ANUARIO IEHS
Universidad Nacional del Centro
de la Provincia de Buenos Aires
ISSN 0326-9671Anuario IEHS. Revista del Instituto de Estudios Histérico Sociales «Prof. Juan Carlos Grosso»,
Es una publicacin dedicada a difundir los avances de las ciencias sociales centrada en las proble-
‘maticas de la historia argentina y americana,
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‘Anuario EHS. itis a yearbook published by the instituo de Estudios Historico Sociales «Prof. Juan
Carlos Grosso». The publication intends to spread the advances of socal sciences centered inthe
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Pinto 399 B7000GHG Tani, Argentina Direcein Nacional dl Derecho de Abtor, exp en riteAnuar IEHS 21 (2006)
EL COMERCIO ULTRAMARINO Y LA ECONOMIA
LOCAL EN EL COMPLEJO PORTUARIO RIOPLATENSE
SIGLO XVIII"
Fernando Jumar (dir.)? y Nicolis Biangardi, José Bozzo,
Sabrina Orlowski, Roberto Querzoli, Maria Emilia Sandrin’
Resumen
La insercin exitosa de un complejo portuario en las redes comerciales se debe en gran medida a
‘su capacidad para proveer bienes y servicios necesarios a la navegacién. Al presentar la demanda
ptencial que habria generado 386 embarcaciones presentes en el Rio de la Plata entre 1720 y 1778 y
Algunos datos concretos sobre su satisfaccién, se pretende tornar manifiestas realidades econémicas
¥ sociales ain inexploradas. En primer lugar, se resalta la demanda de alimentos, muchos de ellos
taborados, que parece haber integrado la economia urbana y rural. En segundo lugar, através de
Jes servicios necesarios para mantener a flote los navies, se tiene un panorama del mundo de los
‘ofcios. Ambos, permiten pensar en laexistencia de una prosperidad relativa que habria alcanzado a la
‘mayoria de la poblacién local, que, junto ala ausencia falta de alimentos, completa la idea acerca de
Tnausencia de “crisis tipicas de Antiguo Régimen” en este espacio y obligan a comenzar completa las
‘regunias existentes sobre la estructura econémico-social rioplatense durante el Antiguo Régimen,
Palabras clave: Rio de la Plata, comercio atkintico, complejo portuario, economia local, siglo XVII.
Abstract,
‘The successful insertion ofa port-complex in a given commercial network is linked to its capacity to
provide goods and services needed for navigation. By describing the potential demand generated by
386 ships in the River Plate between 1720 and 1778, as well as concrete data about the satisfaction
‘ofsuch demand, this article expects to show certain economic and social realities so far unexplored.
First, it highlights the demand for food — including elaborated food — that undertied both rural and
‘urban economy. Second, it examines the services provided to keep ships afloat, in order to illuminate
the world of trades. Both analyses suggest thatthe majority of the local population enjoyed a relative
prosperity. Along with evidence of a regular supply of food, these elements confirm the absence of
‘ypical “Old Regime crisis” inthe context of the River Plate space, leading to a review of further
‘questions about the socio-economic structure during this period.
Key words: Rio de la Plata, Atlantic trade, port-complex, local economy, XVIII century.
Tina primera versin de este trabajo fue presentada en las XIX Jomadas de Historia Econdmica (San
‘Manin de los Andes, 2004). Agradecemos los comentarios y sugerencias de Juan Carlos Garavaglia y de
Gustavo Paz.
2 UNLP- UNTreF — UADE. Calle ? n° 10, 1900 La Plata, Buenos Aires, Argentina
Correo: fjumar@ciudad.com.ar.
Alumnos de la Licenciatura en Historia, UNLP.
235Introduccién
La exitosa insereién de un puerto en un entramado de rutas terrestres y acuiticas se debe
‘en gran parte a su capacidad para ofrecer una muy variada gama de bienes y servicios que
tornen posible la funcién de intermediacién entre mercados, entre un traspais (hinterland)
yun antepais (foreland). Lo que torna a su vez al puerto en un mercado de caracteristicas
particulares; algo que no se suele tener en cuenta en la historia hispanoamericana.
En el caso del Rio de la Plata esa insercin exitosa solo fue posible en la medida que
se constituyé un complejo portuario que logré integrar ambas orillas. Integracién impuesta
en un primer momento por la geografia fisica y més tarde por la humana. En el momento
de maxima integracién, entre los afios 1720 y 1778, ese complejo portuario estaba formado
por las ciudades-puerto (Buenos Aires, Colonia del Sacramento y Montevideo), una serie
de puertos secundarios (como Las Conchas, Maldonado o la Ensenada de Barragin) y un
niimero indefinido (e indefinible) de desembarcaderos clandestinos, ubicados principalmente
sobre la orlla de Buenos Aires."
