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INTRODUCCIÓN:

MUSCULO ESQUELÉTICO:

Todos los músculos están formados por numerosas fibras que varían entre 10 y 80
micrómetros .Cada una de estas fibras está formada a su vez por subunidades
denominadas miofibrillas. El sarcolema es la membrana que recubre a las fibras
musculares que en el extremo de la fibra se une a las fibras tendinosas formando haces
tendinosos que darán lugar a los tendones musculares que se insertarán en las zonas
óseas. Cada fibra muscular contiene entre varios centenares y varios millares de
miofibrillas que a su vez se componen de unos 1500 filamentos de miosina y 3000 de
actina, responsables de la contracción muscular. Los sarcómeros son los tramos en los
que se divide la miofibrilla y que están delimitados por las líneas Z, en reposo muscular
tienen una longitud de 2 micrómetros aproximadamente

DESGARRE MUSCULAR

El desgarro muscular (también denominado tirón muscular) se produce cuando un


músculo o un tendón (el tejido resistente que une el músculo con el hueso) se
estira demasiado o se rompe. Por lo general, el desgarro muscular ocurre durante
el ejercicio o las actividades deportivas. También puede ocurrir al levantar objetos
pesados.

La rotura se puede producir en el vientre muscular, en la unión entre el vientre muscular


y el tendón, sobre el propio tendón o puede ser un arrancamiento de la inserción
muscular en el hueso.

El desgarro muscular suele producirse en los muslos, las piernas o en la parte baja
de la espalda. Los músculos que se lesionan con mayor frecuencia son los
siguientes:

 Músculos de la pantorrilla
 Músculos isquiotibiales
 Músculos paravertebrales
 Musculo cuádriceps
Tradicionalmente se vienen dividiendo en tres grados:

Grado 1: lesiones microscópicas que comprometen menos del 5% del espesor total del
músculo. El paciente refiere dolor sin determinar un punto preciso y clínicamente son
indistinguibles de un calambre muscular. El vacío que deja la zona de retracción fibrilar
es ocupado por sustancias líquidas serohematicas. Son las de mejor cura y su
diagnóstico ecográfico es difícil debido a su tamaño.

Grado 2: son las típicas roturas parciales en la que su extensión es mayor,


comprometiendo más del 5% del espesor. En algunos casos, cuando el músculo está
más superficial, pueden llegar a producir equimosis.

Grado 3: desgarro completo. Compromete el vientre completo del músculo, con una
separación de los extremos por retracción de éstos e interposición. Se puede apreciar un
hundimiento en la zona afectada que se denomina “signo del hachazo”. El tratamiento
de estas es quirúrgico.

La división de los grados de los desgarres musculares es la misma en todas las fuentes
de información sin embargo J.M Sánchez (2004), especialista en recuperación
deportiva, divide las mismas añadiendo el criterio de la afectación de la aponeurosis
llevándole esto a distinguir 4 grados de lesión.

Sea cual sea el grado en el que uno u otro autor sitúe la lesión a tratar lo fundamental en
estos casos es recibir un seguimiento meticuloso por parte de un especialista, en el que
se determine exactamente la afectación muscular y en el que se ofrezca un tratamiento
de recuperación adaptado a la persona y al músculo que produzca resultados
satisfactorios en los que no aparezcan recidivas.

MUSCULO CUÁDRICEPS

El cuádriceps es un conjunto de cuatro músculos (crural, vastos externo e interno y recto


anterior) cuya principal función es la extensión de la rodilla. Es uno de los grupos
musculares más potentes del cuerpo humano y su correcta función depende de la
perfecta coordinación entre sus componentes y con su antagonista (los isquiotibiales)
Centrándonos en el recto anterior, anatómicamente observamos en el mismo una
inserción proximal con un tendón directo insertado en la espina iliaca antero inferior y
uno indirecto que va a parar a la ceja cotiloidea. La inserción distal posee un tendón que
transcurre en la cara profunda del músculo y se extiende a lo largo de los 2/3 distales.
Además de tener la función de extensión de la rodilla, este músculo también hace de
sinergista junto al psoas iliaco en la flexión de la cadera

DESGARRE DE LOS CUÁDRICEPS

Los dos tipos de desgarros de cuádriceps son los siguientes:

1. Desgarro intramuscular, que ocurre cuando un músculo se desgarra dentro de la


vaina o revestimiento que lo recubre.
2. Desgarro intermuscular, que ocurre cuando se produce un desgarro tanto en el
músculo como en la vaina que lo rodea.

