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Owen Jones
- THE GRAMMAR OF ORNAMENT (1856): Serie de reflexiones sobre la ornamentación aplicada, lo
que se va a traducir en tejidos, tapices, … Establece diferentes patrones de diferentes culturas y
momentos históricos, y busca cuales son patrones compositivos que hay detrás de estas
ornamentaciones.
Da una gran importancia a la ornamentación con formas naturales, que van a ser muy importantes
en el Arts & Crafts como en el Art Nouveau. También va a tener gran importancia la cultura
oriental.
Dentro de su forma de ver el ornamento, hay una gran tendencia de entender la estructura de
crecimiento de los elementos naturales, estos patrones que sigue la naturaleza son los utilizados
en el diseño de la ornamentación. Es un manual en el que empieza a categorizar distintos tipos de
ornamentación.
Hay mayor preocupación por la relación de las formas entre sí, de su estructura y de su proceso
natural de crecimiento que por la representación gráfica de sus resultados.
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Considera que la forma natural ha de ser transformada en forma artística. La forma artística surge
del entendimiento de las leyes geométricas y de crecimiento a esas formas naturales. Las
soluciones que ofrecen Cole y Jones se basan exclusivamente en la educación del buen gusto.
Piensan que el problema se puede reslver a un nivel únicamente formal y creen que sólo la forma
de conocimiento impide la calidad del diseño.
Creen que el problema está solo en la “educación del artista”.
Además de los nuevos teóricos centrados en lo ornamental, habrá una proliferación de las revistas de arte.
Christopher Dresser
Escribirá varios libros de arte tradicional y de arquitectura japonesa. Sus principales obras teóricas:
- The Art of Decorative Design (1862)
- Unity in variety (1860): crecimiento de elementos naturales y vegetales, patrones geométricos de
plantas, …
- Studies in Design (1874): como se desarrolla el diseño en diferentes países.
- Japan: its architecture, art, and art manufacture (1882)
Busca a través de la linealidad una línea de fuerza, una línea generatriz del crecimiento de los elementos
vegetales, de su movimiento.
Este movimiento esta extraído de los tejidos, tapices, objetos, …
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El modernismo pleno en Bélgica: la obra de Víctor Horta y Henry Van de Velde
Precedentes a la obra de la Victor Horta
1873, INVERNADEROS REALES DE BÉLGICA, ALPHONSE BALAT
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los puntos serpenteantes del mosaico. Se considera la primera obra moderna libre de derivaciones
historicistas. La primera construcción donde adquiere un significado expresivo la nueva técnica del uso del
hierro. Se utiliza el hierro con función tanto sustentante como decorativa con columnas muy estilizadas de fino
fuste que soportan la estructura del edificio y se abren en su parte superior imitando a la naturaleza.
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mejoraban la iluminación de los rincones. Dentro del edificio, Horta creó espacios flexibles por medio de
divisiones correderas.
Escalera como elemento protagonista.
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ocupan una gran superficie), así como los de la piedra blanca esculpida, responden a los dibujos del hierro
forjado.
La loggia de la cuarta planta consta de una armadura metálica plegada en arco de círculo que soporta la
estructura.
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El edificio exhibe las características habituales de la mayoría de las escuelas primarias francesas: las
bandas de ladrillo amarillo o piedra salpicadas por grandes paneles de ventanas, a menudo rematadas
por dinteles de ladrillo rojo de poca profundidad, como en el nivel superior.
Sin embargo, la característica clave de la estructura es a
nivel del suelo, donde Guimard ha usado pares de
columnas de hierro inclinadas dispuestas en forma de V
(que se ve aquí) para elevar todo el espacio del salón de
clases un piso arriba. El esquema se toma directamente
de un diseño de Eugene-Emmanuel Viollet-le-duc para
una escuela de este tipo, para demostrar las
posibilidades de la tecnología estructural de hierro
CASTEL BÉRAGER, PARÍS, 1895-98
Este edificio, levantado en una parcela del número 14 de la Calle La Fontaine de Paris, cuenta con tres
bloques dispuestos alrededor de un patio interior. Tal y como ya se apreciaba en muchos edificios de la
época, el Castel Béranger destaca por esa “fantasía” en sus fachadas, donde la presencia de diferentes
volúmenes y la aplicación de distintos materiales rompen con el clasicismo y transmiten un conjunto de
nuevos valores. De esta obra arquitectónica también destacan especialmente los detalles decorativos de
la fachada y las cancelas de hierro forjado con motivos florales y vegetales. Asimismo, cuenta con
diversas figuras alrededor de los exteriores y de los balcones, que nos podrían recordar a parientes
lejanos de la Edad Media, como un diablo, un hipocampo o unas máscaras.
