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ESTADOS UNIDOS Y LOS PRINCIPALES ACTORES DE LA RECONFIGURACION DEL ORDEN MUNDIAL EN EL SIGLO XxI José Luis Leén-Manriquez David Mena Aleman José Luis Valdés-Ugalde (coordinadores) SRSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA Nacional Auténoma de México es sobre América del Norte México, 2015 CISAN o continuidad 0 62 res, América ai deco chino” después de la guerra fria P José Luis Le6n-Manriques* aiwdeht ‘ce de la segunda década del siglo xu, ue la se phar un ble Unidos y la Reptblica et Ca meee = cién del orden mundial. A medida que China afiance su tra cee potencia multidimensional dotada de inluencia F ‘ ideoldgica, es muy probable que las tensiones globales En este escenario, se considera pertinenie satey futuro de América Latina en el yran apa dela "que la gradual disminucisn de América Latina —y yost Luts LEON-MANRIQUEZ as respuestas de Estados Unidos ante la fe flucttian entre una vigilante tole. China en el hemisferio occidental, ica de Washington, on de | bajo cierra con Un examen ds : idental, qu 5 en el hemisferio occ ; fe a contener la expansion de vvera ha tendido a prevale ja regidn. Elta presencia chi ‘ay un lla “cer en la politica hemisfé aunque la prin ja bipolaridad. Una larga i ke De la Doctrina Monroe al fin de See oe oria de interés, negligencia, C Jaciones Estados U nidos-América Latina se “dencias. En primer término, la hegemonia Desde una perspectiva hi = han caracteri2a0 Po i en en especial en México, Centroamérica y el Cart estan realidad recurrente. En segundo higar, estas relaciones han estado ‘clos de interés y desdén de Estados Unidos hacia América. En x periodos de hegemonfa coercitiva se han alternado con ocasio- 1995) tereer término, ki « snomentos de buena volunted y consenso (Booth De ndependizarse de Inglaterra en 1776, Estados Unidos répida- royecto para convertirse en potencia regional y mundial mente estructuré un La politica exterior estadunidense fue tempranamente orientada por la Doctrina M , la cual establecia que todos los roe, propuesta el 2 de diciembre de 1 3s de palses europeos de intervenir en los Estados americanos recién inde- endizados ser n vistos como actos de agresién contra Estados Unidos. Tras tin uuarto de siglo y una guerra de despojo contra México, Estados Unidos comple- 6. en 1848, su expansién territorial al océano Pacifico. Desde entonces, ese pais ha realiz: Jo cientos de intervenciones diplométicas, econémicas y militares en diferentes paises de América Central y el Caribe, como Cuba, Haiti, Honduras. Nicaragua y México (Selser, 2001). Esta légica de intervencionismo se redujo par- cialmente durante la larga administracién de Franklin D, Roosevelt (1933-1945), quien instrument la politica del “buen vecino” hacia América Latina. Durante la guerra fria (1945-1990), América Latina se convirtié en uno de los tealros para contencion global de la Unién Soviética. Casi cualquier movimiento politico que defendia una agenda progresista fue falsamente concebido como una fuerza prosoviética y, en consecuencia, ¢ 2 prosovietica yen consecuenecia, como una amenaza a la seguridad nacional estadunidense. En 1954, la inte: de inteligencia fue clave para el Arbenz en Guatem: ala. Estados la Revolucién cubana de 1959, cana en 1966. C emularan el ¢; encién de Washington a través de sus agencias derrocamiento del gobierno progresista de Jacobo Unidos también trat6, infructuosamente, de evitar sank 1959 amen de invade con éxito la Republica Demis Alianza para el Papi ss ain presidente John F. Kennedy (1961-1963 éconémicas en Amétiea Lon destinada a mejorar las condiciones sociales ¥ Estados Unidos. pesar de eke atte Préstamos y donaciones por parte de res acs lsd eet atalia a en 2 300 nese le sado (Smith, 199]; 73), T* ¢laro que la Alianza virtualmente habla €ol4P- lanzé | Axc{O DE PODER © CONTINUIDAD HEGEMONIC? 