Los desgarros de los cuádriceps son frecuentes en aquellos deportes que implican
mucho contacto directo, tales como el fútbol americano y el hockey. También existe
este riesgo en los deportes asociados a la posibilidad de choque entre participantes,
como el fútbol esto se confirma con la siguiente cita: “En el fútbol los músculos que se
lesionan con mayor frecuencia son el cuádriceps (20%) y los aductores (20%).” (Del
Corral, 2005.)”.

Un impacto puede aplastar los músculos del muslo contra el hueso subyacente (el
fémur), aquellos se pueden empezar a desgarrar y a sangrar por dentro. Y esto provoca
dolor e inflamación. Si se trata de un desgarro intramuscular, donde el sangrado solo
afecta al interior de la vaina muscular, es posible que al principio no detectes un
hematoma importante. Pero, si el desgarro afecta también a la vaina muscular (desgarro
intermuscular), cursará con un hematoma importante y el muslo se amoratará de forma
considerable.
CAUSAS

Las causas más comunes de rotura fibrilar son:

 Un mal esfuerzo o una fatiga muscular consecuencia de un sobre esfuerzo.


 Sedentarismo, las personas sedentarias tienen las fibras musculares más expuestas a
sufrir un desgarro.
 La desnutrición o mala alimentación debilita la capacidad contráctil de las fibras
musculares.
 La mala circulación sanguínea -que puede ser tanto venosa como arterial- causa que
el músculo no reciba durante el ejercicio el aporte suficiente de flujo sanguíneo por
lo tanto que las sustancias de desecho no se eliminen adecuadamente, esto implica
una probable intoxicación del músculo.
 Traumatismos, fundamentalmente en deportes de contacto donde se puede lesionar
los cuádriceps ya sea con un casco protector de fútbol americano, la rodilla de otro
jugador o una baranda de una pista de patinaje, que puede golpear el muslo con
mucha fuerza. Por este motivo, los desgarros de cuádriceps abundan en los deportes
que implican contacto directo o la posibilidad de choque entre jugadores.
 Para Del Corral , 2005, la contusión y el sobreuso de la musculatura extensora son
las principales causas de lesión de los cuádriceps en especial en jugadores.

SÍNTOMAS

Cuando una persona tiene un desgarro de cuádriceps, lo sabrá de inmediato, ya que es


un tipo de lesión que duele mucho. Lo que inmediatamente no se puede saber es lo
grave que es. A los desgarros de cuádriceps al igual que todo tipo de desgarre se le
otorga una gradación del 1 al 3 en función de lo graves que sean, y cada grado tiene sus
propios síntomas:

 Grado 1. Este nivel de desgarro es medianamente doloroso y solo levemente


sensible al tacto o presión. Puede asociarse a hematoma e inflamación de escasa
consideración. Si se lo padece, es posible que la persona pueda andar con normalidad
y flexionar la rodilla más de 90 grados.
 Grado 2. Es posible que se asocie a mayor inflamación y a un hematoma más
profundo en el muslo y lo más probable es que haga cojear.
El área afectada será inusualmente sensible al tacto o presión y solo se podrá
flexionar la rodilla entre 45 y 90 grados.
 Grado 3. el muslo estará visiblemente inflamado y dolorido, es posible que esté
considerablemente amoratado y se tendrá problemas para flexionar la rodilla y se
necesitara andar con muletas.
La amplitud de movimientos de la rodilla será inferior a los 45 grados y es posible
que se presente una protuberancia en el músculo cuando se intente enderezar la
pierna.
En este grado hay una interrupción de los haces musculares y existe una masa
palpable y dolorosa en la zona de retracción que se produce en los extremos de la
zona de ruptura.

DIAGNOSTICO
Si un médico considera que una persona padece un desgarro de cuádriceps, comprobará
de qué tipo es (intramuscular o intermuscular), así como su grado.

El médico explorará el muslo y es posible que lo presione o masajee para ver lo sensible
que es al tacto o presión. El médico preguntará que produjo la lesión y cuáles son los
síntomas. También se pedirá que doble la rodilla para comprobar si la gama de
movimientos se encuentra limitada.

Si la lesión parece lo bastante grave o no responde al tratamiento tras pocas semanas, el


médico es posible que solicite una resonancia magnética (RM) para determinar el
alcance del desgarro y evaluar otros posibles problemas.