Le Castel Béranguer deja ver parte de esa influencia respecto a las obras de Victor Horta y es considerado
una de las construcciones más representativas del Art Nouveau parisino
El modernismo se manifiesta en los detalles, en las rejas, en el vestíbulo, concebido como un gran
armazón en forma de jaula, totalmente metálico.
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El lujoso edificio fue un recorrido por la fuerza de los poderes creativos de Guimard, con arabescos
sinuosos que cubren las superficies y estructuras, creando un sentido continuo de movimiento y
animación para el visitante. El corazón de la estructura era la sala de conciertos octogonal, con una
estructura de techo abovedado de hierro y abundantes paneles de caoba, acentuados por un vidrio de
color amarillo y naranja, cuyo efecto en la modulación de la luz natural interior debe haber sido
espectacular. El auditorio, enfocado alrededor de un escenario hexagonal con espacio para 100 músicos y
120 coristas, contenía un órgano masivo. Podrían acomodar a una audiencia de 1150 personas, una de las
dos únicas sedes en París para acomodar a tantos espectadores, en sillas diseñadas por Guimard con un
marco de hierro retorcido producido en serie, todo pintado de verde con lujosos cojines bordados con el
símbolo "HR". Guimard incluso consultó al famoso compositor Camille Saint-Saens sobre el diseño de la
sala, produciendo magníficos efectos acústicos.
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El modernismo catalán. La obra de Antonio Gaudí y Domenech i Montaner.
El modernismo catalán surgió a finales del siglo XIX cuando Barcelona experimenta un increíble
desarrollo industrial que impacta en la urbanística y en la arquitectura. A partir de la Exposición Universal
de 1888, y la revolución industrial logró formar una burguesía catalana que primaba lo puramente catalán
y moderna. El hierro, el concreto se volvieron económicos por la producción masiva.
El modernismo formará un movimiento ecléctico que buscará recuperar la cultura catalana y modernizar
Cataluña, que más tarde consigue de la mano de los maestros Lluís Domènech i Montaner, Puig i
Cadafalch y Antoni Gaudí. Si bien se plasmó en todas las artes, el modernismo catalán se expresó
principalmente en la arquitectura.
La arquitectura modernista catalana quiso renovar los estilos históricos del romanticismo. Para ello
utilizó nuevas técnicas y materiales como el hierro, el cristal. Se inspiró en la naturaleza y buscó crear
formas decorativas abstractas que recuerdan el movimiento del agua.
Antonio Gaudí
El modernismo en Cataluña se nutrió de la "Renaixença", sentimiento nacionalista que reivindicó la
cultura y la política buscando referentes históricos en la gloriosa Edad Media. Extrajo los elementos
tradicionales catalanes y recuperó el gótico como símbolo de su identidad.
Gaudí partió de un medio artístico local unido a las características del modernismo y del Art Nouveau e
intentó superar estas tendencias y alcanzar un lenguaje propio.
Sus obras iniciales se apoyaron en la hibridación y reinterpretación de estilos históricos, sobre todo de los
medievales gótico y mudéjar. Influenciaron notablemente en el artista el libro de Violet Le Duc sobre la
arquitectura francesa de los siglos XI al XVI y los escritos teóricos de Ruskin, quien predicó en 1853 que el
ornamento era el origen de la arquitectura, despertando el gusto por las formas caprichosas y por los
juegos ornamentales que darían origen al Art Nouveau.
Una de las constantes de su obra es el amor a la Naturaleza. En las formas vivas, vegetales o animales,
encontró una fuente de inspiración, que quedará reflejada en el uso de piedras
de construcción curvas y formas orgánicas.
CASA VICENS, BARCELONA, 1883-1888:
Corresponde, por tanto, al primer período de su carrera, caracterizado por la
utilización de un lenguaje arquitectónico de gran simplicidad constructiva, en
el que prima la línea recta sobre la línea curva.
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ENCARGO SAGRADA FAMILIA, 1885:
El proyecto de Gaudí consiste en una iglesia de grandes dimensiones con el objetivo final de ser una
explicación catequética de las enseñanzas de los Evangelios y de la Iglesia.
Esta iglesia está construida en una planta de cruz latina, a partir de la cual se forman cinco naves. Sobre el
punto de cruce de la planta, se encuentra un ábside semicircular que corona el espacio.
Está pensado para destacar tres fachadas fundamentales: la fachada de la Natividad, la fachada de la
Pasión y la fachada de la Gloria, todas ellas concebidas como grandes libros de piedra que relatan la
llamada "historia de la salvación".
