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Control ácido base

Odelmys Muñoz Romero


Un ácido fuerte es aquel que se disocia rápidamente y libera grandes cantidades
de H+ a la solución. Un ejemplo es el HCl. Los ácidos débiles tienen menos
tendencia a disociar sus iones y, por tanto, liberan H+ con menos fuerza. Un
ejemplo de estos últimos es H2CO3.
Una base fuerte es la que reacciona de forma rápida y potente con H+ y, por tanto,
lo elimina con rapidez de una solución. Un ejemplo típico es OH, que reacciona
con H+ para formar agua (H2O). Una base débil típica es HCO3 ya que se une a
H+ de forma mucho más débil de lo que lo hace OH.
El pH normal de la sangre arterial es de 7,4, mientras que el pH de la sangre
venosa y de los líquidos intersticiales es de alrededor de 7,35 debido a la mayor
cantidad de dióxido de carbono (CO2) liberada por los tejidos para formar H2CO3
en estos líquidos. El pH de la orina puede oscilar entre 4,5 y 8 dependiendo del
estado acido básico del líquido extracelular.
Existen tres sistemas primarios que regulan la concentración de H+ en los líquidos
orgánicos para evitar tanto la acidosis como la alcalosis: 1) los sistemas de
amortiguación acido básicos químicos de los líquidos orgánicos, que se combinan
de forma inmediata con un ácido o con una base para evitar cambios excesivos en
la concentración de H+; 2) el centro respiratorio, que regula la eliminación de CO2
(y, por tanto, de H2CO3) del líquido extracelular, y 3) los riñones.
La secreción de iones hidrógeno y la reabsorción de HCO3 – tienen lugar en casi
todas las porciones de los túbulos, salvo en las ramas finas ascendente y
descendente de las asas de Henle.
La secreción activa secundaria de H+ está acoplada al transporte de Na + hacia el
interior de la célula a través de la membrana luminal por la proteína
intercambiadora de sodio-potasio, y la energía para la secreción de H+ en contra
del gradiente de concentración deriva del gradiente de sodio que facilita el
movimiento de Na + hacia la célula.

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