La Dra. Sara Muñoz ( 2002). Confirma lo anteriormente dicho con lo siguiente:


“El rápido desarrollo tecnológico del ultrasonido (US) y de la resonancia magnética
(RM) ha modificado el enfoque diagnóstico y terapéutico de las lesiones musculares.
El contar con un examen inicial permite objetivar la magnitud de la lesión, estimar el
tiempo de recuperación, monitorizar la evolución y respuesta al tratamiento”
Cross, Gibbs et al. (2004) también señalan que la RM en lesiones musculares agudas de
cuádriceps ayuda enormemente a predecir su pronóstico de recuperación.

La ecografía y la resonancia magnética son dos métodos de diagnóstico por imagen que
diagnostican correctamente las lesiones musculares.

Travieso, MM afirma que: “la ecografía es un método barato y rápido que en las
lesiones más graves puede infravalorar la gravedad de la lesión por lo que es la RM el
sistema más recomendable en casos de sospecha de lesión complicada”

En referencia a las lesiones más leves en pacientes de alto rendimiento: “.Debido a las
numerosas implicaciones sociales y económicas y a la escasa precisión que muestra la
ecografía en cuanto al periodo de convalecencia se refiere, aconsejan la utilización
complementaria de la RM como método de precisión que pronostique con exactitud el
periodo de inactividad”.

A veces los desgarros de cuádriceps pueden evolucionar a otros problemas, como


la miositis osificante, una grave afección que ocurre cuando el hueso se empieza a
formar en el interior del músculo. Por este motivo es una buena idea que un médico
evalúe la lesión.

TRATAMIENTO:

CONVENCIONAL:

Se utiliza la siguiente fórmula en cuatro pasos: Descanso, hielo, Compresión y


Elevación. Para recordarla, ayuda emplear la regla mnemotécnica de las iniciales: "lo
que DICE el sentido común":

 Descanso. Limita tus actividades físicas y utiliza los músculos del muslo lo
menos posible. Si te resulta doloroso apoyar peso en la pierna afectada, puedes
utilizar muletas para desplazarte.
 Hielo. Utiliza una bolsa de hielo o una compresa fría para reducir la inflamación.
Deberías hacerlo lo antes posible después de la lesión y mientras mantienes la
rodilla ligeramente doblada para contribuir al proceso curativo. Aplícate el hielo
durante 20 minutos seguidos cada dos o tres horas.
 Compresión. Utiliza una cinta o vendaje elástico para aliviar la hinchazón y
proporcionar sostén al muslo. De ser posible, intenta hacerlo con la rodilla
completamente flexionada lo antes posible después de sufrir la lesión. Pide a
alguien que te vende el muslo y la pantorrilla conjuntamente para inmovilizar la
rodilla en posición de flexión durante las primeras 24 horas.
 Elevación. Si te acuestas, apoya la pierna sobre almohadones para elevar el
muslo mientras mantienes la rodilla ligeramente flexionada.

El tratamiento convencional se utilizaría según las páginas de información para todos


los grados de desgarro.

TRATAMIENTO CON FISIOTERAPIA

Las roturas de grado I y II son tratables con fisioterapia, las roturas de grado II muy
amplias o las de grado III deben ser valoradas por el traumatólogo por si procediese una
intervención quirúrgica.

En las roturas de grado I y II la forma de proceder puede ser muy parecida


adaptándonos a la sintomatología de cada una y respetando los plazos que
evidentemente serán mayores en las roturas de grado II.

En un primer momento, se utilizas la crioterapia, electroterapia antiálgica, drenaje para


normalizar la zona. También se suele utilizar masoterapia, técnicas miofasciales y de
inhibición pero nunca sobre el foco de lesión, sino en las zonas adyacentes para
normalizar el tono del músculo. 

Se puede utilizar el vendaje neuromuscular para alinear las fibras para su correcta
regeneración, así como técnicas de estimulación de la regeneración de tejidos como por
ejemplo el láser. Ya en esta fase se empieza con el protocolo de actividad aérobica que
comprende un periodo de tiempo de marcha, contracciones isométricas y estiramiento
activo, siempre por debajo de la molestia que es lo que nos marcaría que no estamos
agravando la lesión. Para ello se puede valer de nuevos métodos como el vendaje
neuromuscular.

