiatricos, abuso/dependencia de sustancias, centros de ayuda


mutua

Introducción. El crecimiento que ha presentado la prevalencia del consumo de sustancias psicoactivas, alcohol y otras
drogas es cada vez mayor según reportan estudios epidemiológicos. Así mismo los trastornos derivados por el consumo de
estas sustancias (abuso y dependencia) cada vez son más prevalentes además que se correlacionan con otras condiciones
psiquiátricas comórbidas (Kessler y cols., 1994; Regier y cols., 1984).

Estudios descriptivos desarrollados en sedes de tratamiento para las adicciones muestran un aumento significativo frente
a las encuestas realizados en hogares y universidades, de tal forma que la prevalencia de la comorbilidad psiquiátrico-
adictológica se distribuye entre un 50% y un 75% (Sacks y cols., 1997). Reportes validan que la comorbilidad psiquiátrico-

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adictológica se asocia a la severidad de la sintomatología adictiva, así como la depresiva, ansiosa, psicótica y/o de
conducta disruptiva según sea el caso; situación que es susceptible de incidir en el deterioro de la calidad de vida y del
funcionamiento psicosocial del enfermo, aumentando el riesgo de recaída y re–hospitalización, así como incrementa el
riesgo de adquirir una enfermedad infectocontagiosa como VIH y hepatitis B y/ó C entre otras complicaciones (Drake y
Wallach, 2000; SAMHSA, 2002; SAMHSA y CSAT, 2005).

En México existen pocas investigaciones que tengan por objeto el estudio de la Comorbilidad Psiquiátrico-Adictológica,
y las existentes están centradas en población abierta (Medina-Mora y cols., 2003). De ahí que el presente proyecto tiene
la intención de realizarse en centros de Ayuda-Mutua para la atención de las adicciones, maniobra que permitirá tener
un panorama más específico de la población afectada por esta comorbilidad. El objetivo es conocer la prevalencia de la
comorbilidad psiquiátrico-adictológica en centros de Ayuda-Mutua para la atención de las adicciones del Distrito Federal.

Metodología. Se realizó un estudio descriptivo, trasversal, analítico y multisede, con un diseño muestral por conveniencia,
eligiendo a los primeros 250 sujetos de cada una de las 2 sedes y que cumplan los criterios para ingresar y permanecer
en el estudio. Las sedes son 2 casas de recuperación de Ayuda-Mutua para la atención de las adicciones, población
mayormente joven. El trabajo de campo se alcanzó en dos etapas. En la primera etapa se realizó un tamizaje inicial mediante
una evaluación por un médico monitor (psiquiatra), misma que consiste en realizar una entrevista clínica y la aplicación
de una batería clínimétrica en donde se aplica el Mini-Examen Cognoscitivo (MEC-35), la escala de Manía de Young, y
la Escala de Síntomas Positivos y Negativos (PANSS) con la finalidad de descartar sintomatología psicótica, maníaca y
deterior cognoscitivo que impidan la aplicación de un instrumento más completo. En la segunda etapa los pacientes que
cumplieron con todos los criterios de inclusión se les aplicó la Entrevista Diagnóstica Internacional Compuesta (CIDI versión
computarizada [CAPI]), misma que fue aplicada por entrevistadores legos (estudiantes de licenciatura en psicología).

Resultados preliminares. El status actual de la investigación reporta que hasta el momento se ha evaluado una N=337
sujetos, lo cual representa un 67.4% de la muestra total planteada. Los análisis estadísticos se establecen a partir de la
categoría epidemiológica Alguna Vez en la Vida. Es así que dentro de los datos más relevantes encontrados hasta ahora se
encuentra que la prevalencia de la comorbilidad psiquiátrico-adictológica es de un 75% es decir que de cada 10 pacientes
con diagnósticos por abuso y dependencia a alcohol y otras drogas casi 8 presentan otro trastorno psiquiátrico comórbido.
De tal manera que el 26.83% presentó una comorbilidad, el 18.38% dos comorbilidades, 12.50% tres comorbilidades y el
17.27% cuatro o más. Las comorbilidades más prevalentes se encontraron en los trastornos de inicio en la infancia (TDAH,
Trastornos Oposicionista Desafiante, Explosivo Intermitente y Trastorno Disocial) con un 58.27%, seguido de trastornos
de ansiedad con un 34.53%, trastornos de estado de ánimo con un 26.26%, Juego Patológico 12.23% y trastornos de la
conducta alimentaria con un 5.04%, entre otros datos relevantes.

Conclusiones. La estimación preliminar de un 75% de comorbilidad psiquiátrico-adictológica en población mexicana en


centros de ayuda mutua para la atención de las adicciones es muy similar a las presentadas por estudios realizados en
otros países (entre 50 y 75%) aunque en el límite superior. Posiblemente eso debe a la falta de utilización de servicios
y tratamiento para los trastornos psiquiátricos en jóvenes mexicanos (Borges y cols., 2009) lo cual propicia el desarrollo
posterior de abuso y/o dependencia a sustancias.

Esta idea se apoya por el hallazgo de mayor comorbilidad con trastornos de inicio en la infancia que de otros tipos de
trastornos. Finalmente estos hallazgos muestran la importancia de atención integral para tratar a las adicciones y los
trastornos psiquiátricos comórbidos de manera conjunta.

Referencias.
Borges G, Benjet C, Medina-Mora ME, Orozco R, Wang PS. (2008). Treatment of Mental Disorders for Adolescents in
Mexico City. Bulletin of the World Health Organization, 86 (10):757-764.
Drake, R., & Wallach, M.A. (2000). Dual diagnosis: 15 years of progress. Psychiatric Services, 51(9):1126-1129.
Kessler, R., McGonagle, K., & Zhao, S. (1994). Lifetime and 12-month prevalence of DSM-III-R psychiatric disorders in the
United States: results from the National Comorbidity Survey. Arch Gen Psychiatry, 51:8-19
Medina-Mora, Ma.E., Borges, G., Lara, C., Benjet, C., Blanco, J., Fleiz, C., et al. (2003).
Prevalencia de Trastornos mentales y uso de Servicios: Resultados de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica
en México. Salud Mental, 26, 4: 1-16
Regier, D., Myers, J., Kramer, M., Robins, L., Blazer, D., & Hough, R., (1984). The NIMH Epidemiologic Catchment Area
program. Arch Gen Psychiatry, 41:934-941
Sacks, S., Sacks, J., De Leon, G., Bernhardt, A.I., and Staines, G.L. (1997). Modified therapeutic community for mentally
ill Chemicals “abusers”: Background; influences; program description; preliminary findings. Substance Use and Misuse

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


33

32(9):1217–125.
Substance Abuse and Mental Health Services Administration (SAMHSA). (2002). Report to congress on the prevention and
treatment of co-occurring substance abuse disorders and mental disorders. Inventory Number: BKD467
Substance Abuse and Mental Health Services Administration (SAMHSA) and Center for Substance Abuse Center (CSAT).
(2005). Substance Abuse Treatment for Persons with Co-Occurring Disorders. Treatment Improvement Protocol Vol. 42.
[DHHS Publication No. (SMA) 05-3992]

Correo electrónico: rodrigo.marin.navarrete@gmail.com

Utilidad de la CES-D para detectar sintomatología depresiva en estudiantes de nivel medio superior y superior
Dra. Catalina González-Forteza*, Mtro. Cuahtemoc Solís Torres**, Mtro. Alberto Jiménez Tapia*,
Dra. Gisela Itzel Hernández Fernández**, Dr. A González-González** y Dr. Francisco Juarez Garcia*
*Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
**Dirección General de Servicios Médicos, UNAM

Descriptores: Depresión, medición, adolescentes, CESD, estudiantes

Introducción. La depresión y sus manifestaciones sintomatológicas son parte de los principales problemas de salud entre la
población mundial y su impacto en la vida productiva ha aumentado con respecto a otras enfermedades (Moussavi, Chatterji
y Verdes, 2007). En México esta tendencia y sus consecuencias negativas en el desarrollo hacia la adultez, justifican la
necesidad de atenderla y prevenirla. A través de instrumentos de tamizaje válidos y confiables como la Escala de Depresión
del Centro de Estudios Epidemiológicos (Center of Epidemiological Studies of Depression Scale: CES-D) diseñada en
1977 por Radloff, ha sido posible detectar posibles casos clínicos de depresión en diversos estudios con adolescentes
escolares (Aguilera, Carreño y Juárez, 2004; Benjet, Hernández, Tercero, Hernández y Chartt, 1999; González-Forteza,
Ramos, Caballero y Wagner, 2003; Jiménez, Mondragón y González-Forteza, 2007). Sin embargo, hasta ahora no se había
documentado su comportamiento en una población de estudiantes a gran escala.

Método
El levantamiento de la información se realizó en agosto de 2009, previo al inicio del ciclo escolar. Participaron 58,333
alumnos, de los cuales 48% fueron hombres y 52% mujeres, con una edad promedio de 17 años (+2.7).

Instrumento. La CES-D se incorporó en los formatos del Examen Médico Automatizado (EMA) que se utilizaron para
realizar el levantamiento censal entre los alumnos de nuevo ingreso a bachillerato o licenciatura.

Resultados
Consistencia interna y Validez de constructo. La consistencia interna de la escala global mostró un índice satisfactorio
(α=.81). Los índices de confiabilidad son adecuados para todos los grupos de edad. El análisis factorial con extracción de
componentes principales y rotación oblicua arrojó una estructura de cuatro factores con valores Eigen mayores a uno, que
explican el 54.1% de la varianza, los coeficientes de consistencia interna y concordancia teórica resultaron satisfactorios:
Afecto deprimido, Afecto positivo, Somatización e Interpersonal (como un indicador integrado por sólo dos reactivos).

Validez concurrente por medio de grupos contrastados. En la prueba de grupos contrastados se compararon los puntajes
globales de la CES-D que se situaron por debajo del percentil 25, versus aquéllos por arriba del percentil 75. Se utilizó una
comparación de promedios de Mann-Whitney, que mostró diferencias estadísticamente significativas entre los cuartiles
contrastados (z=-146.631, p<.001).

Validez externa. Se analizó mediante su asociación con la Escala de Expectativas de Vivir-Morir de Okasha (que también se
utiliza en el EMA), obteniendo una correlación positiva y estadísticamente significativa entre quienes tuvieron sintomatología
depresiva elevada y quienes manifestaron deseos de morir (rΦ=.325, p=.000).

Frecuencia de sintomatología depresiva elevada. La definición operacional de la sintomatología depresiva elevada se


fundamentó en el establecimiento del punto de corte (PC) de la CES-D con base en la media más una desviación estándar.
De esta forma, el PC fue igual a 44, detectando una prevalencia de sintomatología de 4.8% (n=2,738), 3.2% en varones y
6.3% en mujeres lo que representa una proporción de 2 mujeres por cada varón.

Conclusiones. Los resultados muestran que aún en poblaciones tan grandes como la del presente estudio, la CES-D es

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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una herramienta útil y adecuada, breve y fácil de aplicar y analizar para constituir una base de datos que dé respuesta a una
de las necesidades más apremiantes en la población escolar: la detección de la sintomatología depresiva elevada, como
un aspecto importante del malestar emocional, para determinar la magnitud de la problemática y arribar a su prevención
y, de ser el caso, instrumentar acciones para su tratamiento. La relevancia de los resultados obtenidos radica en que se
trata de población escolar que puede llegar a requerir atención y prevención en salud mental; incluso previa confirmación
diagnóstica individual ser canalizada a servicios especializados, a partir de una detección temprana y oportuna, que deriva
en beneficios para la población escolar y en estrategias funcionales de atención adecuada y costo-efectiva.

Referencias
Aguilera R, Carreño S, Juárez F. (2004). Características psicométricas de la CES-D en una muestra de adolescentes
rurales mexicanos de zonas con alta tradición migratoria. Salud Mental, 27(6), 57-66.
Benjet C, Hernández L, Tercero G, Hernández A, Chartt R. Validez y confiabilidad de la CES-D en peri-púberes (1999).
Revista Mexicana de Psicología; 16(1), 175-185.
González-Forteza C, Ramos L, Caballero MA, Wagner F. (2003). Correlatos psicosociales de depresión, ideación e intento
suicida en adolescentes mexicanos. Psicothema, 15(4), 524-532.
Jiménez A, Mondragón L, González-Forteza C. (2007). Self-esteem, depressive symptoms, and suicidal ideation in
adolescents: Results of three studies. Salud Mental, 30(5): 20-26.
Moussavi S, Chatterji S, Verdes E. (2007). Depression, chronic disease and decrements in health: evidence from the World
Health Surveys. Lancet, 369, 851-858.
Radloff L. (1977). The CES-D Scale: A Self Report Depression Scale for Research in the General Population. Appl
Psychological Measurement, 1, 385-401.

Correo electrónico: gonzac@imp.edu.mx

Simposio invitado
Investigación en tecnología de la salud y ciberterapia
Coordinadora: Dra. Georgina Cárdenas López
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Ciberterapia, realidad virtual, ciberpsicologia, trastornos de ansiedad, obesidad

El potencial de las aplicaciones de tecnologías avanzadas para la salud ha generado la emergencia de un espacio de
investigación y desarrollo tecnológico en las ciencias del comportamiento. En los últimos años, los hallazgos y avances
realizados por diversos investigadores, han contribuido en la generación de conocimiento para incorporar tecnologías de
punta en este campo. La incorporación de las tecnologías de la comunicación e informática en el área de la salud mental
y rehabilitación, es una realidad, en particular sus aplicaciones a la Psicología Clínica son sorprendentes y se documentan
como eficaces y promisorias. La investigación de estos sistemas basados en computadora ha generado diversas alternativas
para atender una serie de trastornos psicológicos y muchos otros se están experimentando con el propósito de refinarlos y
fortalecerlos. Actualmente, el campo cuenta con amplia evidencia de la eficacia en la evaluación e intervención de diversos
trastornos psicológicos. e intervención de diversos trastornos psicológicos. En particular en nuestro país, la aplicación de
sistemas basados en tecnologías avanzadas para el tratamiento de trastornos psicológicos, es incipiente, sin embargo los
esfuerzos realizados por el Laboratorio de Enseñanza Virtual y Ciberpsicología de la UNAM, para el desarrollo tecnológico
de ambientes virtuales para el tratamiento de la agorafobia, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo
compulsivo, adicciones y trastornos alimentarios. El presente simposio describe los resultados obtenidos en intervenciones
psicológicas con el empleo de tecnologías de realidad virtual e Internet para el tratamiento del estrés postraumático,
obesidad, adicciones y sexualidad. Asimismo, se discute la emergencia de la Ciberterapia como una herramienta que ha
sido utilizada exitosamente para optimizar la entrega de servicios psicológicos a personas que están socialmente aisladas,
que tienen barreras sociales o geográficas.

Sentido de presencia en la exposición con ambientes virtuales de pacientes con fobias


Lic. Sandra Muñoz Maldonado y Dra. Georgina Cárdenas López
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Realidad virtual, Presencia, Exposición, Trastornos de ansiedad, fobias

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


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En el campo de la tecnología se han observado grandes avances y uno de ellos lo constituye el creciente uso de la Realidad
Virtual (RV), la cual se integrado como una valiosa herramienta para la aplicación de la técnica de exposición en pacientes
fóbicos, obteniendo resultados favorables y ofreciendo ciertas ventajas en comparación con la exposición in vivo. La utilidad
de la realidad virtual como una herramienta para la exposición reside en asumir que los ambientes virtuales pueden elicitar
ansiedad y proveer una oportunidad de habituación (Price & Anderson, 2007). Por otra parte, de acuerdo con la teoría de
Foa y Kozak (1986), hay ciertas condiciones para que la terapia de exposición con realidad virtual sea efectiva, entre ellas
sobresale que los pacientes necesitan sentirse presentes en los ambientes virtuales para lograr experimentar totalmente el
ambiente virtual como un lugar visitado “realmente”.

El sentido de presencia y el juicio de realidad son conceptos cercanos y muy relacionados, pero diferentes. Se ha observado
que pueden suceder experiencias en las cuales la persona asigna un juicio de realidad, pero no se siente presente (Ver y
escuchar noticias en la televisión.), En contraste, en otro tipo de experiencias la persona se siente presente en el ambiente,
pero no le concede un juicio de realidad (. Entrenamiento en un simulador).

El concepto de Presencia es definido entonces, como la interpretación de un ambiente artificial como sí este fuera real
(Price & Anderson, 2007); la percepción del ambiente físico, la sensación de estar dentro de un mundo virtual. Baños (2000)
considera que la presencia es un concepto multi-componente, pues se refiere a una evaluación de la realidad y credibilidad
de los ambientes virtuales desplegados que asigna una persona, así como a sus contenidos (Baños et al., 2000).

El juicio de realidad se refiere a la realidad de la experiencia virtual y de sus escenarios (Baños et al., 2004), que es
independiente del realismo y calidad de los gráficos tridimensionales. El juicio de realidad está más ligado al componente
emocional y subjetivo que se logra estableciendo en los escenarios, elementos virtuales con objetivos específicos que
permite al usuario interpretar la experiencia como verídica en un ambiente virtual.

En México, se ha realizado investigación sobre el nivel de presencia en estudiantes universitarios y de bachillerato,


encontrando en una muestra de 45 estudiantes, refirieron un índice de presencia del 70% y solo existieron diferencias
significativas en un factor que se relaciona con la satisfacción con la experiencia que fue mayor en los estudiantes de
bachillerato (Cárdenas et al., 2008).

Se compararon el juicio de realidad y presencia en dos condiciones diferentes de exposición, la primera a través de realidad
virtual en contraste con el grupo control que fue expuesto a sólo a videos, el número de participantes total fue de 35 con una
edad entre 18 y 52 años que asistían al tratamiento con exposición virtual al Centro de Servicios Psicológicos de la Facultad
de Psicología de la UNAM, los de pacientes de exposición virtual comprendieron 21 pacientes 12 con el miedo a volar y 9
con agorafobia, mientras que en el grupo control se tuvo una n=14 de pacientes con miedo a hablar en público.

Para su evaluación se empleó el CPJR está compuesto por 7 dimensiones: Involucramiento Emocional; Juicio de Realidad y
Presencia; Interacción y correspondencia Externa; Influencia de la Calidad del Software; Facilidad del Software; Satisfacción
con la Experiencia y Atención y se desglosan los resultados de cada factor. La investigación previa en el campo apunta
a que el la muestra clínica se encontrará el factor de involucramiento emocional más alto, debido a que los ambientes
virtuales desencadenan reacciones emotivas relacionadas con los objetos o situaciones temidas (Baños et al., 2004;
Baños, Quero, Salvador, & Botella, 2005).

Los resultados obtenidos indican diferencias entre los grupos de RV y video, se analiza los datos arrojados por factores
para cada grupo, se discute la utilidad clínica y limitaciones del estudio.

Referencias
Baños, R., Botella, C., García Palacios, A., Villa, H., Perpina, C., & Alcañiz, M. (2000). Presence and Reality Judgment in
Virtual Environments: A Unitary Construct. Cyberpsychology & Behavior, 3(3), 327-335.
Baños, R., Botella, C., Liaño, V., Guerrero, B., Rey, B., & Alcañiz, M. (2004). Sense of Presence in Emotional Virtual
Environments. Paper presented at the Presence.
Baños, R., Quero, S., Salvador, S., & Botella, C. (2005). The Role of Presence and Reality Judgement in Virtual Environments
in Clinical Psychology. Paper presented at the Cybertherapy 2005, Basel, Switzerland.
Cárdenas, G., Flores, H., Oviedo, P., Ramírez, A., Ramos, C., Baños, R., et al. (2008). Sentido de presencia y juicio de
realidad en estudiantes universitarios y del nivel medio superior. Paper presented at the 1er. Seminario Internacional sobre
Comportamiento y Aplicaciones (SINCA), Guadalajara.
Foa, E., & Kozak, M. (1986). Emotional Processing of Fear: Exposure to Corrective Information. Psychological Bulletin,
99(1), 20-35.

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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Price, M., & Anderson, P. (2007). The role of presence in virtual reality exposure therapy. Journal of Anxiety Disorders, 21,
742-741.

Correo electrónico: simmpsic@gmail.com

Incorporando tecnologías para la prevención de conductas de riesgo en jóvenes:


Observatorios Digitales para adicciones y sexualidad
Dra. Georgina Cárdenas López, Lic. Lorena Flores Plata, Lic. Arturo Fernández Medina,
Hector Castillo y Dra. Mariana Gutiérrez Lara
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Comportamientos de riesgo, adicciones, sexualidad, observatorios, prevención

Las innovaciones tecnológicas como las nuevas generaciones de dispositivos móviles y de conexión a Internet permiten
hoy en día diversificar las posibilidades de brindar alternativas factibles y profesionales a la población; tal es el caso de los
usuarios que se encuentran entre los 15 y los 25 años de edad quienes además de estar familiarizados con estas tecnologías
y con sus actualizaciones (INEGI, 2009) se encuentran en una etapa de vida en la que no sólo son susceptibles de
estímulos tecnológicos, sino de vivir situaciones que representen conductas de riesgo en cuanto al consumo de sustancias
y al ejercicio de su sexualidad (ENA 2008; INEGI, 2006; CONASIDA & 2006).

Lo anterior pone de manifiesto que, dada la vulnerabilidad a conductas de riesgo asociadas a adicciones, al ejercicio de la
sexualidad o a ambos, y la facilidad de acceso y del manejo de tecnologías innovadoras, es viable diseñar y crear espacios
adecuados que impacten de forma positiva en esta población, en donde puedan encontrar no sólo información educativa,
sino herramientas claras para poder afrontar situaciones reales cotidianas. Lo anterior fundamentado con investigaciones
previas sobre la aplicación de Tecnologías a Servicios de Salud Mental (Marks, Cavanagh & Lina, 2007; Barak, Hen,
Boniel-Nissim & Shapira, 2008; Cárdenas, Flores & De la Rosa, en prensa).

El objetivo de esta investigación es crear dos observatorios digitales en los cuales se ofrezcan diversas herramientas
teórico-prácticas que permitan a los usuarios la prevención del consumo de drogas y el ejercicio de una sexualidad
saludable, dirigido principalmente a estudiantes de nivel bachillerato y licenciatura cuyo objetivo general no solamente
sea la información sino también la formación en estos aspectos, generado a través del ofrecimiento de herramientas como
habilidades de negociación para poder llevar a cabo conductas asertivas en situaciones de riesgo.
En cuanto a los objetivos específicos del proyecto se incluye: Evaluar necesidades y las preferencias de jóvenes, de
enseñanza media y superior, en relación con la creación de los observatorios para la prevención del consumo de drogas
y el ejercicio de una sexualidad saludable; Diseñar y desarrollar los observatorios digitales con base en los resultados
obtenidos en la evaluación inicial; Diseñar un sistema de procesamiento de información que incluya dispositivos PDA y
aplicaciones tecnológicas móviles para materiales de psicoeducación, registros clínicos y recordatorios, e; Instrumentar
y evaluar los observatorios para la prevención del consumo de drogas y el ejercicio de una sexualidad saludable con las
funciones tecnológicas incorporadas.

En cuanto a la prevención del consumo de drogas el observatorio ofrecerá programas de educación para la salud e incluirá
información preventiva relacionada con el consumo de alcohol, de tabaco y de mariguana, principalmente por ser las
sustancias de mayor consumo, incluyendo sus efectos y sus consecuencias; así como la enseñanza de habilidades de
protección y diversas estrategias para evitar su consumo, el contacto con expertos para resolver dudas de los usuarios,
identificación y canalización de jóvenes en riesgo de uso y abuso de sustancias e intervenciones terapéuticas relacionadas
con el consumo de dichas sustancias.

Para el ejercicio de una sexualidad saludable el observatorio estará enfocado a favorecer la construcción de un entorno
saludable en materia de sexualidad, con la promoción de la salud sexual de los consultantes y el tratamiento psicológico
de los problemas sexuales que presenten, así como impulsar la prevención del SIDA. Incluirá información relacionada con
temas como la orientación sexual, adolescencia y sexualidad, metodología anticonceptiva y contraceptiva, infecciones de
transmisión sexual, relaciones de pareja, abuso sexual, violación, aborto y disfunciones sexuales; así como el contacto con
expertos para resolver dudas de los usuarios, identificación y canalización de jóvenes con conductas sexuales de riesgo,
e intervenciones terapéuticas relacionadas con dichas disfunciones sexuales.

Con el propósito de desarrollar ambos Observatorios, se evaluaron las necesidades de la población que consultará
estos sitios Web, se aplicaron 400 evaluaciones (a población de bachillerato y a población universitaria); este trabajo

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


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describe los datos obtenidos tanto de evaluaciones aplicadas presencialmente como de aquellas resueltas vía Internet.
Las evaluaciones comprenden datos sociodemográficos, las páginas que más utilizan y las más gustadas, así como sus
intereses y preferencias específicas al consultar páginas relacionadas con información sobre sexualidad y adicciones.

Referencias
Barak, A., Hen, L., Boniel-Nissim, M. & Shapira, N. (2008). A comprehensive Review and a Meta-Analysis of the Effectiveness
of Internet-Based Psychotherapeutic Interventions. Journal of Technology in Human Services, 26(2), 109-160.
Cárdenas, G., Serrano, B., Flores, L. y De la Rosa, A. (2008). E’therapy: an alternative for clinical skills training in distance
psychotherapy. Journal of Technology in Human Services. Toronto, Canadá
Consejo Nacional para la Prevención y Control de SIDA (CONASIDA) (2006) México: El SIDA en México, categorías de
transmisión. México, DF: Secretaría de Salud
Instituto Mexicano de la Juventud IMJ (2006). Encuesta Nacional de Juventud 2005, resultados preliminares. México, DF:
Secretaria de Educación Pública
Marks, I., Cavanagh, K. & Lina, G. (2007) Hnds-on Help. Computer-aided Psychotherapy. Psychology Press: New York.
Secretaría de Salud, Consejo Nacional contra las Adicciones, Dirección General de Epidemiología, Instituto Mexicano de
Psiquiatría, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e informática (2008). Encuesta Nacional de Adicciones. México:
Secretaría de Salud

Correo electrónico: cardenas.georgina@gmail.com

Tratamiento del TEPT para víctimas de violencia criminal mediante realidad virtual
Lic. Anabel De la Rosa y Dra. Georgina Cárdenas López
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Realidad virtual, tratamiento TEPT, violencia criminal, terapia cognitivo-conductual, asalto

Los actos de violencia constituyen un tema de gran importancia para la población en general, tanto por sus consecuencias
en el ámbito de la salud, como por las pérdidas que implican a nivel económico. Los asaltos a las personas en la vía pública
generan una percepción de inminente peligro y desprotección. El tema de la violencia se ha abordado desde diferentes
líneas de investigación y diversos panoramas; sin embargo desde la perspectiva de la salud pública, la violencia trae
consigo consecuencias, tanto a nivel psicológico como físico, lo que representa un problema importante para el sistema de
salud. La violencia criminal está asociada con problemas de salud mental como la depresión, el uso de alcohol, el abuso
de sustancias (De la Fuente & Medina-Mora, 1987; 1992; Rosovsky, 1996; sin embargo entre las dificultades psicológicas
más importantes que experimentan las víctimas, se encuentran principalmente los síntomas del denominado Trastorno por
estrés postraumático (TEPT). En México, de acuerdo a los datos reportados por la Encuesta Nacional sobre inseguridad
(ENSI-5, 2008) informó que el 11% (6,800/por cada 100 mil habitantes) de la población mayor de 18 años, fue víctima de
algún delito. De los cuales, 1 de cada 4 presentó síntomas diagnósticos de TEPT; es decir, tras haber sido víctimas de
secuestro, el 5.6% de la población urbana, en cuanto que, el 1.8% por atracos o amenazas con armas. (Medina- mora,
et al., 2005). Ante este panorama, es importante hacer notar el gran impacto de la violencia en la salud mental. El asalto
con violencia y el secuestro exprés, son algunas de las muchas expresiones de la violencia que afecta nuestro país. Es
notable, que el Trastorno por estrés postraumático, requiere de atención, ya que quiénes lo presentan, experimentan un
importante nivel de ansiedad que excede, por mucho, la realidad amenazante, y aunque tanto el miedo como la evitación
pueden manifestarse de formas muy variadas, limitan las posibilidades de desarrollo personal y afectan la calidad de
vida en general, a través de diferentes grados de interferencia interpersonal, emocional y cognitiva en el funcionamiento
cotidiano, y cuando se presenta la comorbilidad con trastornos del ánimo o problemas asociados, como otros trastornos
de ansiedad aumenta la gravedad de la sintomatología, causando mayor deterioro e incremento en la tasa de suicidios en
éstos pacientes. Debido a dicha demanda, se propone un programa de tratamiento que ayude a las personas a superar
los acontecimientos traumáticos estresantes que les están perturbando, mediante la exposición con Realidad Virtual
(RV), dado que puede ayudar a superar algunas de las limitaciones de la terapia tradicional que utiliza exposición. Puede
simular el acontecimiento traumático con alto grado de realismo y, por tanto, ayudar a los pacientes, con independencia
de su capacidad para imaginar. También permite tener un control preciso a la hora de presentar al paciente los estímulos
temidos. Su uso además de novedoso, implica un mayor beneficio, su aplicación es sencilla y en recientes investigaciones
reportan su efectividad para el tratamiento de trastornos de ansiedad, trastornos de alimentación, adicciones, control del
dolor, cuidados paliativos y rehabilitación (Rizzo, 2006). En el presente trabajo, se muestran los resultados de efectividad
de un caso de estudio (McGuigan, 1996), con un participante varón, de 22 años de edad, que cubrió los criterios del
DSM-IV para el trastorno por estrés postraumático, tipo I, por asalto con violencia y que bajo consentimiento informado
aceptó participar en la investigación. Se le aplicó la lista de chequeo de eventos traumáticos (CAPS-1), la Escala de

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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Trastorno por Estrés Postraumático administrada por el clínico (CAPS; por sus siglas en inglés), la Escala autoaplicable del
trastorno por estrés postraumático; el Inventario de Depresión de Beck, Inventario de Ansiedad Rasgo-estado, e Inventario
de calidad de vida (Incavisa). El programa de intervención se realizó en 14 sesiones, una sesión semanal, individual, de
90 min. El tratamiento consideró técnicas, tales como, psicoeducación, estrategias de reducción de ansiedad, exposición
prolongada mediante realidad virtual y prevención de recaídas. Se emplearon 2 escenarios virtuales para la exposición en
el tratamiento del TEPT: un escenario con calles de la ciudad de México, que incluye un puente peatonal y; un vehículo
(taxi \ vagoneta) (Cárdenas, 2009) que permitieron recrear las situaciones relacionadas con el suceso traumático. Los
resultados preliminares muestran que la combinación de tecnologías avanzadas para el tratamiento psicológico, parece
ser una alternativa prometedora para la atención de TEPT en víctimas de violencia criminal, que tienen gran incidencia
en nuestro país, apoyando a la propagación de los tratamientos empíricamente validados y eficaces en el área de salud
mental para población mexicana.

Referencias
Cárdenas, G. (2009). Desarrollo de Ambientes virtuales para el trastorno por estrés postraumático. Facultad de Psicología.
UNAM.
De la Fuente, R. & Medina-Mora, ME. (1987). Las adicciones en México. I. El abuso del alcohol y los problemas relacionados.
Salud Mental; 10 (2), 3-13.
Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, A.C. (ICESI). (2008). La percepción de inseguridad en las principales
regiones urbanas de México. Gaceta Informativa. Disponible en: www.icesi.org.mx.
Medina- Mora, M.E., Borgues, G., Lara, C., Ramos, L., Zambrano, J. & Fleiz, C. (2005). Prevalencia de sucesos violentos
y de Trastorno por Estrés Postraumático en Población Mexicana. Resultados de la encuesta nacional de epidemiología
psiquiátrica en México. Instituto Nacional de Salud Pública. Salud Mental; 47, 001.
Rizzo, A. (2006). State of the Art in Virtual Rehabilitation. CyberPsychology & Behavior; 9 (2). 113.
Rosovsky H., Borges G. (1996). Consumo per cápita de alcohol en México (1979- 1994) y sus correcciones con datos de
las encuestas poblacionales. Trabajo presentado durante la reunión: “Alcoholismo“ CONADIC, México.
World Health Organization. (2001). Composite International Diagnostic Interview (CIDI) version 15. Ginebra, Suiza: WHO.

Correo electrónico: anabel.dlr@gmail.com

Ambientes Virtuales como Auxiliares en el Tratamiento de la Obesidad


Dra. Georgina Cárdenas López*, Dr. Giuseppe Riva**, Dra. Andrea Gaggioli**,
Lic. Perla Martinez* y Lic. Gualberto Mixtega*
*Universidad Nacional Autónoma de México
**Instituto Axiológico de Milan

Descriptores: Obesidad, realidad virtual, ciberpterapia, trastornos alimentarios, exposición

La obesidad representa un grave problema de salud pública, según estudios recientes, esta condición se está incrementando
de manera alarmante a nivel global. Estimaciones de la OMS (2005), informaron que en el mundo existen alrededor de
1600 millones de adultos (mayores de 15 años) con sobrepeso (IMC>25 <30) y al menos 400 millones de adultos obesos
(IMC>30<40). De acuerdo con esta organización, se prevé que de continuar la tendencia, para el año 2015, existan en el
mundo aproximadamente 2300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad en el mundo. En
México, según datos de la encuesta nacional de salud (2006), la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en niños
de 5 a 11 años es de alrededor del 26%, 26.8% en niñas y 25.9% en niños. Además uno de cada tres hombres o mujeres
adolescentes entre los 12 y 19 años padecen sobrepeso u obesidad. Respecto de los adultos mayores de 20 años, la
prevalencia combinada para sobrepeso y obesidad en mujeres es de 71.9% y de 66.7% en hombres (ENSANUT, 2006).

Actualmente, los resultados del tratamiento de pacientes con obesidad y sobrepeso resultan muy desalentadores. Crawford,
Jeffery, y French (2000), realizaron un estudio que examinó el éxito de mantener el peso durante 3 años en una muestra
de 854 personas. Un 53.7% de los participantes recuperaron peso en los primeros 12 meses, y solo uno de entre 20 (4.6)
logro mantener los cambios de forma exitosa.

En el caso de la Obesidad mórbida, el único tratamiento exitoso es la cirugía bariátrica (Korenkov, Sauerland, & Junginger,
2005); sin embargo aún existen muchas interrogantes éticas sobre cómo afecta dicha intervención, en la calidad de vida de
los pacientes a largo plazo. Riva (2006), señala que el error en el tratamiento de la obesidad se debe a que los tratamientos
se basan principalmente en cambiar la proporción entre la cantidad de energía que se consume y la cantidad de energía
que se gasta. Sin tomar en cuenta los factores sociales y genéticos que influyen sobre la obesidad.

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La realidad virtual (RV) ha tenido importantes aplicaciones en el tratamiento de diversos trastornos de ansiedad. En dichos
tratamientos se expone al paciente de forma gradual a estímulos disparadores de la ansiedad y que son generados por la
computadora con modelos gráficos tridimensionales con los que se puede interactuar en tiempo real. Por otro lado, la RV
se ha usado con éxito para tratar trastornos alimentarios, específicamente con personas que padecen anorexia o bulimia
nervosa (Perpiña et al, 2003).

Riva (2006) demostró que el uso de la realidad virtual como auxiliar en el tratamiento de la obesidad era incluso más efectiva
y eficiente que el tratamiento por medio de terapia cognitivo conductual y que dichos resultados tendían a mantenerse en
su seguimiento a 6 meses.

Hoy día, la obesidad representa un grave problema de salud pública que está creciendo de forma desmesurada, los datos
al respecto son alarmantes. Aunado a ello, las enfermedades relacionadas con la obesidad y que representan las primeras
causas de muerte en la población mexicana. Por otro lado, los resultados pobres que se han obtenido por medio de los
tratamientos tradicionales contra la obesidad, nos obligan a buscar con urgencia alternativas nuevas a esta epidemia en
México. Actualmente en el Laboratorio de Enseñanza virtual y Ciberpsicología de la UNAM, se conduce un proyecto que
tiene como principal objetivo, evaluar la eficacia de un programa de tratamiento para la obesidad con el uso de la RV
diseñado por Riva (2006) en población mexicana.

En la primera etapa del proyecto, se desarrollan cinco escenarios virtuales que se emplearán en las sesiones de exposición
virtual en el programa de tratamiento para la obesidad, que se instrumentará posteriormente en el Hospital Médica Sur.
Los ambientes virtuales tienen el propósito de exponer a los pacientes a los ambientes virtuales que pueden ayudarlo a
descubrir las dificultades que podrían enfrentar en el mundo real, para mejorar a su vez las habilidades cognitivas y de
comportamiento para hacer frente a las situaciones que puedan disparar comportamientos inadecuados en el mantenimiento
del peso.

En este trabajo, se presentan los resultados obtenidos en una muestra de 30 estudiantes universitarios que voluntariamente
participaron en el estudio, brindando su consentimiento informado. El estudio consistió en exponer a los participantes con
un equipo de escritorio de Realidad Virtual con head-tracker para visualizar realidad virtual Vuzyx ear® VR920 y un joy
Stick de botones. Los participantes fueron expuestos a los cinco escenarios de RV desarrollados para evaluar índices de
Presencia y preferencias de usabilidad de los participantes. Los instrumentos de evaluación utilizados informan de las
variables medidas mediante indicadores de ansiedad como la respuesta galvánica de la piel, temperatura y frecuencia
cardiaca, así como con el cuestionario de Juicio y Realidad (Baños et al. 2000).

Referencias
Baños, R.M., Botella, C., García-Palacios, A., Villa, H., Perpiñá, C. y Alcañiz, M. Presence and Reality Judgment in virtual
environments: A unitary construct?. Cyberpsychology and Behavior, 3 (3), 327-335 (2000)
Crawford, D., Jeffery, R. W., & French, S. A. (2000). Can anyone successfully control their weight? Findings of a three year
community-based study of men and women. International Journal of Obesity, 24, 1107-1110.
Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ENSANUT (2006) http://www.insp.mx/ensanut/centro/DistritoFederal.pdf Consultado
el 03 de marzo de 2010
Korenkov, M., Sauerland, S., & Junginger, T. (2005). Surgery for obesity. Current Opinions in Gastroenterology, 21(6), 679-
683.
Mortalidad. Sistema nacional de información en salud. http://sinais.salud.gob.mx/mortalidad/. Consultado 28 de febrero de
2010
OMS. (2005). “Obesidad y sobrepeso” http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/ Consultado 10 de marzo
2010.
Perpiña, C.; Botella, C.; Baños, R. M. (2003). «Virtual reality in eating disorders». European Eating Disorders Review. Vol.
11, pág. 261-278.
RIVA, G. (2003). «Virtual environments in clinical psychology». Psychotherapy: Theory, research, Practice, Training. Vol.
40, n.º 1-2, pág. 68-76.
Riva, G., Bacchetta, M., Baruffi, M., Rinaldi, S., Vincelli, F., & Molinari, E. (2000). Virtual reality based Experiential Cognitive
Treatment of obesity and binge-eating disorders. Clinical Psychology and Psychotherapy, 7(3), 209-219.

Correo electrónico: cardenas.georgina@gmail.com

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Simposio Invitado
La investigación psicosocial en el ámbito de la migración: aportaciones empíricas e intervención
Coordinadora: Dra. Alejandra Dominguez Espinosa
Universidad Iberoamericana

Descriptores: Migración, resiliencia, fe, religión, motivaciones

Los diversos trabajos que aquí se reúnen, tiene como propósito abordar el tema migratorio desde una perspectiva
psicosociocultural, utilizando metodologías cuali-cuantitativas. Se ha indicado que la migración tiene repercusiones muy
importantes para el individuo y para la familia en términos económicos, psicológicos y de salud física; no obstante, en
muchas ocasiones ha faltado propuestas de intervención probadas que faciliten a las personas transitar por este fenómeno
de una mejor manera. El primer trabajo que se presenta nos orienta acerca de las motivaciones de los adolescentes a migrar
a los Estados Unidos, siendo una exploración interesante ya que en muchas ocasiones los problemas que se suscitan
con la población migrantes es debido a la incongruencia entre lo que se espera y lo que se encuentra una vez que se ha
migrado. En el segundo trabajo se exploran más a profundidad las vivencias que los migrantes tienen durante su estancia
en el extranjero, identificando los problemas psicosociales más importantes a los que se enfrentan la comunidad mexicana
migrante en el área de chicago. El tercer trabajo es una mirada bifocal del fenómeno, abordando tanto al migrante como
a su familia que se queda en México y lo que indica es que a pesar de las dificultades a las que se encuentran tanto los
migrantes como sus familias, siempre existen recursos como la fe que les ayudan a soportar las problemáticas. Finalmente,
el cuarto estudio propone una intervención psicológica con base en la psicoterapia de arte que facilita la resiliencia en esta
población vulnerable.

Las motivaciones de migración en adolescentes del sur del estado de México


Mtra. Alma Mireya Polo Velázquez

Descriptores: Motivaciones, adolescentes, identidad, cultura de migración, identidad

La presencia de adolescentes y jóvenes mexicanos que deciden migrar a los Estados Unidos, ha ido en aumento y
representa una población cada vez más importante dentro del proceso migratorio. Sin embargo, es un hecho, que hasta
hace poco empiezan a ser visibles y se les reconoce como sujetos activos en los procesos migratorios, no solo en México
sino también en Latinoamérica (Martínez Pizarro, 2000) y otras partes del mundo como Escandinavia (Lundholm, 2007)
y Estados Unidos, (Tartakovsky, 2009) y pocos estudios han investigado a fondo la situación de este sector, a pesar de
ser una población vulnerable, por las características mismas de su grupo edad, así como por la variedad de problemas
psicosociales que enfrentan al llegar al país de origen (Acuña, 2006; Martínez Pizarro, 2000; Sam y Berry, 2006, Smith,
2006 ).

El presente trabajo se enfoca a detectar cuáles son los factores que motivan la intención de migrar en la adolescencia y
cómo se construye culturalmente la idea de la migración, desde la voz y perspectiva de los mismos adolescentes, en tres
pequeñas comunidades con reciente tradición migratoria en el sur del Estado de México.

Encontrando que las motivaciones de migración entre los adolescentes, no sólo se basan sólo en factores económicos, sino
en una cultura de migración que está relacionada con las redes de apoyo, la búsqueda de identidad y el reconocimiento por
parte de la propia comunidad así como en la construcción social que crean los adolescentes y la comunidad acerca de la
migración en un espacio social concreto.

Para este estudio se utilizó una metodología de investigación cualitativa, con trabajo de campo etnográfico en las
comunidades expulsoras con la realización de grupos focales y entrevistas a profundidad a adolescentes. Se llevaron
a cabo 4 grupos focales con la participación de 20 adolescentes por grupo. Posteriormente, se realizaron 20 entrevistas
individuales con adolescentes.

El explorar la migración como una interacción dinámica entre la macroestructura y el mundo subjetivo del individuo, ayuda
a evitar ver la migración como producto de causas mecánicas entre fuerzas impersonales o visualizar las preferencias
individuales sólo como algo culturalmente determinado.

En el presente trabajo se revisan las causas estructurales, que han provocado un incremento en el número de adolescentes
migrantes, pero se da un énfasis mayor al entendimiento de las intenciones migratorias en esta población a través de la
exploración del mundo subjetivo de los adolescentes.

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Un primer aspecto, que se encontró en varias de las respuestas dadas, es que la migración tiene el potencial de cambiar
el status o movilizar de una posición social a otra a los adolescentes. La migración representa una oportunidad para elevar
su nivel de vida o para obtener un mayor prestigio o aceptación de parte de su grupo de pares o de la comunidad en sí.
Otro aspecto encontrado es que con la migración, las diferencias sociales que puede haber entre ellos, se diluyen para
conformar una nueva identidad. Por otra parte, comparten, también una idea común: la solución de los problemas está fuera
de la comunidad. Otro resultado interesante, es que se encontró que en algunos casos, la migración puede convertirse
en un rito de paso que marca la transición hacia el mundo adulto, debido al cambio en las opciones que tradicionalmente
habían tenido esa función en las comunidades.

Asimismo con los resultados obtenidos, podemos observar en estas comunidades, una incipiente a cultura de migración,
que como proponen Massey, D., Alarcón, R., Durand, J., & González, H. (1991) y Horváth (2008)se caracteriza a grandes
rasgos por la presencia de nuevos valores, hábitos, perspectivas e ideas que marcan las decisiones que se toman en una
sociedad convirtiéndose en repertorios de conducta, orientando y motivando las elecciones que los actores hacen. En
segundo lugar, la cultura de migración implica un sistema de normas e ideologías que crean una base de interpretación
y evaluación para la estabilidad o movilidad de una determinada sociedad. Un tercer punto, para evaluar la presencia de
una cultura de migración es que esta adquiera funciones simbólicas en una determinada sociedad y por último la presencia
significativa de redes sociales migratorias.

El entender la migración adolescente, es un aspecto de suma relevancia, porque son aquellos que se van a convertir
en adultos en la sociedad receptora y esto tendrá repercusión en los procesos de adaptación e integración cultural. Si
se conocen sus motivaciones y expectativas previas a la migración, se pueden prever algunas situaciones que pueden
presentarse posteriormente. Y a largo plazo proponer políticas públicas adecuadas para la protección de los menores que
migran en situaciones de vulnerabilidad. Asimismo el conocer las motivaciones en la población adolescente en comunidades
expulsoras es relevante porque dicha población está expuesta a procesos psicosociales complejos y porque es, en esta
etapa de desarrollo, donde más puede percibirse la influencia de la cultura en la formación de su identidad y de su visión
de la migración. Si se reconocen cuáles son los aspectos que influyen en los adolescentes aún antes de migrar, puede dar
elementos clarificadores del proceso social de la migración.

Referencias.
Acuña, G. (2006). Migración y Trabajo Infantil y Adolescente. Recuperado el 5 de Marzo de 2009, de www.flacso.or.cr/
fileadmin/documentos/FLACSO/apartiragosto2006/MIgraci_n_y_trabajoinfantil.
Horváth, I. (2008). The Culture of Migration of Rural Romanian Youth. Journal of Ethnic and Migration Studies , 34 (5), 771-
786.
Lundholm, E. (2007). New motives for migration?On Interregional Mobility in the nordic context. Sweden: Umea University,
Department of social and economic geography.
Martínez Pizarro, J. (Septiembre de 2000). Migración internacional de jóvenes latinoamericanos y caribeños: protagonismo
y vulnerabilidad. Serie Población y Desarrollo. Santiago de Chile: Naciones Unidas.
Massey, D., Alarcón, R., Durand, J., & González, H. (1991). Los ausentes. El Proceso social de la migración internacional
en el occidente de México. México: Alianza Editorial.
Sam, D., & Berry, J. (2006). The Cambridge Handbook of Acculturation Psychology. Cambridge: Cambridge University Press.
Smith, R. (2006). México en Nueva York. Zacatecas: Universidad Autónoma de Zacatecas.
Tartakovsky, E. (2009). Cultural Identities of Adolescent Immigrants: A Three- Year Longitudinal Study Including the Pre-
Migration Period. Journal Youth Adolescence (38), 654-671

Correo electrónico: alma.polo@uia.mx

Migración ¿mejoría o sólo cambio?


Dra. María del Carmen Pérez González*, Dra. Maria Vidal de Haymes**,
Dra. Martha Lundy**, Dra. Graciela Polanco Hernández*** y Dra. Shweta Singh**
*Sistema DIF Jalisco
**Universidad Loyola en Chicago
***Universidad Iberoamericana

Descriptores: Familia migrante, migración mexicana, trabajo, salud mental, violencia

La migración ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia, pero las condiciones que la preceden y acompañan
varían en los tiempos, y las personas, en éste caso estudiaremos familias mexicanas migrantes a Chicago, Illinois por

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tratarse de uno de los estados cuya presencia de migrantes de ha incrementado durante los últimos años, en los que
estudios sobre la población migrante a Estados Unidos realizada por especialistas de BBVA - Bancomer señaló que 45%
de los 23 millones de trabajadores que existen en Estados Unidos son inmigrantes, de los cuales, 17% son mexicanos.

Se han realizado estudios sobre migración de países pobres a países ricos, tal vez por que son la razón de ser de la migración
sobre los factores económicos, y la importancia de las remesas, últimamente sobre aspectos de salud especialmente con la
aparición del VIH/SIDA, pero sus efectos son múltiples y tanto en el país de origen como en el que es destino en aspectos
culturales, de salud, económicos y tal vez uno de los que tiene mayores efectos es el tema de familia, que es un tema más
humano y de las personas del cual se requiere información que permita detectar sus dificultades y fortalezas.

Esta investigación, que tiene como objetivo conocer y comprender las transformaciones de las familias mexicanas que
migran a Chicago.

Se obtuvo la participación de 132 personas, distribuidas en 12 grupos focales (8 grupos de mujeres y 4 grupos de hombres),
con una duración aproximada de dos horas. Los grupos focales se llevaron a cabo dentro de las instalaciones de Iglesias
localizadas en el barrio mexicano de la Ciudad de Chicago.

A cada participante se le explicó el objetivo de la investigación, informándole que su participación era voluntaria y que
podría retirarse en cualquier momento del estudio. También se le comentó que la información recopilada sería reportada de
manera anónima y de uso exclusivo para investigación, no afectando su situación migratoria.Al finalizar su participación se
les entregó un vale por 25 dólares para ser canjeado en supermercado. Los criterios de participación para cada persona
fueron: ser adulto migrante en Estados Unidos y haber nacido en México.

En el análisis del contenido de los grupos focales se encontró en la dimensión de Familia, que una de las principales
razones para migrar es mejorar sus condiciones económicas, de vida y de educación y de sus familias.

“Por que al venirme yo, pues dejé familia y no volví a ver mis padres por que cuando murieron tanto allá por acá no los
volví a ver, iba pero lo veía bien pero ya al final cuando estuvieron mal y a no alcancé a verlos, pero al venirme sufrí mucho
todo el camino fue llorar y llorar, por haberlos dejado”.

“Los costos han sido altos porque lo viven como terminar una vida y empezar otra, cortar de tajo con formas de vida,
porque en el caso especialmente de las mujeres, que las condiciones de migración se realiza en muchos casos, después
del matrimonio, y el nacimiento de los hijos”.

“Con los hijos: existen inquietudes en esta área, ya que si bien todos consideran que sus hijos tienen mejores oportunidades
de estudiar, cuando son adolescentes les preocupa que se involucren en drogas o pandillas, esta es una de las principales
dudas o mejor dicho, angustia que tienen ya que la experiencia cotidiana les muestra que también se pueden ver
involucrados”.

En ocasiones con la pareja por su situación de ser migrante y encontrarse sin redes de apoyo familiares se unen más que
si se quedaran en su lugar de origen, pero en otras ocasiones precipita las separaciones o divorcios.

La violencia en la familia como una condición que pueda ser alterada por la migración fue una de las dimensiones que se
tocaron y si dentro de seta las mujeres conocían los apoyos existentes para su atención y encontramos que:
Se presenta en algunas familias, pero se tiene miedo a denunciar por cuestiones migratorias.
Saben a dónde acudir por ayuda de ser necesario.
Les da vergüenza reconocerla y reportarla que refieren como más difícil que vivirla
En ocasiones se consideran las relaciones violentas como normales.
Las transformaciones que viven no siempre se consideran negativas y refieren como aprendizajes valiosos que les ayudan
en su vida diaria el que:
Son más independientes en la toma de decisiones
Aprenden a hacer otros roles o actividades.
Son menos “duros” con sus hijos

Para finalizar queremos mencionar que la migración ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia, siempre
buscando mejores condiciones de vida, el movimiento de los objetos a través del comercio ha sido otra de las formas
para mejorar condiciones de vida, pero en ocasiones el sufrimiento que se tiene que pagar para mejorar las condiciones
económicas es muy alto.

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La migración no es lo mismo para cada persona, si bien se vive como cambios difíciles algunos consideran que valió la
pena, otros sólo están esperando el momento de volver.

La preocupación por los hijos especialmente los adolescentes que ya tienen otra cultura e incluso otro idioma es muy
alta.

La violencia con la pareja no queda claro si varía con la migración, pero sí reconocen mas servicios para atenderla.

Existen dudas sobre si la decisión de mugar fue la mejor o no.


Referencias
Balcázar, P. (2005). Investigación Cualitativa. México: Universidad Autónoma del Estado de México.
Gualda C, Estrella (2004). Actitudes hacia las migraciones y capital social: la participación de los europeos en redes
sociales y sus lazos con la mayor o menor aceptación de la población extranjera. Revista hispana para el análisis de redes
sociales. Consultado en Oct.15.2009 en http://revista-redes-rediris.es.
Herrera, R (2006). La perspectiva teórica en el estudio de las migraciones. México: Siglo XXI.
La redacción (2008). En 2008, migrantes mexicanos aportaron el 4% del PIB en EU. consultado en 19 de noviembre de
2009. en :http://www.proceso.com.mx/noticias_articulo.php?articulo=74055.
Paral, Rob.,Norkewicz, Michael. (2003). The Metro Chicago Inmigrations Fact Book. Chicago, Illinois: Roosevelt
University.

Correo electrónico: pergoncar@yahoo.com.mx

Fe y religiosidad: un estudio transnacional


Dra. Graciela Polanco Hernández*, Dra. Maria Vidal de Haymes**, Dra. Ana Victoria Pelaéz*** y
Lic. Vladimiro Valdés Montoya****
*Universidad Iberoamericana
**Universidad Loyola en Chicago,
***Universidad Rafael Landivar, Guatemala
****Servicio Jesuita a Migrantes

Descriptores: Fe, religiosidad, migración, factor protector, espiritualidad

Cada día la migración mexicana hacia los Estados Unidos es más común. Fenómeno que coloca al migrante y a su familia
en una situación de vulnerabilidad emocional, poniendo en riesgo su salud mental. El censo mexicano de población, INEGI
– 2000 reporta que el 4.4% de la población en México busca trabajo y mejores condiciones de vida en los Estados Unidos.
Mora (2006) reporta que la migración y las remesas están correlacionadas con la desigualdad en las comunidades con
poca tradición migratoria.

Al estudiar la migración no podemos dejar de lado la religión, debido a la gran influencia que ejerce esta en el comportamiento
de la persona y de su comunidad.Desde los inicios de la humanidad la religión ha formado parte esencial de la historia; el
hombre ha tenido la necesidad de comunicarse con seres superiores que le brinden seguridad y protección divina.

Hood, Hill y Spilka (2009) definen espiritualidad como la parte personal y subjetiva, como son las creencias y los valores;
por otro lado, la religiosidad implica la institución y lo sociológico, como son los ritos, las peregrinaciones y los rezos, entre
otros.

Esta necesidad de fe y de religiosidad como parte del proceso de aculturación (Berry, 1999), ha llevado a los migrantes
católicos a buscar y construir espacios, como son los santuarios a la Virgen de Guadalupe en diferentes ciudades: Chicago,
Nueva York y Los Ángeles.

Por lo anterior se consideró importante conocer si la fe y la religiosidad son factores de protección para los mexicanos que
viven el fenómeno de la migración a los Estados Unidos.

Se llevó a cabo un muestreo no probabilístico para recolectar la información en México y en Estados Unidos. La muestra
total estuvo conformada por la cooperación voluntaria de 200 personas; la población estudiada pertenece a dos grupos:

Grupo con familiares migrantes en Estados Unidos, conformado por la cooperación voluntaria de 100 adultos mexicanos

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católicos con familiares directos que viven en Estados Unidos. La edad de los sujetos fluctuó entre los 18 y los 79 años.
Los criterios de participación para cada persona fueron: ser católico, ser mexicano y tener un familiar directo migrante en
Estados Unidos.

Grupo con migrantes mexicanos en Estados Unidos, conformado por la cooperación voluntaria de 100 personas. La edad
de los sujetos fluctuó entre los 18 y los 76 años.

Los criterios de participación para cada persona fueron: ser migrantes en Estados Unidos, haber nacido en México y ser
católicos.

A cada participante se le explicó el objetivo de la investigación, informándole que su participación era voluntaria y que
podría retirarse en cualquier momento del estudio. También se le comentó que la información recopilada sería reportada
de manera anónima y de uso exclusivo para investigación, no afectando su situación migratoria (esto último fue sólo para
el grupo migrantes en los EU). Antes de comenzar con el cuestionario se les invitaba a firmar la carta de consentimiento
informado. El tiempo promedio por participante fue de 20 minutos.

A lo largo de la historia repetidos hechos nos han confirmado los altos niveles de espiritualidad y de religiosidad de
los mexicanos, es por esto que en el estudio de la migración no podemos dejar de lado este tema.La distancia física y
emocional con sus seres queridos, con su patria y con su cultura, intensifica su práctica religiosa; en general, el migrante
mexicano busca escenarios para realizar la manifestación de su fe.

Se encontró que los rezos, ir a misa, las danzas y las peregrinaciones son rituales que están presentes desde el inicio del
ciclo migratorio; estos ritos religiosos permiten sentirse seguros y protegidos. Polanco y Orellana (en prensa) consideran
que las creencias religiosas ayudan a los migrantes a tener seguridad y esperanza al cruzar la frontera, a llegar a salvo a
su destino en los Estados Unidos, así como a encontrar trabajo.

Los participantes consideran a la Virgen de Guadalupe un símbolo que les brinda compañía en su peregrinar hasta los
Estados Unidos; está de pensamiento en sus oraciones y de imagen en las estampitas y los rosarios. La llaman “la madre
de los mexicanos”, que los une, los fortalece y les brinda seguridad e identidad ante la vulnerabilidad emocional, social y
política que viven fuera de su país.

La Iglesia como institución es uno de los pocos espacios que un migrante tiene para expresar, mantener y transmitir sus
creencias, valores, ritos y tradiciones. También es un lugar en donde puede ampliar sus redes de apoyo social dándole
pertenencia a un grupo, seguridad, identidad nacional, relaciones laborales, etc. Es por esto que los mexicanos católicos
crean y buscan estos espacios, como es el Santuario a la Virgen de Guadalupe en Chicago, un lugar de expresión de fe,
de oración y de identidad nacional.

La fe y las prácticas religiosas pueden ser factores de protección emocional, que favorezcan la calidad de vida (física,
psicológica y social), ante los altos niveles de estrés que vive a cada momento el migrante, debido a su situación
indocumentada, a la soledad, al temor a perder su trabajo, al enfrentarse a una nueva cultura, entre otros factores de
riesgo. Mientras tanto en México se mantiene la esperanza de que algún día el familiar ausente regrese, por lo que se
celebran misas, se rezan rosarios y se colocan altares en su nombre.

Referencias.
Berry, J; Poortinga, Y; Segall, M; Dasen, P. (1999). Cross-cultural psychology.Research and applications. Cambridge,
USA.
Hood, R; Hill, P. Spilka, B. (2009). The Psychology of Religion. 4th edition. Guilford: USA.
INEGI. (2000). XII Censo General de Población y Vivienda. México.
Mora, J. (2006). Essays on Migration and Development in Rural México. Tesis de doctorado. El Colegio de México:
México.
Polanco, G; Orellana, M.R. (en prensa). Las creencias religiosas en el fenómeno migratorio mexicano. En La migración
mexicana. Factores de Riesgo y Protección en la salud mental de los migrantes, Compilado por Asociación Mexicana de
Instituciones de Educación Superior de Inspiración Cristiana (AMIESIC). Editorial Porrúa: México.

Correo electrónico: graciela.polanco@uia.mx

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Resiliencia y estilos de afrontamiento en migrantes México-Estados Unidos:


intervención comunitaria con arte terapia
Dra. Angelica Ojeda García*, Mtro. Cirilo Bailón Martínez* Dra. Debra Linesch** y Dra. Ana Laura Treviño**
*Universidad Iberoamericana
**Universidad de Loyola Marymount, Los Ángeles

Descriptores: Migrantes, resiliencia, factores de protección, estilos de afrontamiento, arte terapia

Ser inmigrante, ha sido considerado desde mucho tiempo un factor de alto riesgo, provocador de disturbios psicológicos,
precisamente por la serie de cambios y estresores asociados con dicho proceso de reajustes (Holmes & Rahe, 1967). Con
ello, existen estudios que refieren la dificultad que tienen los migrantes para adaptarse a su nuevo ambiente, la necesidad
de sentir solidaridad y pertenencia, integración, influencia y conexión emocional (Sánchez de la Barquera, 1997).

La falta de adaptación de estos grupos, los hace vulnerables. De acuerdo con Rutter (1987) cualquier intervención busca
reducir dicha vulnerabilidad mediante: reducir los factores de riesgo, las reacciones por cadenas negativas (sino por el
contrario, aumentarlas), fortalecer los factores de protección a través de fortalecimiento de su espiritualidad, re-descubrir
el humor, la creatividad, otros medios de relajación, reforzar la autoestima, proporcionar herramientas para incrementar
la eficacia individual en el manejo de conflictos, trabajar las redes de apoyo externo, la inserción en la comunidad y la
reproducción de algunos de estos modelos, a nivel familiar y social.

El objetivo del presente trabajo fue crear grupos de autoayuda a través de identificar y disminuir los factores de riesgo a los
que se enfrenta la población migrante de México–Estados Unidos, por medio de fomentar factores de protección.

Se utilizó una muestra no probabilística de tipo voluntario, bajo un diseño cuasi-experimental, pre-postest, cuya variable
independiente fue la técnica de psicoterapia de arte y las variables dependientes los estilos de afrontamiento y habilidad de
resiliencia. El pre-test estuvo constituido por 26 personas de la zona semi-rural de inmigrantes en Simi Valley (Los Ángeles,
CA.), 4 hombres (15.4%) y 22 mujeres (84.6%) de distintos lugares de residencia, todos migrantes indocumentados. Su
estado civil estuvo conformado el 73.1% eran casados (N=19), el 15.4% Solteros (N=4) y el 11.5% divorciados o viudos
(N=3). Actualmente, el 72% pertenece a un grupo de la comunidad, social o religioso (N=18) y el 28% (N=8) no. El Post-test
estuvo constituido por 15 personas (lo que implicó una muerte experimental de 9 participantes), 4 hombres (28.6%) y 11
mujeres (71.4%), todos migrantes indocumentados.

Como método de intervención se utilizó una de las técnicas de abordaje para grupos desde la Psicoterapia de Arte:
“El dibujo” en distintas modalidades. La aplicación de ambos instrumentos se llevaron a cabo, antes y después de la
intervención con Psicoterapia de Arte. Este trabajo solo reporta lo sucedido durante con un grupo de intervención en
sesiones de 3 horas cada 4 semanas durante un proceso de 4 meses, con el fin de darles herramientas a las personas
que les ayuden a fortalecer los factores de resiliencia con los que cuentan, y permitir que a lo largo del mes se continúen
reuniendo y vinculando con el grupo, esto con el objetivo de que logren establecer una fuerte red de apoyo entre ellos
mismos, y no basen su crecimiento en la ayuda externa.

Cualitativamente se describe que durante la primera sesión, se trabajó su compromiso y responsabilidad tanto para con el
grupo como para con ellos mismos, en el trabajo de presentarse a través de dibujar su mano y representar la simbólicamente
como ellos deseaban dar a conocer. Encontramos que muchas de las manos estuvieron muy simples, esquemáticamente
representaban la imagen de cómo es una mano, con sus venas, sus uñas, algunas con anillos, es decir, eran muy simples,
esperando como recibir “ayuda” desde el grupo, con muy poco para dar a los demás, para compartir y sobretodo, con poca
capacidad de reconocimiento emocional.

Desde un análisis cuantitativo, en forma general, como un patrón resultante y constante, se puede observar, que tanto la
consistencia interna por factor como por reactivos, resultó ser más alta en el postest, en comparación con el pre-test, con
excepción del factor de afrontamiento Pasivo. Obviamente, por cuestiones de espacio no es posible ejemplificar cada uno
de los reactivos para cada uno de los factores resultantes para ambas escalas; sin embargo, estos resultados nos permiten
ver que el hecho de intervenir a través de una técnica expresiva, le permitió a los participantes expresar y aunque se
escuche redundante, poner el problema, el estresor o el conflicto a fuera de su persona, a través de las distintas técnicas
de psicoterapia de arte, que se implementaron durante las 4 sesiones de trabajo que se realizaron una por mes con el
grupo de trabajo.

Referencias.
Bird, H. R., Canino, G. J., Davies, M. y Zhang, H. (2001). Prevalence and correlates of antisocial behaviors among three

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ethnic groups. Journal of Abnormal Child Psychology, 29, 6, 465.


Bush, K. R., Supple, A. J. & Lash, S. B. (2004). Mexican adolescents’ perceptions of parental behaviors and authority as
predictors of their self-esteem and sense of familism. Marriage & Family Review, 36, 1/2, 35.
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Turner, S. & Fain, T. (2006). Validation of the Risk and Resiliency Assessment in Los Angeles County Probation System.
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Correo electrónico: angelica.ojeda@uia.mx

Simposio invitado
El papel de las emociones en la enfermedad y la salud
Coordinadora: Dra. Hilda María Fernández de Ortega Bárcenas
Escuela de Psicología, Universidad Anáhuac del Sur

Descriptores: Emociones, VIH/SIDA, fibromialgia, consulta médica, adultos

Las emociones son fenómenos psicológicofisiológicos de corta duración que representan formas eficientes de adaptación
ante las demandas de un ambiente cambiante. Desde el punto de vista psicosocial sirven para establecer nuestra posición
vis-à-vis con el entorno acercándonos a ciertas personas, objetos, acciones e ideas y alejándonos de otras, además de
que pueden promover o inhibir el establecimiento, permanencia y fortalecimiento de las relaciones interpersonales/sociales
(comunicación y control), así como instaurando nuestra posición en relación con otras personas, ideas, objetos y eventos.
En el ámbito de la salud, diversos autores han escrito sobre la relación que existe entre las emociones y la salud, sin
embargo no es sino hasta recientemente que se describió el mecanismo fisiológico por el cual emociones tales como la
depresión, el enojo y la ansiedad repercuten sobre el estado físico. Éstas pueden afectar la salud a través de diferentes
vías. De manera indirecta lo hacen modulando las conductas saludables y la adherencia al tratamiento. Directamente
interfieren con el diagnóstico y tratamiento oportuno de una enfermedad, ó alteran el funcionamiento de los sistemas
nervioso central, endocrino, inmune y cardiovascular. En cualquier caso, los datos arrojados por las investigaciones
incluidas en este simposio sugieren que el papel que juegan las emociones es la el de una variable mediadora más que
de una variable causal. Su efecto mediador puede manifestar su influencia en el proceso de salud enfermedad desde el
momento de la aparición de los síntomas de una enfermedad impidiendo o evitando la búsqueda expedita de atención
médica, en especial de enfermedades graves tales como el cáncer, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, la diabetes
o la obesidad, por mencionar sólo algunas. A lo largo del tratamiento de una patología, el estado emocional repercute en la
mejora o empeoramiento de los síntomas, así como de la adherencia al régimen terapéutico.

Calidad de vida relacionada con la salud y variables relacionadas en paciente con VIH/SIDA
Dr. José Luis Ybarra Sagarduy, Luz Adriana Orozco Ramírez,
Alma Elvira De León Barrón y Juan Angel Maldonado Flores
Universidad Autónoma de Tamaulipas

Descriptores: VIH/SIDA, calidad de vida, estrés, depresión, emociones

México es el tercer país en América Latina en número de casos de VIH/SIDA reportados y ya es la cuarta causa de muerte
entre los hombres de 25 a 34 años (Magis y Hernández, 2008). La infección por el VIH se considera actualmente como

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una enfermedad crónica gracias a los fármacos antirretrovirales que frenan la evolución de la infección y que son los
que se emplean en su tratamiento médico. Por tanto, hoy día los pacientes infectados por el VIH que están recibiendo
este tratamiento tienen una menor probabilidad de desarrollar una enfermedad oportunista que si no recibieran dichos
tratamientos, debido a la mejora que se produce en la función del sistema inmune; se consigue así un aumento en su
esperanza de vida por 15 o 20 años más (Cameron et al., 1998; Detels et al., 1998). No obstante, hay que considerar
que los fármacos antirretrovirales tienen una serie de efectos secundarios de carácter fisiológico y psicológico (síntomas
gastrointestinales, reacciones cutáneas, ansiedad, depresión e ideas suicidas, etc.) (Montessori, Press, Harris, Akagi y
Montaner, 2004; Remor, 2002). Por tanto, es crucial tratar la cuestión referida a la Calidad de Vida Relacionada con la Salud
(CVRS) de los pacientes infectados por el VIH/SIDA, toda vez que los tratamientos farmacológicos pueden afectarlos, así
como la propia situación de vivir con una enfermedad crónica que trae implícitos el rechazo y la estigmatización social.

La Calidad de Vida Relacionada con la Salud (CVRS) es un concepto multidimensional que debe incluir los siguientes
aspectos: a) el funcionamiento físico, que incluye el cuidado personal, el desempeño de actividades físicas y de roles; b)
los síntomas físicos relacionados con la enfermedad o su tratamiento; c) los factores psicológicos, que aglutinen desde
el estado emocional --por ejemplo, la ansiedad y la depresión-- hasta el funcionamiento cognoscitivo, y d) los aspectos
sociales, es decir, las relaciones sociales de la persona con los demás (Badía, Guerra, García y Podzamczer, 1999; Badía
y Podzamczer, 2000).

Con el presente estudio se pretende evaluar la CVRS así como aquellas variables sociodemográficas, parámetros biológicos
y variables psicosociales que determinan una mayor o menor calidad de vida en los pacientes que viven con VIH/SIDA
atendidas en los Centros Ambulatorios de Prevención y Atención en Sida y de las Infecciones de Transmisión Sexual
(CAPASITS) del Estado de Tamaulipas.

Método. La selección de las personas que viven con VIH/SIDA se realiza con base en un muestreo por disponibilidad de la
totalidad de personas que se encuentran recibiendo atención especializada en los CAPASITS del Estado de Tamaulipas.
Como criterios de selección se tienen en cuenta los siguientes: a) que sean personas con diagnóstico de seropositividad al
VIH igual o mayor que los 12 meses; b) que se encuentren bajo un régimen de tratamiento con medicamentos antirretrovirales;
c) que estén dispuestos a participar de manera voluntaria, y d) que respondan al 100% de las preguntas contenidas en los
instrumentos de medida.

La muestra está constituida por 134 pacientes con diagnóstico de VIH/SIDA que son usuarios de los CAPASITS de Ciudad
Victoria, Tampico y Matamoros en el Estado de Tamaulipas. Un 62.7% de la muestra se reconocen como del género
masculino, un 35.8% pertenecen al género femenino y un 1.5% se conidera como transgénero. La edad media de la
muestra es de 36 años (DT=10.1) con un rango entre 18 y 72 años. El 48.1% vive soltero(a), el 18.8% está casado(a)
y el 21.8% reconoce estar en unión libre. El 30.8% de la muestra o no tiene estudios o ha cursado solo hasta primaria
mientras que un 28.4% ha llegado hasta nivel de secundaria y un 17.9% a nivel de bachillerato. El 61% reconoce que es
heterosexual, el 25.4% se considera homosexual y el 11.4% es bisexual. La mayoría de la muestra (un 69.8%) cree que la
vía de transmisión del virus fue vía sexual y un 27.1% desconoce la vía de transmisión.

La muestra presenta una media de linfocitos CD4 de 260 (DT=240.6). El 81.5% presenta una carga viral indetectable, un
8.7% una carga entre 400 y 30000 copias y un 9.8% una carga mayor a las 30000 copias.

Los Instrumentos utilizados en el estudio son:


Calidad de vida en personas con VIH (CV-VIH-26), diseñado y validado en México por Félix & Piña (2008). Incluye 26
preguntas distribuidas en cuatro factores (α de Cronbach de 0.86): 1) Salud física y problemas agudos; 2) Salud física y
problemas crónicos; 3) Salud psicológica, y 4) Habilidades personales y sociales.

Variables psicológicas y comportamientos de adhesión (VPAD-24), elaborado y validado en México por Piña, Corrales,
Mungaray & Valencia (2006). Es un cuestionario autoadministrado que consta de 24 preguntas, agrupadas en cuatro
factores (α de Cronbach de 0.85): 1) Conductas de adhesión y variables relacionadas con el tratamiento, 2) Motivos, 3)
Competencias conductuales presentes, 4) Competencias conductuales pasadas.

Situaciones vinculadas con estrés (SVE-12), elaborado y validado en México por Piña, Valencia, Mungaray & Corrales (2006).
Es una escala que consta de doce preguntas, agrupadas en tres factores (α de Cronbach de 0.90): 1) Estrés vinculado con
toma de decisiones, 2) Estrés vinculado con ambigüedad 3) Estrés vinculado con tolerancia a la frustración.

Cuestionario de apoyo social funcional (Duke-UNC-11), adaptado y validado en México por Piña, Rivera & Corrales (2007),
con el que se obtuvo un α de Cronbach de 0.92. Consta de 11 preguntas sobre el apoyo social informativo y emocional.

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Escala de depresión de Zung (EDZ-20), adaptada y validada en personas con VIH (Rivera, Corrales, Cázares & Piña,
2007), con el que se obtuvo un α de Cronbach de 0.88. Consta de 20 preguntas relacionadas con ánimo depresivo y
sintomatologías física y psicológica.

Medidas biológicas. De los expedientes clínicos concentrados en cada una de las instituciones participantes y en colaboración
con el personal de salud responsable (médicos o enfermeras), se obtuvieron la información relacionada con el tiempo de
infección en meses, las cuentas de linfocitos T CD4+ (células x 106/l) y los niveles de carga viral (copias por mL).

Se solicita de manera expresa la colaboración voluntaria de las personas con VIH, a quienes se les describen los objetivos
que se persiguen con el estudio y la importancia de contar con su colaboración. A quienes aceptan colaborar de manera
voluntaria se les pide que lean y firmen el consentimiento informado. Enseguida se les hace entrega de los instrumentos
y las hojas de respuesta, ofreciéndoles las instrucciones sobre cómo responder; en todos los casos se les aclara que sus
respuestas serán anónimas y confidenciales.

Para el análisis de datos se usa el programa SPSS (versión 17.0). Con un primer análisis se pretenden obtener las
medias, desviaciones estándar y los rangos de valores para cada variable independiente: biológicas (tiempo de infección
en meses, cuentas de linfocitos T CD4+ y niveles de carga viral) y psicológicas (situaciones vinculadas con estrés, motivos,
competencias conductuales, depresión y apoyo social). Para estimar la consistencia interna de cada subescala se utiliza el
coeficiente α de Cronbach. Para conocer la relación entre las variables se utilizan el coeficiente de correlación de Pearson
y la Chi-cuadrado.

Resultados. Un 53.0% de la muestra percibe su salud física en el último mes como buena, un 38.1% como muy buena y
sólo un 8.3% como muy mala. Las condiciones físicas que informan los pacientes que les han afectado más en el último
mes son dolor de cabeza, cansancio físico o fatiga e insomnio.

Un 48.9% evalúa como buena su salud psicológica en el último mes y un 37.4% como muy buena, con sólo un 11.5% que
la considera como mala. Las condiciones psicológicas que más han afectado a los pacientes en el último mes son tristeza,
nerviosismo o ansiedad y coraje o ira.

Entre las habilidades sociales y personales de los pacientes que han sido más afectadas por el diagnóstico y tratamiento
en el último mes están: mantener contacto con las amistades, crear nuevas relaciones de amistad y llevar una vida sexual
óptima.

Un 85.7% de la muestra presenta una adherencia al tratamiento antirretroviral ≥90% que son los mínimos que se recomiendan
para mantener bajos los niveles de virus circulante en el organismo y evitar la progresión clínica de la enfermedad. Los
motivos que indican los pacientes para presentar esta adherencia es que perciben los beneficios sobre su salud y porque
quieren estar bien de salud el mayor tiempo posible.

Los pacientes muestran un elevado estrés vinculado con la ambigüedad respecto al VIH/SIDA y su tratamiento (M=4.85,
DT=3.42). Un 10.8% de la muestra presenta depresión leve y un 3.8% depresión moderada. Por otra parte, un 9.8% no
presenta un apoyo social afectivo y un 9.1% no cuenta con un apoyo social de confianza.

Se observa que cuando los pacientes muestran menores niveles de depresión y un mayor apoyo social de confianza y
afectivo, van a mostrar menos síntomas físicos agudos y crónicos, síntomas psicológicos y quedan menos afectadas sus
habilidades sociales y personales.

Conclusiones. Se observa que gran parte de la muestra percibe una buena o muy buena salud, tanto física como psicológica.
A su vez se observa una alta adherencia al medicamento antirretroviral lo que explicaría que un alto porcentaje de la
muestra tenga su carga viral indetectable. Además, es reducido el porcentaje de pacientes con depresión y elevado estrés
en relación al VIH y su tratamiento. Por otra parte, la mayoría de los pacientes cuentan con apoyo social afectivo y de
confianza.

La relación entre depresión y apoyo social con la calidad de vida de los pacientes nos indica que se debe trabajar
reduciendo los niveles de depresión en aquellos pacientes que presentan niveles leves o moderados; y por otra parte,
diseñar estrategias para incrementar el apoyo social afectivo y de confianza en estas personas.

Se comentan estos resultados teniendo en cuenta el tipo de atención integral que se presta en los CAPASITS.

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Correo electrónico: jsagarduy@gmail.com

Eficacia de un tratamiento cognitivo-conductual grupal para la fibromialgia


Dr. José Moral de la Rubia
Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de Nuevo León

Descriptores: Fibromialgia, tratamiento, modificación de conducta, estrés, mujeres

La fibromialgia es una enfermedad reumatológica crónica, caracteriza por dolores generalizados y sensibilidad dolorosa
a la presión en ciertos puntos gatillo. Sus causas no están todavía bien determinadas, pero los factores psicosociales
determinantes claves. Esta investigación tiene como objetivos: estimar la eficacia del tratamiento en una muestra de
mujeres y determinar cuáles variables están más asociadas con el cambio. El diseño del tratamiento retomó la teoría de
Martínez-Lavín (2007) que postula que el estrés es esencial en la etiología y curso de la fibromialgia. También consideró dos
fuentes de estrés, la relación marital y el trabajo, así como una variable moduladora, la alexitimia (dificultad para identificar
y expresar emociones) (Moral, 2010). Aparte, se contempló el catastrofismo como un determinante de la intensidad del
dolor y la depresión. El diseño del tratamiento se inspiró en el propuesto y evaluado por Woolfolk y Allen (2007) para el
abordaje de los trastornos de somatización.

Método. Se usó un diseño con medidas antes y después sin grupo control con una muestra incidental de 26 pacientes
de reumatología que padecían fibromialgia primaria (criterios ACR). En la evaluación inicial se tuvo 26 y en la final 17. La
media de edad fue 50.46 años, 61% estaban casadas y 85% tenían hijos. Se emplearon: Escalas de Afecto Positivo y
Negativo (PANAS) (Robles y Páez, 2003), Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HADS) (Tejero, Guimerá, Farré y
Peri, 1986), Escala de Alexitimia de Toronto de 20 reactivos (TAS-20) (Moral, 2009); Escala de Valoración de la Relación
(RAS) (Moral, 2008), Cuestionario de Impacto de la Fibromialgia (FIQ) (Monterde, Salvat, Montull y Fernández, 2004),
Escala Analógica Visual (VAS) y Escala de Catastrofización del Dolor (PCS) (García-Campayo, Rodero, Alda, Sobradiel,
Montero y Moreno, 2008).

Resultados. Observándose la mejoría sobre todo en el afecto negativo (HADS y PANAS). El control y disminución del
estrés fueron esenciales en la mejora del impacto de la fibromialgia (FIQ). Por otra parte, la disminución de la tendencia
al catastrofismo (PCS) fue clave para la reducción del dolor (VAS). No obstante, el impacto del tratamiento sobre esta
variable fue menor que sobre las variables afectivas. Una menor escolaridad se asoció con un menor reporte de dolor tras
el tratamiento, sin que los niveles de escolaridad bajos se asociaran con menos dolor antes del tratamiento, ni con mayor
mejoría en los otros síntomas de la fibromialgia, lo que puede reflejar una singularidad en la relación de la escolaridad baja
con el dolor. El tratamiento no generó cambio en la satisfacción marital (RAS) que fue una de las áreas menos afectadas,
pero sí en la alexitimia (TAS-20).

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Conclusiones. El tratamiento resultó efectivo en mujeres adultas, observándose la mayor mejoría en afecto negativo.
El control y disminución del estrés fueron esenciales en la mejoría de los síntomas de fibromialgia y la disminución de
la tendencia al catastrofismo fue clave para la reducción del dolor. Se recomienda intensificar la intervención sobre el
catastrofismo, por ejemplo implementando la técnica de exposición en imaginación; asimismo, repetir el estudio con
controles en la evaluación, siendo estas evaluaciones aplicadas por personas distintas a las que intervienen, evaluar los
cambios en la calidad del sueño, e incluir un grupo control

Referencias
García-Campayo, J., Rodero, B., Alda, M., Sobradiel, N., Montero, J., y Moreno, S. (2008). Validación de la versión española
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Moral, J. (2008). Validación de la Escala de Valoración de la Relación en población mexicana. Revista Electrónica de
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(editores), Evaluación, modelos y tratamiento de la somatización. Su aplicación al tratamiento de la fibromialgia (pp. 131-
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Robles, R., y Páez, F. (2003). Estudio sobre la traducción al español y las propiedades psicométricas de las escalas de
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Tejero, A., Guimerá, E. M., Farré, J. M., y Peri, J. M. (1986). Uso clínico del HAD (Hospital Anxiety and Depression Scale)
en población psiquiátrica: un estudio de su sensibilidad, fiabilidad y validez. Revista del Departamento de Psiquiatría de la
Facultad de Medicina de Barcelona, 13, 233-238.
Woolfolk, R. L., y Allen, L. A. (2007). Treating somatization. A cognitive-behavioral approach. New York: The Guilford
Press.

Correo electrónico: jose_moral@hotmail.com

El papel de la vergüenza en la atención médica


Dra. Hilda María Fernández de Ortega Bárcenas* y Christine Harris**
*Escuela de Psicología, Universidad Anáhuac del Sur
**Department of Psychology, University of California San Diego

Descriptores: Vergüenza, atención médica, género, emociones, adultos.

Las enfermedades, especialmente las crónico-degenerativas, son un problema social y económico en todo el mundo. En los
últimos años, se ha hecho énfasis en investigaciones que tienen como objetivo el diseño e implementación de estrategias de
promoción de la salud y prevención de la enfermedad, debido a los altos costos asociados al tratamiento de enfermedades
prevenibles ó más aun curables si son detectadas tempranamente. Recientemente la Organización Mundial de la Salud
así como las instituciones de atención a la salud han reconocido la necesidad de estudiar los factores psicosociales
que den cuenta de las razones por la cuales las personas retrasan o evitan el buscar atención médica oportuna. Los
estudios sobre las creencias así como sobre las reacciones emocionales asociadas a los procedimientos médicos son
incipientes. Datos recientes muestran que ambas variables deben ser estudiadas y entendidas en el contexto sociocultural
en el que se presentan (Mitchell, Mathews & Mayne, 2005; Holroyd, Twinn & Adab, 2004; Reynolds, 2004). Hombres y
mujeres tiene creencias y emociones diferentes que influyen sobre la toma de decisiones acerca de la atención médica
(Facione & Katapod, 2000), lo que sugiere la necesidad de que los servicios de salud tengan en cuenta las reacciones
emociones presentes al momento de prestar la atención ó de la realización de las pruebas médicas adecuadas. En este
contexto investigaciones recientes han dirigido su interés a examinar y conocer la forma en la que emociones tales como el
miedo, la ansiedad y la vergüenza influyen en la decisión de las prácticas de autocuidado de la salud (Consedine, Magia,
Krivoshekova, Ryzewicz, & Neugut, 2004; Wareing, 2004). En lo que se refiere específicamente a la vergüenza la mayoría
de los estudios giran en torno al papel que juega ésta en la frecuencia con la que se visita al dentista, la incontinencia
urinaria, así como la participación en pruebas clínicas para la detección de cáncer mamario, testicular, cérvico-uterino y de
colón. Siguiendo esta línea de investigación las evidencias de trabajos previos realizados por las autoras de este trabajo,

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muestran que el género es un factor que modera el efecto de la vergüenza que se siente al someterse al escrutinio ó
exámenes médicos. Las mujeres reportan el sentirse avergonzadas como un obstáculo para buscar atención médica.

Dada la importancia de la vergüenza en la búsqueda de la atención médica, y debido a la falta de información sobre el
papel que juega ésta en la cultura mexicana, el objetivo del presente trabajo fue examinar el impacto de la vergüenza en la
consulta médica, así como el conocer si existen diferencias asociadas al género del paciente.

Método. Las muestra estuvo constituida por 1057 personas elegidas al azar, 51% mujeres y 49% hombres (promedio
de edad = 29 años), de dos estados de la República Mexicana. Como único criterio de exclusión se utilizó el que no
padecieran ninguna enfermedad crónico-degenerativa. Su participación fue voluntaria y de acuerdo con las normas éticas
de investigación son humanos. Los participantes respondieron a la escala de vergüenza en la consulta médica validada por
Fernández de Ortega & Harris (2007). El instrumento está conformado por 24 reactivos que evalúan tres factores, el primer
factor se refiere a la vergüenza asociada a la exposición del cuerpo, el segundo describe lo confortable que se puede sentir
una persona durante un examen médico, el tercer factor describe el temor que siente un paciente ante el juicio negativo
social por parte del personal de atención médica ante la consulta. El coeficiente de confiabilidad de la prueba es 0.90.

