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Curso: FILOSOFÍA
Ciclo: 2022 (Segundo Año, segundo semestre)
Catedrático: Lic. Abel Abraham Garcia Mendez
En este breve ensayo se trata de conocer más sobre la filosofía cristiana más destacada – las
filosofías de San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino. Nos lleva desde sus
principios y como cada uno fue desarrollando y encontrando respuestas a sus
cuestionamientos sobre la Verdad, reconociéndola como Dios, y como se relacionan la fe y
la razón.
San Agustín y Santo Tomás toman como punto de partida la filosofía griega de Platón y
Aristóteles y tomas conceptos como la sustancia, causa, materia... para tratar temas de la
filosofía cristiana. La inmortalidad del alma, el mundo de las ideas sobre el mundo sensible
fueron dando lugar al desarrollo de esta filosofía.
San Agustín considerado como uno de los padres de la Iglesia, propuso que la religión va
de la mano con la filosofía y nos lo hace ver cuando nos dice que hay que creer para
comprender y comprender para creer, dejando claro que la fe va antes que la razón.
Plantea los niveles de conocimiento y una verdad absoluta – Dios, siendo esta verdad
absoluta la felicidad. Solo podemos llegar a ella trascendiendo por medio de la
contemplación de las ideas eternas.
El punto de partida del trabajo de Sto Tomás es la filosofía, o sea, la razón natural y la
experiencia; después su filosofía fue coronada por la teología. Se apoyó sobre todo en
Aristóteles, y tomó en cuenta su relación con San Agustín creando una síntesis de ambos.
LA FENOMENOLOGÍA DE KANT: GNOSEOLOGÍA,
ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA
Kant se educó en los postulados racionalistas vigentes en las universidades europeas. Pero
al estudiar a Hume, Kant abandona los presupuestos del racionalismo, e inicia una crítica de
la razón.
Su filosofía la podemos enmarcar en torno a la Ilustración, que tuvo lugar en la época de las
revoluciones. En el nos dice: La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable
incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la
guía de otro. La incapacidad reside no en la falta de inteligencia, sino en la falta de
decisión y valor para servirse por si mismo de ella sin tutela de otro. Así fundo una
filosofía en la cual la razón es el fundamento último del que emanan tanto los principios
epistemológicos que nos permitirán alcanzar un conocimiento seguro de la naturaleza,
como los principios éticos universales que deben regir la acción moral del ser humano y la
organización política de la sociedad humana.
En este proceso el espacio y el tiempo no son realidades objetivas, absolutas sino formas de
nuestra sensibilidad porque son la manera en que ordenamos las impresiones que
recibimos. Son independientes de nuestra experiencia. Son también intuiciones puras
porque no son conceptos, son únicos, vacíos de contenido.
El concepto empírico se aplica a los datos fenoménicos concretos y se usan para designar
objetos particulares percibidos. Son conceptos puros o categorías. Sin esta
conceptualización no hay conocimiento humano. Hasta que no aplicamos un concepto a un
conjunto de datos empíricos (al fenómeno) no lo conocemos en realidad.
Esta teoría del conocimiento lo lleva a concluir con que el conocer realidades nouménicas
es imposible. Estas son realidades que no tenemos conocimiento sensible, empírico como
Dios, el mundo y el Yo. La idea de su existencia está en nuestra mente por la razón pura
que elabora estas ideas, aplicando indebidamente las categorías del entendimiento a
realidades no fenoménicas.
CONCLUSIÓN:
La verdad siempre ocupó un lugar importante y la hizo triunfar frente a los escépticos.
Demostró la posibilidad de conocer la Verdad y decía que la verdad puede ponerse en duda
todo lo que quiera, pero de lo que no se puede dudar es de la duda misma. Logra refutar el
escepticismo con la verdad, demuestra muchas hipótesis con las verdades matemáticas.
Dedicó su vida hacia la búsqueda de la verdad absoluta, y logra reconocerla
indudablemente.
En cuanto a Santo Tomás, la magnitud de sus obras es apenas percibido en este pequeño
ensayo. Es innegable la tremenda influencia que tienen en la Filosofía del Derecho, y en
cómo se ha ido desarrollando la elaboración de las leyes positivas, a pesar de que en la
actualidad las ideologías se han encargado de que la Ley Natural ya no sea tan evidente y
fácil de acceder a ella, porque los ideologistas de hoy “crean” sus verdades de acuerdo a sus
conveniencias y dicen que a Ley Natural no es más que un constructo de la persona o la
sociedad. Para Santo Tomás, es de suma trascendencia la afirmación que hace frente al
positivismo jurídico que una ley para que sea tal debe estar en estrecha relación con la ética
y en conformidad con del derecho natural.
Sobre el bien común, como parte de los fines del derecho, coincide con Aristóteles respecto
a la importancia que tiene por encima del bien personal, pero hace la distinción entre el
bien común inmanente y el bien común trascendente.
Concibió la dignidad de la cual posee el ser humano, y en la cual fundamentó los derechos
humanos. Su influencia es tal hoy en día que fue el fundamento para la redacción y
desarrollo de la Declaración de los Derechos Humanos después de la Segunda Guerra
Mundial. La claridad y precisión de sus escritos hace muy asequible su filosofía y todos
sus escritos, y le da un valor de permanencia, razón por la cual sigue siendo de muchísima
influencia hoy en día en la filosofía de Derecho, en la política, gobierno y la vida de fe.
BIBLIOGRAFÍA:
1. HISTORIA DE LA FILOSOFÍA,