Un ejemplo de procedimiento para el tratamiento desde el inicio de una rotura de


fibras grado I o II podría ser:
• Desde el momento de la lesión hasta las 24 horas después: 
o Crioterapia de la forma ya indicada
o Vendaje neuromuscular o vendaje funcional cerrado circular
o Marcha por zona llama y siempre por debajo del dolor para ello podemos utilizar
ayudas como vendaje neuromuscular, o incluso alguna alza si la lesión es en el tríceps
sural.

• El segundo día de lesión:


o Electroestimulación
o Realización de ejercicios de contracción isométrica de la zona lesionada.
o Estiramientos activos por debajo del umbral del dolor
o Crioterapia
o Masaje de drenaje
o Vendaje funcional o neuromuscular
o Marcha por zona llana

• Al 5º día
o Todo el tratamiento anterior
o Sumamos 20 minutos de marcha a mayor ritmo
o Si el paciente es deportista sería carrera continua como hemos comentado varias veces
respetando que no exista dolor, sería aceptable las pequeñas molestias, pero nunca
sensación de pinchazo o dolor.

•Del 5º día hasta el día 21º en la mayoría de los casos:


o Tratamiento anterior
o Progresión en la actividad aeróbica, en las contracciones y en los estiramientos, esto
significa que siempre siguiendo la regla del no dolor debemos ir aumentando nuestra
actividad.
o Cuando la carrera continua no genere ninguna molestia, empezamos a realizar
pequeños cambios de ritmo y de dirección, aumentando la intensidad de forma muy
progresiva. Cuando esto no generé ningún dolor podemos realizar saltos, arrancadas,
frenadas y sprints hasta la vuelta paulatina a la actividad deportiva.
o En cuanto al trabajo de fuerza de la zona cuando las contracciones isométricas no
generen ninguna molestia, progresaremos a realizar contracciones concéntricas, para
terminar con las excéntricas.
o Por último los estiramientos pasarán de ser activos mediante la contracción del
antagonista a ser pasivos, siempre respetando el que exista tirantez muscular pero no
dolor de la zona lesionada.

Tradicionalmente se ha tenido la noción de que el músculo estriado es incapaz de


desarrollar una regeneración funcional después de un traumatismo y es necesario
inmovilizarlo hasta la cicatrización y después movilizarlo prudentemente. Pues bien,
partiendo de las constataciones lesiónales, de la clínica y de los trabajos de Jarvinen
otros criterios prevalecen claramente por sus resultados ante la tradicional
inmovilización:

• El dolor es necesario tratarlo lo antes posible para romper la conocida como "espiral
infernal", el círculo vicioso que crea la contractura-dolor-contractura. Por ello son
fundamentales las técnicas ya descritas como: crioterapia, drenaje linfático, masoterapia
suave en zonas circundantes, vendaje neuromuscular, electroestimulación.

• Es necesario evitar la instalación de un hematoma, hay que permitir y potenciar su


rápida difusión y eliminación. Para ello es importante técnicas como el drenaje linfático,
el vendaje neuromuscular linfático y sobretodo la actividad aeróbica de la zona que
permite la llegada de más sangre que recoja los productos de desecho. De ahí la
importancia de las contracciones isométricas y la marcha por zona llana y por debajo del
umbral del dolor.

• La vascularización es indispensable en la regeneración tisular y cicatricial. Por lo


tanto, fundamental la existencia de esta actividad aeróbica que aumenta dicha
vascularización.

 • Los estiramientos activos facilitarán la orientación de las nuevas fibras. El objetivo de


nuestra terapéutica debe ir encaminada a restaurar las cualidades mecánicas del músculo
lesionado alrededor de la semana después de la lesión.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO:

En contadas ocasiones, la gente necesita operarse para corregir un desgarro de


cuádriceps. De todos modos, este tipo de intervenciones son muy poco frecuentes. Sólo
son necesarias cuando se produce un desgarro muscular completo o si el desgarro de
cuádriceps no responde al tratamiento convencional. Los médicos también pueden
recomendar este tipo de intervenciones cuando la miositis osificante afecta a la gama de
movimientos de la pierna o irrita nervios o venas.

A continuación, se citan algunas de las numerosas investigaciones que se han llevado a


cabo en relación a las lesiones musculares y que arrojan conclusiones concisas a cerca
de aspectos concretos del tratamiento de estas lesiones y que ayudarán a completar aún
más si cabe la información aquí mostrada.

“Uno de los métodos más eficaces para la regeneración de roturas musculares consiste
en mover durante las primeras fases de curación la parte dañada, porque genera muy
pocas complicaciones e incapacidades si se compara con otros tratamientos de
inmovilización “(Knigth, 1985).