Resultados. El análisis de las respuestas de los participantes mostró diferencias asociadas al género en dos de los factores
evaluados por la escala. Las mujeres se sienten más avergonzadas que los hombres al exponer su cuerpo desnudo
durante la consulta médica (t = 6.62, gl = 991, p=0.000), y se sienten más inquietas durante la misma (t = 3.66, gl = 1010,
P = 0.000).

Al analizar el papel de la edad en la vergüenza asociada a la consulta médica, se encontró que la primera es un factor
asociado a la vergüenza percibida ante el juicio negativo social por parte del personal médico al asistir a la consulta, es
decir, entre más joven es el paciente tiene mayor propensión a sentir avergonzado por el juicio social negativo (t = -2.83,
gl = 1025, p = 0.000).

Conclusiones. Las diferencias asociadas al género en lo que se refiere a la vergüenza experimentada durante la consulta
médica, indican la necesidad de tomar en cuenta el papel de esta emoción en el contexto médico, especialmente en el
caso de las mujeres. Es posible que los estereotipos asociados al cuerpo femenino jueguen un papel importante, sin
embargo al conjuntar los datos de esta investigación con los obtenidos en otros trabajos realizados por autoras (Fernández
de Ortega y Harris, 2007), se hace evidente que los comentarios que hace el personal (médicos y/o enfermeras) durante
la consulta propician que la intensidad de la vergüenza experimentada se incrementé tanto en los hombres como en las
mujeres, lo cual puede llevar al retraso o a la nula asistencia a los servicios preventivos ó de seguimiento médicos. Esto
es particularmente riesgoso en enfermedades tales como el cáncer o la diabetes, en las cuales la detección oportuna y
el seguimiento apropiado evitan las complicaciones serias y disminuyen los costos del tratamiento. Sería importante el
crear programas de sensibilización y desarrollo de habilidades en el personal de salud, de tal manera que se evitaran en lo
posible la emisión de juicios o comentarios vergonzantes sobre la exposición del cuerpo de los pacientes, así como durante
los exámenes médicos correspondientes.

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Correo electrónico: hildafdezdeo@gmail.com

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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Simposio invitado
Perfil, normatividad, técnicas y herramientas para la certificación del licenciado en Psicología
Coordinadoras: Dra. Laura Hernández-Guzmán y Dra. Sandra Castañeda Figueiras
Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México

Cinco psicólogos expertos en áreas del comportamiento humano relacionadas con la investigación sobre resultados de
aprendizaje de la formación de licenciados en Psicología, presentan y discuten modelos, artefactos y evidencias que
validan tanto constructos teóricos como estrategias de aproximación a la generación de datos útiles a la promoción de
evaluación de calidad en la certificación. Desde una perspectiva propositiva, pero crítica, los autores revisan marcos
de trabajo y evidencias acerca del entendimiento actual sobre resultados de aprendizaje medidos en variados procesos
de certificación. Aldo Bazán, Daniel González y Sandra Castañeda, por separado, ilustran la validez de constructo de
variables subyacentes a modelos de certificación de egreso de diversas licenciaturas. Los tres discuten beneficios de
modelar estructuralmente los resultados de aprendizaje medidos en procesos de certificación. Eduardo Peñalosa y Sandra
Castañeda ponen a disposición del interesado el Cuestionario sobre el Análisis del Desarrollo Profesional (CADEP), útil en
la identificación de variados componentes de pericia que deberían caracterizar a los profesionales de la psicología y Laura
Hernández enfatiza la necesidad de superar el reto de formar personas competentes que atiendan las demandas que la
sociedad plantea y presenta datos del ejercicio profesional en México en los que basa criterios de calidad indispensables
para una mejor certificación.

Validación de constructos subyacentes a modelos de certificación en licenciatura


Daniel González Lomelí*, Dra. Sandra Castañeda Figueiras** y César W. Varela Romero
*UNISON
**Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México

La concepción contemporánea de validez la establece como concepto unitario, esencialmente intrínseco, de los factores
que determinan responder a un examen, en pocas palabras, la concibe como validez de constructo. Al reconocerse que lo
relevante y representativo del proceso de responder a un examen es lo que sucede en el cerebro del sustentante cuando se
enfrenta a las demandas incluidas en los reactivos y no a su contenido superficial, los estudiosos de la validez de constructo
se ven retados a establecer cuáles propiedades de los reactivos permiten medir lo que se intenta medir y a establecer la
utilidad de la evidencia generada por la medición para derivar inferencias válidas. De esta manera, la validez de constructo
provee una base racional para hipotetizar resultados potenciales. Las teorías que subyacen a los exámenes, cualquiera
que sea su aproximación, comprende modelos para elaborar inferencias acerca de lo que los sustentantes conocen y son
capaces de hacer en un dominio de conocimiento particular.

Estos marcos de trabajo generan universos de discurso dependientes de los tipos de aseveraciones que se elaboran acerca
de proceso de responder y de las maneras con las que se colectan los datos que las apoyan. Así, la teoría subyacente a un
examen constituye la maquinaria de inferencias, los razonamientos acerca delo que conocemos teóricamente y de lo que
observamos en los datos –siempre en presencia de la incertidumbre- dado que la naturaleza de la información con la que
se trabaja en la examinación es típicamente incompleta y susceptible de tener más de una explicación. Validar constructos
supone, en este contexto, establecer el peso y la cobertura de la evidencia (puntaje) de lo que se está midiendo. Pero
¿cómo establecer lo que puede considerar como evidencia?

Para algunos autores los datos generados en los exámenes son pistas que adquieren significado sólo con relación a la red
de conjeturas establecidas; es decir, los datos solamente pueden ser evidencia cuando se establece su relevancia para
una o más hipótesis; cuando muestran incrementar o decrementar lo que la hipótesis plantea. De ahí que establecer las
inferencias a ser hechas requiere haber validado, previamente, las evidencias (puntajes) generadas por los constructos
hipotetizados en la examinación. Sin embargo, generar tales evidencias requiere superar una importante limitación de los
estudios tradicionales de validación de constructo, el que los reactivos de examen estén construidos por especificaciones de
formatos y sylabus, más que en fundamentos teóricos, con amplia base empírica, que permitan representar los constructos
en términos de las demandas cognoscitivas que el examinado debe satisfacer para resolver los reactivos. En este sentido,
la revolución cognoscitiva ha generado evidencia sólida acerca de mecanismos cognoscitivos que han mostrado ser
responsables del éxito, en una amplia gama de actividades humanas. Si en la examinación, el constructo es representado
como una capacidad para ejecutar las clases de tareas que especifican las diferencias entre la ejecución exitosa de la
no exitosa, entonces, la representación de los constructos utilizados en la examinación deberá tomar ventajas de la base
empírica provista por la investigación de mecanismos cognoscitivos que han mostrado ser responsables del éxito deseado.
Tal base constituye, hoy en día, una fuente de consulta obligada en y para la identificación de los mecanismos que dan

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cuenta del proceso de responderá a la examinación (constructo) y, también, para los estudios que los validan. Por tal
motivo se investigó la validez de constructo de seis dimensiones hipotetizadas en el examen de egreso de una licenciatura
en Psicología Clínica con el fin de entender el proceso de responder subyacente.

Con respuesta de 366 sustentantes a una muestra intencional de 38 reactivos objetivos, aplicados a gran escala, se realizó
un análisis factorial confirmatorio, con una matriz multirasgo-multimétodo (MRMM) en donde los rasgos representan tres
operaciones cognoscitivas demandadas para resolver ítems y los métodos, tres campos de conocimiento del contenido que
se evalúa en ellos. Cada reactivo se ligó a una operación cognoscitiva y a un campo de conocimientos. El modelo resultante
mostró bondad de ajuste, validez convergente de constructo en cuatro de las seis dimensiones investigadas y validez
divergente en todas ellas. Así, el proceso de responder fue explicad, simultáneamente, por las operaciones “Comprender”
y “Aplicar”, influidas por los conocimientos “Teórico” y “Combinado”. La varianza explicada entre los sustentantes mostró
ser importante (78%) cuando ellos enfrentaban la demanda de aplicar conocimientos combinados, y buena cuando las
demandas fueron resolver problemas mediante conocimiento técnico (60%) y comprender conocimiento combinado (51%).
Las evidencias permiten confiar, entonces en la interpretación de que los sustentantes ejecutaron mejor en comprender
que en aplicar. Sin embargo, la interpretación de los puntajes de las operaciones de resolver problemas y del conocimiento
técnico debe ser tomada con cautela porque no se configuraron los factores hipotetizados. Se discuten implicaciones del
estudio en el entendimiento del proceso de responder a la examinación objetiva a gran escala.

Validez y significancia de constructo en la certificación de resultados de aprendizaje


Dra. Sandra Castañeda F.* y Dr. Aldo Bazán R.**
*Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México
**UAEDM

En apoyo a la generación de evidencias para la Certificación, se enfatiza la validación de constructos subyacentes a


puntajes derivados de los diversos contextos evaluativos. Esto es importante dado que tales constructos representan
principios teóricos, técnicas y estrategias, comúnmente compartidos y ampliamente reconocidos por académicos y
profesionales de la disciplina. Se asume que los puntajes de examen informan al docente, al certificador o al interesado en
general, el nivel de logro obtenido en los aprendizajes establecidos como esenciales. Se piensa que la interpretación de los
datos derivados, estos agentes estarán en condiciones de tomar la decisión más conveniente, sea ésta corregir algún(s)
aspecto(s) particular(es) o extender y profundizar el aprendizaje o bien otorgar o no la certificación.

El desconocimiento de qué es lo que realmente aprende el alumno en las aulas universitarias es un hecho regular en el
contexto de la práctica tradicional. En el subsistema de educación superior difícilmente se trabajan modelos teóricos e
instrumentación derivados de mecanismos cognitivos, afectivo-motivacionales, sociales y conductuales que fomentan y son
responsables del aprendizaje complejo. Más bien, y en el mejor de los casos, la literatura muestra estudios de componentes
innecesariamente sobre simplificados y atomizados que, en la mayoría de los casos, resultan limitados para implementar
cambios efectivos en aprendizajes de calidad o para dar respaldo teórico suficiente a la certificación. De aquí que este
trabajo aborde el problema de certificación de resultados de aprendizaje a partir de un estudio de “validez de constructo”.
Un aspecto a ser superado en la construcción de instrumentos de medida es confundir el significado del constructo con su
significancia. Es decir, con la red nomotética en la que las diferencias individuales se distribuyen. En tanto el significado
del constructo provee una base racional para hipotetizar resultados potenciales, al nivel de las demandas que plantea el
ítem, su significancia puede proveer la base consecuente para la interpretación de las diferencias individuales, al nivel de
los sustentantes.

Objetivo del estudio: Examinar efectos de demandas de operaciones cognitivas solicitadas y campos de conocimientos
incluidos en los ítems en interacción con variables exógenas a la medición (capital cultural de los padres, historia académica
y laboral del examinando, edad, género y estado civil), sobre el proceso de responder a un banco de ítems objetivos de un
examen de egreso de la licenciatura en Psicología Clínica, usando un Análisis de Regresión Estructural.

Participantes: Una muestra intencional de 456 egresados, hombres y mujeres, titulados o no de la licenciatura en Psicología
Clínica, que resolvieron grupal y voluntariamente un examen de egreso. Más del 80% egresaron de instituciones públicas
de las diversas regiones del país.

Materiales y medidas
1. Escala de Valoración de Fuentes de Contenido de Reactivos Objetivos. Caracteriza los ítems con base en diversas
fuentes de contenido: a) operaciones cognitivas requeridas para resolver el ítem, b) patrones en los que la pregunta y la

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respuesta requieren interactuar para resolverlo e, incluso, c) la dificultad del lenguaje, así como d) la claridad y exactitud
en los términos teóricos o técnicos que se utilizan. La escala fue validada por jueces independientes (Q = 12, gl. = 13, p.
= 0.528).

2. Un banco intencional de 34 ítems objetivos del examen de egreso de Psicología Clínica. Se conformó con ítems que
satisficieron el requisito de calibración logística de un parámetro y el de discriminación (PtBs ≥.16).

3. Un cuestionario de datos demográficos.


Diseño. Se utilizó un diseño de observaciones pasivas con datos de la aplicación nacional de un banco intencional de
ítems del Examen de Egreso de la Licenciatura en Psicología Clínica. Los datos fueron analizados mediante un modelo
de regresión estructural mediante EQS6. El modelo supone que el promedio global de aciertos es influido por diversas
variables endógenas que representan combinaciones de demandas cognitivas (comprender, aplicar y resolver problemas) y
conceptuales (conocimientos sólo teóricos, sólo técnicos o combinados) y por variables exógenas a la medición (escolaridad
de los padres, promedio obtenido en la licenciatura, máximo nivel de estudios, entre otras).

Resultados. Se obtuvo un modelo de regresión estructural, con aceptable bondad de ajuste, en el que la varianza entre
examinandos en la proporción global de aciertos fue explicada en un 98%, de manera positiva y significativa, por siete
de las nueve variables cognitivas (endógenas) que miden niveles diferenciales de demandas cognitivas y conceptuales.
Ninguna de las variables contextuales (exógenas) explicó directamente la proporción global de aciertos obtenida por los
examinandos. En este modelo, el factor escolaridad de los padres sólo explicó de manera significativa, cuatro de las siete
variables endógenas, pero no tiene efecto directo, ni significativo sobre la proporción global de aciertos ni sobre el promedio
obtenido en la licenciatura. Los resultados muestran que el proceso de responder ítems sobre conocimientos de Psicología
Clínica utiliza mecanismos complejos que involucran efectos directos de variables endógenas, como indirectos de variables
endógenas y exógenas sobre la ejecución predicha. De aquí que el modelo resultante valide los constructos “Comprender
lo teórico y lo técnico”, “Aplicar lo teórico, lo técnico y lo combinado” y “Resolver problemas con conocimiento combinado”,
sus puntajes permitieron la diferenciación discriminante y su validación convergente.

En el contexto empírico de construir exámenes objetivos a gran escala, las agencias certificadoras podrán tomar ventaja de
evidencias, como las generadas aquí, que le den al constructor de exámenes confianza en sus medidas, particularmente
en países cuya tradición en este tipo de medición y para efectos de certificación de conocimientos, es reciente, como
es el caso de México. Si el éxito en las tareas de un examen son una muestra representativa del éxito en las tareas
profesionales, las inferencias a ser hechas podrán sostenerse cuando los puntajes constituyan evidencia empírica sólida
para los constructos hipotetizados. Debido a que la medición es un proceso inferencial, estudios que validen diversas
fuentes de contenido constituyen líneas de generación de evidencia importantes a favor del atributo a ser medido.

El perfil profesional del psicólogo


Dra. Laura Hernández-Guzmán
Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México

De entre las profesiones, la de la psicología conlleva grandes responsabilidades. La psicología, como disciplina que incide en
el funcionamiento de las personas, grupos, organizaciones, comunidades, en todos los ámbitos en los que se desempeñan,
cuando se aplica correcta y responsablemente, tiene el potencial de resolver con éxito una gran diversidad de problemas
humanos. No obstante, cuando el profesional de la psicología no es competente, emplea técnicas e instrumentos obsoletos
o inútiles, o construidos con propósitos diferentes, expone muy probablemente a quienes se ponen en sus manos a
graves daños, en ocasiones irreversibles. Los riesgos de intervenciones psicológicas, cuya eficacia no se haya demostrado
convincentemente, de dudosa utilidad, obsoletas, o aplicadas incompetentemente no sólo implican repercusiones serias
para los individuos que se someten a ellas, sino también para sus familias, su comunidad, y la sociedad en general.

Al no contar con una regulación tanto de los programas de formación, como del ejercicio de la profesión, la psicología
enfrenta actualmente serios problemas. El psicólogo profesional es generalmente objeto de desprestigio profesional, pues
en muchos casos carece de los conocimientos, habilidades y destrezas necesarios para resolver los problemas humanos
que toca atender a la psicología. Los usuarios de los servicios psicológicos y los propios psicólogos están expuestos a
(a) la intrusión de otras disciplinas con menores contribuciones, (b) la actuación de personas que, sin ser psicólogos,
desempeñan el trabajo de los psicólogos, (c) psicólogos que incursionan en campos en los que no recibieron formación
suficiente y (d) la ignorancia de la sociedad acerca de los problemas que el psicólogo podría resolver.

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La certificación se refiere a la evaluación de las habilidades y conocimientos de los individuos egresados de un programa
de formación profesional. Su propósito es también garantizar la calidad de los servicios profesionales para así proteger al
usuario de esos servicios. También persigue proteger a los propios egresados de la competencia desleal de personas no
capacitadas que presten servicios de menor calidad.

Por otra parte, la actuación de un gremio que no se preocupa por garantizar la calidad del servicio que ofrecen sus
agremiados deja sin responder preguntas éticas importantes. Incurrirá en faltas éticas si no presta la mejor atención
disponible a quienes requieren de él, y tendrá un impacto adverso en su vida, salud, patrimonio y seguridad.

La enseñanza de la psicología surgió a partir de las escuelas de filosofía. A diferencia de la medicina que surgió del modelo
del aprendiz basado en la enseñanza preponderantemente práctica, la psicología encuentra su origen en la enseñanza
de conceptos y teorías filosóficas. En medio de una amalgama de influencias filosóficas y teorías psicológicas se creó
el primer programa de enseñanza profesional, la licenciatura en psicología, en 1960 en la UNAM. Sin perder la tradición
filosófica de la que partió, este programa, cuyo propósito explícito era formar psicólogos profesionales, se basó realmente
en un currículo orientado a la enseñanza de conceptos mediante clases tradicionales tipo conferencia. En la década de los
sesenta, cuando comenzó la expansión de la psicología mexicana contemporánea, éste se convirtió en el modelo a seguir,
al proliferar otros programas de formación de psicólogos profesionales, tanto públicos como privados, en todo el país.

En comparación con otras disciplinas, la psicología como profesión es muy joven. A lo largo de su historia ha enfrentado
obstáculos que han entorpecido su desarrollo, enseñanza, impacto social y concreción como profesión. Posiblemente, la
preeminencia de la enseñanza de conceptos y teorías, y el marcado soslayo del entrenamiento en el uso de herramientas
y destrezas profesionales en la formación del psicólogo a nivel licenciatura se deban, entre otras causas.

Su origen en la filosofía habría de explicar cómo los programas de formación de psicólogos en México hoy en día en su
intento por formar psicólogos profesionales, basan equivocadamente sus programas en la enseñanza de conocimientos
sobre teorías y formas de pensamiento filosófico y dotan a sus alumnos de escasas herramientas de intervención profesional.
Han soslayado y soslayan el equilibrio necesario entre la enseñanza de conocimientos, destrezas y habilidades prácticas,
actitudes y valores requeridos para que el alumno los integre en competencias profesionales.

El consecuente desequilibrio teórico-práctico, al interior de su enseñanza misma, ha sido devastador para el ejercicio de la
profesión: el predominio de conceptos, muchas veces desarticulados entre ellos, no garantiza el manejo de herramientas
profesionales y promueve el divorcio entre la enseñanza de la psicología y el ejercicio profesional.

Es por esto que los colegios de profesionales que ejercen la psicología enfrentan la responsabilidad ineludible de regular el
ejercicio de la psicología y pugnar por el buen desempeño de quienes ostentan el título de licenciado en psicología.

Son dos los mecanismos que se han identificado para garantizarlo. La acreditación, que se refiere a la evaluación de la
calidad de los programas de formación profesional para asegurar que la educación que reciben los futuros profesionales
les permita adquirir las competencias necesarias para prestar un servicio de calidad, y la certificación, que busca evaluar
en cada individuo, egresado de los programas de formación profesional, esas competencias que requerirá para ejercer la
profesión.

El aseguramiento de la calidad profesional es pues una necesidad que busca garantizar la competencia profesional del
psicólogo, por medio de dos ejes troncales. La certificación y la acreditación.

Desde la perspectiva de la acreditación, es responsabilidad de las instancias encargadas de la formación profesional el


proporcionar a la sociedad psicólogos competentes, comprometidos con el buen ejercicio de la profesión. Para asegurar la
calidad de la formación profesional, la acreditación se vale de indicadores relativos a la pertinencia, actualidad y eficacia
de la formación profesional para generar psicólogos competentes.

La certificación se refiere a la evaluación de las habilidades y conocimientos de los individuos ya egresados de un


programa de formación profesional y en el ejercicio de la profesión. Su propósito es garantizar la calidad y actualidad de los
servicios profesionales para así proteger al usuario de los servicios. El presente trabajo presentará los criterios de calidad
la certificación.

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CADEP: Cuestionario de Análisis del Desarrollo Profesional


Dra. Sandra Castañeda-Figueiras* y Eduardo Peñalosa-Castro**
*Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México
**UAM Coajimalpa

Se presenta el CADEP, un cuestionario construido con la finalidad de identificar los componentes de pericia que caracterizan
a los profesionales de la psicología, para efectos de certificación. Su estructura se basa en una revisión a detalle de la
evidencia nacional e internacional acerca de las competencias del psicólogo, así como en la experiencia nacional de
construcción, validación y confiabilización de cuestionarios que miden el desempeño profesional de psicólogos.

El cuestionario cuenta con 87 reactivos y su estructura mide diez desempeños profesionales críticos del psicólogo: 1) el
conocimiento disciplinar, consistente en el dominio de la base de conocimientos conceptuales, útil para investigar, describir,
explicar, predecir, modificar el comportamiento y observar preceptos éticos y legales; 2) los métodos de investigación,
concebidos como la pericia en métodos de investigación incluyendo diseño de investigación, análisis de datos e interpretación;
3) la evaluación, consistente en la identificación, planeación, diseño, implementación y difusión de servicios psicológicos
de evaluación a individuos, grupos y comunidades; 4) la implementación del servicio, que valora si el profesional identifica,
planea, provee y evalúa servicios psicológicos a individuos, grupos y comunidades; 5) la comunicación profesional, que
evalúa si es capaz de comunicarse efectivamente en una variedad de formatos; 6) la información y cultura tecnológica,
donde se demuestran competencias informacionales y habilidad en el uso de la computadora y otras tecnologías; 7) el
pensamiento crítico y la resolución de problemas, que detecta el uso del pensamiento crítico y creativo, la solución de
problemas relacionados con la conducta y los procesos mentales; 8) la conciencia sociocultural internacional, que implica
el la demostración de respeto, desarrollo de relaciones profesionales, el reconocimiento y el respeto a la complejidad de
la diversidad sociocultural nacional e internacional; 9) el desarrollo personal, caracterizado por mostrar influencia para el
cambio, autorregulación y desarrollo profesional, y 10) la ética profesional, que plantea un desempeño profesional reflexivo,
con calidad, responsable y respetuoso de individuos y comunidades.

Para cada desempeño profesional crítico, el instrumento evalúa diferentes niveles de desarrollo de modelos mentales, que
permiten identificar el desarrollo de las competencias implícitas en cada desempeño crítico. Los modelos mentales ayudan
a los profesionales a entender los dominios de desempeño, a razonar en dichos dominios, a dar explicaciones y a hacer
predicciones, y representan la forma como dichos dominios están organizados. A partir de evaluar los desempeños críticos
y los modelos mentales que los profesionales tienen en dichos dominios, se obtiene un modelo del dominio. Los modelos
mentales se dividen en tres: 1) conceptuales, que representan el nivel de manejo de información teórica del dominio; 2)
estructurales, que establecen relaciones temporales o espaciales entre los conceptos dominantes de un dominio, y permiten
interpretar la forma en que un fenómeno está organizado, y 3) causales, que permiten identificar una construcción cognitiva
más compleja, en la cual el profesional puede interpretar, explicar y predecir fenómenos a partir de un conocimiento
profundo de la dinámica de los procesos, procedimientos, y a partir de esto, cuenta con principios interrelacionados que se
aplican a un dominio, y que permiten contar con teorías o modelos funcionales de la realidad.

Los diferentes desempeños críticos se relacionan con diferentes tipos de modelos mentales; por ejemplo, para evaluar el
conocimiento teórico de la disciplina, el modelo mental predominante es conceptual. En cada desempeño se analizaron los
modelos mentales que habrían de evaluarse. Cada ítem se responde a partir de la disponibilidad de dos escalas derivadas
de una técnica de job analysis, en la cual se valoran dos criterios de escala de respuestas: a) la importancia con la que el
enunciado describe una actividad crítica del ejercicio profesional del psicólogo, y en tanto importante para la certificación;
y b) la frecuencia promedio con la que esta actividad se realiza en un lapso de doce meses en el ejercicio profesional del
psicólogo.

Se presentan reactivos de muestra, así como un proyecto de piloteo en una muestra nacional de psicólogos en el contexto
nacional, y se propone un plan de trabajo para la construcción de un perfil que incluye cinco etapas: 1) creación de la
primera versión del Cuestionario de Análisis de Desarrollo Profesional (CADEP), reportada en este trabajo; 2) entrevista a
muestras de profesionales de la psicología, para verificar y expandir los componentes incluidos en el CADEP; 3) creación
del perfil a partir de los resultados de la aplicación del CADEP; 4) revisión del perfil por parte de expertos de dominio
específico, y 5) enriquecimiento del CADEP con información adicional sustancial en cuanto a contenidos, provista por
expertos en dominio específico. Se discuten implicaciones teóricas, profesionales y de análisis de datos del instrumento,
así como su relevancia como herramienta.

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Simposio Invitado
Riesgo y resiliencia en la adolescencia
Coordinadora: Dra. Emilia Lucio-Gómez Maqueo
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Adolescencia, infractores, depresión, suicidio, pobreza

El propósito de este simposio es presentar algunos resultados de investigaciones sobreadolescentes mexicanos que
se refieren tanto a factores de riesgo en poblaciones vulnerables, como a adaptaciones exitosas o resilientes en estos
grupos.

Estas investigaciones toman como marco teórico la psicopatología del desarrollo que propone que para estudiar las
alteraciones del adolescente es indispensable partir del desarrollo normal y tomar en cuenta no solo los factores individuales
sino también los contextuales.

Se incluye un estudio sobre menores infractoras y sus hermanas que no han presentado conductas delictivas. Se realizó
otro estudio con dos grupos de adolescentes uno con depresión y otro sin depresión. A estos dos grupos de adolescentes
se les aplicó el Inventario Multifásico de la personalidad de Minnesota en su forma para adolescentes (MMPI-A) y el
cuestionario de Sucesos de Vida. Por los resultados observados en la muestra se puede concluir que existe una relación
entre depresión (puntajes D y Dep-A del MMPI-A) y los sucesos de vida negativos que habían experimentado los jóvenes,
en las áreas arriba mencionadas. 

Otra de las investigaciones tuvo como objetivo principal identificar algunos factores vinculados con el consumo de drogas
y alcohol en una población de estudiantes de educación media superior de la Ciudad de México. Se consideraron en
específico variables intervinientes como: Edad del adolescente; sexo; promedio y turno escolar; tipo de familia (nuclear,
monoparental y extensa) y sucesos de vida estresantes. Otro estudio se refiere a la relción entre riesgo suicida, estrés y
estilos de afrontamiento. Asimismo se incluye otra investigación cuyo propósito fue evaluar la percepción de la situación
económica en adolescentes de zonas vulnerables. Las conclusiones preliminares señalan la importancia de la percepción
de la situación económica y las diferencias entre los adolescentes a este respecto. La relación entre la situación económica
y la percepción resulta compleja.

Detección y evaluación de adolescentes en riesgo de suicidio


Lic. Paulina Arenas Landgrave y Dra. Emilia Lucio Gómez-Maqueo
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Adolescencia, suicidio, factores de riesgo, afrontamiento, estrés

Actualmente, una de las principales problemáticas de salud en los jóvenes es la relacionada con la violencia auto infligida.
En los últimos años, las tasas de suicidio se han incrementado de manera alarmante en diversos países, constituyendo
una de las principales causas de muerte en jóvenes de 15 a 24 años de edad (Arias y Smith, 2003; INEGI, 2006). A nivel
internacional, las tasas de suicidio consumado en México son de las más bajas, no obstante durante las últimas décadas se
ha reportado un incremento sustancial, especialmente entre la población de niños y adolescentes (Borges, Benjet, Medina-
Mora, Orozco y Nock, 2008). Actualmente, la población de jóvenes entre 15 y 24 años de edad es de las más afectadas con
un 28% de todos los suicidios en 2007 (Borges, Medina-Mora, Orozco, Ouéda, Villatoro y Fleiz, 2009). La conducta suicida
es un proceso complejo conformado por diversos pensamientos y emociones multifactoriales y dinámicas, de tal forma que el
campo de investigación del suicidio no abarca únicamente los suicidios consumados, sino que incluye además los intentos,
los planes y la ideación suicida (Borges, Anthony y Garrison, 1995); los cuales a pesar de que no siempre conducen a la
muerte, pueden tener consecuencias graves y de largo alcance para la salud física y mental de los jóvenes. Las tasas de
conducta suicida en la adolescencia están relacionadas con una amplia variedad de dificultades interpersonales así como
de adversidades sociales consideradas como factores de riesgo (Fergusson, Beautrais y Horwood, 2003). Dentro de los
múltiples factores de riesgo en los jóvenes se encuentran los sucesos de vida estresantes, considerados como cualquier
cambio en el ambiente que provoca un alto grado de tensión emocional e interfiere con los patrones normales de respuesta
(Garmezy, 1988). Así mismo, al considerar la existencia de diversos estresores en la vida de los adolescentes, la manera en
la que los jóvenes enfrenten estos eventos, así como su adaptación subsecuente, adquiere gran relevancia. Es así como el
afrontamiento, uno de los aspectos más importantes relacionados con la regulación de los recursos de las personas y con
los esfuerzos que se desarrollan para manejar las demandas del ambiente, constituyen una variable que puede alterar la
trayectoria del desarrollo normal e influir en la presencia del riesgo de suicidio en la población adolescente.

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A través de este estudio se identificó a una muestra de jóvenes en riesgo de suicidio y se evaluó la prevalencia de los
sucesos estresantes y las principales estrategias de afrontamiento de estos jóvenes.

Participaron 1,021 adolescentes entre 15 y 17 años de edad (X = 15.8, D.E. = .69) pertenecientes a un bachillerato público
de la Ciudad de México. A través del Inventario de Riesgo e Ideación Suicida para Adolescentes IRIS (Hernández y Lucio,
2003), se identificó a los jóvenes en riesgo de suicidio (n = 102) y se evaluó la prevalencia de los sucesos estresantes
así como las estrategias de afrontamiento que emplean estos jóvenes mediante el Cuestionario Sucesos de Vida para
Adolescentes (Lucio y Durán, 2003) y el Cuestionario de Afrontamiento para Adolescentes (Lucio, Villarruel Villegas, 2005)
respectivamente.

De la muestra de jóvenes en riesgo de suicidio, el 45% fueron hombres y el 55% mujeres. La prevalencia de la conducta
suicida fue del 7.8% para el riesgo alto, del 36.3% para el riesgo por intento, del 18.6% para la ideación y del 37.3% para
el malestar emocional asociado al suicidio. Dentro de las principales diferencias por sexo, las mujeres presentan mayor
riesgo por intento y los hombres mayor riesgo de malestar emocional. Con respecto a las áreas con mayor nivel de estrés
se encuentran la personal, familiar, la de logros y fracasos, y la social; se reportan diferencias por sexo únicamente en
el área de logros y fracasos, siendo los hombres quienes señalan mayores estresores en dicha área. Como parte de las
principales estrategias de afrontamiento empleadas por este grupo de jóvenes estuvieron las relacionadas con la conducta
autolesiva, rumeación e impulsividad, evitación y respuestas fisiológicas, se reportan diferencias por género únicamente
en cuanto a las estrategias de impotencia y conducta autolesiva, siendo las mujeres de este grupo quienes reportan mayor
empleo de dichas estrategias cuando tienen algún problema.

Detectar oportunamente a jóvenes que presenten riesgo de suicidio es de importancia considerable. Derivado de esta
acción, se encuentra la necesidad de implementar acciones preventivas que incidan en la conducta suicida y en el malestar
emocional asociado al suicidio, a través de la promoción de estrategias de afrontamiento orientadas a la búsqueda de
soluciones así como al desarrollo de mayores competencias sociales dentro de un contexto de adversidad y estrés.

Correo electrónico: paudani@yahoo.com

Factores involucrados en la presencia de indicadores resilientes en menores infractoras y algún hermano


Lic. María Teresa Monjarás Rodríguez y Dra. Emilia Lucio Gómez-Maqueo
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Resiliencia, factores protectores, menores infractoras, riesgo, adolescentes

Actualmente se ha considerado que la investigación dentro del campo de la resiliencia se debe centrar en los mecanismos
protectores para conocer por qué y cómo algunos individuos mantienen su autoestima y auto eficacia a pesar de vivir las
mismas adversidades que hacen a otros perder la esperanza (Rutter, 1987). Es por esto que se considera la importancia de
estudiar la resiliencia en menores infractores que se han involucrado en conductas delictivas y de alguno de sus hermanos
considerando que se han encontrado en el mismo ambiente familiar y posiblemente la misma adversidad, lo anterior podría
ayudar a identificar algunos de estos mecanismos y favorecer la prevención para que los adolescentes dejen de involucrarse
en conductas delictivas.El estudio en menores infractores de sexo femenino en nuestro país es escaso, además de que
según las estadisticas de La Dirección Ejecutiva de Tratamiento a Menores, las cifras de adolescentes infractoras en la
ciudad de México han aumentado. En diciembre de 2009 la población era de 33 mujeres y en el primer trimestre del 2010
aumentó a 42, esa es otra de las causas por las que se considera importante el estudio en esta población, lo cual cómo
se menciono anteriormente puede ayudar a la prevención al tener conocimiento de los factores protectores que ayudan al
menor para lograr una adecuada adaptación a pesar de la adversidad.

El principal objetivo de dicho trabajo fue identificar factores protectores contra la delincuencia, involucrados en la presencia
de indicadores resilientes en adolescentes infractores y no infractores provenientes de la misma familia. Se realizó un
estudio exploratorio, tanto cuantitativo como cualitativo. Para el estudio cualitativo se aplicó una entrevista a profundidad
a cada uno de los participantes (infractores y hermanos), abarcando el área: personal, social, escolar y familiar, con la
finalidad de indagar más sobre los posibles indicadores resilientes y factores protectores; además se realizó un análisis
cualitativo del cuestionario sucesos de vida para examinar los sucesos estresantes así también los sucesos positivos
que pudieran funcionar como factores protectores. La parte cuantitativa consta de la aplicación del MMPI-A (adaptado
por Lucio, Ampudia y Dúran 1998), Sucesos de Vida (Lucio, Duran 2003), Test de Matrices Progresivas (Raven, 1993) y
Cuestionario de Afrontamiento (Lucio, Villarruel y Villegas, 2005), con la finalidad de identificar los sucesos estresantes
e indicadores resilientes tanto en menores infractores cómo en sus hermanos. Se estudió cada caso, considerando la

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entrevista e interpretación de cada uno de los instrumentos.La muestra es no probabilística por conveniencia, se eligieron a
las menores que tuvieran algún hermano con la disponibilidad para trabajar en el estudio menor de 22 años y no infractor.Se
tuvo un total de 10 participantes, 5 sujetos de sexo femenino conformaron el grupo de menores infractoras y 5 participantes
el grupo de hermanos de menores infractoras (adolescentes en riesgo no delincuentes), de los cuales cuatro fueron de
sexo femenino y uno masculino, esto debido a que la selección se realizó por conveniencia y autorización de la Directora
del Centro, por lo que no se logró tener control del sexo de los participantes. Se consideraron tres indicadores resilientes: la
ausencia de psicopatología, (T < 65 en las escalas básicas del MMPI-A); buen afrontamiento, es decir puntuaciones mayor
a la media de su población en los factores- búsqueda de solución, apoyo dentro de la familia, pensamiento positivo, apoyo
fuera de la familia, en el Cuestionario de Afrontamiento; adecuada capacidad intelectual del adolescente para razonar por
analogía, con independencia de los conocimientos adquiridos (Puntuación media o superior en el RAVEN).

La mayoría de las menores infractores presentó solo un indicador resiliente, ninguna presentó los tres indicadores que
pudiesen favorecer su adaptación a las adversidades que se les presentan, esto debido a que se encuentran inmersas
en constantes situaciones de riesgo o adversidad, según lo reportado en las entrevistas, cómo familias disfuncionales,
interacción de experiencias agresivas, entre otras. Un dato curioso es que la mayoría presentó el indicador resiliente de un
CI medio o alto, por lo que podemos concluir que la capacidad intelectual es un factor que puede influir en la resiliencia si
se encuentra sumado con otros factores protectores y no sólo si se presenta de manera aislada.

Con respecto a los casos de hermanos de las menores infractoras sólo dos presentaron los tres indicadores resilientes,
en dichos casos se encontró la presencia de factores protectores similares, uno de ellos es el grado de escolaridad, pues
de los 10 casos son estos dos los únicos que se encuentran en el nivel medio superior, presentando aspiraciones altas,
además cuentan con apoyo dentro de la familia, en ambos casos se trata de la hermana mayor, que sirve además como
modelo pues han podido conseguir logros importantes.

Se esperaría encontrar muy pocos o ausencia de factores protectores en los menores infractores; sin embargo en la
presente investigación el grupo de menores infractoras reportan mayores sucesos positivos en el Cuestionario Sucesos
de Vida, esto debido al propio internamiento. Además hay que señalar que los sucesos positivos se estudian desde un
contexto de riesgo según las autoras del cuestionario, quizá hay que estudiar más si estos factores pueden llamarse
positivos o más bien de recuperación.

Los principales factores protectores que se observan en los hermanos de las menores se encuentran en el área social y de
salud de acuerdo en lo obtenido al cuestionario Sucesos de Vida, con respecto al área social mencionan conocer nuevos
amigos que les dan buenos consejos. En el área de salud mencionan haber dejado de fumar o tomar.

En cuanto a los mecanismos de afrontamiento se observa que a diferencia de las menores infractoras, los hermanos
presentan con mayor frecuencia el estilo de afrontamiento de búsqueda de solución, el cual funciona como un factor
protector contra las situaciones adversas, por el contrario los menores infractores obtuvieron calificaciones superiores a la
media poblacional en el estilo evitativo pasivo.

Correo electrónico: tere_estrella@hotmail.com

La depresión y su relación con los sucesos de vida estresantes en adolescentes.


Lic. Luz Elena Suárez de la Cruz y Mtra. María Cristina Heredia Ancona
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Adolescencia, depresión, estrés, sucesos de vida, riesgo

En la actualidad la depresión es uno de los trastornos que más afecta a la población porque afecta su calidad de vida y
en sus últimas consecuencias puede llevar hasta el suicidio. La depresión se considera una enfermedad neuropsiquiátrica
y forma parte de las enfermedades más discapacitantes, junto con la esquizofrenia, obsesión-compulsión y alcoholismo
(Medina-Mora, Borges, y col., 2003). La organización mundial de la salud, situó a la depresión en el cuarto lugar en la lista
de problemas más urgentes de salud, a nivel mundial. (Kaplan y Sadock, 2000). En la práctica médica general, Caraveo J.,
1996) menciona que la depresión se ha identificado como el desorden más frecuente en adultos mexicanos, que requieren
de atención de tipo psicológico o psiquiátrico. En un estudio que realizó sobre la prevalencia de los trastornos psiquiátricos
en población mexicana adulta, observó que los trastornos afectivos los presentaba el 9% de la población. Medina-Mora,
Borges, y cols., en el 2003, encontraron que en la población urbana nacional, los trastornos afectivos (9.1%) y de ansiedad
(14.3%) sonmás frecuentes para las mujeres, mientras que los trastornos por uso de sustancias (9.2%) son más frecuentes

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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para los hombres. Así mismo reportaron un porcentaje de 3.3% para el episodio depresivo mayor en la población nacional
urbana. De acuerdo a los datos de la encuesta, el episodio depresivo mayor, presenta un primer auge a los 17 años. Los
estudios de González Forteza (2001) y de la Peña (1999), señalan al malestar depresivo como una de las patologías más
comunes en los adolescentes.

En niños y adolescentes el trastorno depresivo es similar al de los adultos. Los niños adolescentes y adultos presentan
comorbilidad con los trastornos de ansiedad, pero los niños y adolescentes tienden a presentar trastornos de conducta,
baja autoestima y quejas somáticas, junto con el trastorno depresivo. Así mismo e la adolescencia hay más intentos de
suicidio, (Toro J., 2000, Borcharddt C. y Meller W., 1996), mientras que la ideación suicida se presenta mayormente en la
preadolescencia.

Los trastornos de ansiedad suelen preceder al trastorno depresivo, en un 85% de los casos (Brooks-Gunn J., Petersen
A. y Compas B., en Goodyer 2001). La comorbilidad cambia de acuerdo al sexo, pues los adolescentes varones tienen
mayor probabilidad de presentar problemas de conducta como el trastorno desafiante oposicionista, mientras que el sexo
femenino tiende a presentar comorbilidad con los trastornos de alimentación.

La prevalencia de esta alteración no sólo ha aumentado en los últimos años, sino que cada vez se presenta en poblaciones
de gente más joven. El número de adolescentes que la presenta es muy alto. Diversos estudios han demostrado que hay
una estrecha relación entre el estrés y la depresión; por lo que se consideró necesario estudiar ¿Qué sucesos de vida están
más relacionados con la depresión en los adolescentes?

Método
Se realizó un estudio de tipo correlacional, no experimental, transeccional, con un muestreo no probabilístico dirigido.
La muestre estuvo constituida por 71 adolescentes de ambos sexos, entre 13 y 17 años divididos en dos grupos: 37
adolescentes con depresión que acudían a servicios de salud mentas y 34 casos de adolescentes sin depresión. Se
aplicó el Inventario Multifásico de la personalidad de Minnesota en su forma para adolescentes (MMPI-A). De esta prueba
se tomaron en consideración la escala clínica 2 que evalúa depresión y la escala de contenido dep – A Depresión en
adolescentes. Así mismo, se utilizó el cuestionario de Sucesos de Vida para obtener la evaluación de los sucesos de
vida estresantes, tanto positivos como negativos, en las áreas familiar, social, personal, problemas de conducta, logros y
fracasos, salud y área escolar.

Se empleó la estadística descriptiva e inferencial, encontrándose diferencias significativas entre ambos grupos.

En cuanto al nivel de depresión medido con el MMPI-A utilizando la Escala Clínica 2 Depresión y la Escala de Contenido
Dep-A, se encontraron diferencias a un nivel de significancia de .001 entre el grupo control y el clínico, obteniendo el mayor
puntaje este último. En cuanto a la vivencia del estrés, las correlaciones entre los puntajes de las escalas de depresión del
MMPI-A y las áreas de sucesos de vida estresantes, indican con un nivel de significancia de .001, que los adolescentes
con depresión experimentaron un mayor impacto por sucesos estresantes negativos relacionados con la dinámica familiar,
las relaciones sociales, a nivel personal, problemas de conducta y en el ámbito escolar, preocupación por la salud, logros
y fracasos.

Por los resultados observados en la muestra se puede concluir que existe una relación entre depresión (puntajes D y Dep-A
del MMPI-A) y los sucesos de vida negativos que habían experimentado los jóvenes durante los últimos doce meses, en
las áreas arriba mencionadas.

Correo electrónico: suarezluz2003@yahoo.com.mx

Modelo de riesgo en el consumo de alcohol y sustancias ilícitas en estudiantes de bachillerato


Dra. Marisol Pérez Ramos, Dra. Emilia Lucio Gómez-Maqueo y Mtra. Consuelo Durán Patiño
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Modelo de riesgo, abuso de sustancias, alcohol, consumo, adolescentes

Los jóvenes con consumo de sustancias y riesgo suicida, presentan diferentes problemas en distintas áreas de su vida
cotidiana como: conflictos con sus padres y hermanos; desinterés escolar; aislamiento social; dificultades para relacionarse
con su grupo de pares; así como sentimientos de inseguridad personal.

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La presente investigación tuvo como objetivo principal identificar algunos factores vinculados con el consumo de drogas
y alcohol en una población de estudiantes de educación media superior de la Ciudad de México. Se consideraron en
específico variables intervinientes como: Edad del adolescente; sexo; promedio y turno escolar; tipo de familia (nuclear,
monoparental y extensa) y sucesos de vida estresantes.

Se realizó un muestreo aleatorio simple estratificado (por grado, turno y grupo), de la población total de dos planteles de
bachillerato ubicados en la Ciudad de México. Se evaluaron un total de 52 grupos, siendo un total de 2069 alumnos, de
los cuales solo se consideraron como datos válidos a 1997 por haber respondido los cuestionarios de forma consistente
y además son menores de 21 años de edad. La muestra quedó conformada por jóvenes con una media de edad de
16.7 (d.s. 1.7); el 52.7% fueron mujeres y el 47.3% son varones, el 56.2% fueron del turno matutino y el 43.8% del turno
vespertino. A todos los adolescentes se les aplicaron los siguientes instrumentos: Información Sociodemográfica forma
para adolescentes (Lucio, Durán, Léon y Hernández., 2003); Sucesos de vida forma adolescente (Lucio y Durán, 2003);
AUDIT (Saunders, Aasland, Babor, De la Fuente y Grant, 1993) y el Test de tamizaje para el uso de alcohol, tabaco y otras
substancias ASSIST (OMS, 2002).Por ser un estudio de tipo transversal, los cuestionarios se aplicaron en una sola sesión
de 90 minutos. A todos los participantes se les garantizó la confidencialidad de sus respuestas.

La identificación de los adolescentes en riesgo se realizó a partir de los puntajes obtenidos en el AUDIT y ASSIST. Para el
AUDIT se utilizó un punto de corte de 7 tanto en hombres como mujeres, para mejorar su sensibilidad en la detección de
consumo riesgoso de alcohol. En el caso del ASSIST, los adolescentes que hubiesen referido haber consumido alguna vez
en la vida alguna sustancia ilícita (cannabis; cocaína; anfetaminas; inhalantes; sedantes; alucinógenos y opioides), fueron
catalogados en riesgo. De la muestra total el 25% (n=502), fueron detectados por consumo en riesgo de alcohol y alguna
otra droga. El resto de los casos quedaron clasificados como casos de no riesgo.

Se realizaron análisis de chi-cuadrada para encontrar si existen diferencias significativas en el nivel de consumo de
sustancias (ASSIST) entre hombres y mujeres, solo se encontraron diferencias significativas en el consumo de sedantes,
siendo las mujeres quiénes más los consumen (x2=10.79 p=.001). Al comparar niveles de consumo por turno escolar,
tampoco se encontraron diferencias significativas.

Sin embargo, si se encontraron diferencias entre los niveles de riesgo de consumo de alcohol entre sexo y turno escolar,
siendo los varones los que cuentan con mayores niveles de riesgo en el consumo de alcohol, en comparación con las
mujeres (F=4.99, p=.026). Asimismo los adolescentes que pertenecen al turno vespertino, tienen mayor consumo de
alcohol en comparación a los del turno matutino (F=3.79, p=.04).

Finalmente para conocer si los eventos estresantes experimentados por los adolescentes intervienen en el consumo o
no de drogas, se tomaron los sucesos estresantes que cada grupo vivió en los últimos 12 meses para conocer si el vivir
eventos estresantes en la cotidianidad es un factor importante en la decisión de los adolescentes de consumir alcohol,
tabaco y otras drogas ilícitas. El análisis de varianza simple involucró como variable de clasificación el consumo o no
consumo de sustancias y como dependiente las siete áreas que componen el instrumento de eventos estresantes. Los
resultados indican que en general los chicos identificados en riesgo por consumo de sustancias experimentan mayores
eventos estresantes en su vida cotidiana que los adolescentes que no se encuentran en riesgo.

Finalmente, se ejecutó una regresión logística binaria condicional, para identificar los factores que favorecen el consumo de
alcohol, tabaco y otras drogas ilícitas en los adolescentes. Los resultados indican que ser varón; el pertenecer a una familia
monoparental; el aumento en la edad y los sucesos negativos en la salud, entre otros, aumentan el riesgo de consumir
alcohol u alguna sustancia ilícita.

El modelo de regresión binaria, permite confirmar cada uno de los factores ya mencionados como trascendental en el
consumo de drogas en adolescentes; lo que permite crear acciones preventivas indicadas. Al respecto es importante
mencionar que el presente estudio muestra datos y análisis resultado del tamizaje hecho en un par de escuelas de
bachillerato en la Ciudad de México, lo que permitió generar una estrategia preventiva dirigida solamente a los adolescentes
identificados en riesgo.

Correo electrónico: solmardi@yahoo.com.mx

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Percepción de apuros económicos en adolescentes de comunidades marginadas: Diferencias de género


Mtra. Blanca Estela Barcelata Eguiarte y Dra. Emilia Lucio Gómez-Maqueo
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Adolescencia, adversidad económica, estudiantes, nivel socioeconómico bajo, percepción de pobreza

Los problemas de la globalización han traído entre otras consecuencias la inequidad del desarrollo y distribución de los
recursos económicos entre las personas a nivel mundial, con la consecuente agudización de las crisis económicas en
los países subdesarrollados o en vías en desarrollo como México. Esto ha generado una reducción importante en el
ingreso familiar que impacta su nivel adquisitivo tanto de productos básicos como de productos no básico considerados
satisfactores “secundarios”. Esta perspectiva puede ser útil cuando se mide de manera “simple” la pobreza y cuando uno
de los indicadores utilizados solo es el nivel de ingreso, sin embargo, es limitada cuando se trata de entender la relación
entre pobreza, desarrollo humano, y adaptación a partir de una visión más amplia centrada en las personas. Desde este
enfoque el estudio de la pobreza conlleva a la revisión de las necesidades y de los satisfactores (bienes y servicios) que
aunque son culturalmente establecidos pueden ser cambiantes de persona a persona. Por tanto el concepto de pobreza
a partir sólo de conceptos económicos como el ingreso puede resultar insuficiente. La literatura sobre psicopatología
del desarrollo y resiliencia con base en el enfoque denominado ecológico transaccional han enfatizado la relevancia de
estudiar el desarrollo de adolescentes que viven en condiciones de pobreza, por la serie de factores relacionados con
los desenlaces negativos en su desarrollo físico y emocional. Sin embargo, la investigación reporta que no todos los
adolescentes que enfrentan adversidad económica necesariamente presentan alteraciones o problemas en su desarrollo,
algunos datos evidencian que la percepción de los adolescentes respecto a su entorno es una variable importante que
puede mediar el riesgo y el desenlace adolescente. Uno de los aspectos poco estudiados es la percepción de dichas
condiciones de pobreza por parte de los adolescentes, así cómo sobre el papel del sexo en la dinámica la pobreza como
riesgo y la percepción de pobreza. El propósito de esta investigación fue evaluar la percepción de la situación económica
de adolescentes de zonas vulnerables y bajo nivel económico, como parte del estudio de otras variables relacionadas. Se
trata de un estudio trasversal, de tipo descriptivo. Participaron de manera intencional, 538 adolescentes estudiantes de
secundaria y preparatoria, 261 hombres (48.5%) y 277 mujeres (51.5%) con una media de edad de 15.3 años (D.S. 1.34)
de escuelas públicas de enseñanza media y media superior de la zona oriente y conurbada de la Ciudad de México. Se
utilizó una Ficha Sociodemográfica para evaluar el nivel socioeconómico y algunos indicadores de pobreza urbana, así
como una Escala de Percepción de Apuros Económico. Los datos muestran percepción de apuros económicos moderada
(media= 2.32, D.E.=1.05), con respecto a la posibilidad de obtener productos y servicios básicos como comida, útiles
escolares en toda la muestra, sin embargo, con una clara tendencia a aumentar la percepción de pobreza con respecto
a otros satisfactores cotidianos no básicos pero también importantes en la etapa de la adolescencia como comprar la
ropa que quieren, así como regalos y salir a divertirse. Se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas por sexo
y edad. Las mujeres tienden a percibir mayor falta de dinero para cubrir necesidades básicas como comida, para pagar
las cuentas y para comprar algunos satisfactores secundarios como comparar la ropa que quieren, observándose que los
hombres tienden a percibir mayores limitaciones económicas para servicios y productos no básicos como poder divertirse
o distraerse (t de Student= -2.194, p 0.39). Los adolescentes más pequeños reportan menor percepción de pobreza que
los adolescentes mayores. Conclusiones preliminares señalan la importancia de la percepción de la situación económica
y las diferencias matizadas por el sexo. La relación entre la situación económica y la percepción resulta aún compleja,
sin embargo es un elemento que se ha estudiado por otros autores en diferentes poblaciones, ya que se considera a la
pobreza como un riesgo, pero también a la percepción como una variable que puede mediar en los desenlaces positivos en
el adolescentes, llamada resiliencia, lo que explicaría como adolescentes a pesar de vivir en condiciones de riesgo como
la pobreza o vivir apurados económicamente de manera cónica pueden no sentir presión económica. Estos resultados
pueden ser útiles para entender como experimentan los adolescentes las crisis económicas con base en lo cual se pueden
diseñar programas de promoción de la salud, más efectivas en grupos de riesgo o vulnerabilidad psicosocial. Por otra parte
al considerar diferencias entre esta muestra total y una muestra clínica, se encontró que es la muestra escolar la que tiende
a percibir mayor falta de dinero para cubrir tanto necesidades básicas como secundarias.

Correo electrónico: bareg7@hotmail.com

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Simposio Invitado
Características biológicas y psicosociales del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad-TDAH
Coordinadora: Dra. Esmeralda Matute
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara

Descriptores: TDAH, trastornos de neurodesarrollo, adicciones, problemas de interacción social, genética

El Trastorno por Déficit de Atención – TDAH es de origen neurobiológico que persiste en la adolescencia y en la adultez
afectando la vida familiar, social y laboral de quien lo padecen. Recientemente diversos estudios han demostrado que
la persistencia del diagnóstico de TDAH puede conllevar a problemas asociados tales como la presencia de conductas
delictivas y de abuso o dependencia de sustancias.

En este simposio se presentarán tres de los tópicos de mayor relevancia actual en el estudio del TDAH. En primer lugar,
la Dra. Lourdes Ramírez Dueñas, del Centro Biomédico de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social hablará
sobre sus aspectos genéticos. Tres investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Guadalajara con
base en sus propias investigaciones discutirán la problemática comportamental y social del TDAH. La Dra. Esmeralda
Matute abordará las dificultades en las competencias sociales a través del estudio del reconocimiento de las expresiones
faciales emocionales. La Dra. Olga Inozemtseva discutirá la comorbilidad entre el TDAH y los trastornos relacionados
con la dependencia o el abuso de substancias. Finalmente, el Dr. Jorge Juárez incursionará sobre un tema central en el
tratamiento del TDAH cuestionándose sobre el efecto a largo plazo del uso del metilfenidato en la niñez abordando de
manera específica el posible efecto en el consumo de drogas de abuso en la edad adulta.

Aspectos Genéticos del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)


Dra. María de Lourdes Ramírez Dueñas
Centro de Investigaciones Biomédicas de Occidente, Instituto Mexicano del Seguro Social

Descriptores: TDAH, trastornos de neurodesarrollo, genética, problemas de interacción social, niños

El TDAH es el trastorno de conducta en la infancia más frecuente, afecta del 5 al 19% de los niños y adolescentes; su
frecuencia en varones es 8 veces mayor que en mujercitas. Es considerado por diferentes autores como un síndrome
del desarrollo que se expresa dentro de tres cuadros clínicos o tipos, en un tipo domina la inatención, en otro domina la
hiperactividad y el tercero es el tipo combinado, además de la conducta hiperactiva y la impulsividad, un afectado muestra
inadecuación social y a fallas en la función académica secundarias a los trastornos de la conducta. También se han
asociado autismo y déficits intrínsecos de lectura, sin embargo, más que parte del cuadro clínico del TDAH, se consideran
co-morbilidades. Su carácter hereditario se ha discutido y estudiado por muchos investigadores, se basa en principio en
que el 28 % de los padres biológicos de un afectado tienen o tuvieron características clínicas similares. El carácter genético
del TDAH ha sido estudiado con múltiples métodos, 1) por el parentesco de los analizados: estudios de pares de hermanos,
estudio de tríos (padre. Madre, hijo) y estudio de pares de gemelos, 2) por el método de escrutinio genético: Escaneo
amplio de genoma, caminata cromosómica, clonación posicional, análisis de haplotipos y otros 3) en diferentes etnias:
Latinoamericanos, europeos y asiáticos. Los diferentes estudios han detectado distintos genes y loci génicos involucrados.
En ningún estudio se ha demostrado una herencia mendeliana clara, además que estudios genómicos recientes no han
encontrado un gen de participación mayor en la susceptibilidad a TDAH, tampoco han detectado regiones en cromosoma
X que tengan un peso mayor, por lo que se concluye que el exceso de varones afectados, no está relacionado a un efecto
ligado al cromosoma X. Por otro lado, parecen existir diferentes riesgos de susceptibilidad, si el TDAH es transmitido por vía
materna o paterna, sugiriendo la presencia de factores epigenéticos en la patogénesis del TDAH. Los genes implicados en
la herencia del TDAH tienen una distribución amplia en el genoma y se localizan en las siguientes regiones cromosómicas:
En la región 4p16.1-p15.3 (MIM +126453) se encuentra el gen del receptor de Dopamina D5, específicamente el alelo de
un microsatélite de 148-pb (CA)n ubicado a 18.5 kb en la región 5-prima del gen DRD5. En la region 5p15.3 (MIM *126455)
el gen para el transportador soluble de la familia 6 (Transportador del neurotransmisor de, dopamina), miembro 3 que
media la recaptura activa de dopamina de la sinapsis y que es el principal regulador de la neurotransmisión dopaminergica.
En la region 5p13 (MIM %608906) fue encontrado por mapeo posicional como el lugar de un gen no identificado aún. En la
región 6q12 (MIM %608905) Otro gen de susceptibilidad para TDAH fue ubicado por el método de mapeo posicional, sin
que se identificara el gen candidato específico. En la región 11p15.5 (MIM *126452) se encuentra el gen para el receptor de
dopamina D4, un alelo específico que es una duplicación de 120 pb ubicadas a 1.2 kb río arriba del codón de iniciación del
gen se ha asociado como factor de riesgo para TDAH. En la región 16p13 (MIM %608903) se encontró como sitio de un gen
candidato, esta region se sobrepone con otra detectada en tres estudios como región candidata de para uno o varios genes
de autismo, los investigadores sugieren que el gen de 16p13 pudiera contribuir a la expresión de déficits que son comunes

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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en ambos padecimientos TDAH y autismo. Rn la región 17p11, (MIM %608904) se ubica el Segundo gen detectado como
contribuidor a la génesis del TDAH, in gen candidato no fue identificado, solo la región, por el método de mapeo posicional
en estudio de pares de hermanos. Los resultados de todas estas investigaciones, orientan a considerar que el TDHA se
transmite según las normas de la herencia multifactorial, por lo que es esperado que factores ambientales participen en el
origen primario del TDAH. A la fecha no existen estudios controlados o fiables que permitan identificar el tipo y la clase de
factores ambientales , se ha sugerido que el hábito materno de fumar durante el embarazo pudiera ser considerado factor
de riesgo, pero aún no es concluyente. Controlar e identificar condiciones del matro ambiente como del macroambiente
en los embarazos de productos en gestación con riesgo genético para TDAH implica un esfuerzo multidisciplinario de
años, por lo tanto hasta el momento son desconocidas tanto las condiciones ambientales de la susceptibilidad, así como la
proporción en la contribución en la génesis del TDAH de éstas.

Correo electrónico: colibri@gmail.com

Reconocimiento de Expresiones Faciales Emocionales en niños con Trastorno por


Déficit de Atención con Hiperactividad -TDAH
Dra. Esmeralda Matute
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara

Descriptores: TDAH, trastornos de neurodesarrollo, reconocimiento facial emocional, problemas de interacción social,
genética

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad –TDAH es definido a través de la presencia de un conjunto de
síntomas comportamentales relacionados a dificultades en el manejo de los recursos atencionales, en el control de la
actividad motora y en el control de los impulsos. Además, como componente principal del (TDAH) se han reportado
habilidades sociales disminuidas aunadas a los problemas comportamentales propios de este trastorno. En específico,
se han destacado altos niveles de agresión, conducta desafiante, comportamientos disruptivos e intrusivos, y dificultades
para interpretar las situaciones sociales, lo que conlleva a la presencia de dificultades en el ajuste del comportamiento a
las exigencias cambiantes del entorno. El rasgo sobresaliente de las dificultades sociales son las pobres interacciones
con sus pares, lo que conlleva a que los niños con TDAH reciban bajas puntuaciones en medidas en las que se solicitan
a sus pares que señalen niveles de popularidad, amistad y aceptación. De hecho se ha encontrado que cerca del 50%
de los niños con TDAH son rechazados por sus compañeros de clase o de juegos ya que son niños poco buscados como
compañeros de juego, como miembros de equipos de trabajo y son rechazados después de estar mínimamente expuestos
a una interacción con otros niños.

En este simposio se presentarán las explicaciones que se han sugerido para comprender los problemas en las competencias
sociales de los niños con TDAH. Varias de ellas han buscado establecer una relación entre las competencias sociales y las
habilidades emocionales. De hecho, numerosos estudios empíricos y teóricos dirigidos a estudiar esta relación destacan
la importancia del papel que juegan las emociones en la habilidad para funcionar de manera apropiada en las situaciones
sociales y sugieren que la presencia de deficiencias en la competencia emocional pudieran conllevar tanto a una falta de
habilidades sociales como a un comportamiento inapropiado. Se destaca la presencia de tres elementos en la definición
de competencia emocional: comprender una emoción, regular las emociones y expresar las emociones. Dentro de este
contexto, y dado que las mayores dificultades de interacción social parecen darse en la interacción con sus pares, en
particular se atenderá la capacidad de los niños con TDAH para reconocer expresiones faciales emocionales en otros niños
buscando explicar el papel que pudiera jugar este problema tanto en la relación con sus habilidades sociales como con
sus problemas comportamentales.

Hemos explorado el reconocimiento de expresiones faciales emocionales en tres grupos diferentes de trastornos de
neurodesarrollo: niños de 9 a 12 años de edad con dislexia, TDAH y discalculia. Se utilizaron los estímulos del área
de percepción visual de la Evaluación Neuropsicológica Infantil – ENI (Matute, Rosselli, Ardila y Ostrosky, 2007) la cual
incluye cuatro pruebas: figuras sobrepuestas, imágenes borrosas, cierre visual, integración de objetos y reconocimiento de
expresiones faciales emocionales en niños.

Nuestros resultados muestran que los niños con dislexia no presentan problemas en realización de las tareas de
percepción visual incluyendo la de reconocimiento de expresiones faciales emocionales. Si bien los niños con discalculia
tienen dificultades en la tarea de reconocimiento de expresiones faciales emocionales, los niños con TDAH exhiben un
problema más amplio en la percepción visual en el que se ve afectado de manera más severa el reconocimiento de
expresiones faciales emocionales en caras de niños en comparación tanto de controles sanos como de los otros dos

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grupos de trastornos de neurodesarrollo estudiados. Diferentes posturas teóricas se presentarán para la comprensión de
las dificultades que en específico muestran los niños con TDAH para reconocer las expresiones faciales especificando
cuáles son las expresiones que mayor grado de dificultad revisten. Nuestros hallazgos no apoyan aquellos modelos que
consideran que sólo deficiencias en la inhibición y en las funciones ejecutivas son los síntomas centrales que subyacen a
este trastorno. Dado lo anterior señalamos las posturas que señalan la existencia de diversas vías para comprender este
trastorno tales como aversión retrasada, estilo motivacional, la oposición entre funciones ejecutivas ‘frías’ y ‘calientes’. Las
peculiaridades encontradas en nuestros estudios tanto con niños con discalculia como con TDAH nos llevan a explorar
estos dos trastornos dentro de la hipótesis de trastorno del hemisferio derecho, conocida también como trastorno de tipo no
verbal o socio-emocional. Las repercusiones de estas características del TDAH en la adultez también serán esbozadas con
el fin de proveer elementos que faciliten la comprensión de las dificultades socioadaptativas que presentan las personas
con TDAH en estas etapas de la vida y las limitaciones que pueden conllevar tanto en la esfera familiar, social, laboral como
en el crecimiento personal.

Finalmente se harán propuestas sobre los lineamientos a seguir para la evaluación y la emisión del diagnóstico así como
para las terapias de apoyo y orientación a los padres y ámbitos escolares.

Correo electrónico: ematute@cencar.udg.mx

Comorbilidad entre Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y Trastornos


relacionados con la dependencia o el abuso de sustancias.
Dra. Olga Inozemtseva
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara

Descriptores: TDAH, trastornos de neurodesarrollo, adicciones, problemas de interacción social, funciones ejecutivas

El consumo prolongado de sustancias con potencial adictivo puede llevar a un estado de dependencia, el cual, según el
DSM-IV-TR, puede ser definido como un estado que corresponde a un grupo de síntomas cognitivos, comportamentales
y fisiológicos que indican que el individuo continúa consumiendo la sustancia, a pesar de la aparición de problemas
significativos a nivel social, laboral y familiar relacionados con esta sustancia. El estado de dependencia puede presentarse
ante el consumo de varias sustancias, con alto potencial adictivo. La dependencia de sustancias, o bien, el abuso crónico
de éstas, se ha relacionado con múltiples déficits neuropsicológicos. Las alteraciones más reportadas se relacionan con
dificultades en la memoria verbal y visual, aprendizaje verbal, funciones ejecutivas, razonamiento abstracto, funciones
motoras y finalmente en el proceso de atención. Varios autores han reportado la presencia de problemas de atención en los
adictos tanto a una sustancia en particular, como en poliabusadores. En el laboratorio de Neuropsicología y neurolingüística
del Instituto de Neurociencias realizamos un estudio donde encontramos problemas en el manejo de los procesos de
atención en los adictos a psicoestimulantes particularmente en los adictos a la cocaína y metanfetamina. En los años
recientes un especial interés se ha prestado al estudio de la comorbilidad entre el trastorno relacionado con la dependencia
de sustancias y el déficit de atención con hiperactividad. Se ha visto que las personas con estos dos diagnósticos muchas
veces presentan un estado de dependencia más severo que aquellas que no tienen antecedentes de TDAH. Éste se
expresa a través de un inicio más temprano de la dependencia y un curso más prolongado, mayores dificultades para la
rehabilitación y recaídas más frecuentes. Por ejemplo, dado a que la nicotina puede disminuir los síntomas del TDAH –
muchas personas abusan de ella, sin embargo, se ha visto que para los adultos con TDAH dejar de fumar es mucho más
difícil que para los adultos sin el diagnóstico con TDAH. Basándonos en los estudios epidemiológicos, se estima que entre
15 y 25% de los adultos alcohólicos y 21% de los adictos a la cocaína presentan los síntomas del TDAH. Entre los adultos
con TDAH, 17 - 45% presentan abuso o dependencia del alcohol y 9 - 30% de otro tipo de sustancias. Se ha reportado
que alta comorbilidad entre los dos trastornos se basa en que las dos patologías comparten características genéticas,
neuropsicológicas y neurofuncionales. Entre las características genéticas comunes se ha descrito que en la etiología del
TDAH en niños y adultos están implicados varios genes (para los receptores D2 y D4 para la dopamina, para la beta-
hidroxilasa dopaminérgica, para los transportadores de dopamina, SNAP-25 entre otros) que pueden ser relevantes para
el trastorno de abuso de sustancias, dado que el mecanismo de acción principal para la adicción a casi cualquier droga
está relacionado con el sistema dopaminérgico. Los trastornos neuropsicológicos también son muy similares en las dos
patologías. Tanto los pacientes con déficit de atención como los adictos a diferentes sustancias muestran dificultades en
las tareas de vigilancia, velocidad motora, inhibición de la respuesta, aprendizaje verbal, memoria de trabajo y funciones
ejecutivas. Desde el punto de vista de neuroimágen las personas con TDAH muestran una disminución en la activación del
sistema del cíngulo anterior y de tres estructuras subcorticales implicadas en el sistema fronto-estriatal-pallidal-talámico
que son el núcleo caudado, putamen y globus palidus. Estas estructuras subyacen tales conductas como control motor,
inhibición y tregulación de la conducta, funciones ejecutivas y modulación de las vías de retroalimentación. Al mismo

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tiempo estas estructuras son críticas para la aparición de las conductas adictivas y de abuso de drogas. Con base a lo
expuesto sobre la comorbilidad entre el déficit de atención con hiperactividad y el trastorno relacionado con la dependencia
o el abuso de sustancias, surge la pregunta ¿el tratamiento temprano de los síntomas del TDAH con psicoestimulantes
disminuye o incrementa el riesgo de abuso o dependencia de sustancias posteriormente? Los resultados de los estudios
que tratan de contestarla no permiten emitir una conclusión definitiva. Algunos estudios opinan que el tratamiento temprano
con metilfenidato tiene un efecto de sensibilización sobre el organismo en desarrollo y el Sistema Nervioso Central, es
decir una especie del efecto de “kindling”, sin embargo, los datos clínicos y preclínicos actuales no apoyen esta tendencia.
Existe un gran número de evidencias donde se indica que el tratamiento temprano con psicoestimulantes no incrementa
el riesgo de presentar un trastorno relacionado con sustancias en el futuro, sino por el contrario, tiene un efecto protector
para el desarrollo de este trastorno.

Correo electrónico: oinozem@yahoo.com

¿El tratamiento con metilfenidato en la infancia favorece el consumo de drogas de


abuso en la edad adulta? Papel del estrés y del ambiente de crianza.
Dr. Jorge Juárez
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara

Descriptores: TDAH, trastornos de neurodesarrollo, adicciones, metilfenidato, psicoestimulantes

El metilfenidato es uno de los fármacos más utilizados en el tratamiento del trastorno de déficit de atención con hiperactividad
(TDAH), el cual está asociado, en muchos casos, con conducta impulsiva. Hasta la fecha no se sabe con exactitud la causa
de este trastorno y no existe un marcador biológico para su detección, lo cual se hace a través de una serie de criterios
conductuales que no están exentos del error de diagnóstico y por ende de la prescripción de un tratamiento inadecuado. El
metilfenidato es un psicoestimulante cuyo mecanismo de acción es similar al de la cocaína, es decir, actúa inhibiendo las
proteínas de recaptura de dopamina y noradrenalina en la terminal presináptica, lo cual incrementa la disponibilidad de estos
neurotransmisores en el cerebro. Con base en su mecanismo de acción, se ha especulado si el tratamiento con metilfenidato
en edad temprana favorece el consumo de otras drogas de abuso; no obstante, hasta el presente, esta idea no ha tenido
suficiente sustento en la literartura. Por otra parte, se sabe que hay factores de riesgo como el estrés, que pueden favorecer
la adquisición y el consumo de drogas de abuso; en este sentido, se ha descrito que tanto el estrés como la administración
de corticosterona facilita el consumo de cocaína, anfetaminas y alcohol. Con esta base y considerando las propiedades
farmacológicas del metilfenidato, hemos realizado estudios para investigar si el estrés y sus variables biológicas asociadas
pueden favorecer el consumo de metilfenidato. Con el uso de modelos animales hemos estudiado el efecto del tratamiento
con corticosterona, hormona liberada durante el estrés. Hemos encontrado que su administración antes de la pubertad,
no produce facilitación en el consumo de metilfenidato, ni en la infancia ni en la edad adulta; no obstante, sí produce una
sensibilización de sus efectos sobre la actividad motriz, lo cual se mantiene en ambas etapas del desarrollo. Se conoce que
uno de los principales efectos de los psicoestimulantes sobre la conducta, es el incremento en la motricidad; por lo tanto,
un incremento en la sensibilidad debido a la concurrencia de metilfenidato con corticosterona en la preadolescencia, el cual
persiste en la edad adulta, sugiere, por un lado, una acción sinérgica de estas dos substancia que actúan en concierto para
exacerbar el efecto del psicoestimulante por sí mismo; por otro lado, se sugiere la presencia de fenómenos plásticos que
dan como resultado un efecto permanente en los mecanismos neurofisiológicos subyacentes a la acción del metilfenidato.
Se conoce que un incremento en los niveles de corticosterona no produce necesariamente una condición nociva en los
individuos, ya que un cambio de esta naturaleza puede representar un mecanismo adaptativo del organismo a su medio
ambiente. De esta manera, sabemos que un incremento en los niveles de corticosterona pueden ocurrir durante situaciones
que producen distrés, es decir una condición que puede producir daño en los diferentes órganos y sistemas, o bien durante
situaciones que requiere una mayor actividad o alertamiento en el individuo, pero que no producen necesariamente un
efecto nocivo en los sujetos, es decir, ocurre como un mecanismo homeostático adaptativo ante una situación emergente.
Con esta consideración, hemos estudiado el efecto del estrés crónico moderado que más que producir distrés parece
producir en los sujetos una condición de enriquecimiento ambiental. Esta condición experimental consiste en la exposición
aleatoria a diferentes condiciones novedosas que producen una alteración emocional importante, pero que no llegan a
producir una alteración nociva, ya que pasan frecuentemente de una condición a otra antes de que se tengan que adaptar
a ella con desesparanza aprendida. Ante esta condición experimental, encontramos que el tratamiento con metilfenidato en
la preadolescencia parece reducir el efecto de sensibilización de este psicoestimulante, es decir, en lugar de potenciarse el
efecto como ocurrió con la administración de corticosterona, la sensibilización sobre la conducta tuvo un umbral más alto,
aún mayor que con la administración única de metilfenidato. Estos resultados sugieren que el enriquecimiento ambiental
puede actuar en un sentido inverso a una situación estresante crónica severa, la cual puede conducir al individuo incluso
a la depresión. El efecto sobre la misma esfera conductual sugiere la actuación sobre los mismos sistemas neuroquímicos

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involucrados en el fenómeno de sensibilización. Se ha descrito que un ambiente psicosocial estresante es más probable
estar presente en las familias de pacientes con TDAH que en otras con un ambiente socioeconómico similar, condición
que podría tener una acción sinérgica con el tratamiento con psicoestimulantes y al mismo tiempo ser un posible factor de
riesgo para el consumo de drogas de abuso en sujetos con este tipo de tratamientos.

Correo electrónico: jjuarez@cencar.udg.mx

Simposio Invitado
Pobreza, resiliencia y bienestar subjetivo
Coordinadora: Dra. Joaquina Palomar-Lever
Universidad Iberoamericana

Descriptores: Pobreza, resiliencia, bienestar subjetivo, recursos psicológicos, rendimiento académico

La pobreza es un fenómeno que afecta a millones de personas alrededor del mundo, son tan graves sus consecuencias,
que ha sido explorada desde diferentes perspectivas teóricas y metodológicas con el propósito de comprender mejor este
fenómeno y tratar de erradicarlo. Es pobre quien se encuentra por debajo de la línea de la pobreza y no tiene lo necesario
para vivir o para asegurar su bienestar material incluyendo alimentos y vivienda.

La mayor parte de los resultados de investigación ha podido evidenciar que los más pobres están en mayor medida
expuestos a eventos estresantes, lo que explica en gran medida que este grupo presente mayores dosis de sufrimiento
emocional y un menor funcionamiento psicológico, en comparación con las personas de clases sociales más altas. No
obstante todo lo antes señalado, también se ha observado que hay algunos individuos que a pesar de nacer y vivir en
condiciones muy adversas (e.g. pobreza extrema) se desarrollan psicológicamente fuertes y socialmente exitosos, es decir,
no solo resisten la adversidad sino que salen fortalecidos de ella. A estos individuos se les llama resilientes y al fenómeno
psicológico subyacente, resiliencia. Los estudios sobre resiliencia pretender explicar que factores individuales, familiares y
contextuales se constituyen como factores explicativos protectores y de riesgo que permitan predecir bajo que condiciones
es más probable que se desarrolle la resiliencia.

La resiliencia y el rendimiento académico en adolescentes de nivel secundaria.


Dr. Jose Concepción Gaxiola-Romero y Lic. Sandybell González-Lugo
Universidad de Sonora

Descriptores: Resiliencia, rendimiento académico, violencia, autoeficacia, metas académicas

Las evaluaciones realizadas a los estudiantes de secundaria desarrolladas por PISA en 2003 (Programa para la evaluación
internacional de los estudiantes), reportaron que el 65.9% de los estudiantes de 15 años manifestaron bajo rendimiento en
matemáticas y en 2006 el 50.8% en ciencias (Díaz, Flores y Martínez, 2007). Ante tales resultados es necesario el estudio
de las variables asociadas al rendimiento académico de los estudiantes de secundaria. El rendimiento académico de
acuerdo con Jiménez (2000) constituye un nivel de conocimiento demostrado en un área o materia comparado con la edad
y el nivel de estudio, por lo cual las calificaciones escolares son el indicador más comúnmente utilizado por investigadores y
docentes (Cascón, 2000). Entre las variables de riesgo asociadas al rendimiento académico de los alumnos confluyen una
gran variedad de factores contextuales, como los aspectos sociales, familiares y escolares, o bien variables individuales
que tienen relación con las características personales del estudiante (Velázquez y Rodríguez, 2006).

De acuerdo con la teoría del desarrollo de la psicopatología, la interacción entre los aspectos biológicos, psicológicos y
sociales del ser humano, afectan el curso del desarrollo de modos diferentes, estos pueden producir modos variados de
respuesta que culminan en patrones adaptativos o desadaptativos de comportamiento; la diversidad de resultados posibles,
requiere del análisis de los factores protectores o de riesgo asociados a estos resultados (Cichetti y Hinshaw, 2003).

Las variables asociadas al rendimiento académico pueden ser contextuales, que abarcan aspectos culturales, sociales,
familiares y escolares, o bien individuales que abarcan las características personales del estudiante. La violencia en la
familia constituye un factor contextual de riesgo que afecta tanto la conducta del estudiante como su aprovechamiento
escolar (Sternberg, Baradaran, Abbott, Lamb y Guterman, 2006).

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ambién las investigaciones señalan que los vecindarios desorganizados, con índices de pobreza, crimen y presencia de
pandillas, impactan de manera negativa el desempeño de los estudiantes (Brunner y Elacqua, 2004).

A pesar de la existencia de estos y otros factores que influyen de manera negativa en el rendimiento académico, existen
algunos alumnos que logran superar las adversidades. A este proceso se le llama resiliencia y se define cómo la capacidad
del ser humano para enfrentarse a las adversidades de la vida, aprender de ellas, superarlas y ser fortalecido por ellas
(Grotberg, 2006). Son escasas las investigaciones en relación con la resiliencia y el rendimiento académico porque los
estudios se han centrado más en la búsqueda de determinantes en variables socio-demográficas o relacionadas a la
dificultad de la materia, características de la escuela entre otras, profundizando menos en los aspectos individuales del
estudiante (Peralta, Ramírez y Castaño, 2006).

Entre las variables individuales estudiadas relacionadas con el rendimiento académico de los estudiantes se encuentran la
autoeficacia (Pérez y Delgado, 2006), las metas académicas (Sanz de Acedo, Ugarte y Lumbreras, 2003), las atribuciones
causales (Barbero, Holgado, Vila y Chacón, 2007), y los enfoques de aprendizaje (Biggs, 1998).

A partir de lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue medir las variables individuales y contextuales relacionadas
con el rendimiento académico de los adolescentes y evaluar la mediación de la resiliencia que se presenta entre ellas.
Previo consentimiento informado se aplicó un cuestionario multimétodo a 157 estudiantes de una secundaria ubicada
en un vecindario con altos índices de violencia de la ciudad de Hermosillo, Sonora, México. Se seleccionaron 6 grupos
al azar, dos de primer grado, dos de segundo y dos de tercero de secundaria. El cuestionario obtuvo información sobre
variables demográficas y se incluyeron escalas para medir la violencia familiar, el clima escolar, el clima del vecindario,
la autoeficacia, las metas sociales y académicas, las atribuciones causales, los enfoques de aprendizaje y la resiliencia.
Los datos obtenidos fueron capturados en el programa estadístico SPSS 17, se sumaron las variables de las escalas y
resultaron índices que posteriormente fueron analizados utilizando el análisis de ecuaciones estructurales (Bentler, 2006).
Los resultados indican una relación directa entre la violencia que experimentan los adolescentes en la familia y la violencia
en el vecindario, ésta variable a su vez, presentó una relación negativa con el rendimiento académico; resultó también,
otra trayectoria modulada por la resiliencia donde la autoeficacia académica y las metas académicas y sociales impactan
positivamente al rendimiento académico de los adolescentes. De esta manera, quedaron evidenciadas dos trayectorias,
la trayectoria de riesgo y la trayectoria de resiliencia, lo que permite justificar el trabajo futuro en el fortalecimiento de la
resiliencia con poblaciones de adolescentes víctimas de violencia y que estudian en secundarias ubicadas en vecindarios
inseguros o violentos. Se propone replicar el estudio con otra muestra.

Correo electrónico: joegaxiola@gmail.com

Recursos psicológicos y factores de riesgo que conducen a la resiliencia de pobres


extremos de siete estados de la República Mexicana
Dra. Joaquina Palomar-Lever
Universidad Iberoamericana-Ciudad de México

Descriptores: Pobreza, recursos psicológicos, resiliencia, ajuste personal, resistencia psicológica

La pobreza es un fenómeno global en el que, quienes la padecen, están destinados a sufrir problemáticas muy variadas
como desigualdad, desnutrición, vulnerabilidad, exclusión, desamparo etcétera, lo que pone en riesgo no solamente las
garantías individuales, sino además la salud física y mental. Bajo estas circunstancias, los recursos personales asociados a
la resiliencia, se pueden dividir en dos grandes conjuntos: aquellos que limitan a la persona y que deben revertirse (como la
ansiedad, la depresión) y los que la fortalecen (como el sentido del humor, el afrontamiento directo del estrés, la motivación
al logro y la internalidad.

En la presente investigación se consideraron como recursos psicológicos las estrategias de afrontamiento del estrés
directas, el sentido del humor, la motivación al logro, la internalidad y el apoyo social. Como variables mediadoras la
ansiedad y la depresión y como variable consecuente la resiliencia.

En cuanto al afrontamiento, se ha hipotetizado que las personas de los niveles socioeconómicos más bajos están expuestas
a un mayor número de eventos estresantes y por tanto presentan mayores índices de trastornos psicológicos; sin embargo,
la manera como sienten, evalúan y afrontan las situaciones, permite mantener, intensificar o eliminar la tensión que
experimentan. De acuerdo con la literatura los individuos más pobres tienden a minimizar y evadir con mayor frecuencia
las situaciones estresantes, lo que hace menos probable resolver de manera satisfactoria los problemas.

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Por su parte, el sentido del humor ha sido considerado por años como un mecanismo para lidiar con los problemas de la
vida. Siendo menos probable que la gente rígida o carente de sentido del humor sobreviva más tarde en la vida. El sentido
del humor individual no sólo tiene una función de afrontamiento; se compone de muchos otros elementos que crean el
constructo personal de sentido del humor. Un punto de vista popular es que un mayor sentido del humor contribuye a
aumentar tanto el bienestar físico como el psicológico (Kuiper, Grimshaw, Leite y Kirsch, 2004).

Se ha podido observar que tener un locus de control interno está relacionado con una mejor forma de afrontar las
situaciones, debido a que la persona se cerciora de hacer uso de sus propias capacidades, y, por lo tanto, promueve más
la resiliencia (Núñez, 2003). A su vez, las personas motivadas al logro encuentran soluciones novedosas y creativas a los
problemas en lugar de repetir soluciones convencionales. Están dispuestos a asumir la responsabilidad personal en cuanto
a las consecuencias de su conducta. Por su parte, Maehr (1978) y Salili (1996) encontraron que los individuos altamente
motivados hacia el logro, buscan tareas donde se sienten retados, siempre compiten para hacer las cosas mejor que los
otros y reciben la satisfacción por hacer las cosas con maestría personal.

Por el contrario, como variables que constituyen factores de riesgo o mediadores, se encuentran la depresión y la ansiedad
que aunque no es privativa de las clases marginadas, el hecho de que una persona se sienta y sea pobre la hace más
susceptible de vivir desórdenes depresivos, ya que propicia que tenga menos recursos psicológicos para superar los
obstáculos, que no sólo le impiden ascender en la escala social, sino que incluso pueden ocasionarle un descenso (Palomar,
2006).

Los estresores crónicos (como dificultades financieras serias, condiciones de hacinamiento en la vivienda, problemas
maritales, desempleo continuo, enfermedad mental en la familia y discriminación, entre otros factores) representan para los
pobres situaciones continuamente demandantes o de difícil solución, lo que provoca a menudo altos niveles de depresión
y ansiedad (Beck, 1967, 1976; Beck & Shaw, 1978; Willner, 1985).

Finalmente, la resiliencia es un concepto que se analiza desde las capacidades de las personas, familias y comunidades,
para enfrentar y superar las condiciones deficientes de su hábitat a través de la implementación de distintas estrategias,
donde se articulan recursos propios y del entorno (Katzman, 1999; citado en Gauto, 2008).

La presente investigación tuvo como objetivo conocer si existen diferencias estadísticamente significativas en los
recursos psicológicos de pobres extremos (estrategias de afrontamiento directo, sentido del humor, motivación al logro,
internalidad y apoyo social). Además, se quiso si conocer si las variables de ansiedad y depresión presentaban medias
estadísticamente significativas en personas con alta y baja resiliencia. Asimismo, y finalmente se realizó un análisis de
modelamiento estructural de covarianzas con la finalidad de estimar la bondad de ajuste que existe entre los supuestos
teóricos especificados en el modelo que se propone en el presente estudio y los datos recolectados.

Participaron en el estudio 602 hogares de los estados de Veracruz, Guerrero, Estado de México, Puebla, Michoacán,
Morelos y Guanajuato, todos de áreas urbanas. Los hogares que se incluyeron en la muestra ingresaron a Oportunidades
desde el 2002 hasta la fecha del levantamiento. La muestra fue seleccionada de un universo de 5,512 hogares, que son
los que se encontraban activos. De la muestra estudiada, el 65.2% son mujeres y el 34.8% restante son hombres. La edad
promedio de los encuestados es de 43.71 (DE=12.58) años. La muestra estuvo conformada por el 66% de titulares del
programa Oportunidades y el 34% restante corresponde a parejas o cónyuges de algunas titulares.

