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Efímero

Se levanta impoluto el día de gracia,


el sol ya cadente pinturea el crepúsculo;
delirante su luz, registra lo mayúsculo.
A la vida liberta, refulgente en su instancia.

Los agraciados son cientos y bastante mortales,


deliran sujetos a sus íntimos deseos,
a ultranza de pasiones y salvajes manoseos;
cuentan las horas de gloria, tácitas y carnales.

Son transeúntes, inspirados constructores,


portadores de misiones y quijotescas ilusiones;
se menean con sus mentes afanosas en acciones;
levantando murallas y castillos seductores.

Habitan encarnados con abolengo y estrato,


y murmuran sus sentencias, con castigos mundanos;
atravesando mares de miseria y angustiosos pantanos,
jadeando sus cuerpos, hasta morir en su ínfimo arrebato.

Javier Londoño, julio 19 de 2021.

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