Este trabajo propone acerearse a parte de las actividades econémicas que ponia en
‘marcha el comercio ultramarino en el Rio de la Plata durante el siglo XVIII. Se trata de la
provision de bienes y servicios destinados al mantenimiento de tripulaciones y pasajeros
durante los viajes de retomo asi como de las embarcaciones en condiciones de navegar.
La primera puede ser reveladora de cémo el mundo de la produecién encontré un estimulo
ms en la navegacién ultramarina y de un mercado de trabajo urbano no considerado aii.
La segunda, de cémo esa navegacion generé una demanda de servicios especializados.
‘Ambas ofrecen una nueva puerta de acceso al conocimiento de la economia rioplatense y la
posibilidad de enriquecer las preguntas existentes en torno a sus caracteristicas.
Entre 1680 y 1778 se pudieron contabilizar 274 navios pertenecientes al circuito
legal espafiol que se hicieron presentes en los puertos espafioles principales de! complejo
portuario rioplatense (Buenos Aires y Montevideo), de los cuales 4 no emprendicron el
regreso.’ Zacarias Moutoukias encontré que entre 1678 y 1703, obtuvieron el derecho
de arribada en Buenos Aires 24 navios, de los cuales 4 eran holandeses, 9 portugueses, 4
espatioles, 2 franceses y 5 ingleses.’ También se ha detectado entre 1708 y 1715 la presencia
de al menos 61 navios franceses (arribadas forzosas maliciosas y barcos de la Compagnie
T Sobre el complejo portuario rioplatense ver: Fernando Jumar, 002, Capitulo I: “Le complexe portuaire
rioplatense”, T. 1, pp. 94179.
+ Fernando Jumar, 2002, Tableau A, annexe 3. chapitre V: “Navires ayant pari du Rio de ls Plata ou ayant
pei dans ses eaux avec cargaison connue”, Tomo 2, pp. 850-873. A los fines de este texto no hay que
Considerar los navios que fueron desguasados en el Rio de la Plata sino solamente los que emprendieron
‘su regreso, hayan Ilegado a destino 0 no.
» Zacarias Moutoukias, 1988, Cuadro 11; “Amribadas comprobadas en el Rio de la Plata, 1648-1702", p.
128, Para el perfodo 1698-1702 el cuadro no consigna arribadas.
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‘de Guinée et de I’Assiento) o en manos de franceses (presas).' La navegacién inglesa esti
presente mediante 55 embarcaciones pertenecientes o fletadas por la South Sea Company
1715 y 1738.* Hasta aqui datos seguros que en algunos casos deben ser tomados como
‘minimos.?
La intensidad del trfico en Colonia del Sacramento es muy dificil de conocer y no se
Jogrado hasta ahora salir del terreno de las estimaciones ¢ inclusive para el periodo 1683-
1705 ni siquiera hay datos como para hacer una estimacién. Hay algunos para los periodos
‘1716-1762 y 1763-1778, que permitirian aventurar una muy cautelosa ciffa promedio de
5 embarcaciones anuales (en total 310), la mayoria de porte mediano y pequefio, llegadas
principalmente desde el Brasil.*
En total, serian 720 navios para el periodo 1680-1778, 0 si se prefieren s6lo los datos
comprobados, 410, También se pueden dejar fuera de los célculos las 24 arribadas maliciosas
de Z, Moutoukias’, con lo que finalmente retendremos la cifra de 386 embarcaciones.
Hay que considerar que no se trata de embarcaciones de igual calado ni que todas
requirieron los mismos servicios. Estos dependian de la vejez del navio, de las condiciones
bajo las cuales se habia realizado la navegacion y del deterioro sufrido en el Rio de la Plata
(desde este punto de vista, sudestadas y pamperos estimulaban la economia). La prudencia
desaconseja realizar estimaciones extrapolando al conjunto los datos concretos obtenidos
para algunos navios. Pero, como se vera mas adelante, la existencia de un “libro de carenas””
hha permitido hacer una primera aproximacién ala cuestién,
En relacién con la provisin de servicios y alimentos para las tripulaciones, seria
valioso poder hacer célculos que reflejen la presencia de las tripulaciones en tierra durante
Jos tiempos muertos de la navegacién, pero no contamos con datos suficientes como para
fibramos a una estimacién. En algunos casos, posiblemente los marinos eran el principal
‘mercado para ciertas actividades, tales como la profesién més vieja del mundo,* Pero no hay
‘que pensar sélo en las prostitutas, sino también en pulperias, tabemnas o casas de juego, en
‘nguilinatos pensiones, en la provisién de ropas, alimentos y servicios de salud. Tal vez
‘05 marineros eran buenos consumidores de los caldos cuyanos, si creemos en la expresion
ichupa como un marino!”, con lo que contribuian también al crecimiento de
‘economias lejanas del Rio de la Plata. También es necesario contemplar que la oficialidad
de los navios, alquilaba cuartos en casas de viudas respetables y daba trabajo a lavanderas
‘y sastres que los ayudaban a mantener la decencia necesaria a su rango. Es cierto que sin
emando Jumar, 2002, 3.4: “Le commerce francais dans le Ro de la Plata jusqu’a Ia finde la Guerre de
la Succession d' Espagne”, Tomo 1, pp. 237-287.
