resina en los dedos, pegajosos después de abrazar el árbol de palma y la corteza pegada, su opresión débil que despierta con un toque de rojo y los ojos velado por la tristeza, la prohibición se puede descubrir el centro del corazón. ¿Cuál fue mi voluntad pero subir a los árboles, llegar a la cima y ver las estrellas por la noche brillando en silencio?
Se despertó en el mundo, ahora amanece
y sin su voluntad se queda atónito, la pereza infinita, la soledad de nuestro manantial infinito alegría que exhala esta amenaza, esta melancolía. - ADELA ZAMUDIO Viaje inútil Para qué el mar? Para qué el sol? Para qué el cielo? Estoy de viaje hoy día en viaje de retorno hacia aquella palabra sin orillas que es el mar de mi misma y de tu olvido. Después de que te he dado mar y cielo me quedo con la tierra de mi vida que es dulce como arcilla mojada en sangre y leche - YOLANDA BEDREGAL