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El problema económico suele ser parte fundante de la discusión pública en todas sus

variantes. Las distintas aristas que abarca esta materia pueden afectar la vida de los
trabajadores, ciudadanos y empleadores, por lo que es imperante que nos demos como
sociedad un debate que tenga altura de miras y que se constituya como un aporte al país que
queremos construir. En este sentido debemos rescatar la posibilidad de generar una
economía que se comprenda desde lo humano, la técnica entendida, no desde sus
propios mecanismos, sino al servicio de la persona como centro de la ciencia
económica. 

La propuesta de nueva constitución no queda afuera de esta discusión y, por lo mismo,


creemos que existen ciertos puntos que han sido puestos en la palestra que merecen ser
abordados desde distintas perspectivas, tanto en términos del texto mismo, como en su
implementación vía proyectos de ley para que podamos avanzar en conjunto a una sociedad
que enarbole las banderas del conocimiento, la innovación, la igualdad, el crecimiento y
el respeto por el medio ambiente. Cabe destacar que la historia de Chile nos muestra que
la bajada que se le dé a la constitución, será una que nos permita continuar por la senda de
la resolución de nuestras diferencias por la vía democrática.

Para finalizar, es relevante destacar que la honestidad intelectual es clave para la existencia
del diálogo en sociedad. En economía, esa honestidad nos exige evitar la
instrumentalización de conceptos que se prestan para generar temores infundados. Es
cierto que la incertidumbre es un fenómeno no deseado para la economía, pero también es
endógeno de la misma. Sin embargo, se debe ser responsable en nuestra disciplina y no
incentivar dicha incertidumbre cuando carece de motivos.

Es por esto que este documento busca aportar a la discusión pública desde una perspectiva
técnica, como insumo para el plebiscito del 4 de septiembre, en el que el pueblo de Chile
decidirá entre una Nueva Constitución o la mantención de la Constitución actual. Esta
decisión debe ser informada y es parte de nuestra responsabilidad democrática como
profesionales el ayudar a difuminar los mitos establecidos en torno al borrador propuesto
por la Convención Constitucional. 

Como economistas por el apruebo declaramos:

Sobre la responsabilidad fiscal y Derechos Sociales

Es necesario comenzar remarcando que el borrador de la Nueva Constitución deja por


primera vez en la historia establecida a nivel constitucional la responsabilidad y
sostenibilidad fiscal. Recogiendo así las recomendaciones del Consejo Fiscal Autónomo
(CFA) y definiendo este principio como una responsabilidad de todas las instituciones del
Estado y en todos sus niveles. Dicho lo anterior, podemos ahondar en los diversos puntos
que han generado dudas sobre este tema.

Permitir que el Congreso de Diputadas y Diputados pueda presentar proyectos de ley que
impliquen gasto público no deja excluida bajo ninguna circunstancia, la responsabilidad
fiscal como un eje fundamental de la discusión. La propuesta exige, de acuerdo al Artículo
267, numeral a, que dichas mociones deberán ir acompañadas de un informe técnico que
involucre un análisis de gastos y origen de financiamiento. Además, se demanda un quórum
de patrocinio de no menos del diez por ciento, ni más del quince por ciento de diputadas y
diputados o representantes regionales, permitiendo que la moción presente un filtro para su
discusión porque limita no solo el mínimo, sino que también el máximo de representantes
para poder comenzar su discusión. De esta forma se resguarda al Ejecutivo de una eventual
presión fiscal. Igualmente, se requiere también del patrocinio del Presidente o Presidenta
para la aprobación de dicho proyecto, por lo que no excluye al Ejecutivo de los temas que
involucran gastos del Estado. Por otro lado, este nuevo ordenamiento jurídico nos permite
ordenar una lógica que ya viene hace bastante tiempo ocurriendo en nuestro congreso
nacional, donde legislaciones tienen que ser detenidas por el ejecutivo generando tensiones
innecesarias por la propia falta de regulación respecto al tema.

El sistema de Seguridad Social queda establecido por el Presidente de la República de


acuerdo a la vigesimoséptima disposición transitoria, ya que la autoridad debe presentar un
proyecto de ley que tenga por objeto su creación, adecuación e implementación. De esta
forma, futuras modificaciones de dicho sistema pueden ser realizadas por el Ejecutivo o el
Congreso de Diputadas y Diputados, pero con concurrencia del Presidente o la Presidenta
en caso de afectar la sustentabilidad fiscal, puesto que esto puede implicar un gasto directo
o estar relacionado con la administración presupuestaria del Estado (Artículo 266 y 267). 