Los entrevistados fueron encuestados en su domicilio particular. En cuanto a los resultados obtenidos, se pudo apreciar
que fueron encontradas diferencias estadísticamente significativas en las medias de afrontamiento directo, sentido del
humor, apoyo social, motivación al logro y ansiedad y depresión en los participantes de acuerdo con el nivel de resiliencia
(bajo y alto). Por otro lado, que los indicadores de bondad de ajuste del modelo muestran que aun cuando la Chi Cuadrada
fue significativa, se trata de un modelo de relación entre las variables, razonablemente bueno.

Correo electrónico: joaquina.palomar@uia.mx

Pobreza y apoyo social


Dra. Lorena Matus-García y Dra. Joaquina Palomar-Lever
Universidad Iberoamericana-Ciudad de México

Descriptores: Adultos, pobreza, apoyo social, reciprocidad, afrontamiento

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El apoyo social ha sido definido como las transacciones interpersonales que implican ayuda en todas sus vertientes, tales
como, moral, económica, no verbal, verbal, implícita, explícita, emocional, etc. (Gottlieb, 1983; citado en Armstrong, Birnie-
Lefcovitch, & Ungar, 2005; Khan & Antonucci, 1980; citados en Guzmán, Huenchuan, & Montes de Oca, 2003). En este
sentido, los especialistas han categorizado de distintas formas este constructo, por ejemplo, para Cutrona & Suhr, 1992;
Sherbourne & Stewart, 1991; Yu, Lee, & Woo, 2004, (citados en Armstrong, Birnie-Lefcovitch, & Ungar, 2005) el apoyo
social puede ser instrumental, emocional, de información, de ayuda tangible, de interacciones sociales positivas, de afecto
y de estima. Guzmán, Huenchuan, & Montes de Oca, (2003), por su lado, distinguen entre fuentes de apoyo informales y
formales.
Por su parte, Khan y Antonucci definieron en 1980 (Guzmán, Huenchuan, & Montes de Oca, 2003) al apoyo social como
las transacciones interpersonales que implican ayuda, afecto y afirmación. Este conjunto de transacciones interpersonales,
al que también se denomina con el término genérico de “transferencias”, se presenta como un flujo de intercambio y
circulación de recursos, acciones e información.

El apoyo social, hace referencia a un potenciador en el logro de un desempeño satisfactorio de las personas, ya que
ayuda a que afronten estresores propios del ambiente con mayores probabilidades de éxito (Feldman, Goncalves, Chacón,
Zaragoza, Bagés, & De Pablo, 2008). El apoyo social tiene resultados positivos para aumentar la resistencia del individuo
ante las transiciones de la vida, de los estresores diarios, las crisis personales y en momentos de adaptación o ajuste a
enfermedades (Feldman, Goncalves, Chacón, Zaragoza, Bagés, & De Pablo, 2008).

Se ha reportado en numerosas investigaciones que el apoyo social es un recurso que permite afrontar adecuadamente las
situaciones adversas (Aduna, 1998; Abril, 1998; Daniels & Guppy, 1997; Díaz–Veiga, 1987 citado en Fernández del Valle,
1996; Green & Rodgers, 2001; Sarason, Levina, Bashman & Sarason, 1983, citados en Palomar & Cienfuegos, 2007).

En el estudio que realizaron Palomar y Cienfuegos (2007), se distinguieron las principales fuentes de apoyo percibidas.
En primer lugar son los padres y hermanos, seguidos por la iglesia y la religión, en tercer lugar, la familia extendida que
comprende a los abuelos y tíos; y finalmente, se encontró el apoyo proporcionado por los amigos y vecinos.

En México, cuando la ayuda institucional disminuye o desaparece, la red de apoyo (familia, amigos y otros) tiende a
activarse. Sin embargo, en momentos de crisis, los actores que intervienen en dichas redes dejan a los grupos en una
situación altamente precaria. Montes de Oca (2000; citado en Guzmán, Huenchuan, & Montes de Oca, 2003).

La población en situación de pobreza utiliza su capital social como recurso para sobrellevar esta adversidad. En otras
palabras, la forma en que se afronta la pobreza depende del apoyo social. En este sentido, en la presente investigación se
busca establecer si el apoyo social es un medio que permite afrontar la pobreza.

El muestreo utilizado es no probabilístico intencional por cuotas. Se tomaron en cuenta 600 hogares de siete Estados de
la República Mexicana, con un total de 914 participantes. Todos ellos son beneficiarios del Programa del Gobierno Federal
denominado “Oportunidades” y la selección se realizó a través del registro de las bases de datos. El tipo de estudio es
confirmatorio con un diseño ex post facto.

Los resultados muestran que la escala utilizada tiene validez y confiablilidad. El instrumento está formado por 21 reactivos
que se agrupan en tres factores: Apoyo social, Apoyo familiar y Apoyo de amigos, que en conjunto explican el 66.24% de la
varianza total de la escala. La confiabilidad se realizó a través de la prueba estadística Alpha de Cronbach, obteniéndose
para el factor apoyo social, un Alpha de 0.948, para el factor de apoyo familiar, se logró una Apha de 0.897 y finalmente
para el apoyo de amigos, el Alpha alcanzada es de 0.714.

Otros resultados indican que existen diferencias estadísticamente significativas por sexo respecto a tener alguna persona
cercana con la que se puede confiar y contar, en este sentido, son las mujeres quienes se sienten más apoyadas. Asimismo
se hallaron diferencias por estado civil, siendo los solteros los que reportan más apoyo social. Se obtuvieron asimismo
correlaciónes estadísticamente significativas entre quienes pertenecen a un grupo y el apoyo social que reciben. En cuanto
a las edades, los sujetos de 51 años o más reportaron mayor apoyo de amigos y familia.
A manera de conclusión, las personas que viven en situación de pobreza, han tenido que adaptarse a las carencias de
servicios de salud, educación, vivienda, alimentación. Es una población vulnerable que enfrenta numerosos problemas,
sin embargo, utilizan algunos recursos sociales que les permiten mantener un equilibrio entre ellos y sus comunidades,
además de sobrellevar la pobreza.

Correo electrónico: lorenamatus@hotmail.com

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Factores que influencian el desajuste emocional en personas en pobreza extrema


Dra. Amparo Victorio-Estrada y Dra. Joaquina Palomar-Lever
Universidad Iberoamericana-Ciudad de México

Descriptores: Adultos, grupos vulnerables, ansiedad, depresión, psicología social

Vivir en condiciones de extrema pobreza no solo implica la escasez de recursos económicos, sino que también conlleva
estar expuesto a condiciones de vivienda poco adecuadas, de hacinamiento e insalubridad, así como de mayor peligrosidad,
en barrios con mayor criminalidad. Tal carga adicional de dificultades hace que vivir en condiciones de pobreza extrema sea
considerado como un riesgo adicional de verse afectado por problemas de salud mental.

El padecimiento de síntomas de depresión y ansiedad puede ser considerado como parte de un síndrome más general de
desajuste emocional, que va en detrimento de la salud mental de la persona y de su ajuste social. Los síntomas de ansiedad
y depresión pueden ser altamente incapacitantes para quienes los padecen e implican, además, una carga económica en
términos de tratamiento y de días no laborados, así como en el bienestar de los familiares con quienes se convive.

Dentro de una situación de carencia de recursos económicos, es importante determinar qué recursos psicológicos y
sociales pueden proteger o poner en riesgo a las personas de un desajuste emocional. Con este objetivo se exploraron las
relaciones que el desajuste emocional guarda con un conjunto de variables de las áreas individual, familiar y social.

En particular se examina el efecto diferencial del autoconcepto, autocontrol, estrategias de resolución de problemas, estilos
de afrontamiento, locus de control y optimismo, controlando por otras variables que pudieran mediar dicha relación.

Participantes
Beneficiarios del programa de apoyo Oportunidades de áreas semiurbanas y urbanas de siete estados de la República. En
total fueron encuestadas 913 personas, con una media de edad de 43.71 (DE=12.58) años, el 65.2% de los encuestados
corresponde al sexo femenino.

Instrumentos
Se midieron variables del área individual, familiar y social como: inteligencia, habilidades cognitivas, optimismo,
autoconcepto negativo, estrés, locus de control, falta de autoregulación, resolución de problemas, inteligencia emocional,
sentido del humor, resiliencia, religiosidad, relaciones familiares, estilos de crianza parentales, apoyo social, identidad
social y pertenencia a grupos. Como variables dependientes se midieron depresión y ansiedad. Los instrumentos aplicados
fueron previamente validados en una población similar. También se midieron variables sociodemográficas como sexo, edad
e ingreso familiar per cápita.

Procedimiento
La encuesta se realizó durante 2 meses. Fueron entrevistadas verbalmente las titulares del programa y sus esposos,
cuando esto fue posible. Las entrevistas tuvieron una duración promedio de 2 horas.

Resultados
Los puntajes de las escalas de depresión y de ansiedad están significativamente correlacionados [r(789) =.71, p< .001 ],
por lo que estos puntajes fueron factorizados, para crear un factor, el cual tiene un autovalor de 1.71 y explica el 85.51%
de la varianza total de las variables. Los puntajes estandarizados de este factor, denominado desajuste emocional, fueron
ingresados en un análisis de regresión lineal como variable criterio. Los puntajes de las demás variables del área individual,
familiar y social, así como las sociodemográficas se ingresaron como predictores. El conjunto de variables predice el 44.4%
de la varianza de desajuste emocional [R2 ajustada = .444, F(43,345)= 8.2, p < .001].

Las variables que predicen mayor desajuste emocional, de acuerdo con su influencia relativa, son: mayor percepción de
estrés, mayor falta de autoregulación, mayor edad, mayor falta de sentido de realidad, ser mujer, menor satisfacción personal,
mayor comprensión verbal, mayor búsqueda de apoyo como estilo de afrontamiento, mayor paralización como estrategia
de resolución de problemas, mayor inseguridad de sí mismo e insensibilidad hacia los demás y menor optimismo.

Discusión
Los resultados indican que el desajuste emocional, medido como síntomas de ansiedad y depresión, está principalmente
vinculado a la percepción de estrés, así como a la utilización de estrategias inadecuadas de afrontamiento de estrés y
de resolución de problemas y la ausencia de autocontrol. Estos resultados sugieren que los estilos comportamentales
que privilegian el menor esfuerzo en la interacción con el medio y que no están enfocados en la solución activa de la

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dificultad que se enfrenta tienen un alto costo para la salud emocional de las personas. Los presentes resultados están en
consonancia con otros autores que encontraron una relación entre la utilización de determinados estilos de afrontamiento
y el desajuste emocional. Sin embargo, el locus de control no predice el desajuste emocional, lo que sugiere que la
impredictibilidad de la adversidad no ejerce una influencia tan fuerte cuando otros factores están presentes.

Tanto la satisfacción personal como el optimismo influyen como factores de protección del desajuste emocional. Sin
embargo, ni el autoconcepto negativo, ni el sentido del humor fueron predictores significativos del desajuste emocional, lo
que sugiere un efecto diferencial de estos constructos. La falta de seguridad en sí mismo aunada a la falta de sensibilidad
hacia los demás, así como la falta de sentido de realidad, son factores que aumentan el nivel de desajuste emocional. Estos
hallazgos subrayan la relevancia que tienen la visión del entorno y de sí mismo en los síntomas de ansiedad y depresión.

No se observó ningún efecto económico ligado al ingreso familiar per cápita, pero sí está presente un efecto de género
y edad en detrimento de las mujeres y de los de mayor edad. Por otra parte, el reporte de mayores niveles de ansiedad
y depresión asociado con mayor comprensión verbal, pero no con inteligencia, sugiere que las personas necesitan un
vocabulario más amplio para poder identificar correctamente los síntomas que se refieren a los estados afectivos. Éste
es un resultado que se relaciona directamente con la población encuestada, ya que al menos un tercio de ella carecía de
estudios formales y aproximadamente otro tercio no completó la educación primaria.

Correo electrónico: avictorioe@gmail.com

La contribución del programa “Oportunidades” al bienestar subjetivo


Dr. León Garduño-Estrada
Universidad de las Américas-Puebla

Descriptores: Bienestar subjetivo, programa Oportunidades, calidad de vida, pobreza, bienestar

Introducción. Este documento presenta el desarrollo y validación de un instrumento para evaluar la calidad de vida en
estudiantes de bachillerato de diferentes zonas indígenas del país. Asimismo, presenta los resultados de la contribución
de una serie de dominios de vida y del programa “Oportunidades” al bienestar subjetivo de una muestra de estudiantes de
bachillerato en comunidades indígenas de muy bajo ingreso económico. El programa oportunidades tiene como objetivo
apoyar a las familias que viven en condiciones de pobreza extrema con el fin de potenciar las capacidades de sus miembros
y ampliar sus alternativas para alcanzar mejores niveles de bienestar, a través del mejoramiento de opciones en educación,
salud y alimentación, además de contribuir a la vinculación con nuevos servicios y programas de desarrollo que propicien
el mejoramiento de sus condiciones socioeconómicas y calidad de vida. Los resultados sobre estos objetivos, en general,
han sido favorables. Sin embargo no se ha determinado su efecto sobre la calidad de vida ni sobre el bienestar subjetivo
de las personas que lo reciben.

Garduño (1993), menciona que la “calidad de vida de un individuo es un constructo complejo integrado por una variedad de
dominios de la vida que la propia persona define en virtud de sus propios intereses y valores en interacción y en influencia
constante con su grupo social. Implica una evaluación objetiva de las condiciones de vida y una evaluación cognitiva
expresada como un juicio que incluye la satisfacción, la importancia, así como las expectativas de los dominios de vida y
significados relevantes.”

Aunque algunos autores proponen que los dominios de la vida están determinados por los investigadores (Cummins, 1996;
Argyle, 2001), es la posición de este documento establecer que los dominios de vida tienen una relación importante con
la cultura de los individuos y, por tanto, deben ser identificadas por ellos. La construcción del instrumento se basó en la
teoría de las representaciones sociales (Moscovici, 1984). Las representaciones colectivas se transforman en portadoras
de significados sociales, interpretaciones, y formas de comprender la realidad. (Beriain, 1990).

Método. La identificación de los diferentes dominios de vida se llevó a cabo con el empleo de la técnica de redes semánticas.
Las redes semánticas naturales se forman con un concepto que es descrito, y posteriormente por medio de asociaciones
(significados) que se establecen en orden de importancia de 1 en adelante (Lagunes, 1993). Con el fin de identificar
los dominios de vida más importantes, se llevaron a cabo una serie de entrevistas no estructuradas con una pequeña
muestra de 30 jóvenes de tres diferentes bachilleratos de tres zonas indígenas del estado de Puebla. Una vez que los
dominios fueron identificados, los estudiantes expresaron el significado de cada uno y los ordenaran en términos de qué
tan cercano estaba con el dominio. Sólo los significados con el mayor peso semántico se utilizaron. Después de este
primer desarrollo del instrumento, éste se aplicó a una nueva muestra de 274 estudiantes de bachillerato de tres diferentes

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regiones indígenas en el estado de Puebla. En total se identificaron 14 dimensiones de vida. El procedimiento de validación
se llevó a cabo con el empleo de un análisis factorial de componentes principales con rotación varimax, así como con
diferentes técnicas de discriminación de reactivos. De los 45 reactivos originalmente propuestos se eliminaron cuatro ya
que no alcanzaron un puntaje mínimo de .40 de carga factorial en el factor en el que se ubicaron o no eran congruentes
con el mismo. La confiabilidad alfa de Cronbach fue de .57 a 87. El valor alfa para el cuestionario completo fue de .94. Por
último, el instrumento definitivo se aplicó a 348 estudiantes de cinco comunidades.

El bienestar subjetivo se midió con el instrumento de Diener (1985).

Para evaluar el programa “Oportunidades”, se empleó el tiempo en años que los estudiantes llevaban recibiendo los
beneficios del mismo.

Resultados. Los resultados de la aplicación del cuestionario se analizaron empleando regresión múltiple. En un primer
análisis, se incluyeron solamente los componentes principales de los 14 dominios de vida y, como variable dependiente el
componente principal el obtenido con el instrumento de bienestar subjetivo. Los resultados de la primera regresión lograron
explicar el 58% de la varianza. Únicamente los coeficientes de los dominios de vida: familia, amigos, vida interior y casa
fueron estadísticamente significativos. Los resultados del análisis de regresión con la inclusión de las variables tiempo y
tiempo al cuadrado fueron también significativos. La adición de estas variables aumentaron el valor de R2 solamente un
2%; esto es, a 60%. El coeficiente de regresión de la variable tiempo al cuadrado fue negativo. Este hallazgo indicó que el
programa “Oportunidades” tiene un efecto en el bienestar subjetivo en forma de “U” invertida: cuando el programa inicia se
observa un efecto positivo y después de poco más de cinco años el bienestar regresa a su nivel inicial.

Conclusiones. Considerando los resultados obtenidos, podemos decir que el programa “Oportunidades”, si bien ha contribuido
a solucionar el problema del rezago educativo de las poblaciones más vulnerables, no contribuye significativamente al
bienestar subjetivo de los sujetos que lo reciben. Estos resultados apoyan la teoría de Veenhoven. De acuerdo con él
(1991, 1995), el ingreso tiene una influencia positiva en el bienestar subjetivo en las poblaciones de bajos ingresos. Sin
embargo, una vez que se cumplen las necesidades básicas, la influencia del ingreso decrementa. Esta teoría sugiere una
relación curvilínea. Hace falta más investigación al respecto.

Correo electrónico: leon.garduno@udlap.mx

Simposio Invitado
Factores de riesgo de trastornos alimentarios y multiculturalidad nacional
Coordinadora: Dra. Gisela Pineda Garcia
UABC

Descriptores: Riesgo, obesidad, cultura, trastornos alimentarios, adolescentes y adultos

Hace ya varias décadas, aproximadamente cuatro, se creía y la investigación hasta entonces abalaba que los trastornos
alimentarios eran exclusivos de los países desarrollados y occidentales, se suponía que 1) la abundancia de alimentos
hacían rechazar la ingesta de los mismos, lujo que no podrían darse los habitantes en donde escaseaba y 2) la cultura
occidental poseía un nuevo ideal de belleza que no compartían otro grupo de países. Décadas después, en los años
noventa, y gracias a los trabajos de los equipos de investigación de Gómez Peresmitré, Mancilla y Unikel, entre otros, se
aclaró que en ciudades de países subdesarrollados como México también se manifestaban los trastornos alimentarios y
sus factores de riesgo. La anorexia y bulimia nervosas, los trastornos alimentarios no especificados, la imagen corporal
y sus disturbios y la dieta restringida, como algunos de sus factores de riesgo fueron descritos y explicados por estos
investigadores. Ahora bien ¿estos factores se manifiestan de manera similar que en la capital del país, en otros estados
de la República Mexicana como Hidalgo, Morelos y Baja California o se presentan de manera distinta? Los trabajos del
presente simposio tienen como objetivo principal dar a conocer y comparar factores de riesgo asociados con trastornos
alimentarios y obesidad en distintos Estados: Baja California, Distrito Federal, Hidalgo y Morelos.

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Validez predictiva del inventario de autoeficacia para control de peso y actividad


física en hombres y mujeres adolescentes
Mtra. Rebeca Guzman* y Dra. Gilda Gomez Peresmitre**
*Universidad Autónoma de Hidalgo,
**Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Sobrepeso, obesidad, autoeficacia, cuestionario, hidalguenses

La realización de actividad física como parte de un estilo de vida saludable tiene como beneficios la disminución del
riesgo de sufrir enfermedad coronaria, hipertensión arterial, obesidad, diabetes, entre otros. Además, favorece el bienestar
emocional, el nivel percibido de energía, la autoestima y la satisfacción personal (Hernández, Gortmaker, Laird, Colditz,
Parra-Cabrera y Peterson et al., 2000; Moraska y Fleshner, 2000; Pianosi y Davis, 2004; Salmon y Timperio, 2007; Sherwood
y Jeffery, 2000).

De ahí que el objetivo principal de este estudio fue analizar la capacidad discriminante para el criterio de autoeficacia alta y
baja del Inventario de Autoeficacia Percibida para Control de Peso (Román, Díaz, Cárdenas y Lugli, 2007), adaptado para
población mexicana, hombres y mujeres.
Este instrumento, en su versión original, fue aplicado en población universitaria venezolana, y presenta una estructura
que mide la autoeficacia percibida en tres áreas del control del peso: estilo de alimentación, influencia de los estímulos
externos en la conducta de sobreingesta y patrones de actividad física mostrando elevados índices de consistencia interna
y validez.

Resultados en la Muestra de Hombres: el método de Análisis Discriminante empleado fue el de pasos por pasos (stepwise),
necesitándose de 13 pasos, entrando el mismo número de reactivos.
En la función discriminante se observó una correlación canónica (R = .945), con un eigenvalue de 8.406 y una varianza
explicada de 100 %. El valor de la correlación canónica (próxima a 1) demuestra que la función discriminante logra diferenciar
adecuadamente la media de los dos grupos (nivel alto y nivel bajo de autoeficacia).

El valor de Lambda de Wilkins fue de 0.106 que indica que para la función discriminante, en gran medida se explica la
pertenencia de un participante a alguno de los dos grupos (autoeficacia alta o baja). Así también, este valor explica que
la mayor parte de la variabilidad se produce entre los grupos y no dentro de los mismos, indicador de que el conjunto de
variables independientes es adecuado para construir la función discriminante.

Es importante resaltar que la función discriminante obtuvo una chi cuadrada de 382.150, con 13 grados de libertad, y
resultó estadísticamente significativa a nivel de 0.001.

Ahora bien, los coeficientes estandarizados de la función canónica discriminante, permitieron identificar a los reactivos que
más contribuyeron a diferenciar a los grupos de alta y baja autoeficacia en los hombres, encontrándose ocho reactivos que
corresponden a la autoeficacia relacionada para control de peso, en gran medida relacionados con la ingesta de alimentos
saludables y no saludables, y cinco a autoeficacia relacionada con actividad física.

Respecto a los centroides, sus valores indican que la distancia entre la media del grupo de nivel alto y la media del grupo
de nivel bajo de autoeficacia corresponde aproximadamente a 5 unidades de desviación estándar.

Respecto a la validación cruzada del instrumento, en ésta se puede observar que el 100% (N=184) de los participantes
fueron agrupados correctamente, de acuerdo con su agrupación original: con baja o alta autoeficacia percibida.

Resultados en la Muestra de Mujeres: como ya se señaló, el método de análisis discriminante empleado fue el de pasos
por pasos (stepwise). En esta muestra se necesitaron 9 pasos, en el que entraron el mismo número de reactivos.

En la función discriminante se observó una correlación canónica (R = .951), con un eigenvalue de 9.419 y una varianza
explicada de 100 %. El valor de la correlación canónica (próxima a 1) demuestra que la función discriminante logra diferenciar
adecuadamente la media de los dos grupos: nivel alto y nivel bajo de autoeficacia.

El valor de Lambda de Wilkins fue de 0.096 e indica que para la función discriminante, en gran medida se explica la
pertenencia de un participante a alguno de los dos grupos (autoeficacia alta o baja). Así también, este valor explica que
la mayor parte de la variabilidad se produce entre los grupos y no dentro de los mismos, indicador de que el conjunto
de variables independientes es adecuado para construir la función discriminante. Es importante resaltar que la función

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discriminante obtuvo una chi cuadrada de 462.861, con 9 grados de libertad, y resultó estadísticamente significativa a nivel
de 0.001.

Ahora bien, los coeficientes estandarizados de la función canónica discriminante, permitieron identificar a los reactivos que
más contribuyeron a diferenciar a los grupos de alta y baja autoeficacia en las mujeres. Cabe destacar que cinco de los
reactivos corresponden a la autoeficacia relacionada con el control de peso en relación con los hábitos de alimentación y
cuatro a autoeficacia relacionada con actividad física, particularmente con estímulos internos.

Los centroides indican que la distancia entre la media del grupo de nivel alto y la media del grupo de nivel bajo de
autoeficacia corresponde aproximadamente 5 unidades de desviación estándar.

La validación cruzada del instrumento, en ésta se puede observar que el 100% (N=204) de las participantes fueron
agrupadas correctamente, de acuerdo con su agrupación original: con baja o alta autoeficacia percibida.

A manera de conclusión, se puede afirmar que los resultados de este estudio confirman que la versión mexicana del
Inventario de Autoficacia para Control de Peso y Actividad Física muestra un instrumento con la capacidad de discriminar
entre niveles altos y bajos de autoeficacia en hombres y mujeres.

Las conclusiones principales derivadas de los resultados son: a) La función discriminante calculada permitió diferenciar a
los hombres y mujeres con baja y alta autoeficacia, con una capacidad de pronóstico del 100% en la muestra de estudio. b)
Los factores de control de peso y actividad física con mayor contribución a las diferencias entre los grupos, en la muestra
de hombres fueron los relacionados con el control de peso y hábitos de alimentación saludables y no saludables; y en la
muestra de mujeres, se presentó el control de peso relacionado con los hábitos de alimentación y la realización de actividad
física con estímulos internos. c) La inclusión de análisis de instrumentos como la función discriminante calculada en este
estudio podría favorecer la generación de estrategias de intervención preventivas del sobrepeso y la obesidad.

Correo electrónico: remar64@yahoo.com.mx

Comparación de factores de riesgo asociados con trastornos alimentarios en dos


modalidades de educación secundaria (internamiento y tradicional)
Dr. Rodrigo Leon Hernandez*, Dra. Gilda Gomez Peresmtre*, Montserrath Peña Toledo**,
Lic. Silvia Platas Acevedo* y Lic. Dolores González Xolalpa
*Universidad Nacional Autónoma de México
**Centro Internacional de Estudios Superiores de Morelos

Descriptores: Trastornos de la conducta alimentaria, imagen corporal, autoatribución, internado escolar, mujeres

El estudio de los Trastornos de la Conducta Alimentaria se ha convertido en un área de especial relevancia debido a las
consecuencias en la salud de los afectados, sus familias y el sistema socio-sanitario. Un área de interés primordial entre los
investigadores se refiere al estudio de los factores de riesgo, ya que se documenta el comportamiento de dichos factores
en determinada población, y además, se contribuye al ámbito de la prevención.

Entre los factores de riesgo más estudiados se encuentran los asociados con alimentación (práctica de ayuno, dieta restringida
y conducta alimentaria compulsiva), imagen corporal (interiorización del ideal de delgadez, alteración e insatisfacción con
la propia imagen) y personalidad (baja autoestima, autoatribución, perfeccionismo e impulsividad). En México, distintos
estudios han constatado la presencia de estos factores en edad adolescente (punto pico de riesgo entre los 11 y 12 años) y
principalmente entre las mujeres, incluso algunos autores señalan que tanto la dieta restringida como el ideal de delgadez
se han convertido en conductas normativas debido a los altos índices encontrados en muestras mexicanas.

Por otra parte, cabe mencionar que algunas características de personalidad pueden estar relacionadas directamente con
la imagen corporal y con la conducta alimentaria anormal.

Siguiendo esta premisa, una persona perfeccionista y/o con autoestima baja, puede desarrollar alteraciones con la imagen
corporal e involucrarse en conductas alimentarias dañinas si su valía personal se centra exclusivamente en el cuerpo. De
igual forma, se afirma que factores cognitivos tales como las autoatribuciones, están relacionadas directamente con la
percepción evaluativa de cada persona y por tanto, con la imagen corporal. Al respecto, investigaciones preliminares han
demostrado que a menores autoatribuciones positivas mayor insatisfacción con la imagen corporal.

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El estudio de los factores de riesgo también se ha extendido a los llamados grupos de riesgo, que se distinguen por
ubicarse en circunstancias que potencializan el desarrollo de dichos factores, y por tanto maximizan la probabilidad de un
trastorno de la conducta alimentaria. Estos grupos están identificados en algunas disciplinas deportivas (gimnasia, natación,
danza, etc.,) actividades profesionales (modelos, diseñadores, artistas, etc.,) y en distintas situaciones que representan
una excesiva presión social hacia la delgadez.

Con base en lo anterior, los objetivos del presente estudio fueron: 1) explorar la relación entre los factores de riesgo
asociados con la imagen corporal y autoatribuciones, y 2) comparar la magnitud de los factores de riesgo asociados con
imagen corporal y autoatribuciones en dos modalidades de educación secundaria (sistema de internamiento y sistema
tradicional) en mujeres adolescentes mexicanas.

La muestra estuvo formada por N=100 adolescentes mujeres (rango de edad entre 12 y 14 años) estudiantes de una
secundaria pública de Cuernavaca-Morelos en la cual existen dos modalidades educativas: sistema de internamiento y
sistema tradicional. La muestra total se dividió dos grupos: n1=36 adolescentes de sistema educativo tradicional y 64
adolescentes de sistema educativo de internamiento. El muestreo fue Intencional, no probalístico. El diseño de investigación
fue no experimental de campo y transversal.

Las características que distinguen a ambos grupos es que en sistema tradicional las estudiantes asisten a la institución de
lunes a viernes en el horario tradicional (7am -3pm), por su parte, las adolescentes que cursan el sistema de internamiento
permanecen en la institución desde el domingo por la tarde hasta el viernes.

Procedimiento: Se solicitó la autorización a los directivos de la escuela secundaria técnica No1 de la ciudad de Cuernavaca,
se aplicó el Cuestionario de alimentación y salud versión adolescentes mujeres en forma colectiva. El instrumento cuenta
con las características psicométricas adecuadas. Las variables de interés fueron: atributos positivos, atributos negativos,
figura ideal delgada e insatisfacción con la imagen corporal.

Resultados
Los resultados mostraron correlaciones estadísticamente significativa (r de Pearson) entre las variables autoatribución
negativa e insatisfacción con la imagen corporal, tanto en el grupo de modalidad educativa tradicional (r=0.47 p< 0.01)
como en el grupo de modalidad internado (r= 0.38 p< 0.01).

De igual manera, se observaron correlaciones entre las variables autoatribución negativa y figura ideal delgada, para
ambas modalidades educativas (externo r=0.38 p<0.05 e interno r=.25 p<0.05).
El siguiente análisis que tuvo como propósito realizar comparaciones (t de student) entre ambas modalidades educativas
(internas vs tradicional) detectó diferencias estadísticamente significativos en las variables autoatribución negativa (t
(98)=5.44 p< 0.001), insatisfacción con la imagen corporal (t (98)=3.78 p< 0.001) y figura ideal delgada (t (98=4.05, p<
0.001). La dirección de las medias indica que el grupo de sistema de internamiento muestra mayor autoatribución negativa,
mayor insatisfacción con la imagen y elección de figura ideal más delgada en comparación con la modalidad tradicional.

Conclusiones
Con base en los resultados se puede concluir que entre las adolescentes estudiantes de secundaria, existe una relación
estadísticamente significativa entre autoatribuciones positivas y los factores de riesgo asociados con una imagen corporal
negativa (figura ideal delga e insatisfacción con la propia imagen), fenómeno que había sido documentado en estudios
anteriores. Esta relación esta presente en ambos sistemas educativos (internamiento y tradicional).

El resultado de mayor relevancia se obtuvo al comparar los dos sistemas educativos. Se observó que las adolescente
que cursan la educación secundaria en un sistema de internado presentan mayor riesgo asociado con imagen corporal
negativa y autoatribuciones negativas al compararlas con adolescentes que cursan en un sistema tradicional. Este hallazgo
pudiera ser explicado por el hecho de que las adolescentes que cursan en el sistema de internado pasan la mayor parte
de la semana en contacto con sus pares, ambiente que genera mayor presión hacia la delgadez, comparación social y
competencia, además tienen poco contacto con el seno familiar. Los resultados sugieren continuar explorando esta línea
de investigación. Sin embargo este hallazgo indica que el sistema educativo de internados podría constituir por sí mismo,
un factor de riesgo asociado a los TCA.

Correo electrónico: rodriras@hotmail.com

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IMC reportado, IMC real e imagen corporal en función del género en universitarios de la frontera norte
Dra. Gisela Pineda Garcia y Mtra. Clementina Garcia Martinez
UABC

Descriptores: Peso corporal, imagen corporal, estudiantes, frontera, género

Además de los trastornos alimentarios, el índice de masa corporal (IMC) y las actitudes hacia el cuerpo (insatisfacción y
trastorno de la imagen corporal), producto de la interiorización de una figura corporal delgada, también se reconocen como
factores de riesgo en la alteración de la conducta reconocida como trastornos de la conducta alimentaria (TCA) (Saucedo-
Molina. & Unikel 2010). Gular y Crispo (2000) y Ronen y Ayelet (2004) señalan que muchas adolescentes e inclusive
mujeres adultas, desarrollan distorsión de su imagen corporal, no sólo por factores sociales sino psicológicos que no les
permiten estar conformes con lo que son, por lo que buscan numerosas formas de encontrarse, llegando a desarrollar
trastornos alimentarios; lo anterior se confirma con diversos estudios que han demostrado que la imagen corporal (IC) es
un buen predictor de los trastornos alimentarios (Montero, Morales y Carbajal, 2004).

En una investigación previa que giró en torno a la influencia conjunta ejercida del IMC y el sexo sobre el comportamiento
de la variable alteración de la imagen corporal en estudiantes de bachillerato (14 a 24 años), se encontró que el grupo de
hombres con sobrepeso y obesidad alteraron en mayor grado la percepción de su cuerpo, subestimando su peso (se veían
más delgados) en comparación con los de bajo peso quienes lo sobreestimaban (se veían más gruesos) (León, Gómez –
Peresmitré, Pineda, y Platas, 2002).

De tal manera que, los objetivos del presente trabajo fueron 1) indagar la distribución de IMC en una muestra de estudiantes
universitarios de Baja California, 2) conocer la relación entre el IMC real (obtenido con medidas objetivas) y el IMC reportado
(a partir de los pesos y estaturas expresados por los participantes), 3) examinar la alteración de la imagen corporal por sexo
y 4) Indagar sobre la relación entre el IMC y la alteración de la imagen corporal en ambos sexos.

Participantes: se trabajó con una muestra de 139 estudiantes de una universidad pública de la ciudad de Ensenada Baja
California, con una media de edad general de 23 años (s=6). Los promedios de edad por sexo fueron: hombres, 22.82 (4.8)
y mujeres, 23.48 (7.1). Se utilizó una muestra probabilística estratificada.

Aparatos instrumentos.
Para pesar y medir se utilizó una bascula electrónica marca Tanita con precisión de 0.1kg y un estadímetro marca Seca.
Se utilizó el cuestionario de alimentación y salud (Gómez-Peresmitré, 2010) El instrumento tuvo un alpha de Cronbach de
.85.

Procedimiento.
De un listado de todos los grupos de las carreras: actividad física y deporte, administración de empresas, artes plásticas,
contador público, ciencias de la educación, ciencias de la comunicación, derecho, informática, medicina, psicología y
sociología, de una universidad pública del estado de Baja California se seleccionó una muestra de manera aleatoria a la
que se le aplicó el cuestionario de alimentación y salud; posteriormente se pesó y midió a cada uno de los participantes.
Se siguieron los criterios éticos de la investigación en psicología (SMP, 2004).

Resultados.
1. Se encontró en la muestra total que el porcentaje más alto tenía un IMC correspondiente a la categoría de peso normal
(63%), llama la atención que no se encontró ningún caso de desnutrición, las cifras correspondientes a sobrepeso, obesidad
y obesidad severa fueron: 18%, 12% y 4% respectivamente. El análisis descriptivo por sexo reflejó que si bien el más
alto porcentaje de ambos grupos presentó normopeso, fueron los hombres (33%) los que presentaron mayor porcentaje
de sobrepeso que las mujeres (18%). Al analizar los valores de obesidad no se observan diferencias notables entre los
grupos (hombres = 13%, mujeres= 12% ); sin embargo se resalta que hubo un pequeño porcentaje de universitarias con
obesidad severa (4%), no así entre los hombres (0%). Las diferencias fueron no estadísticamente significativas (t(136)=-
.072, p=.943). La media de IMC real de hombres fue: 24.79 (s= 3.9) y para las mujeres fue de 24.86 (s 5.9).

2. Los valores de la correlación de Pearson indicaron una baja asociación entre el IMC real y el IMC percibido en los datos de
la muestra total (r=IMCRP .232, p=.009). Sorprendentemente por sexo, se encontró una alta correlación significativa entre
los valores reales y percibidos en las mujeres (r=IMCRP .885, p=.000), no así en el sexo masculino donde la asociación
entre los índices reales y reportados fue baja y no estadísticamente significativa (r=IMCRP .135, p=.349).

3. Al indagar sobre la alteración en función del sexo: el 47% de los hombres no presentó alteración, ven sus cuerpos

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tal como son; el 45.3% presentó subestimación en grado 1 y el 7.5% en grado 2. Entre las mujeres el 58% no presentó
alteración, el 35.4% presentó subestimación y el 6.1% presentó sobreestimación (se perciben con mayor volumen del que
poseen=. 4) Se encontró que los hombres con sobrepeso y obesidad fueron los que mostraron mayor alteración de la
imagen.

Conclusiones
El primer objetivo pretendió conocer la distribución del IMC entre los participantes de la muestra, las cifras aquí encontradas
no coinciden con las reportadas por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2006), que reporta altos y
exagerados niveles de sobrepeso y obesidad en Baja California (68%), mientras que en nuestro estudio se encontró
porcentajes muy por debajo de esos valores (38%). Sin embargo, se coincide con la ENSANUT en el hecho de que existe
mayor sobrepeso en hombres, mientras que en mujeres ligeramente mayor obesidad.

Tomando en cuenta el segundo objetivo, se encontró una relación alta y estadísticamente significativa entre el IMC real y
el reportado en la muestra de mujeres (.88), este dato coincide con el obtenido por Sánchez, Moral y Cantú (2008) con una
asociación de .95. Estos datos permiten sugerir el uso de los pesos y estaturas reportadas para la obtención del IMC en las
mujeres, no así para los hombres quienes manifiestan baja correlación entre sus IMC real y percibido (.35), de hecho éstos
son los que más alteraron su imagen corporal, especialmente los que tenían sobrepeso y obesidad quienes subestimaron
su peso, coincidiendo con León et al. (2002) quienes encontraron en los bachilleres obesos este fenómeno.

Correo electrónico: gis_es_pg@hotmail.com

Adaptación del inventario de autoeficacia percibida como propósito de control de peso en preadolescentes
Lic. Silvia Platas Acevedo, Dra. Gilda Gomez Peresmitre*, Dr. Rodrigo Leon Hernandez**,
Lic. Dolores Gonzalez Xolalpa* y Dra. Gisela Pineda García***
*Universidad Nacional Autónoma de México
**Escuela de Sietetica y Nutrición del ISSSTE
***UABC

Descriptores: Obesidad, adolescentes, autoeficacia, validez predictiva, DF

La autoeficacia es una variable que explica como las personas adquieren y mantienen determinadas pautas de conducta,
ha mostrado ser un excelente predictor de éxito; es el mejor indicador de las capacidades de adaptación a las demandas
vitales que influyen en el bienestar psicológico de los individuos.

Para que una persona realice conductas saludables, logre mantenerlas a largo plazo y obtenga un cambio permanente en
su salud física y emocional debe reunir ciertos factores, por ejemplo:
a) La creencia de que un cambio de conducta puede mejorar su estado actual.
b) La confianza en su capacidad para adoptar conductas benéficas y/o dejar de practicar aquellas que resulten desfavorables
para su salud, es decir, la autoeficacia (Román, Díaz, Cárdenas y Lugli, 2007).
c) Habilidades reales para ejecutar dichas acciones.
d) El conocimiento pertinente de las actividades que debe realizar.
e) Los recursos materiales necesarios para su actuación.

Basados en la Teoría de la autoeficacia se espera que los individuos que confían en sus habilidades (alta autoeficacia)
intensifican el esfuerzo y la perseverancia invertida en la realización de actividades para lograr perder o mantener su peso
corporal, como actividad física y controlar su ingesta. Mientras que aquellos que desconfían de sus capacidades (baja
autoeficacia), tienden a sentirse intimidados y llegan a desmotivarse en la realización de un cambio en su dieta y en adoptar
una rutina de ejercicios físicos para bajar de peso.

Objetivo. Probar las propiedades psicométricas de instrumentos (autoeficacia, y actividad física) que permitan identificar
estilos de vida de los preadolescentes.

Diseño
El diseño corresponde a un estudio de campo, correlacional y transversal.

La muestra quedó formada por N=806 preadolescentes estudiantes del 4º 5º y 6º grado de primaria, provenientes de
escuelas públicas y privadas del DF y zona conurbada que decidieron participar en la investigación.

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Instrumento
Se utilizó el instrumento de autoeficacia (Román, Díaz, Cárdenas & Lugli, 2007) analizándose sus reactivos, como primer
paso, para efectos de adaptarlos al español que se habla en México y a la edad de los participantes.

Procedimiento
Se acudió a las escuelas primarias públicas del D. F. y zonas conurbadas solicitando la autorización correspondiente a las
autoridades de los planteles para la aplicación de los instrumentos a los estudiantes de 4º 5º y 6º grado de primaria.

Se les informó a las autoridades, y participantes acerca de los objetivos de la investigación. De igual manera se señaló que
la aplicación se haría en grupos y que el manejo de los datos era confidencial y con fines de investigación (consideraciones
éticas).

Los instrumentos fueron aplicados en los salones de clases por encuestadoras que fueron entrenadas con anterioridad. La
aplicación de la encuesta se llevó aproximadamente 40 minutos por grupo.
Resultados
Para explorar la estructura factorial del instrumento en estudio y obtener la validez de constructo, se aplicó un Análisis
Factorial de Componentes Principales y Rotación VARIMAX por sexo(hombres y mujeres). La conveniencia de aplicar el
análisis factorial se sustenta en la prueba de esfericidad da Bartlett para ambos factoriales fueron de p=.000 y la prueba
de Kaiser Meyer Olkin (KMO) que resultó de 0.90 para mujeres y 0.89 para hombres. Ambos criterios sugieren que puede
llevarse a cabo el análisis factorial.

El análisis de los Componentes Principales arrojó 10 factores para ambos grupos. Los criterios empleados para determinar
la existencia de factores fueron los siguientes: 1) carga factorial ≥ 0 .40; 2) para variables cargadas en más de un factor,
se ubicarán de acuerdo con el mayor valor de carga factorial o con el factor con el que tenga congruencia teórica y 3) para
declarar la existencia de un factor deberán agruparse al menos tres variables

Análisis Factorial Confirmatorio


Con base en el alpha obtenida para cada factor, se decidió excluir los factores 5, 6, 7, 8, 9 y 10 de cada factorial debido a
que no cumplieron con los criterios establecidos para este tipo de análisis. Se procedió a obtener nuevamente el análisis
factorial con la restricción de que solo arrojará 4 factores el programa., con un mínimo de 3 variables por factor, con cargas
factoriales mayor a .40 y un alpha >.60

El factor 1 “Actividad física programada” del factorial de mujeres explico 21.4% de la varianza explicada y consto de 9
reactivos con un alpha =.79; mientras que el factor 1 en el factorial de hombres correspondió a “Actividad física y estímulos
internos” explico el 21.4 % de la varianza explicada consto de 10 reactivos y un alpha de .75.

El factor 2 para mujeres correspondió a “alimentación saludable “ y consta de 8 reactivos explicando el 3.6 % de la varianza
y tuvo un alpha de .78 . Para hombres el factor 2 consto de 10 reactivos y tuvo un 3.8 % de varianza explicada y un alpha
=.80

El factor 3explico el 3.6 % de la varianza y consta de 6 reactivos y tuvo un alpha de .62 . Para hombres consto de 8
reactivos y explico el 3.6 % de varianza y tuvo un alpha de .78

El factor 4 “control de peso” explicó el 3.2 % de la varianza y consta de 6 reactivos con un alpha. .61.Para hombres “control
de peso” constó de 5 reactivos y explico el 2.8% de la varianza explicadaz. con un alpha de .62

Análisis de Confiabilidad de la escala


El instrumento fue sometido a un análisis de consistencia interna el cual se realizó a través del coeficiente alpha de
Cronbach cuyo valor obtenido fue alpha = 0.87 para mujeres y en el caso de hombres fue de .89

Discusión y Conclusiones
La escala desarrollada tiene validez y confiabilidad adecuadas, lo que permite proponerla como un buen indicador de la
autoeficacia hacia la actividad física y el control de peso en niños y adolescentes, lo cual es importante en el desarrollo
de programas cuyo objetivo sea fomentar dicha conducta en este grupo de edad. Así mismo, para ser considerados como
elementos básicos en los programas conductuales para el tratamiento de la obesidad.

Correo electrónico: romsip@yahoo.com.mx

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Factores de riesgo para trastornos alimentarios en mujeres adolescentes mexicanas dietantes y no dietantes
Dra. Rosalia Rodriguez de Elias y Dra. Gilda Gomez Peresmitre
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Factores de riesgo, trastornos alimentarios, dieta, adolescentes, salud

Existen diferentes modelos teóricos que explican la etiología de los trastornos de la conducta alimentaria. A pesar de las
diferencias existentes entre ellos, coinciden en que son enfermedades multicausales, que surgen a partir de una combinación
de factores de riesgo específicos y generales (Striegel-Moore & Steiner-Adair, 2000). Gómez Peresmitré (1997) propone que
aquellos factores asociados con la imagen corporal son la actitud hacia la obesidad, la insatisfacción corporal, la alteración
de la imagen corporal, la preocupación por el peso y la comida, así como la figura ideal. Se considera que los factores de
riesgo asociados con conducta alimentaria son, principalmente, la dieta restringida, la conducta alimentaria compulsiva y los
atracones (Gómez Peresmitré, Saucedo y Unikel, 2001). Diversos autores plantean que la dieta restringida es un factor de
riesgo causal para un trastorno alimentario (Polivy & Herman, 1993; Stice, 2001; Striegel-Moore-1993). Las investigaciones
acerca de factores de riesgo para trastornos de la conducta alimentaria en México, han abarcado muestras de niños,
pre-púberes, púberes, adolescentes y adultos jóvenes. En varios estudios se ha detectado la presencia de seguimiento
de dieta restringida en edades tempranas (Gómez Peresmitré & Ávila, 1998). Gómez Peresmitré, Pineda, L´Esperance,
Hernández, Platas y León (2002) encontraron que existe cierta relación entre el seguimiento de dieta restringida y la
conducta alimentaria compulsiva o de sobreingesta en una muestra de adolescentes, confirmando hallazgos reportados
en la literatura internacional. Debido a lo señalado por diversos autores, llevar a cabo conductas dietarias puede significar
un mayor nivel de riesgo de presentar un trastorno de la conducta alimentaria. La descompensación calórica incrementa
el riesgo de desarrollar el trastorno por atracón y la bulimia nervosa (Polivy & Herman, 1985), contribuyendo también,
posteriormente, al mantenimiento del trastorno por atracón (Fairburn, 1997). La práctica dietaria establece un cambio del
individuo a confiar más en el control cognoscitivo en lugar de hacerlo en el control fisiológico sobre la conducta alimentaria,
lo que lo deja vulnerable al individuo cuando dichos procesos cognoscitivos son alterados, ya que se desinhibe la conducta
alimentaria (Stice, 2002).

Además, la dieta restringida puede contribuir al afecto negativo (por ejemplo, ansiedad, depresión, etc.) lo que incrementa la
posibilidad de que un individuo caiga en conductas alimentarias compulsivas que tienen como propósito mejorar su estado
de ánimo (Stice, 2002). Dado lo anterior, el propósito de este estudio fue identificar si existían diferencias en los niveles de
riesgo de algunos factores asociados con imagen corporal, conducta alimentaria y socioculturales (influencia de la publicidad)
en mujeres adolescentes mexicanas dietantes y no dietantes. Se trabajó con una muestra de N=172 mujeres adolescentes,
estudiantes de primer y segundo año de secundaria de una escuela pública ubicada en la zona sur del Distrito Federal. La
edad de las participantes osciló entre los 11 y los 16 años, ubicándose la media en 12.82 (D.E.=0.92). Se utilizaron dos
instrumentos: el Cuestionario sobre Alimentación y Salud (Gómez Peresmitré, 1998), y el factor Influencia de la Publicidad
(versión adolescentes; Rodríguez, 2008) del Cuestionario sobre Influencias del Modelo Estético Corporal (Toro, Salamero
y Martínez, 1994). La Escala de Factores de Riesgo asociados con Trastornos Alimentarios contenida en el Cuestionario
sobre Alimentación y Salud (EFRATA, versión para mujeres) tiene un alfa general de .90 y evalúa, entre otros, los siguientes
factores: el factor conducta alimentaria compulsiva, compuesto por 14 preguntas (alfa=0.90); y el factor 2 con nueve items
que pueden identificarse como preocupación por el peso y la comida (alfa=0.82). El factor influencia de la publicidad cuenta
con un índice de consistencia interna aceptable (alfa=0.82). Los instrumentos fueron aplicados de manera colectiva en los
salones de clase, bajo los lineamientos éticos marcados para la investigación en Psicología (SMP, 2002). La muestra se
dividió en dos grupos: dietantes y no dietantes. Para efectos de esta investigación se consideraron dietantes aquellas que
habían realizado dieta en algún momento de su vida como método de control de peso. Se consideró como no dietantes a
aquellas adolescentes que reportaron no haber recurrido a esa práctica hasta el momento de la aplicación. Se procedió a la
comparación de grupos mediante la prueba t de Student para muestras independientes respecto a los siguientes factores
de riesgo: figura ideal, insatisfacción corporal, preocupación por el peso y la comida, conducta alimentaria compulsiva e
influencia de la publicidad. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en las variables: preocupación por el
peso y la comida (t=-4.46, p=.000), conducta alimentaria compulsiva (t=-2.09, p=.038), e influencia de la publicidad (t=-4.77,
p=.000). En dichos factores de riesgo, las medias indican un mayor nivel de riesgo para el grupo de adolescentes dietantes.
Se considera que los resultados de este estudio contribuyen a incrementar la información existente acerca de los factores
de riesgo para trastornos de la conducta alimentaria en México. Coincidentemente con lo propuesto por otros autores, las
adolescentes dietantes presentan un mayor nivel de riesgo en contraste con aquellas que no habían recurrido a esta práctica.
Sin embargo, es necesario realizar réplicas de este estudio para confirmar los hallazgos, trabajar con muestras de mayor
tamaño e incorporar otros factores de riesgo: índice de masa corporal, afecto negativo, presiones socioculturales hacia la
delgadez, etc. Cabe mencionar que los resultados de este estudio proporcionan información útil al tener implicaciones en el
campo de la prevención.

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Simposio Invitado
El daño que causa quererte: celos, infidelidad y conflicto
Coordinadora: Dra. Sofía Rivera Aragón
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Conflicto, celos, infidelidad, pareja, género

Las relaciones de pareja son un espacio en el cual todo parecería belleza y satisfacción, sin embargo el paso del tiempo,
los hijos, la insatisfacción en la relación, los desacuerdos, la monotonía, etc. generan situaciones que van deteriorando
las relaciones. Así, este simposio interconecta tres elementos sustanciales en el lado oscuro de toda relación, el conflicto,
los celos y la infidelidad. De tal forma que cual galería de museo, se exponen diversas situaciones vinculadas a estos
constructos, por un lado se habla del poder y los celos, de cómo la persona celada controla la situación a través de
ellos y de cómo la persona celosa manipula a través de ellos. Así también se perfila a la persona infiel a través de sus
características vinculadas a género. Posteriormente se habla de cómo las explicaciones que damos a un hecho pueden
definir el impacto negativo de la conducta o incrementarlo, situación que hace que expliquemos de diferentes formas
porqué una persona es infiel.

Por otro lado se habla del conflicto, aspecto que se vincula a una infinidad de situaciones, pero no se sabe si como
consecuente o como antecedente. De esta forma se ve como la preparación y la edad, diferencian el tipo e intensidad
de los conflictos. Finalmente se habla de cómo el conflicto en mujeres lleva a problemas de infidelidad, y a una conducta
sertiva indirecta. De esta manera se hará un recorrido a través de aquellas fuentes que describen el lado negativo de una
relación.

Celos y poder en la pareja


Dra. Sofía Rivera Aragón, Dr. Rolando Díaz Loving, Carla Pérez Martínez y Beatriz López Portillo
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Celos, podes, estilos, pareja, sexo

Riggs (1993) y Willick (1994) consideran que una de las principales razones de contrariedad entre las parejas dado su
capacidad de generar respuestas emocionales intensas, es el tópico de los Celos, lo cual conlleva a experimentar emociones
negativas que dañan sus relaciones (Daly & Wilson, 1988).

Sagarin y Guadagno (2004) postulan que los celos son experimentados en muchas formas, pero estos incluyen el miedo a
la pérdida, el enojo por traición e inseguridad, existiendo diferencias en cómo un hombre y una mujer sienten celos.

Asimismo, diversos autores (Arnold, 1960; Clanton & Smith, 1981; Panksepp, 1982; Plutchik, 1980; Sharpsteen, 1991;
Smith, Kim & Parrot, 1988 en Romero & Rivera, 2006) han identificado al enojo, miedo y tristeza como las emociones
centrales al experimentar celos, lo cual se vincula con la percepción de bienestar o malestar del individuo dentro de la
relación.

Buunk y Dijkstra (2004) mencionan que cuando los individuos experimentan celos de manera preventiva pueden hacerlo
para proteger la exclusividad emocional y sexual que hay en la pareja, lo que se logra anticipándose a y vigilando todo lo
que hace la pareja.

Por otra parte, la forma en que se distribuye y se ejerce el poder en la sociedad está mediada, entre otras características, por
la raza, la clase social, la orientación sexual y el género. Existe evidencia, por ejemplo, de que los hombres generalmente
poseen altos niveles de poder de mando, mientras que las mujeres poseen altos niveles de poder de referencia en
comparación con los hombres (Carli, 1999; Rivera & Díaz Loving, 2002). Así si esto se vincula a los celos, se puede decir
que tanto el celado como el celoso, pueden usar a los celos como una forma de poder, el celado, provocándolos y el celoso,
cobrándose, la afrenta provocada por el celado.

Mondillon, Niendenthal, Brauer, Rohmann, Dalle y Uchida (2005) mencionan que el concepto de poder difiere a través de
los países y predice las emociones negativas como los celos, que son producidas o reguladas por personas poderosas.

Con el objetivo de conocer si los celos están vinculados al poder, se estudiaron a 400 personas voluntarias, 200 hombres
y 200 mujeres, con un promedio de edad de 38.3 años (D.S.= 10.85). En cuanto al estado civil el 74% eran casados, con

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un promedio de 14.6 años de tiempo en la relación (D.S.= 9.5) y 2 hijos en promedio. Para evaluar los constructos se
aplicaron dos instrumentos, el primero de ellos, fue el Inventario Mutidimensional de Celos (Díaz Loving, Rivera & Flores,
1989), el cual está compuesto por 12 factores. Dichos factores fueron divididos en dos dimensiones, los primeros 6 factores
corresponden al área denominada emociones y sentimientos y los 6 factores restantes a la dimensión de cogniciones y
estilos. El segundo fue la escala de estilos de poder (Rivera, 2000) que consta de 8 factores.

Los resultados muestran que en general cuando hay estilos de poder negativo hay mayores emociones y cogniciones
negativas por celos, no obstante cuando los estilos de poder son positivos, están emociones se reducen. Específicamente
en el caso de los hombres, aquellos que tienen un estilo autoritario de poder, sienten más enojo (r=.162; p≤.05), mas control
(r=.146; p≤.05), mayor obsesión (r=.146; p≤.05), mayor intriga (r=.166; p≤.05) y mayor desconfianza (r=.194; p≤.05) hacia
la pareja cuando sienten celos. Cuando son negociadores hay menor enojo (r=-.139; p≤.05), menor intriga (r=-.146; p≤.05).
Cuando son conciliadores se reducen las emociones negativas (r=-.144; p≤.05), menor enojo (r=-188; p≤.05), menor temor
(r=-.142; p≤.05), menor obsesión (r=-.147; p≤.05) y menor intriga (r=-140.194; p≤.05).

En el caso de las mujeres, el estilo autoritario es el que presenta las correlaciones más altas, observando que cuando este
estilo está presente se aumentan las emociones negativas (r=.327; p≤.01) el enojo (r=.337; p≤.01), las actitudes negativas
(r=.183; p≤.01), el dolor (r=.146; p≤.05), el control (r=.242; p≤.01), el temor (r=.277; p≤.01), la obsesión de la pareja (r=.308;
p≤.01), la suspicacia e intriga (r=.296; p≤.01), la frustración (r=.207; p≤.01) y la desconfianza (r=.222; p≤.01). En los estilos
de poder restantes presentan un comportamiento similar a los hombres.

Los datos encontrados apuntan por un lado a que el estilo de poder negativo siempre provocará una reacción negativa
(Rivera & Díaz Loving, 2002), en este caso en la persona que lo ejerce. Por otro lado se observa que a las mujeres les
afecta más en las emociones que sienten por celos cuando el estilo es autoritario, esto implica que cuando una mujer
es rígida e impositiva y siente que pierde el control por celos, se torna más sensible a la situación, quizá porque es la
única situación que rompe su apariencia, ya que en los sentimientos por celos se encuentran entramadas emociones que
entrelazan y sumen al individuo en una caída sin retorno, a menos que estas emociones se autorregulen.

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Infidelidad y género
Dr. Rolando Díaz-Loving, Dra. Sofía Rivera Aragón,
Mtro. Gerardo Benjamín Tonatiuh Villanueva Orozco y Ana María Verde Martínez
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Infidelidad, género, pareja, masculinidad, feminidad

El interés por explorar las dimensiones psicológicas de la masculinidad-feminidad ha desembocado en una ardua búsqueda
a través de la evolución y de las culturas de los rasgos prototípicos y estereotípicos de hombres y mujeres.

Hombres y mujeres, debido a la variedad de experiencias aprendidas que tienen, desarrollan diferentes actitudes acerca
de las conductas apropiadas en las relaciones. Estas actitudes son factores importantes para entender las respuestas que
dan estos hombres y mujeres ante las potenciales crisis de la pareja.

Las normas y roles de género dominantes en un contexto ideológico van a determinar la percepción que ellas y ellos
poseen de sus compañeros, creando diferentes expectativas ante el comportamiento social del sexo opuesto (Eagly, 1987).
Hombres y mujeres actúan de acuerdo a los conceptos de feminidad y masculinidad dominantes en su cultura y que han
internalizado. El género es, por tanto, una construcción social responsable de las creencias aprendidas sobre el papel
tradicional de hombres y mujeres (Hupka & Bank, 1996).

Las diferencias entre hombres y mujeres ante el tipo de infidelidad, sexual o emocional, son estudiadas principalmente por
dos grandes teorías: la sociocultural (DeSteno & Salovey, 1996; Harris & Christenfeld, 1996; Hupka, 1981) y la evolutiva
(Buss, 1989; Buss, Larsen, Western & Semmelroth; Buunk, Angleitner, Oubaid & Buss, 1996). La teoría evolutiva defiende
la mayor preocupación masculina ante la infidelidad sexual y un mayor malestar femenino ante la emocional, bajo la
argumentación de la herencia evolutiva; la perspectiva sociocultural plantea la función social de los celos: preservar los
derechos de propiedad según los ha definido una cultura, en un momento histórico concreto.

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


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Becker, Sagarin, Guadagno, Millevoi y Nicastle (2004) encontraron en su estudio que las personas que sufren una
infidelidad agrupan sus respuestas emocionales dentro de los siguientes 4 tipos: celos, enojo, dolor y disgusto. Los autores
encontraron que tanto hombres como mujeres reportan el dolor como la respuesta emocional más fuerte en reacción a
una infidelidad, siendo que el aspecto emocional de la infidelidad es considerado el peor. También encontraron que ambos
sexos están de acuerdo en que el aspecto sexual de la infidelidad crea mayor enojo y angustia que el aspecto emocional.

Tomando en cuenta que la infidelidad se ve matizada por el género, el objetivo de la investigación fue conocer como
se relacionaban estas variables. Se investigó a 600 personas voluntarias, 299 hombres y 301 mujeres, con una edad
promedio de 39.3 años (D.E.= 10.7), la mayoría casados (77.3%), con un promedio de 15.3 años en la relación (DE.=
9.94) y un promedio de 2 hijos. Se les aplicó el Inventario de Instrumentalidad-Expresividad de Díaz Loving, Rocha y
Rivera (2004), este cuenta con cuatro áreas: Instrumental Positiva, la cual consta de 3 factores: Instrumental Cooperativa,
Orientada al Logro, Egocéntrica; y el Área Instrumental Negativa, en la cual aparecen tres factores: Machismo Autoritaria-
Manipuladora. Rebelde. Así mismo el área expresiva positiva, con los factores expresiva-afiliativa, romántica-soñadora y el
área de expresividad negativa, con los factores: emocional negativa, vulnerabilidad emocional y expresiva-pasiva.

De esta forma, los resultados muestran que a mayor infidelidad sexual en los hombres menos cooperativos (r=-.130; p≤.05)
y menos expresivos-afiliativos (r=-.238; p≤.01), y más machistas (r=.123; p≤.05). En cuanto a la infidelidad emocional,
cuanto más se incrementa esta, mas egocéntricos ((r=.120; p≤.05), machistas (r=.118; p≤.05) y menos expresivos-afiliativos
(r=-.156; p≤.01).

Para la mujeres, los resultados muestran que a mayor infidelidad sexual menos cooperativas (r=-.148; p≤.05), menos
orientadas al logro (r=-.122; p≤.05) y menos expresivas-afiliativas (r=-.238; p≤.01), y más machistas (r=.123; p≤.05). En
cuanto a la infidelidad emocional, cuanto más se incrementa esta, menos expresivas-afiliativas se tornan (r=-.156; p≤.01).

Los resultados indican por un lado que los hombres tienden a ser menos expresivos y más instrumentales negativos, tanto
en la infidelidad sexual como en la infidelidad emocional. En el caso de las mujeres se observa un comportamiento muy
similar en términos de que se vuelven más instrumentales negativas, no obstante la única área en la cual se diferencian es
en la orientación al logro, la cual decrementa cuando hay presencia de infidelidad.

Los resultados dirigen la explicación hacia lo que hasta ahora ha sido entendido por masculinidad y feminidad, la manera en
la cual se encuentran distribuidas estas características en hombres y en mujeres mexicanos y además como se relacionan
entre sí, perfilando hacia el establecimiento de personalidades diferenciales no solo entre sexos, sino dentro de los mismos
grupos de mujeres y de hombres. Así mismo, se discute desde la óptica de género, las coincidencias y desavenencias de
los atributos, los estereotipos y sus factibles implicaciones para las interacciones y salud de hombres y mujeres.

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Una explicación hace la diferencia: relación entre infidelidad y atribución


Lic. Nancy Montero Santamaria, Dra. Sofía Rivera Aragón y Dr. Rolando Díaz Loving
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Atribución, Infidelidad, relaciones interpersonales, adultos, pareja

La infidelidad es considerada por hombres y mujeres, como la violación (incumplimiento o amenaza) a las expectativas
de la relación, al tener un compañero no confiable o que muestra intimidad emocional o actividad sexual con un rival
(Harris, 2003). Un fenómeno que esta presente en el ámbito de las relaciones románticas desde siempre, sin embargo las
reacciones que tiene cada pareja al enfrentar la situación son muy diversas, algunas exacerban el tono emocional negativo
de la relación en ese momento, otras parejas trascienden el episodio y fortalecen la relación. ¿Qué variable es la que
diferencia estas reacciones?

La atribución comprende las explicaciones causales (o interpretaciones) que hacemos de la conducta de los demás durante
nuestras interacciones con ellos, y como postula la teoría de la conducta social de Weiner (1995) determina las emociones
y conductas que surgen de dicha interacción, es decir funciona como un filtro que nos permite ser selectivos con las
intenciones y motivos que tuvo nuestra pareja al realizar determinada acción, y así decidimos la emoción que surge de ella
y el curso de acción que tomaremos.

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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Es de nuestro interés probar la relación entre estas variables para así saber, si las explicaciones que se dan a la infidelidad
pueden ayudar a la pareja a fortalecer su relación y no a disolverla, recordando que la atribución dentro de las relaciones
de pareja puede tener diversas funciones, que van desde el ataque o la influencia del compañero, hasta la defensa o la
justificación de la propia conducta (Hewstone, 1992). Y como se afirma desde hace varias décadas es innegable que el tipo
de atribución que se hace, también cambia con la actitud y el afecto que el observador tenga hacia el actor (Reagan, Straus,
& Fazio, 1974) es decir, cuando se presenta una infidelidad, las explicaciones que se elicitan, son sensibles a la emoción
presente en el momento, influenciando por ende el curso de acción a tomar, predeterminando un resultado negativo.

Para abordar este fenómeno, se contó con 204 voluntarios mayores de edad que cohabitaban con su pareja en el D.F. por
lo menos un año al momento de participar en el estudio, en promedio de 30 años, con escolaridad de licenciatura y 8.8 años
de relación, la mitad de la muestra contaba con dos hijos en promedio.

Se les pidió que respondieran una batería compuesta por la Escala de Atribución – Emoción para conflictos de pareja
(Montero, Rivera & Betancourt, 2007) y el Inventario Multidimensional de Infidelidad de Romero, Rivera y Díaz Loving
(2007), ambas psicométricamente adecuadas.

Posteriormente los resultados se analizaron mediante correlaciones de producto – momento de Pearson, diferenciándose
mediante el sexo, para observar si había diferencias en las atribuciones hechas ante una infidelidad.

Los datos recabados señalan que la infidelidad no es explicada como algo invariable durante el tiempo (estabilidad) y que al
momento de realizarla no se perciben las consecuencias negativas que puede llegar a tener. Por lo que de manera general
al llevarse a cabo, las personas creen que es algo momentáneo y positivo.

Las parejas creen que su compañero (a) cometió la infidelidad de manera intencional (r=.146; p=.05) y que tenía control
sobre el hecho (Locus de causalidad y Controlabilidad) (r=.166; p=.05), lo que elicita un tono emocional negativo en la
relación, asignando la responsabilidad a su compañero (a), aminorando las circunstancias atenuantes, y es mas probable
que se reaccionen de manera agresiva, con enojo y rabia, tratando de castigar la conducta del otro. Newman y Langer
(1986) sugieren que las parejas se inclinan hacia la actividad atribucional cuando se presenta el conflicto, entrando en un
periodo “reflexivo” para explicar por qué la relación y / o su compañero (a) no se ajusta a sus expectativas.

De manera futura, es deseable que tanto la interpretación, como la reacción que se hace ante la infidelidad, ayude a las
parejas a superar el episodio, buscando no provocar daño en los miembros de la relación, al evitar cometerla, por que como
lo señalan los resultados generalmente será interpretada de manera negativa e intencional para el receptor y de manera
momentánea y sin consecuencias negativas para el actor de infidelidad.

Hillary Rodham Clinton, asumió la infidelidad de su marido afirmando que: “En veintitrés años de matrimonio pasan muchas
cosas en una pareja y esta fue sólo una de ellas” un tipo de explicación que conjunta una serie de elementos que fomentan
la permanencia de la relación.

A pesar de que la infidelidad presenta un tono en general negativo, se puede ver que las explicaciones que se dan al
evento, pueden ser tanto positivas como negativas, ya que todo depende de la situación y el estatus o de las inversiones
tanto materiales como emocionales que hay en la relación actual.

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La edad y el nivel de estudios afectan la intensidad del conflicto en la relación


Dra. Mirna García-Méndez, Dra. Sofía Rivera Aragón y Dr. Rolando Díaz-Loving
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Conflicto, edad, escolaridad, relación, pareja

La falta de ajuste y comunicación en la relación, y la dificultad para solucionar los problemas, tienen un impacto negativo
sobre la intimidad de la pareja y reduce la calidad de la relación (Ahlborg & Strandmark, 2006). El conflicto ocurre cuando
la solución alcanzada ante un problema, no satisface a la pareja, y por consiguiente, resulta de las fallas en las estrategias
de solución del problema, razón por la cual al conflicto se le asigna el rol central en la disolución de la relación, es la

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ventana a través de la cual se puede observar el cierre de la relación (Dhir & Markman, 1984). Diversas fuentes intervienen
en la presencia de conflictos en la relación de pareja, algunas de ellas son la incompatibilidad de actividades (Falicov,
1991), acumulación de tensiones, problemas de comunicación, falta de habilidades de negociación, ineficiencia, indecisión,
desorganización, incompatibilidad de intereses, diferencias fundamentales en los valores acerca del tema de conflicto o
del proceso para resolverlo, tener diferentes versiones de la verdad acerca de lo que pasó o de lo que pasará, o acerca de
alguno de los hechos involucrados (Goodman, Barfoot, Frye & Belli, 1999; E. Weitzman & P. Weitzman, 2003). En estos
eventos, interviene la combinación de hostilidad y alejamiento al interior de las relaciones maritales, como una de las
formas más destructiva de conflicto marital, asociado con desajustes que atraviesan todos los niveles del sistema familiar,
lo que provoca dificultades referentes a la sincronización de sus interacciones y en su compromiso como unidad (Katz &
Woodin, 2002).
El conflicto puede ser activo o pasivo, en el primer caso, la pareja constantemente acusa, oprime critica, discute o insulta
al otro por periodos prolongados, sobre la base de diversos pretextos, y en el conflicto pasivo, la pareja utiliza el silencio,
no comunica verbalmente, y se mantiene alejada de la solución del conflicto (Hojjat, 2000). En lo que concierne a la cultura
latina y de manera particular a la mexicana, se apoya en la noción de colectivismo que comprende el fuerte deseo de
preservar la armonía familiar (Díaz-Guerrero, 2003), y se evita el conflicto interpersonal, que de manera indirecta implica una
comunicación encubierta (Bermúdez, Reyes & Wampler, 2006). Actualmente se han estudiado dos variables imbricadas en
la relación de pareja, el nivel educativo y la edad de los integrantes de la pareja. Estas variables modifican la dinámica de
la relación (Adams, 2004; López & Salles, 2000; Safilos-Rothschild, 1976, 1981), algunos cambios se refieren a que cambia
el rol de la mujer y se incrementa la edad para casarse y para tener hijos. El objetivo del estudio fue identificar los efectos
de la edad y la escolaridad en las dimensiones del conflicto. Participaron de manera voluntaria 728 hombres y mujeres
del D. F. con edad (M = 36.7, DE = 9.4), respondieron la escala de conflicto ((Rivera, Cruz, Arnaldo & Díaz-Loving, 2004).
Con los datos obtenidos, se realizó un análisis multivariado (MANOVA), se utilizó el criterio Wilks’Lambda. Se obtuvieron
efectos principales en edad [F (28, 1018) = 2.586, p = .0001] y escolaridad [F (28, 1018) = 3.231, p = .0001]. La edad afecta
la dimensión de sexualidad [F (2, 632) = 6.053, p = .002]. La escolaridad en años de estudio, afecta las dimensiones de
celos [F (2, 689) = 3.798, p = .002] y religión [F (2, 693) = 5.605, p = .002)]. A través de las medias, resultado de la prueba
post hoc de Tukey, se obtuvo que la sexualidad, genera mayor conflicto en la relación cuando se tiene una edad de 19-28
años (M = 4.18), a diferencia de una edad de 29-38 años (M = 3.85) o de 39-48 años (M = 3.84). Con un nivel de estudios
de 6-10 años, los celos generan mayor conflicto a diferencia de una escolaridad de 16 a 20 años (M = 3.87). La religión con
menor escolaridad 6 a 10 años), provoca mayor conflicto (M = 4.46) que cuando se tiene una escolaridad de 16 a 20 años
(M = 4.09). Estos resultados sugieren que con menor edad los conflictos relacionados con la frecuencia e interés en las
relaciones sexuales tienden a intensificarse y los celos y la religión provocan mayor conflicto con una escolaridad baja.

Si bien la preparación de acuerdo a Díaz Guerrero (1982) es un aspecto contracultural, confiere dicha relación en este
estudio, ya que efectivamente el tipo de conflictos varía con la escolaridad. Por otro lado la edad, repercute de manera
importante, se observa en general que las personas más jóvenes incrementan el conflicto en el área sexual, lo cual aduce
al despertar sexual, lo cual puede llevar a muchos conflictos. 

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El conflicto en mujeres: su relación con la infidelidad y las habilidades asertivas


Dra. Mirta Margarita Flores Galaz
Universidad Autónoma de Yucatán

Descriptores: Conflicto, asertividad, pareja, infidelidad, mujer

El conflicto en las relaciones de pareja se intensifica debido a la intimidad y la interdepencia de la relación (Braiker &
Kelley, 1979) así como también por la proximidad y frecuencia de las interacciones (Flores, 2007). Las parejas a menudo
se encuentran en situaciones de conflicto y las razones para ello son múltiples: el dinero, la actividades de la casa, las
relaciones con los parientes, las diferencias de valores, las expectativas sobre la relación, las diferencias religiosas, el uso
del tiempo libre, la falta de atención, la sexualidad, la crianza y planificación de los hijos, las relaciones con las amistades, la
carencia de conocimientos y destrezas de comunicación constructiva-efectiva, la carencia de conocimientos y habilidades
en la solución de conflictos. De manera tal que en el transcurso de la relación los periodos de crisis, inestabilidad y conflictos
que amenazan el equilibrio del matrimonio pueden llevar a alguno de los miembros a buscar en las relaciones extramaritales
una salida temporal o permanente a sus conflictos tanto emocionales como sexuales (Pittman, 1991). Para Brown (1991)

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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la infidelidad es una evitación del conflicto, asimismo, Rivera y Díaz-Loving (2005) mencionan que los conflictos en el
matrimonio son una poderosa razón por la cual se desee involucrar sexual y emocionalmente con otra persona.

Sin embargo, el conflicto en la pareja se podría minimizar si existiera una buena comunicación puesto que se ha visto que
ésta es un elemento fundamental para mantener la relación (Flores, en prensa). Durante este proceso de comunicación el
poseer habilidades asertivas determina en gran medida la calidad y satisfacción que se tiene con la relación. La comunicación
asertiva se introdujo como un método de comunicación para el mantenimiento de las relaciones interpersonales entre ellas
las de pareja (Kawamoto, 2007). Diversos autores mencionan que el ser asertivo, es decir, comunicarse directamente con
la otra persona, en este caso con la pareja puede minimizar el conflicto (Lloyd, 2001; Veazie, 2005). Por ello, la adquisición
de habilidades asertivas puede llevar a la solución de conflictos.

A partir de lo anterior, el presente trabajo tuvo como objetivo establecer la relación entre el conflicto y la infidelidad y
asertividad en dos muestras de mujeres habitantes de la ciudad de Mérida. La primera muestra estuvo constituida por
206 mujeres seleccionadas mediante un muestreo no probabilístico de la ciudad de Mérida, Yucatán, con un promedio
de edad de 34.66 años, el 90.8% casadas y con hijos. A esta muestra se les administró la Escala de Conflicto (Rivera,
Díaz-Loving & Cruz, 2005) validada en una muestra yucateca por Flores, Chi y Rivera (2006) conformada por 12 factores:
incompatibilidad de intereses y/o apatía (α=.930), educación de los hijos (α=.916), personalidad (α=.827), desconfianza
(α=.857), religión (α=.868), sexualidad (α=.854), dinero (α=.787), actividades propias (α=.775), familia de origen y política
(α=.794), irresponsabilidad (α=.833), adicciones (α=.692) y celos (α=.691). Y la Escala de Conducta Infiel (Rivera, Díaz-
Loving & Romero, 2005) que mide cuatro factores: infidelidad sexual (α=.981); deseo de infidelidad emocional (α=.947);
deseo de infidelidad sexual (α=.961) e infidelidad emocional (α=.880).

La segunda muestra estuvo conformada por 117 mujeres seleccionadas no probabilísticamente de la ciudad de Mérida,
Yucatán, con una edad promedio de 34.37 años, el 89.2% casadas y con hijos. Por su parte, a esta muestra se le aplicó
la Escala de Conflicto y la Escala Multidimensional de Asertividad (EMA) (Flores & Díaz-Loving, 2004) que mide tres
dimensiones: Asertividad Indirecta (Alpha = 0.91), No Asertividad (Alpha = 0.89) y Asertividad (Alpha = 0.83).

Las correlaciones obtenidas para cada una de las muestras, indica por una lado que en la medida que se perciben mayores
conflictos en la relación existe un mayor deseo de una infidelidad emocional y un deseo de una infidelidad sexual, así
como también se es más infiel sexualmente. Por otro lado, las correlaciones entre el conflicto y la asertividad señalan que
cuando las mujeres son no asertivas y asertivas indirectas perciben mayores conflictos en su relación y por el contrario
cuando éstas se comunican directamente con su pareja expresando lo que piensan, sienten y quieren se perciben menores
conflictos con la pareja.

A lo largo de las investigaciones se ha encontrado que los conflictos están altamente relacionados a la infidelidad (Rivera
y Díaz Loving, 2009), esto implica que si las parejas solucionaran sus conflictos manejaran de manera favorable sus
conflictos, quizá podrían evitar el hecho de ingresar en un triángulo amoroso que muchas veces se vuelve devastador a
la pareja. De la misma forma el hecho de comunicar de forma asertiva una situación reduce los conflictos, no obstante,
el ser indirecto o no asertivo, es decir andarse por las ramas, confunde a la pareja y genera, esta actitud y no el conflicto
en sí mismo, una escalada de problemas, esto aduce a generar programas de entrenamiento asertivo en las parejas para
reducir el conflicto.

Correo electrónico: fgalaz@tunku.uady.mx

Simposio Invitado
Sexo, drogas y corteza prefrontal
Coordinadora: Dra. Araceli Sanz Martin
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara

Descriptores: Corteza prefrontal, activación sexual, hormonas sexuales, alcohol, nicotina

La Corteza Prefrontal (CPF) es una de las regiones cerebrales que más ha llamado la atención de la comunidad neurocientífica
en los últimos años, tal vez, por su implicación en procesos tan diversos como la toma de decisiones, el pensamiento social,
la consciencia, las emociones, la memoria de trabajo y la conducta sexual. Por consiguiente, la alteración funcional de esta
estructura, ya sea por el consumo de drogas o por patologías como la depresión, puede generar cambios drásticos en el
comportamiento y la capacidad del individuo para adaptarse a su medio ambiente.

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


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La gran diversidad de procesos en los que participa la CPF se debe a su extensa conexión con estructuras corticales y
subcorticales, lo que le permite estar ampliamente informada de lo que pasa en el exterior e interior del sujeto, tanto en el
presente como en el pasado. Además, es capaz de controlar, regular e iniciar la conducta a través de sus proyecciones
con las áreas motoras corticales y subcorticales y modular la atención al proyectarse hacia las áreas sensoriales. Así, el
estudio de la relación funcional de la CPF con otras áreas a partir de técnicas como la correlación electroencefalográfica
es fundamental para el entendimiento de la conducta y de muchos procesos cognoscitivos.

En este simposio se analizará el papel de la CPF en la activación sexual y las funciones ejecutivas, así como el efecto que
sobre dicha estructura y sus funciones tienen las drogas como el alcohol y la nicotina, las hormonas sexuales femeninas y
patologías como la depresión.

Mecanismos cerebrales prefrontales ante la excitación sexual masculina


Mtra. Marina Ruiz-Díaz, Dra. Marisela Hernández González,
Dra. Claudia Amezcua Gutiérrez y Dr. Miguel Ángel Guevara Pérez
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México.

Descriptores: activación sexual, corteza prefrontal, electroencefalograma, estímulos eróticos, potencia

La corteza prefrontal (CPF) fue definida citoarquitectónicamente por Brodmann en 1913 basándose en el cerebro del
primate y de acuerdo a sus conexiones con estructuras corticales y subcorticales. Es considerada la corteza motora de
orden superior, en la que se sustentan las funciones cognoscitivas que coordinan la ejecución de las más elaboradas
y novedosas acciones del organismo. Por una buena razón ha sido llamada el órgano de la creatividad. En particular,
la corteza prefrontal dorsolateral (CPFDL) (áreas 9, 46 y 10 de Brodmann) parece ser esencial para la integración de
la información sensorial, con la conducta subsecuente y consecuente dirigida hacia una meta. Las funciones del área
prefrontal se han relacionado con las funciones ejecutivas, las cuales tienen como clave elemental la planeación.

Sin embargo, se ha demostrado el papel de la corteza prefrontal también, en la categorización temprana de fotos con
contenido emocional y la evidencia de facilitar el procesamiento motivacional. El sistema nervioso se ha desarrollado de
tal modo que identifica los estímulos de relevancia sexual emitidos por el sexo opuesto con una base neural que puede
establecer un sistema automático de identificación del estimulo, donde participan las áreas prefrontales.

En el ser humano, el estímulo con mayor eficacia y relevancia para generar un estado de activación sexual y placer
específico es la estimulación mecánica (somatosensorial) de los genitales. Todos los demás estímulos adquieren un
significado sexual de acuerdo a la asociación que se haya generado con ellos o al aprendizaje por observación o social.
Por lo que se puede decir que cualquier estímulo puede adquirir connotaciones o significados sexuales dependiendo de
las asociaciones realizadas.

Los estímulos visuales con contenido sexual y erótico provocan un estado subjetivo de activación sexual en los hombres y
tal activación se ve representada en un sustrato neuronal constituido por estructuras corticales (como los lóbulos occipital,
temporal, parietal y frontal, corteza orbitofrontal y cíngulo anterior) así como regiones subcorticales que incluyen a la ínsula,
el claustrum, el cuerpo estriado, tálamo, amígdala e hipotálamo.

También se ha demostrado que durante el proceso de activación sexual en el hombre suceden diversos cambios
neuroquímicos y neuroendocrinos, los cuales modulan la respuesta de la conducta sexual, y estos cambios neuroquímicos
asociados a la activación sexual pueden estar regulando cambios en la actividad electroencefalográfica.

La excitación sexual es una experiencia multidimensional activada por estímulos externos y/o factores endógenos, en la
cual, áreas críticas del cerebro juegan un papel importante en la experiencia del deseo sexual y en la inhibición o facilitación
de la subsecuente acción.

La CPFDL juega un papel específico en la memoria de trabajo para inhibir o iniciar la actividad sexual. Se sabe que la
exposición a estímulos visuales con contenido erótico o sexual puede producir activación cerebral en la corteza prefrontal
y se sugiere que la CPFDL es un lugar donde la información se mantiene durante el tiempo que transcurre entre la
estimulación y la ejecución de la respuesta, asumiendo que la CPFDL tiene una función importante en el mantenimiento
de la representación del estimulo en la memoria de trabajo, para prepararlo para emitir una respuesta (León-Carrión et al.,
2007).

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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En un estudio reciente del laboratorio, se buscó conocer el efecto de la estimulación erótica sobre la actividad
electroencefalográfica (EEG) de hombres jóvenes, para lo cual se realizaron registros de EEG a 45 hombres sanos de 29.8
(±0.45) años, diestros, heterosexuales y con al menos la licenciatura iniciada, Se dividieron en 3 grupos: 1) Grupo Neutro: 5
min. estimulación con video neutro, 2) Grupo Agresivo: 5 min. con estimulación video agresivo; y 3) Grupo Erótico: 5 min. de
estimulación con video erótico. Todos fueron registrados en 2 condiciones: Basal (5 min. en reposo ojos abiertos) y Video
(5 min. durante el video). La condición basal fue restada de la condición de video, donde cada sujeto fue su propio control.
El EEG fue registrado en las derivaciones F3 y F4 (de acuerdo al Sistema Internacional 10-20), para las siguientes bandas:
delta (de 1 a 3.5 Hz), theta (de 4 a 7.5 Hz), alfa1 (de 8 a 10.5 Hz), alfa2 (de 11 a 13.5 Hz), beta1 (de 14 a 19.5 Hz) y beta2
(de 20 a 30.5 Hz), y se analizaron las potencias absolutas en cada grupo.

En términos generales, el grupo erótico presentó una disminución de la potencia absoluta de beta comparado con sus
controles en el frontal izquierdo. Sin embargo, en el frontal derecho, el grupo erótico mostró un aumento en la potencia
absoluta de theta comparado con sus controles. Estas diferencias funcionales en cuanto a la disminución de la actividad
rápida en el frontal izquierdo y aumento en la actividad lenta derecha, implica un cambio en la funcionalidad y activación
cerebral frontal ante la estimulación erótica.

Es probable que estas diferencias en la funcionalidad frontal se asocien con el procesamiento de la información sexual
erótica y con el estado de activación sexual generado en los hombres que vieron el video erótico, diferencias que no fueron
observadas en los hombres que presentaron una activación negativa (video agresivo) o que no experimentaron ningún tipo
de activación emocional (video neutro).

Correo electrónico: marina_ruiz_diaz@yahoo.com

Efecto del alcohol sobre la activación sexual masculina


Mtra. Koral Elizabeth Rivera Sánchez, Dra. Claudia Amezcua Gutiérrez, Dr. Miguel Ángel Guevara Pérez,
Dra. Marisela Hernández González y Dra. Araceli Sanz Martin
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México

Descriptores: Activación sexual, alcohol, conducta sexual, erección peneana, estímulo sexuales

El alcohol es una droga de uso común socialmente aceptada y en la vida cotidiana existe una relación entre el consumo de
alcohol y la conducta sexual, incrementando el deseo o activación sexual (AS), pero reduciendo la habilidad para ejecutarla,
particularmente en el sexo masculino. De aquí el interés por estudiar los efectos del alcohol en torno a la conducta sexual,
dando pie a numerosas investigaciones, tanto en sujetos alcohólicos como en no alcohólicos. En personas no alcohólicas
hay una relación inversa entre la cantidad de alcohol consumida y el nivel de AS. Así, mientras que dosis bajas de alcohol
no parecen tener efecto alguno sobre el AS, las dosis altas sí lo tienen.