1740, Tomo 1,
> Posilemente
savepaciones de las compas
*emando Jumar, 2002, 3.2: “Le complexe poraire avon Colonia do Sacramento (1683-1705) et le
commerce des gouvereurs” (Tomo 1. pp. 213-228) y Chapitre IV: "Colona do Sacramento ete complexe
Ppotuairerioplatense, 1716-177" CTomo 1, pp. 291-373). Durante algunos afios hay datos seguros dela
Hegada de ceca de 20 naves por alo, pero preferimos aventuar una media de S embareaciones que bien
posdeserconsiderado un minimo razonable para todo el periodo.
Dado ofurtvo de estas expediciones comerciales, os barcos mercants eran acompaiads por vivanderos
que las toraban elativamente independientes de la compra de bastimentos. Aunque algunas veces la excusa
fra solictar el derecho de aribada era el agotamiento de viveres odafios mayores causaos al barco pot
formentas(generalment falsos) nos pareio prudente no recner estos navion para los clculos ya que 90
¢s posible presuponerregularidad latina en sts demandes
* Seguramente pare de I poblacidn local requerria los servicios de las prosttutas, pero como en todo
cto, a marneriadebia de consitur su principal y més regular fuente de ingress.
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cifras en la mano no se sale de una argumentacién impresionista, pero es suficiente para un
primer acercamiento a una realidad aiin no estudiada (y que posiblemente sea muy dificil 0
imposible estudiar con algin grado de preci
En cuanto a los alimentos consumidos por esta poblacién flotante, cuando estaba en.
tierra, si bien conocemos la racién diaria reglamentaria para la tripulacién y que ésta en su
«stadia era mantenida por el propio navio, se pudo constatar que estas raciones algunas veces
no eran entregadas sino que eran sustituidas por metalico.' Sobre cémo fueron empleadas
‘esas monedas por los marineros, s6lo podemos especular? Tal vez hayan sido destinadas
al pago de la subsistencia bésica tal como lo preveia su origen, pero al no quedar registro
de estos gastos se nos hace dificil precisar en qué rubros alimenticios y bienes se habrian
cconsumido, Mas allé de ello, un dato interesante a retener es que parte de lo obtenido por los
‘aestres de los navios como retornos de las actividades comerciales daba un par de vueltas,
por el Rio de la Plata antes de tomar el camino de Europa (si es que lo hacian)
Algunos célculos se pueden realizar en relacién con los bastimentos comprados
para el tornaviaje, a partir de la racién diaria de los marinos en viaje. En todos los casos,
siempre trabajaremos con cifras que pequen por defecto y no por exceso ya que, en itima
instancia, lo que nos interesa es mostrar un orden de tamaiio y presentar la realidad que
revela, Finalmente, también hay que mencionar, a favor de nuestras estimaciones, que
quedan fuera de ellas muchos navios que en su momento ni siquiera se intent6 detectar dado
‘que no se relacionan con la navegacién comercial en direccién de Europa. Nos referimos
por ejemplo, a las varias expediciones a las Malvinas (al menos un viaje anual para renovar
la guarnicién y llevar alimentos) o a las varias flotillas que hicieron escala en Montevideo
antes de seguir viaje para las costas de Chile y del Peri. En estos casos, se trata entonces
no s6lo de prover alimentos para las tripulaciones sino también para el destacamento
asentado en Malvinas en un caso, y en el otro, para las tropas que viajaban al Mar de! Sur.
Subsidiariamente, y ya no en relacién con la navegacién ultramarina, hemos visto algunas
‘cuentas relacionadas con los abastos del “campo del bloqueo” en la Banda Oriental y los
destacamentos de Maldonado, Canelones, San Carlos asi como con las tripulaciones de las
“corsarias” (pomposo nombre dado a unas embarcaciones menores que patrullaban el rio
para interceptar el contrabando).
Sélo habri que recordar, entonces, que los resultados que arrojen los célculos
presentados sobre la base de aquellos 386 navios retenidos representan el $3,6% del minimo
probable de navios fletados al Rio de la Plata entre 1680 y 1778 relacionados con el comercio
ultramarino y el servicio real. También que falta detectar la presencia de otras embarcaciones
‘y que queda por abordar el tema de las permanencias en tierra de las tripulaciones.
‘Archivo General dela Nac, Argentina (en adelante AGN), IX 43-1-4-7, exp. 3.
2 Machos de los marinos no las nevestrian para su diario sustento, dado que como ya se sabe, muchos