La propuesta de nueva constitución establece en su Artículo 246 que la autonomía


financiera de las entidades territoriales debe estar bajo los criterios de responsabilidad y
sostenibilidad fiscal. Además, sienta bases (Artículo 250) de cómo será la atribución de
emitir deuda, excluye de dicho ingreso lo que es gasto corriente y remuneraciones y
establece máximos de deuda asociados a la planificación nacional establecida por ley. Es
clave considerar que actualmente los gobiernos locales tienen capacidad de endeudamiento
y sin un marco de ley bien definido, por lo que lo planteado en el borrador debe ser visto
como un avance. Adicionalmente, el Artículo 249, numeral 5, especifica que las entidades
territoriales que cuenten con ingresos por sobre el promedio tienen que transferir recursos a
aquellas equivalentes con ingresos bajo el promedio, por lo que se estarían subsanando las
brechas y diferencias entre regiones de altos y bajos recursos, de esta forma se extiende este
mecanismo de compensación a las regiones. Cerrando este punto, destaca el artículo 49 de
la propuesta, que establece que: “Respecto de las entidades territoriales, a través de las
contralorías regionales, controlará la legalidad de su actividad financiera, la gestión y los
resultados de la administración de los recursos públicos.”, significando una innovación en
términos de fiscalización en la gestión local y regional.

En relación a las críticas de la eliminación de los derechos privados de propiedad sobre el


agua no es necesario profundizar demasiado, pues actualmente Chile es el único país en el
mundo que consagra de manera explícita la propiedad privada sobre los derechos de
aprovechamiento de aguas (Centro UC, Gestión y derechos de agua, 2021). Consagrar el
agua como un Derecho Humano es un compromiso mínimo de un Estado hacia su
población, e implicar que los mecanismos de mercado pueden reasignar de manera más
eficiente el agua en Chile, sería desconocer la historia reciente del país y los conflictos que
se han elevado en zonas de sequía extrema producto del modelo actual, como Petorca o La
Higuera.
Para la garantía de los derechos sociales y fundamentales, el Estado debe adoptar todas las
medidas necesarias para lograr su realización, es decir, tiene la obligación de avanzar de
manera concreta en garantizar los derechos, lo que incluye su financiamiento (Artículo 20).
Sin embargo, en el artículo 233, numeral 3 se establece que el aseguramiento de los
derechos es progresivo.  Además, como lograr la satisfacción de dichos derechos involucra,
en parte, el uso de recursos fiscales; el Artículo 183 establece que “las finanzas públicas se
conducirán conforme a los principios de sostenibilidad y responsabilidad fiscal, los que
guiarán el actuar del Estado en todas sus instituciones y en todos sus niveles”.

La propuesta de nueva constitución nace y busca dar respuesta a una crisis social que
demanda un mayor bienestar, democracia y justicia. Esto implica, por tanto, una mayor
participación del Estado en materias sociales, con el fin de garantizar los derechos
fundamentales establecidos en ella. Sin embargo, esta ampliación de Estado que, si bien
implica la creación de nuevas instituciones públicas, viene acompañada de mecanismos de
modernización de sus procesos y organización (Artículo 178, numeral 1). Esto consiste en
utilizar los avances de las ciencias, la tecnología, los conocimientos y la innovación para
promover la optimización y mejora continua en la provisión de los bienes y servicios
públicos. (Artículo 178, numeral 1). De esta forma, la planificación de transformación
digital del Estado, conlleva una mejora tecnológica que vuelve más eficientes los procesos.

Sobre los Pueblos Originarios

Sobre la Autonomía Territorial Indígena se ha hablado bastante, y se ha establecido


incorrectamente que la NC aseguraría órganos estatales no sujetos a supervigilancia a las
comunidades de pueblos originarios. Esto es discutible, puesto que en los artículos 234 y
235 se define claramente que las Autonomías Territoriales Indígenas serán creadas en
función de un proceso determinado por ley, además de establecer la necesidad de que su
existencia sea en coordinación con las otras entidades territoriales, es decir, los municipios,
regiones y Estado central. 

