El Hombre imperfecto a Quien Dios Usa.
“Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de
ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”. 1 Timoteo 4:13-16
Robert I. Pereira
De por sí, el hecho de que Dios usa a los hombres
es una realidad maravillosa. Visto desde un
punto de vista, él no nos necesita. Como lo dijo
Jesús cierta vez, él podría usar piedras si
quisiera, pero eligió usar a los hombres. Por
supuesto, esto significa que él ha elegido usar a
instrumentos humanos imperfectos. No
obstante, nuestra imperfección no bloqueará a
Dios si nuestras actitudes son tales que estemos
dispuestos a ser usados por él. El hombre a quien
Dios usa está señalado por ciertas
características.
El Hombre imperfecto a quien Dios usa está
solamente interesado en que el nombre de
Dios sea glorificado. Él comprende sus
imperfecciones y su preocupación es que Dios
sea glorificado y su voluntad sea hecha. El diablo
usa la sutileza de atraer a hombres y mujeres a
entrar en la obra de la iglesia para su propia
gloria y avance personal, pero este es el camino
al desastre espiritual.
El Hombre imperfecto a quien Dios usa está
totalmente dedicado a Dios, en la medida en
que conoce su propio corazón y mente. Jesús
declaró en Lucas 9:23 lo siguiente: “Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz cada día y sígame”. Jesús siempre
explicó claramente el costo de lo que significa
seguirlo. Significa morir al yo y a las ambiciones
propias, la inteligencia propia, y el poder propio
y seguir a Cristo. Significa decir con el apóstol
Pablo, como dijo en el camino a Damasco:
(Hechos 9:6) “Señor, ¿...qué quieres que haga...?
Significa consagrarse a la voluntad de Dios,
declarar que confiamos en el carácter de Dios.
Si hemos de admitir la verdad, la mayoría de
nosotros le decimos al Señor, “muéstrame tu
voluntad para que yo pueda decidir si he de
seguirla o no”.
Y aunque no sea ésta nuestra intención, éste es un
insulto consumado a la sabiduría y el amor de Dios.
Con esto estamos realmente diciéndole “Señor, creo
que yo sé mejor que tú lo que es mejor para mí, y lo
que me hará feliz”, o, “Dios, realmente yo no confío
en ti. Tengo la sensación de que me voy a sentir
miserable si te dedico mi vida sin reservas”. El Dios
que nos amó lo suficiente para dar su propio Hijo para
que muriera por nosotros en la cruz, no nos va a
estafar en la vida cuando vayamos a él
completamente consagrados.
El Hombre imperfecto a quien Dios usa tiene fe.
La fe se puede definir como confianza. Es importante
comprender que la fe no es sinónimo sofisticado de
superstición. En el sentido cristiano verdadero, la fe
se basa en la evidencia, y es la fe la que va más allá de
la razón, pero no contra ella. La fe implica creer en
realidades no vistas. Los que pueden ver con el ojo de
la fe tienen una comprensión de la realidad de Dios
(de lo que él puede hacer y hará en determinadas
circunstancias), y no son simplemente soñadores.
Esta clase de fe implica también creer en el poder de
Dios así como en su carácter e integridad.
El Hombre imperfecto que Dios usa es aquel que
se ha visto así mismo y ha visto a Dios y a su poder
en términos experimentales. Es una persona que
confía de veras en el poder y la sabiduría de Dios. El
punto a destacar en la historia de la viuda y el juez
injusto de Lucas 18, no es que debemos estar
rogándole a Dios, sino que si el juez, que era
estafador hasta la médula, le hizo justicia a la viuda
porque ella fue persistente, cuánto más hará nuestro
Padre celestial, que no es injusto y que nos ama y nos
escucha cuando nos allegamos a él. La viuda acudió a
ese juez sabiendo que era su única esperanza. Esto
debe caracterizar nuestras oraciones si hemos de ser
usados por Dios. A veces la gente dice, “no
necesitamos nada más que orar”, como si todas las
cosas prácticas se hubieran hecho y ahora sólo nos
quedaran por hacer las imprácticas
En realidad, la oración debe ser nuestra más alta usa descansa en este conocimiento e irradia paz y
prioridad. Debemos creer que Dios es nuestra confianza en medio de las incertidumbres y
única esperanza, y lo es, si queremos que re turbulencias de la vida.