También, algunos estudios han contrastado las expectativas que los consumidores tienen acerca de “haber ingerido”
alcohol con el “efecto” fisiológico del mismo. Dichos estudios reportaron un incremento en la AS subjetivo entre los sujetos
que creyeron habían ingerido una bebida alcohólica comparados con los que creyeron estaban bebiendo algo sin alcohol.
Asimismo, se han encontrado diferencias sexuales en torno a la AS y las expectativas del consumo de alcohol. En las
mujeres, la respuesta sexual y la reducción de la tensión se correlacionan negativamente, es decir, entre menos tensión,
mayor excitación sexual. En los hombres este efecto es distinto, pues no consideran que haya relación entre la relajación
y la excitación sexual, además de tener una alta expectativa de que el alcohol incrementa el deseo sexual, percibiendo a
las mujeres como más atractivas sexualmente.

A nivel experimental una de las técnicas más utilizadas para generar la activación sexual en humanos es la presentación
de estímulos visuales (fotos o videos) con contenido erótico. En nuestro laboratorio se realizó se realizó una investigación
con el objetivo de evaluar si una dosis moderada de alcohol influye en la organización funcional del cerebro, durante la
estimulación visual erótica. Participaron 14 hombres sanos, heterosexuales, de 25 a 31 años de edad, clasificados en 2
grupos: los que tomaron agua (HO), y los que tomaron alcohol (vino tinto con 13.2% de alcohol) (OH). La dosis administrada
de alcohol o agua fue 3.12 ml por kg de peso. La actividad eléctrica cerebral (EEG) fue registrada durante el reposo (LB),
y durante la estimulación erótica (EE). Se analizó la potencia absoluta (PA) en zonas frontales y parietales. Se encontraron
diferencias significativas en el EEG ante el consumo de alcohol y la estimulación erótica. El grupo que bebió alcohol en
comparación con el que bebió agua presentó una disminución de la PA en las bandas α1, α2, β1 y β2. Estos resultados
pudieran sugerir que existe un efecto de una dosis moderada de alcohol en el procesamiento de la estimulación visual

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erótica. El decremento de beta está relacionado con una menor actividad mental que pudiera indicar a su vez una menor
activación cerebral para controlar impulsos o la inhibición sexual a causa del alcohol.

Es evidente que el alcohol está ligado a la respuesta sexual masculina, siendo el componente eréctil el aspecto más
relevante para entender esta relación.

En el proceso de la erección, intervienen procesos neurales y endócrinos. En cuanto a la inervación del pene, éste es
inervado tanto por vías simpáticas como parasimpáticas del sistema nervioso autónomo, siendo los nervios pélvico,
pudendo e hipogástrico los que juegan un papel preponderante, mientras que el cerebro ejerce una función inhibitoria y/o
excitatoria sobre su actividad. Las estructuras anatómicas o las redes involucradas en la mediación de la erección incluyen
a la corteza prefrontal, hipocampo, hipotálamo, amígdala, mesencéfalo, puente y médula, el núcleo paraventricular, el Área
Preóptica medial, el locus coeruleus, el Núcleo Paragigantocelular, la formación reticular parapiramidal, y los núcleos del
rafé. Diversos neurotransmisores van a tener una función inhibidora o activadora sobre dichas estructuras, entre los que
más se han estudiado que participan en la erección peneana son la dopamina (DA), serotonina (5HT), noradrenalina (NA)
entre otros. Entonces, el alcohol va a actuar a nivel del sistema nervioso debido en parte a su solubilidad en agua que
resulta en una rápida absorción en la sangre y amplia distribución en todo el cerebro, actuando principalmente sobre el
sistema de recompensa, el cual está constituido por el Área Tegmental Ventral, el Núcleo Accumbens, Tubérculo Olfatorio,
Corteza Frontal y Amígdala, todos ellos involucran a neurotransmisores como 5HT, GABA, DA y opioides principalmente.
El resultado de esta afectación se va a reflejar en la conducta, mostrando una desinhibición conductual y emocional.

En relación al componente endócrino, la erección, al igual que la conducta sexual propiamente dicha, es un proceso que
depende en mucho de la interacción entre las señales emitidas por el hipotálamo, la hipófisis anterior y las gónadas, siendo
la testosterona la hormona de mayor relevancia.

Diversas investigaciones experimentales, tanto en humanos como en animales, han encontrado que la administración
aguda de alcohol tiene un efecto dosis dependiente sobre la respuesta eréctil, es decir, a mayor dosis menor activación.
Asimismo, se ha reportado que los alcohólicos crónicos presentan disfunción eréctil endocrina, especialmente atrofia
testicular y prostática aunada a la reducción del fluido intersticial testicular.

Por razones éticas, se ha recurrido con frecuencia al empleo de modelos animales para el estudio del efecto de la
administración crónica del alcohol sobre diferentes conductas. En nuestro laboratorio hemos utilizado a la rata como
modelo experimental para investigar el efecto del alcohol en la conducta sexual, y encontramos que el consumo crónico de
alcohol desde el destete hasta la pubertad, provocó un adelanto en la frecuencia y duración de las erecciones peneanas
espontáneas, así como una ocurrencia temprana de la separación prepucial. Estos datos sugieren que el consumo crónico
de alcohol en la etapa prepúber induce un adelanto en las conductas sexualmente motivadas.

Correo electrónico: koral_elizabethr@hotmail.com

Efecto del alcohol y el ciclo menstrual sobre la actividad eléctrica cerebral, durante la
ejecución de las Torres de Londres
Dra. Araceli Sanz Martin, Lic. Gloria Santana Madrigal, Dr. Emilio Gumá Díaz,
Dr. Miguel Ángel Guevara Pérez y Dra. Claudia Amezcua Gutiérrez
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Jalisco, México

Descriptores: Alcohol, ciclo menstrual, EEG, hormonas sexuales, planeación

El consumo de alcohol es un grave problema de salud pública en México. Se estima que en el país hay más de 32 millones
de personas entre 12 y 65 años de edad que son bebedores. El consumo del alcohol produce alteraciones conductuales,
motoras y cognoscitivas, destacándose entre estas últimas, funciones ejecutivas como la planeación.

Se sabe que el consumo agudo de alcohol afecta de manera transitoria el funcionamiento cerebral al potenciar la inhibición
GABAérgica y al actuar sobre los sistemas de neurotransmisión dopaminérgico, opioide y serotoninérgico (entre otros). La
intoxicación aguda por alcohol puede afectar de forma distinta a las diversas regiones cerebrales, lo que puede impedir la
coordinación entre éstas y por ende la óptima ejecución cognoscitiva. En cuanto al metabolismo y flujo sanguíneo cerebral,
se ha observado que, a bajas dosis, hay una reducción de la actividad en la corteza occipital, cúneo y precúneo, y un
incremento de la actividad en la corteza prefrontal dorsolateral, la corteza medial frontal y el cíngulo anterior.

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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En cuanto a la actividad eléctrica cerebral (EEG), diversos estudios han mostrado que la ingesta aguda de una dosis de 0.4
a 0.8 gr/kg de alcohol induce un rápido incremento en la potencia de alfa1, el cual es evidente a partir de los 15 minutos
posteriores a la ingesta. A los 30 minutos, se produce también un incremento de la potencia de theta, y dependiendo de la
dosis, un incremento o decremento de beta. Sin embargo, poco se sabe acerca del efecto de la ingesta aguda de alcohol
en el acoplamiento funcional entre diversas regiones cerebrales, aunque se conoce que el consumo excesivo y crónico (en
alcohólicos y bebedores sociales) puede incrementar la correlación o coherencia de las bandas alfa1 y beta1 en estado de
reposo.

Por otra parte, diversos estudios han mostrado que el metabolismo del alcohol es modulado por las variaciones de los
estrógenos y la progesterona a lo largo del ciclo menstrual de la mujer, de forma tal que cuando las concentraciones
relativas de estas hormonas se elevan se incrementa la tasa de eliminación del alcohol. Además, esta ciclicidad hormonal
podría modular la acción del alcohol sobre el SNC pues se conoce que tanto los estrógenos como la progesterona actúan
sobre ciertas regiones cerebrales y diversos sistemas de neurotransmisión. A este respecto, se ha observado que existen
receptores a estrógenos y progesterona en la corteza prefrontal, el hipocampo y la amígdala, y que estas hormonas
modulan la acción de los sistemas serotoninérgico, dopaminérgico, gabaérgico y noradrenérgico.

Por lo mencionado anteriormente se realizó un estudio encaminado a evaluar el efecto del alcohol sobre la actividad
eléctrica cerebral durante la ejecución de una tarea que evalúa las funciones ejecutivas (las Torres de Londres), en dos
fases del ciclo menstrual.

En el estudio participaron 24 mujeres de 18 a 30 años, diestras, sin uso de anticonceptivos. A la mitad de las mujeres se les
dio vino tinto (equivalente a 0.05 g/kg de alcohol puro) mientras que a la otra mitad agua. Cada participante fue evaluada en
dos fases del ciclo menstrual: Post-menstrual (POM) [días 6-10 del ciclo] y Post-ovulatoria (POV) [días 15 al 20 del ciclo].

El EEG fue registrado en las derivaciones F3, F4, P3 y P4. Cada sesión experimental iniciaba con la administración
de la bebida (durante 10 minutos), y tras una espera de 35 minutos, por dos registros de EEG: uno en reposo y otro
durante la realización computarizada de las Torres de Londres (TOL) que evalúa las funciones ejecutivas, especialmente
la planeación.

Se calcularon la potencia relativa (PR) y las correlaciones interhemisférica (r-inter) e intrahemisférica (r-intra) en seis
bandas de frecuencia: delta (1-3.5 Hz), theta (4-7.75 Hz), alfa1 (8-10.5 Hz), alfa2 (11-13.5 Hz), beta1 (14-19.5 Hz) y beta2
(20-30.5 Hz). Tanto los datos conductuales como el EEG fueron analizados con ANDEVAS de parcelas divididas.

Se encontró en TOL que las mujeres que tomaron vino realizaron menos metas y tuvieron más respuestas incorrectas que
las que bebieron agua, efecto que fue significativo únicamente en la fase POM. En el EEG durante la realización de TOL,
se observó una disminución de la potencia de alfa1 y alfa2 en F3, P3 y P4, así como un aumento en la potencia de beta1
en P3. Dichos cambios fueron significativos únicamente en las mujeres en la fase POM. Además, hubo una menor r-intra
(F4-P4) derecha de alfa1, alfa2 y beta2; donde los cambios fueron más evidentes en la fase POV.

Al igual que durante la ejecución de la tarea, en reposo la ingesta de vino se asoció con menor PR de la banda alfa1 en F3,
así como menor correlación intrahemisférica (F4-P4) en delta y beta2, hecho que fue más evidente en POV.

Nuestros resultados sugieren que el alcohol deteriora la planeación, efecto que es más evidente cuando los niveles relativos
de las hormonas sexuales son bajos. Dicho deterioro se asocia con una mayor activación cortical y una menor relación
funcional entre las áreas fronto-parietales.

Correo electrónico: aracelisanz@yahoo.com

Depresión, nicotina y corteza prefrontal


Dr. Gonzalo Vázquez Palacios* y Dra. Herlinda Bonilla Jaime**
*Grupo de Neurociencias, Colegio de Ciencia y Tecnología, Universidad Autónoma de la Ciudad de
México-San Lorenzo Tezonco
*Área de Biología Conductual y Reproductiva, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa

Descriptores: Antidepresivos, corteza prefrontal, depresión, nicotina, modelos animales

La depresión es un trastorno mental y un grave problema de salud pública que puede presentar una amplia variedad

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de síntomas (conductuales, afectivos, cognitivos y somáticos). Su característica esencial es la presencia de un estado


de ánimo deprimido y/o una imposibilidad para experimentar placer o interés en casi todas las actividades (anhedonia),
además de diversos síntomas y signos secundarios. Los episodios depresivos mayores no suelen solucionarse con una
recuperación completa y sostenida, a pesar de la atención psiquiátrica intensiva. Aunque para su tratamiento existen
múltiples fármacos antidepresivos clínicamente probados, subsisten diversas limitaciones comunes para todos ellos. La
mayoría de los tratamientos tienen sus efectos sobre el estado de ánimo a largo plazo (entre 4-6 semanas), lo que ocasiona
que los pacientes disminuyan su adherencia terapéutica al extremo de abandonar el tratamiento. Otra desventaja es que
agravan condiciones de por sí alteradas por la depresión, como el insomnio y la disminución en la actividad sexual. Además,
cerca de 40% de los pacientes con depresión son refractarios a los tratamientos disponibles. Lo que justifica la búsqueda
y desarrollo de nuevos tratamientos más eficaces y el esfuerzo de esclarecer las bases biológicas de esta enfermedad
mental. A tal efecto, numerosos estudios han tratado de identificar las áreas clave del cerebro implicadas en la patogénesis
de los síntomas depresivos. En particular, la participación de la corteza prefrontal (PFC) ha sido un foco importante de
estudio en el desarrollo y tratamiento de la depresión. Diversos estudios sugieren que la patogénesis de la depresión
puede depender de la presencia de hiperactividad de la corteza prefrontal ventromedial (CPFVM) e hipoactividad de la
corteza prefrontal dorsolateral (CPFDL). Por otro lado lesiones en CPFDL exacerban los síntomas depresivos mientras que
lesiones en CPFVM los disminuyen. Más concretamente, las lesiones en la CPFVM confieren resistencia a la depresión,
mientras que las lesiones en la CPFDL confieren vulnerabilidad.

Por otra parte, la nicotina (NIC) es el principal agente adictivo del cigarro. La actividad adictiva de la NIC se debe a sus
potentes interacciones con receptores nicotínicos colinérgicos (nAChR) en las neuronas de los circuitos de reforzamiento
y de recompensa cerebrales. Más allá de sus acciones adictivas, la nicotina tiene efectos positivos sobre el rendimiento en
la memoria de trabajo y las tareas relacionadas con la atención a corto plazo. Las áreas del cerebro implicadas en tales
conductas son parte de una extensa red cortico-límbica que incluye a la CPF que se ha determinado que presenta nAChR.
Lo que sugeriría a la CPF como un posible blanco de la NIC. Diversos estudios epidemiológicos han relacionado a la NIC
con la depresión. Estos reportes han documentado que: 1) los fumadores tienen una mayor tendencia a mostrar síntomas
de depresión cuando dejan de fumar; 2) es más frecuente que la gente que ha reportado alguna vez estar deprimido sea
fumador; 3) los pacientes con una historia clínica de depresión muestran mayor dificultad para dejar de fumar; 4) con
frecuencia el cese del hábito de fumar es seguido por episodios depresivos. En este sentido, la administración de NIC a
través de parches transdérmicos mejora el estado de ánimo en pacientes con depresión no fumadores.

Recientemente hemos encontrado que la NIC muestra actividad antidepresiva de acción rápida, además de su efecto
crónico como antidepresivo en dos modelos animales de depresión, en ratas tratadas neonatalmente con clomipramina
(CLI) y en la prueba de nado forzado. Hemos observado además, que a dosis antidepresivas, la nicotina no interacciona
con fármacos antidepresivos de forma independiente al mecanismo de acción (p.ej. inhibidores selectivos de la recaptura
de serotonina como fluoxetina (FLX); inhibidores selectivos de la recaptura de noradrenalina como imipramina) de manera
aguda y crónica. Además de que la mecamelamina, un antagonista nicotínico, bloquea los efectos antidepresivos de
la nicotina, lo que demuestra que los efectos son mediados por el sistema nicotínico colinérgico. Nuestros resultados
también han sugerido que el efecto antidepresivo posiblemente esta mediado por un mecanismo serotoninérgico, lo que
implicaría una interacción entre este sistema y el sistema colinérgico nicotínico. En este aspecto, hemos encontrado que la
administración de PCPA, un inhibidor de la síntesis de serotonina, bloquea los efectos antidepresivos de la nicotina. Por otra
parte, existe amplia evidencia empírica que muestra una clara e inmediata supresión del sueño de movimientos oculares
rápidos (MOR) con la mayoría de los fármacos antidepresivos. El efecto supresor del sueño MOR de una sustancia podría
ser un dato indicativo de sus posibilidades antidepresivas. Basado en la hipótesis de que la supresión del sueño MOR sea
un prerrequisito necesario para alcanzar el efecto depresivo, se ha sugerido que esta supresión al inicio del tratamiento
antidepresivo podría predecir el resultado terapéutico. Esto es reforzado por el hecho de que la privación selectiva de
sueño MOR tiene efectos beneficiosos en el estado de ánimo de pacientes deprimidos. En este sentido, hemos observado
que el tratamiento con NIC induce un incremento significativo de la vigilia a costa de un decremento de la fase II del sueño
lento (SOL II) y una notable inhibición del sueño MOR desde el primer día de tratamiento tanto para animales intactos como
para las ratas CLI, de forma similar a los efectos producidos por la FLX y la mayoría de los fármacos antidepresivos, lo que
refuerza sus posibles propiedades antidepresivas.

Correo electrónico: chalo31@hotmail.com

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Simposio Invitado
Alternativas terapéuticas para personas con trastornos mentales y sus familias
Coordinador: Dr. Marcelo Valencia Collazos
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente

Descriptores: Trastornos mentales, alternativas terapéuticas, psicológicas, pacientes, familias

La Organización Mundial de la Salud informa que actualmente alrededor de unos 450 millones de personas en el mundo
presentan alguna forma de trastorno mental que genera sufrimiento e incapacidad. Las cifras indican que: 121-150 millones
sufren depresión, 70-90 millones trastornos de abuso de alcohol o drogas, 24-25 millones esquizofrenia, 37 millones
demencia, un millón se suicidan cada año y entre 10-20 millones lo intentan. Se estima que una de cada 4 personas se
verá afectada por algún trastorno mental en su vida. El tratamiento basado en la evidencia indica que las personas con
trastornos mentales pueden beneficiarse de la combinación de diversos componentes terapéuticos de manera adicional al
uso de las dosis convenientes de medicamentos, incluyendo intervenciones psicoterapéuticas, psicológicas, psicosociales
como: el aprendizaje de habilidades para la vida diaria, apoyo escolar y laboral, diversos enfoques respecto al manejo de la
enfermedad, la adherencia terapéutica, psicoeducación al paciente y a su familia, prevención de recaídas, la utilización de
estrategias para manejar situaciones de crisis y resolución de conflictos en el hogar y en la comunidad, siendo el objetivo
principal el óptimo funcionamiento del paciente en la comunidad. En este Simposio se presentan diversas alternativas
terapéuticas para personas con trastornos mentales, en niños, adolescente, adultos, parejas y familias, Se incluye el
manejo de la depresión infantil, el abordaje de la problemática en adolescentes con riesgo suicida, diversas modalidades
de intervenciones a pacientes con trastornos mentales y sus familiares, el manejo de la emoción expresada en las familias
que tienen un paciente con un trastorno mental y finalmente una intervención psicoeducativa, promovida y llevada a cabo
por familiares de personas con un trastorno mental dirigida a familiares con un paciente mental en la familia con el fin de
mejorar su calidad de vida.

El tratamiento integral de los trastornos mentales


Dr. Marcelo Valencia Collazos
Instituto Nacional de Psiquiatría, Ramón de la Fuente

Descriptores: Trastornos mentales, tratamiento integral, modalidades terapéuticas, discapacidad psicosocial, psicoterapia

Los trastornos mentales y del comportamiento, se han convertido en una verdadera preocupación para las personas que
los padecen, para sus familiares, y para todos los profesionales e instituciones involucradas en este campo. La OMS (2003,
2005) ha reportado que actualmente alrededor de unos 450 millones de personas en el mundo padecen alguna forma de
trastorno mental que genera sufrimiento e incapacidad.

En México, la Secretaría de Salud estima que 15 millones de personas padecen algún trastorno mental. En la más reciente
Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, el 28.6% de la población presentó alguno de los 23 trastornos de acuerdo
a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) alguna vez en su vida y solamente uno de cada 10 pacientes
recibe atención especializada (Medina-Mora y cols, 2003). La prevalencia de trastornos mentales severos según el DSM-IV
durante un año fue del 12.1% y el uso de los servicios de salud mental fue solamente del 24% (Medina-Mora y cols, 2005).
También se ha estimado que el 16% de niños y adolescentes de 4 a 16 años de la Ciudad de México podría tener algún tipo
de trastorno mental, la necesidad de atención se consideró únicamente para el 25%, y la búsqueda de atención para el 13%
de acuerdo con lo reportado por la madre o el padre entrevistado con el que vivían (Caraveo y cols, 2002). En otro estudio
se encontró que el 2% de niños y adolescentes hasta los 18 años, que equivale a dos millones de personas, ha padecido
un episodio de depresión mayor con un promedio de siete episodios a lo largo de su vida (Benjet y cols, 2004). El Consejo
Nacional contra las Adicciones, informó que entre 1994 y el 2009, 450,000 personas buscaron tratamiento para combatir
una adicción y que el 70% sufren recaídas. El suicidio se ha incrementado muy rápidamente en grupos de jóvenes y se
considera como una de las diez principales causas de mortalidad. Es la cuarta causa de muerte en hombres y la segunda
en mujeres entre 15 y 19 años. La ideación y el intento de suicidio es mayor en familias fragmentadas (Borges, 2007). La
búsqueda de atención puede tardar de 8 a 15 años y el 15% prefiere automedicarse (Vitela, 2006).

Los trastornos mentales ocupan el quinto lugar como carga de enfermedad, de las 10 enfermedades más incapacitantes,
4 de ellas son trastornos mentales: esquizofrenia, depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y el alcoholismo (Frenk, y
cols 1999).

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En el tratamiento de los trastornos mentales intervienen diversos aspectos como: los síntomas y signos de la enfermedad,
la incapacidad, el deterioro, las desventajas, y la discapacidad psicosocial, la cual afecta hasta un 31% de los pacientes
(OMS, 2001), Se ha estimado que la depresión llegará a ser la segunda causa de discapacidad a nivel mundial en el 2020
(Murray & López, 1996).

Para el abordaje integral se utiliza el modelo biopsicosocial. El componente biológico incluye alteraciones en algunas áreas
del cerebro y el componente psicosocial incluye problemas en el funcionamiento psicosocial. Los trastornos mentales
afectan de una manera considerable el funcionamiento psicosocial cotidiano de los pacientes.

El tratamiento basado en la evidencia recomienda que la forma más efectiva de llevar a cabo el manejo integral consiste
en la combinación del tratamiento farmacológico con diversas modalidades terapéuticas, psicosociales, psicoeducativas,
familiares y de rehabilitación a cargo de un equipo multidisplinario.

Objetivo: Conocer el tratamiento integral, así como diversas modalidades terapéuticas para personas con trastornos
mentales y sus familiares

Método: Se revisaron investigaciones acerca del tratamiento integral de personas con trastornos mentales y la participación
de sus familiares, publicadas en revistas científicas especializadas.

Resultados: El tratamiento integral de los trastornos mentales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, depresión y los
relacionados con el consumo de alcohol y drogas, entre otros, han demostrado su efectividad de acuerdo al Informe Mundial
de la OMS del 2001, del cual se mencionan solamente algunos ejemplos: 1.- el tratamiento psicosocial, la terapia familiar
y los medicamentos antipsicóticos en conjunto pueden reducir los porcentajes de recaídas del 50% al 10% en pacientes
con esquizofrenia, 2.- la depresión se puede tratar de manera exitosa utilizando los medicamentos antidepresivos en
combinación con intervenciones psicosociales, 3.- cuando se utilizan las intervenciones breves dirigidas a bebedores en
riesgo se puede reducir el consumo de alcohol un 30%, y 4.- el tratamiento para el uso de drogas es efectivo al reducir el
consumo en 40-60%.

En México, se llevó a cabo un estudio que tenía como objetivo la detección y tratamiento oportuno de trastornos como el
déficit de atención, abuso de sustancias, estado de ánimo, bipolar, depresión, distímico, ansiedad por separación, fobias y
conducta suicida en estudiantes de secundaria de 12 a 14 años. La intervención en las escuelas consistió en trabajar con
los directores, sensibilizar a los maestros y darles psicoeducación.

Posteriormente se canalizaron los estudiantes a consulta, se hizo una verificación de los diagnósticos, y se les ofreció
atención integral especializada, psicoeducación al paciente y a los padres, así como el seguimiento correspondiente. Este
proyecto demostró que la colaboración entre escuelas, maestros, alumnos, padres de familia, y especialistas es posible
(De la Peña y cols, 2005. En un curso psicoeducativo para pacientes con trastorno bipolar y sus familiares que tuvo como
objetivo el aprendizaje de herramientas para resolver situaciones como: fomentar el apego al tratamiento, evitar recaídas,
detectar las señales de alarma, e intervención en crisis, durante 6 sesiones, se encontró un 90% de adherencia terapéutica
durante el seguimiento (Gutierrez y cols, 2005). En un modelo innovatorio de intervención en pacientes con esquizofrenia
integrando la combinación del manejo de medicamentos antipsicóticos, con diversas modalidades de tratamiento psicosocial
en los pacientes, así como terapia y psicoeducación a sus familiares, demostró su efectividad en cuanto a que ayudó de
manera considerable y significativa a reducir la sintomatología psicótica, a mejorar el funcionamiento psicosocial, a reducir
los niveles de recaídas y rehospitalizaciones, a un mayor cumplimiento con los antipsicóticos y a una mayor adherencia
terapéutica (Valencia y cols, 2001, 2006, 2007, 2010).

Correo electrónico: valencm@imp.edu.mx

Manejo psicológico de la depresión infantil


Dra. Andrómeda Valencia Ortiz
Centro de Servicios Psicológicos “Dr. Guillermo Dávila” de la Facultad de Psicología de la UNAM

Descriptores: Depresión infantil, terapia, cognitivo-conductual, reestructuración cognitiva, entrenamiento en habilidades


sociales

Es muy importante observar y evaluar el tipo de síntomas que presenta un menor. Cuando el problema y sus síntomas se

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centran en el comportamiento del niño, siendo evidente en corto tiempo que su conducta no se adapta a las características
o exigencias sociales de sus entornos más significativos, como son la familia y la escuela son síntomas externalizados
y los adultos significativos del menor buscan distintas alternativas para la disminución de las conductas problemáticas
(apoyo psicológico). La sintomatología internalizada se encuentra relacionada con alteraciones emocionales, ante las
cuales puede pasar más tiempo para que los padres, maestros u otros significativos se percaten de que algo no anda bien
con el estado emocional de los niños, por lo que la atención por un especialista no es inmediata y las consecuencias o el
pronóstico no son siempre favorables. Dentro de este grupo se encuentra la “Depresión Infantil” (DI).

La DI se caracteriza por cambios en el comportamiento y las emociones que son capaces de alterar el rendimiento escolar
y las relaciones sociales, en especial con la familia. Es muy importante para el adecuado diagnóstico de los niños identificar
los síntomas específicos, la duración y frecuencia de los mismos, por tal motivo el papel de la evaluación es prioritario
para tener la posibilidad de discriminar si el cuadro sintomático que se está presentando corresponde o no a la DI. En
la actualidad las investigaciones en el campo de la depresión infantil se encuentran interesadas en distintos aspectos
biopsicosociales, lo que nos permite tener un mejor entendimiento sobre la etiología, desarrollo, comorblidad y tratamiento
de los casos de DI.

Los especialistas en Psicología y Psiquiatría infantil reportan cada vez un mayor número de familias que solicitan atención
para niños con cambios en su estado de ánimo, principalmente asociado a sentimientos de tristeza, que van desde el
asilamiento y desinterés hasta mayor irritabilidad y conductas agresivas. En la Facultad de Psicología de la UNAM, se
reciben de 120 a 150 solicitudes para atención infantil al año, de las cuales el 45% ingresa por problemas de conducta,
que después de una evaluación integral del niño, se identifica que el mal comportamiento esta enmascarando un cuadro
de DI. De forma general el número de menores que son diagnosticados con “depresión infantil” o sintomatología depresiva
se han incrementado de forma continua. Este aumento se asocia con el estilo de vida de los padres, los estilos de crianza
inadecuados, las dificultades que tienen los padres para resolver situaciones familiares incluyendo problemas de pareja,
los cuadros depresivos de las madres- padres, la continua exposición a estresores y las pérdidas que pueden pasar los
niños en diferentes momentos de su infancia.

Uno de los ambientes más importantes para el desarrollo de los niños es la familia, en donde se provee al menor de
los recursos materiales y emocionales más valiosos para el logro de los retos de cada etapa del crecimiento. Diferentes
estudios identifican que el desarrollo emocional es uno de los factores más importantes en el infante ya que participa como
un factor protector y facilita el logro de otras metas esperadas en cada etapa de su crecimiento, además de prepararlo para
acontecimientos futuros. El desarrollo de habilidades emocionales esta a su vez asociado al papel de la madre en particular
en relación al desarrollo o prevención de la DI, así las madres con depresión muestran a sus hijos modelos cognitivo-
conductuales de respuesta característicos de una persona con depresión, por lo que el niño puede replicar modelos que
lo llevan a ser más sensible ante los eventos negativos, estos efectos pueden tener efectos a corto y largo plazo, por otra
parte, debemos recordar el papel que tiene la herencia y la vulnerabilidad genética en niños cuyas madres presentan
alteraciones neurobiológicas asociadas con la presencia de depresión.

Se deben considerar factores individuales que repercuten en la vulnerabilidad del niño ante situaciones difíciles, uno de
estos aspectos es la edad del niño, por ejemplo los niños preescolares tienden más a mostrar retroceso en el aprendizaje
de conductas que ya dominaban, como el entrenamiento y control de esfínteres, o llorar con más frecuencia. Los niños
en edad escolar muestran r conductas agresivas e irritabilidad emocional. Otra característica que marca diferencia en las
respuestas es el género, encontrando que hasta antes de los 12 años no se identifican respuestas tan diferenciadas como
en la pubertad y adolescencia, donde las niñas presentan una mayor vulnerabilidad ante la depresión.

Existen también situaciones específicas que los niños tienen que pasar y que se asocian con una mayor probabilidad de
presentar DI. Uno de estos factores de riesgo se presenta cuando el niño tiene que vivir una pérdida emocional altamente
significativa para él. Por ejemplo, la separación de los padres, la muerte de los padres, un hermano o su mascota; la
perdida de la salud (sobre todo en las enfermedades crónicas) y la adaptación a los tratamientos, el impacto en su calidad
de vida, la adaptación a las secuelas en su condición de salud, y el manejo adecuado de los procedimientos médicos; los
cambios de ambiente (sobre todo para niños con pocas habilidades para adaptarse a nuevas situaciones) como el cambiar
de escuela, de casa, de maestro, de año escolar o de cuidador primario sobre todo si la madre empieza a trabajar.

Otro aspecto de gran importancia en el estudio de la DI, es la prevención y el tratamiento. Debido al aumento en los estudios
sobre los factores de riesgo y protección se cuenta con mejor información sobre las potenciales áreas de intervención. En
este sentido existen esfuerzos importantes por desarrollar intervenciones empíricamente validas que brinden a los niños la
posibilidad de fortalecer aquellos aspectos que la literatura ha identificado como fortalezas para evitar la vulnerabilidad a la
DI. Las intervenciones psicológicas en la modalidad cognitivo conductual, tienen una elevada efectividad para la prevención y

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el manejo clínico de la depresión infantil. Conocer las características de estas intervenciones es una herramienta importante
para el psicólogo infantil.

Correo electrónico: andromedavalencia@yahoo.com.mx

Psicoterapia basada en la evidencia para adolescentes en riesgo suicida


Dr. Quetzalcóatl Hernández Cervantes* y Dra. Emilia Lucio Gómez-Maqueo**
*Escuela de Enfermería y Salud Pública
**Facultad de Psicología. Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Suicidio, adolescencia, psicoterapia, prevención, salud pública

El suicidio es un problema de salud pública que impacta en México al sector de 15 a 19 años de edad, siendo la tercera
y segunda causas de mortalidad en hombres y mujeres respectivamente (Secretaría de Salud, 2007). Actualmente, la
investigación epidemiológica nos ofrece un perfil relativamente completo del adolescente mexicano en riesgo suicida (p.
ej. Borges et al., 2005, 2009), pero los programas de atención secundaria y terciaria siguen sin evaluarse lo suficiente (p.
ej., González-Fortez et al. 2008). Una alternativa es la intervención psicológica basada en la evidencia, un modelo que
aplica la investigación científica en la práctica clínica (Goodheart, Kazdin & Sternberg, 2006) dentro de una estrategia
de tamizaje o screening para identificar riesgo suicida en adolescentes estudiantes y así ser referidos a tratamiento
oportunamente (Hernández & Lucio, 2006). Así mismo, se ha reportado ampliamente en la literatura científica la asociación
entre características de personalidad, problemas de conducta, bajo rendimiento académico, depresión (incluyendo riesgo
suicida) así como uso de substancias entre la población adolescente (p. ej., González-Forteza et al., 2006). De igual modo,
se ha reportado la necesidad de la detección oportuna en la propia escuela para prevenir, en este caso, conducta suicida
como adicciones, tomando en cuenta tanto género como circunstancias y recursos del propio adolescente (p. ej., Gould et
al, 2003).

Hernández y Lucio (2007) han desarrollado un modelo de intervención basado en la evidencia clínica y epidemiológica
para incidir sobre el riesgo suicida entre adolescentes estudiantes de secundaria y preparatoria. Dentro de la fase de
identificación o screening se utiliza un instrumento válido y confiable para la población adolescente mexicana: el Inventario
de Riesgo Suicida para Adolescentes IRIS (Hernández & Lucio, 2006). Para la fase de evaluación se han empleado con
éxito el Inventario Multifásico de la Personalidad para Adolescentes MMPI‐A (Lucio et al., 1998) así como el Cuestionario
de Sucesos de Vida forma Adolescentes (Lucio & Durán, 2003). Para la intervención psicoterapéutica se ha evaluado
la efectividad de un modelo integrado por Hernández y Lucio que se fundamenta de origen en el modelo de evaluación
colaborativa de Fischer (1985) y Finn (1996) donde se plantea el efecto terapéutico del uso de las pruebas psicológicas
en los usuarios de servicios de salud mental de preparatoria y universitarios. Por otro lado, se han incorporado diferentes
elementos de la terapia estructurada con adolescentes de Corder (1994; 2000) además de los contenidos temáticos y
actividades del programa para la prevención del suicidio en adolescentes de Los Samaritanos (2001). Dentro del modelo,
el usuario o paciente participa en el proceso de formular preguntas sobre las diferentes situaciones que le generan malestar
psicológico (en este caso, ideas o pensamientos de muerte, o intenciones/amenazas suicidas) y su relación con los
propósitos de los instrumentos de evaluación (personalidad, depresión, riesgo suicida y exposición a eventos estresantes).
En el caso de los adolescentes que han sido referidos de la fase de identificación o tamizaje, el modelo tiene como propósito
un proceso donde el adolescente pueda integrar preguntas sobre sus circunstancias actuales de vida y su relación con los
deseos de muerte (Finn, 1996; The Samaritans, 2001). A partir de la información recabada en los instrumentos de tamizaje,
personalidad y de sucesos de vida, se prepara un reporte-guía que da pauta a la retroalimentación con el adolescente
(Finn, 1996). A medida que se devuelve la información integrada y adaptada proveniente de las pruebas y la entrevista
al adolescente que acude a recibir el tratamiento, tanto él como el terapeuta establecen un intercambio dinámico de
información que tiene como objetivo crear y ofrecer al adolescente un espacio terapéuticamente seguro que le permita la
libre expresión de emociones que originan las situaciones adversas o estresantes asociadas al pensamiento de suicidio,
así como a las demás situaciones de malestar psicológico evaluadas previamente (Finn & Tonsager, 1997). Durante el
transcurso de la terapia, se pueden integrar otras preguntas o reformular las inicialmente hechas para tratar de entender y
clarificar los sentimientos y emociones que el adolescente ha retenido o reprimido en torno a las diferentes áreas exploradas
(sexualidad, relaciones interpersonales, dificultades en la escuela, con la familia, situaciones personales, etc.) (Finn, 1996).
Del modelo de terapia estructurada de Corder (1994; 2000) destaca principalmente la participación de la familia en el
proceso del adolescente. Además de la devolución de información que plantea esencialmente el modelo de Fischer (1985)
y Finn (1996), la participación de los padres de familia o de la familia entera es un componente importante para el proceso
terapéutico de los adolescentes porque les permite la posibilidad de compartir con ellos lo alcanzado en la terapia, y la

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extensión de este intercambio de información (Corder, 1994). Cuando este componente entonces se incorpora hacia el
final del proceso terapéutico, los adolescentes y sus familias pueden preguntar o comentar sobre las expectativas del
tratamiento, por un lado, e intercambiar o aclarar opiniones o emociones alrededor de situaciones generadoras de estrés,
angustia o temor bajo lineamientos generales provistos por el terapeuta (Corder, 1994; 2000). Otro punto a discusión es el
uso de una metodología que permita al psicoterapeuta experto o en formación evaluar el impacto de sus intervenciones a
partir de indicadores como los de significancia clínica o cambio confiable de Jacobson y Truax (1991), además de la utilidad
en el tratamiento del riesgo suicida de la información proveniente de los instrumentos señalados. Finalmente, se presenta
una propuesta del perfil profesional y formativo deseable en el psicólogo clínico que aspira al trabajo con adolescentes
suicidas donde además de aspectos técnicos y académicos se hace un énfasis en la supervisión, pero principalmente en los
aspectos humanos alrededor de la persona del terapeuta y el contexto actual del adolescente mexicano. Tal aproximación
es el resultado de integrar experiencias profesionales y de investigación en la Facultad de Psicología de la UNAM y el
hospital psiquiátrico infantil Bradley de la Universidad de Brown; el propósito es poner sobre la mesa un enfoque clínico-
epidemiológico para la prevención del suicidio adolescente como se ha propuesto recientemente (Spirito & Hernandez-
Cervantes, 2009).

Correo electrónico: q.hernandez.c@gmail.com

Clínica de intervención familiar en un hospital psiquiátrico de 3er. nivel


Mtra. Martha Díaz Santos
Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino

Descriptores: Tratamiento integral, enfermedades mentales, servicio de calidad, alta especialidad, intervención familiar

Con el objeto de proporcionar un tratamiento integral a las personas con enfermedades mentales, usuarias de los servicios
que otorga el Hospital Psiquiátrico « Fray Bernardino Álvarez » (HPFBA) y con la visión de otorgar un servicio de calidad
de alta especialidad, el 19 de marzo de 2009 se inaugura la Clínica de Intervención Familiar (CLIFAM)

Se ha reportado desde hace muchos años que, cuando el paciente psiquiátrico se reincorpora después de una hospitalización
a su familia, sufre recaídas debido a la dinámica familiar que prevalece en sus hogares, por lo que resulta de suma
importancia la participación de los familiares y del paciente en un proceso terapéutico que conlleve a la mejoría del enfermo
mental.

Las personas con trastornos mentales y del comportamiento, se enfrentan también con la estigmatización de su enfermedad
y con la falta de información que existe en la población general y en las diferentes disciplinas médicas para la detección
temprana del padecimiento y de su adecuado tratamiento.

Si bien el contexto familiar y el entorno, no son responsables de la aparición de este tipo de enfermedades, que ahora con
el avance de las neurociencias sabemos que muchas de ellas están determinadas genéticamente, la familia sí juega un
papel fundamental tanto en la aparición temprana de la misma, como en su pronóstico.

Psicoterapias que ofrece CLIFAM


Terapia de familia. Se trabaja con un enfoque estructural sistémico, con el objeto de mejorar el clima emocional del sistema
familiar, en donde la familia es vista como un sistema conformada por varios subsistemas: conyugal, paterno, fraterno, en
donde cada uno de ellos juega un rol específico. Las principales técnicas que se utilizan son: desfocalización del síntoma,
depositado generalmente en el paciente identificado o chivo expiatorio; reacomodación de roles; mejora de los estilos de
comunicación; reasignación de responsabilidades de acuerdo al subsistema al que pertenecen. La duración de la terapia
es de 12 sesiones de 1 hr.

Terapia de pareja. Se ofrece cuando se ha detectado que el núcleo básico de generación de conflictos en el paciente, está
dado por una relación de pareja disfuncional o insatisfactoria. Su objetivo es el de proporcionar a la pareja herramientas
para mejorar su relación vincular, detectando aquellos problemas que generan mayor conflicto, analizarlos a través de
interpretaciones y confrontaciones, reasignar tareas y responsabilidades, mejorar la comunicación, disminuir las falsas
interpretaciones y adivinación de pensamientos, establecer nuevos contratos en la relación basados en expectativas
reales.

La duración de la terapia de pareja es de 12 sesiones de 1 hr.


Grupos de terapia de parejas. Están constituidos por parejas que tienen la capacidad de ser agrupables. Tienen la finalidad

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de proporcionar a las parejas herramientas para reconocer y resolver sus conflictos a través de dinámicas grupales como
son las transferencias múltiples, la proyección, la resistencia, la catarsis y el insight y de los fenómenos grupales basados
en los supuestos básicos de Bion, los ataques al terapeuta, el subagrupamiento, la reacción de espejo, la identificación, la
cohesión, la comunicación y los roles que cada miembro asume al interior del grupo, para que a través de interpretaciones
y confrontaciones lleguen al autoconocimiento y resolución de la relación vincular. El contrato inicial es por seis meses en
sesiones de 1 ½ hr. una vez por semana.

Grupos psicoterapéuticos Uni – Pareja. Se conforman por pacientes en donde se ha detectado que el núcleo básico de
generación de conflictos, está dado por una relación de pareja disfuncional o insatisfactoria. En esta modalidad sólo se
trabaja con el paciente identificado, debido a que su pareja por diversas razones no puede o no quiere acceder a este
tipo de tratamiento. Se consideró de suma importancia el no dejar desprotegidos terapéuticamente a estos pacientes,
que requieren aún más ayuda que cuando la pareja está dispuesta a participar. Su objetivo es el de proporcionar a estos
pacientes herramientas para reconocer y resolver sus conflictos a través de dinámicas grupales. Las intervenciones del
equipo terapéutico están también encaminadas al empoderamiento de estos pacientes. El contrato inicial es por seis
meses en sesiones de 1 ½ hr, una vez por semana.

Grupo de familiares de pacientes para el manejo de emociones expresadas. Su objetivo es disminuir el clima emocional
negativo en la familia, a través del manejo adecuado del rechazo, agresión o sobreprotección al paciente psiquiátrico. Cada
grupo deberá estar conformado por familiares de pacientes que compartan una misma patología. Se trabaja con grupos de
familiares, una vez por semana durante un año en sesiones de 1 ½ hr.

Procedimiento de referencia de pacientes a la Clínica de Intervención Familiar. Los pacientes de la CLIFAM deben ser
usuarios de alguno de los servicios del HPFBA, tales como: hospitalización, consulta externa, hospital parcial, hospital de
fin de semana y rehabilitación. Son referidos por su médico tratante, psicólogo o trabajador social.

Al ingresar como usuarios de la Clínica, se realiza una valoración de tres sesiones para determinar la problemática principal,
el tipo de tratamiento que requieren, y los objetivos terapéuticos.

Supervisión de casos. Una vez por semana el equipo terapéutico de la CLIFAM tiene dos horas de supervisión con una
experta externa en la materia.

Enseñanza y capacitación. Dos residentes de psiquiatría de tercer año y tres pasantes de psicología rotan por este servicio
para tener los conocimientos básicos teórico-prácticos. También, personal especializado de la Clínica está impartiendo un
diplomado en « Terapia Familiar Pos-moderna.

Investigación: Se encuentran en proceso dos proyectos de investigación: el primero de ellos es la estandarización de la


Escala de Barcelona que mide la calidad de la atención en hospitales psiquiátricos; el segundo tiene que ver con un grupo
de terapia grupal de mujeres maltratadas.

Durante el simposio se presentarán dos casos clínicos, que ilustren el quehacer terapéutico de la Clínica de Intervención
Familiar.

Correo electrónico: clifam@gmail.com

El abordaje de la emoción expresada en la familia con trastornos mentales


Dra. María Luisa Rascón Gasca
Instituto Nacional de Psiquiatría, Ramón de la Fuente Muñiz

Descriptores: Expresión emocional, familia, trastornos mentales, carga, intervenciones

La adaptación familiar a la enfermedad mental puede seguir uno de dos cursos (Koch, 1985): 1) cuando las familias son
flexibles y las reglas permiten a sus miembros expresar emociones, la adaptación familiar es eficaz y continúa funcionando
efectivamente aun cuando de forma diferente; 2) la adaptación ineficaz ocurre cuando los roles son rígidos o cuando las
reglas familiares prohíben la expresión emocional. La flexibilidad en roles como en reglas debe considerarse como el recurso
que contribuye a que la familia resista el impacto desorganizante del estrés y el estigma que ocasiona el padecimiento. Las
demandas que la enfermedad mental exige a la familia, así como la gravedad de la misma, se encuentran inversamente
relacionadas con el grado de adaptación familiar al padecimiento (Sholevar y Perkel; 1990).

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La línea de estudios que retoma los mecanismos familiares estresantes ha involucrado un término denominado Expresividad
Emocional (Expresed Emotion; EE) en el ambiente familiar, se refiere a la evaluación de las actitudes y sentimientos que
el familiar expresa acerca de un miembro de la familia diagnosticado con un trastorno mental. La utilidad del constructo EE
no parece ser única en relación con la esquizofrenia, otros estudios han demostrado la validez predictiva para pacientes
depresivos, bipolares, (Miklowitz y cols. 1984) con demencia senil, con enfermedad de parkinson, y con lesión cerebral
(Jacobs,1990), también en niños con trastorno mental y déficit de la atención (Marshall, Longwell, Goldstein y Swanson,
1990), veteranos y parejas de pacientes con la enfermedad de Alzheimer y, en general, enfermedades incapacitantes y
crónicas (Vaughn y Left ,1976; Hooley y cols1986; Kuipers y cols.1983).

Los estudios de la expresividad emocional (EE) actualmente se desarrollan con familiares de pacientes japoneses, hindúes,
egipcios, australianos, italianos, brasileños, norteamericanos, Colombianos, Peruanos y Mexicanos, entre otros.

Las emociones que se han estudiado son las actitudes de crítica y hostilidad, de sobreinvolcramiento y los aspectos de
calidez en los familiares cuidadores, La EE es hoy el mejor predictor de la recaída en la esquizofrenia (Leff J. Vaugh C;
1985), (Brown, y cols 1962, 1972) (Vaughn y Leff, 1976).

Los hallazgos de diversos estudios han permitido plantear alternativas de intervención a los agentes comunitarios primarios
que son las familias, desde diferentes enfoques, para disminuir el nivel de actitudes negativas, lo cual conlleva la reducción
de la carga, los costos o de los riesgos en general por parte de la familia y por parte de la atención en los servicios de salud
mental.

Objetivo: Presentar la aportación terapéutica y los resultados de investigación del abordaje de la Emoción Expresada en
familias de pacientes con trastornos mentales.
Método: Para la intervención familiar se utilizó un diseño de corte longitudinal-prospectivo con dos medidas en tiempo
(ingreso-egreso), de tipo cuasiexperimental, se conformaron dos grupos de familiares: el grupo experimental recibió la
combinación de la intervención psicoducativa, la terapia multifamiliar y la terapia unifamiliar, mientras que el grupo control
no recibió intervención familiar, tan sólo lo tradicional para el paciente.

Los criterios de inclusión para los familiares responsables del paciente fueron los siguientes: 1.- Que esté a cargo del
paciente sea responsable de su manutención y de su cuidado. 2.- Que conviva cotidianamente con el paciente. 3.- Que
resida en la ciudad de México o en la zona conurbada 4.- Que pueda acudir al Instituto cuando se le requiera.
Los criterios de exclusión del familiar responsable del paciente fueron: 1.- Que esté gravemente enfermo o incapacitado, y
2.- Que no reúna alguno de los criterios de inclusión.

Para el estudio de cada tópico se desarrollaron tres fases, en primer lugar la prueba de instrumentos, la segunda fase: el
estudio exploratorio y por último la prueba de modelos conceptuales.

La muestra fue no probabilística y de tipo circunstancial; la selección fue de manera secuencial, los familiares fueron
contactados en la consulta externa del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente. Se utilizó un diseño transversal,
no probabilística de familiares de pacientes. Los Instrumentos empleados fueron: 1. Cédula de evaluación de la conducta
del paciente SBAS (Platt y cols) y 2. Expresión emocional CEEE. (Guanilo y cols).

El tratamiento que recibieron los familiares estuvo conformado por dos elementos: 1º el psicoeducativo y 2º el terapéutico.
Se inició con un taller psicoeducativo multifamiliar que se dividió en dos partes, la primera consistió en la presentación de
temas específicos relacionados con la enfermedad, expuestos por especialistas del equipo con un total de 12 sesiones
educativas. Posteriormente, en una segunda parte, en grupos más reducidos se retomaban los temas de las sesiones
y se favoreció el manejo de las emociones que la información despertaba en cada familiar y la solución de problemas.
Al mismo tiempo se llevó a cabo la terapia unifamiliar, en donde se trabajo la problemática específica de cada familia y
su paciente, aproximadamente 5 sesiones, fundamentalmente en cuanto a los límites, la jerarquía y la centralidad, así
como el establecimiento de redes de apoyo para favorecer una mejor evolución de la enfermedad centrada en aspectos
comunicacionales, interaccionales y estructurales.

Resultados: Las derivaciones del estudio de los efectos de la intervención en los familiares, se evaluaron mediante diferentes
indicadores, en cuanto a la expresión emocional EE el nivel alto se presentó con más frecuencia, resaltó el componente
de sobreinvolucramiento, compuesto por aspectos de sobreprotección y autosacrificio, malestar emocional, con niveles
inapropiados de preocupación, algo similar al trato que normalmente se le da a un niño, el paciente es visto como menos
competente que antes, y más vulnerable, en una proporción de cuatro de diez familiares. Al término del tratamiento se
observaron diferencias en el componente de sobreinvolucramiento y en la EE global. Se encontró asociación entre la

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expresión emocional alta, un pobre funcionamiento y la conducta sintomática del paciente. Los familiares que expresaron
EE alta, reportaron mayor autodescuido, irritablilidad, violencia y aislamiento por parte de su pariente enfermo. (Rascón
ML; et al. 2008).

Correo electrónico: rascong@imp.edu.mx

Relevancia de la psicoeducación en el tratamiento integral de salud mental


Lic. Gabriela Cámara Cáceres
Voz Pro Salud Mental A.C. Ingenium Morelos A.C.

Descriptores: Psicoeducación, familias, tratamiento, trastornos, mentales severos

La Alianza Nacional para Enfermedades Mentales (NAMI siglas en ingles), fundada en 1979, se ha dedicado a la abogacía,
psicoeducación, combatir estigma, la rehabilitación e investigación en trastornos mentales severos.

La Dra. Joyce Bourlandcreo el programa: “DE FAMILIA A FAMILIA”, (FaF) en 1991, que comprende información de carácter
biológico, psicológico y social, para las familias que tienen un ser querido con trastornos como: Depresión Mayor, Bipolar,
Esquizoafectivo, Borderline, Obsesivo Compulsivo, Pánico, Esquizofrenia y dual.

En el año 2001, nuestras fundadoras Carla Hammeken y Graciella Cámara encuentran a NAMI buscando un apoyo a las
familias, ya que en nuestro país no existía, y traen el programa a México junto con Hugo Garza (Monterrey). Así comienza
la labor de Voz Pro Salud Mental, en el 2004 empezando en el D.F. A la fecha se ha impartido él programa a mas de 1500
familias solo en la capital y en Cuernavaca. En 2009, comienza el curso psicoeducativo para usuarios; “TIERRA A LA
VISTA”, en el DF, creado por el Dr. Francisco Santana Lim desde el 2008, en Guadalajara.

La psicoeducación se le atribuye a Anderson C.M.(1980) en el tratamiento de la esquizofrenia, centrándose en la educación


a la familia para mejorar el manejo de la enfermedad. (Hogarty GE, Anderson C.M et al. 1991).

El curso de FaF contempla en una primera instancia a los factores químicos, biológicos, genéticos, el porqué de la dificultad
en los diagnósticos de los trastornos mentales severos. Se explica cómo funcionan los medicamentos, se habla sobre los
efectos secundarios, de cómo manejarlos y cuáles pueden ser peligrosos. Se resalta la importancia del cuidado propio para
lograr hacer un cambio hacia hábitos saludables en la familia así como en el usuario.

El segundo punto y el más importante es el conocimiento de los factores psicológicos y sociales de los trastornos, como
afecta a la familia y a cada uno de sus miembros desde la perspectiva de padres, hermanos, hijos o pareja. Erradica los
sentimientos de culpa, combate al estigma propio y de la sociedad así como la vergüenza. El manejo de nuevos métodos
efectivos de comunicación para lograr una mejor ambiente familiar con el establecimiento de límites sanos y efectivos.
Un factor básico es la creación de empatía hacia lo que vive el usuario y lograr así poder entablar una nueva forma de
comunicación y de establecimiento de expectativas realistas ante la nueva situación del usuario. Se utilizan métodos
confiables para el manejo de crisis, como establecer contacto con los médicos tratantes, se discuten síntomas y conductas
presentados por los usuarios en el ámbito familiar, métodos eficaces y sencillos para las familias respecto a la resolución
de problemas, así como el lograr consensos para apoyarse económicamente y emocionalmente en el cuidado de su ser
querido, así como las posibilidades de rehabilitación por la pérdida de habilidades psicosociales, también se analiza el
duelo familiar hacía los cambios conductuales de su familiar enfermo.

Problemática: A pesar de los nuevos medicamentos psiquiátricos y la comprobación de su eficacia, no son suficientes
en el tratamiento de los trastornos mentales severos, considerando que al ser enfermedades biológicas, psicológicas y
sociales, el tratamiento debe de ser integral. La psicoeducacion para la familia y el paciente es uno de los ejes centrales
del tratamiento. El curso FaF abarca la enfermedad en sus tres dimensiones para lograr mayor apego al tratamiento,
disminución de recaídas, combatir al estigma, mejorar las capacidades sociales, asó como las relaciones intrafamiliares
para una mejor calidad de vida.

Población: Familiares de personas con trastorno mental severo, en el rango de 15 a 80 años.


Objetivo: Identificar los beneficios del curso de FaF

Método
Estudio prueba-posprueba de 12 grupos, los participantes, n= 225 familiares, fueron evaluados al inicio y después del curso

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psicoeducativo. El instrumento Voz Pro Salud Mental (VPSM) evaluó los cambios respecto a los conocimientos, actitudes,
aceptación acerca de la enfermedad mental.

Resultados
Dentro de los principales resultados del estudio de FaF en familias mexicanas se observaron cambios significativos en el
conocimiento de la enfermedad mental (media ingreso: 4.29 y DE:2.39 y la media de Egreso: 6.81 y DE:1.88. En cuanto
actitudes del familiar el programa FaF genero un cambio en el sobreinvolucramiento, es decir en el excesivo control del
enfermo; en la disminución de crítica, Z: 2.30 p: 02; es decir agresiones y mal trato, de enojo e irritabilidad, Z: 2.66 p.:00 y
en cuanto a la menor preocupación que sentía por su ser querido Z:-2.93 p:00, En cuanto al proceso de aceptación de la
enfermedad se mostraron avances importantes (I: 9.6%y E:3.0%), el regateo (I:32.4% y E:28.4%) la culpabilidad (I:11,8% y
E: 6.0%) sentirse tristes y derrotados (I:47.2% y E:24.6%); otro paso fue el reconocer pensamiento optimistas y aceptar una
oportunidad de vida digna a pesar de la enfermedad del familiar (I:89.7%, el E=56.7%) y el constatar que el padecimiento
familiar ya no produce dolor (1:36% y E:56.7%).

Conclusiones
Las familias del programa de FaF genera cambios positivos en aspectos cognoscitivos, afectivos y actitudinales en los
participantes a su vez pudiendo resultar en una mejoría de la calidad de vida de las familias y en los usuarios.

Correo electrónico: prosaludmentaldf@yahoo.com.mx

Simposio Invitado
Psicología positiva: un enfoque integral para el tratamiento de la salud
Coordinadora: Dra. Andrómeda Ivette Valencia Ortiz
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Psicología positiva, bienestar, autoeficacia, salud, optimismo

La visión del estudio de la patología ha estado presente en el desarrollo de la Psicología como Ciencia. En este sentido el
trabajo de los psicólogos en el campo de la salud estuvo durante mucho tiempo impregnado del modelo médico de la salud,
que enfocaba su acción a la atención de las enfermedades. Dentro de este encuadre, la propia psicología clínica realizaba
grandes esfuerzos por identificar el déficit en el desarrollo de la persona, así como el impacto negativo que este contexto
le generaba al individuo y a su entorno social. Esta visión, cambio de forma paulatina abriendo nuevas posibilidades
de entender el proceso de la salud y la enfermedad, viendo este como un continuo en el que influyen un sin número de
variables a nivel fisiológico, individual, familiar y cultural. El cambio en la visión movió a su vez el interés de los factores de
riesgo y patógenos conductuales a los factores protectores en combinación con las propias fortalezas del individuo –desde
las biológicas hasta las sociales. Sin darse cuenta, este cambio de paradigma a estado en busca de un marco conceptual
que logre integrar este potencial con la salud. Es en este sentido que el reciente desarrollo de la Psicología Positiva con
sus hallazgos en el campo de las emociones (como la alegría, la felicidad, el interés, la creatividad), el optimismo, el estudio
de las fortalezas y virtudes, el bienestar percibido y el estudio de la resiliencia entre otros, encuentra un campo fértil en
la psicología de la salud, para dar paso a lo que Seligman llama la Salud Positiva (2008). El propósito de este simposio
es brindar un breve panorama de la influencia de la Psicología Positiva en los trabajos que se realizan en el campo de la
Psicología Clínica y de la Salud en México.

La psicología positiva y el estudio del bienestar psicológico


Dra. Margarita Tarragona Saéz
Grupo Campos Eliseos

Descriptores: Psicología positiva, bienestar, florecimiento humano, emociones positivas, fortalezas

La Psicología fue considerada como una rama de la Filosofía durante muchos años. Cuando la Psicología se “independizó”
como disciplina, creo que hubo un esfuerzo por separarla de la filosofía y por acercarla más a las ciencias. La profesión que
sirvió como modelo a seguir para la psicología fue principalmente la medicina y de ahí surgió toda una cultura psicológica
cuasi-médica. Esta fuente de inspiración médica ha tenido distintas implicaciones. Entre las más valiosas, a mi juicio,
están el desarrollo de las neurociencias, una mejor comprensión de los trastornos mentales y la investigación sobre la
psicoterapia, su efectividad y sus procesos. Entre los efectos no tan deseables, creo yo, está el que la Psicología como

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disciplina le ha dedicado un interés casi exclusivo a la psicopatología, a los problemas y las dificultades. Estos fenómenos
son, sin duda, muy importantes. Pero afortunadamente la mayor parte de la población mundial no padece de trastornos
mentales, se describe como relativamente feliz y, aún entre las personas que han sufrido situaciones terribles y traumas,
una buena parte sale adelante sin necesidad de tratamiento alguno.

Si revisamos los currículos y textos con los que se forman los psicólogos, veremos que la mayoría contiene mucho
sobre psicopatología, pero es muy raro que se incluyan temas como la salud psicológica, la felicidad, la creatividad, las
parejas que perduran, el gozo, la satisfacción en el trabajo, las experiencias óptimas, la esperanza o el envejecer bien.
Afortunadamente, esto está cambiando mucho. Así como en la medicina ha habido cada vez más interés en no sólo curar
la enfermedad, sino promover la salud, en la Psicología ha surgido un movimiento interesado en estudiar y fomentar el
bienestar psicológico: la Psicología Positiva. Ésta se refiere al estudio científico del funcionamiento óptimo de las personas.
(Gable y Haidt, 2005) y se propone entender y promover los factores que les permiten a los individuos y a las comunidades
vivir plenamente (Sheldon, Frederickson, Rathunde, Csikszentmihalyi y Haidt, 2000) y “florecer”.

La psicología positiva no le resta importancia al estudio los trastornos mentales, pero sí propone que nuestra profesión
sea más equilibrada (Peterson & Park, 2003; Seligman, Parks & Steen, 2004), se estudien tanto las dificultades como las
fortalezas y los recursos de las personas, una psicología que incluya tanto los problemas como lo que funciona bien y lo
que hace que la vida valga la pena.

La Psicología Positiva estudia cuatro áreas de la “buena vida” psicológica: las experiencias positivas (por ej. la felicidad,
el placer), los rasgos personales positivos (talentos, fortalezas de carácter,…) las relaciones interpersonales positivas
(amistades, relaciones de pareja, etc.) y a las organizaciones (escuelas, empresas, comunidades) que contribuyen a que las
personas vivan plenamente. (Peterson,2006). Se han desarrollado métodos e instrumentos para investigar estos diferentes
ámbitos de la vida, desde tests e inventarios, entrevistas a profundidad, muestreos de la experiencia, reconstrucción de los
días e incluso mediciones fisiológicas.

El Dr. Martin Seligman (2002,2009), uno de los “padres” de la Psicología Positiva, propone que hay 4 pilares o caminos que
conducen a la felicidad y el bienestar psicológico:
1. Los placeres y las emociones positivas. Hay mucha evidencia de que la frecuencia y la cantidad de emociones positivas
que experimenta una persona se correlacionan significativamente con su felicidad, satisfacción e incluso longevidad.
2. Las “experiencias óptimas” o de Flow y las fortalezas personales: Cuando las personas se involucran en actividades
que representan retos y que ponen en juego sus habilidades y se concentran totalmente viven lo que se denomina una
experiencia de “Flow” o fluir de la consciencia. La frecuencia de estas experiencias de fluir también se relaciona con la
satisfacción y la felicidad. De igual manera, cuando las personas conocen y utilizan sus fortalezas de carácter, viven más
plenamente.
3. La trascendencia: El encontrarle sentido y significado a nuestra vida, trabajar por proyectos y causas que van más allá
de nosotros mismo, contribuye significativamente a nuestra felicidad.
4. Las Relaciones Interpersonales Positivas: el tener buenas relaciones con los demás ha demostrado ser un elemento clave
para el bienestar emocional. Los estudios sobre las personas sumamente felices han encontrado que casi sin excepción,
éstas tienen buenas relaciones con los demás.

Actualmente se están estudiando diferentes maneras en las que se puede ayudar a las personas, o ellas se pueden ayudar
a sí mismas, a aumentar sus afectos positivos, sus experiencias óptimas, su sentido de trascendencia y la calidad de sus
relaciones, y ya hay evidencia de que estos los ejercicios o intervenciones no sólo aumentan los niveles de felicidad de las
personas, sino que tienen efectos terapéuticos en poblaciones clínicas. De esta manera, la Psicología Positiva aporta al
conocimiento y la promoción de “florecimiento humano”.

Correo electrónico: margarita@grupocamposeliseos.com

Bienestar, salud y autoeficacia


Dra. Araceli Flores León
Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Psicología positiva, bienestar, salud, enfermedades crónicas, terapia cognitivo-conductual

La psicología cognitiva comportamental, denominada psicología de la salud, para la especialización en problemas de la


salud física, es un área donde confluyen contribuciones específicas de distintos conocimientos científicos que tiene como

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objetivos la promoción y el mantenimiento de la salud, así como también la prevención y el tratamiento de la enfermedad.
La psicología positiva es un enfoque prometedor que se está integrando a la psicología de la salud, reafirmando sus logros
y ampliando aún más las perspectivas de intervención. La psicología positiva es un área que se concentra en estudiar: 1.
Las “emociones positivas” (seguridad, esperanza, confianza, capacidad de perdonar). 2. Los rasgos positivos (fortalezas,
virtudes y habilidades generales como la inteligencia o capacidad artística, valor, objetividad, integridad, equidad, bondad
y la lealtad, entre otras) 3. Las instituciones positivas. Serían la democracia, las libertades individuales y de información
y las familias integradas. Uno de los objetivos de la psicología positiva es comprender de modo científico la felicidad
(Seligman, 2003). La realidad muestra que el simple hecho de vivir es estresante, las situaciones ansiógenas y conflictivas
son comunes y habituales. Sin embargo, hay personas que normalmente, despliegan una serie de recursos y habilidades
para llevar adelante la vida cotidiana. Uno de los hallazgos de este enfoque fue descubrir que el sentimiento de felicidad
o bienestar duradero es bastante estable en las personas, está compuesto de un puntaje fijo (posiblemente hereditario),
que es relativamente independiente del ambiente o evento que se vive, se puede modificar por circunstancias específicas
durante un tiempo, pero luego de unos meses, vuelve a un nivel basal. Por ejemplo, si una persona tiene un sentimiento
de bienestar alto, puede disminuirlo ante los primeros meses del comienzo de una enfermedad o de la pérdida de un
familiar, pero al cabo de unos meses vuelve a su puntaje basal. Sin embargo, ese nivel basal, cuando es muy bajo, puede
modificarse mediante estrategias que dependen del control de la voluntad. La buena salud objetiva guarda escasa relación
con la sensación de bienestar. Importa más la percepción subjetiva de nuestro estado de salud y la valoración de la salud
en forma optimista.

uando una enfermedad es discapacitante, grave y duradera, apenas disminuye la satisfacción en la vida. Incluso las
personas que ingresan a un hospital con una enfermedad crónica, como cardiopatías, incrementan el estado de bienestar
a lo largo del año siguiente a la internación. Además, enfermos de cáncer graves difieren en forma ligera en los puntajes
globales de bienestar, comparado con sujetos objetivamente sanos (Breetvelt & Van Dam, 1991). La sensación de bienestar
disminuye considerablemente en personas con cinco o más problemas de salud (Verbrugge, Reoma, & Gruber-Baldini,
1994). El optimismo, un sentido de control personal y la habilidad para encontrar significado a las experiencias de la vida se
asocian a una mejor salud mental (ej. Seligman., 1998). Una variable significativa en el mantenimiento del optimismo, es la
auto-eficacia, la cual es definida como la evaluación hecha por el individuo sobre su capacidad o competencia para ejecutar
una conducta concreta y específica capaz de modificar su ambiente (Bandura, 1997). La auto-eficacia es uno de los
mejores predictores para llevar a cabo determinadas conductas de salud (Milne & Orbell, 2000), desempeña un importante
papel en la autorregulación de la conducta a través de sus efectos sobre la formación e intensidad de la intención, así
como la persistencia en la acción frente a los obstáculos. Dentro de los diferentes dominios que evalúa la auto-eficacia,
se encuentran el manejo de enfermedades crónicas, uso de drogas, actividad sexual, consumo de trabajo, ejercicio físico,
reducción de peso y habilidad para recuperarse de los problemas de salud. Las investigaciones revelan que altos niveles
de auto-eficacia tienen consecuencias benéficas en el funcionamiento del individuo y su bienestar general. En relación
a las conductas preventivas en salud, los individuos con alta auto-eficacia percibida tienen más posibilidades de iniciar
cuidados preventivos, buscar tratamientos tempranos y ser más optimistas sobre la eficacia de los mismos. La notable
historia de éxitos en el tratamiento del cáncer en la infancia cáncer durante los últimos 30 años ha cambiado el panorama
para la atención psicosocial en oncología. En este mismo período de tiempo, las evidencias de los aspectos psicológicos
del cáncer infantil también ha aumentado sustancialmente con el fuerte conocimiento de las bases neuropsicológicas
(Moore), 2005 y psicosociales (Patenaude & Kupst, 2005). En los últimos 20 años se han realizado diversas investigaciones
encaminadas a identificar los aspectos psicológicos asociados a un diagnóstico de cáncer infantil, los resultados de estos
estudios han indicado que la mayor parte de las familias con un niño con cáncer (o de otro problema de salud pediátrica)
son competentes y pueden hacer frente y ajustarse bien con el tiempo a pesar de los períodos recurrentes de extrema
dificultad. Todas las familias con un niños con cáncer tienen dificultades comprensibles asociadas al diagnóstico, algunas,
desarrollan dificultades para negociar los retos específicos que los niños presentan durante el tratamiento, por ejemplo
la fobia a los procedimientos médicos y la adherencia al tratamiento médico. En niños Mexicanos con cáncer (Flores,
2010), se ha encontrado que los niveles de auto-eficacia cuando la enfermedad es diagnosticada, se mantienen elevados,
conforme avanza el tratamiento la auto-eficacia percibida y el bienestar subjetivo se ven afectados, sin embargo, una
vez que los tratamientos médicos han finalizado, los niveles de auto-eficacia retornan a su puntaje inicial y en algunos
casos, estos puntajes pueden aumentar. Cabe mencionar, que para que la auto-eficacia retorne a sus puntajes originales
deben existir una serie de variables que medien el proceso, dentro de estas variables, se encuentran, el apoyo familiar,
redes sociales, apoyo académico; así como pocas complicaciones de salud. Es importante resaltar, que los tratamientos
oncológicos por si solos generan efectos secundarios desagradables en los niños, estos, pueden aminorarse cuando
el paciente reduce conductas que riesgo. Por lo tanto, identificar los puntajes iniciales de auto-eficacia y optimismo en
niños recién diagnosticados, puede contribuir a fortalecer estas fortalezas propias del individuo y por consiguiente tener
beneficios en el estado de salud del mismo.

Correo electrónico: aracelifl@hotmail.com

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Intervención de emergencia para la depresión con enfoque en psicología positiva y terapia cognitivo-conductual
Mtro. Ismael Francisco Rodríguez Villagómez
Universidad de las Américas

Descriptores: Psicología positiva, terapia racional emotiva, intervención cognitivo conductual, depresión, ansiedad

La depresión es catalogada como un trastorno del estado de ánimo y se calcula que para el año 2020 será la segunda
causa más importante de años de vida saludable perdidos en el mundo y en países desarrollados será la primera causa.
Desde el punto de vista de la corriente Cognitivo Conductual los trastornos psicológicos están caracterizados por esquemas
o pensamientos desadaptativos que dominan el sistema de procesamiento de las experiencias del individuo cuando las
circunstancias relevantes del ambiente los activan.

Por su parte, la Psicología Positiva propone ampliar el ámbito de estudio investigando no solo las condiciones patológicas
de la personalidad, sino también aquellas emociones positivas, fortalezas, competencias, capacidades y virtudes que
contribuyen a aumentar la satisfacción personal y a llevar una vida más plena, de igual forma pretende fomentar estas
cualidades para que actúen como factores protectores de los trastornos psicológicos y de la salud en general mejorando
la eficacia de las técnicas psicológicas utilizadas tradicionalmente (Sánchez & Méndez, 2009). La visión de la Psicología
Positiva se conjunta con el concepto de prevención de la OMS (1998), dónde se puede observar que hace referencia al
conjunto de “…medidas destinadas no solamente a prevenir la aparición de la enfermedad, tales como la reducción de
factores de riesgo, sino también a detener su avance y atenuar sus consecuencias una vez establecidas”. En particular
los efectos de la depresión son impactantes para el paciente y su entorno social, por lo que es muy importante generar
modelos de intervención para prevenir y enfrentar dicho padecimiento y por lo tanto evitar o aliviar las consecuencias tan
devastadoras que se sufren en la depresión. De acuerdo con Ingram es importante considerar tres aspectos al trabajar: el
modelo de los esquemas cognitivos, el modelo de la desesperanza y la teoría del apego.

De esta manera, el abordaje terapéutico cognitivo conductual se basa en la idea de que los afectos o emociones así como
las conductas dependen de cómo el sujeto construye su mundo, lo anterior quiere decir que depende de cómo cada quien
asigna significados a los hechos o a las experiencias. Es importante destacar que los modelos cognitivos están sufriendo
una transformación importante al dejar de enfocarse únicamente en la psicopatología como parte del tratamiento, se ha
demostrado que incluir elementos de la corriente denominada como Psicología Positiva incrementa el éxito del tratamiento
además de generar cambios a largo plazo más permanentes.

Seligman y colegas (Seligman, Schulman, DeRubeis & Hollon, 1999) participaron con 231 estudiantes universitarios de
primer año en riesgo de depresión, definido como la puntuación ubicada en el cuartil inferior del Cuestionario de Estilo
Atribucional, en el que incluye a aquellos sujetos con el estilo más pesimista, quienes tienen un riesgo hasta 6 veces mayor
de desarrollar depresión. La intervención se basó en la teoría cognitiva de Beck y consistió en 8 sesiones grupales de 2
horas de duración cada una. Hubo reducciones significativas en los síntomas de depresión y ansiedad. Se hallaron mejoras
significativas en el estilo atribucional, las actitudes disfuncionales y la desesperanza, y los datos mostraron que los cambios
en estas variables cognitivas mediaron parcialmente los efectos de la intervención sobre los síntomas depresivos.

El objetivo del presente trabajo fue desarrollar una intervención cognitivo-conductual de emergencia con elementos derivados
de la Psicología Positiva en pacientes que presentan Trastorno Depresivo Mayor. La intervención probó, elevada efectividad
ya que se presentaron cambios positivos con relación a la meta planteada por el paciente al inicio de la intervención. La
intervención se desarrollo con un diseño de caso único de tipo AB, con un paciente de sexo femenino de edad aparente similar
a la referida como cronológica (25 años), de complexión delgada, de aproximadamente 1.70 metros de altura, sin rasgos
visibles particulares, su estado civil es soltera, sin pareja al momento de iniciar el tratamiento, hija de padres divorciados,
actualmente vive con su madre y con su hermano, mantiene contacto con su padre además de que éste es el que le provee
el sustento económico. El motivo de consulta se debió a que el usuario dice no tener energía para realizar ni la más mínima
actividad, si le es posible no sale de su habitación en todo el día, lo que la ha llevado a no realizar sus actividades laborales.
Comenta que tiene deseos de que algo le pase y por consecuencia se muera, dice estar extremadamente ansiosa y presenta
automutilaciones. Para el alcance de las metas se usaron las siguientes estrategias: Respiración profunda (técnica de
relajación), Relajación progresiva de Jakobson, Autoinstrucciones, Afirmaciones Dialécticas, Reestructuración Cognitiva,
Técnica Psicoeducativa, Terapia de Resolución de Problemas, Terapia Racional Emotiva, Entrenamiento en Asertividad,
Reatribución. De los principales conceptos utilizados en el presente trabajo se encuentra el “Flow” definido como un estado
en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute, durante la cual
el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unas a otras sin pausa. Éste término se puede
convertir en una estrategia de intervención equivalente a la activación conductual utilizada ampliamente en el trabajo de
los trastornos depresivos. Consistente con el abordaje teórico de los modelos cognitivos para la depresión con respecto

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a la construcción y explicación de los eventos es posible modificar los esquemas sin recurrir necesariamente al diálogo
socrático, para lograr esto es necesario hacer uso de la Pauta Explicativa, concepto propuesto en el ámbito del optimismo
donde para alcanzar mejores niveles de bienestar es necesario modificar la manera en la que los individuos explican las
situaciones con respecto a tres dimensiones: Personalización, Dominio y Permanencia. La búsqueda del bienestar en la
intervención terapéutica debe estar dirigida a la motivación, la actividad dirigida a algo, el deseo de ello, su búsqueda, y no
el logro o la satisfacción de los deseos, lo que produce en las personas sentimientos positivos más profundos, para esto se
pueden incluir estrategias derivadas de modelos de intervención enfocados en aspectos cognitivos del procesamiento de
la información, como la solución racional de problemas y desarrollar la creatividad.

Correo electrónico: shatreng@hotmail.com

Calidad de vida en médicos residentes desde un enfoque de salud positiva


Mtra. Areli Reséndiz Rodríguez y Dra. Isabel Reyes Lagunes
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Salud positiva, médicos residentes, bienestar, calidad de vida, estrés

El concepto de salud es muy antiguo y así mismo los individuos que se han dedicado a lo largo de la historia humana a
preservarla. Actualmente la expectativa de vida es mayor gracias a la tecnología y los esfuerzos de aquellos que dedican su
vida al estudio, desarrollo y aplicación de ésta: Los Médicos, cuya trayectoria académica es extensa debido a la constante
actualización y especialización que deben realizar.

La formación académica de un médico en nuestro país consta de 2 años de instrucción teórica en aulas, 2 años de
formación clínica en hospitales, 1 año de internado médico y 1 año de Servicio Social en la comunidad. Después de
estos 6 años y la aprobación del examen profesional se obtiene el título de Médico General. De manera opcional puede
realizarse un curso de especialización médica que abarca entre 3 y 5 años dependiendo del área de residencia que se
escoja. Después de la especialización existe todavía una gran variedad de cursos de posgrado en los que pueden invertirse
más años de formación. Dentro de las actividades académicas de especialización, el médico Residente obtiene el grado
a través del Plan Único de Especializaciones Médicas (PUEM), aprobado por el Consejo Universitario en 1994, el cual se
encuentra regido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cual reconoce actualmente 74 cursos de
especialidades inscritos en el PUEM en 77 sedes hospitalarias (Aréchiga, Ruíz, Durand, Sánchez y Gracia, 2000).

Las estadísticas muestran que el hecho de querer realizar una especialidad ya es fuente de estrés en esta población (Arenas,
2006; CFIRHS, 2005), que conducen a enfermedades físicas, alcoholismo y adicciones (Martínez Lanz, Medina Mora y
Rivera, 2005). Existen estresores específicos por especialidad, siendo más vulnerables los residentes de anestesiología y
psiquiatría (Bennett y O´Donovan, 2001).

En México los estudios con médicos cobran cada vez mayor importancia e interés, los estudiantes de medicina que
se encuentran en entrenamiento y los estudiantes de posgrado tienen mejor salud mental que los residentes (Volkow,
De la Fuente, Gómez-Mont y Cuevas, 1982). En los alumnos de los primeros años de la Facultad de Medicina de la
UNAM se han encontrado síntomas de disminución de la concentración, estado de ánimo depresivo y ansiedad (Fouilloux,
2002). En los internos de pregrado el estrés era derivado de no tener suficiente tiempo para la familia, inseguridad sobre
el futuro profesional, horarios laborales extensos, obligaciones frecuentes, pocos estímulos, poca supervisión, falta de
retroalimentación, discriminación por género y preocupación por las calificaciones (Arechavaleta y Fouilloux, 2004),
presentando como principales consecuencias ansiedad y depresión (Reina, Gutiérrez y Herrera, 2004).

Es importante conocer el impacto que tienen estos estresores, principalmente ansiedad y depresión, en la salud de los
médicos ya que su bienestar impactará en la calidad de la atención a pacientes y familiares, por lo que, lo ideal sería
que los médicos aprendieran a funcionar a un nivel emocional e intelectual óptimo a pesar de esos potentes estresores,
conociendo principalmente la manera de enfrentarse a ellos (Escribà y Bernabé, 2002), además de enfatizar el abordaje
de esta situación desde un punto de vista optimista, cuestión que hasta la fecha no se ha planteado en esta población; sin
embargo ya existe evidencia científica que nos puede ayudar con este nuevo enfoque, la salud positiva (Seligman, 2008).

Dado lo anterior, el objetivo de este estudio fue conocer los niveles de ansiedad y depresión que presentaron los residentes
de anestesiología para corroborar lo expuesto en literatura internacional, identificar y conocer las características de aquellos
residentes que no presentaron niveles elevados y poder plantear una intervención que incida en los niveles encontrados
e impacte en la calidad de la atención prestada. En la presente investigación se trabajó con 391 médicos residentes de

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anestesiología que se encontraban realizando su especialidad en hospitales a nivel nacional. Se les aplicó un cuestionario
de datos sociodemográficos y el instrumento de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HAD), traducido en el Instituto Nacional
de Ciencias Médicas y Nutrición. La muestra quedó constituida por 236 mujeres y 155 hombres entre 24 a 39 años. El
68% de la muestra refieren estar solteros al momento de realizar la investigación. Los niveles presentados de ansiedad
y depresión cayeron dentro de los límites de patología, siendo más elevado en ansiedad. Se encontró que el 35% de los
residentes mostraba niveles mínimos de depresión y el 29% en ansiedad. De esta muestra, las principales características
que se observaron son: percepción de habilidades sociales adecuadas (comunicación con pares y jefes), percepción de
redes de apoyo de calidad (amigos y familia), darse tiempo para realizar actividades ajenas a la residencia (deporte, pareja,
amigos y familia) y tener tiempo para dormir. Las conductas de riesgo no aparecieron (fumar, beber, consumo de sustancias
y automedicación).

Estos resultados nos dan la pauta para conocer qué conductas, emociones y pensamientos presentan aquellos residentes
que mostraron tener salud positiva para llevar a cabo su especialidad. Con estos datos podemos generar intervenciones
psicológicas que impacten desde el inicio de la carrera y no hasta que inicie su vida laboral. Los niveles de ansiedad y
depresión que se presentaron en la muestra total concuerdan con lo expuesto en la literatura internacional; sin embargo,
los resultados de la muestra saludable son datos inéditos dado el nuevo enfoque que se propuso. De igual forma, se ha
visto que en la literatura internacional se han estado realizando planes de formación complementarios de los conocimientos
médicos, como son las habilidades de comunicación con los pacientes y entre el personal (Lorin, Rho, Wisnivesky y Nierman,
2006), no obstante, se deberán plantear propuestas de intervención en residentes mexicanos o en el plan de estudios de
los médicos a lo largo de su carrera profesional. Dado el contenido de los resultados, se observó que presentan el aspecto,
conductual, cognitivo y emocional por lo que la intervención que se adecúa mejor a esto es la cognitivo – conductual.

Correo electrónico: areli.resendiz@comunidad.unam.mx

Resiliencia, optimismo y bienestar en una niña con síndrome de Klippel-Trenaunay y su cuidadora primaria.
Dra. Andrómeda Ivette Valencia Ortiz* y Lic. Yadira Martinez Ortiz**
*Facultad de Psicología, UNAM
**Servicios Psicológicos Integrales de México, SEPIMEX

Descriptores: Sindrome Klippel-Trenaunay, optimismo, resiliencia, habilidades sociales, autocuidado

La visión de la Psicología de la Salud, permite incorporar avances en el campo de la psicología positiva, como el papel
de la resiliencia y el optimismo en las enfermedades crónicas. En este sentido, el optimismo se identifica como una de las
mejores armas para adaptarse al medio y transformarlo, un mecanismo que permite que las personas sean capaces de
superar el infortunio, de construir y soñar el futuro. Según Vera (2008) existen dos perspectivas teóricas diferentes pero
no opuestas: 1. Característica disposicional (Scheier & Carver, 1985): El optimismo se relaciona directamente con las
expectativas.

Las personas optimistas poseen una predisposición generalizada para generar expectativas de resultados positivos, de forma
que esperan que las cosas salgan bien aunque pasen por momentos difíciles. Las pesimistas, en cambio, suelen esperar
resultados negativos. 2. Estilo explicativo (Abramson, Seligman & Teasdale, 1978): El modelo de indefensión aprendida
se basa en la teoría atribucional y sostiene que las expectativas sobre acontecimientos futuros están estrechamente
relacionadas con la explicación de los acontecimientos pasados. El estilo explicativo es la forma característica de la persona
de interpretar sus experiencias. Comprende tres dimensiones: a) personalización, distingue si la causa del suceso radica
en la persona o en un factor externo (atribución interna o externa); b) duración, se refiere al grado en que la causa es
estable en el tiempo y propende a repetirse (atribución permanente o temporal); amplitud, examina si la causa afecta o no
a otras áreas de la vida (atribución global o específica).

La persona optimista tiende a explicar los eventos negativos mediante atribuciones externas, temporales y específicas
mientras que la pesimista realiza atribuciones internas, permanentes y globales. Por el contrario, los acontecimientos
positivos se explican de forma inversa. La reformulación del dio lugar a la Teoría de la Desesperanza (Abramson,
Metalsky & Alloy, 1989), que propone la existencia de vulnerabilidad cognitiva caracterizada por: a) Tendencia a atribuir
los acontecimientos negativos a causas permanentes y globales. b) Inferencias negativas sobre las consecuencias que se
derivan de los acontecimientos negativos. En la actualidad la reacción de optimismo y creatividad ante la adversidad se
conoce como resiliencia, y se entiende como la capacidad del ser humano para hacer frente a las dificultades de la vida,
superarlas y ser transformado positivamente por ellas. De esta manera, al igual que el optimismo, la resiliencia es una
característica que ayuda a las personas a salir adelante ante los momentos de crisis. Una persona resiliente desarrolla

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competencias y cuenta con un crecimientos psicológico y social sanos a pesar de haber sido criados en condiciones
adversas. Cuando se presentan enfermedades crónicas en la infancia se identifican situaciones continuas de estrés desde
la sospecha de la enfermedad, los estudios, el diagnóstico y el tratamiento.

