Había una vez un niño llamado Josué. Era un niño bueno
para jugar a la pelota y vivía en Santiago, en la florida en un departamento en el quinto piso
Un día en que jugaban a la pelota, le pegaron una patada
en el pie y se lo quebraron y el niño lloro y le dijo al árbitro que pidiera asistencia médica y pidieron. Una ambulancia y lo llevaron al hospital y a las 22:30 pm lo metieron a urgencia y le enyesaron el pie a las 23:30 lo entregaron
Tres meses después, con su pie enyesado se recuperó sus
amigos iban a su departamento y comían y le llevaban Helado completo, papas, bebidas, etc. Para que no se sintiera mal. Final mente sus amigos realizaron un partido de bienvenida después de tres meses sin jugar. Josué estaba feliz de hacer lo que más le gustaba.