realice una obra supernatural. El Hombre imperfecto que Dios usa es aquel que
A veces Dios nos coloca en una situación de obedece a Dios a toda costa. Esto implica una
absoluta desesperación para llevarnos a esta conciencia de lo que son las órdenes de Dios y estar
convicción. Él le dijo a Gedeón que redujera el familiarizado con su Palabra, las Escrituras. Su
número de personas en su bando, a 300, porque si voluntad es más fácilmente discernible de lo que
la cantidad hubiere sido mayor, Israel se hubiera pensamos si nos relacionamos con lo que él ya ha
jactado contra él, diciendo “mis propias manos dicho.
me han librado”. Debemos confiar en la Finalmente, El Hombre imperfecto que Dios usa es
sabiduría de Dios; en que lo que él hace por el único que reconoce que él no puede hacer nada
nosotros es lo mejor. A veces pedimos con sus propias fuerzas. ¿Hay algo más imposible
impropiamente en oración y Dios nos responde, que tratar de vivir la vida cristiana con la energía de la
y con la respuesta nos envía pobreza de espíritu. carne? No quiero decir con esto que seamos pasivos,
Pero si confiamos en que él hará por nosotros lo sino mas bien que por fe, debiéramos asirnos de todos
que es correcto, él no nos abandonará. La los recursos que tenemos en Cristo. El Apóstol Pablo
expresión “él concede lo mejor a aquellos que dijo en Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que
permiten que él haga la decisión”, es cierta. me fortalece”.
Debemos confiar en el amor de Dios. La prueba El Hombre imperfecto a quien Dios usa es aquel
suprema de la fe para la persona que no es que camina con Dios diariamente por medio del
cristiana, es muchas veces el hecho de si es cierto estudio de su Palabra, el compañerismo y la
que Dios existe. Pero para el cristiano, es si Dios comunicación con él en oración. ¿Hasta qué punto
es bueno o no. Frente a una tragedia, lo único que estamos usted y yo calificados para ser usados por
nos permitirá seguir adelante es confiar en su Dios? Examinémonos a nosotros mismos en su
carácter. es de gran consuelo saber que Dios no presencia y confesemos nuestros pecados, fracasos y
nos pide que lo entendamos, solamente que faltas en nuestras vidas, y entonces, por fe, volvamos
confiemos en él. a dedicarnos a él sin reservas, ya que él está dispuesto
El Hombre imperfecto que Dios usa es el a tomarnos y usarnos para su poder y gloria. Sólo así
h o m b re q u e c o n f í a e n D i o s y e n s u serán nuestras vidas una inversión para la eternidad.
providencia en todo lo que es su pasado, y su
obra en el presente y el futuro. Esto significa Robert I. Pereira , es Docente en servicio, Licenciado en Educación Integral con Maestría
aceptar como proveniente de Dios nuestro en Ciencias de la Educación. 1er Anciano de la Iglesia Central de Barrancas, Estado
Barinas.
pasado, nuestra personalidad, nuestros dones, o
falta de ellos. Reconocemos que todo lo que nos
ha sucedido hasta el momento no ha sido por
casualidad, sino que procede de la mano de
providencial de Dios. Al mismo tiempo
reconocemos que Dios está obrando en nuestras
actuales circunstancia. Él no está de vacaciones
ni nos ha olvidado. Más bien está preocupado
por nosotros y quiere hacer su voluntad en
nuestras vidas. Es Usted y yo quienes debemos
presentarnos ante Dios como “...obreros que no
tiene de qué avergonzare, que usa bien la palabra
de verdad.” en lo moral y en lo espiritual.
El Hombre imperfecto que Dios usa es el que
puede depositar su futuro en las manos de este
Dios que es todo amor, todo conocimiento,
Todopoderoso. No conocemos el futuro, pero
Dios lo conoce completamente. El sabe el
camino que vamos a seguir. Sabemos que
nuestro destino eterno es estar con Cristo para
siempre, y sabemos que nuestro futuro está
asegurado en sus manos. El Hombre al que Dios