Dentro del grupo de enfermedades crónico degenerativas se presentan algunos trastornos de baja incidencia pero de
exageradas características clínicas, por lo que su impacto en la calidad de vida y ajuste psicosocial puede ser devastador.
En particular, las anormalidades vasculares congénitas de las extremidades son variadas y difíciles de clasificar por sus
manifestaciones clínicas muy semejantes, y en raras ocasiones se encuentran estas enfermedades asociadas al gigantismo
de una porción corporal, cuando esto sucede se le da el nombre de Síndrome de Klippel-Trenaunay (KTS, por sus siglas
en ingles). Descrito en 1900, por ambos autores bajo el nombre de “Nevus varicoso osteohipertrófico” y caracterizado por
la presencia de nevus, varices e hipertrofía de huesos y tejidos blandos. Posteriormente Pakes Weber agrupo 3 casos
similares a los que agregó otros asociados a fístula arterio-venosa. Actualmente, gracias al avance en la tecnología, se ha
podido describir mejor la patogenia, aunque puede tener variadas etiologías. La mayoría de los casos de este síndrome
ocurre sin una razón aparente; sin embargo, se cree que unos cuantos casos se transmiten de padres a hijos (hereditarios),
posiblemente como un rasgo autosómico dominante. Las personas con esta afección pueden tener crecimiento excesivo
de huesos y tejido blando, esto ocurre con mayor frecuencia en las piernas, pero también puede afectar los brazos, la
cara, la cabeza u órganos internos (Grass & Chemillo, 1983). El objetivo de este estudio fue desarrollar una intervención
cognitivo conductual, enfocada al desarrollo de cogniciones optimistas, resiliencia, entrenamiento en habilidades sociales
y conductas de autocuidado para una niña de 6 años con Dx de Síndrome de Klippel-Trenaunay y su cuidadora primaria
(con vitíligo). Paciente del sexo femenino producto de la primera gesta, parto post término por cesárea, se recibe atención
prenatal por ser embarazo de alto riesgo dada la edad de la madre, el médico reportó APGAR de 9/8. No se reportan
eventos relevantes cuando los padres deciden disolver el matrimonio por el trastorno por dependencia de sustancias
(consumo de alcohol) del padre. La menor es atendida por la madre con quien vive y de quien recibe atenciones y cuidados.
La condición médica inicio con tromboflebitis en la pierna izquierda en abril del 2006, sin embargo, es hasta marzo del
2010 cuando recibe el Dx de Klippel- Trenaunay. Se identifican cambios clínicamente significativos en el estilo explicativo,
habilidades de autocuidado y conductas resilientes en la niña y su madre.

Muestran actitud positiva y adherente al tratamiento médico.

Correo electrónico: andromedavalencia@yahoo.com.mx

Simposio Invitado
Recordando bajo los efectos de las hormonas, las emociones y las alteraciones
metabólicas asociadas con la edad
Coordinador: Mtro. Alejandro Zalce Aceves
Instituto de Ciencia y Desarrollo S. C.

Descriptores: Emociones, envejecimiento, hipocampo, hormonas corticoides, memoria



Resumen: La memoria es la capacidad neurocognitiva de codificar, almacenar y recuperar información. Dicho proceso es
un prerrequisito para toda actividad cognitiva, relacionándose con habilidades cognoscitivas importantes tales como el
aprendizaje, la comprensión del lenguaje, la lectura, el pensamiento y la solución de problemas, entre otras.

Numerosos estudios han sugerido que existen diferentes formas de memoria, los cuales pueden depender de sistemas
cerebrales distintos. Una de las clasificaciones más socorridas divide a la memoria en declarativa (explicita, consciente,
intencional o relacional) y no declarativa (implícita y no consciente, incidental o procedural). Mientras que la memoria
declarativa involucra a la región hipocámpica, la corteza prefrontal y el lóbulo parietal medial, las distintas variedades de
memoria implícita se sustentan en mecanismos cerebrales diferentes entre sí. Por ejemplo, en el condicionamiento clásico
de reflejos está implicado el cerebelo, en el condicionamiento clásico de miedo la amígdala, en las habilidades perceptuales
las áreas neocorticales visuales y el neoestriado y en los hábitos motores, las conexiones recíprocas entre los ganglios
basales (caudado, putamen) y la corteza cerebral.

En este simposio nos centraremos en la memoria declarativa, iniciando con las aportaciones que han hecho los modelos
animales en el establecimiento del papel del hipocampo en la memoria espacial. Posteriormente, revisaremos el efecto

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de los glucocorticoides y las emociones tanto en la codificación como en la recuperación de la información almacenada
en la memoria. Por último, se discutirá el efecto del envejecimiento en la memoria y la asociación entre las enfermedades
metabólicas comunes en la tercera edad y el deterioro de este fundamental proceso cognoscitivo.

Memoria espacial aportaciones del estudio en modelos experimentales


Dra. María Esther Olvera Cortés* y Dr. Miguel Ángel López Vázquez**
*Laboratorio de Neurofisiología Experimental. Centro de Investigación Biomédica de Michoacán, IMSS,
** Laboratorio de Neuroplasticidad de los Procesos Cognitivos. Centro de Investigación Biomédica de Michoacán, IMSS

Descriptores: Memoria espacial, memoria declarativa, hipocampo, memoria de trabajo, serotonina

Resumen: Dentro del sistema nervioso central, el hipocampo, una estructura subcortical localizada en el lóbulo temporal,
ha destacado por su función en los procesos de consolidación de la memoria. Desde los primeros hallazgos fruto de la
observación clínica, en los que se hizo evidente su función preponderante en la memoria de los eventos que constituyen la
historia de vida de los individuos, hasta los resultados obtenidos a partir de infinidad de trabajos en animales experimentales.
En estos trabajos se ha extendido el conocimiento acerca de la participación del hipocampo en la codificación del espacio
(células de lugar), y de las características temporales de los eventos experimentados por los individuos. El hipocampo
ha sido una de las regiones cerebrales sobre la que más estudios experimentales se han realizado. Recientemente se
ha abordado el estudio de los procesos de memoria y su relación en los seres humanos, con las oscilaciones registradas
en el cuero cabelludo, tanto de voluntarios sanos, como de pacientes con diferentes patologías que involucran al lóbulo
temporal y al hipocampo. De manera que se persigue encontrar el substrato fisiológico de los procesos de adquisición
y consolidación de la memoria en la forma de actividad eléctrica cerebral sincronizada y coherente, la cual se sugiere
permitiría la codificación de trazos de memoria que constituirían la historia de los individuos y que se manifestarían en
actividad coordinada de regiones cerebrales específicas así como en la actividad coordinada de grupos o asambleas de
neuronas. En éste territorio, los trabajos experimentales, han proporcionado información importante sobre la relevancia de
la actividad theta y gama con respecto a la codificación de información por el hipocampo.

En animales experimentales se ha observado una relación entre la actividad theta y el aprendizaje en diferentes
modalidades. La mayor expresión de actividad theta (entre los 4 y 9 Hz) se ha relacionado con la extracción activa y pasiva
de información del ambiente, el aprendizaje espacial, la memoria de trabajo, entre otras. El predominio de la actividad
theta en el hipocampo de ratas y un incremento concomitante con el aprendizaje espacial han sido también observados,
solamente en condiciones de navegación espacial, mientras que durante el despliegue de conducta semejante como
nado o la aproximación a una señal prominente en el espacio, no se observa reactividad por parte de la actividad theta del
hipocampo. Se han establecido diferentes modelos teóricos sobre la generación de ésta actividad oscilatoria y de cómo
se relaciona con los procesos de codificación de información. Experimentalmente, se ha profundizado en la investigación
sobre los mecanismos fisiológicos que sustentan la participación del hipocampo en procesos de memoria y que se reflejan
en la actividad eléctrica de las poblaciones neuronales. A partir de extenso trabajo en modelos experimentales se ha
propuesto que la actividad theta del hipocampo depende de la actividad de una área cerebral denominada área septal que
contiene neuronas colinérgicas, dopaminérgicas y GABAergicas, que forman sinapsis con las neuronas del hipocampo,
y que con su influencia sináptica conjunta actuarían como marcapasos de las oscilaciones del hipocampo a frecuencias
theta. Esta área cerebral a su vez es dirigida por la actividad de núcleos de relevo del mesencéfalo (núcleo hipotalámico
posterior y supramamilar) que son dirigidos por núcleos del puente del cerebro (como pedúnculo-pontino) origen de la
actividad sincrónica del hipocampo y de diferentes regiones cerebrales. Por otro lado se ha propuesto que la serotonina
originada en los núcleos del rafé del tallo cerebral puede desincronizar la actividad de las neuronas hipocampales y de esta
manera modular la adquisición de información. Así el sistema serotoninérgico podría modular al mismo tiempo y de manera
correlativa la actividad theta y con ello al aprendizaje espacial.

Mediante la eliminación de la inervación específica de la serotonina al hipocampo, se ha observado una pequeña pero
significativa facilitación del aprendizaje espacial concomitante a un predominio de actividad theta más temprano y prominente
durante el aprendizaje espacial en ratas, lo que apoyaría la idea de que la serotonina a través de la actividad theta puede
modular el aprendizaje espacial. Se ha estudiado además el efecto de eliminar la serotonina de núcleos generadores de
la actividad theta a nivel del diencefalo (núcelo hipotalámico posterior y supramamilar) sobre la actividad theta hipocampal
producida durante el aprendizaje. Se observó que los animales con serotonina disminuida fueron menos eficientes y
presentaron menos actividad theta de alta frecuencia con respecto a los animales controles.

De ésta manera los resultados apoyan la participación de la serotonina en la modulación del aprendizaje y de la actividad
theta generada durante el mismo en modelos experimentales, sin embargo la verificación de dichos modelos tiene que

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enfrentar el obstáculo de las limitaciones de la técnica que en seres humanos sólo puede abordarse mediante registros
en cuero cabelludo y ocasionalmente registros intracerebrales en sujetos con alguna condición patológica a los que se
ha podido registrar durante una intervención quirúrgica prescrita; así como en sujetos con alteraciones patológicas de los
sistemas de neurotransmisión.

Así, aunque los modelos experimentales nos dan indicios acerca de los mecanismos fisiológicos que son el sustento de las
habilidades cognoscitivas, se debe realizar trabajo tanto experimental como clínico que permita dilucidar los mecanismos
normales del establecimiento de la memoria y en algún momento incidir en las alteraciones asociadas a patologías como
la enfermedad de Alzheimer o las diferentes enfermedades neurodegenerativas que cursan con demencia.

Correo electrónico: maescolco@yahoo.com

Recordando bajo los efectos de los glucocorticoides


Dra. Andrea Cristina Medina Fragoso
Depto. de Neurobiología Conductual y Cognitiva, Instituto de Neurobiología, UNAM

Descriptores: Evocación, memoria, hormonas corticoadrenales, glucocorticoides, cerebro

Resumen: Los procesos cognitivos de aprendizaje y memoria han sido estudiados experimentalmente desde hace más de
un siglo y aún se siguen estableciendo los mecanismos cerebrales que los originan. Las primeras propuestas señalaron
a los mecanismos electrofisiológicos como responsables de la formación de la memoria, pero poco después se observó
que los cambios anatómicos (crecimiento de espinas dendríticas) eran los que mantenían la información en un almacén de
largo plazo, dejando así el primer mecanismo a la memoria de corto plazo. Así los mecanismos neurobiológicos propuestos
para el establecimiento de la memoria han estado sustentados en la síntesis de proteínas de novo; sin embargo, en los
años 70`s del siglo pasado varios trabajos propusieron la participación de las hormonas, entre ellas los glucocorticoides
(hormonas liberadas por la glándula adrenal), en la formación de la memoria y a finales del siglo pasado se describió por
primera vez los efectos de estas hormonas durante la evocación de la información anteriormente aprendida (Wolf, 2009).

Con respecto a la evocación, se han reportado efectos de deterioro en la memoria. Es decir, si en los sujetos se encuentran
aumentados los niveles de glucocorticoides en plasma y se les pide que evoquen cierta información aprendida previamente,
ellos no son capaces de recordar correctamente la información. Existen pocos trabajos en animales y en humanos, algunos
de ellos son los citados a continuación. Entre los primeros estudios en animales se observó que la administración de
choques eléctricos en las patas, treinta minutos antes de la prueba de retención, a ratas entrenadas en una tarea de
laberinto acuático el día anterior, produjo deterioro en la memoria; es decir, las ratas incrementaron su latencia de llegada a
la plataforma de escape, comparándolas con las ratas que no recibieron choques eléctricos. Siguiendo el mismo protocolo
experimental se observó que la administración de corticosterona, en vez de los choques eléctricos, produjo el mismo efecto
de deterioro. Se reportó que el deterioro fue bloqueado cuando administraron un inhibidor de la síntesis de corticosteroides,
antes de la prueba de retención; por lo que las ratas llegaron al mismo tiempo que las ratas que no les dieron el choque
eléctrico (de Quervain, Roozendaal, & McGaugh, 1998).

Trabajos en humanos han reportado efectos similares, por ejemplo, en un estudio pidieron a hombres jóvenes y saludables
memorizar una lista de 30 palabras con contenido neutral y 30 palabras con contenido emocional (negativo o positivo).
Veinticuatro horas después les administraron cortisona (una dosis que generó niveles altos de cortisol en la saliva similares
a los encontrados ante una situación de estrés) una hora antes de la sesión de prueba y encontraron que los sujetos que
recibieron cortisona manifestaron deterioro en el recuerdo de palabras con contenido emocional independientemente si
fuera positivo o negativo con respecto a las palabras con contenido neutral (Kuhlmann, Kirschbaum, & Wolf, 2005).

Se ha reportado que la interacción entre estructuras cerebrales es importante. En un estudio con ratas se demostró que
el deterioro de la evocación producido por la administración de un agonista a receptores a glucocorticoides es bloqueado
por la lesión del núcleo basolateral de la amígdala (Roozendaal, Griffith, Buranday, de Quervain, & McGaugh, 2003). En
humanos se ha explorado los efectos no solo de los corticosteroides sino también de la noradrenalina. Tollenaar, Elzinga,
Spinhoven, & Everaerd (2009) pidieron memorizar a hombres saludables la lista de 30 palabras con contenido neutral
o emocional. Una semana después las personas consumieron una pastilla de cortisol, propranolol o placebo y setenta
y cinco minutos después pidieron a las personas que escribieran en cuatro minutos las palabras que recordaban de las
listas. Encontraron que aquellos tratados con cortisol tuvieron un menor número de palabras recordadas y los tratados con
placebo o propranolol no tuvieron diferencias, lo cual indica que en estas condiciones el sistema adrenérgico no interviene
en la evocación de la información.

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Son varios los trabajos que han reportado efectos consistentes a estos hallazgos (ver revisiones: de Quervain, Roozendaal,
& McGaugh, 1998; Wolf, 2009). Sin embargo, no se han explorado aún otras regiones cerebrales en donde la activación de
los receptores a glucocorticoides es importante para la memoria y tampoco son conocidos aún los posibles mecanismos
que participan en este fenómeno. La propuesta actual es que se ha sugerido que los glucocorticoides alteran la actividad
neuronal de aquellas estructuras que son parte de los sistemas de memoria y por ende, es probable que esto esté
produciendo el deterioro en la evocación de la información.

Referencias
de Quervain, D. J. F., Roozendaal, B., & McGaugh, J. L. (1998). Stress and glucocorticoids impair retrieval of long-term
spatial memory. Nature, 394(6695), 787-790.
Kuhlmann, S., Kirschbaum, C., & Wolf, O. T. (2005). Effects of oral cortisol treatment in healthy young women on memory
retrieval of negative and neutral words. Neurobiology of Learning and Memory, 83(2), 158-162.
Roozendaal, B., Griffith, Q. K., Buranday, J., de Quervain, D. J. F., & McGaugh, J. L. (2003). The hippocampus mediates
glucocorticoid-induced impairment of spatial memory retrieval: Dependence on the basolateral amygdala. Proceedings of
the National Academy of Sciences of the United States of America, 100(3), 1328-1333.
Tollenaar, M. S., Elzinga, B. M., Spinhoven, P., & Everaerd, W. (2009). Immediate and prolonged effects of cortisol, but not
propranolol, on memory retrieval in healthy young men. Neurobiology of Learning and Memory, 91(1), 23-31.
Wolf, O. T. (2009). Stress and memory in humans: Twelve years of progress? Brain Research, 1293, 142-154.

Correo electrónico: acmedina@unam.mx

Efecto de la presencia de contextos emocionales y no emocionales sobre el reconocimiento de rostros


Dra. Araceli Sanz Martin, Lic. Evangelina Sánchez-Padilla y Dr. Emilio Gumá-Díaz
Instituto de Neurociencias, Universidad de Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México

Descriptores: Contexto emocional, emociones faciales, memoria, reconocimiento, rostros

Resumen: Se ha demostrado que las emociones pueden influir en los procesos cognoscitivos. Con respecto a la memoria,
se sabe que las emociones pueden dotar a este proceso de resistencia al olvido y de una exactitud extrema potenciando
los detalles del suceso vivido (aún los normalmente irrelevantes) (Ledoux, 2007; Levine y Pizarro, 2006). Las experiencias
emocionales influyen de manera importante tanto en la memoria explícita como implícita, siendo dicho efecto distinto de
acuerdo al tipo de emoción. Se ha sugerido que las emociones positivas propician una menor exactitud en los recuerdos,
ya que éstos son “contaminados” por el conocimiento general o estereotipos, y por lo tanto, se llegan a cometer más errores
por intrusión. Por el contrario, las emociones negativas promueven criterios de reconocimiento más conservadores, y por
ende, más precisos. Con respecto a los rostros, se ha reportado que aquéllos que expresan emociones se recuerdan mejor
que los que carecen de ellas (neutras) (Sergerie, Lepage & Armony, 2006). Sin embargo, aún no se ha precisado si todas
las emociones poseen este efecto benéfico sobre el recuerdo de la identidad facial.

La memoria es un sistema que implica tres etapas. En la primera, llamada de codificación, es necesario alimentar el
sistema de información; en la segunda o de almacenamiento, se necesita un medio para conservar esta información en el
tiempo y prevenir su deterioro, extravío u olvido; y en la tercera o de recuperación, es indispensable conseguir el acceso a
la información almacenada (Gumá, 2001). A pesar de la vasta literatura que hay al respecto, los efectos de las emociones
sobre la memoria se han estudiado de forma casi exclusiva en la fase de codificación de la misma, desconociéndose si la
emoción influye también en la recuperación de los recuerdos.

Por lo anterior, hemos planteado un estudio cuyo objetivo es analizar el impacto de los contextos emocionales de alegría y
miedo, en las fases de codificación y/o evocación, sobre la memoria de rostros (identidad facial).

En este estudio participaron 35 hombres de 18 a 30 años de edad, diestros, sin antecedentes neurológicos o psiquiátricos,
ni consumo de sustancias que actúen a nivel de Sistema Nervioso Central. Los participantes fueron asignados al azar
a uno de tres grupos de acuerdo al tipo de contexto presente durante la codificación y recuperación de los estímulos:
Grupo 1 (codificación y recuperación en contexto emocional); Grupo 2 (codificación en contexto emocional, evocación en
contexto neutral) y Grupo 3 (codificación en contexto neutral, evocación en contexto emocional). En los tres grupos, los
participantes realizaron una tarea de Reconocimiento de la Identidad Facial en la cual se observaba en una pantalla de
computadora una secuencia de fotografías en blanco y negro que fueron editadas para mostrar únicamente el rostro, sin
cabello ni orejas. Cada fotografía era presentada durante 1 segundo. Dicha tarea constaba de dos fases: 1) Codificación,
en la cual se presentaron 68 fotografías de distintas personas que fueron repetidas 3 veces en orden aleatorio (en total se

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presentaron 204 fotografías). En esta etapa, el participante debía responder si la persona que observaba en la fotografía
era un hombre o una mujer. 2) Recuperación, se presentaron 204 fotografías, 68 de las cuales ya habían sido exhibidas
en la fase de codificación (viejas) y 68 eran nuevas; el participante debía responder si la persona que observaba en cada
fotografía había sido vista durante la primera etapa, o no.

El reconocimiento de rostros fue mayor y más rápido para los rostros codificados y evocados en un contexto emocional
de miedo, que cuando fueron codificados y evocados en un contexto de alegría. El tiempo de reacción fue mayor cuando
los rostros eran codificados en un contexto neutro y evocados en un contexto de miedo, que cuando fueron codificados en
un contexto neutro y evocados en un contexto de alegría. Los rostros codificados en un contexto de miedo fueron mejor
reconocidos cuando se evocaban también en un contexto de miedo, que cuando se evocaban en un contexto neutral.

Nuestros resultados sugieren que los rostros con expresión de miedo son mejor recordados que aquéllos que expresan
alegría, especialmente, cuando esta emoción está presente tanto durante la codificación como la evocación del estímulo.
Los hallazgos anteriormente expuestos nos indican que el efecto de las emociones sobre la memoria depende no solamente
del tipo de emoción, sino del momento en que dichas emociones se presentan, ya sea durante la formación de los recuerdos
(fase de codificación) o bien, al momento de recuperarlos.

Referencias
Gumá, E. (2001). La memoria Humana (pp. 195-234), en V. M. Alcaraz y E. Gumá (eds.), Texto de Neurociencias Cognitivas,
México: Manual Moderno.
LeDoux, J.E. (2007). Emotional memory. Scholarpedia, 2(7), 1806. Disponible en http://www.scholarpedia.org/article/
Emotional_memory
Levine, L.J. & Pizarro, D.A. (2006). Emotional Valence, Discrete Emotions and Memory (pp. 37-58). En Uttl, B., N. Ohta &
A.L. Siegenthaler (Eds.) Memory and Emotion: Interdisciplinary Perspectives. Oxford: Blackwell Publishing
Sergerie, K., Lepage, M. & Armony, J. (2006). A process-specific functional dissociation of the amygdala in emotional
memory, Journal of Cognitive Neuroscience, 18(8),1359-1367.

Correo electrónico: aracelisanz@yahoo.com

Cambios en el funcionamiento de la memoria en población adulta con alteraciones metabólicas


Dra. Elizabeth Aveleyra Ojeda
Unidad de Investigaciones y Servicios Psicológicos, Facultad de Psicología, UAEM

Descriptores: Alteraciones metabólicas, memoria, funcionamiento cognoscitivo, edad adulta, atención

Resumen: Estudios clínicos y experimentales han demostrado que alrededor de la sexta y séptima década de la vida la
corteza cerebral presenta cambios que deterioran las funciones cognoscitivas. Los efectos de la perdida neuronal durante
el envejecimiento normal se presentan de forma diferencial en el sistema nervioso central (SNC). La región frontal es la
más afectada, en un promedio anual de 0.9 a 1.5% seguido de la región parietal con un promedio anual entre 0.34 a 0.90%,
el lóbulo occipital es el menos afectado. Las regiones del lóbulo temporal presentan un deterioro diferencial; por ejemplo:
el hipocampo muestra mayor atrofia, 0.86% en personas mayores de 50 años, llegando alrededor de 2% a los 70 años,
primordialmente en áreas CA1, CA2, CA3, CA4, por el contrario la amígdala y la corteza entorrinal no presentan cambios
significativos (Esiri, 2007).

De esta forma, algunos autores han planteado que con el envejecimiento las funciones cognoscitivas más afectadas son la
inhibición, el control mental, la atención dividida, el razonamiento abstracto, la inteligencia fluida, la extensión de memoria,
la evocación y la memoria de trabajo. Funciones necesarias para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria
(bañarse, vestirse o desvestirse, alimentarse, etc.). Al igual que para la realización de las actividades instrumentales donde
se requieren de habilidades de mayor complejidad para su ejecución, como tomar medicamentos, llamar por teléfono,
conservar la independencia, autosuficiencia y la calidad de vida durante el envejecimiento.

Numerosas investigaciones han propuesto que durante el envejecimiento la disminución de las funciones cognoscitivas se
debe esencialmente a un lento procesamiento de la información. Se reduce la capacidad para almacenar temporalmente y
manipular la información en la memoria, particularmente en la Memoria de Trabajo.

Los cambios cognoscitivos y conductuales que se observan durante el envejecimiento normal son muy parecidos a los que
ocurren en las fases iniciales de algunas enfermedades neurodegenerativas, como las demencias. Se ha planteado que la

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base de estos cambios radica en el deterioro de aquellos procesos que involucran funciones bioquímicas y moleculares,
donde las alteraciones metabólicas ocupan uno de los primeros lugares en las estadísticas epidemiológicas de las personas
adultas.

Por otra parte, se ha demostrado que con la edad la prevalencia de las alteraciones metabólicas es similar a la de
los desordenes cognoscitivos. Las principales alteraciones metabólicas asociadas son: la obesidad abdominal, la
hipertrigliceridemia, la hipo e hiper densidad de lipoproteína (HDL), la hipertensión y la hiperglicemia. Diversas evidencias
sugieren que estas alteraciones son un factor de riesgo para desarrollar demencia vascular, enfermedad de Alzheimer y
deterioro cognoscitivo leve Leve (Yaffe, 2007; Berg y Cols., 2009). De ahí la importancia de realizar estudios preclínicos,
con el fin de detectar oportunamente posibles cuadros demenciales.

Considerando lo expuesto en los párrafos anteriores, se diseñó un estudio cuyo objetivo principal consistió en analizar los
cambios asociados al funcionamiento de la memoria en población adulta joven que presenta alteraciones metabólicas.

Se evaluó el funcionamiento cognoscitivo de un grupo de adultos jóvenes sin antecedcentes neurológicos y psiquiátricos,
económicamente activos, con una edad promedio de 43 años y con una escolaridad de 11.4 años. Se aplicó la prueba
denominada Neuropsi Atención y Memoria (Ostrosky-Solís et al, 2003), desarrollada para evaluar los procesos de:
atención, memoria y funciones ejecutivas. Se descartó la presencia de trastornos en el estado de ánimo mediante el Test
de Depresión de Hamilton. La presencia de alteraciones metabólicas fueron evaluadas mediante análisis bioquímicos en
el suero sanguíneo (Glucometría y Perfil de lípidos: colesterol, triglicéridos, HDL, LDL), mediciones antropométricas (Índice
de Masa Corporal) y medición de la tensión arterial.

Los resultados encontrados muestran que los puntajes de la Memoria Total disminuyeron al aumentar los niveles de
colesterol en sangre (p=0.005). De manera particular, los procesos de evocación (memoria verbal espontánea, memoria
claves y pares asociados) se ven modificados ante la presencia de niveles elevados de colesterol (p=0.005). Se presentaron
cambios funciones ejecutivas (memoria de trabajo) relacionados con niveles altos en la tensión arterial y en los triglicéridos
(p=0.005).

Se discute la relación entre la afectación de los procesos de memoria en la población adulta joven asintomática con las
alteraciones metabólicas como posible factor de riesgo de desarrollar un deterioro cognoscitivo o un cuadro demencial. Lo
anterior es fundamental para diseñar tanto medidas preventivas como apoyo terapéutico a los adultos mayores encaminado
a la conservación de la autonomía, la evitación o retraso del deterioro cognoscitivo, y por ende, al mejoramiento de la
calidad de vida en la población adulta.

Referencias
Berg,V .E; Kloppenborg, R. P.; Kessels, R. C. & Kappelle, L. J; (2009). Type 2 diabetes mellitus, hypertension, dyslipidemia
and obesity: A systematic comparison of their impact on cognition. BBA - Molecular Basis of Disease; 1792 (5), 470-481,
12.
Esiri, M. M. (2007). Aging and the brain. Journal of Pathology, 21, 181-187.
Yaffe, K. (2007). Metabolic Syndrome and Cognitive Decline. Current Alzheimer Research, 4, 123-126.

Correo electrónico: aveleyra02@yahoo.com.mx

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Simposios Orales Arbitrados

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Simposios Orales Arbitrados

Simposio
Detección temprana de los factores de riesgo y protección en niños con requerimientos especiales
Coordinadora: Dra. Guadalupe Acle Tomasini
FES Zaragoza, UNAM

Descriptores: Factores de riesgo, factores protectores, detección temprana, necesidades educativas especiales,
resiliencia

La detección temprana de los factores de riesgo y protección asociados a la integración escolar de menores con
requerimientos especiales en el primer ciclo de educación primaria adquiere hoy en día particular relevancia. De acuerdo
a estudios previos (Acle, Roque, Zacatelco, Lozada y Martínez, 2007) existe en promedio un 35% de niños del primer ciclo
de primaria que presentan necesidades educativas especiales y que habitan en zonas de marginación social. Presentar
necesidades educativas especiales dentro de la escuela regular ubicará a los alumnos en una situación de vulnerabilidad sí
sus dificultades particulares no son resueltas de forma adecuada que en consecuencia afectará el logro de su integración
educativa y escolar. El modelo ecológico de riesgo/resiliencia enfatiza la relevancia de incluir en la detección temprana las
características e interrelación de los factores tanto de riesgo como protectores de los niveles individual, escolar, familiar y
social. En el caso de los niños que inician su vida escolar es fundamental considerar que están en proceso de desarrollo,
por lo que se requiere considerar los diversos dominios que constituyen las dimensiones críticas en la infancia tales como
la competencia social, la comprensión y uso del lenguaje, el control motor, la forma de enfrentarse a situaciones nuevas,
las capacidades cognitivas y de autorregulación. Supone asimismo que la evaluación considere la selección de una batería
multidimensional que incluya escalas basadas en la norma, en criterio, en el curriculum, medidas en las que se observe
el acuerdo o desacuerdo entre el contexto escolar y el familiar, en fin, escalas ecológicas. Una evaluación de este tipo
proveerá la base para la toma de decisiones respecto a cuáles serán los escenarios hacia los que se orientará de forma
prioritaria la intervención, como una forma de disminuir los riesgos y promover el desarrollo y prevenir riesgos educativos
futuros.

Bases del modelo ecológico de riesgo/resiliencia para la detección temprana en educación especial
Dra. Guadalupe Acle Tomasini
FES Zaragoza, UNAM

Uno reto importante para fomentar la resiliencia en nuestras escuelas y comunidades, en particular en lo que se refiere
a la atención de los alumnos especiales y sus familias, se refiere la necesidad de evaluar no sólo los comportamientos
resilientes sino los factores tanto de riesgo como protectores que están presentes en la situación de vulnerabilidad y
que serán los responsables de favorecer o no los procesos de adaptación. Como señalan Winslow, Sandler y Wolchik
(2006) la evaluación involucra múltiples dominios y niveles: el niño, la familia, la escuela y la comunidad. En un nivel
amplio la evaluación implicaría recopilar datos epidemiológicos sobre las adversidades, los recursos y los problemas que
prevalecen en una comunidad dada y que posteriormente podrán ser utilizados para seleccionar estrategias de intervención
específicas. Uno de los cambios relevantes en la concepción y estudio de la educación especial, se refiere a que la noción
de discapacidad no puede centrarse sólo en la descripción de las características personales, sino en reconocer en la
presencia, mantenimiento y/o erradicación de ella, a la interacción que existe entre las características individuales y las
demandas especiales que el ambiente ejerce sobre el individuo. Así, desde que se acepta que el medio influye en el modo
de conceptuar la discapacidad, este campo orienta su estudio de las personas con necesidades educativas especiales, con
o sin discapacidad, dentro de esa compleja interacción con las fuerzas ambientales que las rodean (Acle, 2006).

Se reafirma entonces, el abordaje de la evaluación de la resiliencia en educación especial desde una perspectiva ecológica;
a través de la que se estudie en qué forma la interacción de las distintas fuerzas ambientales y personales promueve o no
la disminución de los efectos de la vulnerabilidad. Como se ha señalado, la discapacidad leve o transitoria, constituye en sí
misma una condición de adversidad, lo que aunado a una atención inadecuada y/o a condiciones de marginación y pobreza
incrementa los factores de riesgo personales, escolares y sociales. En el caso particular de los niños, Fraser (2004)
señala que para ellos los efectos de la pobreza son tanto directos como indirectos. De manera directa, la pobreza conlleva
limitaciones en alimentación, cuidados de salud o educación y de manera indirecta, coloca a los padres en situaciones a
menudo difíciles, como lo sería el hecho de trabajar lejos de los hogares o tener bajos niveles educativos que les impide
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supervisar y monitorear de manera constante a los menores, lo que en el caso de niños con algún tipo de discapacidad se
vuelve aún más riesgoso.

De esta manera, el niño que presenta una discapacidad, generalmente vive en una familia, a su vez ésta habita en una
comunidad determinada. Cuando el niño crece asiste a la escuela y más tarde en la adolescencia puede llegar a trabajar en
su comunidad. Cada uno de estos ambientes conforma un sistema, organizado y determinado por límites físicos y sociales
propios, y ejerce su influencia en el niño. Los sistemas familiar y escolar tienen un papel relevante en lo que se refiere a
la regulación de los intercambios sociales, sean dichos sistemas abiertos o cerrados, éstos poseen reglas, asignan roles y
tienen el poder de determinar las actividades y el uso de los recursos (Fraser, 2004). De lo antes señalado se hace hincapié
en la importancia de considerar a la evaluación como un proceso integrativo que como indican Esquivel, Heredia y Lucio
(2007) provea un modelo explicativo de la conducta en distintos niveles: (a) biológico; b) psicológico; y, c) social. Todo lo
cual implica obtener información sobre las influencias relativas de los factores biológicos, de los patrones de aprendizaje
aprendidos, de las interacciones sociales y de las diversas situaciones contextuales en que los niños se desenvuelven.
No obstante, y como advierte Fraser (2004) es conveniente tener claro que al evaluar no siempre es posible identificar
completamente causas y efectos. Al abordar la complejidad de los multisistemas, el orden causal concebido en un sentido
tradicional puede que no exista. Para este autor al partir de un enfoque multisistémico se reconoce la reciprocidad causal
entre los sistemas, lo cual permite operar tanto a los factores protectores como a los de riesgo, los cuales en un momento
dado pueden ser causas pero en otro podrán serán efectos.

De esta manera y al considerar la complejidad de los fenómenos que se abordan al estudiar la resiliencia y los factores
de riesgo y protectores asociados se requiere considerar la multiplicidad de: a) dominios; b) medidas; c) informantes; d)
contextos; y ocasiones de evaluación (Forns, 1993). En el ámbito de la educación especial, eje central de esta propuesta,
lo antes citado adquiere relevancia, pues, estamos evaluando niños que presentan necesidades educativas especiales con
o sin discapacidad que están en proceso de desarrollo, lo que implica considerar los diversos dominios que constituyen
las dimensiones críticas en la infancia tales como la competencia social, la comprensión y uso del lenguaje, el control
motor, la forma de enfrentarse a situaciones nuevas, las capacidades cognitivas y de autorregulación, habilidades sociales.
Supone asimismo que la evaluación considere la selección de una batería multidimensional, que incluya escalas basadas
en la norma, en criterio, en el curriculum, medidas en las que se observe el acuerdo entre los diferentes profesionales que
participen y los informantes, en fin, escalas ecológicas (Forns, 1993). La participación de diferentes informantes es clave
para proporcionar datos sobre la conducta del niño: maestros, familiares, psicólogos. Lo que a su vez llevará a obtener
información de la conducta del niño en los diferentes ambientes y conocer así los efectos sociales de ésta, importa conocer
a la familia y su hábitat, las características de la escuela y el aula, el recreo, las interacciones en estos ambientes. Por
último, Forns (1993) y Sattler (2002) hacen énfasis en la importancia de llevar a cabo las evaluaciones en diferentes
ocasiones, pues ello permitirá identificar patrones de habilidades, comportamientos y ambientes. Considerar a la evaluación
desde una perspectiva ecológica implica considerarla como un proceso dinámico entre el niño y los ambientes con los que
interactúa.

Descriptores: Resiliencia, riesgo, protección, ecología educativa, educación especial

Factores protectores y de riesgo: influencia en el desempeño de niños con bajo rendimiento intelectual
Lic. Ma. Teresa Martínez Cordero, Mtra. Laura María Martínez Basurto y Dra. Guadalupe Acle Tomasini
FES-Zaragoza, UNAM

La Educación Especial ha experimentado trasformaciones de acuerdo a la evolución que existe sobre la conceptualización
y actitudes en torno a las personas con discapacidad. En la medida que hay cambios en las ideas, creencias, se reflejan
en los servicios que se ofrecen a las personas que presentan alguna dificultad. Sin embargo, aún existen alumnos que
no son considerados como candidatos a recibir una atención especializada, entre ellos se encuentran quienes presentan
un Bajo Rendimiento Intelectual, con un CI de 85 a 70, reflejándose dicha limitación en dificultades en el aprendizaje pero
también, en las actividades de la vida cotidiana. Esta definición pone de manifiesto que los niños con Bajo Rendimiento
Intelectual muestran problemas no sólo limitadas al campo cognoscitivo, sino que afectan otras áreas de su funcionamiento
emocional, escolar y social, las características que presentan son parecidas a las de alumnos con discapacidad intelectual,
la diferencia radica en el grado de las dificultades (Meléndez 2008). Debido al desconocimiento de su presencia en las
aulas, pueden ser confundidos o catalogados como alumnos con problemas de aprendizaje, emocionales, de conducta o
etiquetados como desmotivados o lentos. Al no ser identificados de manera oportuna, carecen de los apoyos y programas
educativos que den respuesta a sus necesidades. Para lograr una adecuada atención, es preciso contar con datos sobre
los factores de riesgo y protección individuales, escolares y familiares que influyen en su desempeño, por ello la importancia
de identificarlos de manera temprana.

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La resiliencia se presenta cuando existe una situación de adversidad y esta es mediada por los factores de protección, de
ahí la importancia de identificarlos en los alumnos con bojo rendimiento intelectual quienes se encuentran en una condición
de riesgo educativo. Los estudios sobre resiliencia reconocen cada vez más el papel del ambiente y de los sistemas con
los que las personas interactúan en su desarrollo psicológico. Según Ehrensaft y Tousignant (2005), la resiliencia no puede
darse sin un ambiente que sea también resiliente, ya que se trata de un proceso complejo que integra la participación de
actores a varios niveles: familia, barrio, comunidad, sociedad y cultura, por ello debe verse desde un enfoque ecológico.

El objetivo del presente estudio es identificar los factores protectores y de riesgo que influyen en el desempeño de alumnos
que presentan bajo rendimiento intelectual. Participaron cinco alumnos de primer grado detectados con un bajo rendimiento
intelectual, con una media de edad de 7 años. Pertenecen a una escuela primaria pública, ubicada en una zona marginal
de la Delegación Iztapalapa. Con los alumnos se aplicaron los siguientes instrumentos: Escala de inteligencia para nivel
escolar de Weschsler, WISC-R (1974), Prueba de Apercepción Temática para niños, Dibujo de escenas escolares, Dibujo
de la Familia, House, Tree and Person, Entrevista a niño, Evaluación de Lectura y Escritura (Martínez, 2006), Inventario
Experimental de Articulación (Melgar, 2008), a sus padres se les aplicaron Entrevista a Padres (Roque y Acle, 2007) e
Inventario de Conducta Adaptativa (Meléndez, 2008). Con las maestras se realizaron entrevistas informales, posteriormente,
se analizaron los datos para determinar los factores protectores y de riesgo en el área individual, familiar y escolar.

Los resultados muestran los siguientes factores de riesgo: en el área individual, todos los alumnos presentaron dificultades
severas en el área cognitiva con problemas para sintetizar y emplear la información, en la formación de conceptos abstractos,
en atención, concentración, memoria y en organización perceptivo visual. Todos muestran dificultades que van de severas
a leves en alguna de sus áreas adaptativas, en tres de los niños se encontraron dificultades en el ámbito afectivo y de
relaciones interpersonales. En el área escolar todos mostraron un desempeño bajo en lectura, escritura y cálculo y las
expectativas de los profesores eran pobres, los grupos eran numerosos y con una falta de limites y reglas claras en el aula.
En el área familiar todos provienen de familias desintegradas, con recursos económicos y materiales escasos, con un bajo
nivel de instrucción e inconsistencia en la disciplina, uno de los alumnos vivía en un ambiente de violencia y delincuencia.

Los factores protectores identificados fueron: en el área individual todos presentaron un adecuado desarrollo de aspectos
sensoriales, motores y de lenguaje en su uso semántico y un mejor desarrollo de habilidades verbales, dos de los alumnos
mostraron un nivel acorde a su edad en el aspecto afectivo y de relaciones interpersonales. En el área escolar la institución
es de tiempo completo por lo que ofrecía programas complementarios, además existía un liderazgo académico positivo por
parte del director. En el área familiar todos contaban con redes de apoyo de la familia extensa o de otras amistades y con
acceso a los sistemas de salud y educativos, en cuatro de los casos se mostraron interesados en apoyar en apoyar las
actividades escolares. Se concluye que es indispensable la identificación temprana de los factores protectores y de riesgo
en niños con bajo rendimiento intelectual, pues de esta forma sociedad, padres y maestros trabajaran en la instrumentación
de acciones que permitan incrementar los factores protectores para disminuir los de riesgo y así favorecer el aprendizaje.

Descriptores: Factores protectores, factores de riesgo, bajo rendimiento intelectual, desarrollo, integración educativa

Factores protectores y de riesgo: el papel de la resiliencia en los problemas de conducta


Lic. Delma Daleth Cid Cerón, Mtra. Laura María Martínez Basurto y Dra. Guadalupe Acle Tomasini
FES Zaragoza, UNAM

En las últimas décadas, el concepto de resiliencia ha atraído las miradas de profesionales en distintos ámbitos de la salud
y la educación. Comprende investigaciones y prácticas que han puesto de manifiesto la capacidad del ser humano para
resistir y superar las adversidades y para mantener una actitud positiva, a pesar de haber sufrido experiencias adversas.
La resiliencia es derivada de otras ciencias sociales, éstas la retoman para caracterizar aquellas personas que, pese a vivir
en condiciones de alto riesgo, se desarrollan sanamente y son socialmente exitosos. Dentro de este enfoque, se explica
que el individuo se enfrenta a factores de riesgo que hacen referencia a daños al individuo o situaciones adversas que
causan efectos negativos en la misma. Los factores protectores son las condiciones capaces de favorecer el desarrollo de
individuos o grupos y, en muchos casos, de reducir los efectos de circunstancias desfavorables. Se puede distinguir entre
externos e internos. Los externos se refieren a condiciones del medio que actúan reduciendo la probabilidad de daños; y los
internos se refieren a atributos de la propia persona (Munist, 1998). Investigadores coinciden al afirmar que los factores de
riesgo y protección se encuentran entrelazados y afectan el desarrollo humano al encontrarse presentes en sus diferentes
contextos. En el contexto educativo, la resiliencia tiene que ver con aumentar la probabilidad de éxito educativo más allá
de la vulnerabilidad que viene de las experiencias y condiciones medioambientales. Una premisa básica es que este tipo
de resiliencia puede ser promovido a través de intervenciones que mejoren el aprendizaje y conducta de los niños; que

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desarrollen las competencias y talentos que ellos poseen y que los protejan de las adversidades (Acevedo y Mondragón,
2005).

De acuerdo a Simari (2004), la aplicación de la resiliencia en el ámbito escolar y comunitario es importante para lograr
establecer vínculos prosociales, reafirmar los valores y evitar el aislamiento social que conduce a la gestación de la
violencia y discriminación. Situación que en ocasiones se presenta dentro de las aulas con los alumnos con problemas de
conducta debido a que éstos se encuentran en riesgo de presentar incapacidad para aprender la que no puede explicarse
satisfactoriamente por dificultades intelectuales, sensoriales neurofisiológicos ni de salud en general. Incapacidad para
construir o mantener relaciones interpersonales satisfactorias con otros niños y con los maestros, conductas inapropiadas
o inmaduras bajo condiciones normales, sensación general y profunda de desdicha o depresión, tendencia a presentar
síntomas físicos, como problemas en el habla dolores o temores, unidos a problemas personales o escolares (Bower, 1960,
en Gargiulio, 2003).

Estos alumnos suelen verse como niños problema por las personas que se encuentran a su alrededor, no reconocen sus
fortalezas. Por medio del fomento de la resiliencia, se puede enseñar a niños con problemas de conducta a enfrentar ese
ambiente adverso con el fin de que logren resolver sus dificultades de manera positiva, haciendo uso de aquellos factores
protectores que tenga a su disposición. De aquí que sea importante llevar a cabo un diagnóstico, evaluación e intervención
temprana con los niños de problemas de conducta. El objetivo del presente estudio es identificar los factores de riesgo y
protección en las esferas individual, escolar y familiar.

El presente es un estudio exploratorio. Participaron 20 alumnos de educación primaria: 13 de primero, 5 de segundo y


2 de tercero, con un rango edad de 6 a 9 años. Se les aplicó la Escala de Inteligencia para nivel escolar de Weschsler,
(1974), Prueba de apercepción temática para niños, Test del dibujo de la familia (Corman), Test HTP, Dibujo de la Escena
Escolar, (Martínez, A ,1999), Instrumento de evaluación del desempeño en lecto-escritura (Martínez, G, 2008), Sociograma
y Entrevista para niños. Con los padres y maestros se realizaron entrevistas.
Los factores protectores identificados en el área individual son: el 70% de los alumnos muestran niveles intelectuales
normales, con una situación favorable de nutrición y salud, con un adecuado desarrollo de sus aspectos sensoriales,
motores y de lenguaje. A diferencia de su esfera social y emocional ya que se observan dificultades en sus relaciones
interpersonales y con la autoridad, son alumnos que se perciben como rechazados, situación que genera un pobre
autoconcepto. En el área escolar existe como factor protector un liderazgo positivo por parte del director ,así como la
promoción de actividades extracurriculares atractivas para los menores, sin embargo se identifican como factores de riesgo
el horario extenso, los grupos numerosos así como la inconsistencia en la disciplina a causa de la falta de claridad en las
reglas dentro del aula. En el área familiar el 50% de los niños están en familias nucleares, en la mayoría de los padres
se percibió un disposición para apoyar. Como factor de riesgo se considera la ausencia de acuerdo entre los padres para
educar a sus hijos y en algunos casos la situación económica.
Por lo anterior se concluye que es de relevancia el identificar los factores protectores de riesgo y protección en los alumnos
con problemas de conducta, ya que al considerarlos se puede llevar a cabo una adecuada evaluación e intervención con
los mismos con la finalidad de crear en ellos conductas resilientes, que favorezcan su desempeño intelectual y social
superando sus adversidades. Henderson (2004) afirma que la construcción de la resiliencia en los alumnos no es “una cosa
más”, sino que constituye una educación de excelencia.

Descriptores: Problemas de conducta, riesgo individual, riesgo escolar, adaptación escolar, integración educativa

Detección de factores de riesgo en niños de primaria con problemas de aprendizaje


Lic. Lizbeth Andrea Anaya Pazarán, Mtra. Laura María Martínez Basurto y Dra. Guadalupe Acle Tomasini
FES Zaragoza, UNAM

Los problemas de aprendizaje desde un enfoque ecológico, surgen de la interacción que existe entre las características del
niño y los contextos en los que se desarrolla (Shea y Bouer, 1999). Los afectados son aquellos que presentan dificultades
para acceder a los contenidos académicos como lectoescritura y matemáticas a pesar de contar con adecuada capacidad
intelectual. Por tal motivo están expuestos a experiencias de fracaso que deterioran su autoconcepto y sentimiento de
autoeficacia para aprender (Mather y Ofiesh, 2005; Gargiulo, 2003). Los problemas de aprendizaje son una de las causas
del bajo rendimiento escolar y representan un riesgo de deserción de no ser diagnosticados y atendidos oportunamente
(Acle y Olmos, 1998). Actualmente se desconoce el número preciso de niños con éste problema en México debido a que
los casos se incluyen con otros en el rubro sin discapacidad, el último dato registrado es de1997 con 79 723 casos (SEP,
2008).

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Aunque un niño muestre problemas de aprendizaje, las consecuencias dependen de los factores que facilitan o limitan
su progreso. Las condiciones negativas o potencialmente negativas que impiden o amenazan el desarrollo normal son
considerados factores de riesgo (Keogh y Weisner, 1993), por el contrario las características del niño o del ambiente que
mitigan el impacto de las condiciones adversas son factores protectores (Henderson y Milstein, 2005). Detectar estos factores
y cómo operan, sobre todo al inició de la vida escolar, favorecerá intervenciones oportunas que reduzcan la posibilidad de
que el problema se presente o su impacto sea mayor, a fin de evitar experiencias de fracaso y deserción escolar. Fraser y
Benard (2004) señalan que al hacer la identificación se deben considerar los principales sistemas interrelacionados en la
vida del niño: a) las características biológicas y psicológicas; b) los factores familiares; y, c) escuela y comunidad.

Un modelo de riesgo-resiliencia es útil para explorar la función que tienen los factores en los éxitos que los menores
podrían mostrar a largo plazo.

El propósito de la investigación es detectar los factores de riesgo y protección que caracterizan a un grupo de niños de
primer a tercer grado, identificados con problemas de aprendizaje en una escuela primaria en la delegación Iztapalapa.
El estudio es de tipo exploratorio (Hernández, Fernández-Collado y Baptista, 2006). Se realizó en una primaria publica
de tiempo completo en Iztapalapa, zona considerada de alta vulnerabilidad (Acle, Roque, Zacatelco, Lozada y Martínez,
2007). Los participantes son 12 estudiantes, 7 mujeres y 5 varones, con una media de edad = 6.6 años. Siete cursan
1º, dos cursan 2º y uno 3º. Las madres tienen una media de edad = 31.8 y los padres =34.2 años; el 45% cuenta con
bachillerato, 21% secundaria, 21% licenciatura y 13% carrera técnica. Para detectar los factores de riesgo y protección que
caracteriza al grupo de niños se analizó la información derivada de las herramientas utilizadas para su detección: Escala
de Inteligencia Revisada para el Nivel Escolar (Wechsler, 1974), Evaluación de Lectura y Escritura (Martínez, 2008) y Test
Hause Tree, Person y Guía de Entrevista Estructurada para Padres (Acle y Roque, 2006) que aportaron información con
respecto a las cualidades psicológicas, de desarrollo y de rendimiento escolar del niño, así, como a las condiciones del
ambiente familiar y social en los que vive.

De los principales hallazgos cabe mencionar que en los niños se presentan los siguientes factores de riesgo: deficiencias
en memoria, atención, planeación y organización perceptivo visual importantes para el aprendizaje de la lectoescritura;
ansiedad, inseguridad, inadecuación, autoestima inapropiada y carencia de amistades. En la escuela: dificultades en
lectoescritura y matemáticas para el grado escolar que cursan que no fueron detectados por los docentes. Familia: 6
niños viven en hogares uniparentales, uno sin ninguno de los padres y el resto se divide entre familias nucleares, extensas
y compuestas únicamente 4 madres se dedican al hogar; los ingresos económicos familiares bajos, separación de los
padres, violencia, alcoholismo, inconsistencia en la disciplina, abandono, descuido, escasa participación de los padres con
nivel educativo bajo en las actividades escolares e indicadores de disturbios emocionales en ellos. Carencia de redes de
apoyo en la comunidad y escasees de agua. Los factores protectores detectados en los niños son: capacidad intelectual
de normal a superior, habilidad para formar conceptos, comprender situaciones sociales y uso apropiado del lenguaje oral.
Adecuada nutrición, acceso a servicio médico, asistencia regular a la escuela y expectativas de progreso e independencia
al respecto; actividades recreativas frecuentes y apoyo de la familia extensa, principalmente de los abuelos en la educación
y el cuidado de los niños.

Finalmente se concluye que las deficiencias en los procesos psicológicos en los niños representan factores de riesgo para
el óptimo rendimiento escolar, lo cual coincide con las características de los niños con problemas de aprendizaje halladas
por Gargiulo (2003) y Sattler, (2003). Las situaciones familiares negativas son factores de riesgo (Keogh y Weisner, 1993)
que pueden relacionarse con ansiedad, inseguridad y baja autoestima que repercuten sobre el rendimiento académico.
Una intervención bajo el modelo de riesgo resiliencia que considere las condiciones de vida positivas de los niños para
aminorar el impacto de los factores de riesgo a los que están expuestos, podría augurar resultados académicos positivos
como señalan Murray, (2003) y Wiener, (2003). Por lo tanto el rol del psicólogo bajo estas circunstancias puede ser un
factor protector dentro de la escuela. Finalmente al ser un estudio exploratorio aporta elementos importantes para guiar
intervenciones comprensivas, formular hipótesis para estudios correlaciónales y confirmatorios de las relaciones entre los
factores protectores y de riesgo en cada caso.

Descriptores: Problemas de aprendizaje, resiliencia, factores protectores, factores de riesgo, detección temprana

Evaluación de factores de riesgo de niños con problemas de lenguaje oral y escrito.


Lic. Melina Gómez González y Mtra. Rosalinda Lozada García
FES Zaragoza UNAM

De acuerdo con Romero (1997) el lenguaje es una facultad humana que permite representar el mundo interno y externo por

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medio de palabras, frases y oraciones, para transmitir las ideas que se pretenden comunicar. El lenguaje se representa por
medio de un sistema de signos que son arbitrarios puesto que no existe una parecido entre la forma del signo que se utiliza
y lo que éste significa y son convencionales porque el nombre no se relaciona de manera natural con lo que designa, sino
que se hace a partir de un conocimiento consensuado por los hablantes de una misma lengua, asimismo el lenguaje es
sistemático, porque se rige por reglas. Dado que el lenguaje forma parte del desarrollo global de los niños y es una piedra
angular en su proceso de aprendizaje, la evaluación e intervención temprana de los problemas de lenguaje cobra relevancia
por su repercusión en el desempeño académico, social e incluso emocional de los niños. Gagiulo (2003) define los problemas
de lenguaje como aquellas dificultades que se presentan a nivel expresivo (habla y escritura) y/o a nivel receptivo (escucha
y lectura) y que se manifiestan en uno más de los componentes lingüísticos: fonología, morfología, sintaxis, semántica y
pragmática afectando de forma significativa el desempeño académico del niño y por ende su integración educativa. De aquí
que la detección de este tipo de problemas cuando el niño inicia la primaria es de capital importancia, pues la consecuente
intervención disminuirá los factores de riesgo escolar. A lo anterior, es importante añadir el hecho de que si los niños habitan
en zonas marginadas y sus familias se encuentran en situación de vulnerabilidad económica y educativa sus problemas
pueden incrementarse. En estudios previos realizados en escuelas de la zona de Iztapalapa Acle, Roque, Zacatelco,
Lozada y Martínez (2007) reportan que un alto porcentaje de niños que al iniciar el primer grado, presentan dificultades
en la recepción y expresión del lenguaje a una edad en que no deberían estar presentes, conjuntamente con factores de
riesgo familiar y escolar.

El objetivo del presente trabajo fue realizar una evaluación diagnóstica de los factores de riesgo de alumnos del primer
ciclo de primaria con problemas de lenguaje oral y/o escrito para determinar sus necesidades y a partir de éstas elaborar
una propuesta de intervención. En la muestra participaron 17 niños; 6 mujeres y 11 hombres con edades entre los 6 y 8
años inscritos en primer ciclo en una primaria pública ubicada en la zona oriente de Iztapalapa que fueron referidos por
sus profesores por presentar problemas de lenguaje y/o aprendizaje. También participaron 14 padres de los alumnos y
dos profesores de grupo. De acuerdo con el censo de población y vivienda realizado por el INEGI en 2000, en el oriente
de la delegación Iztapalapa se concentra el mayor porcentaje de población y el mayor índice de analfabetismo con un
25% de niños y adolescentes de 6 a 14 años que no asiste a la escuela. En lo que respecta al nivel de instrucción solo el
22% de la población mayor de 15 años en Iztapalapa cuenta con instrucción básica. También se reportó que la población
económicamente activa es de 716,950 habitantes, de la que el 74% tiene que vivir con menos de 3 salarios mínimos. Estas
características hablan de un contexto que combina factores de riesgo generando un ambiente de vulnerabilidad para el
desarrollo integral de los niños. Para realizar la evaluación diagnóstica se solicitó el consentimiento informado de los padres
a quienes se les aplicó la Entrevista a Padres de Familia de Acle y Roque (2004;2006), también se aplicaron los siguientes
instrumentos con cada alumno: WISC- R Español (1983) , HTP de Buck y Warrem, (1994), Prueba de Articulación de
Sonidos en Español Melgar (2007), Prueba para Evaluar Lectura y Escritura de Martínez (2008), Prueba para Evaluar el
Lenguaje Expresivo y Receptivo de Bernal (2009), se registraron observaciones durante el periodo de evaluación y se
mantuvo comunicación constante con los profesores. Posteriormente se procedió al análisis e integración de resultados,
por último se elaboró el perfil grupal y el individual. Los resultados mostraron que de los 17 casos valorados, el 100%
obtuvo un Coeficiente Intelectual Total en la norma (91-109), el 41% presentó únicamente problemas de lenguaje escrito
reflejados en dificultades para la lectura y la escritura, mientras que un 29 % mostró problemas de lenguaje escrito que se
traslapaban con problemas de lenguaje oral asociados con dificultades en la lectoescritura, así como en el lenguaje oral
expresivo y receptivo y el 29% restante ya había adquirido la lectoescritura y no presentaba problemas de lenguaje oral.
Finalmente, los resultados muestran que la evaluación diagnóstica es fundamental para identificar las áreas o procesos
involucrados en el lenguaje oral y escrito de los alumnos.

Descriptores: Problemas de lenguaje, detección temprana, lenguaje oral, lenguaje escrito, intervención educativa

Simposio
Variables sociales, familiares y personales asociadas al consumo de tabaco y alcohol en adolescentes
Coordinador: Dr. Javier Aguilar Villalobos
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Consumo de alcohol y tabaco, motivos, creencias, modelos familiares, amigos

Este simposio presenta los resultados de cinco investigaciones sobre las relaciones entre diversas variables sociales,
familiares y personales, y varias medidas de consumo de tabaco y alcohol, realizadas con la participación de varios
centenares de estudiantes de bachillerato y licenciatura.

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Las dos primeras ponencias analizan los impactos de las creencias, las normas paternas, los amigos fumadores, motivos
para fumar y la dependencia tabáquica sobre el consumo de cigarros.

En los estudiantes de ambos niveles el sabor, las claves asociadas al cigarro y los amigos fumadores afectaron
significativamente el consumo de cigarros. En la preparatoria los fumadores hombres y mujeres no difirieron en ninguna
de las variables estudiadas; pero en la universidad los hombres superaron a las mujeres solamente en las sensaciones
vinculadas al sabor del cigarro.

Las ponencias tres y cuatro analizan los impactos de las creencias, los modelos familiares, los amigos bebedores, las
expectativas y motivos para beber, así como los problemas asociados, sobre el consumo de alcohol.

Los análisis de regresión, en la ponencia 3, revelaron que en licenciatura, las creencias, los amigos bebedores y las fiestas
tuvieron efectos significativos sobre dos medidas de consumo. En ambas muestras la escala social-reforzamiento positivo
fue predictor de las tres medidas de consumo de alcohol.

Los análisis de regresión, en la ponencia 4, indicaron que en ambas muestras las escalas de problemas y expectativas
positivas tuvieron efectos significativos sobre las tres medidas de consumo.

En la ponencia 5 los análisis de regresión múltiple mostraron que el consumo de cerveza fue predicho significativamente
por la búsqueda de sensaciones y la percepción de beneficios personales. La admiración hacia los pares fue un predictor
significativo del consumo de licor. El consumo de cinco bebidas o más, fue predicho significativamente por la búsqueda de
sensaciones y la percepción de beneficios.

Creencias, normas paternas, amigos fumadores, y motivos para el consumo de tabaco en adolescentes
Mtra. Carolina Sarmiento Silva*, Dr. Javier Aguilar Villalobos** y Dra. Alejandra Valencia Cruz**
*Escuela Nacional Preparatoria, UNAM
**Facultad de Psicología, UNAM

El incremento en el consumo del tabaco en jóvenes y sus consecuencias para la salud, lo convierten en un problema
social y de salud prioritario en México (ENA, 2008). La investigación sobre los factores de riesgo para el consumo señala la
existencia de factores biológicos, personales, familiares, sociales y culturales asociados (Calleja, 2009). Entre los factores
de riesgo que han mostrado fuertes relaciones con el comportamiento tabáquico en jóvenes se encuentra la presencia
de amigos fumadores (Kaufman, Castrucci, Mowery, Gertlach, Emonnt & Oleans, 2002), la permisividad de consumo de
tabaco en el hogar (Fletcher & Jefferis, 1999) y la creencia en los beneficios de fumar (Gómez-Durán, González & García,
1998). En cambio la supervisión que ejercen los padres sobre las actividades de los hijos (National Center of Addiction and
Subtance Abuse, 2003) y la creencia que tienen los jóvenes respecto de la adictividad del tabaco parecen actuar como
factores protectores (Ausems, Mesters, van Breukelen & de Vries, 2003).

El objetivo de este trabajo fue desarrollar escalas psicométricas para evaluar el consumo de tabaco, las creencias sobre el
consumo de tabaco, las normas paterna, los motivos para el consumo (que incluye sabor, claves, reforzamiento negativo
y reforzamiento positivo) y los amigos fumadores, en estudiantes de preparatoria y licenciatura de escuelas públicas que
posean confiabilidad y validez.

Métod
Las escalas se aplicaron a una muestra no probabilística de 449 de alumnos de dos planteles de bachillerato público y a
488 estudiantes de licenciatura de una universidad pública.

Instrumentos
1. La Escala de Creencias sobre el Consumo de Tabaco (ECCT) que consta de 16 aseveraciones acerca de diversas
creencias del cigarro y sus efectos, con cuatro opciones de respuesta en formato tipo Likert que van de totalmente en
desacuerdo (1) hasta totalmente de acuerdo (4). La puntuación más alta indica creencias más favorables hacia el consumo.
En preparatoria el coeficiente alfa fue.87 y en la licenciatura.90.
2. Escala de Normas Paternas (ENP), consta de cuatro afirmaciones referentes a las restricciones impuestas por los padres
al consumo de tabaco, un puntaje alto indica permisividad de los padres para el consumo de tabaco. En preparatoria el
coeficiente alfa fue.74 y en licenciatura.85.
3. Escala de Motivos, se evaluaron cuatro motivos para fumar mediante cuatro grupos de reactivos: sabor (5 reactivos),
claves (6 reactivos), reforzamiento negativo (7 reactivos) y reforzamiento positivo (7 reactivos). Las escalas tuvieron

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coeficientes de confiabilidad mayores a.70.


4. Escala de Amigos Fumadores (EAF), está constituida por dos reactivos sobre el consumo de amigos y amigas con cinco
opciones de respuesta que van de no tengo amigos/as fumadores/as a más de la mitad de mis amigos. En preparatoria el
coeficiente alfa fue.83 y en licenciatura fue.81.
5. Medidas de consumo: 1) número de días que fumó cigarros en el último mes, con 7 opciones de respuesta que van de
cero días a 30 días, y 2) la cantidad de cigarros consumidos en el último mes, con siete opciones de respuesta que va de
no fumé el mes pasado hasta más de 20 cigarros por día.

Resultados
En bachillerato, 119 estudiantes fueron fumadores (29.4% hombres y 70.6% mujeres), y en licenciatura, 152 fueron fumadores
(29.4% hombres y 70.6% mujeres). Las correlaciones entre el número de días y cada una de las variables medidas
fueron positivas y significativas en el caso de los estudiantes de preparatoria, lo mismo que entre la cantidad de cigarros
consumidos y cada una de las variables. En licenciatura, las correlaciones entre el número de días y todas las variables
estimadas fueron también positivas y significativas, en cambio las correlaciones entre cantidad de cigarros consumidos
fueron significativas solo con normas paternas, sabor, claves, reforzamiento positivo y reforzamiento negativo.

Los análisis de regresión múltiple mostraron que sabor, exposición a claves, y amigos fumadores resultaron predictores
confiables del número de días que los fumadores consumen tabaco en ambas muestras de estudiantes. El número de
cigarros fumados fue predicho, para los preparatorianos, por normas paternas, los amigos fumadores y la exposición a
claves, y para los de licenciatura, por las claves.

En preparatoria, los fumadores hombres y mujeres solamente difirieron en normas paternas a favor de los hombres; en tanto
que en licenciatura, los hombres obtuvieron mayores puntajes que las mujeres en normas paternas, sabor, reforzamiento
negativo, reforzamiento positivo, amigos fumadores y número de días de consumo.

Conclusiones
Las variables que explican el consumo de tabaco en estudiantes fueron el sabor, la exposición a claves y los amigos
fumadores. Lo cual significa que los estudiantes que disfrutan las sensaciones experimentadas al fumar, que responden
a claves para empezar a fumar y que se relacionan con amigos fumadores tendrán mayor probabilidad de fumar, tanto en
preparatorianos como en estudiantes de licenciatura. En cambio, fueron menos las variables que explican el número de
cigarros consumidos por los estudiantes de preparatoria: normas paternas, amigos fumadores y la exposición a claves),
esta última también explica el número de cigarros consumidos por estudiantes de licenciatura.

Con relación a las diferencias entre hombres y mujeres, los hombres preparatorianos percibieron mayor permisividad en
las normas paternas hacia el consumo de tabaco que las mujeres, en tanto que en licenciatura todos los puntajes de las
escalas fueron superiores en los hombres.

Finalmente, este estudio muestra que las propiedades psicométricas de cada una de las escalas fueron adecuadas, lo cual
es necesario para continuar investigando acerca de las variables sociales, familiares y personales asociadas a los diversos
comportamientos tabáquicos.

Descriptores: Consumo de tabaco, motivos, normas paternas, creencias, estudiantes de preparatoria y universitarios

Motivos de consumo tabáquico, dependencia y síndrome de abstinencia


en estudiantes de preparatoria y universitarios
Dra. Nazira Calleja Bello, Dr. Javier Aguilar Villalobos y Dra. Alejandra Valencia Cruz
Facultad de Psicología, UNAM

El tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en el mundo. En México, cada día mueren 165 personas a
consecuencias de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. Los adolescentes que fuman de manera regular
muy probablemente continuarán haciéndolo por un largo período, a pesar de sus deseos de abandonar su adicción. El
conocimiento de las variables que explican el comportamiento tabáquico entre los jóvenes permitirá guiar la asignación de
tratamientos para dejar de fumar y evitar las recaídas, así como prevenir su desarrollo en fumadores experimentales.

El propósito del presente estudio fue evaluar el efecto de variables motivacionales sobre el comportamiento tabáquico entre
los jóvenes, así como la relación de la dependencia de la nicotina y el síndrome de abstinencia con el consumo de tabaco.
También se exploraron las diferencias de género en estas variables.

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Participaron en el estudio 449 estudiantes de preparatoria (68.4% mujeres) y 488 de licenciatura (51.1% mujeres); de
ellos, eran fumadores el 26.5% y el 31.4%, respectivamente. El instrumento aplicado constó de 41 reactivos con cuatro
opciones de respuesta tipo Likert y evaluó las siguientes variables: a) Motivos de consumo de tabaco (basado en el
Wisconsin Inventory of Smoking Dependence Motives): sabor/procesos sensoriales, exposición a claves; reforzamiento
positivo y reforzamiento negativo, con 25 reactivos y los siguientes coeficientes alfa:.84,.70, 80 y.81, respectivamente en
preparatoria, y.88,.80,.84 y.90 en universidad; b) Dependencia de la nicotina (Test de Fagerström modificado), con nueve
reactivos, coeficiente alfa = 0.84 en preparatoria y 0.83 en universidad. c) Síndrome de abstinencia, cinco reactivos,
coeficiente alfa = 0.88 en preparatoria y 0.93 en universidad. d) Consumo tabáquico, medido con dos reactivos, cada uno
con siete opciones de respuesta: número de días y número de cigarros que el participante fumó durante el mes anterior.

Resultados
Se obtuvieron correlaciones altas y significativas entre las variables estudiadas. Tanto para los jóvenes fumadores de
preparatoria como para los universitarios, los motivos, particularmente la exposición a claves, correlacionaron con el
síndrome de abstinencia y con la dependencia de la nicotina, así como con el número de días que de tabaco; los índices de
correlación con la cantidad de cigarros fumados fueron menores, aunque también significativos. De acuerdo con los análisis
de regresión múltiple efectuados, tres de las variables estudiadas resultaron predictores confiables del número de días que
los fumadores consumen tabaco: la exposición a claves, el sabor/procesos sensoriales y la dependencia de la nicotina;
tales variables explicaron 49.0% de la varianza en los estudiantes de preparatoria y 37.4% en los universitarios. El número
de cigarros fumados fue predicho, para los preparatorianos, por el síndrome de abstinencia y la dependencia de la nicotina,
con una varianza de 24.4%, y para los universitarios, por las claves y la dependencia (varianza = 22.7%). De los estudiantes
de preparatoria entrevistados, el 24.6% de los varones y el 27.4% de las mujeres dijeron ser fumadores regulares; entre los
universitarios, lo eran el 37.0% de los varones y el 26.8% de las mujeres, diferencia que resultó significativa (χ2 = 5.859, gl
= 1, p =.010). En la preparatoria, los fumadores hombres y mujeres no difirieron en ninguna de las variables estudiadas; en
tanto que en la universidad, los hombres obtuvieron mayores puntajes que las mujeres en los motivos para fumar, excepto
en la exposición a claves (sabor/procesos sensoriales: t = 2.158, gl = 148, p =.033; reforzamiento negativo: t = 2.162, gl =
150, p =.032; y reforzamiento positivo: t = 2.035, gl = 151, p =.043), así como en la dependencia de la nicotina (t = 2.376,
gl = 150, p =.019), pero principalmente en el síndrome de abstinencia (t = 3.479, gl = 147, p =.001).

Conclusiones
La exposición a claves que propician que el fumador encienda un cigarro fue una de las variables que resultaron predictores
confiables del consumo de tabaco, tanto en preparatorianos como en universitarios. Este motivo refleja la tendencia del
fumador de responder a ciertos eventos que han sido asociados con la conducta de fumar (por ejemplo, oler el humo del
cigarro, ver a alguien fumar, terminar de comer). La segunda variable predictora fue el sabor y las propiedades sensoriales
de fumar. Los fumadores que disfrutan las sensaciones que experimentan al fumar (el sabor y olor del cigarro) tenderán a
repetir la conducta. También la dependencia de la nicotina explicó el consumo. Aunque se ha considerado a esta variable el
principal factor que mantiene el tabaquismo, en el presente estudio fue superado por motivos psicológicos. Respecto de la
diferencias entre hombres y mujeres, en los últimos años se ha observado un incremento en la prevalencia del tabaquismo
femenino en la mayoría de los países. Esta tendencia se observó en el presente estudio, ya que, si bien en la universidad
hubo un mayor porcentaje de hombres que de mujeres fumadores, y sus puntajes en la mayoría de las variables fueron
superiores a los de las mujeres, en las generaciones que se encuentran actualmente en la preparatoria, las mujeres fuman
a la par de los hombres y sus motivos son similares, así como su dependencia de la nicotina y su síndrome de abstinencia.
Estos hallazgos alertan en relación con la urgencia de implementar programas dirigidos específicamente a las jóvenes.

Descriptores: Tabaco, fumar, dependencia de la nicotina, síndrome de abstinencia, motivos para fumar

Creencias, motivos, modelos familiares, amigos bebedores, fiestas y consumo de alcohol en adolescentes
Dra. Alejandra Valencia Cruz, Dr. Javier Aguilar Villalobos y Lic. Amira Aguilar Casis
Facultad de Psicología, UNAM

El consumo de alcohol constituye una problemática social del mayor interés; las consecuencias negativas que tiene para
la salud física y mental, así como para la convivencia y el desarrollo de los individuos colocan al tema entre las principales
preocupaciones a nivel personal y familiar, pero también de las organizaciones sociales y de las instituciones públicas.

Las pautas de consumo entre los adolescentes han sufrido cambios durante los últimos tiempos y han adoptado
características peculiares propias de este grupo de edad. Las creencias predominantes sobre el alcohol siguen destacando
sus efectos positivos, la emergencia de nuevos motivos para el consumo, la concentración de los periodos de bebida
durante el fin de semana o periodos festivos, y el consumo fuera de la casa y del contexto familiar contribuye a reforzar las

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relaciones entre iguales.

El objetivo general de esta investigación fue determinar la influencia de las creencias, motivos, modelos familiares, amigos
bebedores y la asistencia a fiestas, sobre el consumo de alcohol entre estudiantes de preparatoria y licenciatura de escuelas
públicas.

Muestra
Participaron en la investigación 449 estudiantes de preparatoria de los cuales 276 son bebedores (92 hombres y 184
mujeres), y 488 de licenciatura de quienes 329 son bebedores (158 hombres y 171 mujeres).

Instrumentos
1. Escalas de creencias sobre el consumo de alcohol. Consta de 15 aseveraciones muy difundidas acerca del alcohol
y sus efectos, para las cuales se ofrecen cuatro opciones de respuesta en formato tipo Likert que van de totalmente en
desacuerdo (1) hasta totalmente de acuerdo (4). En ambas muestras el coeficiente alfa fue de.75.
2. Escalas de motivos. Se elaboraron cuatro escalas para evaluar los motivos siguientes: Social- reforzamiento positivo (9
reactivos), reforzamiento negativo (4 reactivos), reafirmación (5 reactivos) y conformidad (4 reactivos).
3. Modelos familiares. Consta de tres afirmaciones referentes a la frecuencia con que los padres y hermanos consumen
alcohol.
4. Amigos bebedores. Consta de cuatro aseveraciones referentes a la frecuencia de consumo de alcohol de los amigos y
de las reuniones con amigos bebedores. Las opciones de respuesta van de 1 (ninguno toma/nunca) a 4 (más de la mitad
toma/siempre). En la preparatoria el coeficiente alfa fue.73 y en la licenciatura fue de.62.
5. Fiestas. Contiene dos afirmaciones referentes a la frecuencia con que se asiste a bares y “fiestas”. Las opciones
de respuesta van de “nunca” (1) a “al menos una vez a la semana”. En la preparatoria el coeficiente alfa fue.56 y en la
fue.72.
6. Consumo: Se midió con tres reactivos individuales: 1) durante los pasados treinta días cuántos días tomaste; las opciones
iban desde “0 días” hasta 30 días”, 2) durante los pasados 30 días por lo general cuánto tomaste cada día; con opciones
que iban desde 0 hasta 5 o más y 3) en los últimos 30 días, ¿cuántas veces tomaste 5 o más bebidas seguidas (una tras
otra)?, con opciones desde “no tomé durante los pasados 30 días (un mes)” hasta 10 o más veces.

Resultados
Los análisis de correlación mostraron que en ambas muestras las escalas de amigos, fiestas, social-reforzamiento positivo
y reforzamiento negativo correlacionaron positivamente con las tres medidas de consumo.

Los análisis de regresión mostraron que en ambas muestras el motivo social-reforzamiento positivo fue predictor de las
tres medidas de consumo de alcohol. En preparatoria dicho motivo y el de conformidad predijeron el consumo de cinco
bebidas o más. Del entorno soci0-familiar los amigos bebedores propiciaron dicho consumo. En licenciatura el motivo de
conformidad-reafirmación predijo el número de bebidas consumidas y el consumo de cinco o más bebidas. En dicho nivel
escolar los consumos por número de bebidas y de cinco bebidas o más fueron predichos por las creencias, los amigos
bebedores y las fiestas; el consumo por día fue predicho únicamente por los amigos bebedores y las fiestas.

En ambas muestras se observaron diferencias de género en las tres medidas de consumo y en el motivo social-reforzamiento
positivo. En licenciatura hubo diferencias en creencias, reforzamiento negativo y conformidad-reafirmación, mientras que
en preparatoria sólo hubo diferencias en el motivo reafirmación. En todos los casos los hombres obtuvieron los puntajes
más altos.

Conclusiones
El crecimiento del consumo de las bebidas alcohólicas del bachillerato a la licenciatura, el cual pasó de 4.16 a 5.76 días de
consumo en un mes está asociado a la compañía de los amigos bebedores y a la asistencia a fiestas y discotecas.

Una característica relevante del consumo excesivo entre los estudiantes de bachillerato es el deseo de ser aceptado dentro
de un grupo, así como la influencia de los amigos bebedores, mientras que entre los estudiantes de licenciatura el deseo
de ser aceptado pasa a segundo plano frente a la influencia de aquellos y la asistencia a centros de consumo.

Tanto en la licenciatura como en la preparatoria, es patente la percepción de las bebidas alcohólicas como generadoras de
estados emocionales positivos tanto a nivel individual como grupal.

Descriptores: Consumo de alcohol, modelos familiares, amigos bebedores, motivos, estudiantes de preparatoria y
universitarios

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Expectativas, problemas y consumo de alcohol en adolescentes


Dr. Javier Aguilar Villalobos, Dra. Alejandra Valencia Cruz y Lic. Amira Aguilar Casis
Facultad de Psicología, UNAM

Es conocida la creencia en la invulnerabilidad común entre los jóvenes adolescentes con respecto a accidentes y lesiones
que pudieran sufrir al confrontar situaciones de riesgo elevado. Muchos jóvenes destacan los beneficios de ingerir alcohol
y minimizan los peligros potenciales; creen que el consumo es controlable, benéfico y que tanto ellos como otros corren
riesgos menores.

A pesar de ello, los jóvenes reconocen una estrecha asociación entre el consumo de bebidas alcohólicas y diversos
problemas familiares, económicos y afectivos derivados de su consumo.

El objetivo general de esta investigación fue determinar la influencia de las expectativas positivas y negativas de los
jóvenes sobre el consumo de alcohol, así como identificar los problemas más comunes derivados de dicho consumo entre
estudiantes de preparatoria y licenciatura de escuelas públicas.

Muestra
Participaron en la investigación 449 estudiantes de preparatoria de los cuales 276 son bebedores (92 hombres y 184
mujeres), y 488 de licenciatura de los cuales 329 son bebedores (158 hombres y 171 mujeres).

Instrumentos
1. Expectativas positivas. Contiene tres afirmaciones que expresan expectativas positivas al consumir alcohol. En la
preparatoria el coeficiente alfa fue.70 y en la licenciatura.76.
2. Expectativas negativas. Consta de ocho reactivos referentes a expectativas negativas al consumir alcohol. En la
preparatoria el coeficiente alfa fue.82 y en la licenciatura.83.
3. Problemas. Contiene nueve afirmaciones que hacen referencia a daños físicos o problemas con otras personas como
consecuencia del consumo de alcohol. En la preparatoria el coeficiente alfa fue.66 y en la licenciatura.78.
4. Frecuencia de consumo: Se midió con tres reactivos individuales: 1) durante los pasados treinta días (un mes), cuántos
días tomaste alcohol; cuyas opciones iban desde “0 días” a “cada día, los 30 días”, 2) durante los pasados 30 días, en
promedio qué cantidad tomaste, con opciones que iban desde cero hasta “5 o más bebidas”, y 3) en los últimos 30 días,
¿cuántas veces tomaste 5 o más bebidas seguidas (una tras otra)?, con opciones desde cero hasta “10 o más veces”.

Resultados
Se realizó un análisis de correlación para determinar las interrelaciones entre las escalas de expectativas y problemas con
el consumo de alcohol. Los resultados mostraron relaciones significativas y positivas entre las expectativas positivas y los
problemas, con las tres medidas de consumo en ambas muestras.

Los análisis de regresión mostraron que en ambas muestras las escalas de problemas y expectativas positivas tuvieron
efectos significativos sobre las tres medidas de consumo. En la licenciatura, la escala de expectativas negativas sólo tuvo
efectos significativos sobre tomar cinco o más bebidas seguidas; mientras que en la preparatoria únicamente tuvo efectos
sobre el promedio de bebidas.

Se encontraron diferencias significativas, entre hombres y mujeres, en todas las escalas, obteniendo los primeros los
puntajes más altos.

Las escalas de expectativas positivas y la de problemas tuvieron efectos significativos sobre el número de días de consumo,
y ambas junto con la escala de expectativas negativas afectaron el consumo promedio y el consumo de de cinco o más
bebidas.

En el análisis de regresión por reactivo de la escala de expectativas positivas el predictor “me divierto mucho” tuvo efectos
significativos sobre las tres medidas de consumo en ambas muestras, Las expectativas negativas no fueron predictores
de ninguna medida de consumo en la preparatoria, pero en licenciatura el predictor principal fue “comportarme de manera
ruda” en las tres medidas. En preparatoria, los reactivos de problemas que predijeron el consumo por días y por cinco
bebidas o más fueron “pelearme a golpes” y “accidentes automovilísticos”; y en el consumo por bebida y por cinco bebidas
o más fueron “problemas con mi familia” y “daños a mi ropa u otros objetos de mi propiedad”. En licenciatura el predictor
de consumo por día y por cinco bebidas o más fue “accidentes automovilísticos”, además “me han asaltado o robado” fue
también predictor del consumo por día. Los predictores del consumo por bebida y cinco bebidas o más fueron “daños a mi
ropa u otros objetos de mi propiedad” y “problemas con mi pareja”.

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Al comparar las puntuaciones de expectativas y problemas, se encontraron diferencias entre hombres y mujeres en los
tres reactivos de expectativas positivas; en licenciatura sólo hubo diferencia en “me siento más amistoso y desenvuelto”,
teniendo los hombres las puntuaciones más altas. Con respecto a las expectativas negativas, en ambas muestras sólo
hubo diferencias en “comportarme de manera ruda o grosera”. En la licenciatura los hombres tuvieron puntuaciones más
altas en “hacer algo peligroso”; en cambio, las mujeres mostraron puntuaciones más altas en “que alguien abuse de mí
sexualmente”.

En la preparatoria hubo diferencias de género en los reactivos “pelearme a golpes”, “tener relaciones sexuales de las
que me arrepiento después” y “tener relaciones sexuales sin protección”. En la licenciatura se encontraron diferencias
significativas en todos los reactivos, excepto en “problemas con mi familia” y “daños a mi ropa u otros objetos de mi
propiedad”. En todas las diferencias encontradas los hombres presentaron las medias más altas.

Conclusiones
Las expectativas positivas respecto a las bebidas alcohólicas influyen fuertemente su consumo, en contraposición con el
escaso efecto de las expectativas negativas. Por otro lado, los jóvenes reconocen claramente las experiencias negativas
que han sufrido a consecuencia del consumo de alcohol, lo cual sin embargo no modifica sus expectativas positivas.

En la preparatoria los hombres tienen mayores expectativas positivas que las mujeres con respecto al consumo de alcohol,
aunque en la licenciatura disminuyen dichas diferencias lo cual se puede ver a sus mayores experiencias de consumo de
alcohol. Asimismo, las diferencias de género tienden a desaparecer en las expectativas negativas, por lo misma razón.

En relación con los problemas, en la preparatoria, los hombres superan a las mujeres en riñas y en relaciones sexuales,
como se podía esperar, pero en la licenciatura las diferencias de género comprenden la mayoría de los problemas, lo cual
es consecuencia del mayor consumo de los hombres.

Descriptores: Consumo de alcohol, expectativas positivas, expectativas negativas, problemas, estudiantes de preparatoria
y universitarios

Variables sociales y de personalidad relacionadas con el consumo de alcohol en adolescentes


Lic. María del Carmen Malpica Jiménez* y Dr. Javier Aguilar Villalobos**
*Formo Internacional Consultores, S.C.
**Facultad de Psicología, UNAM

Las cifras de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, indican que 9.3% de la población de 12 a 65 años son bebedores
consuetudinarios y 9.7% son dependientes del alcohol. En el reporte se destaca que los adolescentes están copiando
los modelos de consumo de los adultos y que una proporción importante presenta problemas con su manera de beber.
Sobresale también el aumento en el consumo de alcohol entre las mujeres adolescentes.

Una de las líneas de acción más importantes para atender esta problemática es el trabajo de prevención con los adolescentes:
anticipar la presencia de factores de riesgo ofrece la oportunidad de minimizarlos.

Aunque la investigación psicológica sobre el tema ha permitido estudiar distintas variables que parecen relacionadas con el
consumo de alcohol, e incluso ha perfilado modelos para explicar su papel, entre otras: la percepción de riesgo(Hampson,
S. et al, 1999), el control del ego o control de impulsos(Letzring,T., et al, 2004), la impulsividad y la búsqueda de
sensaciones(Simon, T., et al, 1994). En nuestro país es aún incipiente el uso de instrumentos que permitan identificar la
presencia de estas variables en la población de adolescentes y aprovechar la información con fines preventivos.

El propósito de este trabajo consiste en investigar la influencia de la percepción de riesgos, beneficios, la admiración
de otros y la búsqueda de sensaciones, sobre el consumo de bebidas alcohólicas entre una muestra de estudiantes de
preparatoria.

Muestra
Un total de 130 estudiantes de 15 a 61 años de edad -70 hombres y 60 mujeres- que estudian en una preparatoria privada
en la zona de Texcoco, Estado de México, y cuyo nivel socioeconómico es medio-bajo.

Instrumentos
1. Consumo de alcohol. Consta de tres reactivos referentes al consumo de alcohol en los últimos seis meses: consumo

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de cerveza, consumo de licores fuertes y tomar cinco bebidas o más continuas, con cinco opciones de respuesta que van
desde ninguna hasta once o más. El valor del coeficiente “Alfa de Cronbach” fue.900.
2. Percepción de riesgo personal. Contiene cinco reactivos acerca del riesgo que tendrías de lastimarte o enfermarte por la
ingestión de cervezas, licores fuertes y por tomar cinco bebidas o más continuas; así como por manejar un auto después
de haber bebido cinco bebidas o más, y subirte a un auto conducido por alguien que hubiese tomado cinco bebidas o más.
El valor de la media fue 20.32, la desviación estándar, 4.52, y el coeficiente alfa,.616.
3. Percepción de beneficios. Consta de cinco reactivos referentes al placer o beneficio que tendría el tomar cerveza, tomar
licores fuertes o tomar cinco bebidas o más, manejar un auto después de haber tomado cinco bebidas o más y subirte
a un auto conducido por alguien que hubiese tomado cinco bebidas o más. El valor de la media fue 12.15, la desviación
estándar, 5.49, y alfa, 812.
4. Percepción de la admiración hacia pares. Se midió con cinco reactivos acerca de la admiración por parte de tus amigos
hacia los jóvenes de tu edad que toman cerveza, toman licores, toman cinco bebidas o más, manejan un auto después de
haber tomado cinco bebidas o más y se suben a un auto conducido por alguien que hubiese tomado cinco bebidas o más.
El valor de la media fue 14.29, desviación estándar, 6.24, y alfa, .883.
5. Búsqueda de sensaciones. Consta de quince aseveraciones acerca del gusto por tener experiencias nuevas y excitantes
a través de muy diversos medios, las cuales el estudiante califica como Falsas o Verdaderas. El valor de la media fue 23.06,
la desviación estándar, 3.21, y alfa,.731.