En relación al consentimiento de los pueblos indígenas en cuanto a materias que afecten sus
Derechos Constitucionales, se ha planteado que es una potencial fuente de incertidumbre y
desincentivo a la inversión privada en algunas de las zonas más empobrecidas del país. No
obstante, esta es una visión algo miope, puesto que, si bien la nueva etapa de solicitud de
consentimiento indígena podría representar barreras a la inversión y desarrollo productivo
en el corto plazo, es necesario poner en perspectiva la relación del Estado chileno con los
pueblos indígenas. La negación de los derechos propios de los pueblos originarios ha sido
la raíz de un conflicto con efectos profundamente dañinos para la economía local y la
estabilidad político-social de la zona, por lo tanto, comenzar a dar señales de diálogo e
iniciativas que ayuden a conseguir una potencial resolución del conflicto, representa la
apertura a un crecimiento y desarrollo productivo sostenible de la zona al mediano y largo
plazo.

Es importante no dejarse confundir en materia de reparación con los pueblos originarios y


el borrador de la NC. Se ha acusado con el fin de enlodar la institución, que la Comisión
Territorial Indigena establecida en el vigésimo octavo transitorio obtendrá rol de “juez y
parte” en el proceso de restitución. Esto supone una antagonía entre la Comisión y el
Estado, con intereses excluyentes y un espacio resolutivo injusto en su origen, pero nada de
esto es real. Tal como se define en el vigésimo octavo artículo transitorio, la Comisión será
integrada por miembros de todos los pueblos y naciones indígenas, en conjunto con
representantes del Estado, personas de reconocida idoneidad designadas por el Presidente e
inclusive abriendo la posibilidad a la participación de organismos internacionales como
observadores garantes del proceso. Los derechos de propiedad no serán alterados por esta
Comisión y cualquier restitución territorial se ceñirá a los mecanismos reparatorios
establecidos en el borrador de la NC en su artículo 78, numerales 4, 5 y 6. Cabe destacar
que más democracia y la resolución del conflicto entre los pueblos y naciones originarias y
el Estado traerá estabilidad política y mayor certidumbre, propiciando así el desarrollo
económico del país.

Sobre el productividad, competencia y trabajo

La libre competencia es un pilar fundamental de una economía de mercado como la que se


plantea en esta constitución, por lo que el aseguramiento de ciertos pilares fundamentales
que eviten el aprovechamiento del poder de mercado de aquellos que lo ostentan, es
primordial para que un país como el que se quiere construir funcione. Luego, la propuesta
elaborada por la convención, tiene fuertes avances en la materia, al incorporar esta
dimensión en el texto fundante de la república mientras no va en contra de las leyes propias
que existen bajo la constitución vigente. En la práctica, leyes como la 20.945 de
perfeccionamiento del sistema de libre competencia no tendrían por qué eliminarse, ni
tampoco la delación compensada. Cabe destacar que la constitución del 80 no hace
mención a estas materias y que la nueva propuesta se hace cargo de la falta de elaboración
de nuestra sociedad respecto a un problema que ha sido puesto sobre la mesa durante la
última década a partir de los conocidos casos de colusión que han ocurrido en el mismo
período.

La empresa pública es una entidad más, que al administrar bienes y servicios está sujeta a la
fiscalización y auditorías de la Contraloría General de la República. Además, cualquier otra
materia conforme a su creación y funcionamiento queda regulada por ley. Sobre esto, es
importante agregar que debe seguir las recomendaciones realizadas por la OECD en
relación al principio de Neutralidad Competitiva y de esta forma asegurar un marco
legislativo en el que las empresas compitan o puedan competir de manera neutral y que no
se impida, restrinja ni distorsione indebidamente la competencia.

Respecto a la discusión sobre el trabajo, podemos mencionar que no existe evidencia


concluyente de que mayores derechos de los trabajadores (como la negociación por rama)
lleven a una mayor (o menor) conflictividad laboral. Basándonos en distintas teorías
económicas podríamos argumentar que estamos haciendo más eficientes los mecanismos de
negociación por medio de mejorar las condiciones iniciales de los agentes involucrados.
Por otro lado podemos decir que al aumentar el poder de negociación, simplemente estamos
resolviendo otros problemas de asimetrías que son ampliamente reconocidos por la
sociedad, llevándonos a perspectivas más estables de largo plazo que a su vez contemplen, 
mecanismos claros y efectivos de resolución de conflictos, donde podremos enfrentar los
problemas propios del trabajo desde un punto de vista más orgánico, sin llevarnos a
situaciones extremas como el estallido social, donde tanto trabajadores como empleadores
pierden. Es aquí donde creemos que apostar por la democracia y por la eliminación de las
diferencias de poder, nos va a servir para generar una sociedad que resuelva sus conflictos
de manera más orgánica y sana.