Además, Gaudí proyectó la construcción de 18 torres. La más alta representará a Jesucristo, mientras que
las demás representarán a los apóstoles, los evangelistas y la Virgen María. El monumento alcanzará así
una altura máxima de 172,5 metros.
El aspecto orgánico de las fachadas y del interior del templo deriva de la observación de la geometría de
la naturaleza. No es de extrañar que las columnas asemejen troncos de árboles irregulares, ramajes,
caracoles y muchos elementos más.
Se distinguen como su principal aporte constructivo la utilización de estructuras hiperboloides,
paraboloides, helicoides, conoides y elipsoides.
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COLEGIO DE LAS TERESIANAS, 1888-1889:
Gaudí concibió el colegio como un original castillo neogótico, con una fachada que combina el
empedrado y el ladrillo con un notable resultado estético. En la fachada también están presentes los
tradicionales arcos parabólicos, concretamente en las ventanas y en el porche de acceso, este último
cerrado con una elegante reja de forja.
El resultado del interior fue sorprendente, especialmente los pasillos y el vestíbulo principal de la planta
baja. Con los arcos, Gaudí consiguió una calidad espacial notable que, evidentemente, no existía en el
proyecto inicial.
La ornamentación, en este sentido, está presente de forma mínima, austera y funcional, haciéndolo con
normalidad en los elementos estructurales y cierres. Aquí, Gaudí también se avanza algunos años al
pensamiento de un maestro del movimiento moderno, Ludwig Mies van der Rohe. Menos es más.
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CASA CALVET, 1898-1899:
Algunos consideran esta edificación como la más conservadora de Gaudí, al encontrarse dominada por la
simetría, el equilibrio y el orden, características nada comunes en su obra. Según ellos, la explicación está
en que Gaudí tuvo que encajar el edificio entre otros más viejos ya existentes y además, se trataba de un
barrio elegante.
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En este lugar Gaudí proyectó con su estilo personal los dos magníficos pabellones de la portería y una
gran escalinata ajardinada y muy ornamentada, que llevaba al visitante a una gran porticada, la Sala
Hipóstila, pensada para instalar un mercado dentro.
Sobre este espacio cubierto se construiría la gran explanada, un auténtico mirador sobre la ciudad
delimitado y bordeado en todo su perímetro por el banco de perfil ondulado, hecho con piezas
prefabricadas de hormigón revestidas con trencadís cerámico. El mirador disponía de un pequeño
anfiteatro para poder disfrutar de las representaciones que se programasen.
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vs
CASA MILÁ O LA PEDRERA, 1906-1910:
De formas orgánicas, la Casa Milà evoca sin lugar a duda la naturaleza, lo que se traduce en el empleo de
formas geométricas regladas como son el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el
conoide.
Se compone de dos bloques de apartamentos, cada uno con su propia entrada, estructurados en torno a
dos grandes patios interconectados con rampas que conducen al garaje para vehículos.
La fachada de La Pedrera no es un elemento estructural: en lugar de cumplir la función tradicional de
muro de carga, es un muro cortina. Los bloques de piedra (que suman más de 6,000) están conectados a
la estructura por componentes de metal, haciendo así posibles las grandes ventanas en la fachada.
Una de las soluciones más ingeniosas de Gaudí es el sistema estructural de pilares de piedra, ladrillo o
hierro que, al eliminar la necesidad de muros de carga, le permitió distribuir libremente el espacio interior
de los pisos de los apartamentos.
La distribución de un suelo típico destaca por su geometría irregular y su organización interna bien
definida, destinada a aprovechar al máximo la fachada principal orientada hacia el sur.
El techo de Casa Mila (La Pedrera) no solo sella el edificio contra los elementos, sino que también revela
tres de las preocupaciones de Gaudí: el aislamiento, la iluminación y la ventilación.
En la azotea, encontramos orden, belleza y una tremenda funcionalidad en las características
construidas: escaleras, torres de ventilación y chimeneas.
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PALAU DE LA MÚSICA DE BARCELONA, 1908:
El edificio modernista se articula alrededor de una estructura central metálica recubierta de vidrio, que al
recibir la luz natural convierte el edificio más significativo de la obra de Domènech i Montaner en mágica
una caja de música donde se combinan todas las artes aplicadas: escultura, mosaico, vitral y forja. Para
poder disfrutar de esta obra maestra, el Palau de la Música Catalana ofrece las visitas guiadas, una cita
ineludible por conocer todos los rincones de esta joya modernista
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