Resultados
Se realizaron análisis de regresión múltiple para predecir el consumo de cerveza y licor, así como para la ingestión de cinco
o más bebidas a partir de las variables independientes consideradas.

Para el consumo de cerveza se obtuvo un coeficiente beta=.313 con un nivel de significancia al.002 para la escala de
búsqueda de sensaciones y, valores de.286 y.005, respectivamente, para la percepción de beneficios.

El consumo de licores fuertes mostró un coeficiente estandarizado beta=.356 con un nivel de significancia al.000 para la
escala de búsqueda de sensaciones, y, valores de -.165 y.043, respectivamente, para la admiración de pares.

La regresión múltiple para “consumir cinco bebidas o más, una tras otra” obtuvo un coeficiente estandarizado beta=.344
con un nivel de significancia al.000 para la búsqueda de sensaciones y, de valores de.189 y.047, respectivamente, para la
percepción de beneficios o placer.

Conclusiones
Los resultados confirman los hallazgos ya reportados, en la ponencia 4, de que son los beneficios esperados, y no los
riesgos personales los que se asocian al consumo de bebidas alcohólicas. Asimismo se corrobora que la búsqueda de
sensaciones nuevas juega un papel muy importante en el consumo de bebidas alcohólicas

Descriptores: Consumo de alcohol, búsqueda de sensaciones, admiración de pares, riesgo personal, estudiantes de
preparatoria

Simposio
Perspectivas sobre la investigación en Trastornos de la Conducta Alimentaria
Coordinadora: Dra. Georgina Leticia Alvarez Rayón
FES Iztacala, UNAM

Descriptores: Conducta alimentaria, imagen corporal, trastornos alimentarios, factores de riesgo, epidemiología

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) constituyen una problemática que ha generado un creciente interés entre
los profesionales de la salud, y aunque no puede decirse que sean trastornos “nuevos” dentro de nuestra sociedad, su
investigación sistemática es relativamente reciente, sumando apenas tres lustros. Desde diferentes perspectivas se ha
intentado dar respuesta a una interrogante en común: cuáles son los factores implicados en el origen y el desarrollo de los
TCA, sin embargo son pocas las revisiones sistemáticas que analizan las aportaciones, limitaciones e implicaciones en
cuanto a los hallazgos empíricos. La relevancia de estas revisiones no sólo radica en brindar un amplio panorama del estado
del arte, sino que permiten delinear las vertientes a seguir en futuras investigaciones. Por ello, el objetivo de este simposio
es analizar y discutir, desde un enfoque biopsicosocial, las evidencias más actuales en cuanto al estudio de la imagen
corporal y los TCA, con énfasis en los desarrollos tanto conceptuales como metodológicos. Primeramente se analizará

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–desde una perspectiva psicobiológica– cómo los sistemas de neurotransmisores canabinoides influyen en el control de la
ingesta de alimento. Posteriormente se reflexionará acerca de las inconsistencias entre los estudios dirigidos a valorar la
existencia de cambios sobre el tiempo en la prevalencia de los TCA. Además, considerando que la insatisfacción corporal
es identificada como uno de los principales factores de riesgo de estas psicopatologías, se analizarán sus particularidades
en función del sexo y las diferentes etapas del desarrollo. Enseguida se examinará si las alteraciones cognoscitivas
constituyen una condición precedente o consecuente a los TCA. Finalmente, se analizará qué de la condición femenina
–en tanto interiorización de estereotipos de género– puede representar un factor de vulnerabilidad para el desarrollo de un
TCA y, como contraparte, qué de la condición masculina puede serlo para el trastorno dismórfico muscular.

Canabinoides y conducta alimentaria


Lic. Nancy Mónica Cendejas Trejo
FES Iztacala, UNAM

Los seres humanos han usado la marihuana a lo largo de la historia con diversos fines, que van desde lo recreativo hasta lo
medicinal, pero fue hasta los años 60’, con el auge del consumo lúdico de la marihuana, que la ciencia comenzó a estudiar
de manera sistemática la potencialidad terapéutica de la planta. De los primeros resultados importantes arrojados por la
investigación, fue el descubrimiento del principal componente psicoactivo de la cannabis sativa, el ∆9-tetrahidrocanabinol
(∆9-THC). Los siguientes años de estudio resultaron en nuevos y muy relevantes aportes, la identificación de los
endocanabinoides, sustancias endógenas derivadas de ácidos grasos, cuyos principales representantes son la anandamida
y el 2-araquidoilglicerol. Los endocanabinoides se unen a los receptores de la familia de los canabinoides, conformada por
el receptor CB1, localizado principalmente en el sistema nervioso central, y el receptor CB2 que se encuentra, mayormente,
en tejido periférico. Recientemente a esta familia se han unido el receptor GPR55 y el TRPV1. Estos hallazgos permitieron
establecer la existencia del Sistema Endocanabinoide, cuya exploración describe los diferentes efectos de los canabinoides
y estudia posibles usos terapéuticos. Un efecto estudiado recientemente se relaciona con la conducta alimentaria y la
propuesta de terapias basadas en el antagonismo canabinoide como un tratamiento para padecimientos que aquejan
ampliamente a la sociedad, como son la obesidad y la dislipidemia. Mucha de la investigación se ha realizado en modelos
animales, en donde se ha descrito que los agonistas CB1, como la anandamida, el ACEA o el ∆9-THC, al administrarse
sistémicamente en dosis bajas estimulan la ingesta, principalmente de alimento paladeable; mientras que las dosis bajas
disminuyen la ingesta, lo que indica que los agonistas canabinoides producen un efecto de U invertida. Por otro lado, los
antagonistas de los receptores CB1, como el rimonabant o el AM 251, reducen la ingesta y previenen el efecto estimulatorio
de los agonistas, lo que demuestra que dichos efectos son mediados por los receptores CB1. Además se ha encontrado
que cuando los agonistas y antagonistas de los receptores CB1 se aplican intra-núcleo paraventricular, se mimetizan
los efectos observados tras la administración sistémica. Con base en estos descubrimientos se creó un medicamento
dirigido a combatir la obesidad, el rimonabant (Acomplia ®), que llegó a probarse en humanos con resultados positivos,
ya que fue capaz de disminuir hasta en 10% el peso corporal, la medida de la cintura, los triglicéridos y el colesterol de
baja densidad, pero acompañado de alteraciones del estado del ánimo como ansiedad y depresión. Los mecanismos por
los cuales los canabinoides producen sus efectos sobre la conducta alimentaria no han sido plenamente elucidados, pero
se ha sugerido que involucran principalmente dos aspectos, uno relacionado con el balance energético y el otro con el
sistema mesolímbico de la recompensa. Con lo que respecta a la regulación del balance energético, éste involucraría a
los receptores CB1 localizados periféricamente en el tracto gastrointestinal, donde modulan los péptidos anorexigénicos
–como la colecistocinina y la grélina– en el hígado, promoviendo la oxidación de grasa y el decremento en plasma de las
grasas libres, los triglicéridos y el colesterol total; y en el páncreas a través de la regulación de la secreción de insulina,
glucosa y glucagón. También una regulación central del balance energético a través de los receptores CB1 localizados en
el núcleo paraventricular hipotalámico, que es un importante centro regulador de la ingesta y el balance energético, por
medio de la modulación de péptidos hipotalámicos orexigénicos y anorexigénicos. Por otro lado, tomando en cuenta que
se describió la presencia de receptores CB1 en el núcleo accumbens, el cual forma parte del sistema mesolímbico de la
recompensa, se indagó sobre la influencia de los canabinoides en las propiedades reforzantes de las drogas de abuso y
los reforzadores naturales, como el alimento. Por medio de modelos animales, se ha mostrado que los agonistas de los
receptores CB1 son capaces de generar el condicionamiento a la preferencia de lugar, aumentan la autoadministración y
las recaídas, es decir, incrementan las conductas de búsqueda y consumo de drogas de abuso y de reforzadores naturales;
mientras que los antagonistas canabinoides inhiben el condicionamiento por preferencia de lugar, la autoadministración
y el reestablecimiento. El componente motivacional del alimento se basa en el liking (reacción hedónica del placer de la
recompensa) y wanting (incentivo motivacional que es atribuido a recompensas y a sus predictivas pistas). Es en este
componente donde se propone que influyen los canabinoides, a través de modular las propiedades reforzantes del alimento,
por medio de la regulación de la liberación de dopamina en el núcleo accumbens.

Descriptores: Conducta, alimentación, canabinoides, neuropsicología, núcleo paraventricular hipotalámico

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Consideraciones metodológicas en el estudio de la prevalencia de los TCA


Lic. Mayaro Ortega Luyando, Dra. Georgina Leticia Alvarez Rayón,
Lic. Adriana Amaya Hernández y Dr. Juan Manuel Mancilla Díaz
FES Iztacala, UNAM

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son problemáticas que han evolucionado a través de los años, atravesando
las diferentes culturas, etnias, edades, estatus económicos y sexos. Pero en el caso específico de la Bulimia Nerviosa (BN)
y de los Trastornos de la Conducta Alimentaria No Específicos (TCANE) se ha encontrado que a partir de la segunda mitad
del siglo XX han afectado en mayor medida a mujeres adolescentes y adultas jóvenes, llegando a constituirse en un grave
problema de salud pública ya que se reporta que en esta población se ha producido un incremento de dos a cinco veces
en las cifras de prevalencia, registrándose los siguientes datos: 0.5 a 1% para Anorexia Nerviosa (AN), 1 a 3% para BN
y 3% para TCANE, esto de acuerdo con la American Psychiatry Association (APA) en el DSM-IV-TR (2000). No obstante,
existen algunos estudios que afirman lo contrario, sustentando que la prevalencia ha ido en disminución, particularmente
durante la última década. Por ejemplo, Keel, Heatherton, Dorer, Joiner y Zalta (2006) realizaron un estudio longitudinal de
cohortes que comprendió un análisis de 20 años, donde compararon las prevalencias estimadas en: 1982, 1992 y 2002.
Estos autores encontraron un decremento significativo en la prevalencia de TCA en general, siendo de 18.5% en 1982,
pasando por 11.3% en 1992 y permaneciendo estable en el 2002 con un 11.7%; registrándose una situación similar para
el caso de la BN y sus síntomas. Contrariamente, en cuanto a la prevalencia de la sintomatología de TCA, en un estudio
realizado con mujeres universitarias suecas, Engström y Norring (2002) señalan una leve tendencia a la disminución que
no resulta estadísticamente significativa en cuanto a las estimaciones de 1993 (6.1%) y la de 1998 (5.7%). Asimismo,
Crowther, Armey, Luce, Dalton y Leahey (2008) calcularon la prevalencia de sintomatología de BN a lo largo de un periodo
de 15 años, esto en una muestra de 6844 mujeres universitarias estadounidenses, y encontraron que las estimaciones
fluctuaron ente 2.1% y 2.5%, manteniéndose estables en el periodo evaluado, y lo mismo se observó en cuanto al atracón,
el vómito autoinducido, el consumo de laxantes y la realización ayuno, pero no así respecto al consumo de diuréticos,
cuya prevalencia fue incrementando significativamente, ni en cuanto a la práctica de ejercicio excesivo, la cual –por el
contrario– fue significativamente menor. En México ha sido escasa la investigación epidemiológica, sin embargo, un
estudio realizado por Mancilla-Díaz et al. (2007), en el que evaluaron la prevalencia de TCA entre mujeres universitarias
a través de un método de dos fases, comparando las tasas registradas en 1995 vs. 2002, se sustentó un incremento en
la prevalencia de los TCA, pasando de 0.5% a 1.1%, pero únicamente en cuanto a los casos de BN (0.1% vs. 0.2%) y de
TCANE (0.3% vs. 0.9%). Debido a inconsistencias observadas entre los resultados de los diferentes estudios, el objetivo
del presente trabajo fue hacer una revisión de la literatura con el fin de analizar las diversas estructuras metodológicas y su
implicación sobre los resultados reportados. Las principales diferencias encontradas en los estudios epidemiológicos sobre
prevalencia fue la forma de recolección de datos, es decir, algunos autores sólo emplean instrumentos de autoinforme para
establecer un diagnóstico de TCA, mientras que otros corresponden a diseños de dos fases, de modo que la segunda de
éstas comprendió la realización de entrevista diagnóstica. El principal inconveniente al utilizar únicamente cuestionarios
de autoreporte es que las respuestas, por un lado, están sujetas a la sinceridad de los participantes y, por otro, cabe la
posibilidad de que algunos términos no sean comprendidos totalmente por los sujetos, corriendo el riesgo de no reflejar
la realidad en sus respuestas. Al respecto, se destaca la necesidad de que los instrumentos de tamizaje a emplear deben
ser no sólo cuidadosamente traducidos, sino también ser adaptados al entorno sociocultural de la muestra a evaluar, es
decir, deben estar traducidos al lenguaje de los sujetos, además de ser sometidos a diversos procesos de piloteo con
poblaciones afines (Peláez, Labrador & Raich, 2005). Por otra parte, el método de selección de la muestra es otro factor
que interviene de manera importante para la estimación de la prevalencia, ya que la mayoría de los estudios realizados han
trabajado exclusivamente con muestra conformadas estudiantes universitarios, o bien, con pacientes que acuden a solicitar
tratamiento a clínicas especializadas, lo que puede conducir, por un lado, a una subestimación de la prevalencia real del
trastorno, o bien, a una sobreestimación de la misma. Por último, la modificación en cuanto a los criterios diagnósticos
empleados, así como su grado de apego a ellos en la formulación del diagnóstico pudiera estar afectando las estimaciones
de prevalencia a través de los años, al no hacer un adecuado empate entre las cohortes analizadas, produciendo esto una
sobreestimación del incremento en la prevalencia de los TCA en los últimos años.

Trabajo financiado por CONACYT 50305-H.

Descriptores: Prevalencia, epidemiología, anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastornos del comportamiento alimentario
no específicos.

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


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Insatisfacción corporal en interacción con autoestima, influencia de


pares y dieta restrictiva: Una revisión sistemática
Lic. Adriana Amaya Hernández, Dr. Juan Manuel Mancilla Díaz y Dra. Georgina Leticia Alvarez Rayón
FES Iztacala, UNAM

Se sabe que la mayoría de las personas se encuentran inconformes con alguna parte de su cuerpo, sin embargo esto no
ha sido motivo para que realicen estrategias de modificación corporal, ni cambien su vida cotidiana, a esto se le conoce
como malestar normativo. Mientras que a las conductas nocivas para la salud realizadas con la finalidad de modificar la
imagen corporal, se le conoce como insatisfacción corporal (Devlin & Zhu, 2001). La relevancia de estudiar la insatisfacción
corporal se sustenta en que ésta es considerada uno de los principales predictores y mantenedores de los Trastornos
de la Conducta Alimentaria (TCA; Sepúlveda, Botella & León, 2001; Thompson & Stice, 2001). Hasta principios de los
90’, la insatisfacción corporal se veía principalmente como un problema de la población femenina, sin embargo, estudios
más recientes han señalado que ésta también se presenta en hombres (Jones & Crawford, 2005; McCabe, Ricciardelli &
Finemore, 2002; Ricciardelli, McCabe & Banfield, 2000). Además de identificarse en personas de cualquier edad: niños
(Clark & Tiggemann, 2006, 2008; Oliver & Thelen, 1996), adolescentes (Ata, Ludden & Lally, 2007; Paxton, Schutz, Wertheim
& Muir, 1999) y adultos (Frederick & Grow, 1996; McAllister & Caltabiano, 1994; Paa & Larson, 1998; Tiggemann, 1994).
Considerando que la insatisfacción corporal es un precursor potencial de los TCA, se ha llevado a cabo una amplia gama
de investigaciones con la finalidad de conocer qué variables la precipitan, con cuáles se asocia, cómo se diferencia entre
hombres y mujeres, entre otros objetivos. Es por esto que surge la necesidad de realizar revisiones de la literatura que
permitan conocer qué se ha hecho, qué inconsistencias existen entre las investigaciones y hacia dónde deben dirigirse
los futuros estudios. Entre las revisiones más recientes sobre la insatisfacción corporal se encuentra la de Cohane y Pope
(2001), la de Ricciardelli y McCabe (2001) y la de McCabe y Ricciardelli (2004), en las cuales se hace un análisis minucioso
de la insatisfacción corporal en población masculina, las cuales además se caracterizan por considerar diferentes edades,
examinar dificultades metodológicas y valorar la interacción de la insatisfacción corporal con influencias socioculturales,
dieta restrictiva y características individuales como son: el género, el índice de masa corporal y el autoconcepto, sin
embargo estos datos no fueron analizados en población femenina. Por lo cual, el objetivo de este escrito es hacer una
revisión sistemática de aquellos artículos en los cuales se evaluó la insatisfacción corporal en interacción con la influencia
de pares, la autoestima y la dieta restrictiva, con la intención de dar seguimiento a las revisiones antes citadas (Cohane
& Pope, 2001; McCabe & Ricciardelli, 2004; Ricciardelli & McCabe, 2001) y conocer los recientes aportes que sobre
insatisfacción corporal se han publicado en la última década. Para esto se realizó una búsqueda de artículos en las
bases de datos de MEDLINE, PsycINFO y Science Direct, con base a las siguientes palabras clave: peer influence, body
dissatisfaction, body image, restraint, dietary restraint, diet y self-esteem, en diferentes combinaciones. De acuerdo a los
criterios de inclusión y exclusión establecidos, se analizaron 44 artículos. La población femenina fue la más abordada en
las investigaciones (23 artículos), seguida por aquéllas en las que se trabajó con ambos sexos (18 artículos) y, por último,
sólo tres estudios incluyeron exclusivamente a varones. De acuerdo con el análisis, más de la mitad de los artículos (25)
reportaron haber trabajado con muestras de adolescentes, seguidos por los estudios que evaluaron adultos o púberes (11
artículos), mientras que algunas investigaciones reportaron haber trabajado con dos muestras, por ejemplo, cuatro estudios
evaluaron a púberes y adolescentes, y dos estudios más valoraron a adolescentes y adultos. Algunas investigaciones con
muestras de pre-púberes y púberes han reportado que quienes presentan insatisfacción corporal en edades tempranas la
seguirán presentando en años subsecuentes (Clark &Tiggemann, 2006, 2008; Davison, Markey & Birch, 2003) pero, de
manera antagónica, Donht y Tiggemann (2006) mencionan que si bien a través del tiempo los pre-púberes pueden seguir
deseando el poseer un cuerpo delgado, esto no necesariamente afecta su nivel de satisfacción corporal. En estudios
transversales, con muestras de adolescentes, se ha sustentado que en el comienzo de la adolescencia temprana —12 años—
es posible diferenciar entre sexos los niveles de insatisfacción corporal, es decir que existe una clara evidencia de que las
mujeres adolescentes reportan mayor nivel de insatisfacción corporal que los varones (Ata, Ludden & Lally, 2007; McCabe,
Ricciardelli & Finemore, 2002; Ricciardelli & McCabe, 2001; Vincent & McCabe, 2000). De manera contrastante, estudios
longitudinales han reportado que no es hasta el comienzo de la adolescencia intermedia —entre 14 y 15 años— cuando
es posible empezar a discernir estas diferencias (Bearman, Presnell, Martínez & Stice, 2006; McCabe & Ricciardelli, 2005).
En tanto que estudios con jóvenes adultos han fundamentado la existencia de diferencias en los niveles de insatisfacción
corporal entre sexos, siendo las mujeres quienes reportan mayor insatisfacción corporal (Ata, Ludden & Lally, 2007; Benas
& Gibb, 2007), no obstante, Heywood y McCabe (2006) no corroboran esto. A partir de esta revisión, es posible percatarse
de que a pesar de ser ampliamente estudiada la insatisfacción corporal, aún hay inconsistencias entre las investigaciones,
las cuales pueden ser explicadas a partir de la metodología empleada en cada estudio, el tipo de muestra, los instrumentos
adoptados para evaluar la insatisfacción corporal, entre otras. Evidentemente la insatisfacción corporal juega un papel
importante a lo largo del desarrollo humano, sin embargo, es necesario seguir extendiendo los estudios relacionados
a esta temática no sólo en mujeres adolescentes, sino también en aquellas muestras menos estudiadas, como son los

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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púberes y jóvenes adultos de ambos sexos, ello con la finalidad de aclarar las inconsistencias antes señaladas y prevenir
las conductas poco saludables que la insatisfacción corporal acarrea.

Trabajo financiado por CONACYT 50305-H

Descriptores: Trastornos de la conducta alimentaria, insatisfacción corporal, autoestima, influencia de pares, dieta
restrictiva

Evaluación neuropsicológica en los Trastornos de la Conducta Alimentaria


Lic. Nayelli Alvarado Sánchez
Facultad de Psicología, UNAM

La prevención y el tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) siguen planteando una serie de complejos
desafíos a los profesionales de la salud, y a pesar de los amplios esfuerzos en las investigaciones, siguen existiendo
discrepancias en la explicación de los factores que intervienen en su desarrollo y mantenimiento. Los estudios han dejado
en evidencia que en los TCA intervienen múltiples factores: personales, familiares, interpersonales, biológicos, sociales y
culturales, atribuyéndoles un valor patogénico en la aparición de los TCA (Judaa et al., 2004, Silva, 2008; Steiger et al.,
2001; Woodside, 1995), sin embargo, esto por sí mismo no parece explicar su etiología, dado que todas las mujeres están
expuestas a estas presiones sociales y sólo una minoría desarrolla estas psicopatologías. Por otra parte, y de acuerdo con
diversas investigaciones (Dickson et. al., 2008; Epstein et al., 2001; Fowler et al., 2006; Gillberg et al., 1996; Gillberg et al.,
2007; Jansen et al., 2005; Kingston et al., 1996; Laessle et al., 1989; Liao et al., 2009; López et al., 2008; Palazidou et al.,
1991; Tchanturia et al., 2002; Tchanturia et al., 2004; Thompson, 1993; Zastrow et al., 2009), cabe la posibilidad de que
exista una disfunción en el sistema nervioso central de las personas que padecen TCA, ya que se ha observado una amplia
gama de funciones neuropsicológicas alteradas: el procesamiento visoespacial, las funciones ejecutivas (incluyendo la
flexibilidad de pensamiento), la atención (sobre todo la selectiva), la memoria de trabajo y la capacidad de aprendizaje.
Alteraciones que, en determinado momento, pueden ser responsables de los efectos adversos en tareas complejas de la vida
cotidiana de las personas que padecen estos trastornos, incluyendo las creencias distorsionadas sobre la comida, la figura
y el peso corporal. No obstante, hasta ahora, la discusión es si las alteraciones cognoscitivas deben ser consideradas como
secuelas a los TCA o si constituyen una condición precedente con un posible papel etiológico. Por lo anterior, el objetivo de
este trabajo fue realizar una búsqueda exhaustiva del estado actual de las investigaciones en cuanto a la neuropsicología
de los TCA e identificar la posibilidad de que los déficits sean previos al establecimiento del trastorno. Se realizó una
investigación bibliográfica usando las siguientes bases de datos: Medline, Psycinfo, Elsevier y Proquest, con base a términos
como: anorexia, bulimia, trastornos de la conducta alimentaria, alteraciones neuropsicológicas, procesos cognoscitivos,
visoconstrucción, atención y funciones ejecutivas. De acuerdo con los estudios examinados, la valoración neuropsicológica
en los TCA muestra una falta de uniformidad en cuanto a la clasificación y método. Las muestras varían en severidad de
los síntomas, se han utilizado diferentes pruebas para medir la misma función cognoscitiva y, adicionalmente, algunos
estudios presentaron debilidades en el propio diseño de investigación al no incluir grupo control. Sin embargo, es claro que
las personas con anorexia y bulimia nerviosa presentan problemas neuropsicológicos que pudiesen estar afectando sus
habilidades cognoscitivas. Asimismo, se encontraron varios indicadores de que las dificultades neuropsicológicas preceden
estas patologías: 1. A pesar de la recuperación nutricia, las alteraciones neuropsicológicas persisten; 2. la pérdida de
peso y el estado nutricional tienen poco impacto en la capacidad cognoscitiva, ya que se ha visto que las funciones no
mejoran después de la ingesta de alimento y la ganancia de peso (Dickson et al., 2008; Duchesne, et al., 2004; Lena et
al., 2004; Tchanturia et al., 2007); 3. la mayoría de los estudios han descartado la posibilidad de que el estado afectivo de
los pacientes contribuya con este tipo de disfunciones (Silva, 2001; Lena et al., 2004; Kurosaki, et. al., 2006; Tchanturia et
al., 2007); 4) hay evidencia de alteraciones morfológicas en el cerbero de pacientes con TCA y algunas persisten a pesar
de la recuperación del peso (Connan et al., 2006), como la hipoperfusión unilateral en el lóbulo temporal o en regiones
adyacentes a éste (Klump et al., 2001), lo cual da la posibilidad de que anormalidades neurológicas subyacentes contribuyan
en la etiología de la anorexia y la bulimia tempranas; 5) existe la posibilidad de que la reducción cognitiva, perceptiva y
de flexibilidad constituya un rasgo familiar, asociado con un mayor riesgo de desarrollar este tipo de trastornos (Holliday
et al., 2005); y 6) Alvarado et al. (2009) encontraron en personas con sintomatología de TCA alteraciones cognoscitivas
similares, en visoconstrucción y en planeación, a las observadas en las pacientes diagnosticadas con anorexia o bulimia
nerviosa. Por tanto, se puede sugerir que los déficits neuropsicológicos preexisten al desarrollo de los TCA y no son sólo
una consecuencia de la enfermedad; de ser así, tendría importantes implicaciones clínicas, colaborando como un factor
de riesgo y tal vez como un factor predisponente para desarrollar estas patologías. Es por ello que destaca la necesidad
de llevar a cabo estudios que exploren la posibilidad de que tales dificultades precedan el establecimiento del trastorno,
contribuyendo a su desarrollo y mantenimiento, condicionando a quienes los padecen a un peor pronóstico.

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


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Descriptores:Anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, neuropsicología, factores de riesgo, trastornos de la conducta


alimentaria

Estereotipos de género, Trastornos de la Conducta Alimentaria y


Trastorno Dismórfico Muscular: Una revisión sistemática
Lic. Lilián Elizabeth Bosques Brugada*,**, Dra. Georgina Leticia Alvarez Rayón* y Dr. Juan Manuel Mancilla Díaz*
*FES Iztacala, UNAM
**UAEM, Centro Universitario Ecatepec

Se ha observado que el Trastorno Dismórfico Muscular (TDM) se vincula a variables igualmente asociadas a los Trastornos
de la Conducta Alimentaria (TCA), más específicamente a la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, particularmente en
cuanto a: interiorización de ideales corporales, alteración de la imagen corporal (tanto en términos de distorsión como
de insatisfacción), baja autoestima, perfeccionismo y empleo de métodos extremos para modificar el peso o la forma
corporal (Alvarez et al., 2009; Choi, Pope & Olivardia, 2002; Giles & Close, 2008; Grieve, 2007; Mosley, 2009). Los estudios
epidemiológicos señalan que existe una mayor presencia de TCA entre las mujeres (American Psychiatric Association, 2002;
Jáuregui, Estébanez & Santiago, 2008; Unikel & Bojórquez, 2007) y, en contraste, los incipientes datos epidemiológicos
sobre el TDM muestran un patrón diametralmente contrario, pues éste se ha detectado predominantemente en hombres
(Gray & Ginsberg, 2007; Larios, Alvarez, Escoto, Franco & Mancilla, 2009; Phillips, Menard & Fay, 2006). Es por ello
que la investigación se ha dirigido a valorar la relevancia etiológica de la interiorización de los estereotipos de género,
concepto inherente, por un lado, a la teoría sociocultural de los TCA, pero que también conduce al plano de las teorías de
la vulnerabilidad individual. Situación que evidencia la necesidad de analizar las características psicosociales atributivas a
cada sexo, pero más allá de la condición biológica de asignación, sino en función de la comprensión de la influencia de la
prescripción sociocultural del “ser mujer” o del “ser hombre”, en tanto estereotipos de las actitudes y comportamientos que
socialmente se esperan, sobre la identidad de género asumida por una persona y, a su vez, cómo ello puede conllevar a
una mayor vulnerabilidad, diferencial para hombres y mujeres, a la interiorización de ideales corporales extremos (delgadez
vs. muscularidad). La interrogante en cuanto a qué de la condición femenina puede representar un factor de vulnerabilidad
para el desarrollo de TCA se extiende, como contraparte, a qué de la condición masculina puede serlo para el desarrollo
del TDM. Por tanto, el objetivo del presente trabajo fue realizar una revisión sistemática de los trabajos empíricos que
han evaluado la relación de los estereotipos de género con la imagen corporal, los TCA y el TDM. La búsqueda de los
estudios se realizó en la base de datos Medline y en la revista Sex Roles, comprendiendo el periodo de enero de 1992
a enero de 2009, con base a las siguientes palabras clave: gender, gender role y sex role, en combinación con cada
uno de los vocablos: eating, eating disorders, bulimia, anorexia, body image y muscularity. Con base a los criterios de
inclusión y exclusión establecidos, se obtuvieron 38 artículos los cuales conformaron la base para el presente análisis.
El 92% de artículos evaluaron la relación de los estereotipos de género con la insatisfacción corporal pro-delgadez y/o
los TCA, en tanto que tan sólo el 6% lo hicieron con respecto a la insatisfacción corporal pro-musculatura y/o el TDM. En
cuanto a las muestras analizadas, más de la mitad de los estudios se han realizado con muestras comunitarias (55%);
21% con clínicas, esencialmente pacientes diagnosticados con TCA; y el 24% con muestras consideradas de alto riesgo
(por ejemplo, bailarinas o fisicoconstructivistas). En cuanto a la edad, 65% de los estudios se enfocaron a participantes
ubicados en la adultez temprana (18-30 años), 26.3% a adolescentes (12-17 años) y sólo 2.6% a niños o adultos mayores
de 31 años. Cabe destacar que, en los estudios correspondientes a muestras comunitarias, hubo una mayor proporción
de participantes ubicados en la adolescencia y la adultez temprana. Por otra parte, en cuanto a los instrumentos de
evaluación, el más utilizado para evaluar los estereotipos o roles de género fue el Bem Sex Role Inventory (Bem, 1974),
en sus distintas versiones y adecuaciones. Para valorar los síntomas de TCA, los más utilizados fueron las diferentes
versiones y adaptaciones del Eating Disorder Inventory (Garner, Olmstead & Polivy, 1983) y del Eating Attitudes Test
(Garner, Olmsted, Bohr & Garfinkel, 1982), con 34% y 24%, respectivamente, aunque en ambos casos pondera el empleo
de sus versiones originales; por último, como medidas de insatisfacción corporal, destacó la frecuencia de uso del Body
Shape Questionnaire (Cooper, Taylor, Cooper & Fairburn, 1987) y del Body Esteem Scale (Franzoi & Shields, 1984), con
11% y 8%, respectivamente. Los resultados de la presente revisión identificaron que, en general, la hipótesis de hiper-
feminidad no ha sido confirmada cabalmente, es decir, sólo se observa el cumplimiento de ésta de forma parcial (se detecta
mayor feminidad asociada a insatisfacción corporal pro-delgadez y TCA o se detecta menor masculinidad, pero no ambas),
e incluso se identificaron algunos estudios cuyos resultados fueron en dirección opuesta. En cuanto a la hipótesis de
desajuste (descriptivo vs. Ideal) de feminidad y masculinidad, se advierte que una mayor discrepancia en éstas dimensiones
puede fungir como un factor predictor de los síntomas de TCA. Por otra parte, se considera pertinente profundizar respecto
al análisis de las premisas de que la androginia y la masculinidad pueden desempeñarse como factores protectores y, de
igual forma, profundizar en el análisis de la categoría indiferenciada. Por último, aunque aún es incipiente la investigación
de los estereotipos de género con la insatisfacción corporal pro-musculatura y el TDM, los resultados reportados se dirigen
hacia la identificación de una mayor masculinidad como factor de riesgo, sin embargo, se requiere proseguir en el estudio

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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de esta incipiente línea de investigación con base al análisis de muestras que incluyan a mujeres y varones para poder
establecer y confirmar una direccionalidad más precisa. Finalmente, se considera pertinente el dirigir los futuros estudios
hacia: 1. los supuestos hipotéticos de hiperfeminidad y desajuste de los estereotipos de género; 2. el rol que desempeñan
las categorías de androgenidad, masculinidad e indiferenciado; 3. la elaboración de estudios longitudinales; 4. el análisis
de la intervención de variables mediadoras, por ejemplo, aspectos de funcionamiento psicológico como la autoestima,
ansiedad o depresión; y 5. el empleo de análisis estadísticos multivariados de mayor alcance explicativo.

Descriptores: Trastornos alimentarios, trastorno dismórfico muscular, insatisfacción corporal, estereotipos de género,
factores de riesgo

Trabajo financiado por UNAM-PAPIIT IN309609

Simposio
Prevención del maltrato infantil y alternativas para su atención
Coordinadora: Dra. Amada Ampudia Rueda
Facultad Psicología, UNAM

Descriptores: Prevención, maltrato, infantil, alternativas, atención

El análisis de investigaciones reúne avances en el entendimiento del maltrato infantil y alternativas de atención para
la prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento en menores expuestos a situaciones de violencia y agresión,
especialmente por las implicaciones subsecuentes que tiene en su desarrollo físico, social y emocional, haciendo especial
acento en los aspectos de salud mental (Ampudia, Sánchez, Sarabia y Valencia, 2008). Actualmente persisten problemas
metodológicos relacionados con el énfasis en el tipo de maltrato y en detrimento sobre el grado y extensión del mismo,
especialmente porque están relacionados con la inadecuada aplicación de un modelo para la comprensión del maltrato y
sus consecuencias (Ampudia, Sánchez y Sarabia, 2007). Estudios subrayan la interrelación y el enlace entre los diferentes
tipos de maltrato infantil y violencia familiar (Dumaret y Picchi, 2005; Paz, Jones y Byrne, 2005; Jaffee, 2005) aunque se ha
observado que en los menores se presenta más de un tipo de maltrato (Ampudia, 2007). Los trabajos que aquí se presentan
subrayan los alcances del maltrato infantil en términos de la prevención, evaluación, diagnóstico y opciones de tratamiento,
por ser un problema identificado como una crisis pública de salud a nivel nacional e internacional. Los efectos pueden
observarse en la salud física y mental dentro del desarrollo, además de que, cada vez es más evidente que estos efectos
están relacionados entre sí. Por ello, existe la necesidad de plantear estudios del maltrato infantil que incluyan no sólo el
grado, sino la consideración de hasta qué punto las necesidades básicas son ignoradas cuando los niños son maltratados y
esto incluye dimensiones planteadas desde el modelo ecológico, en donde se consideren variables individuales, familiares,
sociales y vinculares del problema. Por lo tanto, son necesarios estudios orientados hacia la prevención del maltrato debido
a que éste distorsiona el curso normal del desarrollo.

Evaluación de un caso de violencia infantil


Mtra. Beatriz Guadalupe Santaella Hidalgo*, Dra. Amada Ampudia Rueda*,
Dra. Guadalupe Sánchez Crespo** y Lizbeth Hernández Estrada*
*Facultad Psicología, UNAM
**Universidad de Salamanca, España

Actualmente vivimos inmersos en un ambiente lleno de violencia, situación de la que desafortunadamente no escapan
los niños. El maltrato infantil ha llegado a ser un problema que se incrementa en forma alarmante. Aún cuando no se
tienen cifras precisas de la magnitud del mismo, se infiere que su presencia es cada vez más evidente (Ampudia, 2007).
Lamentablemente, este delito es el menos denunciado, ya que en la mayoría de los casos, los agresores son los propios
familiares o personas cercanas a la familia, por ello es difícil detectar este fenómeno de manera rápida. No existe una
definición única de maltrato infantil, ni una delimitación clara y precisa de sus expresiones. Sin embargo, lo más aceptado
como definición se refiere a todas aquellas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y
emocional del niño, cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad. Ello supone la existencia de maltrato físico,
psicológico, negligencia o abuso sexual (Ampudia, Sánchez y Sarabia, 2007).

La evaluación de niños por presunto abuso sexual en psicología es una tarea compleja; requiere profesionales médicos y

Revista Mexicana de Psicología | Número especial memoria in extenso, octubre 2010


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psicólogos altamente capacitados, actualizados y comprometidos éticamente con la tarea, así como un alto sentido ético.
Esto implica no sólo evaluar la probabilidad de que haya ocurrido abuso, sino también considerar factores de riesgo y si el niño
necesita tratamiento. Muchos casos son ambiguos, pero los más complejos son aquellos que involucran niños pequeños,
de edad preescolar, ya que sus relatos son típicamente incompletos y breves, descansando desproporcionadamente en
la capacidad del evaluador para lograr su confianza y comunicación. La investigación de las denuncias de abuso sexual
infantil se apoya fuertemente en las áreas médicas, psiquiátricas, psicológicas y en la valoración de la credibilidad del
testimonio infantil. Sin embargo, a la fecha todavía no se ha logrado el suficiente consenso y la imprescindible articulación
intra e interdisciplinaria en el proceso. El tipo de abordaje y la calidad pericial resultante dependen del profesional que lleve
el caso, de su compromiso con la tarea y de su formación científica, (Ampudia, Santaella y Eguia, 2009).

Pero ¿Cómo puede detectarse el problema del abuso? Se supone que el factor humano es clave, así como las condiciones
relativas de infraestructura y tiempos. En los últimos años, la literatura científica ha avanzado significativamente respecto
de las capacidades de los niños como testigos, la valoración de la credibilidad del testimonio y del impacto traumático del
abuso así como de los procedimientos judiciales en los niños y sus familias. Sin embargo, en la sociedad y en el sistema
de justicia no existe un reconocimiento del efecto de estos abusos ni de los desafíos que plantea un niño que es puesto en
la posición de testigo para dar testimonio. Hay una falta de empatía con los niños en cuanto a sus padecimientos ya que
se tiende a hablar del abuso sexual y del incesto paterno filial como un hecho pasado en la vida de un niño o adolescente.
Además, no se reconoce la gravedad del impacto traumático en el psiquismo infantil ni sus derivaciones en la adultez. En
la justicia generalmente se considera que si se interrumpió el abuso ya no se presentan consecuencias, salvo en casos
considerados como más graves. Asimismo dichos casos son difíciles de comprobar, como pasa en la mayoría de los casos,
debido a que no hay evidencia física específica (Ampudia, Sánchez, Sarabia y Valencia, 2008). De ahí que el objetivo de
este estudio es el planteamiento de una metodología para la evaluación de un caso de abuso sexual. Se reporta el caso
real de una menor de edad, con la finalidad de conocer cuáles son los indicadores físicos, psicológicos y sociales, que
se pueden observar alrededor de una niña maltratada, y de esta manera, estar atentos para su detección temprana y su
adecuada valoración médico legal y psicológica.

Método: Participantes: El presente reporte de caso pretende mostrar paso a paso la aplicación de una metodología, para
la evaluación, diagnóstico, pronóstico y tratamiento de un caso de violencia familiar a una menor de 9 años, con nivel
escolar de tercero de primaria, referida para valoración psicológica por presentar lesiones y violación ocasionadas por un
tío materno, así como para determinar el funcionamiento psicológico y secuelas emocionales del trauma vivido. La menor
fue atendida en un albergue de protección para menores en el Distrito Federal.

Resultados: El proceso se llevó a cabo durante 10 sesiones de aproximadamente hora y media, se le aplicaron técnicas
de medición psicométricas, no psicométricas y comportamentales, así como la técnica de entrevista y juego diagnóstico.
La atención de la menor, así como su nivel de compresión eran adecuadas mostrando una actitud colaborativa y de interés
hacia el proceso de evaluación. En el análisis de los resultados derivados de las técnicas empleadas se hace evidente
un proceso basado en el juego de constantes proyecciones e introyecciones que le han permitido ir ordenado el caos de
una dinámica familiar que ha favorecido fantasías, relaciones, ansiedades y mecanismos defensivos tanto primitivos como
elaborados para ir asimilando paulatinamente el trauma vivido. Ante la realidad de un padre ausente al que idealiza, se
abre a la posibilidad de su encuentro y con ello propicia la cercanía y seducción de otras figuras masculinas, en quienes
reconoce partes negativas que se esfuerza en evitar, por lo que escinde, niega y proyecta sus propias pulsiones agresivas,
para casi de inmediato en forma maniaca y omnipotente reparar los objetos para evitar la furia que de ellos se derive y el
temor al abandono total. En general, muestra mayor énfasis en mostrarse adaptable y congratulante, buscando así recibir la
tutela, el apoyo y el afecto de un padre que puede ser cualquier otro, siempre y cuando satisfaga sus carencias afectivas.

Conclusiones: A pesar de que la menor posee los recursos personales para asimilar la experiencia traumática, la red
familiar de apoyo parece poco sólida y emocionalmente inestable, condición que favorece la búsqueda incesante de figuras
idealizadas que satisfagan las carencias afectivas primarias, por lo que se considera un pronóstico reservado.

Descriptores: Evaluación, violencia, infantil, abuso, sexual.

Identificación de conductas de maltrato en el ámbito escolar


Mtra. Susana Eguía Malo, Dra. Amada Ampudia Rueda y Carlos Ernesto Caballero Matamoros
Facultad Psicología, UNAM

El maltrato infantil aparece como una forma de interacción humana muy difundida. En la actualidad la violencia hacia
los niños reviste formas más sutiles, se ejerce de manera silenciosa en el hogar, la calle o la escuela, y a pesar de las

Número especial memoria in extenso, octubre 2010 | Revista Mexicana de Psicología


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denuncias e investigaciones realizadas, sigue siendo una práctica común y socialmente aceptada. Esta investigación
pretende identificar el comportamiento relacionado al maltrato en los niños en edad escolar, por las consecuencias que
podrían tener a corto y largo plazo. En nuestra sociedad existen padres que pretenden dar una “buena” educación a sus
hijos, disciplinándolos de una manera violenta y autoritaria, y aún más, donde la disciplina que ejercen les sirve de escape
a su propia ira y sentimientos de frustración y desdicha, sin tener relación con el comportamiento de los niños. Los padres
no saben cómo disciplinar a sus hijos para promover un comportamiento asertivo, y no conocen las características del
maltrato ya sea psicológico, físico y/o hasta llegar al abuso sexual, que muchas veces se ejerce hacia sus hijos. Cuando
se presenta este tipo de conductas, la mayoría de las personas no saben a dónde recurrir para dar ayuda tanto al niño que
ha sido maltratado como al padre agresor (Eguía, Ampudia e Ibarra, 2007).

Un aspecto importante es demostrar que todo niño maltratado necesita ayuda, y aún más el padre que agrede a su hijo. Se
requiere que el progenitor reconozca la situación que vive y que acepte ayuda para realizar un cambio en su vida y en la
manera en cómo dar buena educación a su hijo. El primer paso en su detección es el conocimiento acerca de este problema.
El primer paso en su detección es el conocimiento, así como el reconocimiento acerca del problema. Esto permite que se
esclarezca más el asunto y se tomen medidas para ayudar o para no maltratar a los hijos (Santaella, Ampudia, Hernández y
Martínez, 2008). Todo tipo de maltrato tiene consecuencias tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo las consecuencias
se reflejan en el niño cuando presenta comportamientos y actitudes muy distintas al de cualquier otro menor de su edad,
como en el caso de golpes y agresión física que pueden provocar consecuencias evidentes e inmediatas. Sin embargo, el
maltrato psicológico no es visible, y los efectos son más duraderos. Papalia, (2005) señalan que los niños se ven afectados
tanto por lo que sus padres hacen como por lo que piensan, es decir por sus actitudes y creencias. Asimismo, señalan
que una actitud es una predisposición para responder a un estímulo en particular, de una manera particular; representa
una mayor probabilidad de que una persona reaccione frente a una experiencia o comunicación dadas de una forma en
particular en vez de hacerlo de otra. (Manheim, 1983). La actitud, de acuerdo con Morales (1994), tiene tres componentes:
1) Cognitivo, que consta de las percepciones de la persona sobre el objeto de la actitud y de la información que posee sobre
él; 2) Afectivo, cuando la evaluación surge más bien de experiencias intensas, de carácter positivo o negativo, con el objeto
de la actitud, el proceso es afectivo. Éste está compuesto por los sentimientos que dicho objeto despierta; 3) Cognitivo-
conductual, que incluye las tendencias, disposiciones e intenciones hacia el objeto, así como las acciones dirigidas hacia
él. Y finalmente, es conductual si la evaluación surge de manera gradual de la implicación conductual de la persona con el
objeto. De esta forma, es evidente que el nivel de afectación es grave en diversas áreas de funcionamiento de los menores
e influye tanto en su desempeño académico como en su comportamiento en general.

En México, uno de cada diez niños es reportado por sufrir maltrato (INEGI, 2005), lo cual se ha convertido en un problema
social que afecta a familias de cualquier clase y nivel económico. De ahí, que el objetivo de este estudio fue analizar el
comportamiento asociado al maltrato infantil de menores escolarizados.

Método: Participantes: Se consideraron 400 menores (200 niñas, 200 niños) de 6 a 12 años de edad, de diversas escuelas
primarias del Distrito Federal. Se utilizó el Formato Experimental de Comportamiento para Niños (Forma A1) (Ampudia,
2008), integrado por 40 reactivos que describen situaciones que han sido relacionadas con indicadores de maltrato infantil,
en tres niveles de respuesta. La aplicación se realizó de manera grupal a los alumnos de tercero a sexto grado, e individual
en los menores de primero y segundo, para asegurar su compresión.

Resultados: Se encontraron diferencias entre niños y niñas en las respuestas negativas y neutras. Respecto a los niños,
se encontraron comportamientos como pegar y pelearse con otros niños; desobediencia; enojarse con facilidad; portarse
mal; castigos y amenazas de los padres; tomar cosas que no son de ellos; dificultades para hacer la tarea; chuparse el
dedo y romper cosas cuando se enojan. En las niñas, se encontraron dificultades al poner atención, tener la percepción de
que van mal en la escuela, pesadillas, ponerse triste, llorar todo el tiempo, percibir que son castigadas sin razón y tener la
percepción de que otros niños son más felices que ellas.

Conclusiones: Las consecuencias del maltrato infantil, son resultado de múltiples factores que interactúan entre sí, originando
atribuciones o ajustes capaces de favorecer conductas saludables o trastornos de la conducta y desórdenes emocionales
en los menores. Aún cuando los niños sometidos a condiciones de vida difíciles o traumas se encuentran asintomáticos, y
no presentan alteraciones emocionales en el momento de la valoración. Esto es porque consiguen desenvolverse y vivir,
incluso de manera adaptativa, como si el trauma vivido y asumido hubiera desarrollado en ellos la resiliencia, que se refiere
a los recursos del menor para elaborar una respuesta de ajuste saludable a la adversidad. Sin embargo, muchos de los
menores que no poseen estas características, pueden presentar problemas serios durante su desarrollo y en la escuela,
en su desempeño académico, personal y social.

Descriptores: Maltrato, infantil, violencia, intrafamiliar, menores escolarizados

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Análisis del juego diagnóstico en dos casos clínicos


Mtra. Eva María Esparza Meza, Dra. Amada Ampudia Rueda,
Lic. Brenda Elidet Carrillo Morales y Lic. Daniela Cervantes Meneses
Facultad Psicología, UNAM

El juego es una actividad presente en todos los seres humanos y es para el niño lo que la verbalización para el
adulto asimismo, es un medio para expresar sentimientos, explorar relaciones, describir experiencias, deseos y lograr
autosatisfacción (Schaefer, 1983). Las palabras son abstracciones y por lo mismo a menudo son extrañas para el niño
cuyo medio natural de comunicación es el mundo concreto pero altamente simbólico del juego, ya que es algo que siempre
han conocido, y así es más fácil que se expresen honestamente a través de ese medio (Schaefer, 1983). Según Vygostky
(1979), la actividad del niño durante el juego transcurre fuera de la percepción directa, en una situación imaginaria, la
cual altera todo el comportamiento del niño, obligándole a definirse en sus actos y proceder a través de una situación
exclusivamente imaginaria. En esta interacción el lenguaje es el principal instrumento de transmisión cultural y de educación,
pero evidentemente existen otros medios que facilitan la interacción niño-adulto. La forma y el momento en que un niño
domina las habilidades que están a punto de ser adquiridas (Zona de Desarrollo Próximo) dependen del tipo de andamiaje
que se le proporcione al niño (Bruner, 1984; Rogoff, 1993). El que el andamiaje sea efectivo contribuye, sin duda, a captar
y mantener el interés del niño, simplificar la tarea, hacer demostraciones, etc., actividades que se facilitan con materiales
didácticos adecuados, como pueden ser los juguetes. Vygotsky, señala que el juego brinda al niño una nueva forma de
deseos. Le enseña a desear, relacionando sus deseos a un “yo ficticio”, a su papel en el juego y sus reglas. De este modo,
se realizan en el juego los mayores logros del niño, los cuales en el futuro, se convertirán en su nivel básico de acción real y
moral (Vygotsky, 1979, pag. 152). Existen diversas aportaciones del juego al desarrollo psicomotor, intelectual, imaginativo,
afectivo y social del niño, y aunque aparece cada aspecto por separado, el juego nunca afecta a una sola área de la
personalidad humana sino a todas en conjunto, y es esta interacción una de sus manifestaciones más enriquecedoras y
que potencia el desarrollo del hombre. Winnicott (1987) ubica al juego como un fenómeno de la zona transicional, es en el
juego donde realmente el niño expresa todo su potencial creativo. Si bien el juego es un indicador de salud, se caracteriza
por su precariedad, de tal modo que fácilmente puede verse destruido o interrumpido por la irrupción de la pulsión agresiva
y/o sexual. Por la importancia que tienen las técnicas de juego en la evaluación del maltrato infantil, fueron consideradas
para este estudio, como una técnica de exploración de los aspectos agresivos en dos menores.

Método: Participantes: Se evaluaron dos menores, un niño y una niña de 8 y 4 años respectivamente, hijos de padres
que se encuentran en constante conflicto y que solicitan consulta psicológica, por reportes escolares referentes a mal
comportamiento.

Resultados: Mediante la observación del juego diagnóstico se analizó el comportamiento de los menores. Se presenta una
situación donde se le pide al niño que haga lo que desee con el material de juego que está a su disposición. Mientras tanto
el evaluador observa, registra y ayuda al niño a sentirse seguro. Sólo se involucra en caso de que el menor lo solicite. La
niña muestra un juego en donde claramente se expresaron sus fantasías agresivas hacia el hermano menor, así como una
angustia respecto a una dinámica familiar muy hostil, donde el padre es desautorizado por la madre y ésta representa una
figura inconstante devoradora y muy ambivalente. El surgimiento de la pulsión sexual expresada con seducción hacia el
terapeuta interrumpió el juego y generó mucha angustia. En general, la agresión se dirigió hacia la figura femenina. Por otro
lado, el niño expresó un juego en donde se identificó con el padre desautorizado, tratando de complacer al terapeuta para
evitar el rechazo y se mostró competitivo pero inseguro. Presentó una grave necesidad de aprobación. Para ambos niños el
juego no representa un medio para transformar la angustia en placer, de tal forma que pierde su cualidad de elaborativo.

Conclusiónes: Respecto a las diversas reacciones y comportamientos de los niños, por su tipo de juego, es posible que
estén siendo expuestos a tratos injustos y/o negligentes dentro de una familia que se vincula de forma hostil y que se siente
abrumada en el cuidado de sus hijos, en donde nadie parece tener un lugar seguro. Si bien es cierto que cada caso podrá
exhibir particularidades en función de las características de la díada víctima-victimario, especialmente por las condiciones
en que ha ocurrido el maltrato y de las secuelas que a su paso han dejado (Ampudia, Santaella y Eguía, 2009). Es posible
decir también que algunas de las generalidades que se presentan en el juego diagnóstico de los menores en el espacio
de juego, esté relacionado con maltrato emocional y negligencia por parte de los padres. Con frecuencia estos menores
reaccionan inhibidos y coartados o impulsivos y descontrolados, de acuerdo con el manejo que hagan de las pulsiones
agresivas devenidas de la experiencia de maltrato (Ampudia, Santaella y Eguía, 2009).

Descriptores: Maltrato, infantil, violencia, intrafamiliar, juego diagnóstico

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Evaluación de indicadores de maltrato emocional en niños maltratados


Mtra. Alma Mireia López- Arce Coria, Dra. Amada Ampudia Rueda,
Lic. Gloria Alicia Medina Olvera y Mireya Morales Colin
Facultad Psicología, UNAM

Se han realizado investigaciones a personas implicadas dentro del fenómeno del maltrato, que sugieren que la mayoría de
los casos son perpetrados por los propios padres, sobre todo en los casos de abuso físico y negligencia, (Guterman y Lee,
2005). Finzi, Har-Even y Weizman, (2003), al comparar los recursos psicológicos utilizados por niños abusados físicamente,
abandonados y no maltratados, señalan que la influencia de la violencia parental en las funciones psicológicas y sus
recursos, son perjudiciales. Esto, se ve reflejado en una elevación significativa de deterioros que afectan el equilibrio (como
irritabilidad, enojo, pasividad, depresión), bajos niveles de control de impulsos, distorsiones de la realidad y un extenso
manejo de mecanismos de defensa inmaduros en los niños abusados físicamente en comparación con los menores no
maltratados, (Ampudia, Santaella y Eguía, 2009). Esto sugiere que los niños abusados físicamente deben ser distinguidos
como una población de alto riesgo en cuanto al desarrollo de futuros desórdenes de personalidad. Marcy, (1998) relacionó
las historias reportadas de abuso psicológico, físico y sexual así como la sintomatología, autoestima, apego seguro y
disociación con el maltrato emocional. Es frecuente observar también que el maltrato psicológico, es un predictor significativo
de la autoestima baja y altos índices de sintomatología en los niños, debido a que, las formas de abuso aunque sean, no-
físico y no-sexual, son traumáticas (Ampudia, Jiménez y Sarabia, 2009). Mientras los efectos negativos del abuso físico y
sexual infantil han sido recientemente clarificados y establecidos en la investigación bibliográfica, el maltrato psicológico
y/o emocional, el más frecuente tipo de abuso, no ha sido detalladamente investigado. Cadmus-Romm, (2004) examinó el
maltrato emocional, relacionado prospectivamente (anticipadamente) con el ajuste psicosocial. La investigación previa de
naturaleza retrospectiva ha demostrado que los niños que son abusados o abandonados físicamente, están en riesgo de
un extenso rango de problemas emocionales y de conducta. Los investigadores han pasado por alto el potencial a largo
plazo en el desarrollo de los menores, sobre todo por los efectos negativos del maltrato emocional. Los análisis conducen
a la creación de una nueva medida de maltrato emocional, donde emergen dos subtipos, el abuso emocional (rechazo
parental) y la negligencia emocional (reflejando separación parental e insensibilidad parental) (Ampudia, 2007). El maltrato
emocional predice significativamente una autoestima baja, así como una psicopatología más alta con el paso del tiempo,
especialmente la negligencia y el abuso emocional, por lo que los menores pueden presentar un mal ajuste psicosocial
(Ampudia, Sánchez, Sarabia y Valencia, 2008). Se puede decir que las consecuencias del maltrato Infantil en general son
graves, no obstante, se ha visto que uno de los comportamientos característicos del niño que ha sido maltratado, es la
agresividad (Rodríguez y Ampudia, 2005). Por lo que para este estudio se considera como objetivo principal de investigación
el evaluar los aspectos emocionales de menores que han sido expuestos a conductas de alta violencia y agresión.

Método: Participantes: Para la presente investigación, se consideró una muestra de 80 niños (40 niños y 40 niñas) de 6
a 12 años de edad que han sido expuestos a situaciones de violencia y que se encuentran en un albergue de protección
social, por ser víctimas de maltrato infantil, en cualquiera de sus tipos. Se utilizó la Lista de Indicadores Emocionales del
Maltrato Infantil (LIE) (Ampudia, 2004), que es una lista checable que consta de una primera parte que busca recabar datos
personales del niño (edad, sexo, número de hermanos, lugar entre éstos, escolaridad, motivo de ingreso y especifica el
agresor) que son variables relevantes para identificar las características del agresor, así como del agredido. Asimismo, la
lista está integrada por 40 indicadores emocionales que son calificados por medio de la observación directa de la conducta
del niño y que se categorizan en cuatro tipos de criterios: indicadores físicos y/o somáticos, cognitivos, psicológicos o
comportamentales e indicadores sociales.

Resultados: Se encontró que los indicadores físicos y/o somáticos que presentan mayor frecuencia son el retraso físico
(talla y peso), retraso psicomotor, así como trastornos del lenguaje, algunos problemas para dormir y terrores nocturnos.
Además, se encontraron trastornos psicosomáticos como el fingimiento de síntomas, el agravamiento de enfermedades,
así como los cambios de apetito en los niños. En los indicadores cognitivos se presenta con mayor porcentaje el fracaso
escolar y el retraso intelectual. En los psicológicos y comportamentales se encuentran una constante pasividad y sumisión,
reacciones de ansiedad, tono depresivo e inseguridad. Hay también respuestas con altos índices de agresividad, miedo,
hiperactividad e inhibición. Son menores que se muestran apáticos, exigentes, con una pobre autoestima, así como,
conductas de dependencia. En los indicadores del área social se observan relaciones hostiles y distantes, problemas de
conducta, aislamiento, poca motivación por el entorno, baja empatía y desinterés en los demás.

Conclusiones: La afectación que puede tener el maltrato en las distintas esferas del desarrollo de un niño, es variable
y depende de varios factores. De tal forma que, el área social de los menores, es una de las que reflejan el desarrollo
emocional individual. Desde que le niño comienza a asistir a la escuela, los procesos de socialización muestran el tipo
de vínculos afectivos que formó durante los primeros años con su familia. En el caso de los menores que sufrieron algún
tipo de maltrato o abuso, los efectos dañinos y negativos que tienen estas situaciones en el desarrollo de estos vínculos,

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se hacen más evidentes a comparación de los niños que no se encuentran sometidos a éstas situaciones que provocan
huellas y traumas emocionales difícilmente percibidas (Cortés, 2006; Cortés y Delgado, 2005; Ampudia, Santaella y Eguía,
2009).

Descriptores: Maltrato, infantil, evaluación, maltrato, emocional

Síndrome de Alienación Parental (SAP); análisis del conflicto familiar, por la custodia de dos menores
Dra. Amada Ampudia Rueda, Lic. Brenda Elidet Carrillo Morales y Jessica Catalina De la Rosa Silva
Facultad Psicología, UNAM

Cualquier divorcio es difícil y doloroso para los miembros de una familia, porque afecta en todas las áreas de la vida
de las personas relacionadas en el conflicto. En el aspecto emocional una de las consecuencias más importantes del
divorcio es la alteración de la autoestima, debido a que, la persona se siente rechazada y/o fracasada, percibiéndose como
mala, tonta, incompetente, etc. En ocasiones la ex-pareja y otras personas la culpan y la manipulan, lo que refuerza su
baja autoestima. Los efectos del divorcio producen sentimientos muy intensos y encontrados, que llevan a las personas
involucradas a generar múltiples respuestas hacia los hijos (Minuchin y Fishman, 2009). Algunos de estos sentimientos
son: miedo, angustia, enojo, depresión, etc., llevando a la persona en muchas ocasiones a tener pensamientos negativos,
rígidos, depresivos asi como conductas agresivas y/o con violencia extrema. En México, el índice de separaciones se ha
ido incrementando de manera importante, de acuerdo a las fuentes del INEGI (2009) los procesos de divorcio concluidos
en el año 2007 ascendieron a 77 mil 255, esto representa un aumento del 6.7 por ciento en sólo un año. La edad promedio
de los hombres al momento de divorciarse es de 37.8 años y de las mujeres de 35.2 años. Como resultado del proceso
de divorcio, los niños son los más vulnerables y susceptibles ante la separación de sus padres quienes los emplean como
instrumentos de su ira. Por otra parte, el Código Civil vigente en México, D.F., art. 411, establece: “Quien ejerza la patria
potestad, debe procurar el respeto y el acercamiento constante de los menores con el otro ascendiente que también ejerza
la patria potestad”. En consecuencia, cada uno de los involucrados debe evitar cualquier acto de manipulación y/o alienación
parental encaminada a producir en el/la niño/a rencor o rechazo hacia el otro progenitor. Esta guerra que se establece entre
los padres se ha denominado Síndrome de Alienación Parental (SAP), el cual se caracteriza por la presencia de rechazo de
los hijos hacia un progenitor sin motivo justificado y que usualmente se detecta inmerso en una extenuante conflagración
jurídica, con antecedentes de obstrucción del vinculo e incumplimiento a los convenios y/o desobediencias a resoluciones
Judiciales por parte del supuesto Progenitor Alienador.

El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es una forma de maltrato infantil, porque es un factor que impide el desarrollo
armónico de un menor. El síndrome ha sido reconocido en los casos de custodia, cuando existe una interferencia del
progenitor custodio en la relación entre un niño y un progenitor no custodio. Asimismo, es un acto tan inconsistente con
los intereses del niño que suscita per se una fuerte probabilidad de que la parte ofensora no sea la idónea para ser el
progenitor que tenga a su cargo al menor (Entwistle y Entwistle, 2001).

Entender el Síndrome de Alienación Parental severo como una forma de maltrato emocional, se relaciona con la violencia
psicológica, porque se crea una percepción no real que es transmitida por el padre rechazante. En ocasiones el supuesto
progenitor que se considera afectado por la Alienación Parental, no reconoce su participación en los motivos del rechazo,
por lo que puede llegar a confundir sus fallas, con una artimaña de su ex pareja, que lo/a aleja de los hijos; de ahí la
importancia del estudio y la capacitación, para la “evaluación y abordaje de cada caso en particular”. Por lo que el objetivo
de este trabajo es el análisis de dos menores que presentan el Síndrome de Alienación Parental.

Participantes: Se consideró una familia que está integrada por padre, madre y sus dos hijas. Con una edad de 40, 35, 5 y
3 años respectivamente, los cuales fueron remitidos por un juzgado al Centro de Servicios Psicológicos de la UNAM, para
realizarles una evaluación psicológica, con el propósito de determinar el estado emocional de las menores como de los
padres, por un problema de divorcio y custodia. Se les aplicaron pruebas psicométricas, proyectivas y de entrevista a los
cuatro miembros de la familia, así como técnicas de juego diagnóstico a las menores.

Resultados: Se observó en las menores, problemas psicológicos graves y perturbaciones asociadas a conductas
disfuncionales, debido a que sus procesos de razonamiento han sido interrumpidos, coaccionados y dirigidos hacia patrones
patológicos. Las menores presentan frustraciones ante los pensamientos o recuerdos asociados al progenitor alienado
(padre), y por tanto desarrollan conforme han ido creciendo, una tendencia a proyectar toda su negatividad psicológica
sobre la imagen que tienen del progenitor (padre), lo que termina por destruir la relación. Para ello, el progenitor alienante
(madre), trae a colación la persona alienada (padre), sólo en los momentos en que las menores sufren alguna frustración,

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por lo que culpa consistentemente de sus síntomas al padre; lo hace sistemáticamente, es decir, en todas las ocasiones
posibles, al tiempo que omite toda referencia del padre, en todos los momentos en que las niñas desean citarlo. La
mayor de las niñas hace referencia a: “nos divorciamos de mi papa” con todas las implicaciones de rechazo que connota,
mientras la menor presenta mayores problemas en su desarrollo, que se manifiestan en las áreas cognitiva, emocional y
de lenguaje.

Conclusiones:
A través de las técnicas psicológicas empleadas, se puede observar severos conflictos en las menores. Es característico
que los hijos estén involucrados en el proceso de deterioro, hecho que logra provocar el progenitor alienador mediante
mensajes y conductas orientadas al rechazo del padre alienado. Los hijos que sufren este síndrome y desarrollan un
rechazo injustificado hacia el progenitor alienado tienen consecuencias devastadoras en el desarrollo físico y psicológico
de las menores.

Descriptores: Síndrome de Alienación Parental, maltrato, infantil, violencia, intrafamiliar

Simposio
Evaluación psicológica forense en la identificación de la violencia
Coordinadora: Dra. Amada Ampudia Rueda
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Evaluación, Psicológica, Forense, Violencia, Agresores

El objetivo del simposio es el análisis de la conducta agresiva desde el conocimiento de una realidad individual, familiar y
social, en grupos que han mostrado reacciones violentas en diversos ámbitos. La metodología utilizada para la recolección
de la información combinó estrategias de estudio con enfoque cuantitativo y cualitativo, que de manera conjunta dan cuenta
de las formas de interacción familiares, sociodemográficas y de personalidad, tanto individuales como grupales. El propósito
principal del simposio es realizar el análisis de perfiles de los generadores de violencia y aportar nuevas perspectivas para
la evaluación psicológica forense. Se aborda la problemática de la violencia con el fin de sistematizar formas de medición
concretas y proponer soluciones a este fenómeno, por ser uno de los temas que más preocupa a nuestro país, por encima
incluso de la crisis económica. Se busca además, fortalecer la discusión de la violencia y sus diferentes modalidades para
generar alternativas, así como para disminuir dicho flagelo. Desde la perspectiva de la evaluación psicológica forense se
busca identificar los elementos potenciadores de la violencia desde los aspectos individuales, hasta los sociales, que en
gran parte terminan en conductas delictivas y en sensación de inseguridad, así como de impunidad y desprotección a
las víctimas. Es claro que la impunidad es un factor que contribuye a la violencia social, mientras la desprotección de las
víctimas es un elemento que erosiona la confianza, factor que en algunos países es, a su vez, generador de ajusticiamientos
y violencia, ya que las personas deciden hacer “justicia por propia mano”. Estos estudios están orientados, por lo tanto,
al análisis de las causas y consecuencias psicológicas, subjetivas y sociales de la violencia, que permitan establecer
acciones eficaces de manera más sistemática.

Evaluación del riesgo de peligrosidad criminal, reincidencia y psicopatía


Dra. Amada Ampudia Rueda*, Dr. Fernando Jiménez Gómez**, Lic. Gerardo Jara Ampudia***
*Facultad de Psicología UNAM
**Universidad de Salamanca España
***Universidad Autónoma Metropolitana

Desde hace algunos años, la cuestión de reincidencia, peligrosidad y psicopatología suscita un creciente interés,
especialmente en materia de delincuencia (Jiménez, 2005). Se han señalado algunas dificultades metodológicas de la
definición jurídica de reincidencia, si se considera dicha definición como: “cuando tras un acto judicial (crimen o delito),
asistimos a la reiteración de una judicialización por un nuevo crimen o delito de la misma naturaleza” (Ciavaldini, 1999).
Por el contrario, desde una perspectiva médico-psicológica, definimos reincidencia basándonos en criterios psicológicos
de extensión variable según se preste atención al delito, al comportamiento en general, a las disposiciones habituales, a la
personalidad, a la relación con la ley simbólica, etc. De esta forma, dependiendo de la elección metodológica del especialista,

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se consideraría reincidencia, un delito de la misma clase, sea cualquier acto delictivo o incluso comportamiento análogo
y no delictivo (Jiménez y Sánchez, 2001; Ampudia, Jiménez y Sánchez, 2007). El tiempo de evaluación de la reincidencia
constituye en sí una variable suplementaria. Probablemente la tasa de reincidencia sería tanto más elevada cuanto más
largo sea el período de evaluación, porque la naturaleza del delito puede influir en la probabilidad de reincidencia, (Jiménez,
2001; Ampudia, Jiménez y Sarabia, 2008). Por consiguiente es necesario analizar y comparar las tasas de reincidencia,
peligrosidad y psicopatía de personas que delinquen, a partir de los respectivos cuadros metodológicos.

En la evaluación psicológica forense, uno de los problemas que se ha observado sistemáticamente, parecen derivarse de
su método, como es la pretendida inmutabilidad de algunos conceptos que se han convertido en verdaderas instituciones.
En el caso de la reincidencia y la peligrosidad, son estos conceptos que dentro del discurso penal tradicional parecen estar
más allá de toda controversia y que salvo las diferencias acerca de sus especificaciones y alcances, es un capítulo obligado
de casi la totalidad de las leyes penales actuales y del enfoque de la evaluación psicológica forense. Cualquiera sea su
explicación, resulta evidente que es una consecuencia agravatoria de la situación de una persona sometida a un juicio que
ya ha sido condenada con anterioridad por otro delito. Se define, entonces como la recaída en el delito dentro de un período
relativo de tiempo, tras otra sentencia condenatoria (Jiménez, 2005; López-Arce, Ampudia, Carrillo, Hernández, 2009).

Se ha señalado que la agresión puede ser una forma de “antisocialidad” considerando que el tiempo es un factor que
no sólo demuestra la continuidad de la conducta de algunas personas a lo largo de los años. También se indica que la
agresividad se mantiene y es en cierto grado persistente y extrema como un mero elemento de una tendencia antisocial
más general. Aunque no toda agresión tenga el mismo origen y aunque las personas pueden adquirir una disposición a la
violencia por diferentes razones. Aquellos que agreden con relativa frecuencia también se inclinan a rechazar otras reglas
sociales. Un historial general de violencia, intoxicación y robo entre otras cosas son asociados a individuos altamente
agresivos que han violado muchas otras normas sociales con el paso del tiempo. Un porcentaje relativamente alto de
ellos también acostumbra a beber, consumir drogas, conducir temerariamente, presentar conductas promiscuas y efectuar
actos de vandalismo (Ampudia, Jiménez y Balbuena, 2007). Esto no implica que todo individuo antisocial sea altamente
agresivo. Algunas personas están dispuestas a quebrantar la ley si piensan que no van a sufrir consecuencias pero no son
propensas a la violencia. También hay distintos tipos de personalidades agresivas que reflejan características evidentes
de peligrosidad y psicopatía y por ende pueden tener un alto riesgo de reincidencia (Ampudia, 2007; Herrera, Ampudia y
Morán, 2009).

Método: Participantes: Se consideraron 160 internos de Centros de Readaptación Social (80 violentos por homicidio y
secuestro, así como 80 no violentos por robo y delitos contra la salud) de 19 a 40 años de edad con una media de 27
años. Se utilizó la Escala de Predicción de la Conducta Violenta y Riesgo de Reincidencia (EPCV-RR) (Jiménez, Sánchez,
Merino y Ampudia, 2007) y el Inventario Multifásico de la Personalidad de Minnesota (MMPI-2) (Lucio y Reyes, 1992), que
se aplicó en forma individual a los internos.

Resultados: Se observó que son varones con escolaridad baja y en su mayoría solteros. Para el grupo identificado como
violento se consideraron delitos de homicidio y secuestro, y en el grupo no violento delitos como robo y contra la salud. En
los resultados se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los indicadores de peligrosidad, reincidencia
y psicopatía entre los grupos violentos y no violentos. En su personalidad el grupo de internos violentos, son personas
explosivas que ante la menor frustración o demora, y/o el mínimo indicio de rechazo reaccionan con rabia. La hostilidad,
parece estar asociada a la conducta agresiva, la crítica, la refutación e intimidación, pero esa hostilidad puede convertirse
al final en una agresión física. Parece ser que el sentimiento de ira les hace potencialmente explosivos, pero puede
permanecer latente mientras todas las cosas se ajusten a sus demandas; o pueden tener reacciones de agresión manifiesta
hacia los demás.

Conclusiones: A la cuestión retrospectiva de la responsabilidad del culpable, se une hoy la cuestión prospectiva del peligro
potencial que él mismo representa para la sociedad. Por ello, es importante que el psicólogo evalúe con instrumentos
válidos y confiables el riesgo que presenta una persona que delinque en términos de peligrosidad y reincidencia. Si bien es
cierto que estas nociones conllevan una serie de problemas conceptuales (definición, extensión), metodológicos (criterios
e instrumentos, pronósticos, duración, campo, sujetos sobre los que desarrolla la evaluación post-hoc) y éticos (conflicto de
intereses entre la seguridad pública y los derechos individuales, incertidumbre de las evaluaciones) conviene abordarlo, por
tanto, desde la perspectiva de la evaluación psicológica, así como desde los modelos clínico y estadístico de la evaluación
del riesgo.

Descriptores: Psicológica, forense, peligrosidad, reincidencia, psicopatología

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Factores sociodemográficos en generadores de violencia


Lic. Aida Araceli Mendoza Ibarrola, Dra. Amada Ampudia Rueda y Lic. Gloria Alicia Medina Olvera
Facultad Psicología, UNAM

En el marco de las principales teorías criminológicas, se plantea la hipótesis de la existencia de una delincuencia general-
indiferenciada y distribuida al azar. Sin embargo, las culturas son complejas y se encuentran constituidas por subculturas con
fronteras relativamente abiertas. Estas características se expresan en México, ante la existencia de tipos de delincuencias,
asociadas a conflictos diferenciales que constituyen la expresión de distintos grados de desarrollo, (Cooper, 2004); en
donde, el rasgo conductual más destacado que se ha detectado, ha sido la agresividad, la violencia y las formas en que ésta
se expresa. Algunas de estas formas se revelan como códigos utilizados por personas relacionadas con un grupo criminal,
en otros casos se trata simplemente de elementos a través de los cuales se exterioriza la agresividad. Ésta se considera
una emoción subjetiva, una actitud interna relacionada con odio, frustración, hostilidad y rabia del sujeto contra algo, contra
alguien o contra sí mismo. Dado que la violencia y la agresión tienen componentes multifactoriales es necesario, por lo
tanto, investigar sus diversas vertientes, su forma de expresión y su relación con variables sociodemográficas y familiares
(Ampudia, 2004; López-Arce, Ampudia, Carrillo y Hernández, 2009).

En la categoría de delitos sexuales se engloba generalmente un grupo amplio de comportamientos que, desde el punto de
vista de la investigación interdisciplinar, pueden consistir en comportamientos muy diferentes en cuanto a los factores de
riesgo, el modo de producirse o las características de personalidad y sociodemográficas de los autores de tales hechos.
Así, dentro de los delitos sexuales se identifica la violación por parte de conocidos o desconocidos, las violaciones en
grupo, el incesto y las parafilias que pueden dar lugar a responsabilidad penales como la paidofilia y el excibicionismo
(Garrido, Stangeland y Redondo, 2001; Miethe y McCorkle. 2003). Así mismo, las motivaciones del delincuente sexual
pueden ser diversas. Por ejemplo, se ha diferenciado la violación colérica, la de poder y la sádica, aunque la sensación de
poder sobre la víctima sea una de las metas prioritarias del violador (Garrido, 2003).

Hay que tener en cuenta que el registro de los delitos sexuales está afectado por diferentes factores, como el posible
temor de las víctimas a denunciar. Incluso la información que sobre ellos mismos (autoinformes) puedan dar los sujetos
condenados por este tipo de delitos podría estar sesgada por el temor al rechazo que habitualmente reciben de los otros
internos (Soria y Hernández, 1994; Ampudia, López, Pérez y Carrillo, 2007). En cuanto a tipologías de agresores sexuales,
en sus distintas modalidades, se han identificado diferentes perfiles. Miethe y McCorkle (2003) señalan que el perfil de
agresores sexuales es de hombres blancos y negros menores de 25 años, agresor intrarracial, desempleado o de bajos
ingresos, y con arrestos previos. Los delitos sexuales suelen generar una gran alarma social (Soria y Hernández, 1994),
paralelamente se destacan actitudes sociales que, en ocasiones, culpabilizan a la víctima (Herrero Alonso, Garrido Martín,
2002). Es por ello, que el objetivo de este trabajo es tener conocimiento de esta problemática en México mediante el análisis
de los aspectos sociodemográficos de las personas condenadas por delitos sexuales. Aún reconociendo las limitaciones de
los autoinformes de delincuentes sexuales señaladas anteriormente, en nuestro país son escasos los estudios con muestras
de delincuentes y la información brindada sobre antecedentes criminales podría orientar las políticas de tratamiento de los
agresores adultos y de menores de forma específica.

Método: Participantes: Se seleccionaron 212 internos de Centros de readaptación Social, por delitos sexuales, a quienes se
les aplicó de forma individual, el Cuestionario Sociodemográfico (CSD) (Ampudia 2004). Los sujetos fueron entrevistados
por psicólogos, con experiencia de trabajo en cárceles. Para llevar a cabo las entrevistas se obtuvieron los permisos
pertinentes de las autoridades penitenciarias y para que accedieran voluntariamente a ser entrevistados los internos.

Resultados: Los sujetos eran hombres con una edad media de 39.3 años, de entre 21 y 68 años. Con respecto al estado
civil, la mayoría son solteros o viven en unión libre, encontrándose 16 personas casadas. El nivel educativo de la mayoría de
los internos es bajo, ya que la máxima escolaridad es de secundaria incompleta, asimismo, presentaron bajo estrato social
de procedencia y se indagó el tipo de labor realizada hasta antes del ingreso en prisión. Este perfil sociodemográfico suele
ser habitual de las poblaciones carcelarias (Ruiz y Ampudia, 2004). Algunos de los sujetos, reportan haber cometido delitos
anteriores. Doce casos reportan haber cometido delitos diferentes a su condena actual bajo la influencia de sustancias
psicoactiva. Los sujetos cometieron su primer delito a una edad media de 36.4 años, con una moda de 23 años (la más
baja de las modas encontradas), con desviación estándar de 21.6. De los internos, 46 relacionaron el delito sexual de su
condena actual con su necesidad de conseguir recursos para consumir drogas (dos de ellos teniendo condenas también
por hurto), mientras que 6 sujetos aceptaron haber cometido otro tipo de delitos diferentes al actual, para conseguir dinero
o recursos para consumir drogas (homicidio, asalto a mano armada, venta de drogas a pequeña escala, venta de objetos
robados, hurto, estafa, heridas menores y daños a propiedad ajena). Por otro lado, 46 de los internos indicaron que
cometieron el delito actual bajo efectos de una droga.

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Conclusiones: El perfil sociodemográfico de los sujetos es similar al de poblaciones carcelarias, es decir, de baja extracción
social y educativa. Los datos referidos a delitos anteriores hay que analizarlos a la luz de los sesgos que pueden presentar
los informes basados en auto denuncias. Queda para el futuro indagar con mayor profundidad las diferencias entre los
sujetos con y sin carreras criminales, y entre agresores de adultos y menores, para lo cual será necesario explorar con
mayor detenimiento las variables que aquí se abordaron, y otras más, mediante entrevistas de profundidad a los victimarios
y sus entornos familiares y laborales, lo cual ayudaría a disminuir el sesgo que pueden presentar los auto informes y el
recelo de los entrevistados al hablar de los delitos sexuales en un entorno, la prisión, que habitualmente les rechaza.

Descriptores: Evaluación, perfil sociodemográfico, abuso, sexual, delincuencia

Violencia y agresión: una perspectiva de género


Lic. Leticia Guadalupe Bustos de la Tijera, Dra. Amada Ampudia Rueda y Lic. Xochitl Quetzal Barragan Sanchez
Facultad Psicología, UNAM

La violencia sólo se puede ejercer en la desigualdad y es además un ejercicio de poder. La agresividad es una fuerza
instintiva de supervivencia, en virtud de la cual podemos defendernos de las intrusiones y de los ataques de otros contra
lo que es legítimamente nuestro; mediante la violencia nos apropiamos de lo que no es nuestro y nos complacemos en
el sometimiento del otro, porque es inferior o al menos diferente a nosotros. Conocer estas características nos permite
controlar esta energía que pudiera expresarse negativamente en cualquier momento. Evidentemente la violencia está
presente en la vida real; es un hecho que no podemos soslayar, debido a que se encuentra cotidianamente. Cada día hay
seres humanos que son asesinados, torturados o maltratados. Es claro también, que la violencia y la agresión pueden
manifestarse de maneras diversas y especialmente expresarse de manera diferente entre hombres y mujeres (Bustos,
Ampudia, Ibarra, Arroyo y Cervantes, 2009). La agresividad humana es producto del instinto alimentado por una energía
biológica e inagotable que en muchas ocasiones no necesita de un estímulo externo para que produzca una reacción
violenta.

Otra hipótesis sobre la conducta agresiva, plantea que la conducta agresiva, está relacionada con la conservación de
la especie, la supervivencia del individuo y la preservación de la vida. Esta idea sustentada con base en la intensidad
destructora del impulso agresivo, todavía un mal hereditario de la humanidad, es la consecuencia de un proceso de
selección que operó en nuestros antepasados (Ampudia, Balbuena, Sabines, Carrera y Jara, 2009). Para comprender
mejor la relación entre el aprendizaje previo y la conducta agresiva tendríamos que preguntarnos: ¿Por qué la gente se
comporta agresivamente? según el condicionamiento operante, un individuo se comporta agresivamente, porque ha tenido
un aprendizaje previo en algún momento de su vida o en la infancia, que es cuando se empieza a moldear la personalidad
del niño (Santaella, Ampudia, Jiménez, Sarabia y Eguía, 2009).

Las mujeres por su parte son sensibles a las agresiones y la mayoría de las veces son ellas las agredidas, pues el sexo
opuesto las somete a su “voluntad”. Ante la agresión, la mujer es capaz de emitir respuestas agresivas y se encuentra en
una actitud defensiva constante, porque percibe el medio externo como hostil y peligroso. Sus agresiones generalmente
son abiertas y de tipo verbal, aunque tampoco son menos frecuentes las agresiones físicas, pues siempre que se sienten
en peligro pierden el control. En algunos casos, hay también dificultad para responder a las agresiones del exterior, esta
incapacidad también favorece las respuestas explosivas, una vez que la carga de agresión hacia algo o alguien se ha
acumulado.

De acuerdo con Erich Fromm (1947): “…creación y destrucción, amor y odio, no son dos instintos que existan
independientemente. Los dos son soluciones de la misma necesidad de trascendencia, y la voluntad de destruir surge
cuando no puede satisfacerse la voluntad de crear … Lo que define al hombre como especie, aparece aún antes de que
su vida orgánica o física esté resuelta.” (citado en Gojman (1981).

Esta situación en la mujer, que se menciono anteriormente, se debe quizás a la forma en que es educada en el hogar. Por
ello el objetivo de este trabajo es analizar las diferencias entre conductas agresivas y violentas que han mostrado hombres
y mujeres.

Método: Participantes: Se consideraron 400 internos, (200 mujeres y 200 hombres) de Centros de Readaptación Social del
Distrito Federal, de edades entre 19 y 59 años de edad, a quienes se aplicó el Inventario Multifásico de la Personalidad de
Minnesota (MMPI-2) (Lucio y Reyes 1992), en forma individual.

Resultados: Mediante la prueba estadística t de student se obtuvieron diferencias en las respuestas de violencia y agresión

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de acuerdo al género en cada una de las escalas del MMPI-2, observando diferencias estadísticamente significativas en las
escalas de Validez F de infrecuencia y L de mentiras. Asimismo, en las escalas clínicas que integran el factor I Psicoticismo
de la tetratada psicótica, paranoia, psicastenia, esquizofrenia e hipomanía. En el Factor IV de Desviación Psicopática y
en el Factor III de Masculinidad y Feminidad. Para las escalas de Contenido se encontraron diferencias en la mayoría
de las escalas, así como en las escalas suplementarias fuerza del Yo, alcoholismo de Mac Andrew, hostilidad reprimida,
responsabilidad social y desajuste profesional.

Conclusiones: Evaluar y diagnosticar a la población delincuente, es complejo, más aún las diferencias entre hombres y
mujeres cuando se toman principalmente clasificaciones etiológicas que tienen un carácter exploratorio, que representan
simplemente una formulación parcial y una aproximación de las causas del crimen y la delincuencia. Los análisis efectuados
sobre la delincuencia y el crimen, se avocan a la postulación y existencia de factores distintos al comportamiento delictivo.
Esta adhesión, tiende a localizar y circunscribir, diferentes patrones de conducta delictiva para explicar el fenómeno, tanto
en hombres como en mujeres (Romero, 2001). Desde los modelos psicológicos se hace referencia a la personalidad
psicopática y criminal, así como a otros factores psicológicos que han sido correlacionados con la conducta delictiva de
manera diferente de acuerdo al género (Ampudia, 2004), como la autoestima distorsionada, el control externo o atribución
externa de la responsabilidad y la falta de empatía como facilitadora de la conducta violenta. La incidencia de factores
sociales, explican también la influencia de factores familiares, escolares o del grupo de pares en relación con la aparición
de conducta antisocial, (Kazdin, 1988).

Descriptores: Agresión, violencia, hombres, mujeres, delincuencia

Perfiles de personalidad en tres tipos de delitos: robo, homicidio y secuestro


Lic. Beatriz Guadalupe Santaella Hidalgo, Dra. Amada Ampudia Rueda, Anabel Carrera Lara y Diana Rodríguez Mejía
Facultad Psicología, UNAM

Existe una variedad de sistemas de investigación diagnóstica, que han conducido a diferentes conceptos de la personalidad
sociopática, viéndola como un trastorno más que como una desviación social, lo que se refleja en los trabajos de Blackburn
(1988) y en el CIE-10, aunque éste último define esta condición con base en la disparidad entre conducta y normas sociales.
El mérito relativo del diagnóstico de personalidad sociopática versus el de personalidad antisocial, como se describe en el
DSM-IV, es materia de continuo debate. La personalidad antisocial suele estar referida primordialmente al comportamiento,
esto es, persistentes violaciones a las normas sociales, en tanto que la personalidad sociopática se define no sólo por su
conducta, sino también por sus rasgos afectivos y sus patrones de relaciones interpersonales.