273 Jos setenta atestigué un nuevo ciclo “ os en América Latina, expresado en el eon coercitiva ares yantcormunistas en América Cental y dl Sur ee a nist triunfo en Nicaragua, hecho que constty6 ‘ae ameee = _Inicialmente, el presidente James Carter (1977-1981) ie, silo pragmatic frente al sandinismo, pero su sucesor, Ronald Bari Bene al nuevo gobierno nicaragtiense, proveyendo al mismo tiempo dio oy militar a los gobiernos aliados de El Salvador, Guatemala y Estados Unidos se convirtié en el principal donante de asistencia econd- J a América Central, como parte de la estrategia de contencién en Joque percibia como una amenaza comunista en la cuenca del Caribe. de esta politica es tan contradictorio como sangriento. Estados conten _ finalmente, revertir el momentum de la Revolucién sandi- -Jos que parecian inminentes triunfos de las guerrillas de izquierda en Guatemala. Aunque Washington evité inmiscuirse con tropas como, ‘Vietnam en décadas anteriores, su “guerra de baja inten- ol ‘a las fuerzas contrainsurgent ites en el resto de fue mucho mis agresivo. La administracién de Reagan instrument6 jos LUIS LEON-MANRIQUEZ 274 iética” su stias la desaparicién de Ia “amenaya soviética” en is ras fe ‘1 un enfoque mucho més pragmitico ; tinoamericana, ee 2 ee ntroamericaDAe de izquierda, en vez de tio reece sin duda alguna, esta actitud favoreci6 las n ci eurar su aniquilacny alvador y Guatemala con el Frente Farabundo de los gobieros de al (ews) y la Unidad Revolucionaria Nacional G, la Liberac i ctivamente. A través del tiempo, estas fuerzas politic, malteca parce democratica. De hecho, versiones light de aqu ani fea ganado elecciones presidenciales en América Central. En 2 rovraeeoveen obtuvo la presidencia guatemalteca con el apoyo de una coal Alvaro Colom obtuv Por embros de la URNG) en las elecciones presiden ° ndidato del FMLN, Mauricio Funes, result6 triun| icaragienses, que habjan sido el centro de las apr. la década de los ochenta, regresaron al poder en 2( heterogénea que in salvadorefias de 2009, el Incluso los sandinistas ni siones estadunidenses en oventa: Estados Unidos y América Latina inion de la “unipolaridad” y el libre comercio Con la pacificacién de Centroamérica al alcance, el énfasis de la politica esta dense hacia América Latina cambié, en los afios noventa, de la geopolitica a |, economia. Los temas de comercio e inversién comenzaron a predominar sob asuntos politicos y militares que habfan sido la base de la accion hemisférj Washington. La nueva politica de Estados Unidos se reflejé principalmente, sélo en la Iniciativa para las Américas (Enterprise for the Americas Initiative anunciada por el presidente George H, Bush el 27 de junio de 1990. Los tres pilares estratégicos de la Ea1 fueron la propuesta para negocit gran zona de libre comercio entre Estados Unidos y los pafses latinoameri: un programa de préstamos y un fondo de inversion de 1.5 mil millones de d que administraria el Banco Interamericano de Desarrollo (sip), y un pro de alivio a la deuda externa contraida con fuentes oficiales estadunidense Pagos de interés de la deuda para ser rembolsados en monedas locales. El) objetivo de esta propuesta era crear un érea de libre comercio desde And ica ment Gap, 1992). n solfan re i i : bird pet en yer los diplomaticos estadunidenses para capturar el 7 ___ Ensuma,l politica de Estados Unidos aman ad fica Latina en los noventa fue la defensa os eee acuerdos de libre comercio (ane) roe | democracia, Ja libre empres sta que los mecanismos de a central de la estrategia pee aos se ident ‘Gaent imiento'a la hegemonia de Washington, en 1991, 6 ‘ain de. Tiseaba relaciones platénicas, sino “relacione: a [Lavision de un dominio ine as enlas actitudes de potencias oS Unién Europea, Japon y China perm i Smith (1966. 345 0 con extrema precauci mpeg” ),enilos noventa, Estados Unidos loss’ Unidos ku ie hag ‘whieme de los 34 paises porticipantes acordaro” IC" Ess sta de América del Norte. poke femconsld poe lifmalera econdmica, politica, diplomat fee a Estados Unidos. Correcto © no, € onde de la mayorfa de los gobiernos en of sjemplo, México’ aplics un viraje radical tact Estados Unidos; y en 1990 comenzé a expresar un? a ; soeuntlazo de Chile. Después de varias euniones PC 3006, en ef marc” de - pODER O CONTINUIDAD HEGEMONICA: ax. se dirfa re liberales, se convirtié también en el némicas Ja América Latina _gsclara del Consenso de la creacién del Washington