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LA CONSULTA INSTITUCIONAL

¿De qué se ocupa la Psicología Institucional?

Podríamos decir que de cualquier situación que nos implique y ponga en juego nuestras formas de
pensar y hacer como integrantes de un contexto social. Y cómo, según estos modos de concebir el
mundo y obrar en él, participamos de los proyectos y actividades en diferentes organizaciones.

Es impensable que podamos estar ajenos o al margen de ellas. Les dedicamos tiempo, expectativas y
esfuerzo. Establecemos vínculos que a veces pueden ser fuente de reconocimiento y satisfacciones y
otras nos provocan frustración y malestar. Hacemos alianzas con algunos y tenemos enfrentamientos
con otros. Podemos sentirnos desalentados o entusiastas. Tener simpatías o antipatías. Pero, sin lugar
a dudas, lo que no podemos es sustraernos de lo que en esos espacios colectivos sucede, ni tampoco
desentendernos de los diversos roles que nos toque desempeñar a lo largo de nuestra vida (maestro,
inspector, empleado, jefe, etc. ).

Es posible pensar que hoy mas que nunca, la pertenencia en un hospital, escuela, barrio, club,
además de ofrecer la posibilidad de compartir con otros actividades especificas, permite
fundamentalmente, gracias a los intercambios y los proyectos conjuntos, resistir la exclusión y la
soledad.

¿Por qué nos consultan?

Las personas que nos convocan lo hacen por múltiples motivos. A veces buscan asesoramiento a partir
de experiencias institucionales que consideran difíciles de entender y resolver, o porque aquellas
respuestas que intentaron implementar -de manera singular o colectiva- no les resultó útil para
comprender o transformar esas situaciones. En otras oportunidades, los modos de pensar y hacer
establecidos ya no les sirve para responder a las dificultades cotidianas que se les presenta, pero
encuentran obstáculos propios o ajenos para abandonarlos. También pueden llegar con la intención de
poner en claro relaciones conflictivas-entre participantes de un equipo o entre equipos diferentes-
alrededor de criterios, modalidades de trabajo, etc. Estos son solo algunos ejemplos, de la amplia
gama de situaciones problemáticas que pueden presentarse en cualquier ámbito institucional.

El malestar que experimentan ante esto no es algo que haya que suprimir o acallar. Por el contrario,
creemos que es el camino que hace posible que las circunstancias críticas se tornen productivas. Es
una oportunidad que tienen los integrantes de cualquier organización para reflexionar acerca de los
significados de aquello que les preocupa, darse un tiempo para debatir sobre esos sucesos dilemáticos
y reconocerse en sus afinidades y diferencias, descubrir los obstáculos que les impide lograr lo que se
proponen, y explorar sus potencialidades para crear condiciones, que les permita modificar las
situaciones poco satisfactorias en las que se encuentran situados. En lugar de resignarse y terminar
"sintiéndose ajenos a" poder intentar "ser parte de".

Es interesante tomar en cuenta que muchas veces en la vida institucional se terminan naturalizando
ciertos hechos como si siempre hubieran sido así. Y con frecuencia se tiende a pensar que los
conflictos que surgen en la organización tienen que ver sólo con problemas o limitaciones personales,
y no que también aluden a aspectos restrictivos o estereotipados del funcionamiento institucional. Por
eso, las demandas que traen quienes se acercan a la Consultoría, nos permiten abrir interrogantes
para que juntos podamos identificar cuáles son los problemas y los puntos de urgencia a jerarquizar,
discriminando con quiénes trabajar, dónde y cuándo.

Nuestra intervención toma cada situación en su singularidad y nuestro rol no es siempre el mismo,
sino que se va construyendo dependiendo de la situación y de quienes nos consultan. En este sentido
nuestra tarea puede centrarse en asesorar a una persona, un grupo o a todos los integrantes de una
organización, y llevarse a cabo tanto en un establecimiento como fuera de él, en tanto quien habla lo
hace desde sí pero también como participante de la institución de la que forma parte.

Es importante señalar que nuestra tarea no se limita solo a colaborar ante situaciones dilemáticas,
sino también acompañar a los integrantes de cualquier organización en momentos en que intentan
planificar nuevas actividades como: redefinir la instrumentación de un proyecto en curso o evaluar los
alcances del mismo; recibir capacitación; agruparse para reflexionar sobre un tema especifico; crear
nuevos dispositivos; entre tantos otros aspectos que hacen a la vida de cualquier institución.

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