Blackburn, (1988), hace énfasis sobre la desviación social, y llegó a la conclusión de que ni los criterios de Cleckey (1985)
ni los de Hare identificaban a un grupo homogéneo de sujetos. Dentro de un marco de referencia de descripción de
rasgo. Esto se hace inicialmente para la distinción entre dos tipos de psicópatas; ambos compartiendo un alto grado de
impulsividad: un tipo primario caracterizado por una adecuada socialización y una total falta de perturbaciones emocionales,
y un tipo secundario caracterizado por el aislamiento social y rasgos neuróticos. A pesar de la variación de las tipologías,
todos los investigadores parecen estar de acuerdo en las características nucleares del concepto.

Se ha hablado de los criterios dimensionales y categoriales de los desórdenes de la personalidad sociopática en diferentes
tipos de delitos. Una primera cuestión, (ya que la agresión es considerada una dimensión, o rasgo) es si la personalidad
sociopática en sí misma puede ser considerada una dimensión y no una categoría. Lilienfeld, señala que existe la
posibilidad de que la personalidad sea una categoría si consideramos el Factor II de Hare (agresividad e impulsividad) y el
comportamiento antisocial infantil; y sea una dimensión si se tiene en cuenta el Factor I (locuacidad, falta de remordimientos
y de culpa, afectos superficiales, falta de empatía y renuencia a aceptar responsabilidades) de Blackburn, (1988). Como
señala Conacher (2003), los actuales sistemas diagnósticos son inadecuados para identificar grupo de delincuentes. El
problema de diferenciarlos a partir de perfiles de personalidad en diversos delitos, puede ser una alternativa de medición.
Hare señaló diversos tipos como “psicópatas subcriminales”: los delincuentes de cuello blanco (corruptos, golpeadores
de mujeres, abusadores de niños, etc.) (Sánchez, Jiménez y Ampudia, 2008). No tiene mucho sentido elegir uno u otro
paradigma explicativo, ya sea genético/bioquímico, psicoanalítico, social, familiar, cognitivo, etc. La respuesta probable es
que sea una combinación de numerosas causas operando en distintas proporciones en distintos sujetos.

Muchas personas que se encuentran en cárceles, correccionales y lugares de detención psiquiátrica forense son psicópatas.
La personalidad sociopática está indudablemente relacionada con la criminalidad, y especialmente con el crimen violento.
Comparados con los delincuentes no psicópatas, éstos tienen más actuaciones criminales y más condenas por crímenes

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violentos; también son los mayores responsables de la violencia intracarcelaria (Jiménez, Sánchez y Ampudia, 2008).

Hay que considerar varios problemas vinculados con la agresión y la personalidad. Uno de ellos es la relación existente
entre agresión e impulsividad. Otro, muy vinculado al primero, sería la distinción entre agresión depredadora (proactiva)
y reactiva, distinción que fue hecha hace treinta años (Berkowitz, Bandura) y, por último, habría que ver la relación de
la personalidad con los grandes criminales, por ejemplo (entre otros), los asesinos seriales y los masivos. Los vínculos
entre la agresión y la impulsividad han sido minuciosamente estudiados por Seroczynski, (2005). De los muchos síntomas
que en psicopatología están reunidos por la comorbilidad, la asociación entre impulsividad y agresión es uno de los más
frecuentes. Ya sea que lo conceptualicemos como categoría o dimensión, la asociación de ambos rasgos no puede ser
negada.

Método: Participantes: En este estudio se analizaron las características de personalidad de 600 sujetos de acuerdo al delito
de robo (200), homicidio (200) y secuestro (200) por tener los mayores índices de delincuencia en los diferentes tipos de
delitos. Se aplicó en forma individual la versión al español del MMPI-2 (Lucio, 1998), a los internos quienes participaron de
manera voluntaria.

Resultados: Los resultados de la prueba ANOVA muestran diferencias en la Escala de Validez F de Infrecuencia y en las
escalas clínicas Hipocondriasis (Hs), Depresión (D), Histeria (Hi), Desviación psicopática (Dp), Paranoia (Pa), Psicastenia
(Pt), Esquizofrenia (Es), Hipomania (Ma) e Introversión social (Is). Para las escalas de contenido las diferencias fueron
principalmente en las escalas del grupo tendencias agresivas externas de Enojo (ENJ), Cinismo (CIN), Prácticas antisociales
(PAS) y Personalidad tipo A (PTA), así como en la escala de Baja autoestima (BAE) y en las escalas suplementarias
de Ansiedad (A), Represión (R), Fuerza del Yo (Fyo), Alcoholismo de Mac-Andrew (Mac-R), Hostilidad reprimida (Hr),
Dominancia (Do), Responsabilidad social (Rs) y Desajuste profesional (Dpr). En los resultados, se observa una elevación
mayor a T= 60 en las escalas F, Fp,, 6 y 8; las escalas de contenido DEP, DEL y en las escalas suplementarias EPK, EPS,
A-MAC así como una disminución de las escalas Fyo, Hr, Do y Rs. en los tres tipos de delitos.

Conclusiones: Se puede decir que las principales características de los grupos están asociadas a un gran resentimiento,
enojo, problemas de alcohol y drogas, dificultades en el control de impulsos agresivos y destructivos que llegan a expresar
en forma abierta, así como frustración, sensación de incertidumbre y serias dificultades en las relaciones interpersonales.
La elevación de las escalas clínicas de paranoia, desviación psicopática, hipomanía y esquizofrenia, se asocian a la
conducta delictiva en general, y con una elevada incidencia de la conducta criminal.

Descriptores: Delincuencia, personalidad, homicidio, secuestro, robo

La intencionalidad de la agresión en mujeres generadoras de violencia


Dr. Jorge Rogelio Pérez Espinosa*, Dra. Amada Ampudia Rueda*,
Lic. María de los Ángeles Arroyo Herrerías** y Ana Belem Pérez Garduño*
*Facultad Psicología, UNAM
**Universidad Autónoma Metropolitana

Introducirse en el tema de la agresividad es entrar en una “jungla semántica (Bandura, 1980). Se han dado muchas
definiciones a la agresión, en las cuales lo común sería la noción que incorpora Buss de “una respuesta que se vuelve
un estímulo nocivo para otro organismo”; el aspecto diferencial sería la inclusión del concepto de “intención” en el daño
producido, el cual por algunos fue considerado innecesario por su condición mentalista y no es apropiado para un análisis
riguroso. El problema es que, obviamente, muchas situaciones en las cuales un individuo daña a otro no constituyen
agresión, debido a la falta de intención. De este modo, Geen (2001), sostiene que el concepto de agresión debe incluir
tres aspectos: la producción de un estímulo nocivo, el intento de dañar y el hecho de que el ataque tenga una probabilidad
mayor a cero de ser exitoso.

Otra definición de agresión, la cual encontramos en la perspectiva etiológica, afirma que un animal actúa agresivamente
cuando inflige, trata de infligir o amenaza con infligir daño a otro animal. El acto va acompañado de síntomas de conducta
reconocibles y cambios fisiológicos definibles. La agresión puede trasladarse hacia objetos no humanos o inanimados. Es
interesante notar aquí la inclusión de la respuesta fisiológica en el concepto de agresión. La hostilidad por su parte, es un
concepto relacionado con la agresividad, pero no es sinónimo de ella. Sería una actitud, una respuesta verbal implícita
que envuelve sentimientos negativos (mala voluntad) y evaluaciones negativas de personas y acontecimientos (Veness,
2006). Constituiría una respuesta bastante estable, donde se encuentra una generalización tanto del estímulo como de
la respuesta, de modo tal que las respuestas de la víctima para apartar la hostilidad pueden exacerbarla. Una respuesta

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puede ser hostil sin ser agresiva, ya que no implica realización de actos. Edmunds y Kendrick (1980) asocian el concepto
de hostilidad a la agresión reforzada por el daño realizado al otro. La hostilidad sería el producto de repetidos castigos
por parte de los otros llevaría a un disgusto generalizado por la humanidad, y a percibir el dolor y la incomodidad de las
personas como reforzante; en cambio, la “agresividad instrumental” sería la disposición a emplear estímulos nocivos como
un medio de adquirir refuerzos extrínsecos. Entonces, se debería asociar a la “agresividad” con actos que produzcan daño
en el otro en búsqueda de refuerzos extrínsecos y a la “hostilidad” con actos que produzcan daño en el otro en búsqueda
de refuerzos intrínsecos.

Una interesante visión es la de Lolas (2001), quien distingue entre los conceptos de agresividad, agresión y violencia.
De acuerdo a esta perspectiva, la agresividad es un término teórico, un constructo que permite organizar determinadas
observaciones y experiencias, que sirve para integrar datos “objetivos” a nivel de conducta motora, fisiología y vivencia (o
subjetividad expresada en el lenguaje). El término agresión se reservaría para conductas agonistas caracterizadas por su
transitividad (la conducta pasa de un agresor a un agredido), su direccionalidad (siempre la agresión tiene un objeto) y una
intencionalidad (el agresor busca dañar, el agredido busca escapar). Por otra parte, la violencia sería la manifestación o
ejercicio inadecuado de la fuerza o poder, ya sea por la extemporaneidad o por falta de juicio, no existiendo intencionalidad
por parte del agente o del paciente de la acción. De este modo, existen gestos violentos pero no agresivos (deportes
rudos) y actos agresivos pero no violentos (omisión de gestos de ayuda). La violencia está presente en toda nuestra vida
y es difícilmente prevenible; la agresividad, en cambio, requiere una intencionalidad que la hace diferente en sus causas,
aunque tal vez no en sus efectos. De ahí que el objetivo del estudio es analizar la intencionalidad de la agresión en mujeres
generadoras de violencia.

Método: Participantes: Se consideraron 200 mujeres (100 madres maltratadoras y 100 delincuentes) de 19 a 59 años que
han mostrado comportamientos violentos. Se analizaron por lo tanto las características de personalidad de ambos grupos.
Se aplicó en forma individual la versión al español del Inventario Multifásico de Personalidad (MMPI-2), (Lucio, 1998), a las
internas y madres maltratadoras, quienes participaron de manera voluntaria en el estudio.

Resultados: Se obtuvieron mediante la prueba t de Student diferencias significativas en las escalas de validez, clínicas, de
contenido y suplementarias del MMPI-2, observando que en ambos grupos se elevan escalas como la F de infrecuencia,
con respecto a las escalas clínicas se encuentran: Hipocondriasis (Hs), Depresión (D), Histeria (Hi), Desviación psicopática
(Dp), Paranoia (Pa), Psicastenia (Pt), Esquizofrenia (Es), Hipomania (Ma). Para las escalas de contenido las escalas
relacionadas con conductas sintomáticas internas y tendencias agresivas externas. En las escalas suplementarias se
elevan en ambos grupos las escalas de Ansiedad (A), Represión (R), Desajuste profesional (Dpr) y Alcoholismo de Mac-
Andrew (Mac-R) además que se reducen las escalas de Fuerza del Yo (Fyo), Hostilidad reprimida (Hr), Dominancia (Do) y
Responsabilidad social (Rs).

Conclusiones: Las madres maltratadoras comparadas con las delincuentes presentaron diferencias en las puntuaciones
respecto a la empatía. Las maltratadoras mostraron menor puntaje y ciertos atributos aversivos, sobre todo cuando sus hijos
lloran. Además se ha observado que la falta de empatía correlaciona con rasgos de personalidad narcisista (Feshbach,1984;
Melnicke y Hurley,1969; Rosenstein 1995; Wiehe, 2003). Por otra parte, Wiehe (2003) en su investigación con grupos de
madres maltratadoras encontró que presentan rasgos de personalidad narcisista; lo cual las incapacita para entender a
los hijos, ya que, consideran los fracasos como algo intolerante y como una afrenta hacia la autoridad. Dichos hallazgos
se han corroborado en el presente trabajo. Asimismo, presentan fallas en los mecanismos inhibitorios de la expresión del
impulso; por lo tanto se expresa el golpe como respuesta motora inmediata (Rohrbeck y Twentyman, 1986). Por su parte,
en las mujeres que delinquen se hace evidente la intencionalidad de la agresión y la percepción del daño

Descriptores: Delincuencia, personalidad, madres, maltratadoras, MMPI-2

Simposio
Adolescencia y familia
Coordinadora: Dra. Patricia Andrade Palos
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Adolescencia, Familia, Depresión, Alcohol, Intento de suicidio

El período de la adolescencia se distingue por ser una etapa de la vida donde se experimentan diferentes cambios que
van desde lo físico, psicológico, familiar y social, lo cual puede generar una serie de problemas emocionales o de conducta

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que pueden llegar a persistir durante la adultez. De ahí que sea importante realizar investigación que permita determinar
los factores asociados a diferentes conductas en los jóvenes. El objetivo de este simposio es presentar resultados de
investigaciones que se han realizado con muestras de diferentes estados de nuestro país sobre familia y adolescencia.
El primer trabajo tuvo como propósito probar la validez y confiabilidad de la Escala de Prácticas Parentales de Andrade
y Betancourt (2008) en una muestra de adolescentes rurales de comunidades totonacas del estado de Veracruz. En la
siguiente investigación, se presentan resultados sobre las diferencias en las prácticas parentales entre adolescentes que han
y no han intentado suicidarse, del estado de Sinaloa. El objetivo del tercer trabajo fue determinar el efecto de las prácticas
parentales en la sintomatología depresiva de hombres y mujeres adolecentes de la ciudad de México. Posteriormente se
presentan los resultados de un estudio realizado en estado de Sinaloa sobre las diferencias en sintomatología depresiva
entre adolescentes que han y no consumido alcohol. El último trabajo aborda la relación entre sintomatología depresiva
y manejo de recursos psicológicos en adolescentes de la ciudad de Morelia. Los resultados obtenidos en los diferentes
trabajos señalan la importancia de algunos factores familiares en la sintomatología depresiva de los jóvenes, así como en
el consumo de alcohol e intento de suicidio. Esta información puede contribuir al diseño de programas de prevención.

Validez y confiabilidad de la Escala de Prácticas Parentales en Adolescentes Totonacas


Dra. Alma Vallejo Casarín, Dr. Jesús Rafael Osorno Munguía, Dra. Beatriz Segura Celis Ochoa,
Nadia Soto Ortiz, Antonio Pérez Malpica, Luana Céfalo y Luz Verónica Márquez Chino
Universidad Veracruzana

La investigación sobre la influencia que ejercen los padres en el desarrollo de los hijos es un área muy importante de
las ciencias del comportamiento, Musitu y García (2004) indican que las preguntas fundamentales que se plantean los
investigadores a este respecto son: ¿de qué manera llevan a cabo los padres esta actividad? y ¿qué efectos tienen estos
comportamientos en el desarrollo de los hijos?. Dos de las propuestas más importantes que han intentado responder estos
cuestionamientos son la de los estilos parentales y la de las prácticas parentales. Aunque muchos autores han utilizado
estos términos como similares, Darling y Steinberg (1993) indican que es necesario diferenciarlos: los estilos abordan el
clima emocional en el que los padres educan a sus hijos, mientras que las prácticas parentales hacen referencia a las
conductas concretas que los padres emplean para socializar a los hijos en áreas más específicas.

Baumrind (1967, 1971) hizo una propuesta de estilos parentales tomando en cuenta dos aspectos del comportamiento de
los padres hacia los hijos: el involucramiento/aceptación y la exigencia/supervisión, con los cuales se forman los estilos:
autoritativo, autoritario y permisivo; posteriormente Maccoby y Martin (1993) propusieron un estilo más: el negligente. En
México se ha presentado un marcado interés por utilizar la tipología de estilos parentales de Baumrind para el análisis
de las relaciones entre padres e hijos como lo demuestran las investigaciones llevadas a cabo por Asili y Pinzón (2003);
Asili y Prats (2002); Landeros, González, Estrada y Musitu (2009), Palacios y Andrade (2006) y Vallejo, Aguilar y Valencia
(2001, 2002). Sin embargo es difícil hacer comparaciones de los resultados generados por estos investigadores ya que no
utilizaron los mismos instrumentos para evaluar los estilos.

Andrade y Betancourt (2008) desarrollaron una Escala de Prácticas Parentales con adolescentes mexicanos que evalúa
dos de las dimensiones más estudiadas acerca del comportamiento de los padres: el apoyo y el control. Aunque hay un
acuerdo más o menos generalizado de que el apoyo es una dimensión homogénea, no sucede lo mismo con el control,
de ahí que Barber, Olsen y Shagle (1994), y Steinberg (1990) han hecho una distinción entre el control conductual que
implica el conjunto de reglas, límites y regulaciones que los padres establecen a sus hijos así como el conocimiento de
las actividades que éstos realizan y, el control psicológico que se relaciona con métodos psicológicos empleados por
los padres para controlar las actividades, conductas y hasta pensamientos de los hijos que afectan el desarrollo de su
individualidad. Andrade y Betancourt (2008) reconocen la importancia de esta diferencia del control parental y desarrollaron
reactivos para medirlo. La ventaja de utilizar la escala propuesta por estas autoras es que permite hacer un análisis más
detallado del comportamiento de los padres.

El objetivo de esta investigación fue probar la validez y confiabilidad de la Escala de Prácticas Parentales de Andrade y
Betancourt (2008) en una muestra de adolescentes rurales de comunidades totonacas del estado de Veracruz.

Participaron 234 adolescentes de una secundaria técnica de Entabladero, Veracruz, 108 mujeres y 126 hombres en edades
de 12 a 18 años con una media de 13.7.

Se utilizó la Escala de Prácticas Parentales de Andrade y Betancourt (2008) la cual consta de nueve dimensiones, = .92);
Autonomía (7 reactivos; αcinco para mamá: Comunicación (9 reactivos; = .81); Control psicológico (8 reactivos; α= .86);
Imposición (8 reactivos; α = .84); y cuatro dimensiones para α= .80) y Control conductual (7 reactivos; α = .97); Autonomía

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(8 αpapá: Comunicación/Control conductual (16 reactivos; = .90); y Control psicológico (8 α= .94); Imposición (8 reactivos;
αreactivos; = .90). αreactivos;

Los análisis psicométricos se llevaron a cabo de forma separada para el cuestionario del padre y de la madre. Se determinó
la dimensionalidad del constructo mediante análisis factoriales de componentes principales con rotación ortogonal, que
arrojaron 5 factores para mamá que explicaron el 51.8% de la varianza y 4 factores para el papá que explicaron el 55.98%
de la varianza. Los factores encontrados para el cuestionario del padre fueron Apoyo y supervisión con 18 reactivos que
explicaron el 37.08 % de la = .95); Control psicológico con 5 reactivos que explicaron el 4.59% α( varianza =.83); Autonomía
con 8 reactivos que explicaron el 10.04% de α( de la varianza = .88); Imposición con 6 reactivos que explicaron el 4.25 %
de la α( la varianza = .79). αvarianza).

Para el cuestionario de la madre los factores arrojados fueron: Apoyo con 10 reactivos que explicaron el 29.3% de la =
.91); Autonomía con 7 reactivos que explicaron el 3.9% de la α( varianza = .79); Control psicológico con 5 reactivos que
explicaron el 4.4 % α( varianza = .76); Control conductual con 7 reactivos que explicaron el α( de la varianza = .83) e
Imposición con 6 reactivos que explicaron el α9.26% de la varianza ( = .79). α( 4.88% de la varianza

Los resultados son muy similares a lo reportado por Andrade y Betancourt (2008) con adolescentes de secundaria de
la ciudad de México y por Vallejo et al (2008) con adolescentes urbanos de Veracruz. Se puede afirmar que esta escala
permite hacer comparaciones en diferentes contextos culturales lo que hará posible entender mejor la dinámica de las
relaciones familiares en diferentes regiones del país.

Descriptores: Prácticas parentales, características psicométricas, adolescentes, totonacas, validez y confiabilidad

Prácticas parentales en adolescentes que han y no han intentado suicidarse


Dra. Rosa María Rojas Rivera*, Dra. Diana Betancourt Ocampo**,
Dra. Catalina González Forteza*** y Cindy Margarita López Murillo*
*Universidad Autónoma de Sinaloa
**Universidad Nacional Autónoma de México
***Instituto Nacional de Psiquiatría

De acuerdo con datos epidemiológicos (Borges, Medina-Mora, Orozco, Quéda, Villatoro y Fleiz, 2009), 6 601 210 mexicanos
han tenido ideación suicida, 918 363 han planeado suicidarse, 593 600 han intentado suicidarse y 99 731 han utilizado
servicios médicos como consecuencia del intento suicida. Además, dentro de las características que se encontraron como
de mayor riesgo para presentar alguna conducta suicida fueron: el ser mujer, ser persona que no está casada o en unión
libre, tener una baja escolaridad, y pertenecer a la población joven. Por lo que respecta a los datos en población joven,
González-Forteza, Villatoro, Alcántar, Medina-Mora, Fleiz, Bermúdez y Amador (2002) reportan que en 1997 la prevalencia
del intento suicida en estudiantes adolescentes fue de 8.3% y para el año 2000 incrementó al 9.5%. Esta problemática se
encontró con mayor prevalencia en las mujeres que en los hombres. Dentro de los motivos que se reportaron con mayor
frecuencia están los problemas familiares y en segundo lugar los sentimientos depresivos. El método más frecuente y con
una tendencia al aumento fue herirse con un objeto punzocortante.

En la literatura científica es reconocida la asociación de las características psicosociales de la familia y las consecuencias
emocionales en los adolescentes, específicamente de la conducta suicida (Haddad, 1990). Por ejemplo, Rivera (2000)
encontró que los adolescentes con intento suicida percibieron sus relaciones familiares con una falta de apoyo y convivencia
entre los miembros de la familia, además de que dentro de ésta no se les permite hablar de sus sentimientos, ideas o
propuestas y consideran que en sus relaciones intrafamiliares existen obstáculos para una interacción armónica entro los
miembros de la familia. Por otro lado, Andrade, Betancourt y Camacho (2003) encontraron que las adolescentes con intento
de suicidio reportaron menos apoyo, comunicación y apego y más rechazo de ambos padres. En cuanto a los varones, las
autoras encontraron que aquellos que han intentado suicidarse expresaron menos apego y más rechazo de sus madres.

El objetivo del presente estudio fue determinar las diferencias en las prácticas parentales entre adolescentes que han y
no han intentado suicidarse. Participaron 905 estudiantes de escuelas secundarias públicas del estado de Sinaloa, de los
cuales 53% fueron mujeres y 47% hombres, con un rango de edad de 11 a 17 años (M = 13, D.E. = 1.05). Se empleó la
Escala de Prácticas Parentales de Andrade y Betancourt (2008), la cual consta de nueve dimensiones, cinco para mamá:
= .86); α= .92); Autonomía (7 reactivos; αComunicación (9 reactivos; = .80) y α= .81); Control psicológico (8 reactivos;
αImposición (8 reactivos; = .84); y cuatro dimensiones para papá: αControl conductual (7 reactivos; = .97); Autonomía (8

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reactivos; αComunicación/Control conductual (16 reactivos; = .90); y Control psicológico (8 reactivos; α= .94); Imposición
(8 reactivos; α = .90). Para evaluar el intento suicida se utilizaron 5 indicadores que se α refieren a: hacerse daño con el fin
de quitarse la vida, a la edad del último o único intento, el motivo, con qué lo hizo y si fue hospitalizado (González-Forteza,
Mariño, Rojas, Mondragón y Medina-Mora, 1998).

Los resultados mostraron que el 8.1% de los adolescentes informaron que alguna vez en su vida han intentado suicidarse,
el 3.3% lo ha intentado más de una vez y 88.7% nunca lo ha intentado, el promedio de edad del único/último intento fue a
los 12 años (D.E.= 2.28). El 43.9% de los adolescentes reportaron que el motivo del intento fueron los problemas familiares
y en segundo lugar, por depresión y soledad (26.5%). El 43.6% informó que realizó el intento con objetos punzo-cortantes
(cuchillo, vidrio, navajas) y en segundo lugar, con consumo de sustancias (26.7%), y el 84.8% mencionó que no tuvo que
ser hospitalizado.

Con el propósito de realizar comparaciones entre los adolescentes que han y no han intentado suicidarse, se igualó la
muestra por sexo y edad respecto a los jóvenes que informaron haber intentando suicidarse (N=101, 75 hombres y 26
mujeres, con una media de edad de 13.7 años). Se llevaron a cabo pruebas t de Student para muestras independientes,
estos análisis se realizaron por separado para hombres y mujeres. Por lo que respecta a las mujeres, los resultados
mostraron diferencias estadísticamente significativas en todas las dimensiones de las prácticas parentales, donde las que
no han intentado suicidarse obtuvieron mayores puntajes en las dimensiones de comunicación y autonomía tanto materna
como paterna, así como en el control conductual materno; y bajos puntajes en imposición y control psicológico de ambos
padres. Los resultados en los hombres mostraron diferencias estadísticamente significativas sólo en las dimensiones
de autonomía y control conductual de la mamá y control psicológico ambos padres, donde los adolescentes que no han
intentado suicidarse reportaron una mayor autonomía y comunicación con la mamá, y bajo control psicológico de ambos
padres.

Los hallazgos de este estudio muestran que las prácticas parentales de ambos padres están asociadas con la conducta
suicida, y específicamente ponen en evidencia la importancia de la comunicación y la autonomía por parte de la mamá
tanto en sus hijos hombres y en mujeres, y la contribución de las prácticas parentales del papá respecto a la comunicación
con sus hijas y al bajo puntaje de control psicológico en sus hijos varones como ejes conductores en quienes no han
intentado quitarse la vida. Estos resultados coinciden con lo reportado por Lai y McBride (2001) y permiten considerar que
las prácticas parentales son elementos importantes en las estrategias de prevención de la conducta suicida, partiendo
de las diferencias y similitudes entre los sexos de los padres y sus hijos (Kroneman, Loeber, Hipwell y Koot, 2009). Los
resultados no pueden ser concluyentes, pero sí orientan hacia hipótesis sobre el efecto moderador sobre las conductas
suicidas (Greening, Stoppelbein y Luebbe, 2010).

Descriptores: Prácticas parentales, intento de suicidio, adolescentes, hombres, mujeres

Prácticas parentales y sintomatología depresiva en adolescentes


Dra. Patricia Andrade Palos y Dra. Diana Betancourt Ocampo
Universidad Nacional Autónoma de México

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica 2005, el 8.8% de la población en México
ha presentado por lo menos un cuadro de depresión alguna vez en su vida y 4.8% lo presento en el año previo a la encuesta;
además, se calcula que la mitad de estos casos registrados pueden considerarse como severos y que se presenta 1.5
veces más frecuente en las mujeres que en los hombres. Por lo que respecta a los datos en niños y adolescentes,
Caraveo, Colmenares y Martínez (2001) reportaron que los síntomas depresivos se ubicaron dentro de los primeros once
síntomas registrados con mayor frecuencia, con una prevalencia del 6.3%; y los datos de la Encuesta Mexicana de Salud
Mental Adolescente (Benjet, Borges, Medina-Mora, Méndez, Fleiz, Rojas y Cruz, 2009) mostraron que para las mujeres,
la depresión mayor se ubicó en segundo lugar después de fobias con un 7.6%, en el caso de los hombres se encontró
una prevalencia del 2%. Estos datos subrayan la importancia de investigar la incidencia de factores asociados a esta
problemática.

Actualmente existe un debate acerca de la influencia de los padres en el bienestar psicológico de los hijos, ya que si bien
existen investigaciones que demuestran que las prácticas de crianza juegan un papel central en el desarrollo de problemas
psicológicos de los hijos (Kagan, 2003; Rutter, 2002); estudios meta-analíticos de la asociación entre parentalidad y
problemas psicológicos en los niños, han demostrado que la parentalidad contribuye en una proporción relativamente
pequeña a la varianza en problemas externalizados en niños y menos en problemas internalizados (McLeod, Weisz y
Wood, 2007). Estos datos indican que es necesario demostrar por un lado, qué tan fuerte es la relación entre prácticas

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parentales y depresión en niños y por otro si existen otros factores más potentes en la explicación de la depresión, de tal
manera que se puedan diseñar programas más efectivos para prevenirla.

Los resultados de la revisión de McLeod et al., (2007) señalan que las prácticas parentales explican aproximadamente el
8% de la varianza de la depresión en los niños y aunque son resultados consistentes, cuestionan la suposición de que
las prácticas parentales tienen un papel central en el bienestar psicológico de los hijos. En México, Betancourt, Andrade y
Orozco (2008) encontraron que los adolescentes (11 a 16 años de edad) con depresión severa perciben que sus madres
ejercen un alto control psicológico y un bajo control conductual, lo que sugiere que una mayor supervisión de la madre y
una menor intrusividad contribuyen a bajos niveles de depresión en los hijos, sin embargo se requiere más investigación al
respecto para aclarar el nivel de explicación de las prácticas parentales en la depresión de los hijos.

El propósito del presente trabajo es determinar el efecto de las prácticas parentales en la sintomatología depresiva de
hombres y mujeres adolecentes. Se seleccionó una muestra no probabilística de 512 adolescentes, estudiantes de
secundarias públicas del Distrito Federal. De los cuales, 48.8% fueron mujeres y el 51.2% hombres, con un rango de edad
de 11 a16 años (M =13.2, D.E. = 0.91), el 83.4% de los jóvenes informó vivir con ambos padres.

Se utilizó la Escala de Practicas Parentales de Andrade y Betancourt (2008) la cual = αconsta de nueve dimensiones, cinco
para mamá: Comunicación (9 reactivos; = .81); α= .86); Imposición (8 reactivos; α.92); Autonomía (7 reactivos; = .80) y
Control conductual (7 reactivos; αControl psicológico (8 reactivos; = .84); y cuatro dimensiones para papá: Comunicación/
Control conductual (16 α = .94); Imposición (8 reactivos; α= .97); Autonomía (8 reactivos; αreactivos; = .90). Para evaluar
la α= .90); y Control psicológico (8 reactivos; α sintomatología depresiva se utilizó la versión revisada de la Escala de
Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos (CES-D-R) (Eaton, Muntaner y Smith, 1998), la cual fue adaptada para
población mexicana por González-Forteza, Jiménez, Ramos-Lira y Wagner (2008), es una escala tipo Likert de 35 reactivos
con cinco opciones de respuesta (de 0 días a 10 a 14 días).

Con el propósito examinar las diferencias en sintomatología depresiva entre hombres y mujeres, se realizó una prueba t
de Student para muestras independientes, los resultados mostraron diferencias estadísticamente significativas (t= 5.04,
p < .05), donde las mujeres obtuvieron mayores puntajes (M = 40.23, D.E. = 23.9) en comparación con los hombres (M =
28.6, D.E. = 20.9).

Para determinar la influencias de las prácticas parentales sobre los síntomas depresivos de los adolescentes, se llevaron
a cabo análisis de regresión lineal paso por paso, estos análisis se realizaron por separado para hombres y mujeres. Los
resultados mostraron que por lo que respecta a las mujeres, altos puntajes en control psicológico materno junto con una
pobre comunicación con ambos padres explican el 26% de la varianza. Por lo que respecta a los hombres, las variables
que fueron predictoras fueron, un alto control psicológico de ambos padres junto con puntajes bajos en autonomía, que
explicaron el 14% de la varianza.

Los resultados confirman la importancia de las prácticas parentales en la sintomatología depresiva de los adolescentes,
que si bien no permiten afirmar que sea la variable más importante, si explica mucho más varianza que la encontrada en
otras poblaciones (McLeod, et al.,2007). Una aportación importante de este estudio es el análisis que se hace por sexo,
ya que como se puede apreciar, el porcentaje de varianza explicada por las conductas de cada padre dependiendo del
sexo del hijo, muestra claramente que es mayor el impacto de las prácticas parentales en las mujeres que en los hombres,
aspecto que no se considera en otros estudios.

Descriptores: Prácticas parentales, depresión, adolescentes, hombres, mujeres

Sintomatología depresiva y consumo de alcohol en adolescentes


Dra. Rosa María Rojas Rivera*, Lic. Carlos Omar Sánchez Xicotencatl**,
Dra. Patricia Andrade Palos** y Alma Paulina Jaramillo Félix*
*Universidad Autónoma de Sinaloa
**Universidad Nacional Autónoma de México

El consumo de alcohol ha cobrado importancia México debido al aumento de consumidores especialmente en las mujeres
y en los adolescentes, además de una disminución en la edad de inicio del consumo. Resultados de la Encuesta Nacional
de Adicciones (SSA, 2008) indican un incremento en el consumo de alcohol especialmente en las adolescentes, ya que
el 0.9% reportaron ser consumidoras consuetudinarias (tomar a diario y por lo menos una vez a la semana beber cinco
copas o más en una sola ocasión), y el 7.7% consume grandes cantidades, para los hombres fue el 2.2% y el 11%

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respectivamente. Llama la atención que el 2.1% de las mujeres adolescentes manifestó tener síntomas de dependencia/
abuso en comparación con el 3.6% de los hombres, estos datos confirma que han disminuido las diferencias en el consumo
entre hombres y mujeres.

El estudio del alcohol es importante ya que ha sido identificado como la droga que más consumen los adolescentes y que
sirve de entrada para el consumo de drogas ilegales (Sánchez-Zamorano, Llerenas, Anaya-Ocampo & Lazcano-Ponce,
2007), por otro lado el consumo de alcohol ha sido relacionado con problemas como la violencia, accidentes, homicidios,
lesiones autoinflingidas y diversas enfermedades (Borges, Mondragón, Cherpitel, Ye & Rosovsky, 2003; D’Amicoa, Orlando,
Miles & Morral, 2008).

Diversas investigaciones han relacionado a la depresión con el consumo de alcohol, por ejemplo, Crum, Storr y Chan
(2005) mencionan que hombres y mujeres con depresión tienen mayor probabilidad de desarrollar dependencia al alcohol
que la población general, además Caldwell, Rodgers, Jorm, Christensen, Jacomb, Korten, et al (2001) encontraron que
los hombres que consumen ocasionalmente y los que lo hacen en exceso, presentan altos puntajes en depresión; en
las mujeres sólo las que bebían en exceso puntuaron alto en depresión. En adolescentes también se ha relacionado el
consumo excesivo de alcohol con altos puntajes en sintomatología depresiva (Fidalgo, da Silveira & da Silveiria, 2008).

A pesar que en la literatura internacional diversos estudios han relacionado el consumo de alcohol y la sintomatología
depresiva, en México pocos estudios se han llevado a cabo para determinar la relación entre estas variables con la finalidad
de incidir en la prevención tanto del consumo de alcohol como de la depresión, de ahí que el objetivo de la presente
investigación fue determinar si existen diferencias estadísticamente significativas en la sintomatología depresiva en una
muestra de hombres y mujeres estudiantes de secundaria, que han y no han consumido alcohol.

Participaron 905 adolescentes estudiantes de cuarto año de secundarias públicas del estado de Sinaloa, de los cuales 47%
fueron hombres y 53% mujeres, con un rango de edad de 11 a 17 años (m= 13 años, ds=1.05).

Para evaluar la sintomatología depresiva se utilizó la versión revisada de la Escala de Depresión del Centro de Estudios
Epidemiológicos (CES-D-R) (Eaton, Muntaner y Smith, 1998), la cual fue adaptada para población mexicana por González-
Forteza, Jiménez, Ramos-Lira y Wagner (2008), es una escala tipo Likert de 35 reactivos con cinco opciones de respuesta
(de 0 días a 10 a 14 días).

El consumo de alcohol se evaluó con el reactivo ¿Alguna vez en toda tu vida te has tomado una copa completa de alguna
bebida alcohólica? (1=si; 2=no).

Del total de adolescentes el 42.1% ha consumido una copa completa de alcohol en su vida, el 48.6% lo hizo antes de los 13
años y un 4.6% reportó que han consumido 5 o más copas de alcohol una o más veces en la semana previa del estudio.

Por lo que respecta a las mujeres, el 42.9% ha consumido una copa completa de alcohol en su vida, de las cuáles el 41.3%
lo hizo antes de los 13 años y un 5.3% reportó que han consumido 5 o más copas de alcohol una o más veces en la semana
previa del estudio.

En los hombres los resultados son similares ya que el 40.6% ha consumido una copa completa de alcohol en su vida, de
los cuáles el 57.8% lo hizo antes de los 13 años y un 4% reportó que han consumido 5 o más copas de alcohol una o más
veces en la semana previa del estudio.

Para determinar si existen diferencias estadísticamente significativas en la sintomatología depresiva entre los estudiantes
que alguna vez en su vida han consumido alcohol y los que no lo han hecho, se llevaron a cabo pruebas t de Student, los
análisis se realizaron por separado para hombres y mujeres.

En las mujeres se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la sintomatología depresiva entre las que
consumen alcohol (M=78.34, D.E= 23.62) y las que no (M =66.87, D.E =20.80), es decir las mujeres que han consumido
alcohol obtuvieron mayores puntajes en sintomatología depresiva (t=5.13, p<.001).

En los hombres también se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los que han consumido alcohol
(M=64.54, D.E =17.35) y los que no (M=58.61, D.E =14.31), al igual que las mujeres, los hombres que han consumido
alcohol obtuvieron puntajes más altos en sintomatología depresiva que los adolescentes que no han consumido alcohol
(t=3.43, p<.001).
En esta muestra las diferencias entre sexo con relación al consumo son mínimas, de hecho más mujeres que hombres

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se han iniciado en el consumo y reportan más consumo riesgoso. Los resultados de esta investigación contribuirán al
entendimiento de la relación que existe entre la sintomatología depresiva y el consumo de alcohol, pero se requiere más
investigación para identificar con claridad los mecanismos que intervienen en esta relación.

Descriptores: Consumo de alcohol, adolescentes, depresión, hombres, mujeres

Recursos psicológicos y sintomatología depresiva en estudiantes de secundaria


provenientes de seis regiones de Michoacán
Dra. María Elena Rivera Heredia, Lic. Nydia Obregón Velasco y Lizeth Guadalupe Martínez Servín
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Más del 3% de los adolescentes sufren condiciones depresivas tan graves que pueden ocasionar disfunciones sociales,
incrementándose la probabilidad acumulativa de padecer un trastorno depresivo en la adolescencia tardía de un 10 al
20% (Harrington, 2001). La depresión es considerada un problema de salud mental prioritario en México, dado que, por sí
misma, representa el 35% del total de trastornos mentales del país, seguida por el alcoholismo con el 11.3%. Es una de
las enfermedades más discapacitantes y está presente en una de cada diez personas que acuden a servicios de atención
primaria; generalmente no es identificada y mucho menos atendida con oportunidad. La situación actual de los jóvenes en
México requiere atención inmediata dadas las tasas altas de deserción escolar, de muertes violentas y de problemas de
salud mental en esta etapa (Bagur, 2009; Ruelas Lozano, 2009).

Uno de los instrumentos de tamizaje utilizados con mayor frecuencia para medir sintomatología depresiva es el CES-D
(Chabrol, Rodgers & Rousseau, 2007; García-Peña, Wagner, Sánchez-García, Juárez-Cedillo, Espinel-Bermúdez, García
González, Gallegos-Carrillo, Franco-Marina & Gallo, 2008; González-Forteza, Jiménez-Tapia, Ramos-Lira & Wagner,
2008). En contraparte, el estudio de los recursos de los adolescentes, tanto de tipo familiar como personal, como serían los
recursos afectivos, cognitivos, instrumentales y materiales es un campo de investigación reciente, basado en los principios
de la psicología positiva (Seligman & Csikszentmihalyi, 2000), del que se requiere mayor investigación, para determinar las
variables estratégicas a fortalecer para preservar el estado de bienestar psicosocial de los adolescentes y su entorno.

El objetivo de este estudio fue comparar los recursos familiares, afectivos y sociales, así como la sintomatología depresiva
en estudiantes de secundaria por sexo y región donde viven.

Participaron 333 estudiantes de secundaria, 146 varones y 187 mujeres, pertenecientes a seis regiones de Michoacán
(Lerma Chapala, Bajío, Tepalcatepec, Purépecha, Pátzcuaro-Zirahúen, Tierra Caliente e Infiernillo), a quienes se les
aplicaron dentro del salón de clase las escalas de recursos afectivos (α= .82), de recursos sociales (α= .77) y la escala
de evaluación de las interrelaciones familiares (α= .91) reportadas por Rivera Heredia y Andrade (2006) y la escala del
Centro de Estudios epidemiológicos para la depresión versión revisada (CESD-R), integrada por 35 reactivos, la cual fue
desarrollada por Radloff, validada por Mariño, Medina-Mora, Chaparro & González-Forteza, 1993) y actualizada para
población mexicana por González-Forteza, Jiménez, Ramos-Lira y Wagner (2008).

El perfil de los recursos psicológicos o déficit de los mismos de los adolescentes michoacanos en orden de mayor a menor
puntaje es: red de apoyo (2.9); dificultades para manejar el enojo (2.6); autocontrol (2.6); recuperación del equilibrio (2.4);
dificultades para el manejo de la tristeza (2.2); e incapacidad para buscar apoyo (2.1). Respecto a los recursos familiares,
se encontró que no existen diferencias significativas por sexo ni por región tanto en la expresión de emociones como en la
percepción de dificultades en la familia, pero si en la dimensión de unión, donde las regiones Purépecha (Uruapán) y de
Tepalcatepec (Apatzingán) presentan los puntajes más altos, mientras que las regiones de Infiernillo (Ario de Rosales) y
tierra caliente (Huetamo) los más bajos.

De todos los recursos afectivos y sociales evaluados, los adolescentes de las seis regiones presentan puntajes semejantes
en las subescalas de autocontrol, manejo del enojo, recuperación del equilibrio e incapacidad para buscar ayuda; sólo
se encontraron diferencias estadísticamente significativas en las dificultades para el manejo de la tristeza y en la red de
apoyo. Al comparar los recursos psicológicos entre los varones y las mujeres, se identificaron diferencias estadísticamente
significativas en las subdimensiones de dificultades para el manejo de la tristeza, red de apoyo e incapacidad para buscar
apoyo.

En la mayoría de las subescalas de sintomatología depresiva del CESD-R se encuentran diferencias significativas entre
hombres y mujeres, presentándose en todos los casos mayor problemática en las mujeres; estas subescalas son: estado
de ánimo deprimido, cambio drástico de peso, problemas con el sueño, fatiga, culpa excesiva, pensamiento, ideación

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suicida y área social, además de en la escala total de este instrumento. Las únicas escalas donde hombres y mujeres
puntúan de manera semejante son: la de disminución del placer y la de agitación/retardo psicomotor.

Al contrastar la sintomatología depresiva por región se encuentra que la región Purépecha, representada por los estudiantes
de la ciudad de Uruapan, presentan mayor sintomatología depresiva que los estudiantes de la región del Bajío (Zamora),
de Tepaltepec (Apatzingán) y de Infiernillo (Ario de Rosales) en las subescalas de estado de ánimo deprimido, disminución
del placer, problemas de sueño e ideación suicida, así como en el puntaje total del CESD-R.

En la región Purépecha se observan mayores indicadores de sintomatología depresiva que llevarían el interés a explorar con
mayor profundidad los elementos del entorno que pudieran explicar dicha tendencia, uno de ellos que marca una evidente
diferencia con otras regiones es la mayor presencia de población indígena, que puede estar asociada con elementos de
mayor pobreza, discriminación y vulnerabilidad psicosocial en los jóvenes de esta región (Moralez y Díaz Barajas,2009).
Uno de los temas clave para futuros programas de intervención en esta población es el abordar las dificultades para manejar
el enojo, dado que se encontraron presentes con puntajes promedios altos en la mayoría de los jóvenes participantes, de
igual manera se recomienda abordar la sintomatología depresiva en general incluyendo a la ideación suicida, en regiones
de especial riesgo. Como principal fortaleza se encuentran sus recursos sociales, específicamente su red de apoyo social,
elemento de gran relevancia como factor protector de diversos problemas psicosociales, entre ellos la depresión.

Descriptores: Adolescentes, recursos psicológicos, CESD-R, sintomatología depresiva, Michoacán

Simposio
Agotamiento profesional en el personal de salud y educación I
Coordinador: Dr. L. Fernando Arias Galicia
Universidad Autónoma del Estado De Morelos

Descriptores: Agotamiento profesional, estrés, personal de salud, personal de educación, calidad de vida

En la actualidad, se habla mucho del estrés experimentado en todos los ámbitos de la vida cotidiana. En el caso de los
trabajadores de la salud y de la educación se presenta el trato cotidiano con personas diferentes, lo cual puede incrementar
el estrés. Uno de los resultados es el agotamiento profesional con varias secuelas negativas: bajo desempeño, compromiso
organizacional disminuido, salud física reducida, salud mental atenuada, conflictos en el trabajo, conflictos con la familia,
adicciones, etc. En México la investigación al respecto es magra, pese a la importancia de este tipo de trabajadores para
el bienestar y el desarrollo de la población mexicana. Por tanto, se proponen un simposio (con dos sesiones) en los cuales
se analizarán los niveles de agotamiento profesional así como su relación con otras variables.

Agotamiento profesional (Burnout) en el personal de enfermería su relación con variables organizacionales


Mtra. Abigail Fernández Sánchez* y Dr. Fernando Arias Galicia**
*Escuela de enfermería, Universidad Autónoma del Estado de Morelos
**Facultad de Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos

El síndrome de burnout fue descrito por el psiquiatra norteamericano Herbert Freudenberguer en 1974. Maslach y
Jackson (1986) definieron el Agotamiento profesional (Burnout), como una pérdida gradual de preocupación y de todo
sentimiento emocional hacia las personas objeto del trabajo y que conlleva a un aislamiento o deshumanización. Son
tres sus dimensiones: Desgaste emocional (sensación de estar exhausta(o) emocionalmente por el trabajo y con menor
capacidad de entrega a los demás); Despersonalización (respuesta impersonal y fría hacia los pacientes) y Carencia
de logro (sentimientos de falta de competencia y éxito). Estas tres características afectan tanto a la persona como al
desempeño de su trabajo. Este problema se produce principalmente en el marco laboral de las profesiones centradas en
la prestación de servicios tales como policías, médicos, enfermeras, profesores, cuya demanda de atención es continua.
La profesión de enfermería es una ocupación que por singulares características genera estrés laboral crónico, y una de las
profesiones donde existe mayor incidencia el síndrome de burnout. Sus consecuencias más relevantes son el deterioro en
la calidad de los servicios ofrecidos por las instituciones de salud y, por otra parte, el daño a la salud física y psicológica en
el personal. Para intentar establecer medidas preventivas es necesario determinar la relación de esta variable con otras,
especialmente el Estrés, la Satisfacción con el trabajo, el Compromiso con la organización, la Salud percibida y la Relación
con el Superior inmediato.

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Objetivo. Analizar la relación del agotamiento profesional (burnout) con el Estrés, la Satisfacción con el trabajo, el
Compromiso con la organización, la Salud percibida y la Relación con el Superior inmediato.
Método. Fue un estudio transversal; la muestra estuvo compuesta por 356 personas del grupo de enfermería de un
hospital de segundo nivel de atención; en la muestra la mayoría del personal estudiado fue del sexo femenino (92%). El
instrumento utilizado fue el Maslach Burnout Inventory (MBI), Human Services Survey (HSS, Maslach, C, Jackson S.E.
(1986) y el Q-Labors (Casas, Repullo, Mingo, Sánchez, Aguilera, Pérez-Hervada y Guerra, 2004). Se analizaron los datos
con estadística descriptiva, se calcularon los índices de confiabilidad y se empleó la regresión jerárquica.

Resultados.
Los coeficientes alfa de confiabilidad fueron: Desgaste emocional: 0.70; Despersonalización: 0.50; y Carencia de logro:
0.64. Como los datos obtenidos por otros investigadores, la confiabilidad de la Despersonalización no fue satisfactoria,
mientras la Carencia de logro apenas sobrepasó el mínimo aceptable. Por ende, en el presente trabajo sólo se consideran
las dos variables con índices alfa aceptables; se descarta la Despersonalización. Se calculó un análisis de regresión
por pasos para determinar el peso relativo de otras variables sobre el Agotamiento profesional. Se encontró la mayor
ponderación, sobre el Desgaste emocional, del Estrés (β =0.408, p ≤ .001), seguido por el Compromiso con la organización
(β = - 0.283, p ≤ .001); en tercer lugar apareció la Salud percibida (- 0.235, p ≤ .001, después la Búsqueda de otro empleo
(β = - 0.172, p ≤ .001) y, por último, la Relación con el superior inmediato (β = 0.089, p = .017).
En cuanto a la Carencia de logro, las dos variables con peso resultaron: Compromiso con la organización (β = 0.185, p =
.001) y Satisfacción con el trabajo (β = - 0.166, p = .003).

Discusión.
Los hallazgos de la presente investigación corroboran los informados por otros investigadores. De acuerdo con los
resultados se podría decir que las variables laborales mostraron relación significativa con dos de las tres dimensiones
del síndrome de burnout. En especial y con mayor puntuación en la dimensión de Desgaste emocional, lo cual implica
la necesidad de estudios futuros para analizar el alcance modulador de estos factores en el desarrollo del síndrome en
personal de enfermería. Así, pueden generalizarse con mayor seguridad los resultados presentes. Por ende, es posible
detectar de manera inicial los factores involucrados con la presencia del Agotamiento profesional, para lo cual es necesario
tomar en cuenta las variables observadas por la institución y el personal involucrado con el propósito de disminuir el riesgo
de este problema y sus repercusiones en el personal de salud así como en la calidad del servicio otorgado. No obstante,
es necesario ampliar las investigaciones con el personal de Enfermería pues, como antes se mencionó, los índices de
confiabilidad no resultaron los más deseables. Por tanto, es deseable repetir este tipo de pesquisas con otras muestras de
enfermeras en otras latitudes a fin de verificar la similitud con los resultados aquí informados.

Referencias
Maslach, C, Jackson S.E. (1986). Maslach Burnout Inventory 2da Ed. Palo Alto CA.: Consulting Psychologists Press.
Casas, J., Repullo, J.R., Mingo, C., Sánchez, P., Aguilera, M., Pérez-Hervada, A. y Guerra, J. (2004).
Adaptación de la escala Q-Labors a atención primaria. Revista Calidad Asistencial, 19, 329-340.

Descriptores: Agotamiento profesional, enfermeras, satisfacción en el trabajo, salud, superior inmediato

Síndrome del Quemado en profesionales de la salud de un Hospital Militar en México


Dr. Ignacio Alejandro Mendoza Martínez*, Dra. Blanca Rosa García Rivera** y
Dr. Adalberto Avelar García Rojas**
*Universidad La Salle, México, D.F.
**Universidad Autónoma de Baja California

El Síndrome del Burnout es una patología severa que suele derivarse de stress laboral. Es un cuadro crónico en el que se
experimenta agotamiento emocional, el cual se entiende como una disminución y/o perdida de los recursos emocionales;
falta de realización, la cual hace que se perciba el trabajo de forma negativa, bajo situaciones de insuficiencia profesional
y bajos niveles de autoestima; y una despersonalización, la que se observa con la aparición de actitudes negativas de
insensibilidad en la persona.

Este síndrome afecta principalmente a profesionistas que trabajan con clientes necesitados o problemáticos. Sus
características principales son: agotamiento emocional, falta de energía, distanciamiento y deshumanización hacia los
clientes, así como sentimientos de incompetencia, deterioro de la autoimagen profesional, actitudes de rechazo hacia el
trabajo y síntomas psicológicos como irritabilidad, ansiedad, tristeza y baja autoestima, así como culpa y remordimiento.
Se tomó en cuenta la perspectiva psicosocial de estudio sobre el síndrome del quemado en el trabajo, desde el Modelo de

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Gil - Monte, quine incluye los siguientes componentes del síndrome: Indolencia, Ilusión por el trabajo, Cansancio emocional
y Culpa.

Mendoza Martínez & Torres Solís (2008) realizaron un estudio sobre el desgaste profesional de trabajadores de una
Institución Pública de salud en México, D.F., analizando su asociación con variables sociodemográficas y organizacionales.
Aplicaron una versión al castellano del Maslach Burnout Inventory a 199 profesionales de la salud. Los hallazgos más
importantes fueron: el Cansancio emocional fue impactado de forma inversa significativa por las variables: sexo, estado civil,
nivel de estudios y antigüedad en el puesto, mientras la edad impactó de forma directa significativa. La Despersonalización
fue impactada de forma inversa significativa por las variables: nivel de estudios y la antigüedad en el puesto. La Realización
personal fue impactada de forma inversa significativa por las variables: número de hijos, la antigüedad en la organización,
la categoría y el código presupuestal, mientras el sexo y la antigüedad en el puesto la influyeron de forma directa
significativa.

Hernández C. Juárez A, Arias F., Dickinson E. (2009) realizaron un estudio sobre factores psicosociales predictores de burnout
en trabajadores del sector salud en México. El objetivo se orientó a identificar los niveles de burnout (Despersonalización,
Agotamiento emocional y Falta de realización personal) y su relación con variables de personalidad (Locus de control
interno, Autoeficacia laboral, Falta de control emocional) y organizacionales (supervisión controlante, reconocimiento,
apoyo organizacional e inseguridad laboral). Se encontraron asociaciones importantes entre los factores psicosociales y
los componentes del burnout. El componente de Agotamiento emocional se relacionó con la Falta de realización personal.
Las variables de personalidad y las organizacionales pudieron predecir la presentación del burnout en los trabajadores
investigados.

Método.
El objetivo de la presente investigación fue determinar la influencia de factores sociodemográficos y organizacionales en
el síndrome del quemado en el trabajo en profesionales de la salud que laboran en un Hospital Militar en México. Se tomó
coma base el modelo teórico de Gil – Monte en el primer semestre de 2009. El estudio se constituye como no experimental,
transversal y ex - post-facto. Se aplicó el “Cuestionario para la Evaluación del Síndrome de Quemarse por el Trabajo”
(CESQT) y el “Cuestionario sobre Datos Sociodemográficos y Organizacionales del Trabajador” a 107 trabajadores,
garantizando la confidencialidad.

Resultados.
Los principales hallazgos fueron: el perfil del síndrome del quemado en los trabajadores investigados se presenta en primer
lugar en la Culpa, en segundo lugar la Ilusión por el trabajo, en tercer lugar la Indolencia y en cuarto lugar el Desgaste
psíquico. El síndrome del quemado en niveles altos se presentó en el 14 % de la muestra investigada. Ningún factor
sociodemográfico y organizacional influyó en las subescalas del síndrome del quemado en el trabajo; excepto el factor
estado civil, con repercusiones en forma inversa significativa en la Culpa. Se reafirman los hallazgos de estudios previos
de Gil – Monte en el presente estudio como son: correlaciones directas significativas entre la Culpa, la Indolencia y el
Desgaste psíquico; mientras que dichas subescalas mostraron correlaciones inversas significativas con la Ilusión por el
trabajo. Los análisis estadísticos del modelo de ecuaciones estructurales y el alpha de Cronbach confirman que el CESQT
resulta ser un instrumento adecuado para analizar el problema del síndrome del quemado en el trabajo en profesionistas
mexicanos.

Discusión.
Por medio de esta investigación se confirmaron algunas de las relaciones entre los componentes del síndrome de Quemarse
por el trabajo. Los resultados pueden favorecer, si quienes pueden tomar decisiones los consideran, el establecimiento de
medidas preventivas y curativas a fin de incrementar la calidad de vida de los trabajadores y de las personas a quienes
atienden.

Descriptores: agotamiento emocional, burnout, quemarse por trabajo, estrés laboral, síndrome de quemarse por el
trabajo.

Conflictos interpersonales y supervisión controlante en el desarrollo del Síndrome de Burnout


Lic. Anabel Camacho Ávila
Facultad de Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos

El Síndrome Burnout es una respuesta al estrés laboral crónico caracterizado por la Pérdida de ilusión por el trabajo, el
Desgaste Psíquico, la Indolencia y en ocasiones sentimientos de Culpa (Gil-Monte, 2005). Éste síndrome es característico

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en poblaciones que trabajan con personas, como son los médicos. Actualmente existe evidencia empírica de la relación
estrecha entre procesos de estrés crónico como el Síndrome de Burnout y el desarrollo de procesos mórbidos (Medellin,
Juárez-García, Vázquez, Gómez, García, Velásquez & Ávila, 2009, Ekstedt, 2005 y Román, 2003) que sin duda afectan la
calidad de vida de las personas y con ello su productividad y propensión a sufrir o causar accidentes (Summers, Crisostomo
& Stepanski, 2006).

Por tanto, el desarrollo de estrategias preventivas y de intervención que disminuyan la prevalencia del Burnout es una
necesidad; sin embargo, el desarrollo de estrategias requiere en primer lugar la identificación de los posibles factores que
dan origen a este problema, como los factores psicosociales, tales como los conflictos interpersonales, que se refieren a la
presencia de desavenencias con los compañeros, supervisores, trabajadores, estudiantes, pacientes, e incluso familiares
de los pacientes de la institución en la que se trabaja (Juárez-García, 2007) y la supervisión controlante, que refiere a un
tipo de supervisión sumamente estricto y controlador sobre la actividad del trabajador (generalmente subordinado). Por ello
el Objetivo del presente fue confirmar mediante el uso de Regresión Múltiple la relación entre Conflictos Interpersonales y
Supervisión Controlante como variables antecedentes al Síndrome de Burnout.

Material y Métodos
Se realizó un estudio transversal, descriptivo- correlacional. La población estuvo constituida por una muestra de 106
médicos, mediante un muestreo no probabilístico y por conveniencia, de los cuales el 34.9% fueron hombres y el 65.1%
mujeres; Los participantes obtuvieron una media de edad de 25.96 años (s=3.42), en un rango de 21-35 años.

Para la recolección de la información se utilizaron diferentes sub-escalas, a saber: Datos Sociodemográficos, Conflictos
Interpersonales (6 ítems, α=.81), es evaluada en escala tipo Likert de 5 grados. Así como la sub-escala Supervisión
Controlante (7 ítems, α=.85); la cual se evalúa mediante una escala tipo Likert de 4 grados, misma que se obtuvo de la
escala Control laboral-personal de Juárez (2005). Se utilizó también el CESQT en su versión para profesionales de la salud
(Gil Monte, 2005) para evaluar el Síndrome de Burnout, el cual ha presentado muestras de validez factorial adecuados en
población mexicana (Gil-Monte & Zúñiga-Caballero, 2010).

Para el análisis de la información se usó estadística descriptiva y paramétrica mediante el programa SPSS en su versión
18.

Resultados
Se encontraron relaciones estadísticamente significativas entre las variables, a saber: para la dimensión de Ilusión por
el Trabajo encontramos que está predicha sólo por la variable Supervisión Controlante, en sentido negativo y de manera
significativa explicando un 12.1% de la varianza de Ilusión por el Trabajo, teniendo un valor β= 0.347 p= 0.001. En relación
a la dimensión Desgaste Psíquico podemos observar que el predictor significativo también fue Supervisión Controlante
(β= 0.402 p= 0.000), el cual explicó un 20.1% de la varianza de Desgaste. En el caso de la dimensión de Indolencia
encontramos que estadísticamente y de manera significativa está predicha por las variables Conflictos Interpersonales y
Supervisión Controlante (β= 0.452 p= 0.000 y β= 0.178 p= 0.05, respectivamente), mismas que explicaron el 29.9% de la
varianza.
Finalmente, la dimensión de Culpa estuvo predicha únicamente por la variable Conflictos Interpersonales (β= 0.442 p=
0.000) la cual explicó un 25.6% de la varianza.

Conclusiones
Se confirmó la relación de los Conflictos Interpersonales y Supervisión Controlante con los Síntomas del Síndrome de
Burnout. Siendo el mejor predictor para los tres principales síntomas la Supervisión Controlante. Se propone llevar a cabo
estrategias de intervención que integren aspectos de liderazgo para con ello aminorar la sintomatología del Burnout en el
personal que labora en áreas de servicios de salud. Además se recomienda que en los procesos selección del personal para
plazas administrativas en salud (e.g. Jefe de Enseñanza, Director de Urgencias, etc.) se evalúen aspectos relacionados
a Liderazgo, pues no siempre un buen médico es equivalente a un buen líder. También se recomienda la realización de
otros estudios que permitan identificar diferentes factores organizacionales que pudieran estar originando sintomatología
relacionada al Síndrome de Burnout.

Referencias
Ekstedt, M. (2005). Burnout and Sleep. Disertación doctoral no publicada, Karolinska Institute, Estocolmo, Suecia.
Gil-Monte, P. (2005). El síndrome de Quemarse por el Trabajo (Burnout). Una enfermedad laboral en la sociedad del
bienestar. Madrid: Pirámide.
Gil-Monte, P. R. & Zúñiga-Caballero, L. C. (2010). Validez factorial del “Cuestionario para la Evaluación del Síndrome de
Quemarse por el Trabajo” (CESQT) en una muestra de médicos mexicanos. Universitas Psychologica, en prensa.

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Juárez-García, A. (2005) Factores psicosociales y personalidad en relación a la salud laboral. Disertación doctoral.
Universidad Nacional Autónoma de México.
Juárez-García, A. (2007). Factores psicosociales laborales relacionados con la Tensión Arterial y síntomas cardiovasculares
en personal de enfermería en México. Salud Pública de México, 49,109-117.
Medellin, J., Juárez-García, A., Vázquez, L., Gómez, R.M., García, P., Velásquez, Y. & Ávila, M. (2009). Síndrome de
Quemarse por el Trabajo e Indicadores de Riesgo Cardiovascular en Trabajadores de Industria Maquiladora del Ramo
Automotriz. Ciencia y Trabajo, 31, 5-8.
Román, J. (2003) Estrés y Burnout en profesionales de la salud de los niveles primarios y secundarios de atención. Revista
Cubana de Salud Pública, 29(2),103-110.
Summers, M.O., Crisostomo, M.I. & Stepansky, (2006- Julio). Recent developments in the classification, evaluation, and
treatment of insomnia. Chest, 130(1), 276-286.

Descriptores: Síndrome de Burnout, conflictos interpersonales, supervisión controlante, médicos, CESQT

Burnout y variables demográficas en profesores


Dra. Carmen Camacho Cristiá* y Dr. Fernando Arias Galicia**
*Facultad de Contaduría y Administración, Universidad Veracruzana
**Facultad de Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos

Introducción: El burnout está identificado como una respuesta inapropiada ante el frecuente estrés ocupacional; está
compuesto de tres factores: el agotamiento emocional, la falta de logro y la despersonalización; la persona con burnout
afirma que está exhausta y vacía emocionalmente; tiene además una percepción negativa de sí misma, los logros y el
rendimiento laboral no los valora positivamente y consecuentemente opta por una actitud fría, distante e incluso negativa
hacia las personas a quienes presta su servicio (Maslach y Jackson, 1986). Se ha investigado principalmente en personal del
sector salud y en profesores por las características laborales propicias que los hace vulnerables a experimentar el burnout.
Estudios recientes han reportado que el agotamiento emocional es un predictor principal de enfermedades cardiovasculares
y de desórdenes psicológicos como la ansiedad y la depresión (Toppinen-Tanner, Ahola, Koskinen y Väänänen, 2009) con
la consecuente hospitalización; se le ha considerado como precursor de morbilidad y mortalidad en varias enfermedades
(Suls y Bunde, 2005). Hay razones para justificar la atención especial al tema del burnout y la salud. Algunos países han
legitimado el burnout como fundamento en el reclamo de una compensación (Schaufeli, 2003), además representa la razón
más importante de las ausencia laboral por enfermedad y de incapacidad laboral (Bekker, Croon y Bressers, 2005). Estos
antecedentes han impulsado que se analicen algunas variables demográficas en el presente estudio.
Método: En una muestra de 576 profesores se efectuó un análisis para determinar las posibles diferencias significativas
entre dos factores del burnout, el agotamiento emocional y la falta de logro, respecto a las variables demográficas: tiempo
que llevan trabajando durante su vida, nivel escolar en el que ejercen, edad, estado civil, sexo y antigüedad en la institución.
El análisis de la varianza comprobó la existencia de algunas diferencias significativas entre ellas. Los datos procesados en
el programa estadístico SPSS-13 emitieron.

Resultados: Se encontraron diferencias importantes por nivel escolar en los factores Desgaste emocional (F=5.290 p=.005)
y Falta de logro (F=9.048 p=.000); por la edad en el factor Falta de logro (F=2.763, p=.027); por estado civil y por tiempo
de trabajar en la vida en el factor Desgaste emocional (F=3.298, p=.011; F=2.668, p=.021, en el orden respectivo); por
sexo y por antigüedad en la institución no se presentaron diferencias de importancia. Los mayores niveles del Desgaste
emocional y la Falta de logro expresados en medias se localizaron entre profesores universitarios (M=2.71 y M=2.96); entre
las edades de 31 a 40 años (M=2.63 ) se presentó mayor Desgaste emocional y donde se hallaron mayores grados de
Falta de logro fue entre los de menos de 30 años (M=2.87) y los mayores a 60 años (M=3.62); quienes manifestaron más
Desgaste emocional fueron los viudos (M=3.45) y los quienes vivían en unión libre (M=3.16). La Falta de logro alcanzó
mayor nivel entre los solteros (M=3.16) y los viudos (M=3.00); el Desgaste emocional llegó a los mayores niveles entre
quienes tenían de 1 a 5 (M=2.77) y de 6 a 10 (M=2.85) años de trabajar en toda su vida; la Falta de logro expresó su mayor
nivel en quienes presentaban menos de 1 año (M=3.05).

Discusión: En general el Desgaste emocional y la Falta de logro no están en niveles críticos, pero sí están vigentes. En
donde existe mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares por burnout es entre los profesores del nivel universitario y
entre los que han quedado viudos, es decir el apoyo de la esposa(o) es un posible moderador del burnout. Se recomienda
poner atención en estos casos. Con los cambios ocurridos en los trabajos por la aguda crisis económica mundial de los
últimos 3 años (Shirom, 2009), ha disminuido notablemente la actividad laboral, provocando despidos masivos que afecta
a los empleados en todas las áreas, ahora con mayores demandas y exigencias de productividad laboral. Es recomendable
continuar buscando más datos para fundamentar las razones de hecho productoras de Agotamiento profesional y comprobar

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si afecta negativamente la salud en profesores mexicanos particularmente así como el rendimiento en el trabajo.

Referencias
Bekker, M.H.J., Croon, M.A. & Bressers, B. (2005). Childcare involvement, job characteristics, gender and work attitudes as
predictors of emotional exhaustion and sickness absence. Work and Stress, 19, 221-237.
Maslach C. & Jackson S.E. (1986). MBI. The Maslach Burnout Inventory: Manual research edition. Palo Alto, CA: Consulting
Psychologists Press.
Schaufeli, W. B. (2003). Past performance and future perspectives of burnout research. South African Journal of Industrial
Psychology, 29, 1-15.
Shirom, A. (2009). Epilogue: mapping future research on burnout and health. Stress and Health, 25, 375-380.
Suls, J., & Bunde, J. (2005). Anger, anxiety, and depression as risk factors for cardiovascular desease: The problems and
implications of overlapping affective dispositions. Psychological Bulletin, 131, 260-300.
Toppinen-Tanner, S., Ahola, K., Koskinen, A. & Väänänen, A. (2009). Burnout predicts hospitalization for mental and
cardiovascular disorders: 10-years prospective results from industrial sector. Stress and health, 25, 287-296.

Descriptores: profesores, nivel escolar, burnout, estado civil, edad

Simposio
Agotamiento profesional en el personal de salud y educación II
Coordinador: Dr. L. Fernando Arias Galicia
Universidad Autónoma del Estado de Morelos

Descriptores: Agotamiento profesional, estrés, personal de salud, personal de educaación, calidad de vida

En la actualidad, se habla mucho del estrés experimentado en todos los ámbitos de la vida cotidiana. En el caso de los
trabajadores de la salud y de la educación se presenta el trato cotidiano con personas diferentes, lo cual puede incrementar
el estrés. Uno de los resultados es el agotamiento profesional con varias secuelas negativas: bajo desempeño, compromiso
organizacional disminuido, salud física reducida, salud mental atenuada, conflictos en el trabajo, conflictos con la familia,
adicciones, etc. En México la investigación al respecto es magra, pese a la importancia de este tipo de trabajadores para
el bienestar y el desarrollo de la población mexicana. Por tanto, se proponen un simposio (con dos sesiones) en los cuales
se analizarán los niveles de agotamiento profesional así como su relación con otras variables.

Síndrome de Desgaste Profesional (Burnout) en enfermeras de un hospital público del Estado de Morelos
Lic. Omar Placencia Reyes, Dr. L.Fernando Arias Galicia y Mtra. Abigail Fernández Sánchez
Universidad Autónoma del Estado de Morelos

El Síndrome de Desgaste Profesional (Burnout) es definido como una respuesta prolongada por los estresores crónicos
emocionales e interpersonales, que genera pérdida del idealismo y la pasión por el trabajo; se origina como consecuencia
de la tensión emocional que se da en las relaciones con otras personas, especialmente con aquellas que se encuentran
enfrentando problemas (Maslach, 2001).

Maslach, Jackson y Leiter (1996) señalan que el Síndrome de Desgaste Profesional se compone de tres dimensiones
1) agotamiento emocional, en donde el trabajador siente que no puede dar más se sí mismo a nivel afectivo; 2)
despersonalización, que implica el desarrollo de sentimientos negativos y actitudes de cinismo hacia las personas que
reciben el servicio; y 3) baja realización personal, en la cual, el trabajador percibe que no puede obtener logros a nivel
profesional.

Los efectos negativos del Síndrome, con respecto al sector salud, implican la afección de las tres partes del trabajo,
paciente, personal de salud y organización; algunos efectos son: ausentismo, baja productividad, deterioro del ambiente
laboral, perdida del compromiso con la institución, etc. algunos estudios señalan que la satisfacción laboral, la satisfacción
con la vida y con el dinero también se ven afectadas por el Síndrome (Camacho y Arias, 2006; Unda y Sandoval, 2006;
Arias y cols, 2006). Jeff (y cols, 1999) menciona que el personal de enfermería es particularmente afectado, debido a la
personalidad altruista que les caracteriza, ya que les obliga a cumplir con las demandas de los pacientes, mostrándose
siempre dispuestas y disponibles cuando se requieran sus servicios; y si aumentamos la puntualidad, responsabilidad y

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perfección que se debe tener en la práctica clínica, resulta lógico que sean un grupo vulnerable.

Método
El estudio fue transversal y se realizó en un hospital público del Estado de Morelos, utilizando para la recolección de datos
el Maslch Burnout Inventory (Maslach, Jackson y Leiter, 1996) en versión estandarizada al español; se aplicó también el
Q-LABORS (Casas, Repullo, Lorenzo y Cañas, 2002) el cual mide la satisfacción del personal de salud, y un cuestionario
que recogía datos sociodemográficos. 113 personas participaron en el estudio, siendo el negarse a participar el único
criterio de exclusión.

El análisis estadístico se realizó en el SPSS (para Windows, versión 15).

Resultados
Se encontraron relaciones significativas entre el Desgaste emocional, la Despersonalización y la Falta de realización
personal. La Satisfacción en el trabajo y la Satisfacción con la vida obtuvieron correlaciones significativas negativas con
las tres dimensiones del síndrome. La Satisfacción con el salario manifestó relación negativa con la Falta de realización
personal. Las tres satisfacciones evaluadas presentan correlaciones significativas entre ellas. La Antigüedad en el trabajo
mostró relaciones significativas con el Desgaste emocional y la Falta de realización personal; los trabajadores con contrato
tipo base presentaron relación significativa en Desgaste emocional y las medias más altas en los otros dos componentes;
la Antigüedad en el puesto (más de 6 años) obtuvo una relación significativa con el Desgaste emocional y las medias más
altas en las dimensiones restantes.

Discusión
Las correlaciones entre los tres ejes del síndrome sugieren que si una aparece, las otras dos aparecerán eventualmente;
con respecto a la relación con las satisfacciones, se puede decir que un empleado, entre más satisfecho se encuentre
con su trabajo, con su vida y con el dinero que recibe por su labor, menor será el riesgo de desarrollar el Síndrome, o
viceversa.

Los tres componentes del Síndrome se ven afectados sólo por algunas variables sociodemográficas: el desgaste emocional
se relaciona significativamente con la antigüedad en el trabajo (20 a 30 años), la antigüedad en el puesto (de 6 a 10 años)
y el tipo de contrato (base); estas relaciones suponen que una persona que lleva más de 20 años trabajando en el hospital
con más de 6 años en el mismo puesto y con contrato de base tendrá mayores niveles de desgaste emocional. El personal
muestra bajos niveles de despersonalización. Con respecto a la falta de realización personal, sólo la antigüedad en el
trabajo resulto significativa, siendo los trabajadores que llevan de 1 a 5 años en la institución los de más alto índice, esto
posiblemente a la rutina y a la discrepancia entre lo que esperaban del trabajo y lo que obtienen en realidad.

De lo anterior se puede decir que el personal de enfermería que se sienta insatisfecho con su trabajo, con su vida, que
el salario recibido no sea el esperado, con base y por más de 20 años y desempeñando el mismo puesto por más de 6,
tendrá mayores posibilidades de padecer y/o aumentar sus niveles del síndrome de Desgaste profesional. Esta situación
resulta de suma importancia para la toma de decisiones y acciones que contrarresten los efectos negativos del síndrome,
con la finalidad de aumentar la calidad de vida del trabajador y la calidad de servicios brindados por la institución a los
pacientes.

Descriptores: Agotamiento profesional, estrés, personal de salud, personal de educación, calidad de vida

Burnout, personalidad y ambiente laboral: variables para el desarrollo de un modelo de


atención médica desde el enfoque de la psicología organizacional
Mtra. Clara Ivette Hernández-Vargas*, Dr. Fernando Arias Galicia*, Dr. Arturo Júarez García y
Dra. Ma. Eloisa Dickinson-Bannnack***
*Universidad Nacional Autónoma de México
**Facultad de Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos
***Universidad Nacional Autónoma de México

La psicología Organizacional ha realizado importantes aportaciones en diversos ámbitos de la disciplina pero con los
últimos hallazgos ha podido contribuir con nuevas y diferentes propuestas para entender mejor fenómenos tan complejos
como la Atención Médica en Atención Primaria, donde surgen dos áreas importantes: por un lado la cuestión institucional
donde está inmerso el personal de salud y, por otro lado, la personalidad del galeno. La atención médica es la función

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profesional que desempeña el médico cuando aplica el conocimiento y la tecnología de la medicina (y de otras disciplinas
afines) al manejo de un problema particular de salud, de personas o de grupos, en el marco de una interacción social entre
el médico y quien requiere de sus servicios. Esta atención ocurre en el seno de diversos grupos sociales (familia, escuelas,
empresas, equipos deportivos) y se efectúa en espacios muy diversos: en el domicilio del paciente, la cama del hospital,
en el consultorio y la sala de urgencias, en el laboratorio de análisis clínicos, el gabinete de imagenología, el servicio de
anatomía patológica, en la comunidad y otros ámbitos. Su realización se expresa en la asistencia oportuna al paciente o
a grupos de individuos, mediante actividades múltiples; sea ya una consulta, o examen clínico, una inmunización, o un
consejo genético, una intervención quirúrgica, o un procedimiento para el diagnóstico, un estudio histopatológico; en fin,
un sinnúmero de actividades que involucran la aplicación del saber en las diversas formas profesionales de ejercer la
práctica médica. Empero, en el momento en el cual el facultativo otorga esta atención está influido por las variables de la
institución de salud como el ambiente organizacional y, por otro lado, la personalidad propia del galeno. Se ha observado
que después de un tiempo de trabajar continuamente con pacientes se puede ver afectada esta atención médica; este tipo
de profesionistas refieren síntomas de agotamiento profesional, poca realización personal y despersonalización con los
pacientes desarrollando como frutos del síndrome de Burnout (BO). Por lo anterior, el objetivo de este estudio fue identificar
los niveles de Despersonalización, Desgaste emocional y Falta de realización personal y su relación con variables de
personalidad (Locus de control, Autoeficacia laboral, Control emocional) y organizacionales (Supervisión controlante, Falta
de reconocimiento e Inseguridad laboral).

Método
Se emplearon, en la realización de la presente investigación, dos enfoques. En la primera fase de la pesquisa se aplicó
el Maslach Burnout Inventory (MBI, Maslach, Jackson y Schwab, 1981) así como ítems de la escala de Control Laboral-
Personal de Juárez (2005). En la segunda fase se llevó a cabo una serie de entrevistas a profundidad, es decir, una
investigación cualitativa, con el empleo de una guía de preguntas abiertas a fin de entender mejor las razones aducidas por
los participantes respecto a la aparición del síndrome así como de las otras variables incluidas en la investigación.

Para esta investigación la muestra estuvo conformada por 276 profesionistas con una edad que variaba de los 18 años a los
78 años; el 30.1% fue masculino y el 69.2%, femenino. Puestos: médicos, 21.1%; 25.0%, enfermeras; 10.5%, trabajadores
sociales; 1.1%, químicos; 10.5%, odontólogos; 2.2%, psicólogos; 5.4%, administrativos; 22.5%, intendentes.

El análisis de los datos se realizó mediante el paquete estadístico Statistical Package for the Social Sciences (SPSS)
versión 12 para Windows. Se realizaron tres tipos de análisis: 1) estadística descriptiva: se utilizaron medidas de frecuencia,
de tendencia central y de dispersión para las variables cuantitativas. 2) estadística paramétrica y no paramétrica con
correlaciones. 3) análisis de regresión. Para el análisis cualitativo se siguió el esquema de Miles y Huberman (1994).

Resultados. Respecto al Burnout fueron 18 casos puros de acuerdo a la clasificación de Maslach, considerando niveles
altos en Desgaste emocional y Despersonalización y bajos niveles de Realización personal. De acuerdo al análisis de
regresión las variables que pueden ocasionar burnout son: Desgaste emocional; Supervisión controlante y Falta de control
emocional. De manera opuesta, para evitar su aparición, se encontró la presencia de Autoeficacia en el trabajo.
Las entrevistas a profundidad llevadas a cabo con varios profesionales de los Centros de Salud permitieron tener una
panorámica más amplia respecto al origen así como al desenlace del síndrome de burnout y las variables conexas.

Discusión: Los resultados de esta investigación, empleando instrumentos cuantitativos y cualitativos, demostraron que
ambos tipos de variables (organizacionales y de personalidad) pueden predecir la aparición del Agotamiento profesional.
Los aspectos cualitativos permitieron una mejor comprensión del proceso de aparición del Agotamiento profesional así
como de los factores incidentes. También permitieron explorar las razones de protección, tales como Satisfacción en
el trabajo y la Autoeficacia. Con estos datos, las autoridades responsables podrán emprender medidas preventivas y
correctivas a fin de mejorar la calidad de vida del personal de salud, de los pacientes y, por ende, la atención médica.

Referencias:
Maslach, C., Jackson, S. E. y Schwab, R.L. (1996). Maslach Burnout Inventory – Educator Survey Manual. Palo Alto,
California; Consulting Psychologists Press.

Descriptores: Burnout, desgaste emocional, despersonalización, investigación cualitativa, atención médica

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Variables sociodemográficas y su relación con el Agotamiento profesional (burnout) en personal de educación


Mtra. Martha Elva González Zermeño y Dr. Fernando Arias Galicia
Facultad de Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos

En el intento de profundizar en el conocimiento de los factores que influyen en el desarrollo del Agotamiento profesional
(burnout), se ha investigado entre otras, las variables demográficas. Aunque para García y Herrero (2008) su estudio no
ha tenido suficientemente desarrollo en el ámbito científico. De acuerdo con Gil-Monte y Peiró, (1997) el análisis de estas
variables se hace necesario para explicar la aparición del síndrome, pues poseen una función facilitadora o inhibidora, así
como de desencadenantes del impacto que los estresores tienen sobre el individuo Por tanto, dependiendo tanto de la
medida como de la presencia de los mismos, puede afirmarse que el grado de estrés laboral e inadaptación disminuirán o
aumentarán y, en consecuencia, el Agotamiento profesional. Asimismo Ortega y López (2004) las reportan como variables
personales consideradas en los estudios del Agotamiento profesional y se refieren al sexo, la edad, el estado civil, la
antigüedad en el trabajo entre otras. Según Moriana y Herruzo (2004) la mayoría de las investigaciones refiere pequeños
porcentajes significativos de varianza en las diversas subescalas al evaluar burnout, y en una gran parte de estas variables
se han encontraron resultados contradictorios entre los distintos autores.

El objetivo del presente estudio fue analizar la influencia de variables demográficas (sexo, edad, estado civil, tener más
de un trabajo, antigüedad en el puesto y en la institución, tamaño de la empresa, nivel escolar donde se imparten clases,
tipo de institución pública o privada, tipo de contrato), como posibles variables facilitadoras del progreso del Agotamiento
profesional (burnout) en personal de educación. En el estudio Participaron 374 trabajadores de 21 escuelas del Estado de
Morelos; de los cuales 51.3% eran personal de instituciones públicas y 48.7% de planteles privados; de distintos niveles
educativos: preescolar, primaria y secundaria, preparatoria y educación superior. Para medir el Agotamiento profesional
(burnout) se utilizó el MBI Educators Survey (MBI-ES) diseñado por Maslach, Jackson y Schwab (1996), es el instrumento
empleado en el ámbito nacional e internacional y ampliamente validado y confiabilizado (Byrne, 1993; Gil Monte, 2002;
Grajales, 2000; Schwarzer, Schmitz y Tang, 2000).

El análisis estadístico utilizado fue análisis de la varianza (ANOVA) con el fin de conocer el efecto de las variables de
interés y la prueba t de Student, para evaluar si dos grupos difieren entre sí de manera significativa respecto a sus medias.
Se estableció un nivel de significación de .05 para rechazar las hipótesis nulas. Respecto a los resultados del análisis de
las variables demográficas y su efecto sobre el grado de desarrollo del Agotamiento profesional (burnout) se encontró lo
siguiente: En cuanto a la variable sexo y su relación con la presencia del Agotamiento profesional, los participantes en
el estudio de sexo masculino reportaron mayor despersonalización a diferencia de las mujeres, otros resultado que se
aproximo al nivel de significación (p≤.05) fue en las mujeres quienes presentaron niveles mayores de Desgaste emocional.
En relación a la variable estado civil, los trabajadores con pareja (casados y en unión libre) reportaron puntajes mayores
de despersonalización. Con respecto a la variable laborar en una sola institución educativa se encontraron diferencias
significativas con el Desgaste emocional. Los datos también revelaron que los trabajadores de instituciones públicas tienen
mayores grados de sentimientos de carencia de logro en su trabajo. A cerca del tipo de contrato, se encontraron diferencias
significativas únicamente con el desgaste emocional y se reportaron niveles mayores los profesores de tiempo completo.
Tocante a la antigüedad en la institución y en el puesto, las personas que han trabajado de 6 a 10 años manifestaron
niveles de despersonalización Las variables que no arrojaron diferencias significativas con las tres dimensiones (Desgaste
emocional, Despersonalización y Carencia de logros) del Agotamiento profesional son: el nivel educativo donde se labora,
la edad, el total de años de trabajar en toda la vida y tamaño de la empresa. Discusión. Algunos de los resultados obtenidos
en las variables demográficas estudiadas aportan datos similares a otras investigaciones realizadas anteriormente, por
ejemplo con la variable sexo (Gil-Monte y Peiró, 1997; Maslach, Schaufeli y Leiter, 2001) y la edad (Pando, et al, 2006), en
otros casos existe escasa información al respecto, por lo tanto se sugiere continuar con investigaciones más detalladas así
como analizar otras variables demográficas y examinar su efecto sobre el desarrollo del Agotamiento profesional.

Referencias
Byrne, B M. (1993). The Maslach Burnout Inventory: Testing for factorial validity and invariance across elementary,
intermediate y secondary teachers. Journal of Occupational & Organizational Psychology, 66, 197-216.
García, J. M. y Herrero, S. (2008). Variables sociodemográficas y síndrome de burnout en una muestra multiocupacional
del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla. Apuntes de Psicología, 26, 459-477.
Gil-Monte, P.R. (2002). Validez factorial de la adaptación al español del Maslach Burnout Inventory-General Survey. Salud
pública de México, 44, 33-40.
Gil-Monte, P.R. y Peiró, J.M. (1997). El desgaste psíquico en el trabajo: El síndrome de quemarse. Madrid: Síntesis
Psicología.
Grajales, G.T. (2000). Estudio de validez factorial del Maslach Burnout Inventory versión española en una población de
profesionales mexicanos. Recuperado el 12 de octubre de 2007, de http: //tgrajales.net.

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160

Maslach, C., Jackson, S. E. y Schwab, R.L. (1996). Maslach Burnout Inventory – Educator Survey Manual. Palo Alto,
California; Consulting Psychologists Press.
Maslach, C., Schaufeli, W.B. y Leiter, M.P. (2001). Job burnout. Annual review of psychology, 52, 397-422.
Moriano, J.A. y Herruzo, J. (2004). Estrés y burnout en profesores. International Journal of Clinical and Herat Psychology,
4, 597-621.
Ortega, C. y López. F. (2004). El burnout o síndrome de estar quemado en los profesionales sanitarios: revisión y perspectivas.
International Journal of Clinical and Health Psychology, 4, 137-160.
Pando, M., Castañeda, J., Gregoris, M. Aguila, A., Ocampo, L. y Navarrete. R.M. (2006). Factores psicosociales y síndrome
de burnout en docentes de la Universidad del Valle de Atemajac, Guadalajara, México. Salud en Tabasco, 12, 523-559.
Schwarzer, R., Schmitz, G.S. y Tang, C. (2000). Teacher burnout in Hong Kong and Germany: a cross-cultural validation of
the Maslach burnout inventory. Anxiety, stress, and coping, 13, 309-326.