y de la prefere: mercado fue 1 1994. Después de este means Ns América Latina siguiera el ejemplo de al promovido por E profundo cambio, Was! Mexico, jg continent mt se ponsaba, se replicaran para que otros ales se sub tido en Estados Unidos y senso adicional, compar icién de fa que ver con la interpreta jente era que, después « ra frfa era, en lo esencial América Latina, tel Je poder. La idea preval nundo que emergia de la gue -cejei de Brasil y la obligada excepe asumir que ninguna otra potenci ca © militar para Se ste diagndstico se relle América Latina de su tradicional (regional 0 endieron a 6 fic como el “espititu de Houston”. En une explicit Hla decla Guido di Tel abyecta s carnales ¥ ais sobre es: tra altonivel del sip, el canciller argentino, syestionable de ese P® extrarregional ynecieron ‘a rona, En palab! jon esti estructura ull en América Latina. contexto, Washington apoy6 fue' rtememte 1a ct cio de las Américas (ALCA), 1 una sola iniciativa de integraclOn regional Atta, reaizada en diciembre de 1998" NOT iciones corresPon” “se cumbre 4 7 egoe! al ALA hacia 2000 y finalizar las negoC'™ siden $ iniciaron en abril de 1998, durante la Se#™ tetiales, el aca aborté en ‘que tuvo lugar en Mar stados Unidos. El T.can inclufa ciertas el fin del conflieto |, unipolar Con la ny de Cuba, los pafses latinoame- 3 actitud cooperativa que formulacion mel marco d¢ América Latina al margen de ar una “hegeme” ign del Area de Ut ira a todas 10s igida @ ean la Primer tue este corpus ideol6gico, basado en la simpli principal ins- de los afios noventa. Probablemente, la ncia normati- | Tratado de Libre Comercio de América hington espe- uniéndose al pieran al carro en casi todos los la correlacién mundial) tenia + un contrapeso real oncretamente | desconfianza de su una ret ard que Su pals <” con Estados < el colapso de ras de sonomtas de Cumbre de Estado Y tiles y enue” ‘Cumbre de pstados 15 LEON: MANBIQUEZ ces enticas PO parte de dos eres lactnoames . nds radicales. El unico ¢€ oe Vi inte Fox ( 2000-2006) | inquierda rumbo al Oriente. 7 s aca a een neva coniguracion POLS economica en America Latina + racaxo estadunidense para profundizar el Consenso de fear r : cial hemisféric Oi ron y avanaar hacia Antes que Washington y Sr curimiento, en la década del a oe n nrictica politica de estos gobiernos, que se han multiplicado sobre La ideologies luctan ente a soiaklemocracia elipopalismo,-p endo por el Mientras gobiernas como Argentina, Bolivia, Ecuador yee rela han ejercitado una retorica antimperialista y han recurrido a distintos vod de estatismo, otros como Brasil y Chile han combinado politicas distributi- a integraciém come’ 3000, de una ola de gobiernos de izqui ais esquemas que no afectan sustancialmente la activ idad de las empresas privadas. Ya sea en sus versiones espresso 0 descafeinada, la izquierda comena6 a ganar sucesivas Jamentarias en la regién. Mas alls ticas poiticas y de sus divergentes grados de respeto por la democracia Jecciones presidenciales y P e representatva, esta “nueva izquierda’” latinoamer ticaun distanciamiento del credo neoliberal que defendian los gobiernos de centro -ana comparte como caracteris- yderecha electos durante los a fos noventa. El escepticismo frente a las politicas ‘econémicas ortodoxas y los ate se ha re- forzado por el crecimiento econémico de América Latina desde principios de la década del 2000 (el cual se ilustra en la grafica 1), Después de veinte aitos de debil desempefio econémico, América Latina ha experim« el siglo xxi, Si bien el crecimiento fue menor que ntado un repunte econémico en n los alos setenta, paises come Argentina, Brasil, Perd y Venezuela vivieron al menos un lustro de ¢recimiento so ti y tere a sosiics répida recuperacién de la Gran Recesi6n (2008- ea ae He ie efectos negativos de las crisis de los ochenta y noventa, Gumus joraron las politicas sociales y corrigieron los excesos del fashington; asf, la proporcién de personas en situacién de pobreza & indigencia en la regién pasé region pas6 del 48.4 por ciento e1 el e por ento en 2012 (CePaL, 2013b: 19), El erecimi mere en gran nea tl aeciierinieceoia i impulsado, * ai °1 la.c] 