“Un hallazgo que suele acompañar a la inmovilización es el aumento de tejido


conjuntivo en relación con los tejidos contráctiles del músculo. Este tejido conjuntivo
no se alinea de forma paralela a las fibras musculares, de tal manera, que este
incremento de su tamaño y estructura aumentará la rigidez del músculo, disminuyendo
sus propiedades de extensibilidad” (Tabar et al, 1972).

“Las propiedades tensoras de los músculos lesionados recuperan su nivel anterior a la


lesión en un tiempo corto cuando se sigue un tratamiento de movilización precoz,
mientras que la inmovilización disminuye las propiedades tensoras.” (Jarvinen,1975).

“El entrenamiento excéntrico de baja velocidad incrementa el número de formación de


sarcómeros en serie y minimiza la proliferación de colágeno”. (Jarvinen,1975).

“Durante la primera semana el lugar de la lesión es el punto más débil durante los
estiramientos pasivos Después de la primera semana, la rotura suele producirse en la
parte proximal de la lesión.” (Jarvinen,1976).

EXPECTATIVA DESPUÉS DEL TRATAMIENTO

Lo más probable es que se pueda retomar las actividades habituales tras unas pocas
semanas de reposo. No obstante, debido a sus posibles complicaciones, los desgarros de
cuádriceps son lesiones que deben tomarse muy en serio.
El tiempo aproximado de recuperación de un desgarro muscular varía según la gravedad
del mismo:

Grado 1 o leve: 8 a diez días

Grado 2 o moderado: Dos a tres semanas

Grado 3 o grave: Tres semanas a un mes

Del Corral (2005) señala una serie de premisas que han de cumplirse para asegurar la
recuperación con ciertas garantías:

 Que no existan restos de hematoma en la ecografía.


 Que ecográficamente también se demuestre una cicatrización completa.
 La masa muscular del lado lesionado ha de ser igual a la del lado sano.
 La elasticidad del músculo sobre todo en la zona de cicatriz ha de estar recuperada.
 No hay ningún dolor o molestia durante el entrenamiento constante y prolongado.
 Las pruebas funcionales han de demostrar una actividad similar a la del lado sano.

PREVENCIÓN:

Los desgarros de cuádriceps son difíciles prevenir, ya que ocurren súbitamente y son
difíciles de anticipar.

Pero puedes reducir las probabilidades de sufrir este tipo de lesiones siguiendo unas
pocas directrices sencillas cuando practiques deporte:

 Lleva un equipo protector que se adapte correctamente a tu cuerpo. El futbol


americano y el hockey requieren el uso de pantalones que dispongan de protectores
almohadillados en la zona de los muslos. Asegúrate de llevar este tipo de pantalones
y de que estos sean de tu talla a fin de que los protectores de los muslos estén en el
lugar adecuado.
 Conoce las reglas del deporte que prácticas y síguelas. En un partido de fútbol
americano, no te gustará que alguien te clave con fuerza su casco contra el muslo
(una falta conocida como "spearing"), de modo que asegúrate de no golpear de ese
modo a un jugador del equipo contrario.
 En el esquí, el snowboard, el patinaje y el monopatín, sé consciente de tus propios
límites. Mantente al nivel de tus habilidades a fin de reducir el riesgo de caídas
fuertes que podrían aplastarte los muslos contra barandas, rejas, árboles u otros
elementos que suele haber en los parques.

http://www.futbolcontextualizado.com/publicaciones/rotura%20fibras%20recto
%20anterior.pdf

http://www.fhmecuador.org/index.php/slider/item/45-el-desgarro-muscular-es-una-
rotura-parcial-o-completa-de-las-fibras-musculares

http://www.bupasalud.com.ec/salud-bienestar/vida-bupa/desgarro-muscular

http://kidshealth.org/teen/en_espanol/cuerpo/quad_contusions_esp.html#

http://fissioterapia.blogspot.com/2012/03/desgarro-o-distencion-muscular.html

http://www.artrosport.com/lesiones/rotura-fibrilar-cuadriceps.php

http://www.fisaude.com/fisioterapia/lesiones/rotura-de-fibras/diagnostico.html

http://www.webconsultas.com/ejercicio-y-deporte/medicina-deportiva/tratamiento-y-
prevencion-de-las-distensiones-musculares-2157

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