Descriptores: Agotamiento profesional (burnout), variables demográficas, MBI-ES, personal de educación, Instituciones
públicas y privadas

Validación de la versión Española del Cuestionario de Interacción


Trabajo-Familia (SWING) en trabajadores de Cuernavaca
Dra. Norma Betanzos Díaz* y Dr. Francisco Paz Rodríguez**
*Facultad de Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos
**Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía

Trabajo y familia no son esferas independientes de la vida, hay una relación muy compleja entre ellas que puede hacerla
positiva o negativa. Cuando es positiva las actividades y experiencias se compaginan con los roles laborales y familiares,
logrando un balance satisfactorio y beneficios para ambos campos. En cambio, si la participación de un rol obstaculiza
la ejecución del otro, se vuelve una relación negativa, apareciendo tensión, insatisfacción y bajo bienestar percibido
(Feldman, Vivas, Lugli, Zaragoza y Gómez, 2008). En la última década se ha buscado describir el conflicto existente en
esas dos esferas, permitiendo el desarrollo de instrumentos de evaluación relacionados con el conflicto trabajo-familia. Los
trabajos se han centrado más en las conexiones negativas, por lo que algunos investigadores señalan la necesidad de
valorar las conexiones positivas. Partiendo de este planteamiento, Geurts, Taris, Kompier, Dikkers, van Hooff y Kinnunen,
2005 desarrollan el Cuestionario de Interacción Trabajo-Familia (Survey Work-Home Interaction-Nijmegen, SWING), un
instrumento que mide no sólo relaciones negativas entre el trabajo y la familia, sino también las positivas. Moreno, Sanz,
Rodríguez y Geurts, (2006) examinan las propiedades psicométricas de esta escala en profesionales de emergencia en
España, encontrando un modelo de cuatro factores que contiene 22 ítems distribuidos en cuatro subescalas. En México
se cuenta con instrumentos que contemplan la medición de las relaciones entre el trabajo y la familia pero en general no
valoran las relaciones positivas y negativas. Por lo que se pretende explorar la estructura factorial del la versión Española
del Cuestionario de Interacción Trabajo-Familia SWING (Moreno et al, 2009) en trabajadores de Cuernavaca.

Método. Muestra intencional, no ponderada obtenida de marzo a mayo del 2010 y proveniente de 4 tipos de organizaciones.
Consistió de 105 participantes (50 trabajadores del ISSSTE, 30 de preescolar de la SEP, 15 de una empresa privada de
radiología, y 10 de una empresa de servicios farmacéuticos), quienes trabajan una media de 39.7 horas semanales (DT=
10.5), de los cuales el 33.3% eran hombres y el 67.7% mujeres, con un rango de edad entre 19 y 58 años (M= 34.4;
DT= 10.3). Escolaridad predominante 25.7% preparatoria y 34.3% licenciatura. En cuanto a su estado civil, el 56.2%
están casados o viven en unión libre. La validación del instrumento se llevó a cabo según los pasos que recomienda la
literatura sobre adaptación de tests y escalas (Muñiz y Hambleton, 1996). Se analizaron los estadísticos descriptivos de los
ítems. La validez factorial del SWING se comprobó mediante análisis factorial exploratorio con el método de estimación de
mínimos cuadrados no ponderados. Se obtuvo la consistencia interna mediante el alpha de Cronbach. Por último, la validez
convergente fue evaluada analizando la correlación existente entre las subescalas del cuestionario y otros constructos
teóricamente relacionados. El compromiso organizacional se evaluó mediante la escala de Compromiso Organizacional
como Variable Actitudinal, que tiene adecuados índices de fiabilidad y validez en población mexicana (Díaz y Paz, 2007).
Respecto a consecuentes, se evaluó sintomatología psicológica mediante Reactividad emocional usando la Escala de
Sensibilidad Emocional de Guarino y Roger (2005). Los datos se analizaron con el programa SPSS 15.

Resultados. La media, mediana, desviación típica, asimetría y curtosis para cada ítem muestran que las medias más altas
corresponden a los ítems pertenecientes a las dos subescalas de interacción positiva. Sin embargo, las subescalas de
interacción negativa presentan medias más bajas en general. Las variables presentan cierto grado de asimetría, siendo
en general asimétrico-positivas. En cuanto a la curtosis indica que no existe una distribución normal en todos los casos.
El análisis factorial derivó cuatro factores que explicaron el 49% de la varianza y un alfa de Cronbach de 0.73, el puntaje

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promedio de los encuestados fue de 25.5, con un rango de 5 a 49 puntos. Las correlaciones reportan lo siguiente. El factor
de interacción positiva familia-trabajo muestra relaciones significativas con involucramiento. Respecto a la relación con los
consecuentes, los análisis de correlación indican, que los dos tipos de interacción negativa se relacionan positivamente
con sensibilidad emocional negativa. Por su parte, los dos tipos de interacción positiva correlacionaban significativamente
con la sensibilidad interpersonal positiva. Por otra parte, los resultados mostraron correlaciones significativas entre los
componentes de interacción positiva (r= .61, p<.01) y los dos tipos de interacción negativa mostraron independencia entre
ellos y de los de interacción positiva.

Discusión. Si bien no se replica la estructura factorial obtenida por Moreno et al (2006), los análisis indican buenas
propiedades psicométricas, y en el cuestionario no se correlacionan los componentes de interacción positiva y negativa.
Tiene una muy buena consistencia interna, comparable a la de la versión original y se sitúa dentro del rango obtenido en
otras investigaciones en las que se ha empleado este instrumento.

Descriptores: Conflicto, trabajo-familia, validación, confiabilidad, trabajadores

Simposio
Diversas maneras de aprender palabras durante la infancia
Coordinadora: Dra. Natalia Arias Trejo
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: adquisición de la lengua, vocabulario, infantes, forma, significado

El aprendizaje de la lengua materna es considerado como una de las maravillas humanas. La lengua es un sistema
abstracto que debe y es aprendido eficientemente por parte de los infantes de todo el mundo. Una de las preguntas que
ha generado un número importante de investigaciones es cómo es posible que los infantes aprendan tantas palabras a un
ritmo tan acelerado. El propósito de este simposio es presentar cuatro investigaciones que dan constancia de la capacidad
temprana, durante los primeros tres años de vida, para aprender palabras. Asimismo, explora cómo los infantes hacen uso
de las propiedades de los objetos para aprender su significado.

El primer trabajo presenta una comparación sobre el incremento de vocabulario de acuerdo a una investigación de tipo
longitudinal y a reportes que padres de familia realizan sobre las palabras que sus hijos han aprendido a determinada
edad. Los siguientes tres trabajos presentan experimentos elaborados por medio de un paradigma novedoso, el Paradigma
Intermodal de Atención Preferencial, el cual mide los tiempos de atención visual hacia estímulos visuales y/o auditivos. La
segunda investigación explora si los infantes consideran ciertos aspectos perceptuales de los objetos, como su forma, para
formar una categoría lingüística. Llevado al terreno de la cotidianeidad, permite entender qué hace que para un infante la
palabra ‘perro’ por ejemplo pueda ser asociada a ciertos animales en particular. La tercera investigación contrasta la forma
y el movimiento de los objetos con la finalidad de saber si los infantes consideran que una característica tiene más peso
sobre otra para extender una palabra a un objeto nuevo. Finalmente, el cuarto trabajo investiga la capacidad de los infantes
para inferir el significado de palabras nuevas basados en descripciones previas de los objetos por medio de adjetivos que
pueden ser masculinos o femeninos.

Observación directa vs reporte parental. Un estudio comparativo


Lic. Paloma Suárez Brito, Ervin Ferreira Velasco, Gabriela Farell Rodríguez,
Lic. Bárbara Guerrero Ortíz-Hernán, Lic. María Eugenia De la Vega Estrada y Dra. Elda Alicia Alva Canto
Facultad de Psicología, UNAM

La evaluación de la adquisición del lenguaje en los infantes no es una tarea fácil, por lo tanto se han desarrollado diversos
métodos y técnicas de investigación para su estudio. Entre ellos se encuentran las investigaciones que utilizan reportes
parentales así como las que realizan la observación directa del habla espontánea en ambientes naturales (Karmiloff &
Karmiloff-Smith, 2001).

Los reportes parentales son informes que los padres proporcionan sobre el desarrollo de sus hijos y ha sido considerada una
de las mejores maneras de medir el surgimiento de las habilidades lingüísticas en los primeros años de vida (Hernández,
Navarro & Ortega-Pierres, 2007) (ej. Comminicative Development Inventories, CDI Fenson, 1994). En la presente

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investigación se empleó el instrumento desarrollado por Alva Canto y Hernández-Padilla (2001) ICPLIM (Inventario de
Comprensión y Producción de Lenguaje en Infantes Mexicanos), el cual está conformado por 518 palabras divididas en 19
categorías.

Los reportes parentales dependen de la estructura y contenido del instrumento presentado a los padres, el cual debe ser
contestado en función de las palabras que el infante produce y/o comprende. Estos instrumentos son funcionales pues
se realizan en poco tiempo y son económicos, además de constituir un buen método para involucrar a los padres en el
desarrollo infantil.

Por otro lado, la observación directa del habla espontánea en escenarios naturales también es un método eficaz para el
estudio de la adquisición y el desarrollo del lenguaje. Gracias a éste tipo de estudios podemos obtener información muy
valiosa de la interacción verbal de los infantes con sus iguales y/o con adultos cercanos.

Sin embargo, tanto los reportes parentales como la observación directa tienen algunas limitaciones. En cuanto a los reportes
parentales los padres sólo pueden recordar de manera confiable las palabras comprendidas por sus hijos aproximadamente
hasta que éstos tienen 16 meses (Bates 1993) y en cuanto a la producción léxica su uso es confiable hasta los 30 meses
de edad del infante. Además estos estudios pueden verse afectados por la sobre o subestimación de los padres acerca del
repertorio léxico de sus hijos. De la misma manera, realizar una observación directa de la conducta infantil en escenarios
naturales resulta costosa en términos de recursos y esfuerzo para la obtención de datos y de tiempo para la codificación y
análisis de los mismos.

El presente estudio es una comparación de estos dos métodos (observación directa del habla espontánea en ambientes
naturales y reportes parentales, ICPLIM). El objetivo fue determinar si con ambos métodos de estudio obtenemos la misma
información al respecto del desarrollo del lenguaje infantil. Dicha comparación nos permite contrastar los datos obtenidos
a través de la observación en el ambiente natural del infante (lo que de hecho ocurre) y lo que los padres reportan acerca
del lenguaje de sus hijos.

Para ello, en una primera fase se realizó la observación directa de 65 infantes de 12 a 30 meses de edad en sesiones
que fueron videograbadas semanalmente con una duración de 30 minutos cada una. Las sesiones se llevaron a cabo en
la institución educativa a la que asistían los infantes, previa autorización de padres y autoridades escolares. Cada sesión
fue transcrita y codificada. El seguimiento fue longitudinal por lo que se obtuvo el número de palabras obtenidas de cada
infante en cada una de esas edades.
Por otro lado, en una segunda fase se aplicó el ICPLIM a 450 infantes de 12, 18, 24 y 30 meses de edad y se obtuvo el
número total de palabras comprendidas y producidas reportadas por los padres. En esta fase los datos sólo se obtuvieron
en los cortes de edad mencionados (transversalmente).

Los resultados obtenidos con ambos métodos mostraron una tendencia general a aumentar el número de palabras
producidas por los infantes conforme aumenta la edad, lo cual era de esperarse de acuerdo a la literatura previa. Lo que
es de hacer notar es que la línea de desarrollo de producción verbal de los infantes es muy similar tanto con la observación
directa como con el reporte parental, aún cuando los métodos utilizados para su obtención sean completamente distintos.
Los datos obtenidos longitudinalmente nos dan información sobre lo que ocurre en el periodo que no fue medido con el
ICPLIM. Los resultados mostraron que estos datos “intermedios” son similares a la tendencia obtenida con el reporte
parental. De la misma manera, podemos notar que los datos obtenidos de las observaciones directas pueden reflejar un
nivel de producción muy similar al obtenido con el ICPLIM. En resumen, con los datos obtenidos en este estudio podemos
darnos cuenta que tanto la observación en ambientes naturales como el reporte parental son métodos fiables de estudio
de producción lingüística en infantes de 12 a 30 meses de edad y el uso de uno u otro método dependerá de los fines
específicos de la investigación a realizar.

Referencias
Alva, E. & Hernández-Padilla, E. (2001) Parental reports on the vocabulary of Mexican infants. Sesión de cartel presentada
en el Child Languaje Seminary, Hertfordshire, UK
Alva, E. (2004). Modelos de desarrollo del lenguaje espontáneo en infantes y escolares: análisis de muestras masivas.
Tesis doctorado, UNAM, D. F. México.
Bates, E. (1993). Comprehension and production in early language development: Comments Savage-Rumbaugh et al.
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Bates, E. Bretherton, I. & Snyder, L. (1988). From first words to grammar: Individual differences and dissociable mechanisms.
Cambridge: Cambridge University.
Fenson, L. y Dale, P. 1994. Variability in early communicative development. Monographs of the society for research in child

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development. Serial 242. Vol. 59. No. 5.


Hoff-Ginsberg, E. (1997). Language development (pp. 31-125). Pacific Grove, California: Brooks/Cole.
Karmiloff, K. & Karmiloff-Smith, A. (2001). Pathways to language. From fetus to adolescent (pp. 11-83). Cambridge: Harvard
University Press.

Descriptores: lenguaje, reportes parentales, investigación observacional, vocabulario, infantes

Los bebés entres las formas y los colores: Categorización a los 2 años
Lic. Omar Abad González Aguirre y Dra. Elda Alicia Alva Canto
Facultad de Psicología, UNAM

Categorizar es un proceso cognitivo básico que se presenta tanto en el humano como en otras especies animales, consiste
en establecer clases o agrupaciones del mundo que nos rodea, desde estímulos muy ligados a lo perceptual hasta ideas
complejas es un proceso de economía cognitiva; el mundo es complejo y para poder utilizar la información de la multitud
de estímulos que proporciona debemos simplificarlo, para ello lo clasificamos. A pesar de la importancia de este proceso
cognitivo, aún quedan cuestiones que no se han podido resolver, por ejemplo, no es claro si hay un sesgo atencional
hacia la categorización por la forma física de los objetos (Colombo et al., 1990) lo cual facilitaría el aprendizaje de nuevas
palabras, (Smith, 2002) o si la categorización depende del entrenamiento y contexto de aprendizaje (Madole, 1999).

El presente trabajo analiza si los infantes pueden formar dos categorías lingüísticas de nivel básico a partir de la presentación
secuencial de ejemplares, o si hay una preferencia hacia la categorización por la forma física de los objetos o si la categorización
se realiza de la misma manera con otra variable perceptual relevante- el color-, lo que proporcionará información de los
procesos que guían la formación de categorías perceptuales. Se diseñaron dos condiciones experimentales, en la primera
condición (forma) se llevó a cabo un entrenamiento en el que se mantuvo la forma constante y se varió el color de los
estímulos visuales para que posteriormente los niños realizaran una generalización a nuevos miembros de las categorías
en la prueba. En la otra condición (color) se mantuvo constante el color de los estímulos variando la forma, ambos diseños
contenían la misma cantidad de ensayos de entrenamiento y prueba.

Para la condición experimental de forma se utilizaron los estímulos auditivos ‘Mira, Perro, Lanu, Coni’. Asimismo se
emplearon cuatro imágenes distintas para la categoría básica perro y doce para la categoría artificial “lanu”, un cuadrado
animado (con ojos y pies) y doce imágenes de la categoría “coni” una elipse animada (con ojos y pies). Todas las imágenes
de las categorías artificiales tuvieron el mismo tamaño y distinto color.

El niño estuvo sentado en las piernas de su padre o madre en una cabina frente a dos monitores, en donde se le presentaron
los estímulos visuales y auditivos, al mismo tiempo en el que se proyecta la imagen se escuchó la palabra correspondiente,
se grabó la sesión para un análisis posterior.

Primer bloque: Cuatro miembros de la categoría perro, uno solo en una pantalla y posteriormente 3 en otra, cada vez que
aparece la figura perro en la pantalla se escucha el sonido “mira perro”.

Segundo bloque: Primera categoría artificial en una pantalla y seis miembros de la misma, cada uno de distinto color y la
misma forma, tres en una pantalla y tres en la otra pantalla, cada imagen con el sonido “mira lanu”.

Tercer bloque: Segunda categoría artificial y posteriormente seis miembros de la misma, cada uno de distinto color y la
misma forma, tres en una pantalla y tres en la otra pantalla con el sonido mira “mira coni”.

Cuarto bloque (prueba): Ocho ensayos en los que se presentaron al mismo tiempo un miembro de cada categoría artificial
del mismo color pero diferente a los colores ya observados en el entrenamiento, se mencionó la palabra lanu en cuatro de
los ensayos y coni en la otra mitad.

Para la condición experimental de color se utilizaron cuatro imágenes distintas que representan la categoría básica perro,
doce Imágenes de la categoría artificial “lanu” verdes y 12 imágenes de la categoría “coni” azules pero diferente al de la
categoría “lanu”, todas las imágenes tuvieron diferente forma y los mismos sonidos de la condición anterior.

Los cuatro bloques son muy similares a la condición de forma. La diferencia en esta condición es que la pregunta es si los
infantes emplean la constancia en el color, a pesar de cambios en las formas, para formar una categoría nueva.

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Se comparó proporción de mirada al blanco antes y después de escuchar la palabra en los ensayos de prueba de cada
condición. Los resultados muestran una proporción de mirada significativa (.05) hacia el blanco en la condición experimental
forma. En la condición experimental color los resultados no muestran una mirada significativa hacia el blanco.

Los resultados muestran que los niños de 24 meses presentan la misma habilidad evaluada por Colombo et al. (1990) en
niños de 10 meses y por Arias-Trejo (2005) en niños de 24 meses en extensión de palabras. En esta ocasión, los infantes
formaron dos categorías perceptuales asociadas a dos palabras nuevas a partir de la observación de ejemplares que
mostraban la característica relevante y la irrelevante de cada una, realizaron una inferencia perceptual en el bloque de
prueba al reconocer nuevos miembros de la categoría artificial “lanu” y “coni”. Los niños de 24 meses de edad consideraron
la característica relevante, esto es la forma, y dejaron fuera la característica irrelevante de cada categoría, en cambio en la
condición color los niños no formaron las categorías ligadas al color de los objetos, una posibilidad mencionada por algunos
autores (Bornstein, 1985) quienes consideran que hay una tendencia a categorizar por forma debido a que estadísticamente
los objetos tienden a parecerse más en la forma que en el color o en otras características perceptuales.

Referencias
Arias-Trejo N. (2005). Young Children extensión of words. Unpublished doctoral thesis. University of Oxford, Oxford.
Bornstein, M. H. (1985). Colour-name versus shape-name learning in young children. Journal of Child Language, 12(2),
387-393.
Colombo, John; McCollam, Karen; Coldren, Jeffrey T; Mitchell, D. Wayne; et al, (1990) Form categorization in 10-month-
olds. Journal of Experimental Child Psychology. Vol 49(2)173-188.
Madole, K. L., & Oakes, L. M. (1999). Making sense of infant categorization: Stable processes and changing representations.
Developmental Review, 19, 263-296.
Smith, L. B. (2003). Learning to recognize objects. Psychological Science, 14(3), 244-250.

Descriptores: desarrollo, lenguaje, categorización, forma, color

¿Es pelota porque es redonda o porque bota? Forma contra movimiento en el aprendizaje de palabras
Irma Aurora Vázquez López, Dra. Natalia Arias Trejo y Dra. Elda Alicia Alva Canto
Facultad de Psicología, UNAM

El aprender una palabra involucra asociar un sonido a un significado, por ejemplo asociar la palabra “gato” con una imagen
de dicho animal (Meints, Plunkett & Harris, 1999). Es fundamental que también se aprendan las características que un
objeto debe poseer para ser asociado con una palabra en particular, estas características pueden ser las formas, color y/o
función de los objetos.

Truxaw, Krasnow, Woods & German, (2006) encontraron que los niños, a pesar de proporcionárseles información sobre la
función de los objetos, muestran una tendencia a escoger objetos de forma similar como referentes de un nuevo nombre.
Asimismo, Landau, Smith & Jones (1998) reportan que los niños de tres años generalizan objetos en base a sus formas
más que al parecido en algún material; al igual que cuando a los objetos se les otorgaban propiedades de función. Baldwin
(1992) también encontró que, cuando las relaciones temáticas eran puestas en conflicto con las relaciones taxonómicas,
mientras se controlaba la forma, niños de 4 años seleccionaban más la relación taxonómica en la condición de etiqueta
en comparación con la condición de no etiqueta. Al comparar la forma similar contra las relaciones taxonómicas, los niños
prefirieron la forma parecida para clasificar un objeto cuando había una etiqueta, a diferencia de cuando no la hay; los
resultados indican que, los niños de 4 años de edad toman en cuenta la forma similar al hacer un juicio para referirse a una
palabra.

Sin embargo en un estudio realizado por Booth & Waxman, (2002) con niños de tres años en donde se les presentaba un
objeto etiquetado con una palabra nueva en el contexto de una historia que describía el objeto como artefacto, encontraron
que los niños extendían las palabras nuevas a objetos que poseían la misma función.

Una explicación que se tiene, para comprender como es que los niños adquieren una palabra, es la existencia de un
mecanismo en los niños que los hace capaces de prestar atención y/o recordar el elemento que permanece constante a
través de diferentes situaciones en que se utiliza la misma palabra (Akhtar, 2002).

El presente estudio investigó, utilizando el Paradigma de Atención Preferencial, la manera en cómo los infantes de 30
meses de edad, llevan a cabo la técnica de extensión de palabras nuevas a objetos nuevos según su forma o patrón de
movimiento. Para este estudio se presentaron estímulos visuales con la misma forma (característica constante) para el

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mismo estímulo auditivo, pero diferente movimiento (característica variable). Estos experimentos permitirán evaluar la
contribución de las formas y el patrón de los movimientos de los objetos en la representación temprana de significados.

El diseño consistió de tres fases: entrenamiento (8 ensayos), aprendizaje (2 ensayos) y extensión (4 ensayos); se emplearon
estímulos auditivos conformados por dos palabras nuevas que cumplieron con las reglas gramaticales del español, es decir
una consonante seguida de una vocal (por ejemplo: lanu y coni). Los ensayos de entrenamiento tenían una duración de
5000ms y los de prueba de 5500ms. Durante el entrenamiento, los infantes fueron instruidos para aprender la asociación
entre dos palabras y dos objetos en movimiento. En la prueba de aprendizaje, los infantes veían las dos imágenes al
mismo tiempo y eran intruidos para mirar a una de ellas bajo la forma ‘mira lanu o mira coni’. En la prueba de extensión, se
presentaban dos variantes de un mismo objeto. Una de ella tenía la misma forma que el objeto original pero su movimiento
era diferente. La otra imagen presentaba el mismo patrón de movimiento pero su forma era diferente. La pregunta era si al
escuchar el nombre del objeto, los infantes preferirían la imagen con la misma forma o con el mismo movimiento. Se midió
el tiempo de atención visual antes y después de la emisión de la palabra a asociar con alguna de las dos imágenes.

Los resultados indicaron que los infantes de 30 años no aprendieron las asociaciones nuevas entre dos objetos en
movimiento y dos palabras nuevas. No obstante, durante la fase de extensión mostraron una preferencia, a mirar al objeto
con el mismo patrón de movimiento antes de la emisión de la palabra. Posteriormente, una vez que ésta fue escuchada,
hubo una disminución significativa en la atención al objeto con el mismo movimiento que implicó un cambio hacia el
objeto con la misma forma. Estos resultados indican, que aunque en un principio los infantes escogen el mismo patrón
de movimiento de un objeto o la novedad en la forma, al momento de escuchar la palabra los infantes escogen la forma
como un referente para ésta. Lo anterior puede deberse a que la forma, es fácilmente percibida y no requiere de una
amplia atención o experiencia con el objeto, a diferencia de otras características como lo son, en este caso, los patrones
de movimiento.

Este trabajo demuestra la habilidad de los infantes para extender una palabra a objetos que aunque distintos, poseen entre
sí una característica en común. En concordancia con trabajos previos que contrastan la forma con el color o la textura,
esta investigación demuestra que las formas de los objetos son consideradas como un rasgo esencial de un objeto para
la identificación lingüística. Asimismo, resalta la influencia del input lingüístico el cual produce cambios importantes en las
preferencias visuales hacia ciertos rasgos perceptuales.

Referencias
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Baldwin, D.A. (1992). Clarifying the role of shape in children’s taxonomic assumption. Journal of Experimental Child
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Landau, B., Smith, L. & Jones,S.(1998). Object perception and object naming in early development. Trends in Cognitive
Sciences, 2(1), 19-25.
Meints, F., Plunkett, K. & Harris, P. L. (1999) When Does an Ostrich Become a Bird? The Role of Typicality in Early Word
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Truxaw, D., Krasnow, M., Woods,C. & German, T. (2006). Conditions under which function information attenuates name
extension via shape. Psychological Science.17(5).367-371.

Descriptores:aprendizaje de palabras, forma, función, extensión, lenguaje

Es rojo, bonito y chiquito. ¿Es pileco o betusa? Uso de adjetivos para inferir significado
Dra. Natalia Arias-Trejo, Irma Aurora Vázquez López, Tania Jasso López y Dra. Elda Alicia Alva Canto
Facultad de Psicología, UNAM

Los infantes aprenden durante los primeros tres años de vida un número importante de palabras. Con la finalidad de
agilizar el aprendizaje de palabras se considera que hacen uso de algunas estrategias no explícitas que si bien pueden
considerarse restricciones, ayudan a reducir el número de hipótesis que inicialmente se podrían plantear sobre cómo
asociar una palabra a un referente en particular. A estas estrategias se les conoce como ‘restricciones en el aprendizaje
de palabras’ (Markman, 1991). Por ejemplo, cuando el infante escucha una palabra nueva, es probable que decida que
se refiere a un objeto completo y no a una de sus partes; asimismo, que dicha palabra debe hacer referencia a un objeto
nuevo y no a un objeto para el cual ya posee un nombre. Además de estas estrategias, existen las explícitas, es decir las
que indican directamente al infante la asociación entre una palabra y un objeto. Por ejemplo, cuando un adulto señala

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un objeto y dice su nombre para que el infante lo aprenda. No obstante, es posible que el infante aprenda palabras por
medio de otras claves como las que se encuentran en las descripciones de los objetos. Imagine por ejemplo que alguien
le dice que compró un objeto redondo y colorido, es posible que usted deduzca que se trata de una pelota. A este tipo de
aprendizaje se le conoce como andamiaje (bootstrapping) ya que es a partir de un tipo de información que se adquiere otro
tipo de información.

En esta investigación, exploramos si infantes de 30 meses de edad pueden aprender nuevas palabras basados en
descripciones dadas por medio de adjetivos femeninos o masculinos a lo largo de un entrenamiento previo que se realizó
por medio del paradigma de atención preferencial (Golinkoff, Hirsch-Pasek, Cauley, & Gordon, 1987).

Cada participante estuvo expuesto a catorce ensayos divididos en dos bloques: entrenamiento-prueba y entrenamiento-
prueba. En el primer bloque, se presentó información sobre dos objetos nuevos en 6 ensayos (3 por objeto). En cada
ensayo de entrenamiento, los participantes vieron durante 5000ms una imagen asociada a un adjetivo (p. ej., ‘mira es
rojo’). Un objeto era descrito con adjetivos en masculino (p. ej., rojo, bonito, chiquito) y otro con adjetivos en femenino
(p. ej., roja, bonita, chiquita). Posteriormente, en dos ensayos de prueba se presentaban por primera vez los dos objetos
simultáneamente. A la mitad de los ensayo de prueba, el infante era instruido a mirar alguna de las dos imágenes por medio
de una palabra nueva que podía terminar en ‘a’ o en ‘o’ (‘betusa’ o ‘pileco’). El segundo bloque era idéntico, excepto que
los ensayos de entrenamiento fueron reducidos a cuatro. La coincidencia en el género marcado al final de los adjetivos
previamente escuchados y el nombre de los objetos era la única clave relevante para determinar a qué sustantivo se
hacía referencia. La medida que se empleó fue el tiempo de atención visual a ambas imágenes antes y después de la
presentación del sustantivo nuevo.

Los resultados mostraron que a partir del segundo bloque, los infantes de 30 meses de edad emplearon las claves de
género incorporadas en los adjetivos para aprender dos asociaciones nuevas entre dos objetos y dos palabras. Esto
es, los infantes dedujeron correctamente que la betusa era el objeto que había sido previamente descrito con adjetivos
femeninos como roja, bonita, chiquita y que pileco era el objeto previamente descrito con adjetivos masculinos como rojo,
bonito, chiquito. Lo anterior indica que los infantes son capaces de aprender nuevas palabras por medios no explícitos y
empleando información de otras palabras como adjetivos.

Esta investigación da constancia de una habilidad ya presente a los 30 meses de edad para aprender nuevas palabras por
medio de las claves de género contenidas en los adjetivos. Los resultados muestran que a esta edad se da el andamiaje
lingüístico, las claves fono-morfológicas (terminación masculina o femenina) llevan al aprendizaje semántico (adquisición
de significados nuevos). Esta habilidad, entre otras ya desarrolladas en los primeros tres años de vida, permite a los infantes
agilizar el aprendizaje de palabras por medio de estrategias que ellos mismos desarrollan y de manera independiente a la
enseñanza explícita por parte de los adultos.

Referencias
Golinkoff, R. M., Hirsch-Pasek, K., Cauley, K. M., & Gordon, L. (1987). The eyes have it: Lexical and syntactic comprehension
in a new paradigm. Journal of Child Language, 14(1), 23-45.
Markman, E. M. (1991). The whole object, taxonomic, and mutual exclusivity assumptions as initial constraints on word
meanings. In J. P. Byrnes & S. A. Gelman (Eds.), Perspectives on language and cognition: Interrelations in development.
Cambridge: Cambridge University Press.
Pérez-Pereira, M. (1991). Semantic versus formal theories of gender acquisition: A criticism of Mulford’s study. Archives of
Psychologie, 59, 3-16.

Descriptores: adquisición lengua, morfología, género, adjetivos, aprendizaje de palabras

Simposio
Procedimientos estandarizados para la validación de instrumentos de medición en
diversas áreas de investigación psicológica
Coordinadora: Lic. Carolina Armenta Hurtarte
Universidad Nacional Autónoma de México

Descriptores: Psicometría, cultura, validación, estandarización, psicología del mexicano

La investigación psicológica en México, como la que se hace en cualquier otra parte del mundo, recurre habitualmente

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al uso de instrumentos de medición estandarizados de las diversas variables de interés para los investigadores ya sea
de tipo básico o investigación aplicada. Sin embargo, es un hecho que una buena parte de los instrumentos que se
usan intensivamente para hacer investigación psicológica en México no solo parten de teorías desarrolladas en culturas
diferentes a la nuestra, además fueron validados en sus culturas de origen (Reyes Lagunes, 2008).

Este simposio presenta a lo largo de cuatro ejercicios en temáticas muy diversas una serie de procedimientos que pueden
seguirse de forma estandarizada para la validación de diferentes tipos de instrumentos de acuerdo con los estándares
actuales en psicometría (Reyes Lagunes, 2008; Nunnally y Bernstein, 1995). Estos procedimientos van desde una primera
recolección de significados en la población de interés hasta la obtención de indicadores de validez de criterio en los
instrumentos ya finalizados. La diversidad de temáticas y objetivos de estudio entre los cuatro ejercicios permitirá a los
asistentes apreciar la aplicación de estos procedimientos a diversas áreas de la investigación en psicología además de dar
cuenta de la forma en que estos se ajustan a las particularidades de cada tema. Además, cada uno de los instrumentos
de medición presentados en las cuatro ponencias pueden revestir de interés para los investigadores en las áreas de
relaciones de pareja, apego y afrontamiento.

Desde el entendimiento de que no se valida un instrumento, sino la relación entre un instrumento y su población, este
simposio pretende hacer énfasis en la importancia de utilizar siempre que sea posible instrumentos desarrollados y/o
validados para la población en la que se desea trabajar; además de motivar el desarrollo y/o validación de instrumentos
adecuados a la población mexicana actual.

Estrategias cognitivas para afrontar la inequidad: funcionamiento de la creencia en el mundo justo


Lic. Christina Enrique Cruz Torres y Dr. Rolando Díaz Loving
Universidad Nacional Autónoma de México

La sociedad mexicana está marcada por una profunda inequidad. Casi la mitad de su población de 15 años o más no
tiene acceso a educación básica y la misma proporción de la población en general no tiene acceso a servicios de salud.
Indicadores como estos sitúan a México en la posición 53 entre 183 países en el informe sobre desarrollo humano (PNUD,
2009). En contraste con estos indicadores, estudios entre 146 países ubican a los mexicanos como la sexta población con
el bienestar subjetivo más alto al lado de Noruega, Islandia y Suecia, que se ubican entre los cinco países con el índice
de desarrollo humano más alto. Esta discrepancia entre el alto bienestar subjetivo de la población y su baja calidad de
vida lleva al análisis de posibles estrategias cognitivas que permitan a los individuos lidiar con las condiciones crónicas de
inequidad en su sociedad.

La hipótesis de la creencia en el mundo justo (Lerner, 1980) plantea que la necesidad de certidumbre motiva a los individuos
a creer que el mundo en general es un lugar justo donde todos reciben tarde o temprano las recompensas o castigos que
merecen con base en sus acciones. Estudios previos muestran que individuos con una alta disposición a creer en un
mundo justo reportan menos emociones negativas al sufrir un trato injusto (Hafer y Olson, 1989) o al recordarlo (Dalbert,
2002). Estos estudios han utilizado mediciones de una sola dimensión de creencia en el mundo justo, aunque Lerner
(1980) propone nueve estrategias mediante las cuales los individuos afrontarían los eventos que al percibirse como injustos
constituyen una amenaza a su necesidad de creer que viven en un mundo justo con reglas que les permiten anticipar sus
resultados basados en su esfuerzo.

Con la intención de contribuir a explicar la forma en que los individuos manejan las situaciones de inequidad que viven
cotidianamente en una sociedad como la mexicana, el presente estudio tuvo por objetivo la construcción de un instrumento
de medición de las estrategias para hacer frente a las amenazas a la creencia en el mundo justo propuestas originalmente
por Lerner (1980). En específico se retomaron las estrategias que implican un estilo de afrontamiento enfocado al manejo
de las emociones negativas (Folkman y Lazarus, 1980) generadas al vivir o presenciar un trato injusto. Se esperaba
encontrar una estructura factorial congruente con las estrategias propuestas por Lerner (1980).

Con base en un ejercicio previo de redes semánticas analizadas desde el marco de la creencia en el mundo justo se diseñó
una primera propuesta de 40 reactivos organizados en ocho dimensiones. Estos reactivos fueron puestos a prueba para la
validación del instrumento en un cuestionario aplicado a 232 participantes (50% mujeres) de 28 diferentes licenciaturas o
ingenierías en 3 diferentes universidades en el Distrito Federal. Se incluyeron en el cuestionario elementos que permitieron
obtener además indicadores de validez de criterio. En primer lugar en el cuestionario se encontraba la sección de datos
generales donde se preguntaba entre otros datos la cantidad de exámenes de admisión que los participantes habían
hecho antes de lograr ingresar a la carrera que estudiaban. A continuación se encontraba una nota de periódico donde se
reportaba la protesta de un grupo de estudiantes rechazados de universidades públicas. Los participantes leían la nota y

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reportaban las emociones que experimentaban al leerla en una lista de 36 emociones situada inmediatamente después
(escala tipo Likert, siete opciones de respuesta). Finalmente los participantes respondían los 40 reactivos de la medición
de creencia en el mundo justo (escala tipo Likert, 7 opciones de respuesta).

Para obtener un indicador de la validez de constructo de la escala se utilizó el análisis factorial de componentes principales
con rotación ortogonal y normalización de Kaiser. En contra de lo esperado la solución factorial muestra una estructura de
5 factores que explican el 58.9% de la varianza total, con indicadores de consistencia interna (α de Cronbach) entre.72
y.91. En lugar de las estrategia definidas por Lerner (1980) los factores reflejan estructuras internas conceptualmente
más complejas en donde la atribución causal tiene un papel fundamental. Los factores fueron definidos con base en su
contenido conceptual de la siguiente forma: Equidad (cada quien tiene los castigos o recompensas que se merece con
base en su esfuerzo o en sus faltas); Estoicismo (el sufrimiento y las injusticias fortalecen y enseñan al individuo, son
pasajeros y no son tan graves como los que otras personas sufren); Atribución a acciones de la víctima (el mundo es justo,
si alguien es víctima de una injusticia es porque se lo ha buscado); Atribución a características de la víctima (las injusticias
que sufren las personas se deben a su propia incompetencia y falta de disposición para mejorar); y negación de la propia
injusticia (se niega haber sido víctima de injusticias y se hacen atribuciones disposicionales del éxito de quienes reciben
más beneficios que el resto).

La viñeta de estudiantes rechazados y la medición de emociones fueron empleados para obtener evidencias de validez
de criterio del instrumento. Se esperaba que las emociones negativas experimentadas al leer la nota fueran más intensas
en quienes reportaban haber hecho más exámenes de admisión antes de poder entrar a su carrera actual. Sin embargo,
si el instrumento efectivamente mide creencias en el mundo justo, esta asociación debería ser más fuerte en quienes
reportaban puntajes bajos en el mismo, dada su conocida capacidad para disminuir las emociones negativas generadas
por situaciones de inequidad. Los resultados muestran en general un patrón congruente con estas hipótesis. En especial
los factores Estoicismo y Atribución a las características de la víctima muestran la capacidad de moderar las emociones
negativas experimentadas al leer la viñeta. Sólo se observó una relación positiva y estadísticamente significativa entre la
cantidad de exámenes de admisión y las emociones negativas generadas por la viñeta en quienes reportaron puntajes
bajos en estos indicadores. Se discute el papel de estas estrategias para afrontar de forma indirecta las situaciones de
inequidad que viven cotidianamente los individuos y sus posibles implicaciones en el desarrollo de movimientos sociales.

Descriptores: Inequidad, justicia, atribución, afrontamiento, percepción

Desarrollo y validación de una escala para medir apoyo social desde la teoría del apego
Lic. Marìa Teresa Frías Cárdenas, Dr. Rolando Díaz Loving y Dra. Isabel Reyes Lagunes
Universidad Nacional Autónoma de México

La relación entre el individuo y su cuidador primario durante los primeros años de vida da lugar a un conjunto de creencias
que afectan sus relaciones a lo largo de la vida (Bowlby, 1969/1982, 1973, 1980). Dichas creencias se refieren, entre otras
cosas, a la disponibilidad de sus seres queridos a brindarle ayuda en tiempos de necesidad (Bowlby, 1973; Mikulincer, 1995).
Cuando el cuidador ofrece un cuidado sensible y responsivo, alineado con las necesidades del individuo, éste interioriza la
creencia de que los demás son seres confiables (Collins y Feeney, 2004), que la búsqueda de apoyo es un medio factible
para aliviar el estrés y resolver los problemas y, por lo tanto, se siente bien al ser apoyado (Shaver y Mikulincer, 2002).
Se obtuvieron las respuestas de 50 participantes (mitad hombres y mitad mujeres) a 5 preguntas abiertas que cubrían las
siguientes áreas: creencias sobre la intención de la conducta de apoyo de los demás, tipos de apoyo buscado, percepción
del apoyo recibido y experiencia emocional asociada al apoyo. El final de la aplicación estuvo determinado por el criterio
de saturación teórica. Ya que las respuestas obtenidas fueron consistentes con el modelo teórico, de ellas se derivaron
los reactivos a incluirse en la versión final del instrumento. La validación psicométrica se llevó a cabo con 274 estudiantes
de licenciatura, 213 mujeres y 61 hombres, de 18 a 32 años de edad (M=20.61, DE=1.74). De ellos 271 fueron solteros, 1
casado, 1 viudo y 1 viviendo en unión libre. En lo que se refiere a religión 13 indicaron ser protestantes, 178 católicos, 2
budistas y 64 ateos o agnósticos, 7 participantes no reportaron afiliación religiosa. La administración de los instrumentos
fue vía internet, los participantes recibieron un crédito por participar en el estudio. Se llevó a cabo la validación psicométrica
siguiendo los criterios propuestos por Reyes Lagunes (comunicación social). Los participantes respondieron a 53 reactivos
con formato Likert de 6 puntos que evaluaba grados de acuerdo. Se probó que los reactivos contaran con poder de
discriminación, direccionalidad y coeficientes de confiabilidad adecuados. Se mantuvieron 49 reactivos que mostraron
correlaciones bajas entre sí, por lo que se realizó un análisis factorial de componentes principales con rotación ortogonal.
Los factores se conformaron de la siguiente manera: el área de creencias arrojó un factor para expectativas positivas con
8 reactivos y un indicador para creencias negativas con 2 reactivos; los coeficientes de confiabilidad fueron de.75 y.56

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respectivamente. La búsqueda de apoyo se dividió en dos factores: uno para ayuda emocional con 7 elementos y otro para
ayuda instrumental con 4 componentes, los coeficientes de confiabilidad fueron de.82 y.65 respectivamente. El área de
percepción arrojó un factor para ayuda emocional con 8 reactivos y un indicador para ayuda instrumental con 2 elementos.
Los coeficientes de confiabilidad fueron de.89 y.67 respectivamente. Finalmente, el área de emociones se organizó en dos
factores, el primero agrupó 9 reactivos sobre emociones positivas y el segundo 4 reactivos sobre emociones negativas,
las confiabilidades fueron de.84 y.79 respectivamente. La confiablidad total de la escala fue de.88. Adicionalmente, se
calcularon análisis de regresión lineal para evaluar el poder de las dimensiones del apego sobre las distintas áreas del
apoyo social, y con ello obtener la validez de criterio del instrumento. Los resultados apoyan las hipótesis formuladas a partir
de la teoría del apego. Un nivel alto en ansiedad del apego predice creencias negativas sobre la intención de las conductas
de apoyo de los demás (β=.312, p=.02), una búsqueda constante de apoyo emocional (β=.338, p=.00) y la experiencia de
emociones negativas al recibirlo (β.312, p=.00). Por otro lado, un nivel alto de evitación del apego predice negativamente
la creencia de que los demás ayudan por razones altruistas (β=-.232, p=.00), poca búsqueda de apoyo emocional (β=-
.381, p=.00), percepción pobre de apoyo tanto emocional (β=-.425, p=.00) como instrumental (β=-.178, p=.00). En el
área emocional la dimensión de evitación predice una experiencia emocional desfavorable (emociones positivas β=-.397,
p=.00 y emociones negativas β=.305, p=.00). Los resultados mostraron la tendencia de las personas con altos niveles de
ansiedad a hiperactivar sus sistemas de apego a través de la búsqueda continua del apoyo de los demás como un medio
para lograr la intimidad emocional, limitando el desarrollo de sus propias habilidades para lidiar con el estrés y resolver los
conflictos. Por otro lado, ser observó la preferencia de las personas con altos niveles de evitación a deactivar sus sistemas
de apego a través de la poca búsqueda de apoyo emocional que llevan a cabo, derivada del énfasis en sus habilidades de
autosuficiencia (Mikulincer y Florian, 1998).

Descriptores: Apego, apoyo social, validación psicométrica, validez de criterio, adultos

Validación de la escala de dependencia específica para cónyuges para la población mexicana


Rebecca Esther Oropeza Lozano y Dr. Rolando Díaz Loving
Universidad Nacional Autónoma de México

A lo largo de su vida, el ser humano forma vínculos afectivos con aquellas personas con las que interactúa a fin de formar
lazos sociales que fortalezcan, su personalidad, su comportamiento y su desarrollo. Uno de estos vínculos que se forman
es el de la relación de pareja.

La relación de pareja ha sido objeto de estudio de diversos psicólogos que se han interesado en cada uno de los aspectos
que tienen que ver con la interacción que se da dentro de esta relación como la dependencia que existe de un miembro de
la pareja a otro.

La dependencia es un factor que genera conflictos no solo de pareja, si no también interpersonales si se presenta de una
forma desadaptativa, ya que según Alonso – Arbiol, Shaver y Yárnoz (2002) la dependencia es un rasgo de la personalidad
del ser humano que es normal, especialmente durante la infancia, por el simple hecho de ser seres sociales.

Castelló (2000) define a la dependencia como un patrón repetido de demandas afectivas no satisfechas, que buscan
hacerlo por medio de la relación cercana con otros. Las personas dependientes de los otros se caracterizan por necesitar
excesivamente la aprobación de los demás, ilusionarse y fantasear enormemente al comienzo de una relación o con la
simple aparición de una persona interesante, adoptar posiciones subordinadas en las relaciones, presentar déficits en las
habilidades sociales, tener un nivel de autoestima bajo. De hecho, abarca tantas características que se le llega a vincular
o confundir con otros conceptos como lo son adicción al amor, codependencia y apego ansioso.

Aunque se han realizado diversos estudios a cerca de los antecedentes, correlatos y consecuencias de la personalidad
dependiente, pocos han tenido como objetivo realizar instrumentos fiables que midan el grado de dependencia que una
persona tiene por otra.

La mayoría de estos instrumentos se han dedicado a medir la dependencia emocional desde una perspectiva clínica, en
donde se considera a la dependencia como un trastorno patológico. En 1997, Rathus y O’leary definieron a la dependencia
como “la sobreconfianza que una persona tiene en las relaciones interpersonales para que a partir de ellas pueda definir
su autoevaluación y la magnitud con que va a adquirir, proteger y preservar las relaciones cercanas con otros”. A partir de
esta definición, Rathus y O’leary (1997) construyeron un instrumento para medir Dependencia Emocional. Este inventario
(Spouse Specific Dependency Scale) arrojó dos escalas diferentes, una para hombres y otra para mujeres (de 30 reactivos

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cada uno) los cuales tuvieron una consistencia alta (α =.93). Así mismo, la correlación interescalar fue alta por lo que se
concluyó que la escala era adecuada para medir dependencia emocional.

En México se han encontrado estudios como el de Zarco (2005) que han estudiado la codependencia y el de Retana (2004)
que han estudiado la adicción al amor; sin embargo hay pocos o nulos estudios que se hayan dedicado a la dependencia
emocional en la pareja y por lo tanto, no se ha encontrado un instrumento validado que mida este constructo en esta
población, por lo que con este estudio se pretende validar y estandarizar la Escala de Dependencia Específica para
Cónyuges (EDEC) de Rathus y O’leary (1997) para que pueda ser utilizado en México.

En el estudio se siguió un proceso de traducción-retraducción con el fin de que los reactivos de la escala fueran equivalentes
al instrumento original y los comprendiera la población a la cual se dirigió la investigación. Participaron 290 sujetos
heterosexuales, 145 hombres y 145 mujeres, de 18 a 65 años y que se encontraran actualmente en una relación de pareja
desde hace al menos un mes, los cuales contestaron una de las dos versiones de la escala dependiendo de su sexo.
Además, contestaron 13 preguntas de la Escala de Codependencia de Zarco (2005) con el fin de verificar la consistencia
externa de la EDEC.

La información obtenida se procesó por medio de una prueba t para muestras independientes para observar qué reactivos
eran significativos. Posteriormente se llevó a cabo un análisis factorial y alfa de Cronbach para determinar la confiabilidad
y validez de los reactivos. Finalmente, para determinar la consistencia externa se realizó una correlación de Pearson con
la Escala de Codependencia.

Los datos resultantes para la versión de mujeres revelan que la escala se compone de 4 factores con 23 reactivos
significantes de los 30 originales y que tiene una confiabilidad de .91. Para el caso de los hombres se muestran los mismos
factores con 21 reactivos y una confiabilidad de .89.

A partir de los resultados se puede concluir que la escala evalúa la dependencia emocional que una persona tiene hacia
su pareja de manera efectiva contando con características psicométricas adecuadas para su aplicación en la población
mexicana.

Descriptores: Dependencia emocional, pareja, instrumento, validación, psicometría

Encontrando la interacción de pareja en México: estudio de validación


Lic. Carolina Armenta Hurtarte, Dr. Rolando Díaz Loving y Rebecca Esther Lozano Oropeza
Universidad Nacional Autónoma de México

La relación de pareja consiste de interacciones que se tiene entre los miembros de la díada. Esta interacción consiste de
intercambio de conductas durante la convivencia en el tiempo, espacios y actividades compartidas (Gottman, et al. 1997).
La interacción de pareja también implica el proceso de atribuciones que afectan la respuesta de los individuos por lo que
causa un sistema de causa-efecto (Karney y Bradbury, 1997). La definición de interacción de pareja ha cambiado e en
algunos aspectos como es la inclusión de otras dimensiones tales como la comunicación, estilos de negociación empleados,
expresión de afectos y comunicación no verbal (Gottman, 1999). Dentro de la interacción de pareja se han incorporado
dimensiones como las conductas observada y no observada como son los pensamientos (Adler-Baedler, Higginbotham y
Lamke 2004). La importancia del estudio de la interacción de pareja surge dado a que esta da pie a la calidad de la relación
de pareja que esta expresada por la satisfacción marital (Schmidt, Kliegel y Shapiro, 2007) y mantenimiento de la relación.
Dentro del estudio de la interacción, se han llevado a cabo diversos análisis sobre las funciones, elementos y dimensiones
que se contiene dentro de la interacción, la diversidad de estos enfoques han dado como producto los distintos métodos
para el estudio de la interacción de la pareja. Uno de los primeros elementos que se utilizaron fueron la grabación de
video y audio de interacción de la pareja en un situación de laboratorio, este método proporciona una amplia información
sobre la forma de interactuar sin embargo, no permite generalizar la información en otras situaciones y contextos (Feeney,
Peterson y Noller, 1994) así como también la temporalidad d lea relación (Bischoff, 2002). Posteriormente, se realizaron
registros de conductas en distintos lapsos de tiempo, estos registros los realizaban los participantes en los que tienen que
indicar las actividades que realizaban, para posteriormente calificar el nivel de agradabilidad que perciben por cada una
de las interacciones. Las perdidas que se perciben de este método de evaluación refieren a la consistencia que tienen
los participantes en el registro de la conducta (Herman, Edda, Weiss y Vivian, 1995). Dentro del abanico de los métodos
de estudio de interacción se han incluido las entrevistas a profundidad (Schmidt, Kliegel y Shapiro, 2007) para poder
identificar las dimensiones de la interacción, este método recogió información relevante, no obstante, se ha planteado
que es distinto la conducta de las parejas en la interacción que lo que reportan durante una entrevista. Finalmente, entre

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estas herramientas Gottman (1994, 1999) retoma cada una de ellas para poderlas integrar como una evaluación global
e integral de la relación de pareja, los resultados de su investigación dieron como resultado diversos instrumentos de
auto reporte sobre la interacción que tienen las personas con su pareja. Las investigaciones de Gottman (1994, 1999)
definen que existen distintos tipos de interacción de pareja en las cuales los miembros se sienten felices; las categorías
son parejas volátiles, validantes y evasivas. Esta clasificación permite una rápida y eficaz identificación de la calidad de
interacción que se ejerce en la relación, por lo que es relevante e importante identificar la validez de este instrumento
dentro de la población mexicana. Para poder cumplir con este objetivo se conformó una muestra de 141 participantes que
cohabitaran con su pareja en la Ciudad de México. Las características de la muestra son 48% hombres y 52% mujeres
con una media de edad dd 29.8 años. El 22% indicaron no tener hijos mientras que el 34% tienen un hijo y el 44% tienen
dos o más hijos. A los participantes se les aplicó el instrumento se interacción de parejas, propuesto por Gottman (1994),
este instrumento consta de tres partes donde se evalúa a la pareja volátil, evasiva y validante mediante 59 preguntas de
respuesta dicotómica. Posteriormente analizar la información para la validación del instrumento. El procedimiento que se
llevaron a cabo para la validación se retomó de Reyes Lagunes (2009). Los resultados indican que las personas logran
identificar la diferenciación de los tipos de interacción de pareja, dado que se pudo identificar los elementos que conforman
cada una de las dimensiones de interacción. Durante el procedimiento de validación se eliminaron diferentes reactivos por
lo que el instrumento final consta de 40 reactivos para obtener escalas que tienen validez y confiabilidad para poder hacer
un uso en la población mexicana. Dado su longitud, se puede tener un acercamiento rápido y sencillo sobre la forma de
interactuar de las relaciones de pareja a partir de estos tres grandes estilos de pareja que propone Gottman (1994).

Descriptores: psicometría, pareja, validación, estandarización, interacción

Simposio
Conducta de autocontrol en humanos: cuatro ejemplos de investigación
Coordinador: Dr. Raúl Ávila Santibáñez
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Autocontrol, Impulsividad, costo de la inversión, discriminación de estímulos, humanos

En los últimos años en la teoría de la conducta se ha estudiado una variación de conducta de elección que se conoce
como autocontrol. El procedimiento que comúnmente se utiliza consiste en exponer a sujetos a la presentación de pares
de recompensas que difieren tanto en magnitud como en demora de entrega. Si el sujeto responde en la opción que
resulta en la entrega de una recompensa grande y demorada, se ha dicho que presenta conducta autocontrolada. Por el
contrario, Si responde en la opción que resulta en una recompensa pequeña y casi inmediata, se dice que el sujeto muestra
conducta impulsiva. En el presente simposio se presentan cuatro ejemplos del autocontrol. En el primer trabajo se presenta
un fenómeno particular conocido como efecto del costo de la inversión, en el cual se exploran los efectos de la historia de
reforzamiento y de la presentación de estímulos. A pesar de la generalidad del procedimiento de elección, existen otros
procedimientos del análisis de la conducta con los que se ha estudiado también el autocontrol. Uno de estos paradigmas es
el propuesto por Schoenfeld y sus colaboradores, en el cual definieron la conducta de autocontrol como la abstención por
parte de un organismo de tomar una recompensa presente para poder tomarla después. En los siguientes dos trabajos se
presentan los resultados de exponer a humanos a un procedimiento de autocontrol definido temporalmente, en el cual se
utilizaron videos como recompensa. Específicamente, en el segundo trabajo se presentan los efectos de variar la magnitud
y el intervalo entre recompensas. En la tercera presentación, se muestran los resultados de exponer a un grupo de niños
a la tarea por computadora, en un procedimiento de autocontrol definido temporalmente. Finalmente se presentan datos
preliminares de descuento social.

Efectos de historia de reforzamiento y presencia o ausencia de estímulos sobre la persistencia en una tarea
Eva María Mota Rodríguez, Victoria Jiménez Arreola, Lic. Juan Carlos González Montiel y Dr. Raúl Ávila Santibáñez
Facultad de Psicología, UNAM

En el análisis experimental de la conducta se ha reportado la ocurrencia de un fenómeno especial derivado del estudio de
la conducta de autocontrol, llamado efecto del costo de la inversión. Se ha definido el efecto del costo de inversión como
la tendencia de un organismo a persistir en una actividad una vez que se ha invertido esfuerzo, tiempo o dinero. Navarro y
Fantino reportaron un procedimiento de laboratorio para estudiar el efecto del costo de la inversión el cual consiste exponer
a un participante a oportunidades sucesivas para ganar una recompensa después de cumplir con un requisito de respuestas

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de cuatro posibles que varía en cada oportunidad. En cada caso si el participante no recibe la recompensa después de
emitir un número de respuestas (inversión) tiene la posibilidad de continuar respondiendo (persistir) o dejar de responder
(escapar) para iniciar un nuevo ensayo. En cada ensayo está vigente de acuerdo con una probabilidad predeterminada,
un requisito de respuestas por reforzador pequeño, mediano, grande o extra grande. Los autores conceptualizaron la
persistencia de los participantes como el completar cualquier requisito de respuesta mayor al más pequeño en un ensayo.
En la literatura del análisis de la conducta, se ha descrito que el efecto de historia de reforzamiento se puede estudiar
sistemáticamente exponiendo a los sujetos a ciertas condiciones experimentales para después observar los efectos de
estas fases previas en el desempeño de los mismos. En el presente estudio se averiguó la contribución del efecto de
historia de reforzamiento sobre la persistencia en una tarea de costo de la inversión. Con este propósito, se expuso a 4
participantes a una tarea por computadora en la cual tenían que presionar con el ratón sobre uno de dos cuadros, uno
amarillo y otro blanco que se presentaron a la izquierda y derecha del monitor, respectivamente. Las presiones al cuadro
blanco resultaron en la entrega de cierta cantidad de dinero como recompensa, de acuerdo a uno de cuatro requisitos
de respuesta. Cada presión en el cuadro amarillo cancelaba la oportunidad vigente para responder e iniciaba una nueva
oportunidad en la cual el requisito de respuestas por recompensa podía ser mayor o menor que el requisito previamente
cancelado. En diferentes condiciones, se incrementó la magnitud relativa de los requisitos de respuesta manteniendo la
probabilidad de ocurrencia de cada uno constante (Historia 1). Cuatro participantes más fueron expuestos a la misma tarea
por computadora, pero para ellos en diferentes condiciones disminuyó la magnitud relativa de los requisitos de respuesta
(Historia 2). En estos dos grupos de participantes, no había estímulos que señalaran los cambios entre los requisitos
de respuesta. Para explorar la contribución de señalar los cambios en los requisitos de respuesta sobre la persistencia
de los participantes, se expuso a 8 participantes más a la misma tarea por computadora, pero en este caso, el cuadro
originalmente blanco cambiaba de color conforme los sujetos completaban los requisitos de respuesta y no recibían la
recompensa. En un ensayo dado, si el participante completaba el requisito chico y no recibía recompensa, el cuadro blanco
cambiaba a verde; si completaba el requisito mediano y no había recompensa, el cuadro cambiaba a rojo. Finalmente, si
el sujeto completaba el requisito grande y no había recompensa, el cuadro cambiaba a azul. Se expuso a 4 participantes
al procedimiento de Historia 1 y a 4 más al procedimiento de Historia 2. Independientemente de la presencia o ausencia
del estímulo en la tarea de costo de la inversión, se encontró un efecto de historia de reforzamiento en los participantes
expuestos al procedimiento de Historia 1. Cabe destacar que cuando se señalaron los cambios entre los requisitos de
respuesta, el efecto es más notorio y hay menor variabilidad. En el caso de los participantes expuestos al procedimiento de
Historia 2, también se encontró un efecto de historia de reforzamiento y nuevamente la presencia del estímulo disminuyó la
variabilidad en la ejecución de los participantes. Se puede concluir que ocurre el efecto de historia en una tarea de costo de
la inversión, dado que la ejecución de los participantes varió en función del tamaño relativo de los requisitos de respuesta,
programados de manera secuencial. También se concluye que la presencia del estímulo ayuda a que los participantes se
comporten de manera óptima, es decir, que obtengan un mayor número de reforzadores emitiendo el menor número de
respuestas. Se discuten los resultados obtenidos con el argumento de conducta óptima, propuesto por Navarro y Fantino
y con la literatura pertinente al efecto de las variables manipuladas (e.g., presentación de estímulos y tamaño de los
requisitos de respuesta).

Descriptores: Costo de inversión, efecto de historia, razón fija, persistencia, discriminación de estímulos

Parámetros temporales de la conducta autocontrolada: el efecto de la duración


de la recompensa y del intervalo entre recompensas
Hilda Palacios Conde, Lic. Juan Carlos González Montiel y Dr. Raúl Ávila Santibáñez
Facultad de Psicología, UNAM

En la literatura del análisis de la conducta se ha estudiando la conducta de autocontrol principalmente con un procedimiento
derivado de la teoría general de toma de decisiones; en este procedimiento los autores se enfocan principalmente en la
conducta que los organismos emiten para obtener el reforzador. Existen otros ejemplos de conducta de autocontrol en los
que se destaca lo que los organismos hacen una vez que tienen el reforzador presente. En estos ejemplos, la conducta de
autocontrol se ha definido como el no consumir un reforzador que se tiene disponible durante un tiempo especificado. En la
Psicología social se ha estudiado esta clase de autocontrol bajo el título de demora de la gratificación. En el procedimiento
específico, se expuso a un grupo de niños que esperaran un lapso de tiempo especificado por el experimentador en una
habitación para poder consumir una recompensa que tenían disponible y que los niños preferían; si los niños no esperaban
el tiempo especificado se les daba una recompensa menos preferida. Siguiendo este procedimiento de la demora de la
gratificación, se encontró que los niños estaban más dispuestos a esperar por la recompensa preferida cuando sólo tenían
ésta presente en comparación con la situación cuando estaban presentes ambas recompensas, la más preferida y la
menos preferida. El propósito de este estudio fue estudiar y analizar la conducta consumatoria de autocontrol con humanos,
definiendo la conducta de autocontrol como no tomar una recompensa disponible durante un intervalo de tiempo para poder

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tomar la misma recompensa después. Se expuso a estudiantes de psicología a un ciclo de tiempo repetitivo dentro del cual
se presentó un video que el estudiante no podía reproducir para poder tener acceso al mismo video al final del ciclo para
esta vez sí poder reproducirlo y verlo. El procedimiento general fue exponer a los estudiantes a una tarea por computadora
la cual consistía en presentarles ciclos de tiempo repetitivos de 32 s y en los últimos 8 s de cada ciclo se les presentaba
un video; el participante no debía intentar ver el video hasta que terminaran los 8 s de espera con el video presente; si el
participante intentaba ver el video se cancelaba el ciclo de tiempo repetitivo, se retiraba el video y comenzaba un nuevo
ciclo de tiempo. Si el participante esperaba a que terminara el ciclo de tiempo y no intentaba ver el video, al final del ciclo
se le volvía a presentar el mismo video, sólo que en esta presentación si podía verlo. En dos experimentos se manipularon
las duraciones del ciclo de tiempo y la posición temporal del primer video dentro del ciclo. Se encontró que algunos de
los participantes adquirieron la conducta de autocontrol desde las primeras sesiones y se mantuvieron estables durante
el resto del estudio, mientras que otros participantes adquirieron la conducta de autocontrol gradualmente, pero una vez
que adquirieron dicha conducta se mantuvieron ganando el reforzador durante la mayoría de las presentaciones del video
durante el resto del estudio. Otros participantes no adquirieron la conducta de autocontrol. Se encontró además que,
conforme se alargó la duración del ciclo de tiempo se incrementó la variabilidad en la ejecución de los participantes. Variar
la posición temporal del primer video dentro del ciclo resultó en una disminución en el autocontrol y un incremento en la
variabilidad de los participantes. Los resultados de las primeras sesiones experimentales muestran resultados semejantes a
los reportados en la psicología social, es decir, las personas no esperan con la recompensa presente para obtener la misma
recompensa. Los resultados de las sesiones siguientes apoyan el argumento de que adquirir la conducta de autocontrol
depende del número de exposiciones a este tipo de condiciones. Globalmente el procedimiento y los resultados de los
dos experimentos de este estudio, están relacionados paramétricamente con los procedimientos y resultados de estudios
paralelos sobre autocontrol en los cuales se especifica un requisito de respuesta en presencia de una recompensa para
tener acceso posteriormente a la misma. Por ejemplo, en algunos estudios de análisis de la conducta, se especificaba un
requisito de respuesta en presencia de la recompensa y el sujeto tenía que completar este requisito antes de poder obtener
la recompensa. En caso que el sujeto intentara consumir la recompensa antes de completar el requisito de respuesta, la
recompensa se retiraba antes de que el sujeto pudiera consumirla. Variables como el tamaño del requisito de respuesta,
la probabilidad de hacer necesario el requisito de respuesta, la duración del ciclo de tiempo repetitivo o el intervalo entre
la presentación de las recompensas, son parámetros con los cuales se podrían intregrar procedimientos tradicionalmente
vistos como diferentes.

Descriptores: Humanos, estímulos, autocontrol, videos, programas definidos temporalmente

Autocontrol en niños
Brenda Estela Ortega Morales, Lic. Juan Carlos González Montiel y Dr. Raúl Ávila Santibáñez
Facultad de Psicología, UNAM

En el análisis experimental de la conducta el procedimiento comúnmente utilizado en el estudio de la conducta de autocontrol


es el de elección, en el cual se le presenta a un organismo dos opciones de respuesta que conducen a recompensas
que difieren en magnitud y tiempo de entrega. Por ejemplo, si el organismo responde en una opción que tiene como
consecuencia la entrega de una recompensa pequeña e inmediata, se ha dicho que presenta conducta impulsiva. Por
el contrario, si el organismo responde en la opción que resulta en una recompensa grande y demorada, se ha dicho que
presenta conducta autocontrolada. A pesar de la generalidad de este procedimiento, existen otras conductas que se han
descrito como casos de autocontrol, en los cuales los sujetos se abstienen de tomar una recompensa durante un periodo
de tiempo para poder tomarla después. En este contexto, existen investigaciones en la psicología social, en las cuales se
ha expuesto a niños a tareas experimentales para medir su ejecución en una prueba conductual de autocontrol. De acuerdo
con el enfoque de la psicología clínica, se ha definido al autocontrol como un rasgo psicológico estable y no como un patrón
de conducta producto de un entrenamiento del ambiente que rodea a un organismo.

Para medir el autocontrol se ha diseñado diferentes escalas en las que los autores pueden concentrarse en rasgos del sujeto,
y escalas donde los autores destaquen patrones de conducta identificados. Por ejemplo. Kendall & Wilcox propusieron una
escala de autocontrol para niños que consistía de una serie de preguntas acerca de la conducta de los participantes en
ambientes identificados (e.g., casa, escuela). Conceptualizar el autocontrol como una conducta moldeada por el ambiente,
implica que la conducta de los niños es resultado de su interacción con su comunidad sociocultural y que la mayor parte de
la educación recae en el lenguaje. Es decir, la sociedad al educar a sus miembros, establece que a la conducta socialmente
indeseable se le trata con “castigos” verbales, de tal forma la sociedad enseña autocontrol, enseña a identificar una
conducta como autocontrolada y castiga las fallas en la conducta por medio del lenguaje. En el presente estudio, definimos
el autocontrol como una conducta moldeada por la sociedad, como un fenómeno dinámico y cambiante en función del
ambiente. Por lo tanto, el propósito de este trabajo es comprobar que la conducta de autocontrol consiste en patrones

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de conducta moldeados por el ambiente del sujeto más que un rasgo estable de personalidad. Dado que el ambiente
determina la conducta de los sujetos, si se desea predecir el comportamiento de una persona en una situación particular,
aparentemente es más confiable preguntarles a las personas que la rodean sobre la conducta del sujeto (sociometría),
que a la persona misma en cuestión (auto reporte). En una primera aproximación para responder a este propósito, se
analizó la conducta de autocontrol de 24 niños de 9 a 12 años. Se aplicó a cada participante un cuestionario basado
en la escala utilizada por Willcox & Kendall que mide autocontrol con patrones conductuales. También se adaptó esta
escala para preguntar a los padres y compañeros de clases de cada niño acerca de sus patrones de conducta. Además
de los cuestionarios, se realizó una prueba con procedimientos de laboratorio similares a los empleados con humanos
reportados en la literatura. Esta prueba se llevó a cabo para averiguar si existía alguna relación entre lo que dicen las
personas del comportamiento del niño, lo que dice el niño de sí mismo y la conducta del niño en una prueba experimental.
Específicamente, se expuso a cada niño a una prueba conductual con videos como reforzadores, para medir su ejecución
en una tarea por computadora. Los participantes fueron expuestos a 20 ciclos de tiempo repetitivo en una única sesión
de aproximadamente 30 min. Mientras más videos ganara el niño, mayor conducta de autocontrol. Debido a que cada
cuestionario y la prueba conductual tenían una escala de calificación diferente, se calculó el autocontrol de cada participante
para cada prueba en porcentajes. Se encontró una correlación positiva entre los puntajes de los tres cuestionarios; en el
caso de la correlación entre los cuestionarios y la prueba por computadora, hallamos correlaciones negativas. Se observó
que la conducta verbal de los sujetos y el reporte de quienes los rodean aparentemente no concordaban con su conducta
manifiesta en una tarea de autocontrol por computadora. Sin embargo este resultado puede ser consecuencia de que sólo
se expuso a los participantes a una sola sesión experimental, lo cual puede resultar insuficiente para evaluar el desempeño
de los niños. Para explorar esta posibilidad, se realizó un segundo experimento en el cual se expuso a un grupo de
niñas al mismo programa por computadora del primer experimento pero, se expuso a las participantes a cinco sesiones
experimentales. Se encontró que las niñas mostraron conducta autocontrolada a partir de la segunda sesión. Este resultado
aparentemente contradictorio nos permite comprobar que la conducta de autocontrol es resultado del entrenamiento del
sujeto. En el caso de los cuestionarios, encontrar correlaciones parcialmente altas y positivas entre el reporte de los
padres, los compañeros y los propios niños, nos da pistas acerca de la forma en que el niño y las personas que lo rodean
interpretan su comportamiento.

Descriptores: Autocontrol, niños, prueba verbal, prueba conductual, sociometría

Contribución de la edad y el sexo al descuento social


María Antonia Carbajal Godínez, Antonieta Mendoza Montes de Oca y Dr. Raúl Ávila Santibáñez
Facultad de Psicología UNAM

Como se mencionó al principio de esta introducción, el descuento temporal de la recompensa es menor conforme mayor
la edad de las personas. En un intento por probar la relación entre el descuento temporal y el descuento social, en el
presente estudio se hizo una replicación sistemática del estudio pionero de Jones y Rachlin (2006) sobre descuento social
con jóvenes y con adultos mayores. Se contactó a cada participante en su casa, se le entregó el cuestionario y se le
pidió que lo contestaran inmediatamente. El participante no recibió mas instrucciones que las que estaban impresas en la
primera hoja del cuestionario. Brevemente, en las instrucciones del cuestionario se pidió a cada participante que imaginara
una lista de 100 personas; la persona #1 sería alguien que el participante conociera bien y fuera su mas cercano amigo,
amiga o pariente. La persona #100 sería alguien que el participante pudiera reconocer y encontrarla casualmente pero
posiblemente ni siquiera conociera su nombre. Se aclaró a cada participante que no tenía que hacer la lista físicamente, sólo
era necesario que la imaginara. En cada una de las siguientes siete hojas del cuestionario se presentó al participante nueve
reactivos en los que podía elegir entre la opción “egoísta” donde recibía una cantidad de dinero sólo para él o la opción
“altruista” en la cual compartía la cantidad de dinero recibida con la persona #N de su lista, las cantidades de cada una de
las opciones eran diferentes y los nueve reactivos se respondían con respecto a siete personas en distintas posiciones de
la lista, indicadas en las instrucciones de cada hoja. Las posiciones utilizadas de la lista imaginaria de personas fueron:
1, 2, 5, 10, 20, 50 y 100, asignadas al azar entre las 7 hojas del cuestionario. Cada reactivo se dividía en dos columnas
representando las opciones “egoísta” y “altruista” señaladas con las letras A y B y se pidió a los participantes que encerraran
en un círculo cualquiera de estas letras para indicar su elección. En la columna de la izquierda de cada hoja, se presentó la
cantidad de dinero sólo para el participante, la cual varió desde $1550 hasta $750, en disminuciones progresivas de $100
pesos. En la columna de la derecha se presentó la cantidad de dinero para compartir entre el participante y la persona
indicada de la lista; esta cantidad se mantuvo constante en $750 para el participante y $ 750 para la persona #N de la lista.
Se elaboraron dos versiones del cuestionario, en la Versión 1 la cantidad de dinero sólo para el participante se presentó
de mayor a menor, en la Versión 2 de menor a mayor. Se aplicó cada versión del cuestionario a 60 participantes y de esta
manera se formaron ocho grupos de participantes. La Versión 1 del cuestionario se aplicó a: 15 hombres de 15 a 20 años,
15 hombres de 45 a 50 años, 15 mujeres de 15 a 20 años y 15 mujeres de 45 a 50 años. La Versión 2 se aplicó a: 15

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hombres de 15 a 20 años, 15 hombres de 45 a 50 años, 15 mujeres de 15 a 20 años, 15 mujeres de 45 a 50 años. Los


grupos de participantes se formaron de esta manera con la finalidad de explorar si existe alguna diferencia en el descuento
que hacen las personas conforme a su edad y su sexo dado que estas son dos variables que los autores en los que se
basa esta investigación no exploraron en su estudio. A partir del estudio reportado por Jones y Rachlin (2006) se espera
que entre mayor sea la distancia social entre el participante y la persona #N de la lista menor será la cantidad a la que el
participante esté dispuesto a renunciar al decidir compartir la cantidad recibida. Dado que la columna A representaba la
opción “egoísta” y la B representaba la opción “altruista”, el punto en el cual el participante cambiaba de columna (punto
de indiferencia) se tomó como referencia de conducta de “egoísmo-altruismo” o como lo definen Jones y Rachlin (2006)
“tendencia al altruismo”. Lo anterior permite trazar un continuo conductual en el que se refleja el cambio de las elecciones
hechas con respecto a la distancia social. Ya que el punto de indiferencia es el indicador en el cual se refleja el cambio de la
variable estudiada, era necesario establecer como criterio de inclusión de la muestra que el participante cambiara una sola
vez de una columna a otra y que contestara todos los reactivos. En general, se encontró que tanto hombres como mujeres,
jóvenes y adultos, descuentan la cantidad de dinero a la que renunciarían en función de la distancia social de las personas
con las que compartirían una cantidad específica. Los resultados preliminares del presente estudio sugieren que hay una
diferencia por grupo de edad tanto en hombres como en mujeres. Parece que los jóvenes descuentan más la cantidad de
dinero a la que renunciarían que los adultos. En términos de la teoría del altruismo versus egoísmo, la comparación por
edad encontrada en el presente estudio sugiere que los jóvenes son más “egoístas” que los adultos.

Descriptores: Descuento social, edad, sexo, altruismo, egoísmo

Simposio
La psicofísica social y las relaciones de pareja
Coordinador: Dr. Raúl Ávila Santibáñez
Facultad de Psicología, UNAM

Descriptores: Satisfacción marital, método de estimación de las magnitudes, psicofísica social, método cross modal,
elección de pareja

El método de estimación de las magnitudes surgió en el área de la Psicofísica Clásica y sirve para medir la sensación que
produce un estímulo físico. Este método consiste en pedir al participante que estime la intensidad relativa de diferentes
estímulos usando un estímulo muestra. La magnitud de la sensación varía conforme a una función de poder del tipo
S=kIb en la cual, la S es la sensación, k es una constante (intensidad del estímulo) y b varía dependiendo de la modalidad
sensorial estudiada. Stevens (1957) demostró que el exponente de la función de poder define la relación entre la sensación
y la intensidad del estímulo para diferentes modalidades sensoriales. El método de estimación de las magnitudes se ha
usado para cuantificar la opinión social, es decir, se pide a personas que asignen números a estímulos no métricos como
la agradabilidad de diferentes aromas o las opiniones sobre el prestigio de una serie de profesiones. Lo más importante
de este método es que muestra el grado de consenso que existe entre distintas personas al juzgar de manera similar el
fenómeno social de interés. Lo que se demuestra con el método de estimación de las magnitudes es que la conducta
individual se puede analizar a partir de la conducta social. El propósito de las cuatro presentaciones es la aplicación del
método de estimación de las magnitudes al caso de las relaciones de pareja. En la primera presentación se muestra la
validación concurrente de este método con una variación en la modalidad de respuesta. En la segunda presentación se
investigó cuáles son las características principales que toman en cuenta los jóvenes universitarios para elegir pareja. En la
tercer presentación se ejemplifica la relación entre las creencias mágicas y la satisfacción marital. Finalmente se presentan
datos de descuento social y relación de pareja.

Validación concurrente del método de estimación de magnitudes en la satisfacción marital


Sandra Patricia Avilés Soriano, Lic. Patricia Miranda Hernández y Dr. Raúl Ávila Santibáñez
Facultad de Psicología, UNAM

En el estudio de Miranda y Ávila, se averiguó la contribución del número de años de matrimonio a la tasa relativa de
importancia que los hombres y mujeres le asignaron a una serie de actividades maritales. Se encontró que los puntajes de
importancia se ajustaron a la función de poder y el valor del exponente de la función cambió con el paso de los años de
matrimonio. Aún cuando se ha probado la utilidad del método de estimación de las magnitudes para analizar fenómenos
psicológicos, era inevitable cuestionar la viabilidad de este método y la manera de analizar los resultados. El método cross-
modal, permite confirmar los exponentes obtenidos con la función de poder, que relaciona la intensidad de un estímulo,

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con la magnitud de la sensación percibida. Así, en lugar de que los participantes asignen números a la intensidad de los
estímulos, pueden ajustar el volumen de un sonido, intensidad vibratoria de punzones o trazar una línea que represente la
intensidad percibida de los estímulos. Esta estrategia se ha empleado en la literatura de la psicofísica social; por ejemplo,
en un estudio previo se pidió a un grupo de personas que estimaran la importancia relativa de una serie de profesiones
comparándolas con una profesión muestra a la cual se le asignó un puntaje arbitrario. Posteriormente, a estas mismas
personas se les pidió que estimaran la importancia de las mismas profesiones, variando el volumen de un sonido asignado
arbitrariamente a la profesión muestra. Se encontró que el valor de los exponentes obtenidos para los dos métodos de
estimación, es decir, el de asignación de números y el de ajuste de volumen, fueron parecidos entre sí. Por lo tanto, el
propósito del presente estudio fue validar el método de estimación de las magnitudes de asignación de puntajes realizando
una replicación sistemática del estudio de Miranda y Ávila, pero ahora mediante el trazo de líneas. En el presente estudio
se eligió a 30 mujeres y 30 hombres de tres bloques de cinco años de matrimonio: 1 a 5 años, 21 – 25 años y 26 años
de matrimonio en adelante. En el bloque de 21 a 25 años de matrimonio sólo participaron mujeres, mientras que en los
bloques de 1 a 5 y 26 años en adelante participaron 30 hombres y 30 mujeres respectivamente. Se pidió a los participantes
que contestaran el cuestionario psicofísico de actividades comunes en el matrimonio, empleado en el primer estudio que
se compone de una lista de 63 actividades que realizan las personas en su matrimonio divididas en nueve áreas de la
interacción marital. La actividad muestra fue “ver programas de televisión con su pareja”, con un valor arbitrario de 8 cm.
Cada una de las 63 actividades estaba seguida de una línea de puntos sucesivos de 16 cm. La tarea de los participantes
era estimar la importancia relativa que tenían para su matrimonio cada una de las actividades en comparación con la
actividad muestra. Así, los participantes podían trazar una línea mayor, menor o igual a los 8 cm que medía la actividad
muestra. Los datos del cuestionario se ajustaron con la función de poder de Stevens: S=k I b. En este estudio, la intensidad
del estímulo (I) se refiere a la importancia que asignaron todos los hombres y todas las mujeres a las 63 actividades del
cuestionario. La sensación (S) se refiere a la importancia que asignaron las 30 mujeres y los 30 hombres de cada bloque
de años de matrimonio. Con la ecuación de poder se calculó la importancia que teóricamente le deberían asignar las 30
mujeres y los 30 hombres de cada bloque de años de matrimonio a las actividades dada la importancia que le asignaron
todos los hombres y todas las mujeres a las mismas actividades. En general, se encontró que el exponente de la función
de poder para el caso de las mujeres que tenían de 1 a 5 años de matrimonio fue de.79, de.84 para el bloque de 21 a 25
años y de.64 para el bloque de 26 años o más de matrimonio. Mientras que el exponente para los hombres de 1 a 5 años
de matrimonio fue de.98 y de.95 para el bloque de 26 años o más. A grandes rasgos, estos resultados sugieren que el
método cross-modal predice razonablemente bien la importancia que las mujeres y los hombres de bloques específicos de
años de matrimonio asignan a las actividades maritales. Además de encontrar que hay validez del método de estimación
de magnitudes con números al estudiar el mismo fenómeno pero esta vez mediante el ajuste de longitudes de línea.

Descriptores: Satisfacción marital, método de estimación de las magnitudes, psicofísica social, método cross modal, función
de poder.

Prueba de dos métodos psicofísicos en el caso de la elección de pareja


Claudia Villagómez Hernández, Lic. Patricia Miranda Hernández y Dr. Raúl Ávila Santibáñez
Facultad de Psicología, UNAM

La elección de pareja es un fenómeno que se ha identificado como multifactorial relacionado a variables socioculturales
que influyen en la decisión de las personas cuando eligen una pareja. Se han creado múltiples escalas para conocer las
características que las personas buscan en una pareja, por ejemplo, Reuben Hill en 1945 realizó un estudio en el que
preguntó a estudiantes universitarios que características consideraban como deseables al momento de elegir pareja y
elaboró un cuestionario en el que pidió a los participantes evaluar la importancia de 18 características deseables en un
compañero. Los participantes debían asignar el número 3 a los factores que consideraban indispensables en su pareja, el
2 a los factores importantes pero no indispensables, y el número 1 a los deseables pero no muy importantes y finalmente
0 a los aspectos irrelevantes o no importantes. El estudio de Hill ha sido replicado en varias ocasiones, por ejemplo, Buss
en 1990 y Casullo en el 2004 modificaron las instrucciones del cuestionario y agregaron un nuevo factor. Solicitaron a sus
participantes ordenar por importancia las ahora 19 características, el número 1 era la más importante y el número 19 la
menos importante. Buss aplicó el cuestionario en 37 culturas y Capullo reportó los datos obtenidos de una muestra de
Argentina. Puede afirmarse que la validez de este cuestionario se ha probado a través del tiempo y en diferentes culturas,
sin embargo, la forma de contestar este cuestionario básicamente es con escalas tipo likert que por sus características
metodológicas restringe la respuesta del participante al obligarlo a ubicar su respuesta en las jerarquías establecidas por
el investigador. Por lo tanto, el propósito del presente trabajo es mejorar el poder predictivo del Cuestionario de Elección
de Pareja empleando métodos psicofísicos, como el método de estimación de las magnitudes y el método de comparación
entre modalidades, dado que se ha probado la validez y utilidad de éstos en el estudio de fenómenos sociales como la
satisfacción marital. Como un primer acercamiento al propósito, se solicitó la colaboración de 60 jóvenes universitarios

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de entre 19 y 22 años. Se utilizaron las 19 características del Cuestionario empleado por Casullo y se elaboraron dos
formatos de respuesta. El primero se adaptó para que cumpliera con los criterios del método psicofísico de estimación
de las magnitudes y la segunda cumplía con los criterios del método de comparación entre modalidades o cross- modal.
En la primera versión se pidió al participante evaluar la importancia relativa de cada criterio de elección de pareja en
comparación con un criterio muestra que era, buena salud que tenía un valor de 1,000 puntos. La tarea consistía en
asignar un valor mayor, menor o igual a los 1,000 puntos según el grado de importancia que el participante asignaba a
cada característica. En la otra versión se pidió a los participantes que estimaran con líneas la importancia de los criterios
de elección de pareja a través de líneas más largas, menores o iguales a la actividad muestra que nuevamente era buena
salud y que tenía un valor de 8cm; el máximo posible que la línea podía tener fue de 16cm. También se solicitó información
sociodemográfica como; edad, sexo, estado civil, nivel educativo, lugar de residencia, religión y ocupación; además, se les
preguntó sobre la edad en la que pensaban contraer matrimonio y el número de hijos que deseaban tener. Se formaron de
manera aleatoria dos grupos de 30 estudiantes cada uno; cada grupo contestó una de las dos versiones del Cuestionario
de Criterios de Elección de Pareja y el cuestionario de datos sociodemográficos. Para el análisis de los cuestionarios fue
necesario obtener la media geométrica de la importancia relativa que los universitarios asignaron a las 23 características de
los dos tipos de cuestionario. Posteriormente se realizó una correlación entre las medias geométricas de cada uno de los
cuestionarios (r= 0.5861). Se ordenó a las actividades de mayor a menor según el promedio de importancia de cada una
con la finalidad de conocer cuáles eran las 5 características más importantes y las 5 menos importantes en cada formato
de cuestionario. Se mantuvieron cuatro de las cinco características en los primeros lugares, aunque no en el mismo orden,
estas fueron: atracción mutua, amor, relaciones sexuales satisfactorias y que sea confiable. Las características que no
coincidieron fueron madurez emocional e inteligencia. Las coincidencias en las características a las que los participantes
asignaron menor importancia en ambos formatos del cuestionario fueron: que sea ambicioso, creencias religiosas similares,
actitudes políticas similares y castidad; coincidieron en cuatro de cinco, aunque nuevamente no se encontraron en el mismo
orden. Las características que no concordaron fueron: que cocine bien y buen nivel social. A pesar de haber obtenido una
correlación ambigua las características más y menos importantes se mantuvieron un 90% por lo que es posible que esta
correlación baja se deba al tamaño de la muestra. Se sugiere ampliar la muestra para corroborar los datos obtenidos en el
presente trabajo.

Descriptores: Satisfacción marital, método de estimación de las magnitudes, psicofísica social, método cross-modal,
cuestionario de elección de pareja

Satisfacción marital y creencias mágicas en el matrimonio


Andrea Juárez Segura, Lic. Patricia Miranda Hernández, Juan Manuel Santiago Maldonado y Dr. Raúl Ávila Santibáñez
Facultad de Psicología, UNAM

Como se mostró en el trabajo previo de este simposio, el método de estimación de las magnitudes ha sido útil en el estudio
de las relaciones de pareja y la función de poder de Stevens para analizar los datos obtenidos por lo que en el presente
estudio se aplicará la misma métrica. En diversas investigaciones se ha mostrado que algunas de las características que
influyen en la relación de pareja son el atractivo físico, gustos y aficiones, religión, clase social, nivel socioeconómico, entre
otras. Por otro lado, en la literatura se han incluido las creencias religiosas dentro de una clase de creencias más amplia
a la cual se le ha llamado creencias mágicas. El propósito de este trabajo es hacer una primera aproximación a la relación
entre la satisfacción marital y las creencias mágicas usando el método de estimación de las magnitudes. Para cumplir el
propósito participaron 40 parejas con 15 a 25 años de matrimonio o de vivir en unión libre que contestaran una adaptación
del cuestionario psicofísico de Miranda y