La nueva constitución establece un gran avance en términos de los derechos de los


trabajadores, tanto en términos individuales como colectivos. Al instaurarse el derecho a
huelga y la negociación colectiva nos adentramos en un terreno cierto de aseguramiento de
derechos fundamentales para una sociedad acorde a los estándares del s.XXI. Sobre este
punto se plantean ciertas dudas respecto a los posibles efectos que tenga este tipo de
política sobre la conflictividad laboral, una aseveración que es de difícil comprobación
técnica y que se resguarda más en ideologismos que en argumentos propiamente técnicos.
Cabe destacar que las limitaciones a estos derechos son parte de la discusión que debemos
dar para la bajada de la ley.

Sobre los derechos de propiedad

Si bien la Constitución vigente establece retribuciones acordes al “daño patrimonial” y el


borrador utiliza el concepto de “justo precio”, ambos hacen referencia a exactamente lo
mismo: el valor de mercado. Existe jurisprudencia para definir el justo precio como el valor
de mercado, por lo cual la dinámica de expropiaciones en el país no se vería afectada, no
existiendo ambigüedades respecto al tiempo de pago (previo a la expropiación) ni al valor a
retribuir. Es importante considerar que diversos países del mundo utilizan
conceptualizaciones similares a la hora de referirse a estas materias, como lo serían el caso
del derecho anglosajón con el “price unconscionability” o la “juste indemnite” en Francia.

Respecto al artículo 145 del borrador de la NC que establece la propiedad exclusiva,


inalienable e imprescriptible de las sustancias mineras, es prácticamente idéntico a lo
planteado en el artículo nº24 de la actual Constitución. Es de una lectura tendenciosa de la
norma plantear que esto podría desestabilizar al sector minero ya que, en ambos textos, este
artículo busca asegurar la soberanía del Estado de Chile sobre sus recursos naturales,
abriendo la posibilidad de su explotación al sector privado. La inversión minera no tendría
motivos para disminuir en función de este articulado, ya que su realidad material no se verá
impactada. además de que el sector minero representa una industria con utilidades
sobrenormales (existen estimaciones que muestran que la riqueza regalada a estas
empresas alcanza un valor piso de 114.000 millones de dólares solamente entre 2005 y
2014. [López et al., 2018]) y desarrollada en uno de los entornos con las menores cargas
tributarias para el sector (García, 2020).

Por otro lado, el artículo 95 y 96 de la propuesta constitucional otorgan el marco regulatorio


respecto a la propiedad y los derechos de autor, cuestión que ha marcado el debate en torno
a los derechos de propiedad y las formas que adquieren los mecanismos de I+D en los
países. En este punto es importante destacar que la constitución asegura expresamente la
propiedad privada individual y a su vez establece “la protección de los derechos de autor
sobre sus obras intelectuales, artísticas y científicas” considerando a su vez el derecho a
gozar de los beneficios de “la creación, el desarrollo, la conservación y la innovación de
los diversos sistemas de conocimientos”, por lo que si bien no se incluyen explícitamente
ciertos elementos de propiedad industrial e intelectual, la redacción del documento deja
claro que se protegen estos derechos, permitiendo a su vez que conformemos un sistema
efectivo de desarrollo económico.

Sobre el Banco Central

El Banco Central es una institución fundamental para el desarrollo económico de cualquier


país, y sus objetivos y mecanismos son parte central de la discusión política y académica.
Diversos ejemplos pueden ser citados para favorecer a uno u otro punto, por lo que
debemos destacar en primer lugar la mantención expresa de la autonomía de este ente tal
cual se señalaba en la constitución de 1980, manteniendo así la imposibilidad de financiar
de ninguna forma el gasto público (art.360).

A su vez, se imponen mecanismos más severos para la remoción de los consejeros,


teniendo que ser aprobada la moción por la mayoría del pleno de la Corte Suprema, previo
requerimiento del Presidente de la República o por la mayoría de los consejeros (no por 3
de sus miembros como establece la actual constitución) o por la mayoría de los integrantes
del congreso. Esto hace que deje de ser responsabilidad de la corte de apelaciones como se
establece hoy en el art. 15 de la ley orgánica al referirse a casos de aprovechamiento
personal de las políticas del banco por parte de los consejeros o del rol exclusivo del
Presidente (con consentimiento del Senado), según lo establecido por el art. 16 de la ley
orgánica, en razón de incumplimiento de las políticas adoptadas o de las normas impartidas
por el Consejo. 

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