1 caussh,el z demanda china de materias primas. Mas allé de las renovado.c ocrecimiento e pane Iaeconom : econémico ubicé de muevo a la regién et dé economfa y la politica mundiales Je nuevo a la regién en el mapa En la esera pol la esfera politica ocurnis ‘ Dovena parca ean ae ot? sinifcativo suceso: el mundo unipolar de los intervenciones de Sialie Aan del 11 de septiembre de 2001; sin embargo, las 4 poner en tela de nidos en Afganistan (2001) e lak (2003) comenzaron de Wast Juicio la hegemonfa estaduni : "ington con actores clave del ia estadunidense y complicaron las relacion® lel sistey enol s 1 Ee uroped> SONTINUIDAD HEGI AaciO DE PODEROC HEGEMONICN m7 Gririca | CARIBE? CRECIMIENTO DEL Pig, 1971-2012 INA Y EL [CIOS CONSTANTES DE 2005) antic PORCENTAJE, A PR (ex 278 52367 millones de ina tam nidens 2012, . da mas cercana Serie «en realidad, una parte © exterior est nidense Se explica a ae México. Este ultimo vafs represent facies ces desde Estados Unidos Por otra parte, aun jo Estados Unidos cial en las importaciones de exportaciones figui lugar, para Argentinas cimo para Paraguay (CEPAL, de Estados Unidos en América Latina parece ia estadunidense tricos en el que la influence’ | 2eO§ En ese sentido, rica Central y el Caribe resulta menos inversi6n con esta zona han sido impo exportaciones, como de importaciones, mercial de México, América Central, Col antimperialista de los gobiernos de_ Aunque el comercio de estos patses Ae (cepat, 201: 14y 21). Lat do lage no elo ennai oe ee la agenda de las re vaclO DE PODER O CONTINUIDAD HEGEMONIC, 2% vacl tegia de Estados Unidos ha sido buscar del atca, la estrai eh su zona de confort. Como r ultado de este enfoque minj- en A pilaterales I cuadro 2), Estados U idos ha signado acuerdos con "dae aia y Replica Domini ), (carta 4 Pert (2009), Colombia (2012) y Panamg (2012) (og, 2013). Cal , ed ae Pactos comerciales se Concretaron desde media- at ost: LUIS LEON-MANRIQUEZ 280 ‘ones? Estas y otras euestiones seran aus pesadas administraci wi apartados de este articulo. ne Naturaleza y proyecciones de la presencia de China en América Latina Grandes cantidades de papel y tinta se han dedicado nes osc ne is idental. Més alld de las diversas po 8 » un consenso en senalar que el renovado interés de China po pareciera que existe un conse i de (mporincle— por les siguiente la regi6n se explica —en orden descendente nacideneacetd causas: la brisqueda de productos alimentarios ye race a atin mds a Taiwan dentro de la comunidad internacior i, istencia e la cooperacién china con algunos de los paises de la regién constituye un que la cooperacién china ig desarella.y In poaiveron prueba del compromiso de Pekin con el mundo encess: Ye posibie cont truccion de alianzas politicas en el marco del trénsito hacia un mundo multipolaj En los primeros anos del tercer milenio, la relaci6n sino-latinoamericana h despertado de un largo periodo de latencia. Los lazos entre ambos lados del océan Pacifico se remontan a cinco siglos, aunque se han estrechado de forma intermiter te. A lo largo de la época colonial espafiola, en América Latina existié una relacié comercial continua entre el virreinato de la Nueva Espafia (1521-1821) y Asia, E la segunda mitad del siglo x1x, se registraron migraciones masivas chinas a Estad Unidos, Peri, Cuba y México (Spate, 1979; Haro, Le6n y Ramfrez, eds. 2011). En 1949, como resultado de una larga guerra civil, China se dividié en di Estados: la Repaiblica Popular China en China continental y la Republica de Chit en Taiwan. Ambos se consideran el gobierno legitimo de toda China. En los av cincuenta y sesenta, Taiwan recibié el apoyo de Estados Unidos y propicié su rec nocimiento diplomatico por la mayor parte de los Estados latinoamericanos. Hasta fecha, los vinculos de Taiwan con Centroamérica y el Caribe representan el nicl de sus relaciones diplométicas con la comunidad internacional (Haro, 2011: 20! En tanto, la “China roja” era vista principalmente como una fuerza distuptiva en region y s6lo era reconocida por Cuba (Johnson, 1970; Jackson, 1995: 388-422), & ia poles exterior de la Repablica Popular China emprendié un giro gradi ® anos setenta, tras ser aceptada como tinica representante de China en | orgnoliss internacionales, El acercamiento de ésta con Estados Unidos hizo n aoe paises Ietinoamericanos como Chile, Brasil y México abrir embajadas la Repiblies Poraiar een ape Tras el fin dela guerra fra, las relaciones publica Popular China con América Latina se han intensificado, sobre tc NACIO DE PODERO CONTINUIDAD HEGEMONIC? 281 10s, los patses latinoamericanos i ee comerciales con China (iene eit es caracteristica en algunos Palses de América del Sur y ha necesidad de China de obtener Petrdleo, minerales yalimen- continuidad a su proyecto de Crecimiento econdmico, Esta se asenté— contribuyo a Senerar un auge en el precio de los 2003 y 2008, (Coxhead y Jayasuriya, 2010). Desde la pri- 108 intentaron reorientar sus aac{o DE PODER O CONTINUIDAD HEGEMONIEA, ico? Las telaciones sino-estadunidenses en América Latina inaen América Latina ha abierto paso a ha sido objeto —como se discuti¢ al inicio del Presente texto—de gs estadunidenses. La estrategia de la Repiblica Popul 3 8000 de participar en Ja region sin que implique un franco desafio.a junidense. Esta cautela se refleja en el Libro blanco sobre Amé- o por el gobierno chino a finales de 2008 (Ministry of Foreign spb Jes Republic of China, 2008). Aunque ha sido saludado en am- fico como Un parteaguas hist6rico en la relacién, el texto es muy staun claro deseo de Pekin por construir una a dispuesta a agregar una lucha porAmérica Latina Pekin en una zona , JOSE LUIS LEON-MANRIQUEZ 284 mutuo. No debemos temer el interés econémico de Asia'en nuestro hemistey siempre y cuando las relaciones sean transparentes y se respeten las reglas” 1 Sin embargo, las opiniones de linea dura impregnan otros flancos del ew politico estadunsense. De hecho, alguns pronunciamientos de legsladana démicos beligerantes en torno a China evocan el discurso Macartista de Jos al cincuenta. Por ejemplo, los representantes republicanos de California ¥ Geo Dana Rohrabacher y Bob Bar han pronosticado enaudiencias del Congest 8 problemas para la seguridad nacional de Estados Unidos a causa de la adminis - ci del canal de Panama por I empresa hongkonesa Hutchinson What congresistas acusan a esa firma de ser muy cercana a China yalos ralltareraset pafs (Sullivan y Villarreal, 2001: 12). E121 de julio de 2005, en un testimonio ante una comisién Santo director de Ja Asia-America Initiative, advinié que Chinen ie mentando una eee oe contra Estados Unidos. Esta oe] rfa —segtin Santoli— el nto a la icién a Washington | i el desarollo de capacidades para una nae onan. pai guerra cibernética yel Puntos canal de Panama. ‘Su propuesta Para la accién de Wash. autoridades deberian | Provocado | endurecimiento sus stistan AVACIO DE PODER O- SONTINUIDAD EGE ’ MONICA» ina no es motivo de preocupaci - oa que China proporciong sy Aman eo, mentat st economia, offecer mejores ene ‘ pee [Estados Unidos y la Republica Popular China nos ocala ph ha reco es gata e5 urna SRC ganar para am Patses (People's Day 3p 2010). cia de conflictos abiertos respecto de América ’ entre China y Estados Unidos carezcan de prol “reas y grados S ae en la compleja relacion tres principales circulos concéntricos, La Primera zona. disenso ee ae de vista divergentes sobre entidades ville eatin ee fluencia de China (como Taiwan, Corea del Norte e trén). Una segunda larelaciin econ6mica bilateral, que incluye €l masivo deficit comercial de frente a China, las presiones de Washington Para la revaluacién . mundiales y el lucha contra las drogas tes, por si mismos, para manejar con | complejas relaciones de Washington {0 DE PODER 0 CONTINUIDAD HEGEMONICA, vacio 287 nica en la regién, a la que asignan una ese Sigae e er sdos Unidos ha prevalecido lo ue en otros capttulos de este Bs sarmacionsliesa tier esto, sumado a la interdepen- er casivo'pocesiGatde Chimera ee estadunidense que gener la ss ateral entre ambos paises, explicarian en gran nec la densa agenda bi an. Que esto haya sido ef hasta-cltaensss cn “ti ela esenten tensiones geopoliticas entre Estados Unidos y uro no se pre sa prioridad politica

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